Sucedió en un orfanato ruso

Unos personajes estadounidenses pidieron dar clases de Ética y moral basadas en las Sagradas Escrituras. Les dijeron que dieran esas clases en un orfanato muy grande. Les contaron la historia del nacimiento de Jesús y los niños ponían mucha atención.  Les contaron que el Rey de reyes nació en una cueva en Belén, cuando hacía frío, y que dentro de la cueva estaban un buey y una mula. Luego les pidieron hacer un ejercicio: Van a diseñar un Nacimiento o Belén. Los profesores caminaban para ver si a los niños se les ofrecía algo.

Les llamó la atención un chiquillo de seis años llamado Micha, que tenía habilidad y tenía terminado su trabajo. En su Belén o Nacimiento había dos Niños, así que le dijeron: “Explícanos por qué hay dos Niños”. El niño explicó que era la primera vez que escuchaba el relato y que se le había grabado con exactitud.

El pequeño Micha continuó el relato en su propia construcción. Contó que, cuando la Virgen María puso al Niño en el pesebre, Jesús le miró y le dijo: “Ven”. Él contestó: “No puedo porque no tengo qué darte…”. Y pensándolo bien continuó: “No tengo regalo, pero tal vez te pueda dar calor”. Y Jesús le dijo: “Si me calientas un poco, será el mejor regalo”. Por eso Micha hizo otro niño y se metió al portal junto a Jesús. Entonces Jesús le comentó: “Acércate, acompáñame, y si quieres, puedes estar junto a Mí toda la vida”.

A esto nos invita Jesús a cada uno, nos lo dice a todos: A dar lo que podamos dar.

Pidamos a la Virgen María que nos ayude a tratar a Jesús.

La nueva ética mundial

“La ética mundial esconde un programa anticrístico enraizado en la apostasía occidental”, afirma Marguerite A. Peeters, y es impulsado por minorías poderosas. Ahora el énfasis se pone en estar bien con uno mismo y con su comodidad. No se trata de una sociedad que no quiere a Dios, sino que quiere dioses nuevos.

Personas que nunca hubieran podido estar en puestos de poder, ahora lo están. Los que siguen a Dios son golpeados fuertemente. Los que hacen la voluntad de Dios se tienen que esconder. Los que son contrarios a Dios son puestos como modelo, son líderes de la cultura y de la política. No se eligen a los cristianos, al contrario, se les acalla. Luego viene la persecución.

En el nombre de la tolerancia se puede hacer y decir lo que se quiera. Se trata de tolerar solamente el mal, y si hablas en contra no serás tolerado. El espíritu de nuestra época es de tener un nuevo orden mundial, una sola civilización.

Hay un vuelco en la cultura. Tratan lo profano como santo, y lo santo como profano. La nueva ética conlleva un espíritu de arrogancia y de blasfemia no hay nadie por encima de sí mismo. Se trata de redefinir la sexualidad, redefinir la moralidad, redefinir el matrimonio. El hombre se declara a sí mismo Dios.

Una revolución cultural mundial

Nuevos conceptos se extendieron a través de un nuevo lenguaje: género, consenso, salud reproductiva, derechos sexuales, derecho a elegir, elección informada, orientación sexual, empoderamiento de la mujer, espiritualidad secular… Este lenguaje tiende a excluir palabras como: amor a la verdad, moralidad, conciencia, ley, fe, sufrimiento, castidad, esperanza, naturaleza, amigo, enemigo, autoridad…

Tales nuevos conceptos son omnipresentes. Empapan todo. Se vive en una cultura gobernada por los valores del consenso. La posibilidad de un auténtico consenso co-existe con un programa radical. Los nuevos conceptos están interrelacionados.

La ONU argumentó que los “problemas globales” no sólo requerían soluciones globales, sino también valores globales, una ética que sólo ellos podrían forjar. De acuerdo con esta lógica, lo que los gobiernos necesitaban, no era un  debate, sino la experiencia del terreno y los conocimientos técnicos de las ONGs. La mayoría cometió el error de adherirse al mito de la neutralidad sin interesarse en el fundamento antropológico e ideológico de estas cuestiones.

Por su mandato, la ONU es una organización intergubernamental. Se suponía que el “consenso global” debía reflejar la voluntad de los gobiernos y que éstos a su vez debían representar la voluntad del pueblo. Pero en la práctica, las normas mundiales fueron construidas por “expertos” elegidos en función de su orientación ideológica.

La ética mundial se posiciona por encima de la soberanía nacional. Traspasa toda jerarquía legítima. Establece una conexión directa entre ella y el ciudadano individual, lo cual es propio de una dictadura.

En la nueva ética, se le da enorme importancia al “derecho a elegir”, valor supremo de la nueva cultura. Peteers explica que “el radicalismo postmoderno estipula que el individuo, para ejercer su derecho a elegir, debe liberarse de todo marco normativo, ya sea semántico (definiciones claras), ontológico (el ser, lo dado), político (soberanía del estado), moral (normas trascendentes), social (tabúes, lo que está prohibido), cultural (tradiciones) o religioso (dogma, la doctrina de la Iglesia). Esta supuesta “liberación” ser convierte en un imperativo de la nueva ética. Pasa por la desestabilización y la deconstrucción (dos palabras clave de la postmodernidad) de las definiciones claras, del contenido del lenguaje, de las tradiciones, del ser, de las instrucciones, del conocimiento objetivo, de la razón, de la verdad, de las jerarquías legítimas, de la autoridad, de la naturaleza, del crecimiento, de la identidad (personal, genética, nacional, cultural, religiosa, etc.), de todo lo que se considera universal y, por consiguiente, de los valores judeocristianos y de la revelación divina”.

Cuando se aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948, la cultura occidental todavía reconocía la existencia de una “ley natural”, de un orden “dado” al universo, y de un “Dador”.

La ausencia de definiciones claras es el rasgo dominante de todos los términos y expresiones del nuevo lenguaje global, de todos los paradigmas postmodernos. Los expertos que han forjado los nuevos conceptos se negaron explícitamente a definirlos claramente, alegando que una definición concisa limitaría la posibilidad de cada uno de elegir su propia interpretación, lo cual contradice la norma del derecho a elegir. Los niños pueden elegir su propia opinión, independientemente de los valores que reciban de los padres (derechos del niño).

La salud reproductiva conlleva el derecho a no reproducir (aborto “seguro”, acceso universal a “la más amplia gama de anticonceptivos”). La salud reproductiva es el caballo de Troya del lobby pro aborto y de la revolución sexual mundial. A pesar de su carácter eminentemente incoherente, la salud reproductiva se convirtió paradójicamente en una de las normas más aplicadas de la nueva ética mundial.

La ética de la elección se jacta de eliminar jerarquías. Sin embargo, al imponer mundialmente la “trascendencia” de la elección arbitraria, engendra una nueva jerarquía de valores. Coloca el placer por encima del amor, la salud y el bienestar por encima de lo sagrado de la vida, la participación de grupos de interés especiales en el gobierno de los asuntos públicos por encima de la representación democrática, los derechos de la mujer por encima de la maternidad… (Marguerite A. Peeters).

El resultado final de la dictadura global del relativismo es la deconstrucción del hombre y de la naturaleza, y la propagación cultural de la apostasía en el mundo y en particular en los países en vías de desarrollo.

Al igual que los sistemas ideológicos del pasado, la ética mundial terminará deconstruyéndose. Dios no quiere que tengamos miedo, sino que estemos vigilantes, que estemos alegres. Pero los cristianos no siempre distinguimos entre el nuevo sistema ético, construido y los designios de salvación de Dios, que son eternos. Las dos lógicas van en direcciones opuestas.

Crecer espiritualmente

Es necesario que crezcamos espiritualmente, sino viene la inmoralidad. La oración no consiste sólo en pedir cosas, sino en encontrarnos con Cristo para saber qué quiere de mí. Dios no es un genio a mis órdenes. Podemos decirle: “Señor, dame las condiciones necesarias para cumplir tu querer”. Hay quien se enoja porque Dios no les concede lo que quiere. Dios respeta la libertad mal usada, y esa conducta puede traer consecuencias funestas.

Para sanar la tristeza individualista, necesitamos el alimento de la Palabra y de la Eucaristía. ¿Cuántas veces a la semana abres la Biblia? Una religión buscada a la medida de cada uno, no ayuda. Es cómoda, pero en el momento de la crisis, nos abandona a nuestra suerte.

Se alza una ola de sensualidad que invade las costumbres, las leyes, las modas, los medios de comunicación social, las expresiones artísticas. Para frenar este ataque, además de orar y reparar, hemos de movernos, cada uno en su medio. “Primero purificarse y luego purificar; primero dejarse instruir por la sabiduría y luego instruir; primero convertirse en luz y luego alumbrar; primero acercarse a Dios y luego llevar a otro a Él; primero ser santos y luego santificar” (S. Gregorio Nacianceno, Oración 11,71 PG 35, 479).

La pelea por la limpieza de conducta se muestra siempre atractiva, siempre posible. Sólo en la oración aprendemos a hacer felices a los demás. El hombre decide sobre sí mismo. Está llamado a la verdad, al bien, a la belleza. Decimos que amamos la verdad, pero ¡qué fácil errar! Para garantizar la verdadera doctrina es necesaria la práctica religiosa.

Hoy hay confusión en materia de ética sexual, y es importante porque si no se dan la castidad, la continencia y el pudor no se da el amor. Y lo único que puede hacernos felices es el amor.

Todo lo que penetra a nuestros sentidos —sobre todo por los ojos, el tacto y el oído—, penetra en nuestra conciencia. Hay que saber qué está bien y que está mal, pero para reconocer el bien hay que llevar una vida honesta, hay que ser virtuoso. En su último libro Juan Pablo II dice que sin Jesucristo no hay bien. “La estatura moral de las personas crece o disminuye según las palabras que pronuncian y los mensajes que eligen oír” (San Juan Pablo II, a comunicadores 2004).

“Esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación” (1 Tes 4,3). Dios “nos ha elegido antes de la constitución del mundo para que seamos santos e inmaculados en su presencia” (Efesios 1,4). Los primeros cristianos, fieles corrientes –casados y célibes-, de toda edad y condición, se sabían llamados a la santidad (cfr. Romanos 1,7), “elegidos, por Dios, santos y amados” (Col 3,12). Buscaban la santidad en todas las actividades de la tierra: unos en el campo intelectual, otros en el trabajo manual; otros, en ambos.

El hombre debe ser santo para hacer realidad su identidad más profunda: la de ser “imagen y semejanza de Dios”. El hombre no es sólo naturaleza, sino vocación.

El plan de vida ayuda a no perder de vista lo esencial: la amistad con el Señor. Algunas Normas de piedad que sugerimos son: El Ofrecimiento de obras a Dios al comenzar el día, 5 minutos de oración mental, rezo de un misterio del Rosario, leer un pasaje de la Biblia, tres Avemarías antes de dormir y examen de conciencia.

Una anécdota de la vida real

Un joven universitario se sentó en el tren frente a un señor de edad, que devotamente pasaba las cuentas del rosario. El muchacho, con la arrogancia de los pocos años y la pedantería de la ignorancia, le dice: “Parece mentira que todavía cree usted en esas antiguallas…”. “Así es. ¿Tú no?”, le respondió el anciano. “¡Yo! –dice el estudiante lanzando una estrepitosa carcajada–. Créame: tire ese rosario por la ventanilla y aprenda lo que dice la ciencia”. “¿La ciencia? –pregunta el anciano con sorpresa–. No lo entiendo así. ¿Tal vez tú podrías explicármelo?”.

“Déme su dirección –replica el muchacho, haciéndose el importante y en tono protector–, que le puedo mandar algunos libros que le podrán ilustrar”. El anciano saca de su cartera una tarjeta de visita y se la alarga al estudiante, que lee asombrado: “Louis Pasteur. Instituto de Investigaciones Científicas de París”. El pobre estudiante se sonrojó y no sabía dónde meterse. Se había ofrecido a instruir en la ciencia al que, descubriendo la vacuna antirrábica, había prestado, precisamente con su ciencia, uno de los mayores servicios a la humanidad. Pasteur, el gran sabio que tanto bien hizo a los hombres, no ocultó nunca su fe ni su devoción a la Virgen. Y es que tenía, como sabio, una gran personalidad y se consideraba consciente y responsable de sus convicciones religiosas. (Interrogantes.net).

Mientras tanto, ninguna adversidad debe apartarnos de este fin. “Nada te turbe, / Nada te espante, / Todo se pasa, / Dios no se muda, / La paciencia / Todo lo alcanza; / Quien a Dios tiene / Nada le falta: / Sólo Dios basta” (Santa Teresa de Jesús, Poes. 30).

Dos son las necesidades del hombre: el amor y el sufrimiento. El amor le impide hacer el mal. El sufrimiento repara el mal hecho (María Valtorta).

Retirada de símbolos religiosos en un país islamista

“Ningún católico pediría la retirada de símbolos religiosos en un país islamista”

martes, 15 de diciembre de 2009
Cardenal Zenon Grocholewski


ABC (entrevista de Luz Derqui)

El cardenal polaco Zenon Grocholewski fue investido ayer Doctor Honoris Causa por la Universidad Católica, donde defendió los símbolos religiosos, las raíces cristianas de Europa y la aportación de los cristianos a la ciencia, la política y la sociedad.

Creció en un país comunista donde, según recuerda, «el Estado imponía una ética». Ahora defiende la libertad religiosa y asegura que ningún Estado que se considere democrático está por encima del derecho de los padres a decidir sobre la educación de sus hijos.

Se está limitando la religión al ámbito privado. ¿Cree que las escuelas deben ser laicas y que sea la familia la que eduque en principios morales?

La religión se debe impartir en la escuela porque se proporciona una formación integral a los alumnos, y la persona no es una en la escuela y otra diferente en la familia o en la calle. Creo que la religión no sólo contribuye a la formación de la gente, también al bien del ciudadano y de la nación.

¿Qué opina de la iniciativa de retirar los crucifijos y símbolos religiosos de las escuelas?

En la realidad europea es una cosa natural que existan símbolos religiosos en las escuelas porque expresan lo que es nuestra cultura; las raíces cristianas de Europa no solamente son reconocidas por los cristianos, sino también por otras culturas y religiones. Así lo han entendido filósofos marxistas y ateos e incluso actualmente el presidente galo Sarkozy, quien ha llegado a destacar que Francia había sido injusta en su relación con la religión cristiana. Esto es muy significativo. Respecto a la sentencia de Estrasburgo de quitar los crucifijos en las escuelas, ha habido protestas que proceden del ámbito no católico. Esta sentencia significa no entender la libertad religiosa y está fuera de la realidad. Creo que nunca un católico, en ningún país budista o islamista, pediría que se quitaran los símbolos religiosos porque se sintiera ofendido.

Hace un año respaldó la objeción de los padres en la asignatura Educación para la Ciudadanía. ¿Sigue pensando que es una posición necesaria?

Se tiene que partir del derecho fundamental de los padres a educar a sus hijos de acuerdo con sus valores, lo que está recogido en diversas declaraciones internacionales y en algunas constituciones como la de Alemania. Si un Estado quiere ser democrático, tiene que respetar este derecho de las familias. Estoy de acuerdo en que tiene que haber una educación para el ciudadano, pero ésta no puede contradecir los valores morales de las familias.

¿Por qué la Iglesia se opone a esta materia?

Yo crecí en una nación comunista y el estado comunista quería imponer una ética y los padres tenían que combatirlo desde la educación en casa; por eso, estamos contentos de que esta ideología haya quedado superada. Creo que es importante respetar la libertad y los derechos de cada ciudadano. No le corresponde al estado imponer nada y no se respeta al Estado que impone su ética.

¿Qué ha supuesto para usted que se le haya otorgado la distinción de Doctor Honoris causa?

Significa sobre todo que la Universidad Católica reconoce los valores de la Iglesia. Pero también no deja de ser un desafío para la misma Universidad, que debe ser coherente al dar un título Honoris Causa con el que sin duda adquiere un compromiso serio de impartir una educación observando los valores cristianos.

¿Cuál es el papel de los cristianos en la sociedad actual?

Sobre todo, deben ser ellos mismos y no tener miedo a mostrarse como cristianos y defender sus creencias. Sus valores deben estar presentes en todas las realidades: en el campo de la ciencia, la política, la sociedad… El cristiano debe contribuir al bien de la nación y no a la destrucción o a la generación de conflicto. Recientemente el Gobierno de Taiwán, donde sólo el 1% de su población es católica, me agradeció lo que la Iglesia había hecho por el país.

Cultura de la muerte

Así son y actúan los promotores de los desechos tóxicos espirituales contra la vida y la familia


Cultura de la muerte: un engranaje casi perfecto


Esta semana, han coincidido dos hechos que, a primera vista, parecen tener poco que ver: la Cumbre del Clima de la ONU en Copenhague, y el inicio del juicio contra Irlanda, en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, por su legislación abiertamente provida. La experiencia y los pronunciamientos de los últimos meses sobre el cambio climático hacen que sea fácil sospechar que, en ambos casos, se acabará apuntando a la misma solución: más control de la natalidad, es decir, anticoncepción y aborto. ¿Hasta qué punto influyen las instituciones internacionales en cómo se trata a la vida y la familia en cada país?

Al inaugurar la Asamblea especial del Sínodo de los Obispos para África, el pasado mes de octubre, el Papa Benedicto XVI calificó de «desechos tóxicos espirituales» los intentos, por parte de entidades internacionales, de extender una cultura anti-vida y anti-familia en los países en vías de desarrollo. Los prelados africanos reiteraron esta denuncia con información de primera mano. No se trata de algo circunscrito a África. Doña Julia Regina de Cardenal, una de las mayores defensoras de la vida en El Salvador, explica a Alfa y Omega que «el mes pasado hubo un huracán que dejó a miles de damnificados. Para resolver problemas que ocasionan desastres naturales como éste, la representante del Fondo de Población de la ONU en El Salvador propone la planificación familiar y consideraciones de génerocambio climático».

No es la intención de este semanario denunciar todos los intentos de imponer a otros países prácticas como el aborto, la anticoncepción, la promoción de la homosexualidad o la educación sexual basada en la pura genitalidad. Casi no hay semana en que no se produzcan, y casi siempre en nombre de los derechos humanos.

¿Qué derechos humanos?

A pesar de sus buenas intenciones, el hecho de que no se haya explicitado el fundamento teórico de la Declaración de Derechos Humanos, ratificada en la ONU en 1948, ha tenido como resultado que la forma de interpretar estos derechos pueda variar según las circunstancias.

Sucedió eso, por ejemplo, a finales de los 60 y en los 70, con la irrupción de los movimientos feministas y la revolución sexual. Los defensores de las políticas antinatalistas vieron las ventajas que podría tener una alianza estratégica con los promotores de la liberación de la mujer. Era una gran oportunidad después de que los horrores de la Segunda Guerra Mundial y del nazismo, ocurridos unas décadas antes, hubieran acabado con la buena fama del movimiento eugenésico, que, además de la Alemania nazi, había triunfado también en Estados Unidos, Inglaterra y otros países, de la mano de personajes como Margaret Sanger (más tarde fundadora de Planificación familiar) y Marie Stopes, que da nombre a otra gran multinacional de la anticoncepción y el aborto.

En 1974, el Consejo Nacional de Seguridad de Estados Unidos redactó un documento secreto manifestando su preocupación porque «los actuales factores de población en los países menos desarrollados» suponían «un riesgo político e incluso problemas de seguridad». Para reducir el riesgo sin despertar sospechas, proponían «poner el énfasis en el derecho de los individuos y las parejas a decidir libre y responsablemente el número y el espaciamiento de los hijos». Ese mismo año, la ONU calificó el derecho a la planificación familiar como una cuestión principal y, cinco años más tarde, su Asamblea General aprobó la Convención para la eliminación de toda forma de discriminación contra la mujer (CEDAW), ignorando que en 1967 ya se había firmado una declaración similar centrada en el derecho al voto, a heredar, a estudiar y trabajar, etc.

Vinieron luego las Conferencias internacionales de El Cairo (sobre población y desarrollo, en 1994) y Pekín (sobre la mujer, en 1995), donde de la planificación familiar se pasó a los derechos sexuales y reproductivos. Gracias al trabajo de la Santa Sede y de algunos países, se indicó explícitamente que el aborto no está incluido en ellos, pero no todos piensan así. Hilary Clinton, Secretaria de Estado estadounidense, reconoció al poco de tomar posesión que, para la Administración Obama, «salud reproductivacomité de 23 expertas que piden a los países con legislaciones provida y profamilia que se legalice el aborto, la unión entre personas del mismo sexo, la prostitución, y hasta que se elimine el día de la madre».

Otra pista sobre los verdaderos motivos del movimiento por el control de natalidad es la actuación del Fondo de las Naciones Unidas para la Población. La mayoría de las veces sigue la estrategia feminista marcada en los 70, pero, si ha de elegir entre el antinatalismo y la libertad, la última se queda en la cuneta. Es conocida, por ejemplo, su complicidad con la política de un solo hijo en China, que implica multas y abortos y esterilizaciones forzosos a las familias infractoras. Por este motivo, la Administración Bush dejó de financiarlo en 2001, pero, en cuanto Barack Obama llegó al poder, destinó 50 millones de dólares a la agencia, si bien, supuestamente, no se van a utilizar en China, donde estas violaciones de los derechos humanos se siguen produciendo.

Sin embargo, ni el UNFPA ni los responsables de implantar el CEDAW son los únicos miembros de la ONU implicados en la promoción de esta agenda. Al contrario, ésta ha sido ya asumida por todas sus agencias y organismos, incluidos la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF; hasta el punto de que estos dos, por ejemplo, recomiendan el uso de aspiradores manuales para practicar abortos fáciles y rápidos.
Incluye el acceso al aborto» y que iban a luchar por promoverlo. Para ello, la Secretaría de Estado ha creado una Oficina Global de Asuntos sobre las Mujeres. Otro problema es -explica doña Regina, defensora salvadoreña de la vida- el Protocolo Facultativo del CEDAW, con «un comité de 23 expertas que piden a los países con legislaciones provida y profamilia que se legalice el aborto, la unión entre personas del mismo sexo, la prostitución, y hasta que se elimine el día de la madre».

Otra pista sobre los verdaderos motivos del movimiento por el control de natalidad es la actuación del Fondo de las Naciones Unidas para la Población. La mayoría de las veces sigue la estrategia feminista marcada en los 70, pero, si ha de elegir entre el antinatalismo y la libertad, la última se queda en la cuneta. Es conocida, por ejemplo, su complicidad con la política de un solo hijo en China, que implica multas y abortos y esterilizaciones forzosos a las familias infractoras. Por este motivo, la Administración Bush dejó de financiarlo en 2001, pero, en cuanto Barack Obama llegó al poder, destinó 50 millones de dólares a la agencia, si bien, supuestamente, no se van a utilizar en China, donde estas violaciones de los derechos humanos se siguen produciendo.

Sin embargo, ni el UNFPA ni los responsables de implantar el CEDAW son los únicos miembros de la ONU implicados en la promoción de esta agenda. Al contrario, ésta ha sido ya asumida por todas sus agencias y organismos, incluidos la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF; hasta el punto de que estos dos, por ejemplo, recomiendan el uso de aspiradores manuales para practicar abortos fáciles y rápidos.

Opresores y oprimidos

La promoción del aborto no es el único punto del Orden del día, en la agenda de los lobbies internacionales. La Conferencia de Pekín, con los derechos sexuales y reproductivos, consolidó como cosmovisión de los distintos organismos internacionales la ideología de género, que separa el sexo biológico del género o rol social adquirido; y el placer sexual del compromiso, la procreación o la familia. Así, cualquier deseo -aborto, relaciones homosexuales, divorcio, etc.- se convierte en derecho; y quien se oponga a esta visión, en un opresor.

No es baladí subrayar, al llegar aquí, el papel que juega la dialéctica marxista. Empezó el feminismo hablando de la guerra de sexos como una guerra de clases, y de la familia como primer lugar de opresión de la mujer. La ideología de género lo aplica también a homosexuales y transexuales, oprimidos por la mayoría heterosexual. Así, el derecho a no ser víctima de discriminación abre la puerta a las presiones para que se cree la figura del mal llamado matrimonio homosexual. Países tan distintos como Nigeria y Australia han recibido, en este año, presiones en este sentido por parte, entre otros, de Amnistía Internacional.

El discurso de opresores y oprimidos se ha aplicado de igual modo a la naturaleza por parte del ecologismo radical, basándose en amenazas más o menos reales como el agotamiento de los recursos naturales, la contaminación, el agujero de la capa de ozono o el calentamiento global. Gaia, la Madre Tierra, es, en definitiva, víctima de la explotación; y el explotador, el ser humano. Y UNFPA propone -lo hizo el pasado noviembre en un informe- la misma solución antinatalista que se propuso para blindar la seguridad de los ricos: anticoncepción y aborto. Esta teoría ha llegado hasta el punto de acusar de irresponsabilidad -como hizo en febrero el Presidente de la Comisión de Desarrollo Sostenible de Gran Bretaña- a las familias que tienen más de dos hijos.

También en Europa

Las presiones en contra de la vida y la familia no se producen sólo desde los países desarrollados a los subdesarrollados, sino que aquellos también pueden sufrir presiones. En este caso, uno de los principales agentes es la Unión Europea y sus instituciones, y las víctimas, países como Polonia e Irlanda por tener leyes restrictivas sobre el aborto, o Lituania, por prohibir que en los colegios de su país se promocionara la homosexualidad. El Parlamento europeo se planteó incluso un procedimiento que podría haber llegado a expulsar a este último país de la UE, aunque al final sólo emitió una condena que, sin ser vinculante, puede servir de munición a los activistas radicales.
El intervencionismo de las instituciones europeas alcanza niveles alarmantes. Sólo en el mes de noviembre, el Consejo de Europa debatió un proyecto que obligaría a sus 47 miembros a permitir a los homosexuales adoptar y acceder a la reproducción artificial, y ha estado elaborando una resolución para limitar la objeción de conciencia de médicos y centros sanitarios ante el aborto; y la Comisión Europea ha amonestado al Reino Unido por introducir, en su proyecto de ley contra la discriminación, una cláusula que permitiría a las organizaciones religiosas no contratar a homosexuales.

David contra Goliat

¿Sería posible esta ofensiva sin la complicidad de poderosos lobbies? Compleja pregunta. El hecho es que los lazos, sobre todo económicos, entre unos y otros son una maraña muchas veces difícil de descifrar: los gigantes del aborto y la anticoncepción a nivel internacional -IPPF, Marie Stopes International, IPAS, etc.- reciben enormes sumas tanto de Gobiernos de distintos países como de instituciones internacionales -119 millones de dólares en 2008, en el caso de IPPF-. A la vez, los informes de estas organizaciones se convierten en la principal fuente de información e iniciativas de los organismos internacionales. También financian estos proyectos entidades filantrópicas como las fundaciones Rockefeller, Ford o Bill Gates.
Otros protagonistas son algunas organizaciones locales «de feministas radicales, lésbico homosexuales, de prostitutas, etc. -explica desde El Salvador la señora De Cardenal, líder provida-. Los organismos internacionales los financian para que utilicen problemas reales de la sociedad, retorciéndolos. Son expertos en la manipulación de sentimientos loables y en confundir a la opinión pública».
Afortunadamente, este mecanismo, en apariencia imparable, está encontrando algunos obstáculos en su camino. Estas piedrecillas son observatorios como C-Fam o el Population Research Institute, que investigan y sacan a la luz estas estrategias; o iniciativas políticas como Acción Mundial de parlamentarios y gobernantes por la vida, que agrupa a políticos de diversos países y distintos partidos que colaboran para ponerles freno. Incluso pequeñas entidades provida, con muchos menos recursos que sus oponentes, han conseguido éxitos como frenar la venta libre de la píldora del día después en Argentina. El camino -explica doña Regina- es denunciar públicamente, sin fanatismos y con pruebas [las estrategias antivida]; informarse de las iniciativas en defensa de la vida y la familia de otros países; y unirse estratégicamente a otras organizaciones afines».

María Martínez López

ABERRANTE, VIOLENTO E INHUMANO

Las asociaciones provida rechazan el acuerdo «extremista» entre el PSOE y la izquierda radical sobre el aborto

Redacción – 10/12/2009

Las asociaciones provida han recibido con gran decepción el pacto entre el PSOE y la izquierda radical en torno a la nueva ley del aborto. Han sido varias las organizaciones que han mostrado su desacuerdo ante los informes aprobados que restringen el derecho a la objeción de conciencia a cirujanos y enfermeros o pretenden financiar los anticonceptivos “de urgencia”. Además, el texto recoge que los padres de las niñas que quieran abortar podrán ser informados, aunque la última decisión la tomará la adolescente

La asociación Derecho a Vivir calificó ayer en un comunicado de «giro escandaloso» el acuerdo del PSOE con ERC e IU sobre el aborto y pide al PNV que no apoye el proyecto. «Es una vuelta de tuerca abyecta a un proyecto de por sí aberrante, violento e inhumano”, afirma la doctora Gádor Joya, quien exige al PSOE “que desmienta inmediatamente este acuerdo extremista”.

La portavoz de Derecho a Vivir ha criticado el momento elegido para hacer público este acuerdo, «en una semana de puente, con la mitad de la población reincorporándose a sus puestos después de unos días festivos. Han querido colar una radicalización dentro de un proyecto de por sí extremo e incompatible con los derechos humanos». A su juicio, se trata de un “doble juego” pues por un lado, anuncian su disposición al diálogo y a los retoques, y por otro, lo radicalizan.

Imponer a todos una visión de la sexualidad

Por otro lado, el Foro Español de la Familia afirma que el acuerdo del grupo socialista y la izquierda “es un intento más de imposición ideológica para la sociedad, los profesionales sanitarios y la comunidad educativa”. “Suponen –añade el presidente Benigno Blanco- una violación de la libertad de conciencia y la pretensión hacer una verdadera pedagogía proabortista violando las condiciones científicas, morales y religiosas de quién sea”.

El presidente del Foro Español de la Familia señala que “el intento de imponer obligatoriamente a los profesionales de la salud que aprendan a practicar abortos como parte de su curriculum académico supone “considerar el aborto como un derecho, pretende hacer una verdadera pedagogía proabortista en la escuela y en la universidad despreciando el pluralismo existente en la sociedad española al respecto y violando las condiciones científicas, morales y religiosas de quién sea”.

Además, Benigno Blanco destaca que “la introducción de más medidas para que la escuela se convierta en un instrumento para difundir la visión de la sexualidad de esos grupos políticos, apelando a una presunta educación sexual, es una nueva manifestación de que esta ley es más que una ley del aborto. Supone de imponer a todos la visión de la sexualidad de la ideología de género y la perspectiva de rechazo de la maternidad que va implícita en el concepto moderno de salud sexual y reproductiva”.

Por otra parte, el presidente del Foro de la Familia recalca que “la regulación que se pretende de la objeción de conciencia va a restringir el ejercicio de este derecho por parte del personal sanitario al pretender someter este derecho a requisitos administrativos que no están en la Constitución”.

“Como nos temíamos –añade Benigno Blanco- la tramitación parlamentaria no solo no mejora, sino que me empeora los aspectos más rechazables de la ley”.

Educación sexual en centros de enseñanza

El Observatorio por la Libertad en la Educación (OLE) reclamó también la objeción de conciencia para aquellos padres que no quieran que sus hijos reciban educación sexual en sus centros de enseñanza. Según explicó a Europa Press el coordinador del Observatorio, Carlos Seco, «la experiencia demuestra que la educación sexual impartida en las comunidades autónomas gobernadas por el PSOE, como es el caso de Andalucía, es una educación fundada en la ideología de género, que fomenta y promueve la homosexualidad frente a la heterosexualidad, la búsqueda exclusiva del placer individual en las relaciones sexuales o del autoestímulo sexual, la frivolidad sexual, y que obvia cualquier otro elemento trascendente, religioso o moral, y de entrega a la persona con quién se comparte».

Colectivo médico confuso

La plataforma de Ginecólogos por el Derecho a Vivir afirmó ayer que “todo el colectivo médico está muy confuso porque cada día sale una cosa nueva” sobre la Ley del Aborto. La portavoz, Sonsoles Alonso, ha hablado en La Tarde con Cristina sobre los nuevos planes del Gobierno, que “plantean que sólo el cirujano y el enfermero pueden opinar sobre lo que va a ocurrir en el quirófano”.

Según explicó, “cualquier profesional de la salud entiende que en un aborto no sólo interviene un cirujano y un enfermero, sino que hay intervenciones más complicadas que precisan de una cadena humana que también tienen su opinión y que ahora no se pueden acoger a la objeción de conciencia”.

Asegurar el derecho a la vida

La Asociación Familia y Dignidad Humana manifestó, también, su «frontal oposición» al aborto eugenésico, «encubierto» en la nueva Ley del Aborto, «ya que sin el derecho fundamental a garantizar la vida de la persona con discapacidad, carecen de sentido y de contenido cualquier medida y políticas adoptadas en el presente y en el futuro para favorecer la igualdad de oportunidades y su plena inclusión en nuestra sociedad».

Según detalló en una nota firmada la diputada del Congreso por Valencia Inmaculada Bañuls, ante la tramitación de la nueva norma la asociación pone «especial énfasis» en el artículo 10 de la Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad («Los Estados Partes reafirman el derecho inherente a la vida de todos los seres humanos y adoptarán todas las medidas necesarias para garantizar el goce efectivo de ese derecho por las personas con discapacidad en igualdad de condiciones con las demás»).

Familia y Dignidad Humana ve necesario, para asegurar estos derechos, promover la igualdad de trato y acabar con la discriminación de toda índole que, a su entender, todavía sufre este grupo social especialmente vulnerable y que sólo en España alcanza a cuatro millones de personas, estando obligados desde los poderes públicos y desde la sociedad en general, a adoptar todas las políticas y medidas pertinentes contenidas en dicho tratado.

Ética y dignidad de la política

jueves, 10 de diciembre de 2009
Pablo Cabellos Llorente


Levante-Emv

Aristóteles: es evidente que la ciudad es una de las cosas naturales y el hombre es por naturaleza un animal político. Ciudad es la comunidad social y político es ser sociable. Comentándolo, escribe Yepes Stork: en el arranque mismo del ser humano aparecen los otros. La autoperfección humana no puede iniciarse sin educación y no puede continuar sin convivir. Éste es el sentido de la polis, la ciudad.

El propio Aristóteles dice: «el que no puede vivir en comunidad, o no necesita nada por su propia autosuficiencia, no es miembro de la ciudad, sino una bestia o un dios». Frecuentemente, vemos bestia y dios, quizás en la misma persona que transmuta de uno a otro. Andamos insultando, murmurando, maltratando, delinquiendo: es el lado de la bestia; y luego, leyes antinaturales o prepotencia, que usurpan el lugar de Dios.

Convendría contemplar la Ciudad sin olvidar el protagonista: la persona. Así es rechazable toda actitud reductiva por parte del Estado, visto como único ámbito de las llamadas instituciones públicas. La primera dignificación de la polis habría de consistir en evitar dar cabida pública exclusivamente a lo estatal. Es buena la ciudad que encierra dentro de sí —afirma Yepes— cuanto el hombre necesita. Es mala la contraria.

La política debería orientarse a la vida lograda de cada hombre. El buen político procura la vida buena de los ciudadanos, mientras que el malo busca su propio interés. El que ama, no busca lo suyo. No es el habitual escenario de la vida pública que, no acabando en la clase política, la acapara con notable avidez, tan notable como el desprecio respecto a la inteligencia o el buen hacer del ciudadano que vive intensamente la polis desde otras instancias necesarias en la vida civil: familia, asociacionismo, educación, sanidad, ocio, cultura y tantos cuantos campos sea capaz de ofrecer.

Tal vez la ciudadanía —absentista cómoda o alentada— marcha en paralelo con la vida pública porque no participa, no es considerada en la toma de decisiones o es engañada continuamente. Quizá es brutal afirmarlo así, pero hay que denunciar lo inmoral. El espectáculo de insultos, la cabalgata de los que cambian su papel por la frase descalificadora, y la desatención por los problemas reales, propician el desprestigio de los políticos y el alejamiento de los mejores. Escuchar cualquier debate parlamentario es oír de todo excepto de lo que toca.

Vivimos del gobierno por encuesta o ideología, pero sin ideales, lo que aleja a los mejores. ¿Por qué? Seguramente porque, a falta de un ideal ético, el ámbito de la convivencia es un infierno. Un pacto escolar, por ejemplo, sería un buen marco, pero lo impide una raquítica concepción del hombre. Así, la democracia no aportará los valores necesarios para la sociedad plural.

Necesitamos una buena educación, verdaderamente humana, y eliminar las causas del desprestigio de la política que, en síntesis, son: los valores últimos y más sublimes han desaparecido de la vida pública, convirtiéndose en privados. La mercantilización ha conducido a relaciones contractuales para satisfacer intereses. No todo es malo, pero tampoco todo debe de ser mercado. La última causa sería la burocratización que ahoga la necesaria sociedad civil o conjunto de individuos capaces de articularse en instituciones privadas y tareas comunes, que constituyen un verdadero servicio público.

Ética y crecimiento personal de los asistentes de dirección

PADRE RAFAEL HERNÁNDEZ URIGÜEN

Un sacerdote dedica un libro a la ética y el crecimiento personal de los asistentes de dirección

Ser secretario es algo serio…, y ético, y benéfico para la empresa, explica en su nuevo libro sobre asistencia de dirección y crecimiento personal el capellán de la Escuela de Asistentes de Dirección de la UNAV en San Sebastián, Rafael Hernández Urigüen.

 Actualizado 4 noviembre 2009

 Miriam Díez i Bosch/Zenit

El padre Hernández es profesor y capellán en la escuela ISSA (School of Rafael Hernandez UrigüenManagement Assistants) (Escuela de Asistentes de Dirección), centro situado en San Sebastián, perteneciente a la Universidad de Navarra. Han pasado por ella 3.000 graduados al cabo de los años en el campo de los negocios y la asistencia de dirección.

Las páginas del libro «Asistentes de Dirección: crecimiento personal/ excelencia corporativa» (Editorial EIUNSA, Madrid, 2009), desvelan como la ética penetra la vida del secretario o de la secretaria de dirección, piezas clave de confianza de las cúpulas dirigentes. En un momento de corrupción y crisis, la obra apuesta por dar realce a la realidad del secretariado de dirección, una función que con virtudes puede cambiar la misma empresa.

El leitmotiv es claro: no se puede hacer el bien sin trabajar bien.

– Siempre me lo decía mi padre: los secretarios son los que cortan el bacalao. Su libro lo corrobora…
– Su padre conocía muy bien el funcionamiento de la empresa. En el libro se  muestran con más de cien testimonio s las amplias competencias y facultades que desde hace años disponen los profesionales del management assistance y en general las secretarias y secretarios de Dirección, ya que como se afirma en sus páginas, en la actualidad no son ya  meros «ejecutores» de órdenes  e indicaciones, sino más bien «ejecutivos» colaboradores muy estrechos del equipo directivo.

Al ser personas de confianza, tanto personal como corporativa gozan cada vez de mayor autonomía y se fomenta en ellos la proactividad. Importa mucho, por tanto que  no «corten el bacalao» «por libre» o según caprichos arbitrarios, sino disponiendo de un buen bagaje de virtudes y valores éticos.

– Y en momentos de crisis, ¿por qué reviste tanta importancia la figura del secretariado de dirección?
– Ante la  actual crisis económica, ocasionada  en gran parte por acciones antiéticas y por malas decisiones financieras y económicas,  ha vuelto  a ponerse de manifiesto la prioridad de la formación y el reciclaje ético en todos los estamentos, y de manera muy particular en los ámbitos empresariales.

El «bacalao» habrá que cortarlo con justicia, equidad y solidariamente, pensando en el bien de la empresa y en el bien común, no para el propio beneficio personal, o para los amigos más cercanos.

Quien tiene temple ético trabaja siempre «pensando global» (en el bien común, la dignidad de la persona humana, los objetivos justos de la empresa y organización) y «actuando local»: trabajando bien,  guardando el secreto profesional, favoreciendo la buena comunicación con la veracidad, la lealtad. El compañerismo…

– ¿Qué es lo que constituye la «excelencia personal» como usted sugiere?
– Sin duda, la tesis de «Asistentes de Dirección…», que sigue siendo el primer libro de ética específico para secretarios,  se resumiría así: «Crece en valores y virtudes y alcanzarás la excelencia humana». Un equipo de mujeres y hombres que trabajen «virtuosamente» generan un concentrado de sinergias que terminan configurando empresas y organizaciones hasta convertirlas en excelentes.

La imagen corporativa de la empresa es la suma de la calidad personal de quienes trabajan en ella. Aún recuerdo lo que me marcó durante mi infancia el lema de la empresa de mi padre: «Una empresa vale lo que valen sus hombres». En las páginas  de «Asistentes de Dirección…» se ejemplifican los rasgos de esa «excelencia personal» sobre tres pilares que señaló hace años Arantza Larraz,  una de las más recordadas profesoras de ISSA: «Competencia profesional, nivel cultural y categoría humana». Esos tres pilares de la excelencia sustentas virtudes y valores.

El libro sostiene que  aunque nadie confunda bien útil con bien moral, es indudable que no se puede hacer el bien sin trabajar bien. El bien merece ser bien realizado.

En la Filosofía clásica no sólo se pedía hacer el bien, sino realizarlo con belleza y llegaba a considerarse la ética como el arte de vivir. El trabajo es una de las dimensiones constitutivas del hombre y al igual que la inteligencia, la voluntad, el ser libre y la capacidad de establecer comunión con los otros.

– ¿«Crecer como persona» siendo secretario en qué es distinto de hacerlo siendo un jefe?
– Siendo asistentes, secretarios ejecutivos, etc.,  la laboriosidad,  la discreción, la lealtad y las demás virtudes y valores humanos, se encuadran en  el marco de quien es colaborador o colaboradora muy estrecha de los directivos.

Por tanto, la disciplina, la docilidad, la flexibilidad y otras cualidades humanas se concretan para personas que «obedecen» y al mismo tiempo, sin servilismo,  toman muchas iniciativas que aportan creatividad a las tareas, objetivos y trabajos.

Las virtudes y valores humanos coinciden con los de los «jefes», respondiendo a su pregunta. Pero el modo concreto como esos valores se realizan presenta características propias y diferentes a las de quienes dispongan de la definitiva capacidad de decisión: un ayudante de dirección, una secretaria o secretario ejecutivo no tiene las competencias de un Consejo de Administración. O de la Directora o Director General de una empresa.

– Ahora todo es intercultural. Usted habla de «empresa intercultural». ¿Qué implica, la ética empresarial en un entorno intercultural?
– Efectivamente en la cuarta  parte de «Asistentes de dirección…» se abordan los problemas  y las posibilidades de la empresa intercultural,  por primera vez, desde la perspectiva del secretario ejecutivo o el ayudante de dirección.

En el primer libro de ética  editado en el mundo para management assistants, no podía faltar esta referencia. La movilidad geográfica, la globalización, y los distintos estilos de trabajar personas de diferentes civilizaciones  definen el mundo empresarial en el que vivimos.

La dimensión ética, que es el motivo de todo este libro, tendrá en cuenta el mundo de los valores personales, sociales y culturales mirándolos como algo positivo, esto es, y perdón por la redundancia, valorándolos.

Una tradición religiosa o civilizatoria que no respete los derechos humanos, la ley natural, por expresarlo en términos más precisos, no ha de intentar imponer sus contravalores como «riquezas» en pro de la diversidad.

Un contravalor, o un antivalor, por su misma índole carece en absoluto de voz o derecho a imponerse en el conjunto de la multiculturalidad con pretensiones de integración hacia una pretendida interculturalidad.

Integrarse en un conjunto de encuentro y armonía con prácticas de eliminación del otro, o de disminuir su dignidad, no es verdadera integración, sino parasitismo que explota su situación de impunidad –se trata de una tradición que el estado de derecho respeta- para eliminar, o disminuir al otro, indefenso.
 
Las tesis que defiende el libro coinciden con muchas de las ideas que después he encontrado en un magnífico y reciente documento del Papa: «Caritas in veritate». Pienso que esta encíclica de Benedicto XVI aporta ideas y líneas de fuerza que pueden servir para cualquier profesional de buena voluntad, sea cristiano o no, a replantearse sus actitudes éticas en el mundo de la empresa y organizaciones. Las líneas de fuerza que  pivotan sobre  la justicia y el amor como fuentes nativas de cualquier proyecto, la perspectiva constante del bien común, y la innovación inspiradas en una gratuidad solidaria, sin duda terminarán transformando el mundo empresarial.

La lectura de este documento me impulsó a abrir un foro gratuito de consulta y coaching ético para que puedan intervenir asistentes y secretarios de todo el mundo, aportando también sus testimonios y experiencias.

EpC vuelve con un mensaje a niños de 10 años

INFORME DE PROFESIONALES POR LA ÉTICA

Coito anal, Sexo oral y Preservativos de sabores


Educación para la Ciudadanía aterriza este curso en las aulas de 5º y 6º de Primaria para «recetar» a medio millón de alumnos coito anal, sexo oral y preservativos de sabores. El único límite es evitar el embarazo y las enfermedades venéreas.

Actualizado 4 septiembre 2009

Nicolás de Cárdenas/ ReL

La asociación Profesionales por la Ética PPE ha presentado esta mañana un informe sobre la implantación de Educación para la Ciudadanía en Primaria, que tendrá lugar este curso. Según ha explicado el presidente de PPE, Jaime Urcelay, los contenidos previstos para la impartición de EpC a niños de 10 y 11 años son suficientemente graves para que la asignatura de EpC deba ser «eliminada».

Según Urcelay, la oposición a la asignatura se centra en tres razones. En primer lugar, la «inutilidad desde el punto de vista académico» en lo que a la enseñanza de normas de urbanidad previstas en la asignatura se refiere, ya que se trata de un contenido insuficiente para una materia obligatoria. Además, esa educación cívica ya se está enseñando de manera transversal en los colegios, a través de la labor de los profesores y tutores.

La segunda cuestión de rechazo se refiere a una «pedagogía demagógica de la democracia en las aulas» en la que no importa si lo que se decide es bueno o malo, sino que haya consenso.

La tercera razón, tal vez la más escandalosa para los objetores, es la que entra en el ámbito de los contenidos afectivos y morales que se propugnan desde el Ministerio de Educación. En este sentido, Urcelay ha denunciado que se pretende «convertir el aula en una especie de escaparate en el que los niños digan cómo se sienten y cuáles son sus afectos», lo que es especialmente «dañino» en niños de 10 y 11 años. Además, esto supone una «invasión de la intimidad de los menores y de sus familias», lo que, subrayan, «no es tolerable en una asignaturaza».

Del mismo modo, «la educación ética y moral no es aceptable», ya que se pretende, a juicio de Profesionales por la Ética, que los niños abandonen cualquier referencia moral para «construir su propia concepción moral de las cosas» lo que es «inadecuado para esas edades», además de constituirse en una forma de invasión del Estado en una decisión que corresponde a los padres.

La constatación de esta intromisión, según Urcelay, queda patente al comprobar cómo en los contenidos de la asignatura sólo se menciona a la familia para hablar de conflictos y, en concreto, de cómo un niño de 11 años ha de negociar con sus progenitores.

Educación sexual, implícita en la ley, muy presente en las aulas

Según ha denunciado Leonor Tamayo, madre de familia numerosa, profesora, portavoz y coordinadora del movimiento objetor, a pesar de que en la letra de la ley apenas se explicita la educación sexual que se imparte en las aulas, está muy presente desde el principio. Términos ambiguos como «educación afectiva» se han traducido en un espíritu que impregna todos los contenidos: el único límite para el sexo es no quedarse embarazada y evitar las enfermedades de transmisión sexual. Salvo eso, barra libre.

Así, desde marzo de 2009, un mes después de las sentencias del Tribunal Supremo sobre la asignatura en las que el Gobierno debió de dar por ganada la batalla a los objetores, según Tamayo, el Ministerio de Educación promociona en su página oficial de Internet un multimedia llamado «sexpresan». Este material, presentado como de apoyo a los profesores de Educación para la Ciudadanía, anima a los jóvenes a «mantener relaciones sexuales tempranas y esporádicas», de todo tipo (coito anal y  sexo oral, diferentes modalidades de masturbación común o individual, entre otras) para las que recomiendan el uso preservativos de sabores, por ejemplo. También se enseña que los niños pueden ser, por este orden, homosexuales, heterosexuales o bisexuales.

Tamayo ha alertado de que si el único criterio en la sexualidad es hacer lo que cada vez apetezca pero evitando el embarazo y las enfermedades venéreas, no se tardará mucho en notar un aumento de «violaciones entre adolescentes». De momento, PPE ha tenido noticia de que los materiales de «sexpresan» están siendo utilizados en dos institutos de Madrid, uno de Murcia y otro de Toledo.

El número de objetores a Educación para la Ciudadanía supera los 51.000.

La sordera del Gobierno y la huída del PP

Preguntados por si las posibilidades de diálogo con el Ministerio de Educación tras el cambio de titular, los responsables de Profesionales por la Ética han señalado que «las prieras declaraciones del ministro Gabilondo fueron esperanzadoras», pero que han pedido por escrito en dos ocasiones reunirse en el Ministerio para explicar sus puntos de vista y «ni siquiera han tenido la delicadeza» de contestar. Además, Urcelay remarcó que, «ahora que se habla de un posible pacto sobre Educación» no se explicaría que los padres, parte esencial, se quedaran fuera.

Además, también a pregunrtas de los periodistas en la rueda deprensa, ha señalado su con cierta desazón la «huída del PP» en este asunto, al no incluir la eliminación de EpC como uno de los pilares fundamentales a la hora de abordar un pacto nacional sobre educación.

Respecto a esta «huída», Urcelay ha explicado que tiene dos efectos esenciales. Uno positivo, porque demuestra que el debate sobre EpC «es un tema social, de las familias» aunque haya sido apoyado coyunturalmente  y con «declaraciones solemnes» por el PP.

El aspecto negativo es que se pierda «la voz de los padres» en este asunto, que son, quienes según la Constitución, tienen el derecho a decidir la educación moral de sus hijos.

Aumento de objeciones

Pese a la dificultad de conocer al minuto todas las objeciones que se han presentado en España, las últimas cifras de las que habla PPE se sitúan entono a los 52.000 casos, a los que habría que sumar unos 300 más que se han producido desde el mes de febrero, cuando se dieron a conocer las sentencias del Tribunal Supremo. Sólo en la última semana han sido más de 15.

A punto de comenzar el próximo curso, PPE estima, con ayuda de los datos del INE, que este conjunto de asignaturas afectará en primaria a 500.000 niños, que, sumados a los de secundaria, llegarían a una cifra alrededor de los dos millones.

El pasado curso, casi 800 alumnos terminaron sin entrar a clase de EpC y esa circunstancia ha terminado con diferente resultado, sobre todo en función de la disposición del director de cada centro, según hea explicado Leonor Tamayo. En concreto, en los colegios regentados por la Federación Española de Religiosos de la Enseñanza, «no han sido especialemente receptivos», aunque, insistió, «ha dependido mucho de cada director». Cuando ha habido buena disposición, de acuerdo conlos padres, los alumnos objetores de secundaria han elaborado en ese tiempo un trabajo que ha sido evaluado.

Queda pendiente saber el destino de los alumnos suspendidos en los casos en los que no ha habido coincidencia de criterios y perseverancia por parte de padres e hijos, que teóricamente, deben examinarse en estos días en la convocatoria de septiembre.

Estrategia jurídica

Ante las sentencias del Tribunal Supremo del mes de febrero de este año en las que se negaba la posibilidad a los profesores de imponer criterios morales o éticos y centrarse en la educación de principios y valores constitucionales, pero que negaba la objecíón de conciencia de los tres casos examinados, los objetores ya han presentado los correspondientes recursos ante el Tribunal Constitucional, y están dispuestos a llegar al Tribunal de Derechos humanos de Estrasburgo si fuera necesario. También están pendientes de diferentes procedimientos júdiciales en algunos Tibunales Superiores de Justicia.

Por otro lado, destacaron la admisión a trámite por parte del TSJ de Andalucía de una demanda contra los contenidos del manual de la editorial McGrawHill por parte de la familia objetora de Bollullos y se siguen presentando demandas ante el Cuerpo de Inspectores de Educación.

¿Se puede matar a uno para salvar a otro?

martes, 07 de julio de 2009
Robert Spaemann

Arvo.net

La clonación humana se mueve en el terreno de la Biotecnología. Esto desata una vehemente discusión acerca de la legitimidad de las intervenciones sobre seres humanos. A continuación, transcribimos una conversación con Robert Spaemann[1], uno de los más destacados Almudi.org - Robert Spaemanndefensores de la vida, conducida por Susanne Kummer, publicada en el periódico austríaco «Die Furche» y traducida del alemán por el profesor José María Barrio Maestre

En la discusión sobre la clonación terapéutica entra en juego la ponderación de los respectivos bienes. ¿Es defendible, desde el punto de vista ético, matar embriones a cuenta de la posible curación de enfermedades?

Todas nuestras acciones están sujetas a la ponderación de los bienes en juego. Pero ciertas omisiones son indispensables porque hay acciones que nunca deben ser realizadas. Si alguien me cuenta, por ejemplo, de un campo de concentración en el que se tortura, entonces ya no tengo que preguntar quién es torturado y por qué motivo, sino que puedo decir sin más que eso que ha sucedido es malo. Si afirmamos que los embriones son seres humanos, entonces está claro que no puede haber motivo alguno para intervenir sobre ellos empleándolos como objetos auxiliares para otros hombres. Sin embargo, hay quien asevera que no puede atribuirse al embrión la dignidad humana.

¿Qué autoriza a atribuir el carácter espiritual al embrión, y con ello considerarle acreedor de la dignidad humana?

La experiencia de que cada hombre ha empezado de esa manera. Si el mundo sólo estuviera compuesto, por una parte, de hombres adultos que nunca fueron embriones y, por otra, de embriones que nunca crecerán, entonces podríamos afirmar: cabe prescindir de los embriones. Salta a la vista que carecen en sí mismos de la aptitud para desarrollar un ser inteligente. Pero esto sin duda no es así. Desde nuestro comienzo biológico ya somos seres espirituales. Todo hombre dice: he nacido en tal o cual fecha. Y la madre habla al hijo de lo que le ocurría “cuando tú pataleabas en mi vientre”. Para quienes sólo reconocen el ser personal a partir del comienzo de la actividad autoconsciente, este modo de expresarse resultaría completamente equívoco. Ellos deberían decir: “en aquel momento nació un organismo que más tarde llegaría a ser el sustrato de una autoconciencia, a saber, de la mía”. La propia formulación nos muestra lo artificial que resulta la disección de cuerpo y alma. Es como si primero hubiera una máquina carente de espíritu en la que éste se introduce en un momento dado.

Vd. ha discutido duramente la tesis del ex-ministro alemán de Cultura Nida-Rümelin, para quien la dignidad de la persona humana está asociada a su capacidad de autoestima…

Si así fuera, tal como argumenta el Sr. Nida-Rümelin, habría que concluir que el hombre, aunque haya nacido, todavía no posee ningún derecho humano, ya que en el momento de nacer carece de autoconciencia y no es capaz de autoestima alguna. Cabría incluso matar a niños de un año. Algunos han propuesto tomar como límite el momento del nacimiento. Mi objeción es la siguiente: ¿qué sucede entonces con un parto prematuro? ¿No merece ser protegido en el seno materno un niño de siete meses? En ese caso, el lugar más peligroso para el ser humano sería el seno materno, y sólo cabría desear que en lo posible todos vengamos al mundo mediante un parto prematuro. Esto es perverso.

Todavía está prohibido el diagnóstico preimplantatorio, pero se está abogando por él. ¿Existe algún derecho a tener un hijo sano?

Existe el justo deseo de tener un hijo sano, pero derecho propiamente no hay. Aquí se emplea un lenguaje torticero. “Derecho a un hijo sano” es una fórmula sugestiva con la que se discurre como si existiera la posibilidad de convertir en sano a un niño enfermo. En principio esto suena fantástico, pero en realidad la cuestión es completamente otra: ¿está permitido matar a un niño enfermo para tener uno sano? Naturalmente, este derecho no existe.

Muchos argumentan que la praxis del aborto elimina de facto la protección al embrión, de suerte que ya no es necesario apelar a ella. ¿Cómo juzga Vd. esta línea argumental?

En una sentencia todavía en vigor, el derecho constitucional alemán ha establecido que la vida humana debe ser protegida desde el primer momento de la concepción. En todo caso, en lo que se refiere a lo que el Tribunal Constitucional desarrolla en torno a las disposiciones jurídicas relativas al aborto, hoy ya no puede darse una seguridad completa. Hoerster ha señalado, con razón, esta contradicción. Sin embargo, a mi juicio es inadmisible apelar a dicha contradicción para concluir que se debe renunciar a la primera premisa, es decir, la que se refiere a la protección de la vida, puesto que las disposiciones legales más recientes no están en consonancia con ella. ¿No será precisamente al revés? No es falso el principio de la protección a la vida, sino justamente las regulaciones legales posteriores.

¿Acaso no está el médico en peligro de entrar en un dilema moral si se opone a determinadas terapias?

La cuestión de hoy es la siguiente: ¿cómo entienden los médicos su propio trabajo? ¿Continúan firmemente sujetos a la ética médica tradicional según la cual deben ayudar a promover la vida, y no a destruirla? Hablar de dilema induce a error. No se trata de si el médico puede ser culpable o no. No hay ninguna culpabilidad necesaria. Si yo no presto una ayuda que no puedo prestar, entonces no soy culpable. Si yo sólo puedo ayudar a un hombre matando a otro, desde luego no puedo ayudarle. No soy culpable si no lo hago. No soy alguien como Dios, que pueda responder de todo.

¿Existen en su opinión omisiones necesarias?

Sí. En la historia de la ética europea, ya desde los griegos existe la convicción de que al hombre no le está permitido hacer ciertas cosas; de que hay acciones que no admiten deliberación. Esto siempre nos lleva a aquella sencilla fórmula: el fin no justifica los medios. Nos hemos hecho a un concepto hipertrofiado de la responsabilidad, como si alguien pudiera ser responsable de todo lo que sucede. Esto no es cierto. Sólo somos responsables de lo malo que nosotros mismos hemos hecho, o de lo que nosotros hubiéramos podido impedir con medios lícitos.

La llamada a la ética hoy es más sonora que nunca. Sin embargo, no pocos piensan que la ética va renqueando, o en todo caso que mira siempre hacia atrás en vez de ir por delante…

Pienso que esa demanda de ética es incluso peligrosa. En realidad, se trata de una llamada a los especialistas en ética. Éstos deben decir hasta dónde se puede llegar. A mi juicio se ha producido una cierta perversión de lo que entendemos por ética. El ethos es algo que impregna y sostiene al hombre, lo que mantiene una comunidad humana. El ethos no se puede construir. Me parecen sin sentido fórmulas como, por ejemplo, la empleada por Hans Küng: “proyecto de ética mundial” (Projekt Weltethos). El ethos no puede ser un proyecto, puesto que se necesita para poder elaborar cualquier proyecto. El problema ante el que hoy nos enfrentamos estriba en que el ethos tradicional se compone de normas de actuación que, a la vista de las nuevas situaciones, no parece que se puedan sostener. En tales casos hay que volver a las intuiciones fundamentales que sirven de base a nuestra actuación. No necesitamos un nuevo ethos, sino nuevas normas de aplicación de aquel que siempre nos ha servido para saber lo que era bueno o malo. No necesitamos médicos y expertos en moral; lo que hace falta es que haya médicos con moralidad.

¿Está Vd. entonces en contra de la bioética como rama especial de la ética?

La bioética no puede ser algo diferente que la aplicación de las intuiciones éticas fundamentales a situaciones cada vez más complejas. En esto, desde luego, hace falta gente especialista. Pero es importante no equivocarnos aquí: sólo porque haya gente que se ocupa de bioética no quiere decir que puedan saberlo todo. Si parten de un supuesto falso, obtendrán conclusiones igualmente falsas.

¿Qué recomendaciones daría Vd. al legislador?

Hay reglas muy sencillas. El legislador debe atenerse al principio fundamental de que no se debe matar seres humanos al comienzo de su existencia con el fin de que otros seres humanos puedan vivir mejor. El argumento de que al fin y al cabo esto ya pasa en el extranjero está muy gastado. Del hecho de que realmente lo malo suceda no puede inferirse que nosotros también tengamos que hacerlo. La dignidad humana no constituye el mal como imposible sino como injusto. Por otra parte, el legislador debería impedir de manera estricta toda iniciativa de programar la identidad de las generaciones futuras.

* * *

[1] Robert Spaemann es profesor emérito de la Universidad de Munich. Ha sido profesor visitante en las Universidades de Río de Janeiro, Salzburgo, París (La Sorbona), Berlín, Hamburgo, Zurich o Moscú. También se le ha galardonado con diversas distinciones: doctor honoris causa por las Universidades de Friburgo (Suiza), Santiago de Chile, Universidad Católica de América y Universidad de Navarra. Ha recibido también la Medalla Tomás Moro (1982) y la Cruz del Mérito de Alemania (1ª clase, 1987). Asimismo, es «Officier de L»Ordre des Palmes Academiques» (1988), miembro fundador de la Academia Europea de las Ciencias y de las Artes y miembro de la Academia Pontificia Pro Vita en Roma. Su obra está principalmente dedicada al ámbito de la filosofía práctica. Destacan sus escritos Crítica de las utopías políticas (1977, 1980), Ética: Cuestiones fundamentales (1987), Lo natural y lo racional: Ensayos de antropología (1987, 1989), Felicidad y benevolencia (1991) y Personas: Acerca de la distinción entre algo y alguien (1996, 2000).