EL CORRAL DIGITAL

El verdadero control del sistema monetario sólo es posible si la sociedad se mueve hacia un sistema sin dinero en efectivo. Y eso ya ha comenzado en muchos lugares.[2]Los billetes se falsifican con demasiada facilidad. El efectivo y las monedas son caros de imprimir y acuñar. Están contaminados con bacterias, drogas y todo tipo de suciedad. Y, sobre todo, el efectivo es imposible de rastrear, perfecto para actividades delictivas y evasión de impuestos.[3]¿Pero entonces qué? Si tengo un dólar en la mano, estoy sosteniendo un dólar. Pero cuando mi cuenta bancaria digital dice que tengo un dólar… El banco lo está «sosteniendo«, en algún lugar del ciberespacio.

Cada vez que compro gasolina con una tarjeta bancaria, parado allí, esperando que aparezca la palabra «Aprobado«, recuerdo que la transacción no depende solo de si tengo o no los medios. Depende de si la conexión funciona o no y si me permite comprar. Es posible que muchos no se den cuenta de que los bancos tienen derecho a cerrar su cuenta, por cualquier razón. En los Estados Unidos, algunos con puntos de vista «conservadores» ya se han quejado de que las compañías de tarjetas de crédito y los bancos los están atacando.[4]Si votó por la persona «equivocada» o tomó la posición «equivocada» … Cuidado. Si tienes dinero en efectivo debajo de tu cama, no hay problema. ¿Pero si su cuenta se cierra porque se le considera «intolerante«, un «intolerante» o un «terrorista» por sus puntos de vista …? Es tan fácil como accionar un interruptor.

El impulso sin efectivo ha progresado rápidamente. En poco tiempo, hemos pasado de las tarjetas bancarias, a los chips dentro de ellas, a ahora un teléfono celular o reloj inteligente que completa la transacción con un simple «toque». ¿Qué sigue? Ya no es una «teoría de la conspiración» sugerir que algún tipo de interfaz dentro o sobre el cuerpo es el siguiente paso «seguro«, «seguro» y «conveniente» …

CAUSA Y EFECTO

unidoscontralaapostasia

Mario E. Fumero

Mucho se pregunta cuál es la causa de la gran inflación que sufre el mundo, pues de esta no se libran ni los países ricos, pues los precios se han disparado entre un 50 y hasta un 100%, lo cual tiene al mundo en una irreversible recesión económica, y sume en la hambruna y miseria a las clases más desposeídas de los países subdesarrollado.

          ¿Quién es el culpable de esta crisis? Por lógica, todos los países culpan al gobierno de turno de la misma, lo que ha provocado en algunos países, como en Perú, una convulsión social de violencia. Pero ¿será culpa del gobierno la crisis inflacionaria que vivimos? Para poder entender esto, tenemos que primero buscar las causas que la originan para así poder entender el efecto de la misma y poder buscar la solución.

          Ningún país del mundo, y aún los más poderosos, puede enfrentar una crisis inflacionaria cuando el mundo está convulsionado con guerras y efectos climáticos destructivos para la producción. Lo que está ocurriendo con los altos costos de la canasta básica radica en un efecto específico, el rebote originado por la guerra entre Rusia y Ucrania, así como la crisis de los carburantes.

          Indudablemente la dependencia a los combustibles y la falta de opciones frente a la escasez de los mismos, es el desencadenante de todo lo que acontece. Toda la economía productiva de todas las naciones depende de la energía. La única fuente de energía que predomina en el mundo son los derivados del petróleo y del gas. Si este rubro se altera, todo se altera, el transporte, la energía eléctrica, las fábricas, etc. podemos afirmar que la mayor causa de la infracción existente está en el alza de los combustibles, y un país que no lo produce, tristemente sufrirá más los estragos de esta crisis.

          El segundo factor que desencadena la inflación es la compra de una materia prima que se tiene que traer del exterior a precios altos. Frente a estas realidades ningún gobierno puede hacer nada, y por lo tanto, por más protesta la gente y se tome las carreteras, calles, o hagan huelgas y denuncias, nada podremos hacer, porque tristemente los gobiernos están atado a las realidades internacionales del mercado, más bien con estas actitudes, agudizamos la crisis

          ¿Cómo podremos sobrevivir frente a esta crisis inflacionaria que nos lleva a una recesión? La única solución posible es depender menos de la exportación y tratar de ser autosuficiente en la producción, principalmente de los alimentos básicos. No hay otra salida, ya que las causas de la inflación es el efecto de un desajuste mundial de la economía, ocasionada por factores que están fuera de nuestro alcance el poder solucionar:  guerras, El cambio climático, la voracidad de las grandes empresas, el acaparamiento de productos, la especulación y la falta de oferta frente a una gran demanda.

          Para poder sobrevivir en medio de una crisis inflacionaria se requiere que cada ciudadano cambie sus hábitos alimenticios, se adapte al efecto de la realidad climática y con coherencia acepte la realidad de la humanidad en los últimos tiempos, pues estamos entrando en una época apocalíptica, como nunca antes la historia de la humanidad. Frente a tal efecto aparentemente insolventable, debemos acudir a la producción agrícola para poder sobrevivir en un mundo que va rumbo a una gran hambruna, la cual ningún gobierno podrá frenar a menos qué cada ciudadano tome conciencia de que estamos viviendo los tiempos proféticos anunciado por la biblia en donde se describe que el mundo entraría en una gran hambruna acompañada de epidemia y guerra según lo describe Apocalipsis capítulo 6 versículo 8.

Entender la inflación

Dos veces al año (en abril y octubre), el Fondo Monetario Internacional (FMI) publica sus perspectivas económicas globales (WEO), intercalando algunas rectificaciones a lo largo del tiempo, si nuevos eventos o nuevas circunstancias así lo requieren. La más reciente de tales publicaciones es el WEO de octubre 2022, en el que, a través de tres capítulos y cerca de doscientas páginas, se desgrana un análisis detallado de la incierta situación económica que el mundo vive en los momentos actuales.

A pesar de su complejidad, los elementos que definen esa situación mundial quedan, sin embargo, bien priorizados por el FMI en solo tres líneas, que son las primeras de su informe: “La economía global afronta hoy turbulencias procedentes de varios retos. Su tasa de inflación es la más alta experimentada en varias décadas, lo que tensiona las condiciones financieras y económicas en la mayor parte del mundo”.

Con pleno sentido, el FMI sitúa así la inflación en el meollo de sus preocupaciones, y la destaca como centro de gravedad de los restantes problemas económicos: recesión o bajo crecimiento, distorsiones en el empleo, desajustes cambiarios internacionales y deudas inasumibles en muchas partes del mundo. Vale, por tanto, la pena centrar también nuestra atención en el origen, evolución y consecuencias de unas tensiones inflacionarias que, para el FMI y muchos otros organismos, ocupan ahora el centro de las inquietudes de política económica. Solo “los más viejos del lugar” pueden evocar esas tensiones como seña de identidad de un pasado turbulento que creían superado, y que lamentablemente vuelve a manifestarse hoy. Para el resto de la población el fenómeno resulta, cuanto menos, nuevo y sorprendente.

La evolución

Los manuales de Economía definen la inflación como “un proceso de crecimiento sustancial y continuo en el nivel general de precios”. Ciertamente, esos atributos del fenómeno parecen visibles hoy en casi toda la economía global, aunque no resulta sencillo medirlos con exactitud. A falta de otros procedimientos, recurrimos como instrumento de medición más ágil al índice de precios de consumo (IPC), aunque éste, por su propia naturaleza, deja fuera precios tan importantes como los de la construcción, la vivienda y otros muchos activos, entre ellos, los financieros. Obviamente estos últimos precios no pueden considerarse “de consumo”, pero ello no significa que sean irrelevantes a la hora de analizar la inflación.

De cualquier modo, y aunque marginen mercados importantes, las variaciones anuales del IPC (8,5% en el último dato sobre España) son el instrumento más a mano y más aproximado para valorar la tensión de los precios en la sociedad.

Así medido, ¿de dónde procede el actual proceso inflacionario, que parece haberse presentado por sorpresa, tras varias décadas de estabilidad? En versión simplista, cabría afirmar que los precios suben siempre que la demanda agregada exceda de la oferta disponible. Así sucede obvia e irremediablemente en todas las economías de mercado.

En el caso actual –como acertadamente señala el FMI en su informe– la semilla del fenómeno inflacionario ha de buscarse en las medidas aplicadas bajo aquella sensación de desconcierto político que el COVID-19 provocó desde febrero de 2020. Todos, o la gran mayoría de los gobiernos, afrontaron la dramática situación mediante un gasto social ilimitado, que provocó déficits presupuestarios sin precedentes, financiados, a su vez, por grandes emisiones de deuda pública. Por su parte, todos, o la gran mayoría de los bancos centrales se creyeron en la obligación de comprar esas emisiones (bonos) del gobierno, generando así una fuerte burbuja de liquidez global. Llovía además sobre mojado, puesto que déficit, deuda y burbuja de liquidez permanecían latentes en el sistema desde la crisis financiera de 2008. Nunca, en tiempo de paz, la “máquina de fabricar dinero” había funcionado con tanta intensidad y de modo tan general, para apoyar un gasto público también desmedido.

Como era de esperar, la demanda agregada se recuperó con vigor una vez superadas las tensiones del COVID. Se presentaron, sin embargo, cuellos de botella importantes en la oferta de productos energéticos, minería, materias primas o semielaboradas, bienes intermedios, algunos sectores de alimentación y capacidades de transporte. Descubrimos entonces que, para cualquier gobierno, es mucho más fácil estimular la demanda agregada que reactivar de forma inmediata la producción y el suministro de bienes y servicios. Las condiciones propias para una fuerte tensión inflacionista (exceso de demanda sobre oferta) estaban, pues, enteramente servidas a finales de 2021, antes de que Vladímir Putin tomara la penosa decisión de invadir Ucrania y agravar con ello todos los problemas, especialmente aquellos relacionados con cuellos de botella en sectores tan básicos como la energía, los fertilizantes y los de alimentación no elaborada.

Problemas

Todos conocemos, experimentamos y padecemos los efectos de la inflación. Pero dentro de la gran variedad de distorsiones sociales, económicas y políticas que el fenómeno plantea, cabe destacar algunos órdenes de preocupación, que quizá no siempre hayan sido debidamente valorados.

El primero de ellos se refiere a las expectativas que el fenómeno genera y que convierten a la inflación en un proceso de espirales alcistas. Cuando en la sociedad se instala una “cultura de inflación” (como posiblemente haya ocurrido ya) son muchos y diversos los mecanismos de auto-alimentación de los precios, casi siempre imparables a corto plazo

Quizá el más importante de esos mecanismos autopropulsados sea la toma de conciencia de que la inflación es un impuesto virtual que penaliza las tenencias de dinero líquido en hogares y empresas. Tal “impuesto” puede súbitamente desinflar la burbuja de liquidez creada por los bancos centrales a través de sus compras masivas de deuda pública, herencia del COVID. En nuestro caso, puede que lo haya hecho ya. Si así fuera, nada tendría de extraño que las reservas líquidas acumuladas por empresas y particulares se estén volcando en aumentar la demanda (y los precios) de bienes y servicios. Es mejor comprar hoy lo que –se piensa– podría ser más caro mañana.

Junto a ese fenómeno, aparece una lógica inquietud entre los trabajadores por cuenta ajena cuyos salarios nominales hayan experimentado un ascenso inferior al de los precios, es decir, casi todos ellos. Las exigencias de mantener el poder adquisitivo de sus retribuciones (“salarios reales”) son, sin duda, razonables, pero los efectos de esa actitud se manifiestan siempre en una conocida espiral alcista de precios-salarios, que supone un serio obstáculo para restablecer un ambiente de estabilidad.

Esa espiral de precios-salarios distorsiona gravemente las economías, pero, en contra de lo esperable, no suele producir todo el desempleo que de esas mismas distorsiones cabría deducir. Rara vez los sindicatos obtienen alzas salariales tan altas como la tasa de incremento en el IPC, lo que supone una reducción neta de sus retribuciones efectivas. En ese contexto de caída en los salarios reales, la demanda de servicios laborales, por parte de empresas e instituciones, alcanza niveles aceptables y el empleo se mantiene, aunque la depresión de los salarios sea generadora de creciente malestar social. De nuevo las experiencias históricas parecen demostrar que, bajo inflación, las altas tasas de empleo no disminuyen las tensiones laborales.

Hay más factores de auto-propulsión, no siempre destacados: los precios no suben en la misma proporción en distintos países y tampoco sus respectivos bancos centrales aplican el mismo rigor (subidas de tipos de interés) en su lucha contra la inflación. Esa diversidad de condiciones financieras introduce perturbaciones en los mercados de divisas, alterando el tipo de cambio (valor relativo) de las distintas monedas. Así, aquellas economías o zonas cuya moneda resulte depreciada, como les ocurre hoy al euro y a la libra esterlina, sufren por esa vía impactos alcistas en los precios internos, que vienen a añadirse como un mecanismo adicional de autoalimentación en el proceso inflacionario.

Más allá de estos desarrollos en espiral, otro orden de preocupaciones, no siempre bien valoradas, se refiere a los efectos fuertemente negativos que la inflación ejerce sobre la distribución de rentas y patrimonios. Empíricamente puede comprobarse que existe un alto grado de correlación entre las altas tasas de inflación y el empeoramiento del llamado “coeficiente de Gini”, en el que los economistas basan su medición de las desigualdades sociales de patrimonio y renta.

De hecho, la inflación es una máquina de generar pobreza y, en consecuencia, la mayor fuente conocida de desigualdades sociales. Así se ha demostrado, una y otra vez, en aquellos países de África y América Latina que históricamente han pretendido basar su desarrollo en mero gasto público y generación artificial de liquidez. En la historia de Europa tenemos el ejemplo, aún más dramático, de la hiperinflación alemana, cuyo centenario se cumple precisamente en esta década. La ruina de las clases medias y trabajadoras, provocada por aquel lamentable fenómeno inflacionario, supuso un vuelco brutal en la distribución de rentas y explica, mejor que cualquier otra hipótesis, la sorprendente toma de poder por parte del nacional-socialismo, a través de unas elecciones democráticas cuyo penoso resultado solo resulta explicable en el entorno de fuerte distorsión social originado, pocos años antes, por la hiperinflación alemana.

En última instancia, resulta sorprendente que los mismos gobiernos que han provocado una inflación generadora de pobreza se esfuercen después en buscar mecanismos que alivien su coste para los sectores de población más desfavorecidos. La mejor forma de ayudar a esos colectivos de miseria (quizá la única efectiva) habría sido no generar inflación o, cuando el fenómeno haya tenido lugar, esforzarse por aplicar lo antes posible aquellas políticas que detengan la tensión inflacionaria. Solo en un entorno de estabilidad de precios cabe arbitrar medidas que reduzcan las desigualdades sociales de modo efectivo.

Todos los factores anteriores, y algunos más, sugieren que las alarmas sociales y políticas deberían sonar con fuerza en las primeras manifestaciones de precios al alza. Tolerar la inflación ab initio o no embridarla a tiempo equivale, con frecuencia, a soltar un caballo indomable en la economía global, única “cacharrería” de la que disponemos.

Juan José Toribio
Profesor Emérito de IESE Business School
Ex-Director Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional

EL GRAN REINICIO

Esta pandemia ha brindado una oportunidad para un «reinicio». —Primer ministro Justin Trudeau, Global News, 29 de septiembre de 2020; Youtube.com, marca 2:05

El lenguaje que se invoca ha estado mucho tiempo en la planificación tanto como los mecanismos por los cuales llevar a cabo este «Gran Reinicio». Por ejemplo, cuando leí el documento de 2010 de la Fundación Rockefeller «Escenarios para el futuro de la tecnología y el desarrollo internacional«, quedó claro que este no era un escenario sino un plan, como se describe en la sección titulada «Lock Step: Un mundo de control gubernamental de arriba hacia abajo más estricto y un liderazgo más autoritario, con innovación limitada y creciente rechazo ciudadano»:

Durante la pandemia, los líderes nacionales de todo el mundo flexibilizaron su autoridad e impusieron reglas y restricciones herméticas, desde el uso obligatorio de máscaras faciales hasta controles de temperatura corporal en las entradas a espacios comunes como estaciones de tren y supermercados. Incluso después de que la pandemia se desvaneció, este control y supervisión más autoritarios de los ciudadanos y sus actividades se estancó e incluso se intensificó. Con el fin de protegerse de la propagación de problemas cada vez más globales, desde pandemias y terrorismo transnacional hasta crisis ambientales y aumento de la pobreza, los líderes de todo el mundo tomaron un control más firme del poder. —pág. 19, «Escenarios…»

Aquellos que quieran entender el papel de la familia Rockefeller en la Alemania nazi, su dominio sobre los productos farmacéuticos, la práctica medicinal, la agricultura y el control de la población deben leer La pandemia del controlLo que estaba escrito en su documento de diez años de antigüedad es ahora nuestra realidad actual, ya que varios países entran en un segundo confinamiento. Realmente espero que los lectores capten la ironía diabólica en todo esto. Las mismas familias a la vanguardia de la financiación del control de la población a través del aborto, la eutanasia, el control de la natalidad, etc. ahora están declarando que lo más importante es salvar vidas mediante la obediencia a las autoridades de salud. Por el contrario, lo que está sucediendo es la destrucción de vidas y medios de subsistencia a gran escala, ya que los confinamientos irresponsables e imprudentes fomentan la «necesidad» de un «Gran Reinicio», lo que el Foro Económico Mundial también llama una «Cuarta Revolución Industrial»…

… una revolución tecnológica que alterará fundamentalmente la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos entre nosotros. En su escala, alcance y complejidad, la transformación será diferente a todo lo que la humanidad ha experimentado antes. Todavía no sabemos exactamente cómo se desarrollará, pero una cosa está clara: la respuesta a ella debe ser integrada e integral, involucrando a todas las partes interesadas de la política global, desde los sectores público y privado hasta la academia y la sociedad civil. 14 de enero de 2016; weforum.org

Una vez más, las palabras de San Juan escritas hace unos 2000 años parecen notablemente precisas para esta hora a medida que esta agenda avanza:

¿Quién puede compararse con la bestia o quién puede luchar contra ella? (Apocalipsis 13:4)

Sí, ¿quién puede resistir esta revolución en la que todos estamos siendo acorralados a través de la tecnología? ¿Quién puede resistir a los tecnócratas que exigen cada vez más «vacunas obligatorias»? ¿Quién puede resistirse al cambio a una sociedad sin efectivo donde la compra y la venta estarán vinculadas a una identificación de salud digital? ¿Quién puede resistirse a las medidas contradictorias, no científicas y obligatorias, como los confinamientos, que están destruyendo rápidamente los cimientos de la civilización moderna y la libertad?

Esta es una terrible y espantosa catástrofe global, en realidad. Y, por lo tanto, realmente hacemos un llamamiento a todos los líderes mundiales: dejen de usar el confinamiento como su principal método de control, desarrollen mejores sistemas para hacerlo, trabajen juntos y aprendan unos de otros, pero recuerden: los confinamientos solo tienen una consecuencia que nunca deben menospreciar, y eso es hacer que las personas pobres sean mucho más pobres. —David Nabarro, enviado especial de la Organización Mundial de la Salud para la COVID-19; 8 de octubre de 2020;
epochtimes.com

Sí, en nombre de salvar vidas, las medidas insanas que se están tomando contra un virus que tiene una tasa de recuperación del 99,5% o más para los menores de 69 años.[3] está matando a la gente en un número mucho mayor. El Programa Mundial de Alimentos de la ONU declaró que 130 millones de personas adicionales podrían ser «empujadas al borde de la inanición» para fines de 2020 «debido a la pandemia».[4] Esto es lo que sucede cuando se cierra la economía, destruyendo cadenas de suministro, empleos e inversiones. Ese es el objetivo de The Great Reset: derribarlo todo y reconstruirlo a imagen de estos mesianistas globales.

En su ensayo sobre la globalización y el Nuevo Orden Mundial, Michael D. O’Brien advierte:

Está en la naturaleza de los mesianistas seculares creer que si la humanidad no coopera, entonces la humanidad debe ser forzada a cooperar, por su propio bien, por supuesto. Los nuevos mesianistas, al tratar de transformar a la humanidad en un ser colectivo desconectado de su Creador, sin saberlo provocarán la destrucción de la mayor parte de la humanidad. Desatarán horrores sin precedentes: hambrunas, plagas, guerras y, en última instancia, la Justicia Divina. Al principio usarán la coerción para reducir aún más la población, y luego, si eso falla, usarán la fuerza. —Michael D. O’Brien, Globalization and the New World Order, 17 de marzo de 2009

Sí, en 2012, cuando escribí The Great Cullingesa fue la advertencia. Pero claramente, todo este «caos» parece estar llevando a un fin: lograr un líder global para sacar al mundo de su lío. Pero esto, también, es aparentemente parte del plan del Gran Reinicio:

Si ninguna potencia puede hacer cumplir el orden, nuestro mundo sufrirá de un «déficit de orden global». —Profesor Klaus Schwab, fundador del Foro Económico Mundial, Covid-19: The Great Reset, pág. 104

EL GRAN MALLADO – PARTE II

MUCHOS de mis escritos se han centrado en la esperanza que está amaneciendo en nuestro mundo. Pero también me veo obligado a dirigirme a la oscuridad que procede del Amanecer. Es para que cuando estas cosas sucedan, no pierdas la fe. Nunca ha sido mi intención asustar o deprimir a mis lectores. Pero tampoco es mi intención pintar esta oscuridad presente en falsos tonos de amarillo. ¡Cristo es nuestra victoria! Pero Él nos mandó que fuéramos «sabios como serpientes» porque la batalla aún no ha terminado. Observa y ora, dijo.

Eres el pequeño rebaño dado a mi cuidado, y tengo la intención de permanecer despierto en mi reloj, a pesar del costo …

LA VIDA, LA LIBERTAD Y LA BÚSQUEDA DE LA FELICIDAD

La actual agitación económica en Estados Unidos es importante por dos razones. Una es que afecta a casi todas las demás economías del mundo. La segunda es que, como he escrito antes, creo que Estados Unidos es una solución política contra la marea del relativismo moral que amenaza con barrer por completo el mundo. La difunta mística, María Esperanza, hizo una declaración audaz al respecto:

Siento que Estados Unidos tiene que salvar al mundo… The Bridge to Heaven: Interviews with Maria Esperanza of Betania, por Michael H. Brown, p. 43

Las próximas elecciones en los Estados Unidos parecen en muchos aspectos ser una batalla por el alma misma de Estados Unidos, y tal vez, por la «vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad» para los cristianos de todo el mundo. ¿Quién defenderá el derecho a la libertad de expresión y religión de los cristianos? ¿La Unión Europea? ¿China? ¿Rusia? ¿India? En estas superpotencias en ascenso, estamos viendo todo lo contrario.

Pero el punto que deseo hacer aquí es que las próximas elecciones en Estados Unidos pueden, de hecho, hacer poca diferencia. Porque es cierto que aquellos que tienen el poder real son los que dictan la agenda, los que controlan el dinero. Y desafortunadamente, la agenda de las potencias mundiales equivale a una «cultura de la muerte». Una mirada superficial a los medios de comunicación, que en su mayor parte son propiedad de los poderes fácticos, indica el éxito que Hollywood y la televisión han tenido en forjar los principios morales para un Nuevo Orden Mundial.

COMUNISMO… ¿POR LA PUERTA TRASERA?

Una carta de un lector plantea algunos puntos importantes con respecto al reciente rescate propuesto por el «gobierno de los Estados Unidos» de los bancos de inversión de Wall Street:

Acabo de terminar de leer todos los documentos bancarios de adquisición de Estados Unidos, y Estados Unidos se está convirtiendo en un imperio comunista / fascista mientras hablamos. Las leyes están escritas que el Gobierno Federal ahora es dueño de todas las casas que han ejecutado y ejecutarán la hipoteca debido a la bancarrota en el futuro. Además de eso, ahora también poseen todas las hipotecas actuales en los bancos quebrados en personas que no tienen problemas para hacer sus pagos mensuales. Hmmm…. ¿Cómo hemos llamado a los gobiernos que poseen casas en el pasado? ¿Un estado comunista?

En el borrador del texto del rescate propuesto, hay estas palabras sorprendentes:

Las decisiones del Secretario de conformidad con la autoridad de esta Ley no son revisables y están comprometidas a la discreción de la agencia, y no pueden ser revisadas por ningún tribunal de justicia ni ninguna agencia administrativa. http://michellemalkin.com, 22 sep 2008

Eso se llama control total.

Nunca antes en la historia de nuestra nación se había concentrado tanto poder y dinero en manos de una sola persona. —Senador John McCain, http://www.ABCnews.com, 22 de septiembre de 2008

Esto es lo que la China comunista, el país en desarrollo más grande del mundo, tiene que decir:

Amenazado por un «tsunami financiero», el mundo debe considerar la construcción de un orden financiero que ya no dependa de los Estados Unidos. www.reuters.com, 17 de septiembre de 2008

¿Un nuevo orden mundial…?

HACIA EL TOTALITARISMO

La Reserva Federal es, de hecho, una institución privada, propiedad de un conglomerado de familias e individuos ricos, muchos de los cuales siguen siendo desconocidos. Esto es lo que financia al Gobierno Federal de los Estados Unidos. El cien por ciento del dinero de los contribuyentes en ese país va a la Reserva Federal para pagar los intereses de la deuda nacional. Es la Reserva la que es la fuente de los 700.000 millones de dólares propuestos para rescatar a los bancos de inversión en colapso de Wall Street.

En una cadena de noticias la semana pasada, el congresista estadounidense, Ron Paul, fue interrogado sobre la actual crisis económica:

Glen Beck (presentador de CNN Headline News): Me parece que estamos terminando con bancos más grandes e incluso más poderosos. Estamos perdiendo todo lo pequeño, y reteniendo solo [lo que es] muy grande, global y poderoso. ¿Cómo podemos escapar de las garras globales de estas gigantescas instituciones financieras, y de la Fed, cuando les estamos entregando todo el poder?

Ron Paul: Va a ser muy difícil a menos que tengamos una discusión realmente seria aquí en Washington sobre dónde se cometieron los errores y deshacer esos errores, e idear otro sistema. Va a seguir así y los grandes van a terminar siendo dueños de todo… La historia monetaria muestra que este tipo de sistema monetario no durará, y eventualmente tienen que sentarse e idear un nuevo sistema. La pregunta más importante es si será en una sociedad libre, o será en una sociedad totalitiana. Y en este momento, nos estamos moviendo rápidamente hacia más gobierno, y un gobierno más grande, y el control de los grandes bancos y corporaciones.

Glen Beck: Es muy aterrador. Dije al principio de este espectáculo … «Un día Estados Unidos, te vas a despertar un lunes, y para el viernes tu país no será el mismo»… ¿Es esta esa semana, congresista?

Ron Paul: No, este es el preliminar. Vendrán semanas peores porque las semillas han sido plantadas… —CNN Headline News, 18 de septiembre de 2008

Dijo el presidente Woodrow Wilson:

Desde que entré en política, principalmente me han confiado las opiniones de los hombres en privado. Algunos de los hombres más grandes de los Estados Unidos, en el campo del comercio y la manufactura, tienen miedo de algo. Saben que hay un poder en algún lugar tan organizado, tan sutil, tan vigilante, tan entrelazado, tan completo, tan omnipresente, que es mejor que no hablen por encima de su aliento cuando hablan en condenación de él. — La nueva libertad, 1913

SE HAN SEMBRADO SEMILLAS

¿Realmente nos dirigimos hacia el totalitarismo global? Lo somos si el mundo se niega a prestar atención a la verdad, a reconocer las leyes de Dios que no solo nos mantienen a salvo, sino que traen verdadera «vida, libertad y felicidad».

Cuando se niega la ley natural y la responsabilidad que conlleva, esto allana dramáticamente el camino hacia el relativismo ético a nivel individual y al totalitarismo del Estado a nivel político. —PAPA BENEDICTO XVI, General Audienc e, 16 de junio de 2010, L’Osservatore Romano, Edición inglesa, 23 de junio de 2010

Pero eso requiere fe… y aquí es donde nosotros, como cristianos, estamos siendo llamados a la batalla como testigos de Jesucristo. Proclamar a través de la santidad de vida el poder y la verdad del Evangelio. Las almas penden de un hilo, dependiendo en parte de nuestro «sí» o «no» a Jesús. La Madre María se ha estado apareciendo a esta generación, rogándonos (a su manera gentil) que le ofrezcamos nuestro «sí». Entregarnos a la oración, a la confesión regular, a la Sagrada Eucaristía, a la lectura diaria de las Escrituras y al ayuno. De esta manera, morimos a nosotros mismos para que Jesús pueda resucitar en nosotros. De esta manera, permanecemos en Él para que Él permanezca en nosotros, para que podamos llevar el fruto del Espíritu Santo, el fruto de la santidad: amor, alegría, paz, paciencia, bondad, gentileza, generosidad, autocontrol. ¡Estos son los frutos que el mundo tiene sed! No te dejes engañar… tu vida, tan pequeña como crees que eres, puede muy bien ser el primer guijarro que comienza el deslizamiento de la salvación en la vida de muchos. Sí, aquellos de ustedes que han estado siguiendo estos escritos durante muchos meses, y ustedes que recientemente se han sentido obligados a quedarse aquí, son el santo a quien Jesús está llamando, preparándose para sacudir el mundo que los rodea.

La fe mueve montañas.

Mañana se cumplen 40 años de la muerte de San Pío, uno de los más grandes santos de nuestros tiempos. Sus restos parcialmente incorruptos son un hito para este mundo, una señal de que hay algo trascendente, algo mucho más allá de los recuentos finales de Wall Street. Esa obediencia a la Palabra de Dios trae el gozo de la vida eterna. ¡Que Jesucristo es quien dijo que es: ¡el camino, la verdad y la vida!

Querido San Pío, ruega por nosotros, hermano. Ora por nosotros en esta hora para la cual fuiste criado como intercesor, ejemplo y guía.


El cuerpo parcialmente incorrupto de San Pío después de 40 años.

“Discrepar es un acto heroico que te convierte en un paria universal”

María Elvira Roca Barea

María Elvira Roca Barea (El Borge, Málaga, 1966) escribió en 2016 Imperiofobia y leyenda negra, un éxito editorial, una catarsis, un desfibrilador, un nuevo rumbo y un viejo revuelo entre las cortes que marcan la pauta de cómo se debe pensar para no salirse por la tangente sin pedir permiso.

Filóloga clásica e hispánica. Maestra y divulgadora. Punto de inflexión. Del hito de su valentía suenan hoy relatos paralelos a los enquistados por los intereses de la desinformación. Su ensayo fue un acierto de Siruela y los lectores lo convirtieron en el más leído de la última década, porque hay personas que buscan con sed la verdad sorteando los dogmas del prejuicio. Aunque nadie sea el Oráculo de Delfos.

Ensayista, escritora, profesora. Una sonrisa desestabilizante que lidia con la agresividad de los emperadores del relato. En 2018 sacó 6 relatos ejemplares 6, y en 2019 volvió a remover el cocotero con Fracasología. España y sus élites: de los afrancesados a nuestros días.

Imperiofobia ha sido madre de España: La primera globalización, un documental de José Luis López-Linares que ha pasado con méritos por los cines del país y que ha llevado a la gran pantalla los agujeros de los mitos interesados, los postulados acomodados por la mediocridad, los trampantojos de las ideologías y las mentiras de una Historia que parece periodismo de clic. Antes, discrepar era cool. Ahora puede ser un billete hacia el patíbulo de la cancelación masiva.

Hay sol en Málaga y se otean aquí mares sin cerrazones por donde se navega a vela suelta.

— ¿Qué ideas sobre la historia le rondan en este momento histórico?

— No es una cuestión puramente de actualidad, pero cada vez tengo más claro que la historia necesita nuevos enfoques para que sea más comprensible. Urge incorporar elementos mayoritariamente marginados hasta ahora, como el clima, los fenómenos naturales como la pandemia, y el estudio razonado, no prejuicioso, de los imperios. Miro hacia una concepción de la historia menos limitada y más verdadera, porque la superespecialización fomenta unos localismos temáticos que la desenfocan. La historia siempre ha sido un campo abonado para toda clase de colonizaciones ideológicas, y entre los localismos mentales, los geográficos, las historias nacionalistas, que son una enfermedad grave y eterna, y tantos condicionantes deshonestos, queda claro que los estudios históricos requieren una renovación.

— ¿Esa renovación implica honestidad, una disposición sincera a enfrentarse a los hechos en una disciplina que debe ser aséptica, o mirar el pasado sin prejuicios es imposible?

— Yo abordo la historia con la máxima objetividad posible, no tanto por ser honesta con los demás, sino por mí. Intento que lo que he visto, voy a ver y veo no me lastre y no me limite más. La vida es una cosa que dura cinco minutos. Puesto que estamos vivos, intentemos comprender el mundo que vivimos lo mejor que podamos. Y si llego a una ligera conclusión, quizá me decida a compartirla con mis semejantes, pero, egoístamente, divulgar esos descubrimientos es secundario para mí.

— Usted se salió del bucle con razonamientos y enfoques diferentes sobre historia con Imperiofobia y leyenda negra. Y le han llovido palos. ¿Qué ha pensado desde entonces sobre la sociedad de los datos, el peso de los argumentos y la batalla emocional?

— Que no existe relación… La batalla emocional mezcla asuntos distintos y enfanga la objetividad, a veces, en busca de adeptos para la causa que sea. Una intenta exponer argumentos lo más racionales posible con honestidad, y la pelea emocional lo enreda todo sin escuchar, con juicios previos. A la verdad nos acercamos trabajosamente con unas limitaciones enormes, pero el ser humano no es solo un ser racional. Tiene unos componentes de racionalidad, pero son muy escasos, y debe defenderlos con muchísimo esfuerzo. La batalla emocional funciona casi sola. Basta dejarse llevar por la pendiente y, automáticamente, lo que le sale al ser humano es avenirse a esto o a aquello emocionalmente y defenderlo con la fe del carbonero hasta morir, literalmente.

“En esta sociedad-hormiguero se tacha de indeseables a quienes pronuncien una verdad que no se convierta en dogma asumido por toda la manada”

— Ante los datos y los argumentos –usted lo ha vivido en sus carnes–, ¿la sociedad líquida responde con un tsunami emocional que ahoga el diálogo?

— Todo lo que parte del insulto, la difamación o la calumnia debe ser expelido de nuestras vidas, porque nos conviene no pastar en esa ciénaga deconstructiva. La confrontación a mis datos y mis argumentos se planteó siempre en esos términos. Nunca ha existido la voluntad de mantener un debate entre estudios serios, voces con prestigio, ideas sólidas y conversación respetuosa. La pugna contra Imperiofobia se dirigió desde el arranque a lo exclusivamente emocional, recurriendo a las descalificaciones ideológicas, algo que es muy significativo de las sociedades que comienzan a padecer un déficit democrático importante. En ese caldo de cultivo siempre reluce el comisario ideológico que establece las idoneidades y te coloca el brazalete amarillo con la estrella de David para situar los argumentos en posiciones débiles.

Yo soy un pájaro absolutamente solitario, no pertenezco a la pomada de los grandes popes de la cultura, ni del mundo académico. Un éxito como Imperiofobia ofendió a muchísima gente que llevaba tiempo en el camino hacia la visibilidad y, de pronto, fueron adelantados por una maestra de pueblo. Las críticas estomacales a este ensayo también tienen que ver con la enorme virulencia política que padece España en los últimos años. Los argumentarios de la leyenda negra no son solamente parte de la historia de muchas naciones; son parte, también, de los nacionalismos cantonales, y ellos siempre quieren sangre.

— Si el fango emocional e ideológico imposibilita el diálogo, ¿buscar la verdad de la historia y de la sociedad será cada vez más difícil?

— El ser humano camina hacia un tipo de sociedad en la que cada vez hay más individuos aglomerados. Las colmenas y los hormigueros ahora son más grandes. Se observa a simple vista que nos amontonamos, y este crecimiento de las ciudades es una realidad sin precedentes. Para que los seres humanos puedan vivir en tal grado de aglomeración, es necesario que se limen las características de la individualidad. Vamos hacia una sociedad de hombres y mujeres tipo, donde cunden los individuos mucho más aborregados y mucho menos desafiantes con respecto al grupo. Ese contexto hace que toda verdad que no se convierta en un dogma colectivo asumido por todos y todo planteamiento que no vaya a favor de la manada, vuelva indeseables a sus sujetos.

Como los límites de los márgenes son muy estrechos, las vidas de esas personas se hacen muy difíciles. La discrepancia se transforma en una dificultad enorme, casi insalvable, y en miedo a ser apartado del rebaño. Los medios y las redes sociales cuentan con una gran capacidad para ocupar todos los espacios posibles, y ya casi no hay lugares donde refugiarse. Eso asfixia la contestación, porque discrepar te convierte en un paria universal. Discrepar es un acto cada vez más heroico, porque al individuo que se sale del parámetro se le condena a muerte en vida. Los linchamientos mundiales a los que asistimos no son físicos, pero eso no quiere decir que no afecten al derecho a vivir de manera respetable. No es fácil salir de esas campañas masivas de cancelación, que muchas veces pivotan sobre mentiras de diseño.

— ¿Dónde están los intelectuales honestos influyendo en la opinión pública?

— Nunca he tenido vocación clerical. No me entretengo en buscar la honestidad o la deshonestidad de nadie. Hago como Sócrates: tengo mi daimon e intento hacer lo que considero decente, en función de mis parámetros de decencia. No juzgo a mis semejantes. Cada uno sabrá qué hace y por qué lo hace. Me repugna esa clerecía que corona al sexador de pollos ideológicos para que diga quiénes son los buenos y los malos señalando a quién hay que cortarle la cabeza.

— ¿El mundo de la cultura no tiene arrestos para enfrentarse a este fango?

— Cuando estudias la historia entiendes perfectamente que el mundo de la cultura siempre ha estado en los aledaños del poder. Tal y como lo entendemos, lo forman poetas, escultores, pensadores, que son gente que no produce nada y debe vivir de otros. Ahí están los filósofos griegos yéndose a las cortes de los tiranos para convertirse en adornos de mesa, incluido Platón. No hay nada nuevo bajo el sol. Es que hace mucho frío cuando uno está solo ante el peligro.

“La comodidad, la sobrealimentación y la seguridad no generan gente feliz. El ser humano está hecho para la dificultad, y superando dificultades es mejor”

— The Economist dice que España pierde calidad democrática.

— Es una cuestión que avanza en los últimos años. Hemos perdido una educación en democracia, en libertad, pero no creo que sea algo solo de España. Es un problema que afecta a todas las democracias occidentales por diversas causas. La primera es que ya son mayores de edad demasiadas personas que no son conscientes de lo trabajoso que ha sido estabilizar las democracias, no solo en España, insisto. Las democracias son muy difíciles de sostener, y perderles el respeto es un peligro. Antes de la caída del muro de Berlín, Occidente sabía de primera mano que existía un mundo sin libertades democráticas. El paso del tiempo hace que se difumine esa experiencia por la que muchas personas han dado su vida.

A eso se suma el peso social de las generaciones criadas en la sociedad del bienestar, habituadas a existir en una adolescencia perpetua, en la medida en que no reconocen gratitud. No son conscientes del enorme esfuerzo de lo que han hecho las generaciones anteriores. Para muchos, el sacrificio de sus antecesores era solo un paisaje. La sobrealimentación, el narcisismo, la sed de ideologías o la necesidad de integrarse en un grupo a cualquier precio son circunstancias que han llevado a estas generaciones que no valoran la democracia a no saber vivir en democracia. Son los mismos que viven en una sociedad del bienestar sin saber vivir en una sociedad del bienestar y los que, siendo auténticos privilegiados de la historia, han sobrepasado los récords de depresión. Es una estupidez pensar que la comodidad, la sobrealimentación y la seguridad generan gente feliz. El ser humano está hecho para la dificultad, y es más virtuoso y más feliz superando dificultades.

— Como filóloga, cree que “el mundo clásico nos hace adultos”. Pero los clásicos están cada vez más lejos de las aulas, de los medios, de las tribunas…

— Los clásicos estorban muchísimo.

— ¿Por qué?

— Los clásicos están cada vez más olvidados en las aulas, en los medios y en las tribunas porque molestan: te enfrentan a realidades humanas que son eternas y muy incómodas. El mundo clásico no tolera la canción protesta. El mundo clásico engendra la tragedia y la épica. Esos textos están escritos en una época en la que no existía la adolescencia. Después de la infancia venía la edad adulta, y en seguida te hacías cargo de tus obligaciones en una sociedad en la que, si todo te iba mal, lo razonable era el suicidio. El mundo clásico expone una ciudadanía con unos niveles de soberanía personal, de autodisciplina y de moral propia que ahora son completamente inconcebibles. El mundo clásico es la antivictimización y nosotros hemos engendrado un mundo en el que la promoción y gestión de la víctima forman parte de la educación. Es así: hoy somos incompatibles con el modelo humano que proponen los clásicos.

— En este contexto y en estas circunstancias, ¿cómo se cultiva el pensamiento crítico?

— El pensamiento crítico se cultiva poniendo en peligro la vida. La libertad individual ha sido siempre un riesgo. Ahora es peor porque, al menos, antes uno podía huir. ¿Qué hacía un griego cuando se veía obligado a exiliarse de la polis? Irse a otra polis y empezar una vida nueva. Solo tenía que atravesar la frontera para pasar página. Ahora no hay fronteras que traspasar y la asfixia es el clima del ambiente. Esta es una de las razones por las que el pensamiento crítico se reduce en la misma proporción en que menguan las libertades personales. Al ser humano, sobre todo al que estamos educando en las últimas generaciones, no hay que pedirle heroísmos, porque no tiene capacidad para afrontar riesgos. Es la pescadilla que se muerde la cola…

— El éxito de ensayos como Imperiofobia o El infinito en un junco, de Irene Vallejo, demuestra que hay mucha gente que sigue teniendo hambre de verdad y salta por encima de las listas oficiales de los más vendidos.

— Es posible, porque hay de todo en todas partes, pero en cualquier sociedad existen unas mayorías que imponen su estilo y marcan la pauta. Nunca faltarán francotiradores. Después de muchos años como profesora, constato que hay un tipo de alumno que, aunque lo metas en un saco y le tapes los ojos, va a aprender. No importa el desastroso sistema educativo en el que se forme. Esa clase de estudiantes aparecen todos los años y los ves ahí, sobrevolando la ola, en medio del caos más absoluto. Cuando los miras a los ojos sabes que van a sobrevivir y que va a ser muy difícil que se conviertan en un ladrillo más en el mundo. La persona que impone su ley ahora mismo es una criatura pseudoanalfabeta, muy infantil, narcisista a tope, a quien no puedes contradecir, porque se ofende. Este es nuestro módulo social.

“Los clásicos están cada vez más olvidados en las aulas, en los medios y en las tribunas porque molestan: te enfrentan a realidades humanas que son eternas y muy incómodas”

 ¿Ve riesgos de sostenibilidad en las democracias europeas?

— No veo peligros inminentes severos, pero sí síntomas de lenta putrefacción. Las ideas democráticas están firmemente arraigadas, pero una democracia no es solo que la gente pueda votar de vez en cuando. Es fácil mantener la fachada de la democracia y dejarla completamente vacía de contenido.

— ¿Cómo ve a la izquierda política occidental?

La izquierda nacional e internacional se ha transformado en aliada del gran capital y ha abandono a los trabajadores. El populismo ha marginado ese ámbito, donde vemos que se cuece una enorme insatisfacción. El 80% del sostenimiento del Estado sale de las rentas del trabajo, y eso es un disparate. Estamos subsidiando la pobreza, sin pensar cómo dejar de sobrecargar a las clases trabajadoras, lo cual sería infinitamente más justo. La izquierda ha caído en un severo papanatismo y se ha olvidado de la gente. Nos hemos quedado sin una izquierda que vaya a lo mollar de las desigualdades sociales.

— Después del brexit, de la pandemia, y de las ineficacias prácticas, ¿hay peligro de europofobia?

— En España, no. La adoración española por Europa lo sobrepasa todo. Sí veo peligros para el futuro de la Unión Europea (UE), porque creo que ha quedado muy tocada después del brexit. Por eso ahora está parada: ni para atrás, ni para adelante. En la crisis ruso-ucraniana, que viene de lejos, la UE ha demostrado ser inoperante en cuestión de política exterior. Eso no es nuevo, pero la cuestión es que no mejoramos. La UE tiene un poder tan frágil que, si no avanza, retrocede. En el ámbito de la política interior, ahí está, en medio de un conglomerado en el que la moneda única no ha sido capaz de desarrollar líneas hacia una hacienda común que unifique el sistema de tributación, lo cual es un disparate. La UE debe demostrar que la unidad es la mejor opción, especialmente frente a Gran Bretaña. Si no lo consigue en diez años, se hundirá, languideciendo hasta morir.

 ¿España tiene alguna relevancia mundial?

— ¡Ninguna! Otra cosa es que, en el pasado, existiera el imperio español o monarquía hispánica, como usted quiera llamarlo, que fue la potencia hegemónica que duró tres siglos y que ha sido el imperio occidental más influyente desde el Imperio Romano. Pero eso no es la España europea de ahora… Hay gente que no ha salido mentalmente de ahí, como el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Hace doscientos años que ese imperio implosionó y se fragmentó, y generó un montón de realidades políticas, ninguna de las cuales ha demostrado capacidad ni para estabilizarse, ni para tener la más mínima influencia, no ya en el mundo, sino ni siquiera en su continente. La vida de aquel imperio dejó una lengua colosal y millones de hablantes sin cabeza. Su fuerza cultural es innegable –la música, la literatura…–, pero nada más. Desde el punto de vista político y económico todo es una catástrofe, porque hemos conseguido ser los últimos de la compañía: los que estamos en Europa, en Europa, y los que están en América, también.

 ¿Cómo son las relaciones entre España e Iberoamérica?

— No creo que España sea una realidad distinta desde el punto de vista hispanoamericano. Las relaciones en el interior del mundo hispano las veo muy mal. Todos los países hispanos sufren por dentro un trastorno bipolar por no haber sabido entender y aceptar el final del imperio. Dos siglos después, siguen con cantinelas que son cortinas de humo de procrastinación inoperante.

 ¿A qué pueden aspirar las próximas generaciones de españoles?

— Las nuevas generaciones de españoles tienen delante una tostada muy difícil, porque viven en un país en plena balcanización. Va a ser muy arduo intentar que no se produzca una fragmentación política. Además, están en medio del futuro incierto de la Europa occidental. Habrá que ver si es capaz de unificarse de manera que esté en condiciones de defender sus intereses, porque ya no puede vivir más tiempo bajo el paraguas de Estados Unidos, una potencia en plena decadencia.

 ¿Somos conscientes de la relevancia de Oriente?

— No. Lo estamos viendo ahora: si China apoya a Rusia, la cosa es tremendamente difícil. Pero los europeos estamos muy perdidos y seguimos viviendo de las viejas glorias. No asumimos que viene un mundo nuevo en el que Occidente retrocede frente a una hegemonía asiática evidente. A lo mejor la jugada inteligente era haber atraído a Rusia hacia Occidente…

Álvaro Sánchez León
@asanleo

Participaciones de BlackRock

BlackRock, Inc. es una corporación multinacional estadounidense de gestión de inversiones con sede en la ciudad de Nueva York. Fundada en 1988, inicialmente como gestora de activos institucionales de renta fija y gestión de riesgos, BlackRock es la gestora de activos más grande del mundo, con 10 billones de dólares en activos bajo gestión a partir de enero de 2022.

La moneda universal se levantará para toda la humanidad

NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO17
DE ABRIL DE 2016

El dios del metal es un signo de poder y estabilidad para el hombre; caerá y sucumbirá y no volverá a levantarse. La humanidad aceptará lo que se le ofrece, aceptará ser marcada, y en vista de un solo valor, sin dudarlo se entregará a las garras del enemigo anunciado de esta generación.

NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

14 DE ABRIL DE 2016

Mi amado Pueblo, sufriréis a causa de la escasez irreversible de recursos naturales; sufrirás en toda la Tierra porque toda la economía se detendrá debido al plan ideado hace mucho, mucho tiempo por los grupos que preceden al anticristo.

LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
5 DE ABRIL DE 2016

¡Pobres niños, los que antes del dinero caen de rodillas! Cuando la economía caiga irrecuperablemente en todo el mundo, será como un juego de dominó en el que el dinero será arrojado hacia abajo sin posibilidad de detenerlo. Hijos Míos, observarán con asombro cómo demasiados de sus hermanos caerán presa de la enfermedad de la falta de poder económico, y el diablo, aprovechando ese instante, les ofrecerá consuelo a cambio de sus almas. Será cuando las legiones malvadas tomen los cuerpos de aquellos de Mis hijos que se venden por dinero persiguiendo a los que antes eran sus hermanos. OREN CON FE ANTES DE QUE ESTA PROFECÍA SE CUMPLA.

NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

12 MARZO, 2016

Mi amado pueblo, el poder económico patrocina el mal, y el mal hará que la economía caiga para causar que los hombres se desesperen. (El objetivo: Establecer una moneda única.)

LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA

28 FEBRERO, 2016

Amados hijos, no acumulen tesoros en la Tierra, porque estos se derrumbarán pronto y se encontrarán con las manos vacías. Tesoro, sabe, entra en el Conocimiento de Mi Hijo. La economía cae y la moneda universal se levantará para toda la humanidad.

LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA

13 FEBRERO 2016

La economía mantiene a los hombres en el caos; la economía caerá y no se recuperará; en cambio, saldrá una nueva moneda para ser utilizada por los hombres.

NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

21 DE ENERO DE 2016

En este instante, la economía es una de las estrategias fuertes del anticristo con la que desestabilizará a las Naciones hasta hacerlas sucumbir, y comprará las almas de aquellos que no quieren sufrir por falta de dinero.

LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA

18 DE ENERO DE 2016

Oren, hijos Míos, la economía cae ante la mirada perpleja del hombre, y cuando el hombre encuentra su poder aniquilado, se siente anulado y actúa fuera de control.

NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

3 MARZO DE 2015

El dios de esta generación, sobre el que el hombre ha construido su propia vida, demostrará no tener ningún poder, sino solo el control del ego humano.
La economía mundial tiembla primero y luego cae.

NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

22 DE OCTUBRE DE 2014

NO TE DEJES ENGAÑAR, NO HAY LUGAR EN ESTE PLANETA DONDE LA ECONOMÍA SEA SÓLIDA. APRIETE EL CINTURÓN Y CONFÍE EN MÍ.

LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA

1 DE MAYO DE 2014

Los intereses económicos mantienen primacía en este instante sobre el hombre y sobre la vida del hombre y en un abrir y cerrar de ojos, la economía colapsada llevará al hombre a perder la cordura, porque sentirá que está privado de todo, sentirá sus manos vacías, pero será el instante en que Mis verdaderos hijos aprovechen la oportunidad para mostrar sus obras y acciones y mostrar a Mi Hijo sus manos llenas de una abundante cosecha de obras y acciones en favor de la vida, del amor, del prójimo y de la fraternidad.

NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

18 DE AGOSTO DE 2013

Amados hijos, no basen la vida en la economía, este dios falso caerá de un momento a otro, y se darán cuenta de que desperdiciaron su vida en lo que es superfluo, mientras que la verdad está solo en Mis Manos.

NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

13 DE FEBRERO DE 2013

No confíen en los anuncios sobre una economía fortalecida, no confíen en las alianzas y compromisos, ya que estos serán por apariencia, y de la noche a la mañana, la humanidad se habrá visto privada de todo control sobre sus bienes.

NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

11 FEBRERO, 2013

El hombre confía en la economía para su seguridad y olvida que yo soy el que provee… La economía caerá en un profundo agujero, y el hombre de poca fe será sacudido por el desconcierto y más allá.

NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO JANO

2009

Les he hablado de la caída de la economía, de un pequeño respiro, y de nuevo de una caída mayor de la que las economías mundiales nunca se recuperarán. Aquí es donde te diriges. No sostengas falsas esperanzas.
Todas las economías del mundo caerán, pero, como siempre es el caso, los países más pequeños son los que más sufren…

Fernando Paz: «Yo no descartaría una interpretación escatológica de lo que está sucediendo»

«¡Despierta!», un análisis implacable sobre el dominio de las élites globalistas

Según el historiador Fernando Paz, los objetivos del globalismo no son solo el poder y el dinero, sino, sobre todo, ideológicos e incompatibles con la civilización cristiana.

Las élites globalistas están sometiendo a los pueblos gracias a su poder financiero y al control absoluto sobre los grandes medios y canales de información. El objetivo último es ideológico y esencialmente anticristiano. El historiador y analista político Fernando Paz da la voz de alarma en un libro que busca, ante todo, concienciar de esta situación mostrándola al lector con un impresionante acopio de documentación.

Se trata de ¡Despierta! (La Esfera de los Libros), un análisis coherente e ilustrativo sobre lo que ha sucedido en el mundo, y con especial énfasis en España, en el último año y medio.

-De un gobierno mundial se viene hablando desde hace mucho, sobre todo tras la Segunda Guerra Mundial. Lo que vivimos ahora, ¿es un acelerón o un proceso distinto con actores nuevos?

-En parte es un acelerón a un proceso en marcha, aunque ciertamente presenta caracteres muy novedosos. Como proyecto, el globalismo no es algo nuevo, aunque su ejecución sí lo es. No cabe duda de que se trata de la que quizá sea la última consecuencia directa del desenlace de la Segunda Guerra Mundial. En último análisis, el esquema que pretenden imponer los globalistas al conjunto del mundo es semejante al que las potencias anglosajonas han venido practicando históricamente con sus propios pueblos. 

»Aunque las fuerzas que han desencadenado este proceso llevaban tiempo presionando (tanto desde los organismos políticos como desde los comerciales, la industria farmacéutica o la OMS), todo esto se ha precipitado en los últimos tiempos.

-¿Qué ha cambiado para que haya producido esa aceleración?

-Qué es lo que ha cambiado con respecto a la situación anterior no es fácil de contestar, porque estamos inmersos en pleno proceso, y carecemos de perspectiva. Pero no está de más señalar que el periodo que media entre la Segunda Guerra Mundial y el momento actual debe de ser dividido, al menos, en dos grandes partes, separadas por la caída del muro de Berlín

»Desde que se produjo el desmantelamiento del bloque comunista, Occidente se ha precipitado en el abismo. Al principio, inadvertidamente; pero, poco a poco, el proceso se ha acelerado, y la degradación de nuestra parte de mundo –que ya no está precisada de exhibir superioridad moral alguna sobre el enemigo– parece imparable y, desde luego, es algo más que coyuntural.

-¿No hay marcha atrás?

-Lo que ha sucedido en este tiempo es que esa degradación ha alcanzado todos los ámbitos de nuestra sociedad. La población, en gran parte privada de los referentes sociales, culturales y morales de sus antepasados, es presa fácil de los poderosos; una sociedad atomizada, fragmentada, desorientada, carece de posibilidades de resistencia frente al poder.

 »La pérdida de identidad que hemos venido padeciendo prologará la de la libertad. Sus primeros efectos los estamos padeciendo ahora: pronto se harán notar de un modo mucho más aparatoso.

-¿Qué papel corresponde a la pandemia en este proceso?

-La pandemia ha sido, sin duda, crucial. Podría haber acaecido un año antes o dos años más tarde; pero habría sucedido igualmente. Antiguos dirigentes de la OMS han revelado que las farmacéuticas llevaban presionando desde hacía una década para que Tedros Adhanom declarase una pandemia mundial.

»Hasta hace unos meses eso era difícil, porque la OMS estaba constituida y financiada por los estados que componen la Asamblea Mundial de la Salud, y los “filántropos” solo eran auxiliares de las políticas que aquellos determinaban; pero ahora la situación ha dado la vuelta, y son los actores privados quienes dirigen la organización y disponen a los estados al servicio de sus intereses. De modo que les ha sido fácil que la OMS siguiera sus dictados.

¡Despierta!», de Fernando Paz, un libro imprescindible para comprender lo que está pasando en el mundo. Pincha aquí para adquirirlo ahora.

»La pandemia –que no lo es más que desde un punto de vista estrictamente formal– ha sido la excusa para poner en marcha una serie de procesos. Procesos que tienen unos objetivos claros, perseguidos desde hace tiempo por la élite mundial, pero que esta no encontraba el modo de imponer. Algo que reconoció Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados ante toda España en abril de 2020.  

»Sin la pandemia, la brutal restricción de libertades desembocada en el “pasaporte covid” habría sido, con toda probabilidad, imposible. A nadie se le oculta que la pandemia ha proporcionado la cobertura perfecta para inocular un miedo universal a nuestras sociedades; ese miedo es lo que facultado dichas restricciones. Y así, la población ha aceptado una situación que en otro caso hubiese juzgado insoportable por la única razón de que cree estar salvando la vida.

-Científicos y técnicos parecen ahora a la cabeza de esta estrategia de dominación. ¿O también ellos son siervos de algo que les supera?

-Hay de todo; pero, en general, no son más que engranajes de una maquinaria que otros hacen funcionar.

»Pensemos en los médicos; sin duda, muchos creen de buena fe en lo que están haciendo; pero otros, en cambio, tienen perfecta conciencia de que muchas de las cosas que suceden son altamente discutibles. Y aún así, no se les ocurre protestar. ¿Por qué?

»Las razones son variadas. En algunos casos, como en el de esos médicos que se abren paso a codazos por los platós de televisión, por algo tan humano como la vanidad. En otros, por simple miedo: nadie se atreve a contrariar a los colegios oficiales de médicos. Es mucho lo que hay en juego, y estos no se andan con bromas. Solo en 2018, las farmacéuticas entregaron 600 millones de euros a los médicos, y en años anteriores las cantidades fueron bastante semejantes. Aquellos que no sean disuadidos por los beneficios obtenidos de las farmacéuticas, lo serán ante la amenaza que supone la pérdida de la colegiación: el no poder ejercer. Como escribió Benavente, no crees afectos, crea intereses.

-Y sí nadie se rebela…

-Una minoría sí levanta la voz, con cautela, y manifiesta sus dudas. Pero quienes la componen, naturalmente, no suelen aparecer en los medios de comunicación.

»En general, los científicos y técnicos no se cuestionan cuáles son los fines a los que sirven. Por otro lado, la presión social es tan enorme que es muy difícil discernir qué es verdad y qué no lo es. A lo largo de estos meses, los medios de comunicación y las autoridades han dicho una cosa y su contraria, sucesivamente, y todo ello bajo el manto de la “ciencia». Cuando decían “blanco” era la ciencia y cuando decían “negro”, también. En un caso y en el otro esos científicos y técnicos continúan sirviendo al poder, sin inmutarse.

-Ha mencionado antes unos benaventianos intereses creados. ¿De quién? 

-Los intereses que mantienen la farsa son muy poderosos. Consideremos lo siguiente: hoy, en una España cuyo tejido económico va tomando con celeridad el aspecto de un despojo, los fondos buitre se han convertido en actores principales.

»Concretamente el fondo Blackrock es el principal inversor en la Bolsa de Madrid. Está presente en 21 de los 35 del IBEX, en los cinco principales bancos del país (Caixabank, Santander y BBVA entre ellos), en Prisa, Atresmedia y Mediaset (los tres principales grupos mediáticos de España) y…es accionista mayoritario de Pfizer (junto con su accionista Vanguard Group supera el 15%). Además, es uno de los principales accionistas de Astrazeneca y de Moderna. Blackrock está asociado al Partido Demócrata norteamericano y es más poderoso que cualquier potencia mundial con la parcial exclusión de EEUU y China. 

Blackrock, el mayor fondo de inversión del mundo, con presencia decisiva en medios de comunicación y farmacéuticas y contactos muy estrechos con el Partido Demócrata estadounidense.

»¿A alguien le extraña que los medios de comunicación se hayan lanzado a una feroz campaña contra la disidencia, deformando las llamadas a la prudencia y a la sensatez como “negacionismo”? Han convertido la disidencia en algo grotesco, asociándolo a las expresiones más “terraplanistas” –ciertamente una parte de la disidencia sostiene  posturas verdaderamente ridículas e irracionales– para desacreditar toda oposición al poder.

»Los dueños de las farmacéuticas, de los bancos y de los medios son los mismos. Y su poder es, claro, abrumador.

-Para estas élites ¿se trata solo de poder o dinero o hay otros objetivos? ¿Cuáles?

-El dinero no es, desde luego, el objetivo. Los miembros de la élite disponen de él en abundancia; no es eso lo que les mueve.

»El poder es ya otra cosa. Es el verdadero afrodisíaco. La sensación de poder, el sometimiento del prójimo –¡de la humanidad!– es embriagadora. Eso no lo paga todo el dinero del mundo, y probablemente no lo conseguirían a base de dinero.

»Pero no es solo el poder: las élites tienen un objetivo ideológico. No son en absoluto nihilistas, como algunos piensan, sino creyentes hasta el fanatismo. Unos fanáticos considerablemente cínicos, si se quiere, pero fanáticos al cabo.

-¿Con qué metas?

-Sus objetivos pueden situarse en dos planos distintos: uno a corto plazo y otro a más largo plazo.

»Dominados por una visión neomalthusiana, su propósito es el de disminuir la población mundial, un objetivo en parte relacionado con la necesidad de retener el poder. A través de la ingeniería social, las élites están ejecutando una verdadera revolución antropológica, en la que la ideología de género juega un papel esencial. Quieren eliminar la libertad y la identidad de los pueblos, de las personas, como paso previo a través de la supresión de los estados nación.

»Una vez coronado el plan globalista, los seres humanos habrán perdido su libertad (cediéndola voluntariamente por miedo a perder la vida, la salud, la seguridad, o todo junto) y su identidad. Para construir el ser transhumano –el cyborg– hay que deconstruir primero al ser humano: ese es el papel de la ideología de género, de la que forma parte la transexualidad. El ser humano está siendo deconstruido a gran velocidad: una vez negada toda identidad natural, basta la voluntad para “auto-construirle”.  

»No es casualidad que muchos altos directivos de las big tech se cuenten entre los teóricos del transhumanismo. No estamos, pues, ante una broma, o ante un mero disparate sin consecuencias; las está teniendo, y las tendrá aún peores en un futuro muy próximo.

-¿Y cómo encaja la Agenda 2030 en esa estrategia ideológica?

-El objetivo de la Agenda 2030 es el del control de la población para conseguir construir una sociedad al estilo chino: porque el modelo es China. Aunque los medios a emplear sean diferentes, claro.

»El Foro de Davos comienza por decirnos que para la fecha de la Agenda no poseeremos nada, pero que seremos felices. A partir de ahí, todo lo demás está expuesto en un lenguaje atractivo, que refleja unos conceptos difíciles de contradecir: igualdad, fin de la pobreza, un mundo más limpio… Es el programa de la élite en términos políticos, que tampoco es que esconda en exceso sus propósitos. Por ejemplo, anuncia el fin del consumo de carne, de la ganadería, de los viajes en avión, del vehículo privado…

-Una distopía…

La Agenda 2030 es el modo en que nos vamos a convertir en China; no a través de las resoluciones del Partido Comunista, o de cualquier otro partido único, sino seducidos por propuestas amables –buenistas– de un futuro inclusivo, equilibrado, armónico. En China es el Comité Central el que decide por todos; en Occidente, los gobiernos hace tiempo que se han convertido en simples correas de transmisión de las decisiones que los poderosos del mundo adoptan y que hacen cumplir a través de su dominio de las grandes instituciones globalistas y de los medios de comunicación

»Proclama grandes principios, pero más allá de las palabras está claro cómo se van a alcanzar esos objetivos. En España vamos a asistir a la creación de una sociedad subvencionada en la que cada vez haya menos gente trabajando –y en condiciones más precarias– con el fin esencial de controlar a la población: una argentinización del país.

»Las utopías de transformación antropológica han sido, siempre, el prólogo a la esclavización de los seres humanos. La Agenda 2030 es la visión de un mundo feliz que ha de servir de coartada para el sometimiento de la humanidad.

-¿Qué papel tiene asignado la Iglesia en el Nuevo Orden Mundial?

-Subordinado y de colaboración; en la Iglesia hay quien cree que esa colaboración le va a valer el perdón de un mundo que la odia. Incluso si lo consiguiese, solo sería a costa de su desaparición real.

El camino sinodal alemán es un claro ejemplo contemporáneo de la descomposición de la Iglesia por sus propios enemigos internos.

»Desde el punto de vista histórico, la pérdida de influencia de la Iglesia en Occidente que se viene operando en los últimos decenios (e incluso siglos) constituye un fenómeno sobrecogedor. E irá a más.

»Lo cierto es que otras religiones se expanden y crecen por todo el mundo mientras la cristiana se desvanece. Lo lleva haciendo desde hace mucho tiempo (es una de las características de la Edad Contemporánea) pero, de manera muy acusada, desde el Concilio Vaticano II. Esto es innegable, júzguese como se quiera el concilio. No entro ahora en eso; solo anoto y analizo un hecho histórico. 

-¿Qué pretende el Nuevo Orden Mundial con el sometimiento de la Iglesia?

De la Iglesia el mundo espera, en el fondo, que renuncie a Jesucristo. Es decir, que renuncie a ser depositaria de una doctrina y una tradición que aseguran que Cristo es el Camino, la Verdad y la Vida, y que nadie llega al Padre si no es través de Él. Que asuma el cosmopolitismo (impostura secularista del universalismo cristiano) y que pastoree a la grey católica hacia la aceptación de la ideología globalista o, al menos, a la no beligerancia contra esta y sus dogmas; ideología de género, migraciones, abortismo, feminismo, etc… neutralizando a los católicos más opuestos al designio de las élites globalistas.

-¿Qué líneas de resistencia deben trabajar los cristianos para evitar ser absorbidos por el Nuevo Orden Mundial?

-Lo primero es conseguir que la Iglesia al menos sobreviva para mantener viva la llama de la fe transmitida durante siglos. Y que resista la tentación, sin duda fuerte, de asimilarse al mundo

»Una dura batalla que yo no diría que se está ganando, precisamente, en estos tiempos, pues hay quien desde dentro está minando la institución. Y no son pocos ni están mal situados. Hace casi 150 años San John Henry Newman daba gracias de vivir una época en la que los enemigos de la Iglesia –siendo muchos– estaban todos fuera; porque, añadía, llegaría el día que estuvieran, sobre todo, dentro. Ese día ha llegado.

-¿Qué hacer, entonces?

-Mi opinión es que los cristianos deben agruparse en torno a la tradición, en torno a dos milenios de certezas. Esta tribulación por la que ahora atravesamos puede servir para simplificar la fe. Aunque la prueba sea dura, porque las voces que le llegan a un católico de filas son ciertamente confusas.

»Por otro lado, yo no descartaría una interpretación escatológica de lo que está sucediendo. Interpretado en esa clave, el tiempo que vivimos cobra mucho más sentido.

-Cuando se agote el recurso a la pandemia, ¿cuáles serán los siguientes pasos del mundialismo?

-Sin ninguna duda, lo que nos espera es otra ofensiva del globalismo, a partir de ahora en torno al cambio climático. En cierto modo, todo lo que ha sucedido en el último año y medio ha sido un entrenamiento, una especie de “gimnasia revolucionaria” para lo que está por venir.

»Se nos ha dicho repetidas veces que la antigua normalidad ya no va a volver. Que el mundo nunca volverá a ser lo que fue. Lo creo.

»La lucha contra el cambio climático –secundada desde las más altas instancias de la Iglesia– será la gran coartada en los próximos años para destruir la identidad y la libertad en Occidente. El cambio climático se convertirá –ya lo está haciendo– en la justificación para la adopción de las más lesivas medidas contra nuestra civilización.

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