Los niños molestan

los-ninos-molestan

Me gustó este artículo de Guillermo Urbizu.

Pueden estar peor o mejor educados, pero desde hace tiempo vengo observando que los niños molestan. Cada vez con más frecuencia escucho el bufido de los adultos. En clubes deportivos, hasta en conferencias donde se habla de vida familiar; en iglesias, en cines, en bares y chocolaterías, en plazas y parques… (…) Prohibido correr, prohibido ir en bici, prohibido jugar a la pelota, prohibido patinar, prohibido pisar la hierba (o pasto, que dicen en Hispanoamérica), prohibido gritar, prohibido comer pipas… Prohibido, prohibido, prohibido. Siempre recuerdo aquella joven amiga que me hablaba de su embarazo como de «un hijo no deseado, no buscado». «Y ¿querido?», le pregunté. «Sí, sí, claro, le queremos mucho». Al poco, me enteré que se habían divorciado. Los niños resultan incómodos. (Está claro que no siempre, gracias a Dios).

El homicidio intrauterino comúnmente conocido como aborto, excepto para los tontos compulsivos que dicen algo así como «interrupción voluntaria del embarazo», es el comienzo de ese estorbo. O quizá la prehistoria de dicho estorbo ya esté en tanta píldora y tanto preservativo (el amor plastificado). El caso es que después de múltiples y mortíferas gimcanas, de egoísmos, deslices y cortapisas -y también después de un amor verdadero, abierto de par en par a la vida, que existe-, por fin logran los niños asomar sus cabecitas a este mundo tan enjundioso. O el culo, que nunca se sabe. Pero claro el amor no se acaba con la coyunda.

los-ninos-molestan1Prosigue en el embarazo y sus antojos, y en los biberones, pañales, potitos y urgencias. Con el carrito plegable último modelo de Jané, y parques y poltronas para el coche, y los mil y un accesorios. La mamá se desgañita, la criatura llora como si la abrieran en canal y el papá a punto está de mandar todo a paseo e irse con la música a otra parte.

Los niños no son fáciles, pero bien mirados aprendemos de ellos una felicidad inigualable. Ya gatean y se incorporan y dicen su primera palabra. Ya corretean por el pasillo a nuestro encuentro. Todo parece idílico. Pero surgen las disputas y la acritud y los gritos. Y el niño de por medio. El estrés laboral, o el paro, el «tú no haces nada» o «sigues haciendo vida de soltero». Total, que las guarderías y las cuidadoras y los abuelos se convierten en la verdadera familia de los niños.

Muchos de ellos se sienten como extraños en su propia casa, donde papá y mamá sólo piensan en si mismos. Se va formando el carácter y los hijos son reflejo de un cariño desnutrido. Quieren jugar con sus padres, pero los padres prefieren tantas veces no estar -¡qué incordio de niño!-, o esconderse en sus veleidades o detrás del periódico. Los adultos estamos siempre ocupados, o hacemos como que lo estamos. O ponemos esas señales llenas de aspas rojas sobre el regocijo de los niños. Todo prohibido. Molestan. Y con los años hemos de pagar tanto despropósito.

Monja mutilada quiere volver

«Miedo no me da, si puedo ser útil, vuelvo»

La monja mutilada por una bomba en el Congo quiere volver

La religiosa española fue mutilada por una bomba en el Congo el pasado 28 de octubre ha afirmado que «miedo no me da, si puedo ser útil, vuelvo». La hermana Presentación pidió que la comunidad internacional preste más atención al conflicto en este país africano. En la rueda de prensa también ha participado la hermana Urbana Sancho, superiora del centro destrozado, y quien recogió y acompañó a López Vivar primero al hospital de Médicos Sin Fronteras de Rutshuru, luego al de los Cascos Azules de la ONU en Goma, en helicóptero a Sudáfrica, a Pretoria, y en ambulancia a Johanesburgo, y finalmente en avión a Madrid.

present(Efe/LD) La hermana Presentación López Vivar, la religiosa española que el pasado 28 de octubre perdió las dos piernas cuando su misión en el Congo fue alcanzada por una bomba, ha afirmado este lunes que si tuviera que volver, lo haría: «miedo no me da; si puedo ser útil, vuelvo».

«Es una gracia de Dios que se me ha concedido seguir viviendo y aprovecharé para seguir ayudando de lejos y para animar a otros a ir y decirles que no deben tener miedo de ayudar», ha dicho la religiosa en una conferencia de prensa para agradecer la atención y ayuda recibida. López Vivar también ha expresado su deseo de que la comunidad internacional preste más atención al conflicto en la República Democrática del Congo ya que hay decenas de miles de desplazados sin comida por la escasa ayuda internacional.

Enfermera diplomada, esta misionera del Instituto de Religiosas de San José de Gerona trabaja en el Congo desde hace 14 años, los últimos en el centro médico que la orden tiene en la localidad de Rutshuru, en la provincia de Kivu Norte, junto a la frontera con Ruanda. La zona es el centro de los más graves enfrentamientos entre las tropas rebeldes del general Laurent Nkunda y las fuerzas militares del Gobierno de Joseph Kabila, en un conflicto que, según la religiosa, «no está acabado», y que ha provocado más de 250.000 desplazados en la región.

Es ahí donde las religiosas españolas mantienen un centro médico que «funciona casi como un hospital» y en el que llevan años atendiendo a los heridos de uno y otro bando, hasta el punto de que «todos los militares nos conocen por el nombre, nos aprecian y nos respetan», ha explicado López Vivar. Es por eso por lo que considera que la bomba que destrozó la casa en la que vivían cinco religiosas -tres españolas y dos africanas- y le dejó sin piernas «fue un error», fruto de la «mala suerte» que supone que el edificio se encontrara «en mitad del campo de batalla ese día».

«Gracias a Dios he sido yo sola la herida», ha afirmado López Vivar, para quien también «es una suerte» que le hayan cortado las piernas por debajo de la rodilla, lo que le permitirá utilizar prótesis y no estar «siempre recluida».

En la rueda de prensa también ha participado la hermana Urbana Sancho, superiora del centro destrozado, y quien recogió y acompañó a López Vivar primero al hospital de Médicos Sin Fronteras de Rutshuru, luego al de los Cascos Azules de la ONU en Goma, en helicóptero a Sudáfrica, a Pretoria, y en ambulancia a Johanesburgo, y finalmente en avión a Madrid. Tras detallar el periplo, y preguntada por lo que piensa hacer ahora, Sancho responde sin dudar «ir al Congo; el mes que viene, si Dios quiere», con la intención de reunirse con las otras religiosas del centro -que se encuentran refugiadas en la vecina Ruanda- y con las que espera reabrir la casa, porque el centro médico sigue funcionando con personal local.

Publicado el 17 Noviembre 2008 – 5:03pm

Pastor anglicano pide ingresar a Iglesia Católica

Pastor anglicano pide ingresar a Iglesia Católica por aprobación de mujeres obispos

escrito por Católico Digital   
viernes, 11 de julio de 2008
El obispo anglicano de Ebbsfleet se ha convertido en el primer pastor anglicano que anuncia que dejará esta comunión -con toda su feligresía- para ingresar a la Iglesia Católica en respuesta a la autorización que sus líderes dieron esta semana a la ordenación episcopal de mujeres.
Según informó Daily Telegraph, el pastor Andrew Burnham, que tiene a su cargo la comunidad de Ebbsfleet, pediría permiso al Papa Benedicto XVI para asimilarse a la Iglesia Católica.Burnham espera que las parroquias a su cargo se conviertan pero se les deje mantener el culto en sus iglesias existentes con la guía de los obispos católicos. El diario inglés informó que hay otros obispos anglicanos -cuyos nombres no reveló- que también desean ingresar a la Iglesia Católica.

Burnham asegura que tomó la decisión después de que el Sínodo de la iglesia anglicana anunciara que permitirá la ordenación de mujeres obispos sin considerar a los llamados «anglo-católicos» que creen que los obispos deben ser hombres como Jesús y sus apóstoles.

Según Daily Telegraph, la decisión de Burnham podría desencadenar un éxodo de anglicanos tradicionalistas que creen que ya no tienen espacio en la Iglesia de Inglaterra, tal como ocurrió cuando en 1992 los anglicanos decidieron permitir la ordenación de mujeres sacerdotes.

El diario señaló que más de mil 300 clérigos ya han firmado un pedido prometiendo dejar la comunión si las mujeres son ordenadas obispos sin provisiones especiales.

Burnham declaró a The Daily Telegraph que aún no ha empezado el proceso de conversión personal, porque espera una respuesta formal del Vaticano sobre la posibilidad de que sus 120 parroquias del sur de Inglaterra puedan mantenerse en sus templos y conservar el oracional anglicano usado tanto para liturgias comunitarias como la devoción personal, si finalizan la conversión al catolicismo.

Una riqueza adicional

Damian Thompson, editor del Catholic Herald y uno de los columnistas del Daily Telegraph, señaló que Burnham viajó con el obispo anglicano de Richborough, Keith Newton, a Roma para discutir la posibilidad de integrar la Iglesia Católica.

Thompson recordó una lección histórica para los católicos que se preguntan por qué los anglicanos buscarian un acuerdo para decidir su integración a la Iglesia Católica masivamente.

«A mediados de los ’90s, después que la Iglesia de Inglaterra ordenara mujeres sacerdotes, muchos anglo-católicos desistieron de unirse a la Santa Sede porque los obispos (católicos) de Inglaterra y Gales no fueron acogedores y porque les disgustaba el bajo estándar de la liturgia en nuestras parroquias (católicas)», sostiene Thompson.

Para el periodista, la influencia potencial de los «anglo-católico» podría dar muchos beneficios a la Iglesia Católica.

«Los tesoros que nuestros nuevos hermanos traerán consiga -una poética contemplativa y espiritualidad, oraciones gloriosas, buena música- enriquecerán permanentemente a la Iglesia Católica en Inglaterra y nos pertenecen a todos».

Pío XII vió «el milagro del Sol»

Andrea Tornielli revela que Pío XII vio «el milagro del Sol»

escrito por Andrea Tornielli   
lunes, 17 de noviembre de 2008

Tornielli explicó que ha sido hallado en el archivo familiar un apunte manuscrito inédito en el que el Papa Pacelli describe el «milagro del sol», un episodio del que hasta hoy se había hablado sólo a través del testimonio indirecto del cardenal Federico Tedeschini, que lo contó durante una homilía.

Andrea Tornielli, vaticanista de «Il Giornale» y comisario de la muestra «Pío XII – el hombre y el pontificado (1876-1958)», que estará abierta al público desde el 4 de noviembre de 2008 al 6 de enero de 2009 en el Brazo de Carlomagno en el Vaticano, ha revelado que se han encontrado los apuntes en los que Pío XII narra que vio el sol rotar cuatro veces con ocasión de la proclamación del dogma de la Asunción.

«He visto el ‘milagro del sol’, esta es la pura verdad», escribió el Papa Eugenio Pacelli, refiriéndose a un fenómeno similar a cuando había sucedido en Fátima el 13 de octubre de 1917.

En la nota, que se puede ver en la exposición, Pacelli recuerda que en 1950, poco antes de proclamar el dogma de la Asunción (1 de noviembre), mientras paseaba en los jardines vaticanos, asistió varias veces al mismo fenómeno que se verificó en 1917, al final de las apariciones de Fátima, y lo consideró una confirmación celeste de cuanto estaba por realizar.

Pío XII escribió que eran las 4 de la tarde del 30 de octubre de 1950: durante «el habitual paseo en los jardines vaticanos, leyendo y estudiando», a la altura de la plaza de la Señora de Lourdes «hacia lo alto de la colina, en el camino de la derecha que bordea el murallón de cinta (…) me quedé impresionado por un fenómeno, que nunca hasta ahora había visto».

«El sol, que estaba aún bastante alto, aparecía como un globo opaco amarillento, circundado todo alrededor por un círculo luminoso», que sin embargo no impedía en absoluto fijar la mirada «sin recibir la más mínima molestia. Había una nubecilla ligerísima delante».

La nota de Pacelli continúa describiendo «el globo opaco» que «se movía hacia fuera ligeramente, sea girando, sea moviéndose de izquierda a derecha y viceversa. Pero dentro del globo se veían con toda claridad y sin interrupción fortísimos movimientos».

El Papa atestigua haber asistido al mismo fenómeno «el 31 de octubre y el 1 de noviembre, día de la definición del dogma de la Asunción, después otra vez el 8 de noviembre. Luego ya no más».

El Papa Pacelli menciona haber intentado «varias veces» en los otros días, a la misma hora y en condiciones atmosféricas similares, «haber mirado al sol para ver si aparecía el mismo fenómeno, pero en vano, no podía fijar la vista siquiera un instante, los ojos quedaban cegados».

El Pontífice habló de lo sucedido con algunos cardenales y unos pocos íntimos, tanto que sor Pascalina Lehnert, la religiosa gobernante del apartamento papal, declaró al respecto que «Pío XII estaba muy persuadido de la realidad del extraordinario fenómeno, al que había asistido en cuatro ocasiones».

Según Tornielli, existe un vínculo sólido entre la vida de Eugenio Pacelli y el misterio de la Virgen María.

«Desde niño -subrayó-, Eugenio Pacelli era devoto y estaba inscrito en la Congregación de la Asunción, que tenía la capilla cerca de la Iglesia del Jesús. Una devoción que parece profética, ya que será precisamente él quien declare el dogma de la Asunción en 1950″.

El futuro Papa celebró su primera Misa como sacerdote el 3 de abril de 1899 en el altar del icono de María «Salus Populi Romani» en la capilla Borghese de la Basílica de Santa María la Mayor.

«Y después – continua Tornielli – Eugenio Pacelli recibió la ordenación episcopal del Papa Benedicto XV en la capilla Sixtina el 13 de mayo de 1917, día de la primera aparición de la Virgen en Fátima».

En 1940, en calidad de Pontífice, reconoció definitivamente las apariciones de Fátima, y en 1942 consagró el mundo entero al Corazón Inmaculado de María.

Se encontró muchas veces con sor Lucía, la vidente de Fátima, y le ordenó que transcribiera los mensajes recibidos de la Virgen, convirtiéndose por tanto en el primer Pontífice en conocer aquello que durante años ha sido conocido como el tercer secreto, y que Juan Pablo II hizo publicar.

El 1 de noviembre de 1950, tras haber consultado a los obispos de todo el mundo, unánimemente concordes -sólo seis respuestas sobre 1.181 manifestaban alguna reserva-, con la Bula Munificentissimus Deus, Pío XII proclamó el dogma de la Asunción, como cumplimiento del dogma de la Inmaculada Concepción.

El «espíritu de Asís» revive en Chipre

El arzobispo de Cracovia intervino en la inauguración

NICOSIA lunes 17 de noviembre de 2008 (ZENIT.org).- El encuentro interreligioso que actualmente se está celebrando en Chipre lleva adelante el «espíritu de Asís» promovido por Juan Pablo II, ha recordado el cardenal Stanislaw Dziwisz, durante décadas secretario particular del Papa Karol Wojtyla.

El purpurado intervino este domingo durante la ceremonia inaugural del Congreso Internacional «La civilización de la paz: religiones y culturas en diálogo», promovido por la Iglesia de Chipre y por la Comunidad de San Egidio, subrayando que «gracias al valor y a la tenacidad de los amigos de San Egidio, el ‘espíritu de Asís’ ha soplado en muchos lugares, cruzando numerosas fronteras: ciudades de Italia, de Europa y del mundo se han abierto al encuentro y al diálogo entre mundo diversos».

El cardenal recordó que Juan Pablo II estaba convencido de que la dimensión religiosa, relegada a los margenes de la cultura y de la sociedad occidentales, debía volver a asumir un papel importante, y por esto un día de 1986 le confió: «Una oración de todas las religiones por la paz, ¡eso es lo que hace falta!» Un gran grito a Dios por la paz».

De eso, explicó, derivó la elección de Asís, ciudad de san Francisco», como lugar ideal para la invocación a Dios por parte de los creyentes de las diversas religiones», que tuvo lugar el 27 de octubre de 1986.

Deseando que el de Asís no fuese «un acontecimiento aislado», el Papa Wojtyla invitó a continuar esta experiencia: «Sigamos difundiendo el mensaje de la paz. Sigamos viviendo el espíritu de Asís», exhortó.

Por esto, recuerda su secretario particular, «Juan Pablo II acogió con satisfacción y apoyó la iniciativa de la Comunidad de San Egidio de convocar cada año un encuentro de oración por la paz ‘en el espíritu de Asís'».

De la misma forma, «nunca hacía faltar su apoyo, enviando representantes de la Santa Sede y sus mensajes personales a los organizadores y a los participantes en los encuentros».

«Juan Pablo II continúa caminando con nosotros en el espíritu de Asís -declaró el cardenal polaco-. Por esto, queridos amigos, quisiera dirigiros una invitación: el año que viene venid a Cracovia! Hacedlo en el nombre de Juan Pablo II. ¡Es su ciudad, que tanto amó!».

El cardenal Dziwisz subrayó que hay también «otros motivos importantes» por los que invita a visitar la ciudad, como el 70° aniversario del estallido de la Segunda Guerra Mundial, que comenzó el 1 de septiembre de 1939 con la invasión de Polonia por parte de la Alemania nazi.

«Sesenta años después de aquel trágico e inhumano evento en que hombres armados entraron en nuestra tierra, venid a Polonia como peregrinos de paz», exhortó.

Recordando que en su país «la memoria de la Segunda Guerra Mundial está aún viva y visible», el cardenal pidió a los peregrinos que escojan como etapa de su viaje el campo de concentración de Auschwirz, «lugar que más que ningún otro representa el horror de la guerra, del racismo y del mal».

«¡No podemos olvidar! – exclamó-. ¡Tenemos el deber de recordar y de hacer memoria!».

En el año 2009, prosiguió, será también el aniversario de la caída del comunismo. De hecho, 1989, observa, «fue un año decisivo para Polonia y toda Europa oriental: el año de la libertad para tantas naciones europeas y fuente de esperanza para un mundo más justo y humano».

«¡Sed por tanto bienvenidos a Cracovia! –concluyó–. Como arzobispo de esta espléndida ciudad en el corazón de Europa, en la que pervive la memoria del Siervo de Dios Juan Pablo II, y rica de una larga y azarosa historia, os aseguro la más calurosa acogida. ¡Hasta el año que viene!».

El cardenal Stanislaw Dziwisz nació en 1939 en la archidiócesis de Cracovia y fue ordenado sacerdote en 1963 por el entonces arzobispo de Cracovia, monseñor Karol Wojtyla, del que fue, desde octubre de 1966 hasta octubre de 1978, capellán y secretario particular.

Desde la elección de Wojtyla al solio pontificio en octubre de 1978 con el nombre de Juan Pablo II hasta su muerte el 2 de abril de 2005 fue su secretario particular y su más estrecho colaborador.

Fue nombrado obispo en 1998, y elevado a la dignidad de arzobispo en 2003. El 3 de junio de 2005 Benedicto XVI lo nombró arzobispo metropolitano de Cracovia y a continuación lo elevó a la dignidad cardenalicia.

El cardenal Dziwisz se dedica a la difusión de la memoria de las enseñanzas de Juan Pablo II. En Cracovia, por ejemplo, ha instituido el Centro Juan Pablo II «No tengáis miedo».

Santa Rosa Felipa Duchesne

18 de Noviembre

rosa-felipaRosa Felipa Duchesne es el primer nombre que aparece en la lista de los pioneros del Memorial Jefferson de San Luis, Missouri. Llegó a los Estados Unidos a la edad de cuarenta y nueve años y durante otros treinta y cuatro se dedicó a la educación de los colonos y los indios, muriendo a la edad de ochenta y tres.

Nació en Grenoble (Francia), el 29 de agosto de 1769. De niña su mamá la llevaba a visitar a los pobres y enfermos y regalaba a los niños algunos de sus juguetes. También ayudaba a los pobres con el dinero que sus papás le daban para gastar. Estudió con las Visitadinas en el colegio de Santa María d´en Haut. Como a los doce años manifestó a sus padres la idea de hacerse religiosa, la retiraron del colegio y le pusieron un tutor que le enseñara matemáticas, latín, lengua, música y danza. Hacia los dieciocho años pidió permiso a su papá para ingresar al convento, pero él se opuso rotundamente. Sin embargo, visitando un día el convento en compañía de una tía, se quedó con las religiosas, y con el tiempo obtuvo el consentimiento de su padre, quien quedó convencido al constatar su determinación por seguir el camino de la vida consagrada.

Al estallar la revolución francesa el convento de Santa María fue confiscado y las religiosas expulsadas. Rosa Felipa tuvo que regresar a casa de sus padres donde vivió como religiosa. Durante los siguiente once años desarrolló una intensa labor apostólica desde su casa, asistiendo a prisioneros, pobres y enfermos. Terminada la revolución en 1801 se unió a las religiosas del Sagrado Corazón, congregación que había sido fundada recientemente por la madre Magdalena Sofía Barat.

En 1817, el obispo de Luisiana, Estados Unidos, en visita por Francia, pidió religiosas para educar a las niñas y a los indios de su diócesis y la Madre Rosa Felica fue elegida, con cuatro compañeras para realizar esta misión.

Luisiana era un amplio territorio explorado por los franceses durante un siglo y que por ochenta millones de francos había vendido el gobierno de Napoleón Bonaparte a los Estados Unidos. Ya al año siguiente había fundado numerosas escuelas en todo el Valle del río Mississippi, y en 1820 abrió un noviciado con el ingreso de la primera religiosa norteamericana de la congregación.

En medio de numerosas penalidades físicas, y la crítica e incomprensión de muchas personas, realizó durante casi treinta años un apostolado infatigable en favor de la educación de la juventud y de servicio a los indígenas. Una vez relevada del cargo de superiora, cuando tenía setenta y dos años, llevó a cabo el deseo que había añorado durante muchos años: llegar a un campamento de indios Potawatomi en Sugar Creek (Kansas) y entregarse de lleno a su evangelización. Como se le dificultó mucho aprender el difícil idioma de los indios, dedicó gran parte de su tiempo a la oración, por lo que los pieles rojas la apodaron «la mujer que ora siempre». Después de un año fue llamada a la ciudad de San Carlos donde permaneció hasta su muerte ocurrida el 18 de noviembre de 1852. Fue beatificada por el papa Pío XII en 1940 y canonizada por el papa Juan Pablo II en 1988.

A propósito del Opus Dei

martes, 18 de noviembre de 2008
Pablo Cabellos Llorente


Las Provincias

«¿Tendré que volver a afirmar que los hombres y mujeres que quieren servir a Jesucristo en la Obra de Dios son sencillamente ciudadanos iguales a los demás, que se esfuerzan por vivir con seria responsabilidad -hasta las últimas conclusiones- su vocación cristiana?» Así se interrogaba san Josemaría, hace cuarenta y un años, en una homilía pronunciada ante miles de personas.

Efectivamente, parece oportuno recordar esa libertad y responsabilidad pablocabellosnpersonales, que conllevan la honradez para pechar con la propia responsabilidad; el respeto cristiano para con otras opiniones diversas; y el ser lo suficientemente católicos para no servirse de la Iglesia ni mezclarla en banderías humanas, como insistía en la misma ocasión.

Aconsejaba comprender a quienes no nos comprenden y también a comprender que no nos comprendan. No siempre nos acompañará el éxito porque, incluso en los defectos, somos iguales a los demás. Sí puedo afirmar que, a cualquier fiel de la Prelatura del Opus Dei, le agrada ver reconocido el ejercicio de su libertad y su responsabilidad, sin transferir a la Obra -sería trasladarlo a la misma Iglesia- las opciones tomadas y sus consecuencias.

Así he visto gozar de su libre albedrío a taxistas, profesores de universidad, sindicalistas, ejecutivos, amas de casa y un largo etcétera que abarcaría el universo de todas las posibilidades humanas. Nadie se frena con el pensamiento de arrastrar hasta la Obra las consecuencias de sus actos. Tampoco lo hizo el fundador, aunque en algún momento hubiera sido una solución cómoda, pero sabía que se jugaba el alma y la existencia de la institución. «Libertad, hijos míos. No esperéis jamás que la Obra os dé consignas temporales», escribía en 1959. No es usual, por ejemplo, atribuir a una diócesis, o al Ordinariato castrense, las decisiones de políticos o militares de esas jurisdicciones, que son el analogado más próximo de la Prelatura.

Se me puede objetar que soy parte interesada. Y es bien cierto, pero también deseo mirar toda realidad sin clichés previos, sin rutinas. Sirve aquí algo que trató magistralmente el último Concilio y que ayuda a la comprensión de un doble aspecto de la libertad cristiana: como inmunidad de coacción en la sociedad civil por motivos religiosos; y como autonomía del católico en asuntos temporales. Sé que cuesta entender la Iglesia desde fuera de la fe, pero también nuestra Constitución ampara esos derechos inherentes a la persona, y esa libertad es algo muy civil. Por fortuna, una sociedad democrática facilita la comprensión de las diversas sensibilidades en el ejercicio de la libertad.

Los actos de los católicos se realizan desde su leal saber y entender, sin hacer confesionalismo personal ni catolicismo oficial, que serían clericalismo. Incluso en temas morales, es obvio que el Opus Dei no tiene una ética particular ni para los que se reputan comunes a la humanidad -lo propio de la persona- ni para lo específico de los católicos, porque sus miembros tratan de vivir lo enseñado por el magisterio de la Iglesia. El pluralismo, que surge dentro de la misma Prelatura, no es ni problema ni táctica. Es síntoma de salud, porque lo que une a sus miembros está en otro nivel: buscar la identificación con Cristo en cualquier tarea, y ofertar esa búsqueda al que lo desee.

Escribió san Josemaría: «El cristiano, cuando trabaja, como es su obligación, no debe soslayar ni burlar las exigencias propias de lo natural. Si con la expresión bendecir las actividades humanas se entendiese anular o escamotear su dinámica propia, me negaría a usar esas palabras». Era muy sacerdotal, pero con una nítida mentalidad laical, que incluía necesariamente un grande y real amor a la libertad, lejana de todo fanatismo, en convivencia pacífica con todos, como pide en la homilía citada al inicio. El más breve poema de Juan Ramón dice: «¡No la toques ya más, / que así es la rosa!». Con las palabras de nuestro Nobel no solicito inmunidad de crítica, pero así es la rosa: una inspiración divina, vivida por mujeres y hombres con ilusiones, limitaciones y pecados. Del don y de la tarea, Dios pedirá cuenta a cada uno, no a un colectivo.

Llegar a la Patria del Cielo

España

Usemos libertad para llegar a la Patria del Cielo, exhorta Mons. Fernández

MADRID, 17 Nov. 08 / 02:37 am (ACI).- El Obispo de Tarazona, Mons. Demetrio Fernández, recordó que Dios quiere la salvación de todos, pero que depende del hombre usar correctamente su libertad para llegar al Cielo, que es la Patria, la Casa de Dios; y no caer en el Infierno, que es «el estado de autoexclusión definitiva de la comunión con Dios y con los bienaventurados», como enseña el Catecismo.

«Dios no nos ha creado para hacernos sufrir. Dios nos ha creado para que seamos felices con Él, y esa felicidad no se acabe nunca», afirmó el Prelado en una reciente carta. Sin embargo, explicó, el proyecto de Dios para los hombres «lo ha condicionado a nuestra libertad humana. Y el hombre libremente se ha apartado de Dios por el pecado».

«Esta catástrofe no tiene su origen en Dios, puesto que de Dios sólo procede el bien. Esta catástrofe la ha ‘inventado’ el hombre, acarreándose su propia desgracia, su propia ruina», señaló Mons. Fernández; pero recordó que gracias a la misericordia del Padre, vino Cristo para salvar a todos y, «por su muerte y resurrección, nos ha abierto el camino» del retorno.

«El hombre, en sus pasos perdidos, ha sido encontrado por Jesucristo, que lo ha cargado sobre sus hombros y lo ha llevado a la Casa del Padre. Eso es el Cielo, estar con Jesucristo, y que nunca se acabe», afirmó.

Sin embargo, advirtió que un mal uso de la libertad puede llevar a las personas a caer en el Infierno, que «es apartarse de Dios, y apartarse para siempre».

«El Infierno es la contradicción del plan de Dios. Dios que quiere que todos los hombres se salven puede encontrarse con la libertad obstinada del hombre que no quiere saber nada de Dios y le da la espalda», advirtió.

Mons. Fernández destacó la misericordia de Dios e indicó que «mientras dura la etapa terrena, todo hombre, por muy perdido que esté, es continuamente invitado a convertirse y volver a Dios«, quien lo perdonará «aunque sea en el último instante de su vida«. Sin embargo, advirtió, si el hombre muere «en situación de alejamiento de Dios por su culpa, quedará para toda la eternidad apartado de Dios».

«Pensemos en el Cielo con el deseo de ir con Dios. Y pensemos en el Infierno para evitarlo con nuestra responsabilidad y con nuestra conversión permanente. Oremos unos por otros para que nadie se pierda eternamente«, exhortó.

Religiosas secuestradas en Kenia

Piden oraciones por religiosas secuestradas en Kenia

ROMA, 11 Nov. 08 / 09:35 am (ACI).- El Movimiento contemplativo misionero Padre de Foucauld de Como ha pedido oraciones por las hermanas miembros de su instituto: Maria Teresa Olivero, de 67 años de edad; y Rinuccia Giraudo, de 60, quienes han sido secuestradas en El-wak, Kenia, en la frontera con Somalia.

Según informa la agencia italiana SIR, la comunidad precisa que «hasta ahora ningún grupo particular ha reivindicado el secuestro. Vemos que las autoridades nacionales e internacionales se están movilizando para buscar a los raptores. Sentimos la amistad y cercanía en torno a nosotros, entre los cristianos, entre los pobres y entre los musulmanes. No hacemos ninguna hipótesis sobre el secuestro. Pedimos a todos reserva para no interferir en una situación así de complicada».

Asimismo, la comunidad recuerda que «nuestra presencia aquí, como en toda otra misión en otros países, es una presencia de oración y de compartir la vida con los marginados, los últimos. La Fraternidad de El-wak vive una acogida cotidiana de los enfermos tuberculosos, epilépticos, madres y niños desnutridos, casos de discapacitados, el trabajo con todos ellos ha constituido nuestra labor en todos estos años».

2000 Evangelios en cárceles mexicanas

América

Caballeros de Colón distribuirán dos mil ejemplares de los Evangelios en cárceles mexicanas

pplibromexico171108MÉXICO D.F., 17 Nov. 08 / 03:51 pm (ACI).- Los Caballeros de Colón se unieron a la iniciativa de la Confraternidad Carcelaria A. C. para distribuir una edición especial de dos mil ejemplares de «Los Santos Evangelios» a los reclusos que estén dispuestos a recibirlos en las cárceles de México.

Al término de la Misa dominical celebrada en la Catedral de México, Mons. Pedro Agustín Rivera, Obispo Auxiliar de la antigua Basílica de Guadalupe, y Carlos Trillas, caballero de cuarto grado de la Orden de los Caballeros de Colón, leyeron una declaratoria conjunta con este anuncio.

La edición especial está prologada por el Cardenal Norberto Rivera, Arzobispo de México. En la declaratoria conjunta se informa que la iniciativa busca apoyar «el desarrollo espiritual de las personas recluidas» dentro del sistema penitenciario y de readaptación social.

Asimismo, piden «que no se mate la esperanza por un supuesto o inexistente sistema de readaptación social» y se subraya que «la sacralidad de la persona debe llevar implícito un esfuerzo social para que la dignidad del recluso no sea mancillada«.

Los Caballeros de Colón sostienen que la formación en las enseñanzas de Cristo es la mejor manera de alentar a los reclusos en su labor de rehabilitación y de ayudarlos a mantener la esperanza en recuperar una vida digna.

«En consonancia con la Doctrina Social de la Iglesia, Caballeros de Colón suscribe la tesis de que todo ser humano, por el solo hecho de serlo, tiene derecho a vivir en condiciones dignas y que el respeto a la eminente dignidad de la persona humana cuya razón más alta consiste en la vocación del hombre a la unión con Dios, no puede ser anulado a causa de las conductas en las que el individuo haya incurrido y por las cuales tiene que responder ante la sociedad, sino que debe dejarse siempre abierta la vía a la rehabilitación y a la esperanza», concluye el mensaje.