El valor de la espera

Una chica de 26 años tenía dos años llevando relaciones íntimas con su novio y cayó en la cuenta de que eso no debería ser así. Su novio era ateo. Cuando aprendió a hablar con Dios entró en crisis. Poco a poco lo fue asimilando, y fue buscando argumentos en libros y en internet para dárselos a su novio y así misma. Una vez convencida, decidió plantearle al novio vivir la castidad, y, -pensó- si no aceptaba, rompería con él. Encontró un libro titulado Virginidad 2.0 Recuperar la inocencia, de Jesús María Silva Castigliani, que fue el que más le ayudó. Habló con su novio. A él la idea le cayó como una bomba. Sólo dijo:

-“Déjame darle vueltas a la manzana, lo pienso y regreso en 10 minutos”.

Al cabo de un rato regresó y le comentó:

-“No te entiendo pero lo acepto porque te amo”.

Ella se puso feliz. Varios meses después, él le dijo que quería bautizarse. Ella se dijo a sí misma: “Sé que no lo hubiera logrado si no hubiera orado y si él no me hubiera ayudado”.

Patrick Fagan, experto en Antropología de la sexualidad, afirma que quisiera con cariño gritar a los jóvenes:

“No te dejes engañar y pienses que la mayoría de los jóvenes tienen relaciones sexuales. ¡No las tienen! Hay mucho que saber y que pensar antes de acceder a ellas”.

Las relaciones sexuales entre jóvenes o adolescentes son un riesgo para tu cuerpo, para tus emociones y para tu futuro. Es maravilloso que en Estados Unidos crezca cada vez más la abstinencia sexual entre los jóvenes.

Es cierto que hay jóvenes que deciden tener relaciones sexuales; pero eres tú quien tendrá que vivir con las consecuencias de tu decisión. Hay muchas formas de expresar tu cariño sin tener relaciones íntimas. Trata de evitar las situaciones que intensifiquen las emociones sexuales. Es más difícil “frenar” entonces.

Carlos Beltramo dice que los besos y caricias mueven las hormonas. A veces, tú como joven puedes afirmar:

— Las hormonas son imparables.

— Y ¿dónde estuviste?—, te preguntamos.

— En un parque a las 3 a.m… Bueno, estuve desde las 8 p.m. allí con mi novia.

¿Quién eligió? ¿Quién se puso en esa situación? Es normal que haya impulsividad si nos ponemos en la ocasión: un piquito, otro piquito, un tercer besito. Luego “¡Qué cansados estamos! Vamos a sentarnos en el sillón”. Pregúntate: ¿Por qué te metiste en el departamento con ella? Es subirse al caballo y darle con la espuela.

Hay jóvenes que piensan: “Si ella no cede, no me ama”. Al ser un sentimiento, al enamoramiento lo matan fácilmente las experiencias negativas. El verdadero amor crece, aunque haya experiencias difíciles.

Para vivir la pureza (castidad), mantente ocupado (a) con los deportes y con las actividades en grupo. Algunos adolescentes ven la sexualidad como una actividad recreativa, placentera. “La unión puramente física es esencialmente demoniaca”, escribe un autor noruego.

Se está perdiendo el romance y muchos jóvenes se quedan en la parte biológica, cuando lo más bello es el amor. La experiencia del enamoramiento es la más plena de las experiencias. No es electiva, es sorpresiva. Yo me sorprendo enamorado.

Si tú y tu pareja no pueden ponerse de acuerdo, entonces quizás es mejor que busques a otra persona que piense igual que tú. Decir “no” puede ser la mejor manera de decir “te amo de verdad”. La castidad no es rechazo ni menosprecio del amor. Significa más bien defender al amor del egoísmo.

Repito: El que un adolescente sea casto es absolutamente esencial para su felicidad. La masturbación y la pornografía hacen que el hombre busque el placer al ritmo de su sexo. Genera placer, sí, pero no entrena para ser feliz, ni entrena para amar. Placer y felicidad no son lo mismo.

Amar es saber decir que no en el noviazgo

Si no estás preparado para casarte, no estás preparado para acostarte. Si te vas a casar mira que tu novio (a) tenga los mismos valores que tú, pon atención en lo que esa persona piensa de su familia. Si no ama a su padre y a su madre, no te va a amar.

Si no te gustaría convivir con un borracho o con un drogadicto, no te hagas novio de uno de ellos. Es importante ser selectivo e inteligente, ya que, cuando se daña a un joven se dañan generaciones. La corrupción se contagia, si uno de los dos es alcohólico, a veces los dos acaban siéndolo.

Octavio Paz dice que

“la castidad cumple la misma función en Oriente que en Occidente: es una prueba, un ejercicio que nos fortifica espiritualmente y nos permite dar el gran salto de la naturaleza humana a la sobrenatural” (La llama doble, p. 22.).

Con el alma clara y limpia, se entiende más la grandeza del amor. A veces los jóvenes dicen que no se pueden controlar. Hay que decirles: “Si lo (la) quieres, no se hagan daño mutuamente”.

—Fulanita, dame una prueba de amor-, dijo un joven.

— Si te casas conmigo no te doy una prueba, sino muchas. Si me amas, sabrás esperar a que estemos maduros.

— Es que quiero saber si nos acoplamos, responde el joven.

— ¡Ni que fuéramos cápsulas espaciales! Si hay compatibilidad de caracteres y respeto mutuo, la habrá en lo demás.

La entrega está condicionada por el compromiso formal. El libertinaje representa odio al cuerpo, al hombre y al mundo. El libertinaje tiene su fundamento en que el cuerpo se torna organismo, mera cosa. Su expulsión del reino de lo moral es, al mismo tiempo, expulsión de lo humano. Se convierte en mero objeto, en cosa, y con él también se hace la vida del hombre vulgar y ramplona. Cuando el hombre se burla de su cuerpo, se burla de sí mismo.

Es propio del corazón humano aceptar exigencias, incluso difíciles, en nombre del amor. El novio que ama a su novia, sabe esperar, y no pide una prueba de amor, cuando él no puede ofrecerle un matrimonio con la misma prisa con la que él pide la prueba de amor. Y a veces, esa prueba de amor termina en odio a quien se le entrega, porque siente que esa persona, en vez de elevarlo, lo rebaja; otras veces, termina pidiendo más y más. Un joven equilibrado entiende que, la mejor opción, es la abstención sexual antes del matrimonio, y entiende que haya quienes elijan la virginidad para vivir su adolescencia o para toda la vida.

La elección de la virginidad o de celibato para toda la vida es una respuesta al amor de Dios y, por tanto, tiene el significado de un acto de amor esponsal; es decir, de un de una donación esponsal de sí mismo. Es una donación hecha como renuncia, pero hecha sobre todo, por amor.

San Agustín dice que

“con el Espíritu Santo el placer consiste en no pecar, y esto es la libertad; sin el Espíritu, el placer consiste en pecar, y ésta es la esclavitud” (El Espíritu y la letra 16,28).

EL CONCEPTO DE SANTIDAD

Mario E. Fumero

En el mundo moderno y tecnológico, la destrucción y sustitución de valores concretos se ha vuelto algo normal. Cuando una persona trata de vivir rectamente y proclamar las verdades cristianas fundamentales relacionadas con la santidad y la justicia, inmediatamente le ponen la etiqueta de anticuado, desfasado, retrógrado, ignorante, sexofóbico, etc.… porque para ser una persona aceptada por el mundo moderno tienes que renunciar a los principios establecidos en la Biblia y acomodar tus valores a los del mundo o abrazar como propia la filosofía liberal imperante.

          Lo mismo ocurre en la iglesia evangélica. Cuando un cristiano se aferra a la Palabra y persevera en su fe, manteniendo una vida recta, automáticamente esta sociedad le señala como anticuado, conservador, puritano, fanático e inadaptado al progreso y los cambios del mundo.

SIGNIFICADO DE SANTIDAD

          Es deber de todo cristiano aspirar, de forma progresiva a buscar la santidad, la cual incluye otros aspectos muy importantes en nuestra relación con Dios, porque Él llama a sus hijos a ser santos, como Él es santo[1]. Esto implica vivir una vida pura, consagrada y dedicada a Él. “Santidad” significa “apartado para Dios”. Ese apartarnos del mundo y del pecado, lo hacemos voluntariamente. Por eso, día a día, los que aman y sirven a Dios deben reflejar una total coherencia en su forma de hablar, pensar y actuar, con lo que han creído y así tendrán en su corazón, la naturaleza del Señor[2].

          Lo más difícil en el mundo de hoy es tratar de ser honesto, íntegro y santo en medio de la maldad y corrupción que nos rodea.  Lamentablemente, todo el sistema social se encuentra dominado por la iniquidad y muchas veces se hace imposible el ser santo, porque nos vemos en una encrucijada: O te adaptas al medio y te corrompes, o el medio te elimina y tienes que sufrir las consecuencias de ser justo y recto.

          La Biblia ordena que seamos santos. Es un imperativo, no es una opción, sino una orden, ya que advierte además que sin santidad nadie verá al Señor[3], y aunque hemos definido el término santidad[4], como hijos de Dios, tenemos que luchar cada día para alcanzar esta meta. Como dice el apóstol Pablo, que, aunque no soy perfecto, prosigo a la meta[5], o sea que voy acercándome de forma escalonada, cada día, al modelo de un varón perfecto como es Cristo. Eso significa mejorar cada día un poco más, siendo cabal en todos los sentidos de forma progresiva.

LAS ÁREAS VULNERABLES PARA SER SANTO

          Hay varias áreas en nuestras vidas en las que la santidad puede ser menoscabada o violentada, principalmente frente a los ataques del diablo, que convierte todo lo santo en profano, pues anda como león rugiente buscando por donde atacarnos[6] y todos tenemos un “talón de Aquiles”[7]. Por lo cual, debemos tener bien puesta la armadura de Dios[8] para poder vivir santa y piadosamente. Sin embargo, el área en donde más conflictos y ataques solemos tener para mantener la santidad es el área sexual.

EL AREA MÁS VULNERABLE “EL SEXO”

          Aunque somos seres inteligentes y tenemos dominio sobre la creación, muchas veces nuestros deseos sexuales nos llevan a vivir según los deseos de la carne, y una de las causas que más nos afecta es la falta de un dominio correcto sobre el instinto sexual ya que nuestros valores controlan nuestros instintos.

          La filosofía liberal[9] ha presentado el deseo sexual como una pasión que no se debe frenar, y recomiendan que podemos dar rienda suelta a nuestros instintos “la líbido”, porque según la psicología moderna, el reprimir los deseos sexuales nos puede llevar a trastornos emocionales, pero esto puede desencadenar pasiones desordenadas.

          En este punto, no podemos obviar que los tres negocios más grandes y lucrativos del mundo son el de las drogas, el sexo, y las armas. Los promotores de la pornografía y la lujuria sexual han fabricado una serie de teorías para justificar todo tipo de acciones inmorales en el campo sexual, desde la masturbación, sadismo y fetichismo, hasta la promiscuidad sexual como es la fornicación, el adulterio y la prostitución, con el fin de enriquecerse a costa de ellos. Además, se han puesto de moda, como algo normal, diversas desviaciones sexuales que son contra la naturaleza biológica, como es la homosexualidad[10], el bestialismo[11], el incesto[12], la pederastia, el poliamor[13] y la sodomía o relación anal.

          La perversión sexual y la pornografía han desbordado y creado una generación de enfermos sexuales, provocando un incremento alarmante de violaciones y asesinatos, como consecuencia de trastornos mentales de índole sexual, pues vivimos en un mundo lujurioso, impregnado de pasiones desordenadas. Frente a esta realidad, el apóstol Pablo recomienda huir de las pasiones juveniles y abstenernos de toda perversión[14].

          En esta área muchos líderes religiosos sucumben, y en muchas iglesias la inmoralidad sexual de los ministros es un mal de fondo difícil de contrarrestar, porque la pornografía ha invadido la vida de a muchos cristianos, y las redes sociales están infectadas de anuncios eróticos, plagados de mujeres  desnudas o semidesnudas  que promueven el culto al dios “eros”[15] ya que usan  la imagen de  una mujer semidesnuda y provocativas para anunciar vehículos, comida y toda clase de productos, alimentando el morbo de los hombres y enfermando la mente de los niños y adolescentes.

INTEGRIDAD ES IGUAL A SANTIDAD

          Después de considerar el área más vulnerable respecto a la santidad, que es el sexo, queremos hablar de otro factor determinante para alcanzar la santidad, porque al hablar de integridad, hablamos de los elementos que forman parte de la santidad, tanto del hombre como de la mujer en su caminar cristiano, porque la integridad tiene que ver con la honestidad, transparencia y responsabilidad en todos los aspectos del diario vivir.

La integridad revela el carácter del siervo de Dios. Ser íntegro equivalen-te a ser honesto, responsable, justo, piadoso y fiel en todo. El que logra vivir en integridad, automáticamente está viviendo en santidad.

          La integridad tiene que ver con la sinceridad y la verdad. Cuando se carece de uno o más de estos elementos, estamos afectando nuestra relación con Dios y perdemos las características de ser santos en todo el estricto sentido de la palabra y por lo tanto nuestro testimonio deja mucho que decir.

Debemos aclarar que el proceso de perfección no es instantáneo sino progresivo, porque el Espíritu Santo tiene que trabajar lentamente en nuestra naturaleza deteriorada por el pecado, para ir moldeándonos según el plan divino. A este proceso de cambio paulatino, le llamamos en teología “regeneración”, y consiste en irnos desposeyendo de la antigua manera de vivir que heredamos de nuestros padres[16] de forma lenta y progresiva, para aprender a ser conforme al estilo de vida normal del Reino de Dios.

          No existe una santidad instantánea, sino que la misma se va potenciando y alcanzando en la medida en que aumenta en nosotros la piedad y nos ejercitamos y perfeccionamos en la integridad.

EL DIFÍCIL TRABAJO DEL DISCIPULADO

          El trabajo dentro del discipulado, y de los pastores desde el púlpito, es llevar al pueblo de Dios al objetivo de convertirlo en una nación santa[17] y esto nos lleva a modificar todo nuestro estilo de vida tradicional, para ajustarnos a los principios y valores que definen el estilo de vida cristiano que enseña la Palabra.

          Para lograrlo tenemos que desarrollar un discipulado vivencial, donde no nos limitemos solamente a transmitir conocimiento bíblico y dar teoría, sino ejemplos de aplicación de la enseñanza bíblica a nuestras vidas y hechos diarios. Es por ello por lo que nosotros mismos tenemos que ser ejemplo, y enfocándonos de forma especial en aquellos temas y áreas que deben corregirse en nuestra conducta personal, por ser perjudicial y negativa para los discípulos. Recordemos las palabras de Jesús cuando afirmó “ejemplo os he dado[18], y Pablo ratifica lo mismo diciendo “sed imitadores de mí como yo lo soy de Cristo” [19].

          En otras palabras, debemos tratar los temas prácticos que ayuden al discípulo a formar un carácter cristiano genuino, tales como el amor, la humildad, el perdón, el servicio, la compasión, la responsabilidad, etc. Y sobre todo velar por sus necesidades, no solamente en el aspecto espiritual, sino también en sus relaciones sociales, laborales y familiares, lo cual significa realizar un discipulado “integral”.


[1] Levítico 20:7 “Santificaos, pues, y sed santos, porque yo Jehová soy vuestro Dios” 

[2]– 1 Pedro 1:15-16 sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir;  porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo 

[3]– Hebreos 12:14 “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor”

[4]– El significado bíblico de santidad proviene de la traducción hebrea de la palabra “santo” que significa “separado” y es por esto por lo que la santidad se considera una característica de las personas que se mantienen alejadas y separadas de todo aquello es que es impuro o impío para el Señor, es por esto por lo que Dios es considerado como la Santidad suprema, pues es perfecto en todo sentido.

[5]– Filipenses 3:12 “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús”.

[6]– 1 Pedro 5:8 “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar”

[7]– El talón de Aquiles es una expresión popular que se emplea para referirse al punto vulnerable o débil de un individuo o cosa. Hace referencia a un dios mitológico griego llamado Aquiles que solo podía ser vencido con una flecha en el talón. 

[8]– Efesios 6:11 “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo”

[9]– Sigmund Freud es el psicólogo contemporáneo que desde hace más de 100 años ha influenciado en la cultura sobre la influencia del sexo en el comportamiento humano abriéndole la puerta al liberalismo sexual en la cultura occidental.

[10]– Levítico 18:22 “No te echarás con varón como con mujer; es abominación”.

[11]– Levítico 18:23 “Ni con ningún animal tendrás ayuntamiento amancillándote con él, ni mujer alguna se pondrá delante de animal para ayuntarse con él; es perversión”. 

[12]– Poliamor:  Relación amorosa o sexual que se mantiene entre más de dos personas con el consentimiento de todas ellas.

[13]– Levítico 18:6-8  Ningún varón se llegue a parienta próxima alguna, para descubrir su desnudez. Yo Jehová. La desnudez de tu padre, o la desnudez de tu madre, no descubrirás; tu madre es, no descubrirás su desnudez. La desnudez de la mujer de tu padre no descubrirás; es la desnudez de tu padre.

[14]– 2 Timoteo 2:22 “Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor” 

[15]– En la mitología griega, Eros (en griego antiguo Ἔρως) el cual es el dios responsable de la atracción sexual, el amor venerado y también como un dios de la fertilidad. Cupido es la réplica dentro de la mitología romanar.

[16]– 1 Pero 1:18 sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación 

[17]– 1 Pedro 2:9 “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”;

[18]– Juan 13:15 “Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis”

[19]– 1 Corintios 11:1 “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo”. 

Espiritualidad matrimonial

Hay maridos y mujeres que sienten celos de Dios, en lugar de verle como lazo de unión entre ellos, lo ven como factor de separación, como si hubiera una vil competencia entre Dios y un ser humano, pues Dios nunca es un rival.

No caen en la cuenta de que, evitando que el cónyuge frecuente a Dios, va en detrimento de su propio matrimonio. Si el cónyuge accede a quitar a Dios de su corazón y poner al otro en ese lugar, no alcanzarán nunca la felicidad, y se corre el peligro de que desaparezca el mismo matrimonio.

Eso le lleva al hombre a ser un déspota contra el otro ser humano. Si el cónyuge accede, el otro irá adquiriendo cada vez más dominio sobre él. Porque si Dios no es Dios para ti, irás en busca de otros dioses, y el déspota se tiene a sí mismo como dios.

Exigiendo al otro que deje su camino de unión con Dios, lo llevas a ser cada vez más infeliz. Nosotros nunca podemos dar lo que Jesús da. Si cada uno ocupa su lugar de criatura, llegará a la felicidad.

La criatura encuentra su Plenitud sólo en Quien la puede dar. Estanos en amistad con Dios, están más completos, más plenos y más íntegros para poder darse el uno al otro. Son más dueños de sí m ismos, se conocen más y se van perfeccionando para hacer que ese amor sea más maduro y auténtico. Cuanto más separados estén los cónyuges de Dios habrá más infelicidad y más vacío.

La sexualidad no puede dar lo que promete, vivida fuera de la castidad. Si uno acude al matrimonio con ideas sacadas de la pornografía sobre lo que es la sexualidad, no amará, usará al otro para el propio beneficio y no en beneficio del amor.

Si una persona usa su sexualidad como un fin en sí mismo, de proporcionar placer y no lo ve como un don, nunca amará. Un amor infecundo nunca es un amor oblativo, no es don, es egoísmo puro. Un amor cerrado a la vida nunca será real.

La castidad es el freno para que la sexualidad no se convierta en animalidad. Poner las relaciones sexuales en un lugar que no le corresponden dentro del matrimonio, da lugar a muchas decepciones y a muchas rupturas.

La plenitud del hombre nunca se puede alcanzar en la sexualidad. La sexualidad no es en sí plenitud de don o plenitud de gozo. El hombre no alcanza su plenitud en la unión sexual. La sexualidad humana sólo alcanza su redención dentro de la vida de la Gracia, es decir, dentro de la armonía con la voluntad de Dios. Sin la vida de la gracia, el hombre tiende a dominar, y la mujer, a dejarse dominar. Sin Vida de la Gracia, la sexualidad es una esclavitud. Hay que vivir en gracia y perseverar en ella. Las desviaciones y perversiones nos esclavizan más. ¡No nos dejemos engañar! Nos manchan la vista, el pensamiento, la imaginación, el alma. Nos incapacitan para amar de verdad. El otro es sólo un “objeto para el uso”, un objeto de placer, que se abandona o se cambia por otro cuando está gastado, o se abandona ante la vista de algo más apetitoso. El matrimonio no es para usarse, es para darse, para donarse. Así se alcanza el verdadero amor y la plenitud y eso supone esfuerzo. En la vida de la gracia no se puede avanzar sin esfuerzo.

El Amor libre

La persona que defiende el amor libre dice: “El amor no es amor si no es libre”. Aparentemente, esa persona pone al amor por encima de todo, pero no lo pone. Sitúa la libertad individual por encima del amor. Su posición equivale a decir: “Te doy todo menos mi libertad, que es lo que más aprecio. La aprecio por encima de ti”. No comprometerse ¿es amor?…

Si alquilas una casa, ¿comprometes todo tu dinero en mejorarla? no, ¿por qué? porque es provisional. Así, no puede haber totalidad en el experimento. La persona que sostiene el amor libre dice: “Voy a experimentar contigo, si me conviene, sigo…”.

Quien ama, pone la libertad individual al servicio del amor. Los que aceptan el amor libre o el matrimonio a prueba, son personas inseguras. Generalmente son así porque han visto infidelidades en sus padres o han tenido una experiencia negativa del amor. La persona que defiende esta postura dice: “Como hay fracasos en el amor conyugal, no me caso”. En vez de decir: “Me hago adulto para contraer, como adulto, el compromiso de entrega del amor, sin el cual el amor no es amor”.

El amor libre toma a los seres humanos como objeto de prueba, pero el ser humano se destruye para siempre en esa prueba, en el aspecto biológico, psicológico y moral.

El amor libre equivale al matrimonio a prueba para conocerse bien; pero esa observación es artificial, impide la espontaneidad, porque se pretenderá cuidar la imagen. La experiencia ha demostrado que el matrimonio a prueba no garantiza un pleno conocimiento de la persona, ya que el ser humano siempre está en proceso de evolución; es inconstante por naturaleza; no obstante, puede superar esa deficiencia con virtudes y con la fuerte atracción hacia el bien que anida en su corazón.

El varón desea ser admirado por la mujer, pero predomina en él la tendencia a dejarse atraer por la mujer; predomina lo sexual sobre lo sentimental. Si el varón no llega a dominarse, se creerá un gran enamorado porque se prenda de la última belleza que ve, cuando en realidad está siendo esclavo de una sensualidad superficial.

Se hace un pésimo servicio a la grandeza del hombre cuando fidelidad se considera equivalente a estabilidad, fijeza o inmovilismo. Aceptar esto es hacerle el juego a la infidelidad, que se presentará como lo dinámico, inventivo y espontáneo. Fidelidad es crecimiento en el amor, es constancia en el cariño, es calidad de vida. El enamorado tiende al sí total, perpetuo y exclusivo, al sí sin reservas. Quien no experimenta el sentimiento de que se entrega de una vez para siempre, sin posible retorno, no ama verdaderamente.

El matrimonio a prueba es una situación irregular que muchos quieren hoy justificar, atribuyéndole un cierto valor. La misma razón humana insinúa que no se puede aceptar, que es poco convincente que se haga un “experimento” tratándose de personas, cuya dignidad exige que sean únicamente término de un amor de donación, sin límite alguno de tiempo; pide que sean fin y no medio.

Juan Pablo II decía a los alemanes: “La unión corporal y sexual es algo grande y hermoso. Pero solamente es digna del hombre si ella es integrada en una vinculación personal, reconocida por la sociedad civil y eclesiástica. Toda unión carnal entre hombre y mujer tiene, por tanto, su legítimo lugar sólo dentro del recinto de fidelidad personal, exclusiva y definitiva, en el matrimonio. (…). No se puede vivir solamente de prueba; no se puede morir solamente de prueba. No se puede amar sólo de prueba, aceptar a una persona sólo de prueba y por un tiempo determinado (Alemania, 15 de noviembre 1989, n. 5).

El don del cuerpo en la relación sexual es el símbolo de la donación total de la persona. Esto no se consigue sin una educación en el amor auténtico y en el recto uso de la sexualidad.

Ana Catalina Emmerick escribe: “Todo cuanto el hombre piensa, dice y hace tiene alguna vida y continúa viviendo como obra buena o mala. Lo malo hay que remediarlo con la confesión y la penitencia; de otro modo continuarán las consecuencias del pecado sin término” (tomo X, 478, n. 45).

Ser dueño de sí mismo

Séneca afirma que el hombre más poderoso es el que es dueño de sí mismo. Es mi deseo contagiarte espíritu crítico frente al mundo en que vives. Cuando te hablo de espíritu crítico lo opongo a la ignorancia. Si no lo tienes, difícilmente alcanzarás a comprender los límites que te impone. Tu libertad puede quedar prisionera. Sólo la valiente afirmación de tu propia originalidad te puede rescatar de ser masa.

        Ante lo que ofrecen los medios de comunicación social hay que pensar críticamente. No se necesita más información sino una información selecta, no corrompida.

        Joven: Lo que eres no se puede separar de lo que haces.

Vive la pureza por bien tuyo. El fuego es una cosa buena cuando está en el lugar correcto.

        Un error puede arruinar tu vida. La adicción sexual es la más devastadora de todas pues lleva a tener un placer a corto plazo, efímero, y un sufrimiento que puede resultar largo y doloroso. Legalizar la droga y la prostitución es legalizar lo que destruye a un país. ¿Por qué algunos quieren dar libertad a los ciudadanos para que sean licenciosos?

        Es posible decir “no” a la presión del ambiente. Para ello hay que saber qué es bueno, legal, seguro, responsable.

La fuerza de un país está en el carácter de sus ciudadanos.

        El alcohol y la inmoralidad es lo que ha perdido a muchas de las grandes civilizaciones. Una buena política pública sería: sexo, sólo en el contexto del matrimonio.

        Aprende por ti mismo que el sexo es maravilloso y que, por eso mismo, se ha de reservar para el amor y el matrimonio, de otro modo, tienes mucho que perder.

        Hoy, gran número de jóvenes reconocen esta realidad, su aceptación va en crecimiento. La abstinencia sexual es mucho más que decir “no”, es carácter, virtud, amor verdadero. Tú vales y muchos creemos en ti. Tienes una vida por delante.

Benedicto XVI dijo recientemente: Tened un gran respeto “por la institución del sacramento del matrimonio. No podrá haber verdadera felicidad en los hogares si, al mismo tiempo, no hay fidelidad entre los esposos (…). Al mismo tiempo Dios os llama a respetaros también en el enamoramiento y en el noviazgo, pues la vida conyugal que, por disposición divina, está destinada a los casados es solamente fuente de felicidad y de paz en la medida en que sepáis hacer de la castidad, dentro y fuera del matrimonio, un baluarte de vuestras esperanzas futuras” Discurso del Papa a los jóvenes en el estadio de Pacaembu, en Sao Paulo, Brasil.

Juventud y Pureza

Ante el mundo anglosajón el joven latinoamericano con frecuencia se pregunta: ¿Por qué no tener relaciones sexuales siendo solteros? ¿Por qué ellos lo ven tan natural? Y es verdad, lo ven como “natural”, pero en el fondo —si sabemos observar lo captaremos— no son más felices. Hay mucha confusión. La moda no es ni puede ser la suprema regla de conducta. El mal está extendido y es profundo; y es tanto mayor, cuanto con más frecuencia casi no se cree en él. Esos jóvenes creen poder ver todo, probar todo, leer todo, gustar todo, hasta que viene el doloroso desengaño. La vida no es un experimento ni un contrato, es mucho más.

La pureza de corazón determina la profundidad de las demás virtudes de la persona. La pureza es finura de alma, elegancia de espíritu, delicadeza de sentimientos, selección, elite. Es ideal de superación y de engrandecimiento; es la alegría de la tranquilidad de la conciencia. Cuanto más domina el cuerpo sobre el alma, somos tanto más materiales y más parecidos a los animales. El dominio del alma sobre el cuerpo es la pureza de cuerpo y de vida.

El escritor francés, Víctor Hugo, consideraba que el mejor regalo de bodas que los novios pueden hacerse es un cuerpo puro y un corazón recto. “La continencia voluntaria –dice Alexis Carrel- realiza y avalora la vida más que ningún otro esfuerzo moral o físico”.

Hay personas que son vírgenes según la carne mas no según el espíritu, son aquellas que tienen un cuerpo intacto pero tienen el alma corrompida. La pureza como virtud exige un cuerpo limpio y un alma pura.

Todo ser viviente encierra un misterio, una fuerza oculta que escapa a todo lo creado: la fecundidad. La fecundidad tiene unas leyes fijas que no se han de quebrantar. La corriente sensual es algo sagrado, algo que Dios ha puesto para realizar sus planes; algo que merece, por tanto, todo nuestro respeto. Y hay quienes se atreven a profanar la corriente sensual. La corriente sensual ha de ir por el cauce legítimo del matrimonio.

“La impureza es inevitable”, dicen algunos. No hay tal. El ser humano debe permanecer en pie, sin mancharse. Es más, tiene obligación de ser puro. Mientras el ser humano —hombre o mujer— viva sobre la tierra, será objeto de tentación; pero no por eso se ve obligado a caer. Tener tentaciones no es ningún mal, el mal está en caer en ellas. Muchas veces un mal amigo o la imaginación presentan lo vedado como cosa agradable. La voluntad decide si acepta lo prohibido o no. ¿Quieres ser puro? Huye del peligro.

No existe una vida sin tormentas. Las pasiones personales y ajenas, el ambiente, las disco, los impulsos del corazón, levantan tempestades. La vida es lucha, y vale la pena salvaguardar el tesoro de la pureza, y guardarla para lo que será el amor de nuestra vida.

Cree el pecador que, una vez cometido el pecado, todo ha terminado; y no es así. El acto culpable ha finalizado, pero sus consecuencias permanecen. Nuestros centros nerviosos son como una placa impresionable que guarda una huella. Por eso, una determinada persona puede suponer un peligro y otras no.

Algunos jóvenes se quejan de que no tienen fuerzas para superar la impureza. ¿Cómo han de tenerlas si no se alimentan?  La oración —la intimidad con Dios— y los sacramentos son el alimento del alma. Augusto Retté, convertido tras una vida de incredulidad decía: “Sólo con la idea de acercarme al confesor más próximo, me sentía presa de un verdadero pánico… Pero hecha la confesión, iba por la calle lleno de alegría. Yo me decía: ¡Estoy perdonado, estoy perdonado! ¡Qué felicidad!”. Tan pronto te veas caído, levántate, toma mayores precauciones. No todo está perdido, todo se puede solucionar con el arrepentimiento sincero.

Hay que tomar en cuenta que, así como los hijos heredan de sus padres la fisonomía física y una mayor o menor propensión a determinadas enfermedades, de manera parecida heredan de ellos su fisonomía moral, y una mayor o menor propensión a determinadas enfermedades morales. Las leyes de la herencia desconciertan a los investigadores, y a nosotros nos puede ayudar a conocer a las personas.

Ante la propuesta de vivir radicalmente la pureza alguno dirá:

—Eso era antes.

—¡También ahora! Muchos jóvenes viven la pureza y tienen convicciones de que la mejor opción para los solteros es la abstinencia, para decir que sí al amor de modo total, sin componendas.

San Agustín dice que “con el Espíritu Santo el placer consiste en no pecar, y esto es la libertad; sin el Espíritu, el placer consiste en pecar, y ésta es la esclavitud” (El Espíritu y la letra 16,28).

Imagina tu historia de amor

Una de las cosas más importantes en la vida es tener y dar amor. El matrimonio puede ser un camino de felicidad, pero hay que ser exigentes. Si tienes novio o novia, pregúntate “¿lo conozco?”. Porque muchas veces salen y entran pero no se conocen a fondo. Hay que saber cuáles son sus creencias en el terreno espiritual, qué piensa de la libertad, cómo piensa en general, a qué aspira. Hay que pasar bastantes horas hablando. Hay parejas a las que les sobra cama y les falta sofá. El amor no resuelve los problemas psicológicos, eso se arregla con el especialista.

El rostro, la cara de una persona es programática, anuncia la vida. Las personas inteligentes se enamoran no sólo de lo de fuera –de la belleza exterior-, sino de lo de dentro –de la belleza interior de esa persona-, de sus valores.

Es un error pensar con el corazón, hay que pensar con la cabeza y educar el corazón. Un adolescente le dijo a su padre:

— Fulano vive con su novia.

Su padre respondió:

—  ¿Por qué piensas que hace mal?… ¿No estará estropeando su historia de amor?

Las preguntas ayudan a saber razonarle el porqué de sus principios.

El plan de Dios nunca incluye romper los mandamientos ni romper lo que enseña la Biblia. Nunca es voluntad de Dios el pecado. Para que Dios nos muestre su voluntad debemos de tener deseos de conocerla y Dios nos va a mostrar su voluntad. Dios no quiere el uso de anticonceptivos sino la abstinencia en los solteros y la castidad conyugal en el matrimonio; y esta castidad implica respetar el curso natural de las relaciones íntimas.El plan de Dios nunca incluye romper los mandamientos ni romper lo que enseña la Biblia. Nunca es voluntad de Dios el pecado. Para que Dios nos muestre su voluntad debemos de tener deseos de conocerla y Dios nos va a mostrar su voluntad. Dios no quiere el uso de anticonceptivos sino la abstinencia en los solteros y la castidad conyugal en el matrimonio; y esta castidad implica respetar el curso natural de las relaciones íntimas.

Una amiga que vive en Estados Unidos me dijo algo que me hizo pensar:

Lo que a ustedes los latinoamericanos los salva el hecho de que aún hay romanticismo en sus jóvenes. Acá se acabó hace años.

<p class="has-text-align-justify" value="<amp-fit-text layout="fixed-height" min-font-size="6" max-font-size="72" height="80">El amor implica exclusividad —sólo esta persona— y lleva la nota del “para siempre”. El amor tiende a la eternidad, a dar ya recibir: a ser amor eterno.El amor implica exclusividad —sólo esta persona— y lleva la nota del “para siempre”. El amor tiende a la eternidad, a dar ya recibir: a ser amor eterno.

El amor es salir del “yo”, del egoísmo. Hay amores falsos que tienden al provecho personal, hay amores brutalmente posesivos; pero el verdadero amor es benevolente aunque no deja de tener su toque de posesivo.

<p class="has-text-align-justify" value="<amp-fit-text layout="fixed-height" min-font-size="6" max-font-size="72" height="80">La fe es el criterio que define nuestro estilo de vida. “Los que viven según la carne sienten las cosas de la carne, en cambio los que viven según el Espíritu sienten las cosas del Espíritu” (Rom 8,5). Dios no nos llamó a la impureza sino a la santidad” (1 Tes 4,7).La fe es el criterio que define nuestro estilo de vida. “Los que viven según la carne sienten las cosas de la carne, en cambio los que viven según el Espíritu sienten las cosas del Espíritu” (Rom 8,5). Dios no nos llamó a la impureza sino a la santidad” (1 Tes 4,7).

EDUCAR EN LA ACEPTACIÓN DEL FRACASO

En educación es muy importante educar a los niños en la aceptación del fracaso, porque en la vida no todo es éxito. Todos nos podemos equivocar, lo importante es reconocer que nos hemos equivocado. Una estudiante se puede equivocar al tener relaciones sexuales con el novio, sin estar preparada para afrontar  una responsabilidad, pero en este mundo todo tiene solución. Puede prepararse para la segunda virginidad, y, si queda embarazada, tiene la opción de dar ese bebé en adopción. De otro modo queda herida y vulnerable para toda la vida, si no pone los medios para curarse. No todo está perdido. Sin embargo, una mujer puede cometer un segundo error: acudir al aborto. Lo que sería funesto es que este error se diera a nivel nacional. ¿Por qué? Porque la gente confunde lo legal con lo ético, y, lo peor que puede pasar es no distinguir entre el bien y el mal. Hay una malicia moral en todo aborto provocado, es gravemente contrario a la ley natural. Hay un derecho inalienable de todo ser humano inocente a la vida. Si quieren que seamos menos, que se fomente la fidelidad matrimonial y la abstinencia en los adolescentes.

Consulta de una madre soltera en aflicción

Tengo una preciosa hija, Valery, acaba de cumplir los 3 meses de edad y ha sido una enorme bendición para mí. La parte triste y difícil es que mi hija nació fuera del matrimonio. Manuel y yo fuimos novios hace 3 años, a pesar del poco tiempo que estuvimos juntos (3 meses), yo me enamoré perdidamente de él. El cumplía con todas las expectativas que yo esperaba de un hombre, trabajador, responsable, educado, deportista, divertido, con una buena autoestima, sin ningún vicio, con una familia unida y de pilón me encantaba físicamente. Manuel decidió terminar la relación con el argumento de que nos tratáramos como amigos para ver si las cosas se volvían a dar. Ingenuamente, yo viví durante estos tres años esperando que las cosas se dieran entre nosotros nuevamente. El tuvo dos noviazgos, el primero termino y en el segundo tristemente su novia falleció, eso fue hace dos años. Yo le hablé a Manuel para darle el pésame y a partir de ese momento me empezó a invitar a cenar a comer, etc. Me dijo que me quería pero que necesitaba tiempo. Un día sin más, me habló para ir a su cuarto a recoger un regalo que me había traído de un viaje y por supuesto fui, terminamos teniendo relaciones. Era la primera vez que yo estaba con un hombre y pensé que el había sido el hombre indicado con el cual yo podía perder mi virginidad. Seguimos viéndonos y tiendo relaciones, no había nada claro y yo platiqué con él. Me alejé de él. Al cabo de unos meses nos encontramos y me invító a salir, yo seguía enamorada de él, y accedí nuevamente. Reanudamos nuestros encuentros sexuales. Después salí embarazada. Le avisé y al principio se portó bien, me dijo que no me preocupara, que nos íbamos a casar. De un día para otro cambió y me dijo que no nos íbamos a casar. Durante el embarazo decidí que el se alejara de mí. El me dijo que quería dar el apellido a su hija y estar al pendiente de ella. Yo he tratado de no involucrar la relación entre él y yo con la relación entre mi hija y su padre. En estos momentos quiero pensar en el bienestar de mi hija y no alejarla de su padre. Quisiera que Manuel se alejara para siempre de nuestras vidas y no esté aquí viniendo muy a gusto a ver a la niña y queriendo tomar decisiones como si él y yo fuéramos una pareja. El pasa una aportación mensual para los gastos de Valeria. El anda saliendo con otras personas y se que en cualquier momento va a rehacer su vida y se casará con alguien que él ame. Solo de pensar en eso, me siento fatal pero se que es la realidad. Actualmente estoy en terapia porque se que mi hija me necesita y yo ya quiero olvidar a su padre, pero me cuesta mucho trabajo porque en cierta forma tenemos comunicación por Valery. Quisiera cortarle definitivamente. El me dice que seamos amigos, que salgamos con Valery. ¿Podrá darme su punto de vista por favor? espero no haber sido muy rollera pero necesitaba platicarle como ha sido todo. Gracias Espero su comentario. Karla

Estimada NN:

Gracias por tu confianza. Esas cosas tan íntimas son las que Dios quiere que también a él le platiques a solas, en tu habitación o en una iglesia. Los hombres son así: Le piden a la mujer que se les entregue y una vez que ella cede la menosprecian. Tú vales mucho, no debes de entregarte a nadie sin que haya de por medio un matrimonio, porque sino te va a seguir pasando lo mismo. Ya cometiste un error, y luego volviste a caer en él. Manuel se da cuenta de que satisfaces su pasión pero no lo elevas, no lo llevas a Dios, a la pureza. Pienso que conviene que nunca te quedes a solas con él, que te portes más seria, amable pero que no vea que a la primera te entregas, por que los varones piensan: “Lo que haga conmigo lo va a hacer con otros”. No piensan que en realidad la mujer sólo se entrega por amor. Haz el propósito firme de no ponerte en la ocasión de volver a tener relaciones con él. No te quedes sola en un lugar como una habitación o un coche. Cuida tu cuerpo, tu alma, tu intimidad. Si eres católica, acude al sacramento del Perdón para que tengas más fuerza para decir que NO. Además, así te sentirás ligera, sin culpa.

Un abrazo con cariño.

Miranda

LOS NOMBRES HAN SIDO CAMBIADOS.