Conoce tu fe

El general Wellington el que venció a Napoleón quiso volver a Inglaterra a ver la escuela militar donde se había preparado, y dijo a los alumnos: «Miren, aquí se ha ganado la batalla de Waterloo». Así, nosotros, tendremos batallas en la vida dentro de 5 ó 10 años; pero si queremos vencerlas es preciso que comencemos desde ahora, preparándonos, estudiando y mejorando el carácter. El carácter es destino.

El profeta Oseas decía a los judíos del Antiguo Testamento: Perece mi pueblo por falta de conocimiento” (4,6). Los judíos actuales están con la misma preocupación, sus jóvenes no saben qué es el judaísmo, y –dicen- la venida del Mesías es inminente. Y nosotros estamos con la misma preocupación: muchos católicos no saben explicar el credo ni dar razón de su esperanza.

Una parte de la fuerza interior viene por la formación doctrinal. Es construir la casa sobre roca; quien la construye sobre arena puede ser algo bonito, pero superficial: una fachada bonita, pero al primer vaivén aquello se derrumba. La formación doctrinal da las raíces, da solidez a la vida interior. Es importante unir la formación doctrinal con la piedad.

Para dar doctrina hay que formarse, hay que leer, hay que meter la doctrina en el corazón, no sólo en la cabeza. Decía el Cura de Ars:

Una persona que no esta formada en su religión es como un enfermo agónico; no conoce ni la grandeza del pecado, ni la belleza de su alma, ni el precio de la virtud; se arrastra de pecado en pecado”.

Hemos de ayudarle a la gente a encontrar el sentido de la vida. Dijo el Papa Benedicto XVI: “Sólo cuando encontramos en Cristo al Dios vivo, conocemos lo que es la vida (…). Cada uno de nosotros es querido, cada uno de nosotros es amado, cada uno de nosotros es necesario. Nada hay más hermoso que haber sido alcanzados, sorprendidos por el Evangelio, por Cristo. Nada más bello que conocerle y comunicar a otros la amistad con Él (Homilía en la Misa del inicio del ministerio pretino, 24-IV-2005).

Parte de la formación de un católico es hacer apostolado y dar doctrina a diversos niveles. Hay que saber argumentar. Hace unos días me subí a un taxi y el conductor era Testigo de Jehová. Me dijo que si una casa no necesitaba fuego para existir, el infierno tampoco existía porque “no hace falta”, que la Biblia habla de la “gehenna”, lugar donde se abandonaban los cadáveres de los malhechores (en esto tiene razón), pero él negaba el fuego porque no lee directamente el Evangelio ¾no se lo permiten¾ donde Jesús habla con frecuencia de la “gehenna” y del “fuego que nunca se apaga”  (San Marcos 13, 43-48 y Mateo 5, 22.29).

El fundador de los Testigos, Charles Tazel Russell, era presbiteriano y luego, adventista. En 1879 se casa con Ma. Francisca Ackley, quien más tarde se cansa de sus infidelidades conyugales. Fue condenado dos veces por estafa (dinero obtenido por la compra de las posesiones de los que lo vendían todo, convencidos por él de la inminencia del fin del mundo, en 1911 (que no se cumplió).

Desde 1967, Los Testigos de Jehová nunca leen la Biblia directamente. Estudian seis tomos de Estudios sobre las Escrituras. Russell dijo: “No son meramente comentarios acerca de las escrituras o Biblia, sino que son prácticamente la Biblia misma. El que se dirige a la Biblia sola, dentro de dos años vuelve a las tinieblas. Al contrario, si se lee los Estudios sobre las Escrituras con sus citas y no ha leído ni una página de la Biblia como tal, estará en la luz al término de dos años (“Atalaya” 19.9.1910). Termina la digresión.

Hay que tratar de ser un catecismo vivo, es decir, un resumen claro, y asequible, de la doctrina cristiana, pues no basta saber cosas, hay vivir lo que se enseña. Los grandes catequizadores han sido los santos. ¿Cómo? Enseñando lo que viven.

San Agustín habla de la Ciudad de Dios y la Ciudad del Hombre. Construir la Ciudad de Dios es procurar la salvación de las almas… y eso implica abnegación y sacrificio. Implica estudio y afán por conocer la verdad de la vida, de las ciencias y del arte. ¡Qué importante es la educación estética, porque afina el alma y la hace apta para conocer verdades más altas!

“Todo valor verdadero, tal como la belleza de la naturaleza o de una obra maestra de arte como la Novena Sinfonía de Beethoven, o el resplandor moral de un acto generoso de perdón, o de una fidelidad inamovible, todos esos valores que nos hablan de Dios y conmueven nuestros corazones, arrastran nuestro espíritu hacia el verdadero mundo de Dios, nos guían hacia el rostro de Dios, y gracias a ellos caen derribadas las barreras del orgullo, la egolatría y la autoafirmación, que nos aíslan y nos hacen mirar a nuestros semejantes desde el exterior como adversarios y competidores” (Dietrich von Hildebrand).

En una conferencia a catequistas[1], el Cardenal Ratzinger, sintetizando, decía: Evangelizar es enseñar el arte de vivir (…) La pobreza más profunda es la incapacidad de alegría, el tedio de la vida considerada absurda y contradictoria. Esta pobreza se halla hoy muy extendida, con formas muy diversas, tanto en las sociedades materialmente ricas como en los países pobres. La incapacidad de alegría supone y produce la incapacidad de amar, produce la envidia, la avaricia…, todos los vicios que arruinan la vida de las personas y el mundo. Por eso, hace falta una nueva evangelización. Si se desconoce el arte de vivir, todo lo demás ya no funciona. Pero este arte no es objeto de la ciencia: sólo lo puede comunicar quien tiene la vida, el que es el Evangelio en persona.

Un profesor de la Universidad de Navarra decía: Tenemos una vocación de llamada a la santidad: Esto debe de estar en la base de cualquier formación. La buena semilla la recibimos a través de las Normas de piedad. Juan Pablo II decías: El drama de la cultura actual es la falta de interioridad, la ausencia de contemplación.  Sin interioridad el hombre moderno pone en peligro su misma integridad.

Son muchedumbre los que desconocen las verdades de la fe, desconocen que somos hijos de Dios, cuando toda la creación está dirigida al don de la filiación divina. El pensamiento de Juan Pablo II se sintetiza en una palabra escrita con mayúscula: Cristo, el Verbo de Dios hecho. ¡Qué difícil es distinguir entre vida y magisterio en Juan Pablo II!

Hoy más que nunca hace falta la “cruzada de virilidad y de pureza”, que contrarreste y anule la labor salvaje de quienes creen que el hombre es una bestia. Se trata de ayudar a los demás a comprender el orden instaurado por Dios en la creación, y a respetarlo. A todos nos corresponde sacar a los hombres de la ignorancia y descubrirles la maravilla de la filiación divina (Giuseppina Bakita: Si hubiera sabido que al secuestrarme me iba a encontrar con Dios, les hubiera besado los pies a los secuestradores musulmanes).

Dios ha previsto desde la eternidad todo un plan, perfecto, concreto y detallado, para formar en nosotros la nítida imagen de Cristo y lo va logrando a través de la dirección espiritual y la corrección fraterna y lo que Él permite.

Lo único importante es que yo persevere. Son bambalinas de teatro todas las cosas de este mundo. Hemos de tener visión de eternidad. Estamos en un lugar determinado, en una labor determinada, porque Dios lo quiere.  Hemos de desprendernos de todo lo que nos pueda atar y de lo que pueda afirmar una personalidad falsa (es decir, quitar caretas, posturas postizas).


[1] 10 de diciembre de 2000, en http://www.unav.es/capellaniauniversitaria/profundo/evangelizacion

Una familia que sabe reírse de sí misma

La descripción de su cuenta de Instagram dice así: “Somos Lola (‘85) y Javi (‘83). Tenemos 8 hijos más o menos. Y queremos reírnos de nuestras experiencias educativas”. Pero también podría aparecer Ígor, o las mil situaciones y amigos de los que nos habla Javier en esta entrevista.

Javier y Lola

Tu vida parece estar rodeada de contenido audiovisual ¿Por qué haces vídeos?

Estudié comunicación audiovisual y me encanta contar historias, emocionar a la gente y, sobre todo, hacerla reír. Si Jesucristo naciera en esta época quizá hubiera sido youtuber o cineasta, lo que pasa es que en su época no había medios; pero contaba historias (parábolas).

En tu cuenta de Instagram dices que quieres reírte de tus experiencias educativas ¿Sabrías decir cuándo, dónde o de quién aprendiste a reírte de ti mismo?¿Cuándo comenzó tu estrecha relación con el sentido del humor?

Cuando me preguntan esto siempre respondo que tener sentido del humor es tener el humor que corresponde a cada momento. Por eso no deberíamos confundir el sentido del humor con ser divertido.

Un día leí en internet que el humor es una expresión artística y estética que expresa la disconformidad de un fenómeno externo (ya sea una situación, una persona, un pensamiento político, una decisión del otro…). Esto me ayudó a entender que, para hacer parodias y reírse de algo, es necesario estar disconforme con algo. 

También me dio mucha paz porque a veces le preguntaba a Dios “¿Por qué soy tan pesimista con algunas cosas o me enfado cuando no acepto algo?”, y esa debilidad de estar disconforme ante muchas cosas, Dios la ha convertido en una máquina de churros para tener ideas divertidas. Con el humor expreso esa disconformidad y exageramos los problemas en los vídeos hasta llegar a un nivel absurdo.

¿Dónde te inspiras para el contenido de tus vídeos?

La vida misma: tengo ocho hijos (cuatro adolescentes), una mujer, apretones económicos, ajetreos, desorden, tentaciones, peleas, caídas… lo único que me falta es tiempo.

¿Cuándo contrataste a Ígor como teólogo abogado del diablo?¿De dónde ha salido este personaje?¿Es tu catequista ideal?

Igor nació de uno de los peores días de mi vida paternal. Fue durante la cuarentena. Un domingo de adviento tuvimos una cena apoteósica y un intento de comer dulces cantando villancicos. Los niños no paraban de pelear, decir tonterías, molestar… así que los mandé a la cama porque no podía más con ellos. 

Al día siguiente les puse una maratón de Harry Potter y les dije que no se movieran del salón hasta que terminaran todas las películas. Me fui de casa llorando porque había explotado interiormente, me desbordaba la familia, no podía con mi alma y encima me sentía acorralado porque sabía que mi obligación era mi familia y no quería estar con ella. 

Fui a la ermita del campus de la Universidad de Navarra rezando y ahí el Espíritu Santo me hizo ver que en la Última Cena los apóstoles también “estaban en otra onda”. En el Evangelio de San Juan hay cuatro páginas de Jesús hablándoles de lo que le iba a ocurrir y termina Felipe diciendo “Señor muéstranos al Padre y nos basta”. Jesús se lo dice suavemente, pero su comentario fue como “Felipe, ¿en qué piensas cuando te hablo?”. Si Jesús hubiese sido granadino, como yo, los habría mandado a todos a freír puñetas. Les habría puesto la maratón de Harry Potter y “ahí os quedáis”. Sin embargo, se queda y les dice que como no se han enterado de nada, ya vendrá el Espíritu Santo a encauzarles.

Me sentí reconfortado por ver la similitud de esta cena con la que había tenido la noche anterior. Y sabía que esto le estaba pasando a muchos padres durante el confinamiento. Escribí el guion y se lo enseñé a mi mujer. A ella le gustó. No quería hacer nada humorístico, pero también necesitaba un personaje que le diera contraste para que no fuera una chapa. Así que me inventé a Igor (sacado de la película El jovencito Frankenstein).

Este fue el primer vídeo que no quería sacar a la luz porque era muy personal. Lola me animó y resultó ser el vídeo con más visitas. La gente se lo descargaba y lo enviaba por WhatsApp. Luego me escribían algunos diciendo que me habían visto y, la verdad, agradecí a Dios y a mi mujer el apoyo. Si no hubiera publicado ese vídeo, muchas personas no le habrían encontrado sentido a la situación que estaban viviendo.

Esta fue la primera publicación donde aparece la religión y Dios. Igor no es un catequista, es mi conciencia; y, como tal, sólo me hace cuestionarme las cosas.

La familia de Javier y Lola… en una fotografía con humor

¿Hay algún texto o enseñanza de san Josemaría al que acudas de vez en cuando para inspirarte al hablar de la familia, de la educación o para mantener la jovialidad?

Las palabras de san Josemaría van dirigidas a todo el mundo (sea cristiano o no), sus enseñanzas pueden aplicarse a todos los hombres. En ningún momento he hablado del Opus Dei ni hay enseñanzas explícitas de su Fundador, pero sí considero que la formación que me ha dado la Obra (tanto cristiana como humana) está dentro de cada vídeo.

Tu producción audiovisual la haces junto con tu mujer, Lola. ¿Consideras que sois un tándem de la educación y la risa? ¿O más bien tú eres su ayudante? ¿O es ella tu ayudante?

En la producción audiovisual suelo escribir los guiones yo y luego ella me da la aprobación. Si veo que se ríe, entonces funciona. También me propone temas. Y siempre tenemos que estar los dos de acuerdo en las ideas que transmitimos.

Dependiendo del tema, cuando grabamos, solemos intercambiar los papeles para que cada uno interprete la debilidad del otro. Si uno es puntual, hace de impuntual; el ordenado hace de desordenado, el tranquilo de nervioso. Esto es muy divertido porque luego la gente nos da consejos y no se dan cuenta de que es pura ficción.

Viendo algunos de tus temas, como la puntualidad, los aniversarios de boda… ¿Hay vídeos de risa que han salido de algún enfado o conflicto y os ha servido de terapia de risas?

Muchísimos. De hecho hay uno en concreto en el que hablamos del silencio y tratamos de escribirlo juntos. Nos sentamos frente al ordenador y a Lola no paraban de llegarle WhatsApp, se levantaba a hacer algo, pensaba en voz alta, de pronto necesitaba recoger una cosa… me ponía de los nervios y no me concentraba. Así que escribí el guion relatando esa misma situación que estábamos viviendo. Y en la actuación nos salía muy natural (sobre todo mi enfado, que era casi real).

Pero las ideas no suelen salir tanto de conflictos sino más de preocupaciones. Y saber que hay gente con esas mismas inquietudes nos anima a pensar en los vídeos.

Dicen que a veces los hijos de militar salen hippies y al revés ¿Cómo llevan tus hijos el pequeño “Gran Hermano” al que les habéis invitado?

Hay que remarcar que estos vídeos no son un “Gran Hermano”, son una ficción y lo que ocurre en ellos no refleja la realidad que se vive en casa. Pero entiendo la metáfora.

A ellos les contamos las repercusiones que tienen los vídeos, los mensajes de la gente, el bien que hacen y aceptan de buena gana la participación. No obstante, les pedimos permiso por si hay algo que no les gustaría que se hiciera público.

También, dependiendo del vídeo, trato de evitar que se junten muchos a la vez, porque no son actores, son niños y es un suplicio grabar con muchos a la vez.

Ya casi no hacemos vídeos. Por falta de tiempo. Pero quedan ahí como una biblioteca, porque los temas son siempre los mismos. Se puede recurrir a ellos. Si se nos ocurre alguna idea o formato, pensamos la forma más cómoda de producirla.

Con frecuencia uno de tus temas es el de la supervivencia, el orden en casa y el reparto de tareas… Sobre todo cuando uno se queda solo al frente de una familia numerosa. ¿Es un tema habitual porque lo tienes dominado, porque estás aún aprendiendo o porque te piden consejos tus amigos?

Continuamente aprendemos en casa. Una familia es un laboratorio donde puedes probar diferentes herramientas educativas, porque como el amor es incondicional: puedes equivocarte como padre y te van a querer, puedes pedir perdón y perdonar.

Más que pedirme consejo, charlamos. Ayuda a desahogarse y ver que los demás también tienen hijos con sus más y sus menos. Hace dos días estuve con una persona que quería que le hiciera un trabajo, hablamos 10 minutos sobre ello y le pregunté por su familia. Como tiene hijos de las mismas edades que los míos acabamos hablando 40 minutos en la puerta sobre los adolescentes. Terminamos aprendiendo mucho el uno del otro.

Como profesor universitario, ¿aprovechas tus canales de humor para dar algunas clases?¿Qué aprendes de tus estudiantes que te sirva para educar en tu hogar?

No me gusta alardear en clase de los vídeos que hago en casa con los niños. Pero sí que les hablo a los alumnos de mis hijos en todas las clases. No me voy de ninguna clase sin haberlos mencionado. Creo que es fundamental hacer apostolado de la familia y que vean lo positivo y divertido que tiene.

Un día vino una alumna de último año a hacerme una pregunta sobre el futuro profesional. Me dijo que cómo podía hacer para trabajar en el cine y tener familia, porque es un mercado donde el ambiente y la exigencia no ayudan. Se puso a llorar y entendí que los alumnos necesitaban ver que la familia es un valor que está por encima del trabajo.

¿Qué ves en tu bola de cristal acerca de la familia?

Poniéndome pesimista veo que la familia es el objetivo del maligno. Cada vez me encuentro con más matrimonios e hijos con problemas (incluso dentro de familias con valores humanos y cristianos). En mi propia familia veo actitudes que mi mujer y yo no les hemos enseñado a los niños, pero el entorno lo favorece. Pero siempre me viene una frase a la cabeza (será Ígor) de Dios diciendo: “tú déjame a mí”.

Pero visto desde el otro lado, esas agresiones que sufre la familia van a poner de manifiesto el poder de Dios. Porque Él escribe con renglones torcidos. Y cuanto más nos debilita el maligno, más ayuda recibimos de Dios.

¿Qué tipo de mensajes sorprendentes te llegan en Instagram o en YouTube? ¿Qué les llama la atención?

Una vez nos escribió un padre de familia diciendo “Este vídeo lo necesitaba hoy. Muchas gracias”. Ese fue el mensaje más gratificante de todos los que habíamos recibido. Dices “ha merecido la pena el esfuerzo de escribir, grabar, editar y difundir”. Aunque lo vea una sola persona.

Y un mensaje gracioso fue de una señora que escribió “me encantaría estar en esa casa para divertirme tanto”, a lo que le respondí: “señora, soy granadino y el 99% del tiempo soy un ogro en casa. Usted está viendo el 1 %”.

Especial sobre Benedicto XVI

Página especial sobre el Romano Pontífice Emérito, con libros electrónicos de su Magisterio, y otros contenidos con los que queremos agradecer su dedicación y cariño. El Papa emérito, de 95 años, ha fallecido este sábado, 31 de diciembre, a las 9:34 horas, en el Monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano.

El Papa emérito, de 95 años, ha fallecido este sábado, 31 de diciembre, a las 9:34 horas, en el Monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano.

1. Página del Vaticano sobre Benedicto XVI, con todo el Magisterio de su pontificado.

2. Libros electrónicos gratuitos.

3. «No os dejaré huérfanos» Artículo del entonces prelado del Opus Dei en el periódico ABC (1 de marzo de 2013).

4. #GraciasBenedicto (2013) «Hemos vivido una aventura juntos». Así se dirigió Benedicto XVI a los jóvenes de la JMJ de Madrid 2011 tras la fuerte tormenta que cayó en la Vigilia de oración. Como una gran aventura hemos vivido su pontificado, por el que le damos gracias con este sencillo homenaje.

5. Benedicto XVI en 10 frases. Artículo escrito por D. Pablo Blanco (2009).

6. El Aplauso Más Largo, para el Papa (2013). Más de 400 vídeos que suman más de 180 minutos de aplausos de todo el mundo como muestra de cariño a Benedicto XVI.

7. Textos, por orden cronológico, de Benedicto XVI (Card. Ratzinger) sobre San Josemaría y el Opus Dei.


Artículo publicado originalmente en marzo de 2013

Mons. Ocáriz: “Demos gracias a Dios por Benedicto XVI, un humilde trabajador de la viña del Señor”

El prelado del Opus Dei colaboró con el cardenal Ratzinger desde que, en 1986, fue nombrado consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe. En este artículo, Mons. Fernando Ocáriz recuerda la figura del difunto Papa emérito.

Con el fallecimiento de Benedicto XVI nos deja un sacerdote, un teólogo, un obispo, un cardenal y un Papa que se veía así mismo como “un humilde trabajador de la viña del Señor”. Junto al dolor, es natural que demos gracias a Dios por su vida y sus enseñanzas. La última lección del pontífice alemán ha sido la discreción y sobriedad con que ha vivido desde 2013, en actitud de oración.

Desde que le conocí personalmente en 1986, cuando comencé a colaborar como consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe, me llamó la atención su disponibilidad para escuchar a todos. Tuve la oportunidad de estar a solas con él en bastantes ocasiones, tanto por asuntos de la Congregación como por otras cuestiones. En esos encuentros nunca era él quien daba por terminada la conversación, o hacía notar que le esperaban otros asuntos. Edificaba percibir la gran consideración que le merecían las opiniones de los demás, aunque en ocasiones fueran distintas a las suyas. Se le podían exponer con toda tranquilidad pareceres contrarios y no se molestaba, a pesar de que vinieran de un interlocutor de menor edad, preparación o experiencia. Lo que realmente le importaba era la verdad; así llevaba grabada en su lema episcopal unas palabras de san Juan: Cooperatores veritatis (Juan 3, v. 8).

Era ejemplar su amor a la Iglesia y al Papa, que iba más allá de lo afectivo. Recuerdo, por ejemplo, cuando Mons. Lefebvre aceptó lo que se le propuso y poco después se echó para atrás. Ante este hecho, al cardenal Ratzinger le salió del alma exclamar con pena: “¡Cómo no se dan cuenta de que sin el Papa no son nada!”.

Su humildad y su amor al Señor le hicieron capaz de responder con un “sí” a lo que el Señor y la Iglesia le pedían. Es conocido que, en varias ocasiones, presentó su renuncia a san Juan Pablo II, para que lo sustituyera por otra persona más joven y con más vitalidad física. Ante la petición del Papa de que siguiera en el cargo, el cardenal Ratzinger no dudó.

Al poco de ser elegido para la sede de Pedro, contó que cuando falleció san Juan Pablo II pensó que ya podría retirarse a su Alemania natal para dedicarse a la oración y al estudio. Pero el Señor tenía otros planes, y tuvo que escuchar, referidas a sí mismo, las palabras del capítulo 21 del evangelio de san Juan: “Te aseguro que cuando eras joven tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras”.

De la misma manera, supo hacerse a un lado cuando, en la presencia de Dios, vio que ya no podría ejercer de manera adecuada las exigentes responsabilidades que conlleva la misión de sucesor de Pedro. Como todos, recibí la noticia de su renuncia con una mezcla de pena y de cariño hacia este gran sucesor de san Pedro. En los últimos meses se veía cómo iban disminuyendo sus fuerzas físicas, pero no así su lucidez mental y su serenidad de espíritu, su sencillez y su amabilidad.

Ese saber desaparecer, sirviendo a la Iglesia con su oración silenciosa, ha sido la nota característica de estos últimos años después de su renuncia. He tenido la oportunidad de visitarle en algunas ocasiones en su residencia en los jardines vaticanos: se le notaba interesado por los demás y centrado en la oración. Como él mismo dijo, se sentía un peregrino en camino a la casa del Padre, hacia el abrazo de Cristo, objeto de su amor y de sus largos años de estudio.

En sus casi ocho años de pontificado, Benedicto XVI nos ha dejado un gran patrimonio espiritual y doctrinal, formado por las encíclicas, Deus caritas est, Spe salvi, Caritas in veritate; además de abundantes exhortaciones apostólicas y homilías. Es enormemente rico el magisterio realizado a través de las audiencias de los miércoles, como el referido a la Iglesia, a los Apóstoles y a los Padres de la Iglesia, o el ciclo de audiencias sobre la oración, que constituye un tratado de gran belleza y profundidad sobre el diálogo con Dios.

Toda su vida podría recapitularse en una preciosa frase que pronunció en la misa de inicio de su ministerio petrino: “No hay nada más bello que dejarse alcanzar por el Evangelio, por Cristo”. Para él, la felicidad “tiene un nombre, tiene un rostro: el de Jesús de Nazaret, oculto en la Eucaristía”.

Benedicto XVI condujo la barca de la Iglesia por el mar de la historia con los ojos puestos en Jesucristo, en los “días de sol y de brisa suave, días en los que la pesca ha sido abundante y momentos en los que las aguas se agitaban, el viento era contrario, y el Señor parecía dormir”. Pero sabía que la barca era de Cristo.

Benedicto XVI ha sido “una de esas luces cercanas, personas que dan luz reflejando la luz de Cristo, ofreciendo orientación para nuestras vidas”, como tan bellamente expresaba en la encíclica Spe Salvi.

Su trabajo en la viña de la Iglesia le habrá hecho merecedor de las amorosas palabras de Cristo: “Ven, siervo bueno y fiel, entra en la casa de tu Señor”.

Muerte de Álex y Diego: de la moto al Cielo

Son los dos mayores de cinco hermanos. El pasado martes sufrían un terrible accidente de moto en pleno centro de Madrid. Álex (23 años) fallecía instantes después. Diego (25), en estado crítico, ha pasado dos días luchando contra la muerte. Ha desatado una impactante cadena de oración promovida a través de las redes sociales. Finalmente ha fallecido. Ambos recibieron la absolución de un sacerdote antes de morir

El fatal accidente

Martes. Los dos hermanos circulaban juntos en una moto por el centro de Madrid. Eran las nueve de la noche. Entonces, impactaron con un VTC (Vehículo de Transporte con Conductor) de Uber, por causas que aún se investigan. Ocurría a la altura del número 5 del Paseo de la Castellana. Álex murió allí mismo como consecuencia del impacto.

Diego resultó muy grave. Fue trasladado al hospital Clínico San Carlos con traumatismo craneoencefálico severo. Mientras, un psicólogo del Samur-Protección Civil, junto con varios agentes de la Policía Municipal, se personaron en el domicilio de los hermanos para informar a los padres, Virginia y Marco.

Confesión y unción de enfermos

En el momento del accidente, el primero en llegar fue un sacerdote. Él mismo cuenta lo que pasó, en un WhatsApp que está circulando entre todos los grupos que rezan por ellos:

«Fui el primero en llegar, ocurrió delante de mí el accidente. Me acerqué a cada uno y les dije: ‘Soy sacerdote de Jesucristo, si quieres confesar, arrepiéntete y te doy la absolución’. Los dos respondieron… uno me apretó la mano antes de morir… y el otro contestó con un sí”.

También les dio la unción de enfermos.

Cadena de oración

Diego seguía con vida. La noticia corrió como la pólvora. No en vano, son una familia muy querida y conocida en el ámbito de varios grandes colegios. Los dos jóvenes estudiaron en Tajamar, que se acordaba de ellos en sus redes sociales.

También en el colegio Los Olmos, donde estudia su hermano pequeño. Y en los colegios donde estudiaron sus dos hermanas. En todos ellos comenzó una cadena de oración a través de WhatsApp. Se extendió por todo Madrid y otras regiones a una velocidad pasmosa.

La noticia era tan desgarradora, que la petición de oraciones de la familia prendió como una mecha. Miles de familias pendientes de noticias, de la evolución de Diego, rezando por el milagro. En los colegios se celebraban misas por ellos. Incluso monjas de clausura dedicaron sus oraciones a Diego y a su familia.

Confusión y bulos

Ávidos de noticias, miles de cristianos desconocidos rezando juntos y esperando el mensaje de Whatapp. En las primeras horas reinó la confusión. Las noticias que llegaban es que los médicos no eran optimistas, porque Diego tenía varios órganos afectados. Se llegó a difundir el miércoles por la mañana que había fallecido, pero horas después se corrigió el error. Había un pequeño hilo de esperanza. Fue operado varias veces. Más oraciones. Pero llegó la muerte cerebral, sólo se mantenía enchufado a una máquina. Finalmente falleció. Se confirmó la peor de las noticias este jueves.

«Dios sabe más»

«Se han puesto todos los medios humanos y mucha oración. Dios sabe más», se podía leer en uno de los mensajes de los ‘portavoces’ que se ha reenviado a miles de teléfonos. Las oraciones se enfocaban entonces a rezar por la familia, muy creyente, confiada en el Señor, pero que vive un momento durísimo.

Tanatorio

Mientras, en el tanatorio de Tres Cantos se despedía a Álex. Estaba a reventar, no cabía un alfiler. Miles de personas acompañaron a la familia, que mostró –según algunos asistentes- una entereza encomiable, aunque no podían contener las lágrimas. Ahora, despiden también a Diego. En una Navidad marcada por el dolor, donde sus padres y hermanos miran al Portal de Belén, pero sobre todo a la Cruz.

Un viaje al corazón del Opus Dei en México

El prelado del Opus Dei, Fernando Ocáriz Braña, realizó un viaje pastoral a México para visitar a los fieles de la Prelatura, del 26 de octubre al 12 de noviembre. La visita tenía como objetivo principal acompañar y escuchar a sus hijos espirituales de México

Más que una agenda de temas, la visita consistió en recibir a numerosas personas que le contaron a monseñor Ocáriz sus experiencias recientes de la pandemia del COVID-19, su situaciones familiares y sus ilusiones humanas y apostólicas.

El padre Luis Fernando Valdez, miembro del Opus Dei y capellán de la Residencia Universitaria Panamericana en Ciudad de México, fue testigo en primera línea de esta visita y estas son las respuestas a la entrevista que le ha hecho Aleteia una vez que el Prelado ha dejado territorio mexicano.

¿Fue un viaje muy planeado?

Más que un viaje muy elaborado, se trató de una visita largamente esperada. Desde que fue nombrado Prelado en enero de 2017, don Fernando no había visitado México. Teníamos la ilusión de que viniera en junio de 2020, pues se cumplían 50 años de la visita de San Josemaría a la Virgen de Guadalupe, en 1970. Pero era uno de los momentos más álgidos de la pandemia y ese sueño se postergó.

¿Cuáles fueron las líneas que marcó el Prelado en las reuniones con los fieles de la Obra?

En realidad, hubo sólo una vivencia de fondo, que es el sentido de familia del Opus Dei. Así como la Iglesia es la Familia de Dios, la Obra es también familia y el Prelado simboliza y encarna la paternidad que guía todo el sentido de familia y de fraternidad que se procura vivir en los centros y los apostolados del Opus Dei.

Don Fernando quiso tener la oportunidad de saludar a los fieles de la Obra y escuchar sus inquietudes e ilusiones, más que indicar unas líneas pastorales. Por eso, el viaje consistió esencialmente en que monseñor Ocáriz se reuniera con pequeños grupos de personas cada día desde que llegó a México.

MEXICO

Opus dei

¿Fue para que el Prelado pudiera reunirse con tantos fieles, cooperadores y amigos del Opus Dei que se organizaron eventos masivos?

En realidad, el viaje consistió en visitar cuatro ciudades: Ciudad de México, Aguascalientes, Guadalajara y Monterrey, de modo que se facilitara más que pudieran acudir las personas que quisieran saludarlo, casi siempre en grupos pequeños. Aunque en esas ciudades hubo reuniones masivas de personas en centros de convenciones, este tipo de eventos fueron la excepción, porque el viaje estuvo marcado por reuniones poco numerosas del Prelado con familias, con grupos promotores de algunos apostolados, con profesores de la Universidad Panamericana, etcétera.

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Diego M. | Opus dei

¿Qué consideras que fue lo más importante de este viaje?

Para mí, lo más entrañable es que el Padre, como le llamamos los fieles de la Prelatura para subrayar este aspecto de familia, fue que muchos recibimos la invitación a compartir la mesa con él. Tres veces al día, el Padre departió con sus hijos espirituales y al calor de la buena conversación, le fuimos contando de nuestras vidas, nuestras preocupaciones o nuestros gustos. En mi caso, cuando comí con él –junto con los que vivimos en la misma casa de la Obra– le platiqué desde mi gusto por el fútbol americano, de mi labor pastoral, hasta un proyecto editorial en el que participo.

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Pero, ¿de qué temas les habló?

Fue muy notorio que el Prelado no traía una agenda predeterminada de temas o asuntos. Monseñor Ocáriz se limitaba a dar respuestas a las inquietudes que las personas le manifestaban. Sólo puedo hablar de las tres veces que pude estar con él y de lo que en esos momentos sentí que subrayó más.

Quizá el tema común de sus respuestas fue recordarnos que somos hijos de Dios, y que aprovechemos para ser otros Cristos en las circunstancias que nos tocaba vivir. En varios momentos nos invitó a que buscáramos pensar como Jesús, amar como Él ama y sentir como Él siente, basados en la lectura y meditación frecuente del Evangelio. Y, junto con este sentido de la filiación divina, en esos eventos en los que participé fue notorio cómo nos habló de vivir la caridad con los demás; una caridad manifestada en escuchar y tener un gran sentido de comprensión.

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¿Con qué te quedarías de este viaje?

Este viaje personalmente me hizo sentirme muy feliz con mi llamada al Opus Dei y valorar más la vida contemplativa a través de mi ministerio sacerdotal, y ayudar a los fieles laicos a ser constantes en su vida espiritual. Y el momento más hermoso que deseo conservar siempre en mi memoria y en mi corazón es la Misa que pudimos concelebrar con nuestro Prelado en la Basílica de Guadalupe, a la que acudieron muchos fieles de la Obra para acompañar al Padre. Junto con la impresionante cercanía de la imagen bendita de la Guadalupana, el rememorar que hace 52 años San Josemaría vino a rezar a nuestra Madre del Cielo, me hizo sentirme parte de esa historia.

Una familia encantadora (Rosa Pich)

UN TESTIMONIO IMPRESIONANTE

Una familia conmovedora

Rosa Pich-Aguilera Roca, de Barcelona, dio una conferencia en el Club de niñas Mirabel (SLP), a la que asistieron una veintena de madres de familia. Rosa narró unas pinceladas de su vida. Sus tres primeros hijos nacieron con cardiopatías congénitas, por tanto, un médico aconsejó: “No tengan más hijos”. Ella lo pensó junto con su marido y decidieron una cosa:

– “Nadie se mete en nuestra cama”.

Decidieron decir que sí a un nuevo hijo porque es un hijo para siempre, para la eternidad. Sus dos hijos mayores, con cardiopatías, han salido adelante, y actualmente tienen más de 20 años. Pasó el tiempo y ya tenían 10 hijos. Fueron a la canonización de San Josemaría y pidieron tener gemelos. Al año siguiente nacieron Pepe y Pepa. Rosa comenta con buen humor: “Tengo 18 hijos con el mismo hombre y trabajo media jornada en estampado de telas o en alguna otra cosa”.

La BBC de Londres les invitó a participar en un programa: The Biggest Family of the World. Su esposo no quería, pero finalmente accedió ante la petición de Rosa de dar testimonio. Llegan y ven una mesa redonda, así, en un golpe de ojo ves lo que pasa. A la mesa no está invitada la TV ni los celulares o móviles. En una habitación duermes seis chicos en literas, y debajo hay una cama de invitados, pues les gusta invitar de vez en cuando a algún amigo. Les preguntaron: “¿Qué hacéis con la compra?”. Respondió Rosa: “Se hace una compra on-line al mes: 10 docenas de huevos, 96 rollos de papel higiénico, etc. Si antes del mes se acaba la mantequilla no pasa nada, se toma pan con pan”. Los hijos son muy deportistas, y esto ayuda a que desfoguen fuerzas y no sean violentos.

La tercera hija, Carmineta, no iba a vivir más de 3 años y llegó a los 18. A esa edad le tuvieron que cambiar el marcapaso. Nadie se muere en el cambio de un marcapaso. A ella explotaron las venas. Comenta Rosa: “No entendemos los planes del Señor pero tiramos para adelante”. En las familias numerosas las alegrías se multiplican y las penas se comparten.

En uno de los viajes de trabajo de su marido se fueron a Croacia. Allí Rosa decide escribir un libro del día a día en su casa y de cómo se organiza. Nace “el hijo n. 19”: ¡El libro! Se titula: Cómo ser feliz con 1,2,3… hijos.

Sólo nos habló del tercer capítulo que trata de las “mejoras”. Una de las hijas ayuda a hace una lista con el nombre de sus hermanos y anota las mejoras que todos sugieren para su superación, una lista de encargos. En verano hace una lista de mejoras y en invierno otra. Además, hacen asamblea: ¿Qué mejora quieren poner a mamá? Y eligen alguna. Hacen un couching. Así, Tomás lloraba mañana, tarde y noche, el tercero de los hijos de abajo para arriba. La mejora sugerida fue: “Llorar una sola vez al día”; él necesita llorar así que sólo se lo moderaron ya que llora si pierde los zapatos, si se le cae el vaso de leche… Pepa, desde que nació era una chica seria. Le dijeron que su mejora era sonreír. A base de irla trabajando ha adquirido una hermosa sonrisa. Cuqui es compradora compulsiva. Entre todos han decidido que ella puede comprar una vez al mes. Al paso de unos años, fue de compras y encontró unos zapatos de la talla de su mamá. No compró nada para ella y le trajo zapatos a su mamá, La mejora de la mamá la sugirió el papá: “No mandar al marido”. Cuando llegan a las 5 de la tarde del colegio, Rosa deja el celular hasta las 8 pm.

Rezan juntos el Rosario porque la familia que reza unida permanece unida. Les llega la adolescencia a los hijos y dejan de rezar, pero tienen un examen difícil y dicen: “Reza por mi examen”.

Una vez Rosa encontró a una chica en la vía pública y le dijo: “He leído tu libro, soy hija única, pero hemos hecho lista de mejoras y, hasta el día de hoy, los tres vivimos bajo el mismo techo”.

Anita es la hija cocinera. Da clases en el club de niñas y se la pasa bien. Una amiga le dijo a Rosa: “Mi hija tiene quince años y todos los viernes se va a callejear o a un bar”. Hay que encontrarle actividades más constructivas.

En cierta ocasión Rosa y su marido viajaban para dar cursos de orientación familiar por cuatro meses, estuvieron en Bielorrusia, Corea, etc. Su esposo se sintió mal y suspendieron el viaje. Empezó a adelgazar y no le encontraban lo que tenía. Finalmente le diagnostican cáncer con metástasis. Veían que era el final. Una amiga que tiene una panadería les trajo pan, cuernos con chocolate. Tienen una mortificación en cuaresma en familia que es no tomar chocolate. Lo recordó uno. La mamá dijo: “Hoy es un día especial y tomaremos chocolate”. A los doce días fallece el marido. Unas amigas dijeron: ¡Qué suerte que Rosa está arropada con tantos hijos!

Una participante en su conferencia le pregunta: “¿Cómo empezar a rezar en familia?”. Rosa contesta: “El Papa quiere que recemos el Rosario en familia. Cada uno reza un misterio y pone la intención que quiera. Los niños aguantan eso y más. Así el demonio está menos cerca. Es arma tan poderosa. Trabajo, soy consejera en varias empresas, voy a la compra y rezo el Rosario, y no me vuelvo loca porque la Virgen me ayuda”. Otra madre de familia pregunta: “¿Cómo le hacen con la cuestión económica?”. Rosa responde: “Dios nos ha creado para ser felices aquí en la tierra. Gasto menos que en una familia de tres porque no compramos caprichos. En casa no hay celular hasta los 18 años. Cuando uno reza ve las cosas de otro modo, si hay más problemas, rezo más. Muchas veces me voy delante del Santísimo y suplico: hazme ver porque me he ofuscado.”

Una de las participantes le preguntó:

-Pero ¿cómo le haces para tener tanta serenidad?

A lo que contesta:

– Cuando veo que voy a perder la paciencia, comienzo a Rezar el Rosario y me tranquilizo enseguida.

El libro de Rosa está publicado por Ed. Palabra y está traducido a 15 idiomas: Cómo ser feliz con 1,2,3… hijos.

El Opus Dei visto por un vecino

Ahora que Francisco está impulsando una reforma del Opus Dei, demostraron algo que siempre han tenido

«¿Qué trabajo es mejor: el intelectual o el manual? Aquel que se haga con más amor de Dios». San Josemaría Escrivá

Recuerdo aquella tarde de 1996 cuando el Opus Dei llegó a mi país, Panamá. Alquilaron una antigua casona justo enfrente de donde yo vivía. Los tuve de vecinos 10 años.

En esos días era toda una novedad. Había un hermoso oratorio que invitaba a la oración, con el Santísimo en el Sagrario.

Solía pensar: «Eres mi vecino Jesú

Escribo estas palabras con gratitud. Mi esposa Vida suele decir: «Es de bien nacidos ser agradecidos». Y yo estoy agradecido por tanto que aprendí con mis amigos de Opus Dei.

¿Qué es el Opus Dei?

Si buscas en internet lo que es el Opus Dei te aparece enseguida:

«El Opus Dei (del latín Obra de Dios) fue fundado el 2 de octubre de 1928 por Josemaría Escrivá de Balaguer.

La misión del Opus Dei consiste en ayudar a los cristianos a vivir de acuerdo a la fe y contribuir a la evangelización de la sociedad, especialmente mediante el trabajo cotidiano que comprende tanto el trabajo profesional como los deberes ordinarios del cristiano».  

En pocas palabras, te enseñan a santificarte en medio de tu trabajo como un profesional y con tus actividades más sencillas en lo cotidiano.

SANTUARIO DE TORRECIUDAD: Desde el siglo XI se venera una imagen de la Virgen de Torreciudad en un pequeño santuario en la ribera oriental del río Cinca. Durante nueve siglos, este pequeño santuario fue un alto lugar de peregrinación. Los fieles venían a confiar sus alegrías y sus desgracias. El santuario actual fue construido mucho más tarde, en los años 1970, por san Josemaría Escrivá de Balaguer ─fundador del Opus Dei─ cerca de la pequeña ermita que dio origen a la devoción. En el interior de este santuario, de formas modernas, se conserva una Virgen negra de época románica.

Santuario Torreciudad I CC BY 2.0

«¿Quieres ser santo? Cumple el pequeño deber de cada momento: haz lo que debes y está en lo que haces».San Josemaría Escrivá

Una vez leí sobre un médico al que san Josemaría le pidió que lo ayudara a crear la facultad de medicina en una nueva universidad.

Al terminar de fundarla el santo le dijo: «Te pedí que te santificaras, fundando la facultad de medicina».

Amor a la Misa y a Jesús sacramentado

Solía pedir: «Amad la misa. Amad la Misa».

Uno de los pensamientos de san Josemaría que más me gusta tiene que ver con la sagrada comunión. A menudo lo recuerdo y pienso en ello, sobre todo en misa, minutos antes de la comunión:

«Vamos a recibir al Señor. Para acoger en la tierra a personas constituidas en dignidad hay luces, música, trajes de gala. Para albergar a Cristo en nuestra alma, ¿cómo debemos prepararnos? ¿Hemos pensado alguna vez en cómo nos conduciríamos si sólo se pudiera comulgar una vez en la vida?»

¡Cuánto amor a Jesús Sacramentado!

Me hace pensar en un vídeo que vi de un sacerdote en la santa Misa, en medio de la consagración se estremece.

«Dios nos espera cada día»

Mientras fuimos vecinos, me gustaba mucho cruzar la calle y pasar ratos allí acompañando a Jesús.

Conversaba a menudo con sus sacerdotes, siempre alegres, con las palabras justas. Mis hijos pequeños aprovecharon la piscina de aquella casona y se bañaron a gusto.

La invitación constante a la santidad los marcaba.

«En un laboratorio, en el quirófano de un hospital, en el cuartel, en la cátedra universitaria, en la fábrica, en el taller, en el campo, en el hogar de familia y en todo el inmenso panorama del trabajo… Dios nos espera cada día».San Josemaría Escrivá

Aprendí…

Aprendí a ver en ellos la importancia de estudiar y conocer a fondo nuestra santa religión, la necesaria fidelidad a la Iglesia y al Papa, y sus anhelos de mostrarnos la santidad en lo cotidiano haciendo lo que nos corresponde con amor.

A mí me gustaba tener largas conversaciones con sus sacerdotes, porque veía en ellos un anhelo de santidad y tenían sana doctrina.

«Ten relaciones públicas y privadas con el Señor. Búscalo para todo. Acércate al Padre del cielo, dile que lo quieres, díselo cariñosamente muchas veces al día. Mientras estás con las oraciones públicas en la tierra, relaciones públicas del cielo». San Josemaría Escrivá

Obediencia y fidelidad

Ahora que Francisco está impulsando una reforma del Opus Dei, demostraron, como siempre lo han hecho, su fidelidad a la Iglesia y al Papa, Vicario de Cristo, aceptando todas sus indicaciones con humildad.

La obediencia siempre es grata a Dios y nos trae mejores tiempos.

El que ha leído la vida de san Pío de Pieltrelcina comprobará el valor de la obediencia a nuestros superiores, aunque las ordenes sean incomprensibles. Bien decía el padre Pío:

«Donde no hay obediencia, no hay virtud; donde no hay virtud, no hay bondad; donde no hay bondad, no hay amor; donde no hay amor, no hay Dios; y sin Dios no hay Paraíso».

Recuerdo una vez que trasladaron a un sacerdote muy  estimado y fui a despedirme. Le expresé mi inconformidad por la decisión de ese traslado a otro país. Sonrió amablemente y con profunda humildad me respondió: «Dios sabe más».

¿Te parece si hoy rezamos por ellos? Pido a Dios por mis amigos del Opus Dei y por toda nuestra santa Iglesia católica. Su diversidad nos ayuda a recordar que somos hijos del Altísimo y que nuestra Patria está en el cielo.

¡Dios te bendiga!

El Papa y sus nuevas normas para salvaguardar el carisma del Opus Dei

Publicado el Motu Propio “Ad charisma tuendum” del Papa con nuevas normas para la Obra, fundada por San Josemaría Escrivá de Balaguer el 2 de octubre de 1928

La reforma de la Curia y de la Iglesia del papa Francisco contenida en la Nueva Constitución Apostólica «Predicate Evangelium» supone cambios para los estatutos de la Prelatura del Opus Dei. 

La Oficina de Prensa de la Santa Sede ha publicado este viernes 22 de julio el Motu Propio “Ad charisma tuendum”, firmado por el Papa el 14 de julio y que contiene nuevas normas para “salvaguardar el carisma” de la Obra fundada por San Josemaría Escrivá de Balaguer el 2 de octubre de 1928.

En el documento se especifica que la Prelatura, única en su condición hasta el momento -no se descarta que lleguen otras-, dependerá directamente del Dicasterio para el Clero para continuar su “misión evangelizadora”. 

De ahora en adelante no dependerá más de la Congregación para los Obispos pero, según de las diversas materias, “tratará las relativas cuestiones con los otros Dicasterios de la Curia Romana”. 

Una forma de gobierno más carismática que jerárquica

En este nuevo cuadro normativo, el Prelado del Opus Dei no será ordenado obispo. Esto para preservar el carisma laical que San Josemaría (1902-1975) dio a la Obra y que San Juan Pablo II, en la Constitución Apostólica Ut sit de 28 de noviembre de 1982, erigió en prelatura personal. 

“Este Motu Proprio pretende confirmar la Prelatura del Opus Dei en el ámbito auténticamente carismático de la Iglesia, precisando su organización según el testimonio del Fundador”, se lee en el documento. 

Asimismo, se insiste en que salvaguardar el carisma del Opus Dei significa “reforzar la convicción” de que “es necesaria una forma de gobierno basada más en el carisma que en la autoridad jerárquica. Por lo tanto, el prelado no será honrado con el orden episcopal”. 

El Papa predispone que la Prelatura dependa del Dicasterio para el Clero, que, “en función de la materia, evaluará las cuestiones relativas con los demás Dicasterios de la Curia Romana”. 

El Prelado rendirá cuentas cada año 

En este sentido, “cada año el Prelado presentará al Dicasterio para el Clero un informe sobre el estado de la Prelatura y sobre el desarrollo de su labor apostólica”, se lee en el documento. 

Hasta ahora, el Prelado realizaba este informe cada cinco años y pasaba por la Congregación para los Obispos, que luego lo presentaba al Sucesor de Pedro. 

Debido a los cambios establecidos por el Papa, el Opus Dei deberá adaptar sus estatutos que serán “aprobados por los órganos competentes de la Sede Apostólica”.

El cambio no es una imposición unilateral en las relaciones de la Prelatura con la Santa Sede. Ahora, la Obra propondrá una adecuación de los Estatutos. El Motu Propio no establece más modificaciones respecto a lo ya mencionado.

La respuesta del Prelado del Opus Dei 

Mons. Fernando Ocáriz, prelado del Opus Dei, escribe acerca del Motu Proprio “Ad charisma tuendum” (“Para tutelar el carisma”) del papa Francisco: “Damos gracias a Dios por los frutos de comunión eclesial que han significado los episcopados del beato Álvaro y de don Javier”. 

Al mismo tiempo, explica monseñor Ocáriz, “la ordenación episcopal del prelado no era ni es necesaria para la guía del Opus Dei.»

«La voluntad del Papa de subrayar ahora la dimensión carismática de la Obra nos invita -prosigue- a reforzar el ambiente de familia, de cariño y confianza: el prelado ha de ser guía, pero, ante todo, padre”. 

Por último, el prelado pidió a los miembros del Opus Dei que “recéis por el trabajo que el Papa Francisco nos ha pedido que realicemos, para adecuar el derecho particular de la Prelatura a las indicaciones del Motu proprio Ad charisma tuendum, manteniéndonos -como él mismo nos dice- fieles al carisma”. 

Título honorífico

Cabe decir que el Prelado del Opus Dei tendrá derecho al título honorífico de “protonotario apostólico supernumerario”, y se le podrá llamar monseñor, a pesar de no ser un obispo, esto como consecuencia de la condición secular que es central en el carisma del Opus Dei. Se dice “supernumerario”, para distinguirlo de quienes son notarios en la Santa Sede.

Actualmente sólo existe la prelatura personal del Opus Dei y el gobierno corresponde a su prelado y a sus vicarios, que cuentan con consejos en los que colaboran otros fieles, muchos de ellos laicos, tanto hombres como mujeres.