“Discrepar es un acto heroico que te convierte en un paria universal”

María Elvira Roca Barea

María Elvira Roca Barea (El Borge, Málaga, 1966) escribió en 2016 Imperiofobia y leyenda negra, un éxito editorial, una catarsis, un desfibrilador, un nuevo rumbo y un viejo revuelo entre las cortes que marcan la pauta de cómo se debe pensar para no salirse por la tangente sin pedir permiso.

Filóloga clásica e hispánica. Maestra y divulgadora. Punto de inflexión. Del hito de su valentía suenan hoy relatos paralelos a los enquistados por los intereses de la desinformación. Su ensayo fue un acierto de Siruela y los lectores lo convirtieron en el más leído de la última década, porque hay personas que buscan con sed la verdad sorteando los dogmas del prejuicio. Aunque nadie sea el Oráculo de Delfos.

Ensayista, escritora, profesora. Una sonrisa desestabilizante que lidia con la agresividad de los emperadores del relato. En 2018 sacó 6 relatos ejemplares 6, y en 2019 volvió a remover el cocotero con Fracasología. España y sus élites: de los afrancesados a nuestros días.

Imperiofobia ha sido madre de España: La primera globalización, un documental de José Luis López-Linares que ha pasado con méritos por los cines del país y que ha llevado a la gran pantalla los agujeros de los mitos interesados, los postulados acomodados por la mediocridad, los trampantojos de las ideologías y las mentiras de una Historia que parece periodismo de clic. Antes, discrepar era cool. Ahora puede ser un billete hacia el patíbulo de la cancelación masiva.

Hay sol en Málaga y se otean aquí mares sin cerrazones por donde se navega a vela suelta.

— ¿Qué ideas sobre la historia le rondan en este momento histórico?

— No es una cuestión puramente de actualidad, pero cada vez tengo más claro que la historia necesita nuevos enfoques para que sea más comprensible. Urge incorporar elementos mayoritariamente marginados hasta ahora, como el clima, los fenómenos naturales como la pandemia, y el estudio razonado, no prejuicioso, de los imperios. Miro hacia una concepción de la historia menos limitada y más verdadera, porque la superespecialización fomenta unos localismos temáticos que la desenfocan. La historia siempre ha sido un campo abonado para toda clase de colonizaciones ideológicas, y entre los localismos mentales, los geográficos, las historias nacionalistas, que son una enfermedad grave y eterna, y tantos condicionantes deshonestos, queda claro que los estudios históricos requieren una renovación.

— ¿Esa renovación implica honestidad, una disposición sincera a enfrentarse a los hechos en una disciplina que debe ser aséptica, o mirar el pasado sin prejuicios es imposible?

— Yo abordo la historia con la máxima objetividad posible, no tanto por ser honesta con los demás, sino por mí. Intento que lo que he visto, voy a ver y veo no me lastre y no me limite más. La vida es una cosa que dura cinco minutos. Puesto que estamos vivos, intentemos comprender el mundo que vivimos lo mejor que podamos. Y si llego a una ligera conclusión, quizá me decida a compartirla con mis semejantes, pero, egoístamente, divulgar esos descubrimientos es secundario para mí.

— Usted se salió del bucle con razonamientos y enfoques diferentes sobre historia con Imperiofobia y leyenda negra. Y le han llovido palos. ¿Qué ha pensado desde entonces sobre la sociedad de los datos, el peso de los argumentos y la batalla emocional?

— Que no existe relación… La batalla emocional mezcla asuntos distintos y enfanga la objetividad, a veces, en busca de adeptos para la causa que sea. Una intenta exponer argumentos lo más racionales posible con honestidad, y la pelea emocional lo enreda todo sin escuchar, con juicios previos. A la verdad nos acercamos trabajosamente con unas limitaciones enormes, pero el ser humano no es solo un ser racional. Tiene unos componentes de racionalidad, pero son muy escasos, y debe defenderlos con muchísimo esfuerzo. La batalla emocional funciona casi sola. Basta dejarse llevar por la pendiente y, automáticamente, lo que le sale al ser humano es avenirse a esto o a aquello emocionalmente y defenderlo con la fe del carbonero hasta morir, literalmente.

“En esta sociedad-hormiguero se tacha de indeseables a quienes pronuncien una verdad que no se convierta en dogma asumido por toda la manada”

— Ante los datos y los argumentos –usted lo ha vivido en sus carnes–, ¿la sociedad líquida responde con un tsunami emocional que ahoga el diálogo?

— Todo lo que parte del insulto, la difamación o la calumnia debe ser expelido de nuestras vidas, porque nos conviene no pastar en esa ciénaga deconstructiva. La confrontación a mis datos y mis argumentos se planteó siempre en esos términos. Nunca ha existido la voluntad de mantener un debate entre estudios serios, voces con prestigio, ideas sólidas y conversación respetuosa. La pugna contra Imperiofobia se dirigió desde el arranque a lo exclusivamente emocional, recurriendo a las descalificaciones ideológicas, algo que es muy significativo de las sociedades que comienzan a padecer un déficit democrático importante. En ese caldo de cultivo siempre reluce el comisario ideológico que establece las idoneidades y te coloca el brazalete amarillo con la estrella de David para situar los argumentos en posiciones débiles.

Yo soy un pájaro absolutamente solitario, no pertenezco a la pomada de los grandes popes de la cultura, ni del mundo académico. Un éxito como Imperiofobia ofendió a muchísima gente que llevaba tiempo en el camino hacia la visibilidad y, de pronto, fueron adelantados por una maestra de pueblo. Las críticas estomacales a este ensayo también tienen que ver con la enorme virulencia política que padece España en los últimos años. Los argumentarios de la leyenda negra no son solamente parte de la historia de muchas naciones; son parte, también, de los nacionalismos cantonales, y ellos siempre quieren sangre.

— Si el fango emocional e ideológico imposibilita el diálogo, ¿buscar la verdad de la historia y de la sociedad será cada vez más difícil?

— El ser humano camina hacia un tipo de sociedad en la que cada vez hay más individuos aglomerados. Las colmenas y los hormigueros ahora son más grandes. Se observa a simple vista que nos amontonamos, y este crecimiento de las ciudades es una realidad sin precedentes. Para que los seres humanos puedan vivir en tal grado de aglomeración, es necesario que se limen las características de la individualidad. Vamos hacia una sociedad de hombres y mujeres tipo, donde cunden los individuos mucho más aborregados y mucho menos desafiantes con respecto al grupo. Ese contexto hace que toda verdad que no se convierta en un dogma colectivo asumido por todos y todo planteamiento que no vaya a favor de la manada, vuelva indeseables a sus sujetos.

Como los límites de los márgenes son muy estrechos, las vidas de esas personas se hacen muy difíciles. La discrepancia se transforma en una dificultad enorme, casi insalvable, y en miedo a ser apartado del rebaño. Los medios y las redes sociales cuentan con una gran capacidad para ocupar todos los espacios posibles, y ya casi no hay lugares donde refugiarse. Eso asfixia la contestación, porque discrepar te convierte en un paria universal. Discrepar es un acto cada vez más heroico, porque al individuo que se sale del parámetro se le condena a muerte en vida. Los linchamientos mundiales a los que asistimos no son físicos, pero eso no quiere decir que no afecten al derecho a vivir de manera respetable. No es fácil salir de esas campañas masivas de cancelación, que muchas veces pivotan sobre mentiras de diseño.

— ¿Dónde están los intelectuales honestos influyendo en la opinión pública?

— Nunca he tenido vocación clerical. No me entretengo en buscar la honestidad o la deshonestidad de nadie. Hago como Sócrates: tengo mi daimon e intento hacer lo que considero decente, en función de mis parámetros de decencia. No juzgo a mis semejantes. Cada uno sabrá qué hace y por qué lo hace. Me repugna esa clerecía que corona al sexador de pollos ideológicos para que diga quiénes son los buenos y los malos señalando a quién hay que cortarle la cabeza.

— ¿El mundo de la cultura no tiene arrestos para enfrentarse a este fango?

— Cuando estudias la historia entiendes perfectamente que el mundo de la cultura siempre ha estado en los aledaños del poder. Tal y como lo entendemos, lo forman poetas, escultores, pensadores, que son gente que no produce nada y debe vivir de otros. Ahí están los filósofos griegos yéndose a las cortes de los tiranos para convertirse en adornos de mesa, incluido Platón. No hay nada nuevo bajo el sol. Es que hace mucho frío cuando uno está solo ante el peligro.

“La comodidad, la sobrealimentación y la seguridad no generan gente feliz. El ser humano está hecho para la dificultad, y superando dificultades es mejor”

— The Economist dice que España pierde calidad democrática.

— Es una cuestión que avanza en los últimos años. Hemos perdido una educación en democracia, en libertad, pero no creo que sea algo solo de España. Es un problema que afecta a todas las democracias occidentales por diversas causas. La primera es que ya son mayores de edad demasiadas personas que no son conscientes de lo trabajoso que ha sido estabilizar las democracias, no solo en España, insisto. Las democracias son muy difíciles de sostener, y perderles el respeto es un peligro. Antes de la caída del muro de Berlín, Occidente sabía de primera mano que existía un mundo sin libertades democráticas. El paso del tiempo hace que se difumine esa experiencia por la que muchas personas han dado su vida.

A eso se suma el peso social de las generaciones criadas en la sociedad del bienestar, habituadas a existir en una adolescencia perpetua, en la medida en que no reconocen gratitud. No son conscientes del enorme esfuerzo de lo que han hecho las generaciones anteriores. Para muchos, el sacrificio de sus antecesores era solo un paisaje. La sobrealimentación, el narcisismo, la sed de ideologías o la necesidad de integrarse en un grupo a cualquier precio son circunstancias que han llevado a estas generaciones que no valoran la democracia a no saber vivir en democracia. Son los mismos que viven en una sociedad del bienestar sin saber vivir en una sociedad del bienestar y los que, siendo auténticos privilegiados de la historia, han sobrepasado los récords de depresión. Es una estupidez pensar que la comodidad, la sobrealimentación y la seguridad generan gente feliz. El ser humano está hecho para la dificultad, y es más virtuoso y más feliz superando dificultades.

— Como filóloga, cree que “el mundo clásico nos hace adultos”. Pero los clásicos están cada vez más lejos de las aulas, de los medios, de las tribunas…

— Los clásicos estorban muchísimo.

— ¿Por qué?

— Los clásicos están cada vez más olvidados en las aulas, en los medios y en las tribunas porque molestan: te enfrentan a realidades humanas que son eternas y muy incómodas. El mundo clásico no tolera la canción protesta. El mundo clásico engendra la tragedia y la épica. Esos textos están escritos en una época en la que no existía la adolescencia. Después de la infancia venía la edad adulta, y en seguida te hacías cargo de tus obligaciones en una sociedad en la que, si todo te iba mal, lo razonable era el suicidio. El mundo clásico expone una ciudadanía con unos niveles de soberanía personal, de autodisciplina y de moral propia que ahora son completamente inconcebibles. El mundo clásico es la antivictimización y nosotros hemos engendrado un mundo en el que la promoción y gestión de la víctima forman parte de la educación. Es así: hoy somos incompatibles con el modelo humano que proponen los clásicos.

— En este contexto y en estas circunstancias, ¿cómo se cultiva el pensamiento crítico?

— El pensamiento crítico se cultiva poniendo en peligro la vida. La libertad individual ha sido siempre un riesgo. Ahora es peor porque, al menos, antes uno podía huir. ¿Qué hacía un griego cuando se veía obligado a exiliarse de la polis? Irse a otra polis y empezar una vida nueva. Solo tenía que atravesar la frontera para pasar página. Ahora no hay fronteras que traspasar y la asfixia es el clima del ambiente. Esta es una de las razones por las que el pensamiento crítico se reduce en la misma proporción en que menguan las libertades personales. Al ser humano, sobre todo al que estamos educando en las últimas generaciones, no hay que pedirle heroísmos, porque no tiene capacidad para afrontar riesgos. Es la pescadilla que se muerde la cola…

— El éxito de ensayos como Imperiofobia o El infinito en un junco, de Irene Vallejo, demuestra que hay mucha gente que sigue teniendo hambre de verdad y salta por encima de las listas oficiales de los más vendidos.

— Es posible, porque hay de todo en todas partes, pero en cualquier sociedad existen unas mayorías que imponen su estilo y marcan la pauta. Nunca faltarán francotiradores. Después de muchos años como profesora, constato que hay un tipo de alumno que, aunque lo metas en un saco y le tapes los ojos, va a aprender. No importa el desastroso sistema educativo en el que se forme. Esa clase de estudiantes aparecen todos los años y los ves ahí, sobrevolando la ola, en medio del caos más absoluto. Cuando los miras a los ojos sabes que van a sobrevivir y que va a ser muy difícil que se conviertan en un ladrillo más en el mundo. La persona que impone su ley ahora mismo es una criatura pseudoanalfabeta, muy infantil, narcisista a tope, a quien no puedes contradecir, porque se ofende. Este es nuestro módulo social.

“Los clásicos están cada vez más olvidados en las aulas, en los medios y en las tribunas porque molestan: te enfrentan a realidades humanas que son eternas y muy incómodas”

 ¿Ve riesgos de sostenibilidad en las democracias europeas?

— No veo peligros inminentes severos, pero sí síntomas de lenta putrefacción. Las ideas democráticas están firmemente arraigadas, pero una democracia no es solo que la gente pueda votar de vez en cuando. Es fácil mantener la fachada de la democracia y dejarla completamente vacía de contenido.

— ¿Cómo ve a la izquierda política occidental?

La izquierda nacional e internacional se ha transformado en aliada del gran capital y ha abandono a los trabajadores. El populismo ha marginado ese ámbito, donde vemos que se cuece una enorme insatisfacción. El 80% del sostenimiento del Estado sale de las rentas del trabajo, y eso es un disparate. Estamos subsidiando la pobreza, sin pensar cómo dejar de sobrecargar a las clases trabajadoras, lo cual sería infinitamente más justo. La izquierda ha caído en un severo papanatismo y se ha olvidado de la gente. Nos hemos quedado sin una izquierda que vaya a lo mollar de las desigualdades sociales.

— Después del brexit, de la pandemia, y de las ineficacias prácticas, ¿hay peligro de europofobia?

— En España, no. La adoración española por Europa lo sobrepasa todo. Sí veo peligros para el futuro de la Unión Europea (UE), porque creo que ha quedado muy tocada después del brexit. Por eso ahora está parada: ni para atrás, ni para adelante. En la crisis ruso-ucraniana, que viene de lejos, la UE ha demostrado ser inoperante en cuestión de política exterior. Eso no es nuevo, pero la cuestión es que no mejoramos. La UE tiene un poder tan frágil que, si no avanza, retrocede. En el ámbito de la política interior, ahí está, en medio de un conglomerado en el que la moneda única no ha sido capaz de desarrollar líneas hacia una hacienda común que unifique el sistema de tributación, lo cual es un disparate. La UE debe demostrar que la unidad es la mejor opción, especialmente frente a Gran Bretaña. Si no lo consigue en diez años, se hundirá, languideciendo hasta morir.

 ¿España tiene alguna relevancia mundial?

— ¡Ninguna! Otra cosa es que, en el pasado, existiera el imperio español o monarquía hispánica, como usted quiera llamarlo, que fue la potencia hegemónica que duró tres siglos y que ha sido el imperio occidental más influyente desde el Imperio Romano. Pero eso no es la España europea de ahora… Hay gente que no ha salido mentalmente de ahí, como el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Hace doscientos años que ese imperio implosionó y se fragmentó, y generó un montón de realidades políticas, ninguna de las cuales ha demostrado capacidad ni para estabilizarse, ni para tener la más mínima influencia, no ya en el mundo, sino ni siquiera en su continente. La vida de aquel imperio dejó una lengua colosal y millones de hablantes sin cabeza. Su fuerza cultural es innegable –la música, la literatura…–, pero nada más. Desde el punto de vista político y económico todo es una catástrofe, porque hemos conseguido ser los últimos de la compañía: los que estamos en Europa, en Europa, y los que están en América, también.

 ¿Cómo son las relaciones entre España e Iberoamérica?

— No creo que España sea una realidad distinta desde el punto de vista hispanoamericano. Las relaciones en el interior del mundo hispano las veo muy mal. Todos los países hispanos sufren por dentro un trastorno bipolar por no haber sabido entender y aceptar el final del imperio. Dos siglos después, siguen con cantinelas que son cortinas de humo de procrastinación inoperante.

 ¿A qué pueden aspirar las próximas generaciones de españoles?

— Las nuevas generaciones de españoles tienen delante una tostada muy difícil, porque viven en un país en plena balcanización. Va a ser muy arduo intentar que no se produzca una fragmentación política. Además, están en medio del futuro incierto de la Europa occidental. Habrá que ver si es capaz de unificarse de manera que esté en condiciones de defender sus intereses, porque ya no puede vivir más tiempo bajo el paraguas de Estados Unidos, una potencia en plena decadencia.

 ¿Somos conscientes de la relevancia de Oriente?

— No. Lo estamos viendo ahora: si China apoya a Rusia, la cosa es tremendamente difícil. Pero los europeos estamos muy perdidos y seguimos viviendo de las viejas glorias. No asumimos que viene un mundo nuevo en el que Occidente retrocede frente a una hegemonía asiática evidente. A lo mejor la jugada inteligente era haber atraído a Rusia hacia Occidente…

Álvaro Sánchez León
@asanleo

Entonces, ¿tú también lo viste?

Obra: El hombre de los dolores de Matthew Brooks

Durante una misa al aire libre, miró al sacerdote durante la Consagración. Para su total asombro, ya no veía al sacerdote, sino más bien, ¡Jesús de pie en su lugar! Podía escuchar la voz del sacerdote, pero vio a Cristo.

‎En‎‎ mis viajes por Canadá y los Estados Unidos, he tenido la bendición de pasar tiempo con algunos sacerdotes muy hermosos y santos, hombres que realmente están dando sus vidas por sus ovejas. Tales son los pastores que Cristo busca en estos días. ‎‎Tales son los pastores que deben tener este corazón para guiar a sus ovejas en los próximos días…‎

‎UNA HISTORIA REAL‎

‎Uno de esos sacerdotes relató esta verdadera historia personal sobre un evento que ocurrió mientras estaba en el seminario… ‎

‎Durante una misa al aire libre, miró al sacerdote durante la Consagración. Para su total asombro, ya no veía al sacerdote, sino más bien, ¡‎‎Jesús de pie en su lugar!‎‎ Podía escuchar la voz del sacerdote, pero ‎‎vio a Cristo‎‎. ‎

‎La experiencia de esto fue tan profunda que lo sostuvo dentro, reflexionándolo durante dos semanas. Finalmente, tuvo que hablar al respecto. Fue a la casa del rector y llamó a su puerta. Cuando el rector respondió, echó un vistazo al seminarista y le dijo: «Entonces, ¿‎‎tú también lo viste‎‎?»‎

‎EN PERSONA CHRISTI‎

‎Tenemos un dicho simple, pero profundo en la Iglesia Católica: ‎‎in persona Christi, ‎‎en la persona de Cristo. ‎

‎En el servicio eclesial del ministro ordenado, es Cristo mismo quien está presente en su Iglesia como Cabeza de su Cuerpo, Pastor de su rebaño, sumo sacerdote del sacrificio redentor, Maestro de la Verdad‎‎. Estos siervos son elegidos y consagrados por el sacramento del Orden por el cual el Espíritu Santo les permite actuar en la persona de Cristo, cabeza para el servicio de todos los miembros de la Iglesia. El ministro ordenado es, por así decirlo, un «icono» de Cristo sacerdote.‎‎ ‎‎—‎‎Catecismo de la Iglesia Católica, ‎‎n. 1548, 1142‎

‎El sacerdote es más que un simple representante. Él es un verdadero símbolo viviente y conducto de Cristo. A través del obispo y sus colaboradores, los sacerdotes a su cuidado, el Pueblo de Dios busca el pastoreo de Cristo. Ellos buscan en ellos guía, alimento espiritual y ese poder que Cristo les confirió para perdonar pecados y hacer que Su Cuerpo esté presente en el Sacrificio de la Misa. El rebaño también está buscando la ‎‎imitación de Cristo‎‎ en su sacerdote. ¿Y qué hizo Cristo, el Pastor, por Sus ovejas?‎

‎Daré mi vida por las ovejas. Juan 10:15‎

‎EL PASTOR CRUCIFICADO ‎

‎Mientras escribo esto, los rostros de esos cientos de sacerdotes, obispos y cardenales que he conocido en mis viajes están pasando ante mis ojos. Y me digo a mí mismo: «¿Quién soy yo para escribir estas cosas?» ‎‎ ‎‎¿Qué cosas? ‎

‎Que ha llegado la hora de que los sacerdotes y obispos den sus vidas por sus ovejas‎‎. ‎

‎Esta hora siempre ha estado con la Iglesia. Pero en tiempos de paz, ha sido más metafórico: el martirio «blanco» de morir a sí mismo. Pero ahora han llegado los tiempos en que el clero incurrirá en un mayor costo personal por ser un «Maestro de la Verdad». Persecución. Procesamiento. En algunos lugares, ‎‎martirio‎‎. Los días del compromiso han terminado. Los días de elección están aquí. Lo que está construido sobre arena se desmoronará. ‎

‎Aquellos que desafían este nuevo paganismo se enfrentan a una opción difícil. O se ajustan a esta filosofía o se enfrentan a la perspectiva del martirio.‎‎ —P. John Hardon; ‎‎¿Cómo ser un católico leal hoy? Siendo leal al Obispo de Roma‎‎; artículo de ‎‎therealpresence.org‎

‎Como dijo un comentarista protestante: «‎‎Aquellos que eligen casarse con el espíritu del mundo en esta era, se divorciarán en la próxima‎‎». ‎

‎Sí, si los sacerdotes han de ser iconos del Gran Pastor, deben imitarlo: fue obediente y leal al Padre hasta el final. Para un sacerdote, entonces, la lealtad al Padre Celestial también se expresa en lealtad al ‎‎Santo Padre‎‎, el Papa, que es el Vicario de Cristo (y Cristo es la imagen del Padre). Pero Cristo también amó, sirvió y se gastó por las ovejas en esta obediencia: amó a los suyos «hasta el fin».‎[1]‎ Él no agradó a los hombres, sino a Dios. Y al agradar a Dios, Él sirvió a los hombres. ‎

‎¿Estoy ahora ganándome el favor de los seres humanos o de Dios? ¿O estoy buscando complacer a la gente? Si todavía estuviera tratando de complacer a la gente, no sería un esclavo de Cristo. (Gal 1:10)‎

‎¡Ah! El gran veneno de nuestros días: ‎‎el deseo de agradar, de ser queridos y aprobados por nuestro prójimo. ‎‎ ¿No es este el ídolo de oro que la Iglesia moderna ha erigido en su corazón? A menudo he oído decir que la Iglesia se parece más a una ONG (organización no gubernamental) que a un Cuerpo místico en estos días. ¿Qué nos diferencia del mundo? Últimamente, no mucho. ¡Oh, cómo necesitamos santos vivos, no programas! ‎

‎Entre los abusos que vinieron después del Vaticano II estaba en algunos lugares la eliminación del santuario del símbolo de Jesús Crucificado y la eliminación del énfasis del Sacrificio de la Misa. Sí, la crucifixión de Cristo se ha convertido en un escándalo ‎‎incluso para los suyos‎‎. Hemos quitado la espada del Espíritu —la ‎‎verdad—‎‎ y hemos agitado en su lugar la brillante pluma de la «tolerancia». Pero como escribí recientemente, hemos sido llamados a ‎‎El Bastión‎‎ para prepararnos para la batalla. Aquellos que deseen blandir la pluma del compromiso serán atrapados con ella en los vientos del engaño y llevados lejos. ‎

‎¿Qué pasa con el profano? Él también es parte del ‎‎sacerdocio real‎‎ de Cristo, aunque de una manera diferente a aquellos ungidos con el carácter especial de Cristo en las Órdenes Sagradas. Como tal, el ‎‎laico‎‎ está llamado a dar su vida por ‎‎los‎‎ demás en cualquier vocación que encuentre. Y él o ella también debe ser leal a Cristo siendo obediente al pastor, al sacerdote, al obispo y al Santo Padre, a pesar de las debilidades y defectos personales. El costo de esta obediencia a Cristo también es grande. Tal vez sea más, porque a menudo la familia del laico sufrirá junto con él por el bien del Evangelio.‎

‎Seguiré Tu voluntad en la medida en que me permitas hacerlo a través de Tu representante. Oh Jesús mío, doy prioridad a la voz de la Iglesia sobre la voz con la que me hablas.‎‎ —Santa Faustina, ‎‎Divina Misericordia en Mi Alma, ‎‎Diario, 497‎

‎CONTAR EL COSTO‎

‎Todos debemos ‎‎contar el costo‎‎ si queremos servir fielmente a Jesús. Debemos darnos cuenta de lo que Él realmente nos está pidiendo, y luego simplemente decidir si lo haremos. Cuán pocos eligen el ‎‎camino estrecho, ‎‎y sobre esto, Nuestro Señor fue muy contundente:‎

‎Quien quiera salvar su vida la perderá, pero quien pierda su vida por mi bien la salvará. (Lucas 9:24)‎

‎Él nos está pidiendo que seamos Sus manos y Sus pies en el mundo. Ser como estrellas que brillan cada vez más en la creciente oscuridad, aferrándose a la verdad. ‎

‎[Jesús] es elevado y resplandeciente entre las naciones ‎‎a través de las vidas ‎‎de aquellos que viven virtuosamente en la observancia de los mandamientos.‎‎ Máximo el Confesor; ‎‎Liturgia de las Horas‎‎, Vol IV, p. 386 ‎

‎Pero, ¿no fueron Sus manos y pies también clavados en un árbol?‎‎ Sí, si has de vivir virtuosa y lealmente los mandamientos de Cristo, puedes esperar ser perseguido e incluso odiado. ‎‎Especialmente si eres sacerdote‎‎. Ese es el costo que enfrentamos en grados cada vez mayores hoy, no porque el estándar del Evangelio se haya elevado (siempre ha sido el mismo), sino porque vivirlo auténticamente se encuentra cada vez más con hostilidad. ‎

‎De hecho, todos los que deseen vivir una vida piadosa en Cristo Jesús serán perseguidos. (2 Tim 3:12)‎

‎Estamos entrando más profundamente en la ‎‎confrontación final‎‎ del Evangelio y el anti-Evangelio. Hay algo así como un ataque frenético contra la Iglesia en estos días, una blasfemia desenfrenada de todo lo que es sagrado y santo. Pero‎‎ así como Cristo fue traicionado por los suyos, nosotros también debemos esperar que parte de la persecución más feroz pueda provenir de‎‎ dentro de nuestras propias parroquias‎‎. Porque muchas iglesias de hoy han sucumbido al espíritu del mundo a tal grado que aquellos que realmente viven su fe se convierten seriamente en un ‎‎signo de contradicción‎‎.‎

‎Bienaventurados los que son perseguidos por causa de la justicia, porque el suyo es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando los hombres os injurian y os persiguen y pronuncian toda clase de maldad contra vosotros falsamente por mi cuenta. Regocíjate y alegraos, porque vuestra recompensa es grande en el cielo… ‎‎ ‎‎(Mateo 5:10-12)‎

‎Lea eso ‎‎una y otra vez‎‎. ‎‎ ‎‎Para la mayoría de nosotros, la persecución vendrá en forma de doloroso rechazo, segregación y tal vez incluso pérdida de empleo. ‎‎Pero es en este martirio de lealtad donde se da un gran testimonio…‎‎ Es entonces cuando Jesús brilla a través de nosotros porque el yo ya no está bloqueando la Luz de Cristo. Es en ese momento que cada uno de nosotros es otro Cristo, actuando ‎‎en persona Christi‎‎. ‎

‎Y en este sacrificio de sí mismos, tal vez otros miren hacia atrás en nuestro testimonio en el que Cristo brilló y se digan unos a otros‎‎: «Entonces, ¿tú también lo vistes‎‎?»‎

Continuar leyendo Entonces, ¿tú también lo viste? en The Now Word.

Cambio de agujas Juan Manuel Cotelo (director de cine)

La Virgen María es un regalo que Dios nos da, y como regalo, podemos recibirlo o no. Ella está interesada en cada uno de nosotros. No sé medir su importancia en mi vida. Si queremos gozar de sus servicios, los tenemos.

Algunas personas cuentan lo que experimentaron al salir de alguna de las películas que hemos hecho. Una persona escribió desde México: Salí a la calle para suicidarme, al pasar por el cine, entré… Su película salvó mi vida.

Jesús nos dice: “Sin Mí no pueden hacer nada”. Y es verdad: Tú no tienes fuerza para convertir tu alma ni a nadie. Pedro dijo: “YO voy a dar la vida por Cristo”. Y luego dice: “No lo conozco”. A Dios le dejas actuar en ti, o no lo dejas hacer en ti.

Si cuando hay fruto, no le robas la gloria a Dios, vamos adelante.

EL EXILIO DEL VIGILANTE

Si el vigilante ve venir la espada y no toca la trompeta, para que el pueblo no sea advertido, y la espada venga, y se lleve a cualquiera de ellos; ese hombre es quitado en su iniquidad, pero su sangre la requeriré de la mano del vigilante. (Ezequiel 33:6)

Un cierto pasaje en el libro de Ezequiel fue fuerte en mi corazón el mes pasado. Ahora, Ezequiel es un profeta que jugó un papel importante al comienzo de mi llamado personal a este apostolado de escritura. Fue este pasaje, de hecho, el que me empujó suavemente del miedo a la acción:

Si el vigilante ve venir la espada y no toca la trompeta, para que el pueblo no sea advertido, y la espada venga, y se lleve a cualquiera de ellos; ese hombre es quitado en su iniquidad, pero su sangre la requeriré de la mano del vigilante. (Ezequiel 33:6)

Diecisiete años después, continúo permaneciendo en un lugar de misterio y asombro en cuanto a las cosas que me he visto obligado a escribir, ya que ahora vemos la «Gran Tormenta» de la que el Señor me habló de desarrollarse más o menos como literalmente se escribió en Apocalipsis Capítulo 6.[1] 

LOS EXILIADOS

Pero hace un mes, otro pasaje de Ezequiel fue puesto sobre mi corazón:

La palabra del Señor vino a mí: Hijo del hombre, vives en medio de una casa rebelde; tienen ojos para ver, pero no ven, y oídos para oír pero no oyen. ¡Son una casa tan rebelde! Ahora, hijo del hombre, durante el día mientras observan, empacan una bolsa para el exilio, y nuevamente mientras observan, exiliarse de su lugar a otro lugar; tal vez vean que son una casa rebelde. (Ezequiel 12:1-3)

Al mismo tiempo, tanto mi esposa como yo sentimos un acontecimiento conmovedor. Incluso estaba revisando nuestra granja y organizando cosas, tirando o regalando cualquier cosa que no necesitáramos, simplificando sin saber realmente por qué. Luego, en un instante, una pequeña granja en otra provincia salió al mercado. Ambos sentimos que Dios nos llamaba allí… y a través de un milagro tras otro, estamos siendo llamados a movernos. Hemos volcado nuestros corazones en nuestra pequeña granja actual, construida prácticamente desde cero. Hay tantos recuerdos aquí donde hemos criado a nuestros ocho hijos… sin embargo, a través de las lágrimas, hoy, estamos sacando nuestras cajas y comenzando a empacar, a plena luz del día, tan pronto como termine este artículo.

Durante el día, mientras miran, saca tu bolso, el bolso de un exiliado. Por la noche, de nuevo mientras observan, salen como si se exiliaran. (Ezequiel 12:4)

Mira, casi no entiendo todo esto yo mismo. Ha sido un torbellino las últimas semanas; o estamos locos por desarraigarnos en este momento del mundo, o este es un movimiento brillante de lo Divino. Pero también me recuerda a una de las primeras «palabras del ahora» que el Señor me dio hace años.[2] después de que el huracán Katrina golpeara directamente a Lousiana:

«Nueva Orleans fue un microcosmos de lo que está por venir… ahora estás en la calma antes de la tormenta». Cuando el huracán Katrina golpeó, muchos residentes se encontraron en el exilio. No importaba si eras rico o pobre, blanco o negro, clérigo o laico; si estabas en su camino, tenías que moverte ahora. Se avecina una «sacudida» global, y producirá en ciertas regiones exiliados. (ver Los refugios y soledades venideros) — de La hora de los exiliados

¡Ver! El Señor está a punto de vaciar la tierra y arrasarla; él retorcerá su superficie, y dispersará a sus habitantes: El pueblo y el sacerdote se comportarán por igual: siervo y amo, sirvienta y amante, comprador y vendedor, prestamista y prestatario, acreedor y deudor. (Isaías 24:1-2)

A medida que Los Siete Sellos de la Revolución se desarrollan literalmente ante nuestros ojos, ya estamos viendo el desplazamiento de millones de ucranianos, por ejemplo, de ese conflicto regional. ¿Qué sucederá cuando la guerra, el hambre y otras armas biológicas sean liberadas sobre un mundo desventurado? Habrá exiliados, en todas partes. Por supuesto, estoy horrorizado por lo que estoy escribiendo; no hay ni una onza de mi alma tratando de ser melodramática. Pero está claro que muchos de nuestros líderes mundiales han abandonado a su gente para participar en el «Gran Reinicio»: impuestos más altos al carbono, aumento de los costos del combustible, escasez de alimentos … todo esto está sucediendo bajo su vigilancia, y no están desfasados por ello. ¿Por qué? Porque, en su arrogancia, creen que debemos destruir el orden actual «para el bien común» con el fin de «reconstruir mejor», y esto significa destruir a la clase media, enriquecer a la cima (para que tengan los recursos para gobernarnos, por supuesto) y hacer que el resto de nosotros seamos «iguales».[3] Nuestra Señora nos ha estado advirtiendo durante años que el comunismo volvería.[4] ¿Cómo lo están haciendo? Ordo ab chaos («orden del caos») es el modus operandi masónico. Thomas Jefferson escribió a John Wayles Eppes Monticello:

… el espíritu de guerra y acusación… desde la teoría moderna de la perpetuación de la deuda, ha empapado la tierra de sangre y aplastado a sus habitantes bajo cargas que se acumulan. —24 de junio de 1813; let.rug.nl

¿Te suena familiar?

Pensamos en los grandes poderes de la actualidad, en los intereses financieros anónimos que convierten a los hombres en esclavos, que ya no son cosas humanas, sino que son un poder anónimo al que sirven los hombres, por el cual los hombres son atormentados e incluso masacrados. Ellos [es decir, los intereses financieros anónimos] son un poder destructivo, un poder que amenaza al mundo. —PAPA BENEDICTO XVI, Reflexión tras la lectura del oficio para la Tercera Hora esta mañana en el Aula del Sínodo, Ciudad del Vaticano, 11 de octubre de 2010

Confieso que una cierta ira justa se está levantando en mi alma contra la arrogancia absoluta de estos hombres a menudo no elegidos que están fabricando crisis, dictándonos qué hacer con nuestros cuerpos, gravándonos hasta la muerte y destruyendo deliberadamente la infraestructura a través de bloqueos, inflación, guerra, etc. Pero aquí, me doy cuenta de que Dios también les ha dado autoridad,[5] y por eso es mi deber no maldecirlos, sino orar por su salvación.

LOS DÍAS VENIDEROS

Y así, va a haber un cierto «caos» en la familia Mallett durante al menos los próximos meses a medida que nos exiliamos de nuestra zona de confort. Espero poder compartir la extraña «palabra ahora» aquí y allá durante este movimiento, pero no puedo hacer ninguna promesa (aunque, ya tengo una «palabra» en mi corazón que espero escribir en breve…). Lo que no cesará son mis oraciones diarias y mi amor por todos y cada uno de ustedes.

Los días del exilio están sobre nosotros. Se verá diferente de una familia a otra. Para algunos, eventualmente seremos llamados a refugios; otros ya están allí; y para todos nosotros, es principalmente un refugio espiritual.[6] Y, sin embargo, otros serán llamados a grandes sacrificios por el bien del Evangelio. Lo que importa es que permanezcamos firmemente en la Voluntad Divina, pase lo que pase. Cielo… mantén tus ojos en el Cielo. Ahí es donde estamos destinados, y cuando estemos allí, todo esto parecerá un parpadeo en la eternidad. Así que no te preocupes ni te preocupes por nada; en lugar de…

Echa todas tus preocupaciones sobre él porque él se preocupa por ti. (1 Pedro 5:7)

Ruega por nosotros… como lo haremos por ti.

La palabra del Señor vino a mí: ¡
Hijo del hombre, escucha! La casa de Israel está diciendo:
«La visión que ve está muy lejos;
¡profetiza para tiempos lejanos!»
Dígales, pues: Así dice el Señor DIOS:
Ninguna de mis palabras se retrasará más.
Todo lo que digo es definitivo; se hará… (Ezequiel 26-12-28)

Lea The Watchman’s Exile de Mark Mallett en The Now Word.

El refugio de nuestros tiempos

¿Realmente va a haber refugios en estos tiempos? ¿Son sólo refugios espirituales o físicos reales? ¿Está esto en la Escritura o en la Sagrada Tradición?

Mark Mallett ofrece a los lectores una guía católica sobre cuál es el refugio para nuestros tiempos, cómo entrar en él y la perspectiva saludable que debemos mantener en estos días extraordinarios. Lea El refugio de nuestros tiempos en Moral y Luces.

«Mamá, quiero bautizarme», después de un testimonio en TikTok

En Francia, como en España y otros países de cultura occidental, a medida que disminuye el porcentaje de niños que son bautizados por sus padres, se empieza a detectar un fenómeno creciente: los adolescentes que piden ser bautizados.

A veces, son hijos de inmigrantes de países con otras religiones. Otras veces, sus padres fueron bautizados, pero vivían lejos de la fe y se sorprenden cuando su hijo muestra interés.

A veces, el desencadenante es una mudanza, un cambio de ciudad o escuela, y conocer a otros adolescentes que sí tienen fe. A veces es una lectura, una intuición profunda y sostenida acerca de Dios, o incluso un breve testimonio visto en Tik Tok. En la adolescencia pueden asistir a un funeral y hacer preguntas sobre Dios, la vida y la muerte. O pueden ser invitados al bautismo de un bebé, y allí hacer preguntas sobre por qué no son bautizados.

En Famille Chretienne han charlado con varias chicas francesas que explican por qué quieren bautizarse.

Lilou: el ejemplo de otra chica en Tik Tok

El primer caso que presentan es el de Lilou, que está a punto de cumplir 13 años. Su madre, Stephanie, fue bautizada como un bebé «porque mis abuelos no podían soportarlo de otra manera. Pero para nuestros propios hijos, la idea ni siquiera pasó por nuestras mentes». Stephanie se considera «católica por valores«, pero no creyente.

Su hija, dice, «es extremadamente curiosa e hiperactiva». Quiere ser esteticista, hace escalada en roca, boxeo francés, costura, coro, es la «ecodelegada» en su clase…. Ella va a una escuela pública en una ciudad de tamaño mediano en el sur de Francia.

Lilou vio un video en TikTok. «A principios del año pasado, me encontré con el testimonio de una adolescente de mi edad que me explicó que iba a ser bautizada. Ella estaba explicando su experiencia, contando historias acerca de Dios y citando pequeños fragmentos de la Biblia. Sentí que había algo bueno para mí en lo que estaba escuchando», explica Lilou. Y entonces le dijo a su madre: «Mamá, me gustaría probar la religión, el catecismo, el bautismo y la comunión.

Su madre le dijo que lo pensara, que dejara pasar el tiempo, pero pasaron las semanas y todavía tenía esa idea. «Me dije a mí mismo que si no lo intentaba nunca lo sabría. La pregunta seguirá dando vueltas en mi cabeza», explica la niña. Cuando comience el nuevo año escolar, Lilou irá a la catequesis para adolescentes.

Bautizar a adolescentes: un itinerario que no está muy bien pensado

Bautizar a adolescentes provenientes de entornos incrédulos es algo que las iglesias occidentales realmente no han pensado. En realidad, no es ni el bautismo de adultos ni el bautismo de bebés. Psicológica y sociológicamente es algo diferente. Y se supone que la confirmación y la catequesis adolescente son para niños que han vivido la fe en casa, o en la escuela, o al menos hicieron un par de años de catequesis para su primera comunión.

En Francia, el servicio catequético de los obispos franceses tiene un jefe de catequesis de adultos y catecumenado, un catequista veterano, Joëlle Eluard. «El terreno no está bien preparado para acomodar lo que estos jóvenes demandan. Sabemos acompañar a los adultos al bautismo y a los niños a la primera comunión. Pero las peticiones para el bautismo de adolescentes son nuevas», admite.

Trató de reunir información y pidió a las 104 diócesis francesas que le dieran cifras sobre los bautismos de adolescentes en sus diócesis. Poco más de la mitad respondió. Las cifras que obtuvo fueron:

– 1.629 en 2016

– 2.204 en 2017

– 1.899 en 2018

Dado que casi la mitad de las diócesis no respondieron, es perfectamente posible que alrededor de 3,000 adolescentes sean bautizados cada año.

En principio, se espera que sean bautizados, como otros adultos, en la Vigilia Pascual o el día de Pascua. Se forman con los pasos y ritos del Rito de Iniciación Cristiana para Adultos, exponiéndolos a la esperanza cristiana y animándolos a vivir el amor con sus hermanos y hermanas, la conversión, aunque Eluard señala que «estos no son necesariamente grandes cambios, cosas espectaculares», porque «las cosas pequeñas pueden tener grandes efectos y eso es lo que se les invita a hacer.

Lilou da un ejemplo de los pasos que ya está dando. Todavía no va a la catequesis, pero dice que reza todos los días, a su manera. «Para orar, voy a mi habitación, me pongo mi collar con una cruz, y comienzo mi oración diciendo frases religiosas. Hablo con Dios como si estuviera frente a mí. A veces me río. Termino la oración diciendo «adiós» y «gracias por escucharme». Hago una gran y hermosa señal de la cruz, y eso es todo».

Lilou tiene un poco de miedo de lo que sus compañeros de clase podrían decir si supieran sobre sus intereses religiosos, y solo se lo ha dicho a un amigo.

La fe de un niño… que se convierte en un adolescente

Otro caso reportado en la revista francesa es el de Lou. Es una adolescente de 14 años interesada en los cómics japoneses, el dibujo y el remo en canoa. Cuando tenía 8 años, ingresó a una escuela católica. Descubrió que había niños cristianos, niños que, dice, «hablaban de su fe, de Jesús. Dijeron que al hablar con Él eran mejores. Me interesó.

Había clases de religión en la escuela. «Cuanto más hablábamos de ello, más quería saber», explica. «Cuando rezábamos el Padre Nuestro al final de la sesión, siempre tenía la impresión de que Él estaba realmente allí, en la clase». Lou admite que, de alguna manera, incluso cuando era niño, «sentí que había Alguien, para nosotros, presente en todas partes del universo. Y que Nos ayude y nos quiera».

Su madre admite que durante un tiempo, de 2013 a 2016, pospuso bautizarla hasta que lloró y le dijo: «Si alguna vez muero sin ser bautizada, no iré al Cielo». «Sus palabras y su miedo me marcaron», comenta la madre.

Fue bautizada en 2016. «El día de mi bautismo, ya no sentí simplemente una presencia. Sabía que ahora estaba a mi lado. Fue aún más fuerte», asegura la niña. Ahora, una adolescente, se está preparando para la Confirmación.

Hijos de inmigrantes de otras culturas

En el grupo de catequesis contactado por Lilou hay otras dos niñas que se preparan para el bautismo, que son hermanas y ya van a la iglesia. Se trata de Gabrielle, de 12 años, que quiere ser abogada o periodista, y Louise, de 15, que está pensando en convertirse en azafata. Parece que su padre, en algún momento, pensó en convertirse en sacerdote, pero luego se alejó de la fe. El nombre de su madre es Habiba, es de Camerún, con un padre musulmán y una madre católica no practicante.

Louise, la joven de 15 años, dice que siempre se ha sentido cristiana de alguna manera. La más joven, Gabrielle, le dijo a su madre que quería ser bautizada porque «si sigo el camino de Dios, un día iré al Cielo».

Gabrielle tiene la intención de terminar de leer el Nuevo Testamento esta Cuaresma y celebrar el bautismo con una pequeña fiesta. «Me siento más tranquila, menos agresiva, desde que decidí bautizarme, noto que he cambiado», dice.

Las dos hermanas explican su visión de Dios de esta manera: «Él da paz a todos, ayuda a las personas. Nos da apoyo, coraje, escucha nuestros problemas y a veces los resuelve».

Católica Nueva York

Catedral de San Patricio, Nueva York. Erigido en 1878

Tenía poco más de veinte años. No recuerdo el día ni el año, solo que debo haber tenido entre 22 y 24 años, probablemente en el extremo más joven del rango de edad. Estaba en mis años de pregrado, estudiando historia en CUNY Queens College, trabajando tardes y fines de semana con mi padre para su empresa de paisajismo mientras tomaba clases por la noche. Cuando la gente preguntaba «¿qué haces?» y yo les decía que soy paisajista, siempre asumían que cortaba el césped en los suburbios de Long Island, donde he vivido toda mi vida y sigo viviendo hasta el día de hoy. Es decir, hasta que les decía: «no, mi padre y yo trabajamos en Manhattan». Luego pasaría por un spiel sobre cómo plantaríamos árboles, flores y cosas de este tipo. Mi padre había sido dueño del negocio desde que tenía 23 años, después del fallecimiento de su propio padre, mi abuelo John, a quien nunca había conocido. Él se jubilará pronto, pero yo también pasé horas con él, mi hermano, mi amigo o solo haciendo este mismo trabajo. Algunos entienden la belleza única, y en cierto sentido, grosera y el esplendor del entorno que es la ciudad de Nueva York (NYC). Otros no pueden y no quieren, eso es igual de bueno. Fue en un día particular en la primavera de mis primeros veinte años que las puertas se abrieron a una iglesia mientras ya me había estado enamorando de la Iglesia, y comencé a entender la magia de lo que los turistas podrían llamar «la gran manzana», pero lo que simplemente llamamos «la ciudad».

Si el lector vive en Nueva York (NY), le insto a que haga el viaje a la ciudad y tome un metro o taxi hasta la calle 76 y Lexington Ave. Allí verá la Iglesia Católica Romana de San Juan Bautista. Mi padre, mi hermano y yo habíamos trabajado en la iglesia hace algunos años y, como joven católico entusiasta, cuando vi el interior de este lugar, solo pude pensar en el título de la autobiografía de C.S. Lewis: Sorprendido por la alegría. De hecho, la imponente belleza del lugar era literalmente asombrosa. Hablando con el sacerdote, a quien no nombraré, recuerdo que mi padre le preguntó «¿dónde está tu collar?» y el sacerdote nos dijo lo buena que era Lady Gaga cuando fue a la escuela allí en un intento poco entusiasta y francamente patético de parecer «normal». Nosotros, no solo como católicos sino como neoyorquinos, hemos sido testigos de la decadencia de dos de las instituciones y lugares más bellos y misteriosos del mundo: la Iglesia Católica Romana y la Ciudad de Nueva York, y esta pequeña anécdota ilustra bien el tema general de este artículo. Siempre estaré enamorado tanto de la Iglesia como de la ciudad y consideraré a ambos «hogar», en muchos aspectos. Tengo la intención de hacer lo mismo que el autor «Griffin Hasbury» había hecho al escribir el libro Vanishing New York: How a Great City Lost its Soul, y es escribir una pieza que es una carta de amor a la una vez hermosa y católica Nueva York, pero también un lamento por lo que se ha convertido, aunque mostraré al lector que no se le ha dado del todo su golpe mortal.

Dame tus cansados, tus pobres, tus masas apiñadas que anhelan respirar libres, la miserable basura de tu repleta orilla. Envíame estos, los sin hogar, la tempestad, ¡levanto mi lámpara al lado de la puerta dorada!

Palabras del poema de Emma Lazarus The New Colossus. Más conocido que el poema en sí y la propia poeta es donde se pueden encontrar las palabras, es decir, en el pedestal de la Estatua de la Libertad. Mientras escribo esto, solo han pasado tres días desde el fallecimiento de Alice von Hildebrand. Nació en Bélgica, el 11 de marzo de 1923, y el lugar de su fallecimiento fue New Rochelle, Nueva York, un suburbio del norte de Nueva York. A principios del verano de 1940, Alemania invadió Bélgica mientras Alice von Hildebrand (entonces Alice Jourdain) tenía solo 17 años. Ese mismo año, la joven Alice Jourdain cruzó el océano Atlántico y llegó a los Estados Unidos, donde estudiaría en el Manhatanville College de Purchase, Nueva York. Es aquí donde conocería al eminente filósofo y a su futuro esposo, un tal Dietrich von Hildebrand. Este encuentro se convertiría en un matrimonio de dos refugiados de la Segunda Guerra Mundial.

Caminando por el East Village, solo quiero llorar por el estado de todo … es como una casa de hermanos en todas partes… ¿Dónde están los verdaderos bichos raros? ¿Los verdaderos marginados? Son una raza que se desvanece aquí. [1]

Esta fue una cita dada al Daily Beast por la actriz de cine independiente Chloë Sevigny, referenciada en Vanishing New York de Hasbury. Hasbury y yo, aunque diferimos ideológicamente, nos afligimos por el mismo lugar y lo mismo: una Ciudad de Nueva York que una vez estuvo rebosante de carácter y vida, ahora un páramo de corporaciones multimillonarias y grandes bancos. Donde una vez hubo Pastrami y cafeterías, ahora están Duane Reades y Chase Banks. La «gentrificación» es el enemigo nombrado en Vanishing New York, sin embargo, Hasbury siente nostalgia por la ciudad de Nueva York que fue el hogar de beatniks, poetas, artistas y revolucionarios. En mi opinión, los verdaderos artistas y revolucionarios (o tal vez contrarrevolucionarios) están mejor representados por hombres como Dietrich von Hildebrand y su esposa Alice von Hildebrand, entre innumerables otros buenos y siempre únicos católicos de Nueva York.

En el verano de 1934, Adolf Hitler nominó a Franz von Papen para ser embajador en Austria para el Tercer Reich. Así es como Von Papen habló de su mayor enemigo ideológico en el país de Austria: «ese maldito Von Hildebrand es el mayor obstáculo para el nacionalsocialismo en Austria … Nadie causa más daño». [2] El propio Von Hildebrand había estado en Viena, la capital de Austria, desde 1933, un año antes de los comentarios de Von Popen. El tiempo de Von Hildebrand en Austria no sería permanente. Él y su entonces esposa Gretchen von Hildebrand, que falleció en julio de 1957, partieron en el último tren hacia Pressburg, la capital de Eslovaquia. Este sería el último tren en partir antes de la invasión nazi de Viena, de hecho, la Gestapo llegó a la casa de Von Hildebrand buscándolo poco después de su partida. No sería hasta el año 1940 que Dietrich Von Hildebrand finalmente llegó a Nueva York, donde enseñaría en la Universidad de Fordham y viviría el resto de su vida. [3]

Tal vez sea un mero accidente de la historia, tal vez no sea una coincidencia en absoluto, o tal vez sea ambas cosas, pero la historia de Nueva York podría dar al lector y al autor una comprensión de por qué este estado notoriamente liberal proporcionaría un hogar y un refugio para el tipo de hombre que fue Von Hildebrand, y por qué se podría argumentar que son hombres como él en quienes vive el espíritu de este lugar. Nueva York era y no es como sus contrapartes del noreste. El término operativo aquí es gedoocultuur, es decir, «tolerancia holandesa». Nueva York fue colonizada por los holandeses en el siglo XVII que, aunque calvinistas, no eran tan puritanos como lo eran los colonos ingleses de Massachusetts y el resto de Nueva Inglaterra. Habsury cita La isla en el centro del mundo de Russel Shorto, quien explica que «la República Holandesa en la década de 1600 era la sociedad más progresista y culturalmente diversa de Europa». Como dice acertadamente Hasbury, la ciudad proporciona «un puerto seguro para intelectuales y autores exiliados». [4] ¡Ninguno podría encajar mejor en esta descripción que Von Hildebrand!

¿En qué sentido está «desapareciendo» Nueva York desde un punto de vista católico? ¿Se ha ido la ciudad de Nueva York que una vez fue el hogar de Von Hildebrand, e incluso del Venerable Fulton Sheen, el Arzobispo John Hughes e incluso Thomas Merton? Podemos mirar un artículo en el New York Times escrito en 2015 para algo parecido a una respuesta a la pregunta. El artículo describe la escena de dos cierres de parroquias en el upper east side y el lower east side de Manhattan, el primero de los cuales es la parroquia de Nuestra Señora de la Paz, donde se cita a la feligresa Dooner Lynch diciendo: «Este es el comienzo de nuestra crucifixión, nuestro Viernes Santo, los clavos clavados en el ataúd de Nuestra Señora de la Paz». Desde entonces, Nuestra Señora de la Paz se ha «fusionado» con la parroquia de San Juan Vianney y el edificio que fue el antiguo hogar de Nuestra Señora de la Paz fue arrendado al Patriarcado Copto Ortodoxo de Nueva York y Nueva Inglaterra y ahora es la parroquia copta ortodoxa de Santa María y San Marcos. Aunque los coptos ortodoxos son formalmente herejes monofisitas, son al menos litúrgicamente ortodoxos, y este ejemplo es un ejemplo de cómo la cáscara hueca de las principales Iglesias católicas a menudo son desplazadas por aquellos que no han perdido su alma o corazón, al trivializar su praxis litúrgica. De las reformas litúrgicas del rito romano que ocurrieron después del Concilio Vaticano II, Dietrich von Hildebrand dijo lo siguiente:

Verdaderamente si a uno de los demonios en las cartas screwtape de C.S. Lewis se le hubiera confiado la ruina de la liturgia, no podría haberlo hecho mejor. [5]

La correlación entre las reformas que ocurrieron después del concilio y el éxodo fuera de la Iglesia es marcada y su impacto en la Iglesia, en términos generales, ha sido negativo, sin embargo, será útil evaluar las estadísticas a mayor escala y ver cómo también se aplican al tema de esta misiva, es decir, mi amada Nueva York.

«¡Ningún cambio pasará más allá de la Estatua de la Libertad!», exclamó el cardenal Francis Spellman, arzobispo de Nueva York de 1939 a 1967. Como es obvio para la mayoría, si no para todos, que leerán esto, el cardenal Spellman no pudo cumplir su promesa, ya que murió antes de que se cerrara el Concilio Vaticano II y, de hecho, la implementación de las reformas del concilio fue tan amplia en Nueva York como en cualquier otro lugar. Aunque algunos plantean preguntas sobre el pasado del cardenal Spellman, ese no es el tema de este artículo, por lo que lo dejaré sin abordar y apreciaré la declaración por lo que es: un maravilloso ejemplo de fanfarronería y retórica de Nueva York.

¿Cuál es la sombría realidad de la situación en la Iglesia en general y aquí en Nueva York? Considere algunas estadísticas: la encuesta Leading Catholic Indicators de Kenneth C. Jones mostró que para 1999, el 77% de los católicos estadounidenses no creían que uno debiera asistir a misa el domingo para ser un buen católico y solo el 17% de los jóvenes varones católicos creían en un sacerdocio exclusivamente masculino. [6] La estadística más condenatoria, sin embargo, provino de Pew Research en 2019, que encontró que solo un tercio de los católicos estadounidenses creen que Cristo está verdaderamente presente en la Eucaristía.

Ahora nos remitimos al artículo en el New York Times para ver que tales cambios sin precedentes precedieron a un colapso sin precedentes en la Nueva York católica. Cuando se escribió ese artículo hace 7 años, la Arquidiócesis de Nueva York estaba experimentando «la mayor revisión de la estructura parroquial» en su historia, que incluyó el cierre de «casi 40 edificios de iglesias«. Los cierres de iglesias fueron parte de un «plan de reorganización«, una forma elegante y eufemística de decir «control de daños», por parte de la Arquidiócesis, que reduciría el número de parroquias en un veinte por ciento. Las dos razones principales citadas como catalizador del «plan de reorganización» fueron los cambios demográficos y la disminución del número de sacerdotes. Haciéndose eco de nuevo del lamento de Chloë Sevigny: «¿Dónde están los verdaderos parias?» ¿Dónde está Von Hildebrand? ¿Deben los hombres como mi padre experimentar una Iglesia aburguesada por la corriente principal y los sacerdotes que intentan complacer haciendo referencia a Lady Gaga? En muchos aspectos, esto es lo que nos queda aquí en Nueva York, de hecho, las estadísticas lo confirman. Sin embargo, podemos estar seguros de que las puertas del infierno no prevalecerán contra la Iglesia de Cristo a nivel mundial, ni siquiera aquí en mi estado natal.

Aparentemente, no parece que Von Hildebrands se quede en esta gran ciudad, haciendo enemigos de los tiranos hasta el punto de escapar por poco de sus ataques asesinos. Esta ausencia, sin embargo, es sólo ostensible. He visto el espíritu de la Nueva York católica vivo e incluso próspero, pero como Nuestro Señor en el pesebre, puede que no siempre esté donde esperas encontrarlo y no es obvio a menos que sigas la estrella sobre la guardería que te lleva allí.

¿A qué me refiero entonces?

Me refiero a la dirección espiritual que recibo del Padre John Wachowicz, aquí mismo en Long Island. Me refiero a encontrarme con hombres como Charles A. Coulombe después de las Vísperas Solemnes en la Iglesia del Santísimo Redentor de East Village. Me refiero a estrechar la mano del sacerdote que organizó el evento en esa misma iglesia esa misma noche.

En el libro de Hasbury, hay una imagen de un mural callejero en el que está escrito «el East Village está muerto«. Un lugar descrito como «un espacio poco común… un refugio largamente buscado para aquellos que nunca se sintieron como en casa en ningún otro lugar. Misántropos solitarios… poetas, punks, activistas». [7] De hecho, el autor da otros ejemplos de tipos de personajes menos que sabrosos, pero sostengo que los verdaderos activistas, los verdaderos poetas y, desde el amplio mandato de vacunación de Nueva York que se anunció días después de la visita del Sr. Coulombe, los verdaderos parias se pueden encontrar dando charlas y firmas de libros en los sótanos de las iglesias. Tal vez estos mismos parias se pueden encontrar en una sotana o vestidos y cantando una misa alta, la misma misa que ahora es un paria de los boletines de la iglesia en todas partes. El espíritu de NY vive verdaderamente en nuestros contrarrevolucionarios. Aquellos que aman la poesía de los salmos y la música del canto, que pueden escuchar eco de una iglesia del centro mientras pasean por una acera de la ciudad, susurrando «ven y ve» al transeúnte. Si bien el autor de Vanishing New York y yo tuvimos la tentación de escribir el obituario de Nueva York, solo sé que la extraña belleza que es Nueva York no está muerta, solo necesitas saber dónde buscar y a quién preguntar para encontrarla.

Foto de Joseph Barrientos en Unsplash

[1] Jeremiah Moss, Vanishing New York: How a Great City Lost its Soul (Nueva York, NY 2017), pág. 22.

[2] Dietrich von Hildebrand, My Battle Against Hitler (Nueva York: Image, an Imprint of the Crown Publishing house), introducción.

[3] Alice von Hildebrand, El alma de un león (San Francisco, CA: Ignatius Press, 2000), 295.

[4] Moss, op. cit., 33-34.

[5] Dietrich von Hildebrand, El viñedo devastado, trans. Crosby y Teichert (Roman Catholic Books: 1973), pág. 71.

[6] Padre Matthias Gaudron, El Catecismo de la Crisis en la Iglesia (Kansas City, MO: Angelus Press 2014), 4.

[7] Musgo, 15.

He pregonado a los 4 vientos (eso 💉 es malo)

Presionaron a los atletas olímpicos de varias maneras para que nos «vacunáramos», no sabíamos en qué nos estábamos metiendo.

He pregonado a los 4 vientos (eso 💉 es malo), pero es difícil superar la censura.

Pasé de tener 500.000 visitas por publicación, a 5.000 en todo el día.

Kyle Dake Tres veces campeón del mundo de lucha libre.

VÍDEO:

https://t.me/No_Plandemia/2533

¡No más ministros extraordinarios de la eucaristía, ni más comuniones en la mano!

¡No más ministros extraordinarios de la eucaristía, ni más comuniones en la mano! «Hijitos de mi corazón, Pequeños míos, se están cometiendo muchos sacrilegios con la Santa Eucaristía. Mi Hijo está siendo ultrajado en su Divinidad por las manos indignas e impuras de mis hijos laicos. ¡Cómo Madre del Hijo de Dios y Madre de la humanidad, os pido mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la eucaristía, ni más comuniones en la mano! El Cuerpo y la Sangre de mi Hijo, están siendo ultrajados por muchos laicos que se están tomando atribuciones que solo le corresponden a los Sacerdotes y demás Ministros consagrados como son: el Papa, los Cardenales y Obispos. Ninguna mano que no esté consagrada por el Ministerio Sacerdotal, puede tocar a mi Hijo…» (Lea el mensaje completo)

Juan Pablo II: ”No puedo estar a favor de la Comunión en la mano y tampoco la puedo recomendar …El sacerdote tiene una responsabilidad primordial como ‘siervo de la Santa Eucaristía y de todas las Formas Santas’, primordial porque es completa. El tocar las Creaciones Santas es un privilegio de los ordenados”(Dominicae Cenae II) «La comunión en la mano la introdujo la jerarquía modernista sin autorización de la Santa Sede (cardenal Suenens en Holanda etc). Pablo VI se opuso tenazmente a permitirla pero decidió otorgar un indulto sólo donde el uso estaba ya arraigado para evitar una desobediencia generalizada.»

Monseñor Juan Rodolfo Laise, Obispo argentino afirma: «Conozco la historia de la comunión en la mano, fue reintroducida clandestinamente, difundida en base a equívocos, y confirmada por medio de desobediencias inquebrantables… (al Santo Padre), imponiendo a lo largo de veintisiete años un uso al que el Papa no quería autorizar por considerarlo peligroso para el bien de la Iglesia, hasta que lograron finalmente que se extendiera por casi todo el mundo.»

Jesús a Catalina Rivas, (vidente estigmatizada. Nihil obstat por Mons. R. Fernández, Arzobispo boliviano)“No son ni 10 ni 20 los verdugos que destrozan Mi Cuerpo, son muchísimas las manos que lastiman Mi Cuerpo recibiendo la Comunión en la mano, -el trabajo sacrílego de satanás-.”

Mensaje de Jesucristo a Catalina Rivas sobre la Comunión en la BOCA – «A quienes NO reciban en su MANO Mi Propio Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, Yo Prometo colmarles de Mis Bendiciones en sus manos, corazón, alma y en todo su ser. 2.- Les prometo muchísimas más gracias en la vida terrena, y las consiguientes mayores garantías de salvación y aumento de Gloria esencial y accidental, por todo su vivir eterno Conmigo en el Cielo. 3.- Me sentirán en la Comunión tan en todo su ser y con tantísima plenitud, que se les quite el deseo natural de tocarme. Estos, harán siempre mucho mayor bien a las almas; en cambio, los que insistan en tomarme, en la mano, estarán endurecidos en muchas cosas hacia Mi Voluntad, y oscurecidos sobre Mi Propio gusto, Mi Propia Predicación y Mi Propio Magisterio.»

Jesús a Giuliana Crescio, diciembre de 1989: «No deseo ser tomado en vuestras manos. ¡No deseo ser tomado en vuestras manos! Yo el pan vivo, la sangre viva, aquella sangre derramada por vosotros, yo soy pan, pero para vuestra alma. A los apóstoles les di el pan ¡vosotros no sois sacerdotes, no podéis tocarme!»

Algunas almas del Purgatorio le dicen a María Simma (vidente de las ánimas) que el pecado por el cual tienen que sufrir más, es por haber comulgado en la mano. María explica: en condiciones normales, sólo las manos consagradas de los sacerdotes pueden distribuir la Comunión. Salvo en “circunstancias extraordinarias”. ”Extraordinarias” no se refiere a la diferencia entre que los fieles deban esperar dos minutos en lugar de diez para recibir la Comunión. (Hoy laicos o sacerdotes tienen prisa para todo) Un día una mujer que repartía la Comunión instaba a otras mujeres a que obraran igual, falleció. Antes del funeral, el ataúd estaba abierto para que se despidieran la familia y los amigos. Después se cerró. Pero un pariente cercano llegó tarde y le pidió al sacerdote que lo abriera para poder despedirse de la difunta. El sacerdote levantó la tapa y miró adentro. Varios vieron que las manos de la mujer se habían vuelto de color negro. Este signo, para mí, como para el resto, fue la confirmación de Dios de que las manos no consagradas no pueden distribuir a Jesús durante la Comunión“.

María Simma liberó a, 40 o 50 sacerdotes y obispos del Purgatorio, la mayoría por promover la Comunión en la mano u otras irreverencias. Ella llama a la Comunión en la mano “la obra del diablo.”.Muchos están por faltas de obediencia al Santo Padre, faltas de amor hacia la Santa Misa, faltas de amor a la oración y el ayuno, no haber leído el breviario, y repito, por la Comunión en la mano…” . Las almas del Purgatorio me han dicho que ningún Papa hasta hoy ha apoyado la Comunión en la mano, rito que fue fomentado por un grupo de cardenales y obispos. Todos los Papas, sabían muy bien que la Comunión en la mano estaba en contra de la veneración del más Sagrado de los Sagrados .”… Conozco a una mujer muy buena que dudaba sobre esto y simplemente le pidió al mismo Jesús que le enviara una señal clara para poder aclararse. ¡Jesús así lo hizo! La próxima vez que fue a recibir la Comunión el sacerdote, puso la Eucaristía en la palma de su mano. Tan pronto como la puso allí, la Hostia se elevó de su mano, subió y desapareció en el aire. Este pequeño milagro también fue presenciado por varios testigos…”

1976 (Incorrupta) Cuando esta chica de 16 años de una piadosa familia alemana, fue repentinamente afligida por una posesión demoníaca, el demonio (durante un exorcismo ordenado por el obispo local) fue obligado a decir lo siguiente: “La cosa (Hostia Consagrada) no se debe colocar en las manos. Los sacerdotes deben tener valor. Los laicos no deben distribuirla. Durante la distribución de esa cosa (Santa Comunión) deben arrodillarse. Por mandato de aquella (señalando una estatua de la Virgen que estaba cerca) la Comunión en la mano debe abolirse porque es obra mía. El obispo debe prohibir la Comunión en la mano, si lo puede lograr”.

_ _ _ Del libro Dadme de beber 2008: Dice Jesús: “Todo esta habilitado para la profanación y el sacrilegio, y a Mis ministros no les importa, ellos viven cómodos así. Los laicos dan la Comunión y llegará un día en que el Santo Sacrificio de la Cruz también lo degraden de tal forma que Me impidan bajar a la Hostia.»

_ _ _ Se puede citar lo siguiente de un Plan Masónico del año 1925: “¿Cómo se puede lograr que los fieles ya no crean en la presencia real de Jesús en la Eucaristía?… Primeramente hay que hacer que la gente en todas partes reciba la Comunión de pie y después colocar la Hostia en sus manos. Preparados de esta manera llegarán a ver a la Hostia como un símbolo de convivencia fraterna”. *Indirectamente, la Comunión en la mano ha contribuido también a que los Sagrarios ya no se encuentren en el centro de las iglesias sino en un área lateral, o en otra sala. Esto ha llevado a que ya no haya reclinatorios en muchos templos de Occidente.

_ _ _ Con la práctica de la Comunión en la mano es cierta la profanación del Santísimo Sacramento. La norma de la Iglesia Católica sigue siendo comulgar en la boca. La única forma agradable a Dios de recibir la Comunión es de rodillas y en la boca, o de pie pero siempre en la boca y de manos de un Sacerdote únicamente. San Francisco de Asís: «Sólo ellos, (los sacerdotes), deben administrarlo, y no otros.» (Carta 2ª, a todos los fieles, 3.5)

_ _ _ Cuando se oye el argumento “La Iglesia lo ha permitido”, recuerde que ustedes son la Iglesia y no las burocracias, desobedientes y traidoras que se encuentran en algún lugar lejano e inaccesible. La Iglesia no lo ha permitido sino lo ha tolerado bajo presión solamente.

_ _ _ Santa Brígida de Suecia, 1373: “Mira, hija Mía, les dejé a Mis sacerdotes cinco dones… y el quinto, el privilegio de tocar Mí Carne Santísima con sus manos.”

_ _ _ Mártir y Santo Cardenal John Fisher † 1535. “Los tiempos de florecimiento o colapso dentro de la historia de la Iglesia siempre fueron asociados con el manejo de la Santa Eucaristía.”