Sor Verónica y las clarisas de Iesus Communio

En una extensa carta dirigida a sus ex hermanas religiosas

Sor Verónica dice a las clarisas que Iesus Communio no es una negación del carisma de Santa Clara

Confiesa que lo que más les hizo sufrir era el reproche «Vosotras no hacéis bien a las Clarisas, porque no mostráis su verdadero rostro».

Actualizado 17 enero 2011

Gilberto Pérez/ReL

La Hermana Verónica Berzosa, fundadora del nuevo instituto de derecho pontificio Iesu Communio, explica en una carta dirigida a las hermanas clarisas algunos asuntos que relacionados con la aprobación del instituto, sobre algunos temas que han ido apareciendo en forma de acusaciones y que dañaban el nombre de esta nueva realidad, sobre los apoyos recibidos, las vocaciones que fueron llegando, su obediencia a la voz del Espíritu…

En la epístola, fechada el 24 de diembre de 2010 y que fue publicada este domingo en el boletín de la URC, sor Verónica es enfática en afirmar que «En nada sentimos negación de un carisma radiante» y que cree firmemente en la «vocación íntegramente contemplativa».

Para la cabeza de este nueva forma de vida religiosa, «es imposible sentir la negación de un carisma radiante como es el de las Damas Pobres de Santa Clara» e insiste en que «no se trata de una negación, sino de una afirmación de un designio concreto de Dios sobre nosotras».

El texto de la carta

Iesu communio

La Aguilera-Lerma, 24 de diciembre de 2010

Queridas hermanas: La Madre Presidenta me invitó a escribiros; le agradezco sinceramente esta invitación que tanto deseaba. Dejo en sus manos esta carta para que ella os la transmita. Deseo abriros el corazón y dirigiros esta carta en tono familiar y más confidencial que la nota informativa que salió en la prensa, dirigida a los que, movidos por el amor que nos tienen, solicitaban una información amplia de lo que estamos viviendo.

Quiero compartir sencillamente con vosotras que la reciente decisión de la Santa Sede viene a reconocer y confirmar una forma de vida que ha recorrido antes un largo camino que se ha ido configurando paulatinamente. Cuando alguien se propone escribir acerca de un designio de Dios, no encuentra palabras con las que expresar tanto bien recibido, sin mérito alguno. Explicar este hoy sería como pretender explicitar detalladamente la llamada al seguimiento de Jesucristo. Una sólo sabe reconocer que su corazón ha sido robado por el amor entregado de Dios, y que, encontrado el Tesoro incomparable, ya no puede más que avanzar en el camino que Él va indicando.

Siempre me han impactado las palabras de H. Urs von Balthasar, cuando sintió la llamada de Dios: «Tú no tienes que elegir nada, has sido elegido. Se te dará la vocación como tarea a desarrollar. No necesitas nada, se te necesita a ti. No tienes que hacer planes, eres una piedrecita de un mosaico ya existente. Todo lo que yo tenía que hacer era simplemente dejarlo todo y seguirle, sin hacer planes, sin el deseo de experimentar intuiciones particulares. Sólo debía estar allí, sencillamente quedarme quieto para que Él me tomara».

En verdad siento que el camino recorrido no ha sido fácil. Tampoco ha estado exento de cruz, pero ha sido necesario, porque el grano de trigo tenía que caer en tierra y morir para que despuntara y floreciese el fruto que Dios quería. A la luz de este momento, releo cómo nuestra forma de vida se tejía en el silencio de Nazaret. Es verdad que hoy estamos llenas de gozo, pero siento que es el mismo gozo que teníamos ayer y siempre, porque la alegría consiste en estar en la voluntad de Dios día tras día.

Un día, leyendo el artículo de Mons. Jesús Sanz Montes, franciscano, El lugar eclesial del carisma de Santa Clara, encontré estas palabras: «Ni Clara, ni Francisco sabían más. Por eso señala el biógrafo con gran agudeza: Francisco la conducirá al monasterio benedictino de San Pablo, no porque fuera ése el locus charismaticus de Clara, sino porque representaba un lugar seguro de espera donec aliud provideret Altissimus —hasta que el Altísimo dispusiera otra cosa— (LegCl 8)». Confieso que al principio sentí alivio… ¿quizás sería esto lo que nos estaba pasando? Pero luego me dije: «No, esto no ha sido así para nosotras».

Santa Clara estaba cierta de que ése no era su lugar; y de hecho, su estancia allí fue muy breve. Nosotras hemos abrazado de corazón el carisma franciscano, sin duda en medio de mucha fragilidad. Puedo afirmar que no hemos buscado «un lugar seguro hasta que el Altísimo dispusiera otra cosa»; en verdad no ha sido así. Lo que alcanzo a discernir en este hoy es que Él ha querido que esta forma de vida, Iesu communio, tuviese su cuna en la Orden Franciscana, y estamos muy agradecidas a Dios por este don; sólo Él sabe por qué, y quizá más tarde, e incluso posteriores generaciones, comprenderán. Hemos tenido la gracia de beber intensamente en las fuentes de la espiritualidad franciscanoclariana, pero también es verdad que hemos sido formadas en el conocimiento de los Padres de la Iglesia.

Además, ha sido muy decisiva en nuestra formación la persona y el Magisterio de nuestros Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI, así como la rica tradición espiritual del patrimonio de santidad de la Iglesia, y los escritos de teólogos como Joseph Ratzinger, Hans Urs von Balthasar, Henri de Lubac, etc., quienes nos han ayudado a profundizar en nuestra experiencia concreta y en nuestro peregrinar en la fe.

Debo mi perseverancia a la Madre Clara. Tras veintisiete años desde mi entrada en el monasterio, me atrevo a afirmar que debo mi perseverancia en la vocación a la Madre Clara; en ella veo realizado el sueño de Dios sobre una mujer formada esposa y madre según el corazón de Cristo. Ella me ha confirmado con su vida que la sed esponsal de Cristo, que Él hizo arder en mi interior desde mi juventud, sólo se colma en Jesús, Vida nuestra, nuestro inseparable vivir. Sus cartas han sellado en mí la certeza de que la consagración es un camino de plenitud, de bienaventuranza, vivido en un «amor incomparable» (Sta. Clara, Carta III), y esta certeza inquebrantable me ha sostenido en mi perseverancia. Francisco y Clara me han mostrado el gozo del seguimiento a Cristo en una libertad envidiable. «Pero ¿por qué no nos habéis informado antes?», nos preguntáis muchos Nos han llegado constantes ecos y algunas cartas, preguntando: «¿Por qué no nos habéis informado antes?» Quiero deciros con toda sinceridad que nosotras ni siquiera nos hemos propuesto informar o no informar, sino que hemos dejado que la vida transcurriese, tratando de secundar siempre lo que Dios quería de nosotras.

El día 31 de mayo de 2010, como sabéis, vinieron las hermanas de nuestros monasterios de Burgos, y en ese encuentro les expusimos el momento que estábamos viviendo. Incluso sor María Javier, de Castil de Lences, hizo una crónica que se publicó en la revista Hermanas Menores. Como comprenderéis, no se podía explicar íntegro el contenido de la forma de vida presentada al Dicasterio, porque, una vez que la cuestión estaba sometida a su estudio, era obligado guardar reserva para no prevenir el juicio de la Santa Sede ni interferir en él. Por tanto, ni a la Madre Presidenta, ni al Padre Asistente, ni a los demás miembros de la Orden pudimos informar de la marcha de este estudio, que ni siquiera nosotras conocíamos.

Desde abril hasta finales de noviembre han sido meses de silencio por parte de la Congregación y, en consecuencia, también por nuestra parte, hasta que hablaron con nuestro Sr. Arzobispo D. Francisco Gil Hellín, el cual nos comunicó que la Congregación para la Vida Consagrada, con el beneplácito del Santo Padre, aprobaba lo que estábamos viviendo como un nuevo Instituto Religioso de derecho pontificio llamado Iesu communio (Comunión de Jesús). Quiero aclarar que la comunidad entera sí conocía íntegramente todo lo que se presentó en Roma; se leyó y explicó punto por punto con todo detenimiento en el Capítulo presidido por el Sr. Arzobispo, incluso a las novicias y postulantes.

Después todas las hermanas votaron en secreto. Todos los votos fueron favorables para que fuera presentado a la Congregación lo que allí se exponía, quedando totalmente abierto a su discernimiento. Todas las hermanas compartíamos la disposición de obedecer a la Iglesia, fuera cual fuera la resolución, para avanzar en la voluntad de Dios. Otra pregunta insistente y dolorosa: «¿Por qué no repartís?» Al ser cada vez mayor el número de hermanas, insistentemente nos llegaban voces desde dentro de la Iglesia: «¿Por qué no repartís? Algunos monasterios se extinguen por falta de vocaciones, ¿por qué no los ayudáis para que no se cierren? ¿Acaso queréis crear algo diferente?» Hubo quienes incluso nos aconsejaban que no recibiésemos más vocaciones, si en verdad amábamos a las jóvenes, mientras no tuviésemos claro qué íbamos a vivir… Estas voces, día tras día, a la vez que nos hacían sufrir, nos han hecho mucho bien, porque nos han ayudado a arrodillarnos con la súplica de san Francisco: «Señor, que realicemos tan sólo tu simple y puro querer», sin pretensión que lo empañe o eclipse. En conciencia, no podíamos repartirnos, sencillamente porque no era la voluntad de Dios, y creo que está claro a la luz de este hoy. Pero creedme que lo que más nos ha hecho sufrir era el reproche que algunos expresaban en términos semejantes a estos: «Vosotras no hacéis bien a las Clarisas, porque no mostráis su verdadero rostro…»

Y quizá tenían razón, pero nosotras no podíamos dar ningún paso si el Espíritu de Jesús no lo indicaba. Quiero confiaros, para que estéis informadas de primera mano, e incluso podáis responder a quienes os preguntan, que nos ha sorprendido dolorosamente oír no pocas veces que hemos recibido a nuestras hermanas de Briviesca y de Nofuentes para quedarnos con su patrimonio, y que nos hemos aprovechado del Santuario de La Aguilera. La sencilla verdad es que nuestras hermanas de Briviesca y Nofuentes fueron informadas de lo que estábamos viviendo y de lo que nosotras conocíamos hasta el día que vinieron. Nos parecía un deber de conciencia explicárselo con toda claridad antes de dar el paso; y ellas, con humildad y libre decisión, insistieron en venir a nuestra comunidad. En cuanto al Santuario de La Aguilera, en el Comunicado se explican brevemente las condiciones en que pudimos comenzar a usarlo, y estamos agradecidas a los Hermanos Franciscanos, que se avinieron primero a cederlo y, posteriormente, a vendérnoslo. Duda de las jóvenes vocacionadas: «¿Por qué aquí sí y no en otro lugar?» Creo que es oportuno daros a conocer lo que una tras otra expresábamos en conciencia antes de dar el paso a la profesión, porque «el corazón sangraba» al no acabar de identificarse con la forma de vida en la que habíamos entrado. Las nuevas jóvenes vocacionadas, que llamaban a nuestra casa acuciadas por la sed de Cristo, pronto manifestaban: «¿Por qué siento la llamada a consagrarme únicamente aquí?, ¿por qué veo en vosotras lo que quiero vivir y ponéis nombre a lo que yo tengo en el corazón? Sólo sé que tengo esta certeza —decían—, pero no sabría responder a la pregunta que tantos me hacen: “Si te sientes llamada a ser Clarisa, podrías vivir en cualquier monasterio de Damas Pobres…”, pero la realidad no es así».

Durante los años en que he sido maestra de novicias, era testigo de cómo las hermanas se entregaban gozosas el día de su Profesión Solemne con un «sí» para siempre a Cristo y a su voluntad, pero es verdad también que me decían: «Yo profeso lo que vivimos, esta realidad, pero no me identifico con la Regla y las Constituciones de las Hermanas Clarisas»… Yo les decía: «Hija, nosotras somos Clarisas, llevamos este hábito y hemos profesado esta Regla, esto es lo que hay; si quieres, lo tomas y si no… puedes irte». Jamás se ha sostenido a nadie hablándole de la posibilidad de comenzar un nuevo camino. Lo más bello es que profesaban en total libertad, tras haber abierto con transparencia a los superiores y sacerdotes sus inquietudes. Nosotras, sin más, confiábamos en que era Él mismo, y a su tiempo, el que tenía que desvelarnos a todas y a cada una lo que ya estaba realizando.

Es verdad que Dios no pone ningún deseo en el corazón que no vaya a cumplir, pero es necesario saber esperar. Se trataba de dejar a Dios que hiciese su camino; a nosotras nos tocaba arrodillarnos y secundar lo que Él quería, dejar nuestra vida en sus manos y vivir en obediencia sencilla cada día, con la confianza de que Él nos mostraría lo que quería de nosotras. Nos queda una gran paz, porque Dios siempre ha tomado la iniciativa Al leer hoy nuestra historia de salvación concreta, me llena de gozo ver que la iniciativa y el tiempo siempre han sido de Dios. Éstos son, en síntesis, los pasos sucesivos de este peregrinar. Como sabéis, a partir de 1994 el crecimiento de hermanas fue muy rápido y «amenazaban con estallar» las paredes de nuestro monasterio de Lerma, que podía albergar, como mucho, a treinta y tres hermanas, y en el que hemos llegamos a vivir hasta ciento treinta y una hermanas. Tras muchas «noches de búsqueda» de un lugar para acoger a las hermanas presentes y a las que insistentemente mendigaban a nuestra puerta vivir junto a nosotras, sólo se nos abrió con realismo un lugar. Digo «con realismo», porque un bienhechor, de forma espontánea, prometió ayudarnos a reconstruir este convento concreto de La Aguilera (Burgos), Santuario de San Pedro Regalado.

Así se manifestó el camino de la Providencia, que suponía tener las dos casas en nuestra propia diócesis de Burgos. Estábamos ya deseando venir a vivir a La Aguilera. Llevábamos casi 3 años en obras preparando este lugar. El paso, que era «obligado dar» por el número de hermanas, exigía pedir un permiso al Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada, Cardenal F. Rodé, en orden a que nos concediese «ser una única comunidad Lerma-La Aguilera en dos sedes diferentes con un solo gobierno». En este momento vino a visitarnos nuestro Sr. Arzobispo; no puedo dudar que fue movido por el Espíritu Santo. Hoy nos parece ver cómo Dios tomó la iniciativa en la persona del pastor que Dios había dispuesto para ser guiadas y que, desde el primer momento, se volcó en ayudarnos. Era mayo y, con ocasión de administrar el Sacramento de la Confirmación en la parroquia de Lerma a algunos jóvenes, quiso visitar los tres monasterios de clausura del pueblo y manifestó el deseo de verme a solas con motivo de mi reciente elección de Abadesa en marzo, para alentarme en la nueva andadura. Estuvimos dialogando menos de media hora, y sólo puedo decir que, por designio de Dios, mi corazón descansó en él, porque pude abrir lo que estaba sucediendo en nuestro monasterio de un modo, creo, que hasta entonces Dios no había querido que abriese; os confieso que había hecho algunos otros intentos, pero todo, una vez más, me confirma que el tiempo y la hora son de Dios. Me insistió en que era un tiempo en el que había que orar intensamente para saber discernir en verdad qué quería el Señor de nosotras en este acontecer concreto.

Su invitación a orar y a esperar en Dios me llenó de alegría, y vuelvo a afirmar que, sobre todo, el corazón descansó. Sin duda que en este camino y en este momento necesitábamos más que nunca ser acompañadas, porque sólo en obediencia podríamos seguir avanzando en el designio de Dios, bajo el impulso del Espíritu de Jesús, en total transparencia y filial confianza ante la Madre Iglesia, en cuyo seno hemos nacido y queremos vivir. En este nuevo paso, llevábamos bien grabadas a fuego las palabras de santa Clara: «Vivid siempre fieles y sujetas a los pies de la Madre Iglesia». El 27 de junio llegó la contestación del Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada. Nos llenó de gozo su respuesta paternal y llena de caridad. En ella nos decía: «Este Dicasterio ha decidido acoger la instancia en espera de que la Comunidad llegue serenamente a una mayor claridad respecto a lo que se sienten llamadas a realizar. Tal concesión es válida por tres años, con el ruego de enviar anualmente una relación a este Dicasterio». Volvimos a tener un encuentro, y el Sr. Arzobispo me manifestó su gozo por esa acogida del Dicasterio a nuestra petición, y con más fuerza me insistió en la necesidad de ir definiendo lo que estábamos viviendo, y me dijo: «Madre, creo que esta realidad nos desborda; necesitaríamos un buen canonista de la Madre Iglesia que nos ayude a dar forma y a expresar esta “realidad ya hecha cuerpo”… Sois muchas hermanas y la Congregación, ante “una solicitud muy particular”, como os decía en su respuesta, os pide que os vayáis definiendo… Si quieres, me pongo en camino y llamo a la puerta de un canonista en el que he pensado».

Ante ellos, Madre Blanca y yo, en la medida que el Espíritu nos permitía, abrimos con sencillez nuestro corazón, ciertamente no buscando discernimiento sobre nuestra vida personal, sino sobre lo que Dios estaba obrando en la comunidad. Ellos no trataron más que de ayudarnos a buscar la voluntad de Dios en este peregrinar bajo el soplo del Espíritu. A lo largo de este año hemos tenido los encuentros necesarios con el Sr. Arzobispo. Él me repetía: «Sin prisa, Madre, pero hay que trabajar y avanzar en este discernimiento». Yo le preguntaba con mucho temor y respeto: «¿Usted cree que es la hora de presentar esto, padre?» Y para que en nada nos buscáramos a nosotras mismas, seguimos dejando este discernimiento abierto a nuestra amadísima Iglesia, a quien debemos todo lo que somos y tenemos, sin pretensión ni prisa, porque nada nos impedía ya, en el hoy de su gracia, ser de Cristo y querer cada día más su voluntad. Como veis, creemos que en esta realidad en la que nos hemos visto inmersas no ha habido ninguna planificación previa, sino que hemos querido ir dando respuesta a lo que el Señor iba y va haciendo. Primero la «obligación» de vivir en otro lugar por el número de hermanas y, por tanto, de escribir a la congregación; y después ni siquiera fuimos nosotras las que llamamos a la puerta de nuestro Sr. Arzobispo pidiéndole discernimiento en este momento; creo que ni nos atrevíamos, aunque lo deseábamos con todo el corazón. Todo pertenece a Jesucristo, también el tiempo de espera. Era necesario que su designio sobre nosotras fuera madurando. Nosotras somos las primeras sorprendidas por este designio de Dios Como ya sabéis, junto a la afluencia de vocaciones, a la vez se fue dando otro fenómeno. Sobre todo a partir de 1994, comenzaron a venir, sin convocarlos, numerosos grupos, peregrinos sedientos en cuyo corazón ardía un deseo: «Queremos ver a Jesús» (Jn 12,21); querían compartir la fe y, por ello, los locutorios del monasterio se abrían para dar testimonio, y también se invitaba a la oración. De Roma nos pidieron hacer una estadística de este acontecer, y calculamos que en seis meses habían pasado catorce mil personas, sin contar las visitas privadas de las hermanas; la mayor parte de ellos eran jóvenes en búsqueda.

Ahora entendemos mucho más por qué nos han impactado siempre estas palabras de Juan Pablo II pronunciadas en Ávila a las contemplativas en 1982: «Consientan vuestros monasterios en abrirse a los que tienen sed. Vuestros monasterios son lugares sagrados y podrán ser también centros de acogida cristiana para aquellas personas, sobre todo jóvenes, que van buscando una vida sencilla y transparente en contraste de la que les ofrece la sociedad de consumo». Sentimos que nuestra llamada es ser por entero esposas de Cristo, consagradas, con la misión de ser una casa abierta, posada del Buen Samaritano, para hacer presente, en la comunión, a Jesús Resucitado a tantos peregrinos que llaman día y noche a nuestra puerta, y así los que están sedientos y heridos puedan encontrarse con Jesucristo Redentor y experimentar que han sido acogidos en la oración y presentados al Padre, esperados como hijos por la Madre Iglesia; queremos ser lugar de encuentro para avivar en comunión nuestra fe, hasta hacer arder el deseo de santidad como plenitud de vida. Y este peregrinar de gente sigue sucediendo cada vez más. Nosotras no hemos elegido el modo de dar la vida.

En nada sentimos negación de un carisma radiante. Creemos firmemente en la vocación íntegramente contemplativa; es más, creemos que es la corriente subterránea que sostiene todo vivo y cuida el florecer de todas las realidades de la Iglesia; esto, hemos tenido el privilegio de verlo y vivir en ello. Es imposible sentir la negación de un carisma radiante como es el de las Damas Pobres de Santa Clara, que en su seno ha generado grandes santos en la Iglesia; no se trata de una negación, sino de una afirmación de un designio concreto de Dios sobre nosotras. Sólo tenemos agradecimiento por todo el bien recibido A nosotras mismas, pobrecillas, no deja de sorprendernos esta llamada y, sobrecogidas y agradecidas, nos sentimos impulsadas a corresponder al don de Dios.

Por ello, nos postramos conscientes de la gran responsabilidad que conlleva este momento, pero vivimos en la plena confianza de que el que inició esta obra, Él mismo la llevará hasta el fin. Suplicamos vivamente vuestra oración, para que no malogremos su designio sobre nosotras y nos dejemos siempre hacer por Él. Sólo tenemos agradecimiento hacia la Orden Franciscana por todo el bien recibido, agradecimiento que esperamos saber transmitir a las futuras generaciones, porque en la voluntad de Dios no hay ruptura de corazón. Perdonadnos el sufrimiento que, sin pretenderlo, o a causa de nuestra fragilidad, os hayamos causado. Pedimos a Dios seguir viviendo en comunión, ofreciéndonos unos por otros. Que la Virgen María, Madre y Maestra nuestra, interceda por todos. Gracias, Jesucristo, gracias, Madre Iglesia, gracias, hermanas. Siempre una vida: Jesús y su voluntad,

Hermana Verónica Mª

A los altares con 16 años

Aprueban las «virtudes heroicas» de Faustino Pérez Manglano

Si se probara un milagro por intercesión suya, Faustino se convertiría en el beato más joven en la historia de la Iglesia en Valencia.

Actualizado 14 enero 2011

AVAN

El Papa Benedicto XVI ha firmado hoy el decreto de virtudes heroicas del joven valenciano Faustino Pérez Manglano que murió a los 16 años de edad en 1963, con lo que se le declara “venerable” y avanza su proceso de beatificación.

El Pontífice ha aprobado el decreto esta mañana instantes después de haber firmado también el reconocimiento de un milagro atribuido a la intercesión del Papa Juan Pablo II, cuya  beatificación tendrá lugar el próximo uno de mayo, en la fiesta de la Divina Misericordia.

Faustino Pérez Manglano se convierte así en el valenciano que alcanza a edad más temprana el titulo de “venerable”, según han indicado a la agencia AVAN fuentes de la delegación diocesana para las Causas de los Santos.

Benedicto XVI ha firmado el decreto este viernes en el transcurso de una audiencia con el cardenal  Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. El decreto reconoce  “las virtudes heroicas del Siervo de Dios Faustino Pérez-Manglano Magro, alumno y postulante de los Padres Marianistas, nacido en Valencia (España) el 4 de agosto de 1946 y muerto el 3 de marzo de 1963”.

A partir de este momento, el proceso de canonización de Faustino Pérez Manglano continuará con el fin de “conseguir probar un milagro atribuido a su intercesión y así poder ser elevado a los altares como beato”, han añadido las mismas fuentes. En ese caso, también Pérez Manglano “se convertiría en el beato más joven en la historia de la Iglesia valenciana”.

Más de 400 testimonios sobre su intercesión

Desde el inicio de su causa de beatificación, se han registrado más de 400 testimonios sobre la intercesión de Faustino, según su biógrafo, el sacerdote marianista José María Salaverri, que fue profesor suyo en el Colegio Nuestra Señora del Pilar, en Valencia. La vida de Faustino, que ha sido publicada en numerosos idiomas, “ha ayudado a abundantes vocaciones sacerdotales y religiosas, como lo prometió él mismo el último día antes de morir, y hoy jóvenes de todo el mundo lo tienen ya como ejemplo de vida cristiana”, ha señalado Salaverri.

La fase diocesana del proceso de beatificación de Faustino Pérez Manglano se inició en 1986 y concluyó en 1991. El pasado año 2010 el congreso de teólogos de la Santa Sede aprobó las “virtudes heroicas” y trasladó la causa al congreso de cardenales y obispo del Vaticano que, tras su ratificación han propiciado la firma del decreto hoy por parte del papa Benedicto XVI.

Biografía de Faustino Pérez Manglano

Faustino Pérez Manglano nació el 4 de agosto de 1946 en Valencia y fue alumno en el colegio del Pilar desde 1952. En 1961 la enfermedad de Hodgkin deteriora rápidamente su salud, pero «él asumió su muerte con naturalidad después de dar un testimonio excepcional durante toda su vida y hasta el último momento», según Salaverri.

Faustino falleció el 3 de marzo de 1963, a los 16 años. El profesor Salaverri asegura que su alumno «practicó en vida las virtudes teologales y cardinales en un grado superior, convirtiéndose en un auténtico misionero que, incluso tras su muerte, misiona, allí donde alguien se pone en contacto con él». En realidad, «su vida estuvo llena de síes  a la Virgen, a una existencia consagrada a  Dios, al sufrimiento y también a la muerte», según Salaverri.

Los libros sobre la vida de Faustino Pérez Manglano se han publicado en varios idiomas. Así «Los panes y los peces de Faustino», sobre sus últimos días ha sido traducido recientemente al polaco. Otra obra de Salaverri, «Los cuatro síes de Faustino», ha sido editada, entre otras lenguas, en kinyarwanda, la lengua nacional de Ruanda, y el libro » Tal vez me hable Dios» ha sido publicado en italiano, francés, húngaro, polaco, portugués e inglés. Por su parte, la escritora sueca Katarina Johanson ha publicado en su país otro libro para niños sobre la vida de Faustino. Existen además biografías de Faustino en albanés y en papiamento.

Sobrevivió a un aborto

Sin embargo, Claire Culwell ama a su madre biológica

Sobrevivió a un aborto, fue dada en adopción… hoy habla «en honor» de su hermana gemela que murió

Su madre quedó embarazada a los 13 años. Le practicaron un aborto cuando tenía cinco meses de gestación. Sin embargo, al mes descubrió que…

Actualizado 16 enero 2011

Matthew Cullinan Hoffman/Notifam

La joven Claire Culwell dice que cuando ella fue a visitar su madre biológica por primera vez, le entregó una tarjeta que leía: “Gracias por escoger la vida para mí.”

La joven Culwell, que ahora tiene 21 años de edad, fue criada en un hogar pro-vida y cristiano luego de ser dada en adopción. Ella quería expresar su gratitud a su madre biológica por haberla traído al mundo. Aunque su madre lloró lágrimas de felicidad al momento de su encuentro, las palabras escritas en la tarjeta provocaron una reacción distinta que la que la joven Culwell esperaba.

“Lo que al principio era lágrimas de mucha felicidad se convirtieron en lágrimas de mucha tristeza también,” dice la joven Culwell. Su madre entonces le explicó a ella las circunstancias de su nacimiento: ella había sobrevivido un atentado de aborto, un aborto que había terminado con la vida de su hermana gemela.

La señorita Culwell cuenta su historia para La Red de Difusión Cristiana (Christian Broadcasting Network/CBN) en los Estados Unidos de América durante una entrevista, en que explica que su madre quedó embarazada a la edad de 13 años, y fue llevada por su madre a una clínica de aborto, donde el procedimiento letal fue llevado a cabo a los cinco meses de gestación.

Sin embargo, la joven Culwell dice que, pasado un mes, era claro que su madre no había regresado a su estado normal. Luego de consultar de nuevo con el abortista, a ella se le dijo que ella había tenido gemelas, y que solamente una de las gemelas había muerto durante el aborto. Dos semanas más tarde, ella parió a la joven Culwell.

La señorita Culwell habla ahora de sus experiencias como una sobreviviente de aborto en iglesias y ante otros grupos, y dice que ella habla “en honor” de su hermana gemela que no sobrevivió.

“Muchos me han preguntado si siento ira, o si me siento disgustada, y yo digo que ‘no,’ porque mi madre biológica es, con toda probabilidad, mi heroína más grande, porque ella no tenía que haberme contado todo. Fue debido a su valentía, su fuerza y su abnegación, que las vidas de otras personas están siendo cambiadas,” le dijo la señorita Culwell a la CBN.


“El aborto no solamente afecta a una sola persona. Tiene un efecto de dominó. Y aunque eso pasó, ello se ha convertido en algo tan hermoso,” ella añade. “Realmente Dios me ha enseñado a depender de Él, que esto no se trata solamente de mí. Se trata de Él, de su gracia, y del regalo maravilloso de la vida que no has dado. Aunque parezca que la vida es algo que damos por sentado, porque la tenemos, es un regalo. Él es capaz de hablar por medio de mi historia y por medio de la historia de mi madre biológica, de la historia de mis padres, y de compartir este regalo con el mundo.”

Pregunta inquietante sobre los últimos tiempos

Programa sobre el Apocalipsis

Una pregunta inquietante sobre los últimos tiempos sobrevoló el plató de «Lágrimas en la lluvia»

El espacio de cine y debate que dirige Juan Manuel de Prada abordó la segunda venida de Cristo y el dramático periodo que la precederá.

Actualizado 14 enero 2011

C.L./ReL

«La palabra Apocalipsis proviene del verbo griego kalypto, que significa velar, ocultar, al que se añade la preposición apó, equivalente a nuestro prefijo des-. Apocalipsis significaría, pues, “des-envelamiento”; o dicho más con mayor propiedad: “Revelación”»: así lo explicó María Cárcaba en la presentación de uno de los bloques de Lágrimas en la lluvia, el programa de cine y debate que dirige en Intereconomía TV el escritor Juan Manuel de Prada.

Este viernes se emitió la película El séptimo sello (1956), de Ingmar Bergman, para ilustrar un debate pocas veces visto en televisión: el que atañe al último libro de la Biblia y las profecías contenidas en él sobre el Anticristo, los últimos tiempos, el fin del mundo y la segunda venida de Jesucristo, anunciada por Él mismo en los Evangelios.

La finalidad del programa la dejó clara Prada desde su presentación inicial, a saber, sacar de la tergiversación o del olvido esas realidades de la fe: «El Apocalipsis de San Juan, que es el Evangelio de las realidades últimas, ha sido confinado a la categoría de libro esotérico, de lectura poco menos que desaconsejada; y la Parusía ha desaparecido casi por completo de la predicación y de la catequesis».

¿A qué se debe ese silencio? Según el director de Lágrimas en la lluvia, «el espíritu de nuestra época prefiere soslayar cualquier asunto enojoso o aflictivo (y ya se sabe que la Parusía vendrá precedida de acontecimientos amargos). Así, se ha cegado la fuente de la esperanza cristiana: con lo que al cristiano de hoy se le condena a cultivar una fe desustanciada, perfectamente sustituible por un código de buena conducta y una vaga afirmación de trascendencia… una fe cobardona, acomodaticia e inane».

En torno a estas cuestiones debatieron cuatro buenos conocedores de la cuestión, tres de ellos sacerdotes: David Amado, licenciado en Filosofía y profesor en diversas instituciones eclesiásticas barcelonesas; Miguel Ayuso, presidente de la Unión Internacional de Juristas Católicos, catedrático de Derecho en la Universidad Pontificia de Comillas y director de la revista de pensamiento católico Verbo; José Carlos Martínez de la Hoz, del Opus Dei, doctor en Teología y postulador de diversas causas de canonización; y Gabino Uríbarri, jesuita y decano de la Facultad de Teología de la Universidad Pontifica de Comillas.

El debate

Los contertulios intercambiaron sus puntos de vista sobre cuatro aspectos de la cuestión: la significación misma del Apocalipsis, la figura del Anticristo, la Parusía y el alcance del «reino de los mil años» que anuncia el último libro de la Biblia.

Dicho texto debe recibir una interpretación literal, sostuvo Ayuso, aunque tenga en cuenta la carga simbólica propia de su género literario, que defendía Uríbarri; también discreparon sobre considerar lo un libro profético o no, respectivamente. En cuanto a su referencia evidente a las persecuciones, hacen referencia a que serán continuas como modo de «purificación constante» de los cristianos, afirmó Martínez de la Hoz, pero «se incrementarán al acercarse el final de los tiempos», precisó Amado.

El «hombre de pecado»

Y se incrementarán por obra del Anticristo «a quien muchos confundirán con un nuevo Mesías, que instaurará una impostura religiosa fundada en la adoración del hombre», había dicho Prada en su introducción. Y María Cárcaba desarrolló el punto, al dar cuenta de las interpretaciones más extendidas: «No será un hombre abiertamente demoníaco, al estilo de Nerón, Hitler o Stalin, sino que encubrirá su perversidad haciendo gala de una falsa humanidad. No será un personaje siniestro, sino que se mostrará virtuoso, aunque su fondo sea cruel, soberbio y mentiroso».

Pero la inquietante y gran cuestión que sobrevolaba continuamente el plató de Lágrimas en la lluvia es saber si quizá los nuestros son los últimos tiempos que describe el libro sagrado, en los que una gran apostasía precederá a la aparición del Anticristo, previa a la remoción del katejón u obstáculo que dificulta su tarea.

Ayuso defendió la interpretación de que la «bestia surgida del mar» del Apocalipsis tiene que ver con la realidad política («la potestad política anticristiana»), y la «bestia surgida de la tierra» es el pseudoprofeta, que sometería a un sacerdocio envilecido por el mal.

Algunos elementos de la actualidad surgieron entonces como referencia. Amado puntó a la «unidad de todos los pueblos del mundo en torno a un humanitarismo en el que la sobra la Iglesia. La idea de un hombre que se autorredime es formalmente propia del Anticristo». Y Prada recordó que la «religión del hombre» hoy ubicua ya fue anticipada por San Pablo.

Rey de las sociedades

En cuanto a la Parusía, todos los intervinientes coincidieron en que forma parte esencial de la virtud teologal de la esperanza. Nuestra vida es «nuestra oportunidad» para ganar el bien prometido, dijo Uríbarri, y el tiempo en el que tiene lugar «la invitación de Dios a la intimidad con Él», según Martínez de la Hoz.

Amado añadió que la segunda venida de Cristo es el signo de que Él es el señor de la Historia: «Jesús también quiere ser reconocido por las sociedades», no sólo por los individuos, de modo que su Redención sea también palpable en las comunidades.

En cuanto al reino de los mil años, Ayuso explicó que el milenarismo craso o carnal, que piensa en un reinado corporal y visible, está fuera de la doctrina de la Iglesia, y que ésta también desaconsejaba la enseñanza del milenarismo espiritual. No tiene sentido ese milenio si Cristo ha venido ya, sostuvo Amado, luego en todo caso sería antes de ese momento, y a modo recapitulación de a Iglesia en el mundo para «hacer palpable la Redención en la sociedad humana».

No quedó, pues, contestada al cien por cien la cuestión de si estamos o no en los últimos tiempos. Pero sí se extrajo del debate la idea de que las realidades escatológicas no pueden seguir permaneciendo fuera de la cosmovisión de los cristianos y de la predicación de la Iglesia. Frente a esa amputación, sostuvo Prada, «se alza la visión que nos ofrece el libro de San Juan, que a la vez que nos anuncia los acontecimientos luctuosos que precederán al fin del mundo nos brinda la esperanza del triunfo final».

 

 

Beatificación de Juan Pablo II el 1 de mayo

Será el día de la Solemnidad de la Divina Misericordia

Benedicto XVI aprueba la beatificación de Juan Pablo II que se celebrará en Roma el 1 de mayo

El Papa firmó este viernes el decreto de beatificación, presentado por el Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Amato.

Actualizado 14 enero 2011

Europa Press

La ceremonia de beatificación de Juan Pablo II tendrá lugar el próximo 1 de mayo, después de que Benedicto XVI haya firmado este viernes el decreto de beatificación, presentado por el Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Amato.

Así, según ha declarado el portavoz de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, la ceremonia de beatificación se celebrará el 1 de mayo de 2011, día de la Solemnidad de la Divina Misericordia.

La firma del Papa era el único paso que faltaba para dar ´luz verde´ a la beatificación de su predecesor, después de que los 30 purpurados y obispos que forman parte de la Comisión de este dicasterio aprobara el pasado miércoles un milagro por intercesión de Juan Pablo II.

Se trata de la curación de la monja francesa Marie Simon Pierre, que padecía desde 2001 la enfermedad de Parkinson, la misma que sufrió Juan Pablo II en sus últimos años.

La religiosa superó, dos meses después de la muerte del Papa en abril de 2005, todos los síntomas del Parkinson de forma «inexplicable» según las autoridades médicas de la comisión de beatificación. La hermana Marie Simon ha sido la pieza clave para el proceso de beatificación del antecesor de Benedicto XVI.

El milagro de la hermana Marie Simon, atribuido a Juan Pablo II, sufrió un parón en el mes de marzo del año pasado, cuando uno de los médicos externos consultados por el dicasterio sostuvo que el milagro no estaba suficientemente documentado.

Sin embargo, el cardenal Angelo Amato señaló entonces que «había suficientes milagros» catalogados, un total de 251 atribuidos al antiguo Papa y que el proceso de beatificación seguía adelante, aunque finalmente el milagro de la curación del Parkinson de la hermana Marie dio buenos resultados y fue considerado por la comisión de expertos como válido para continuar el proceso.

El 13 de mayo de 2005, el mismo Benedicto XVI anunciaba en la Basílica de San Juan de Letrán el inicio del proceso de beatificación de su predecesor, que comenzó oficialmente el 28 de junio de 2005, dos meses después del fallecimiento del Pontífice, gracias a la dispensa concedida por Benedicto XVI para que la causa pudiera empezar sin necesidad de esperar a los cinco años de rigor que deben transcurrir entre el fallecimiento de una persona y el comienzo de su causa.

Esta dispensa fue concedida también por Juan Pablo II para beatificar a la Madre Teresa de Calcuta, cuyo proceso comenzó menos de dos meses después de su fallecimiento y que fue beatificada seis años después, en octubre de 2003.

El sacerdote polaco Slawomir Oder fue nombrado por Benedicto XVI como postulador de la causa de beatificación de Juan Pablo II y se inclinó por la curación de la religiosa francesa como el milagro que decidiría si el llamado ´Papa viajero´ sería elevado a los altares.

Juan Pablo II fue nombrado ´Venerable´ y reconocidas sus virtudes heroicas el 19 de diciembre del año 2009, el primer paso para el proceso que le llevará a los altares. Después de su beatificación, será necesario un segundo milagro para que sea declarado definitivamente como «santo» y entrar así en la lista de los santos de la Iglesia.

De qué me quejo

Pensar por libre

Después de ver este vídeo, hice un propósito que no podré cumplir: no quejarme nunca de nada…

Y el caso es que hace unos días aconsejé a un colega amigo mío que nunca hiciese propósitos «negativos», de esos que empiezan con la palabra «no».  Así que rectificaré el propósito: cuando tenga ganas de quejarme, trataré de acordarme de Rosa.

El rescate de los «esclavos» de la pornoadicción

Jennifer Case: «Jesús salvó mi vida»

Una ex actriz XXX se convierte y emprende el rescate de los «esclavos» de la pornoadicción

«Si ustedes están viendo pornografía o son adictos a ella, están tratando de llenar un vacío interior que sólo Dios puede llenar», advierte.

Actualizado 13 enero 2011

Gilberto Pérez/ReL

La medicina ha añadido ya a su lista de adicciones, encabezada por las consabidas a las drogas y al alcohol, la del sexo. Su poderosa industria esconde tras de sí, el drama de no pocas personas cuyas vidas han quedado seriamente comprometidas. Arruinadas en muchos casos. Sin embargo, “sanarse” de esta patología y transformar la propia vida es una empresa realizable.

Ese es el caso de Jennifer Case, una ex actriz porno que abandonó este “pervertido y pervertidor” negocio hace tres años gracias a Jesucristo y que hoy, aún en la lucha por recuperarse de sus devastadores efectos, ayuda a que muchos dejen la adicción.

Case no esconde el grave daño que el porno ha causado en su vida. En una entrevista concedida a The Porn Effect, revela que fue traumatizada, abusada, oprimida y que estuvo enredada en drogas. Incluso físicamente se contagió de enfermedades de transmisión sexual: “Abandoné Hollywood porque me enfermé con clamidia. Me dolía tanto mi abdomen que tuve que volver a casa”.

¿Es posible salir?

Preguntada sobre cómo pudo recuperarse de los efectos que su “profesión” dejó en ella, Case responde que “la única manera en que yo pude recuperarme de aquello es teniendo a Dios en mi vida. Dios me da la esperanza que no tenía antes”. Tras admitir que los últimos años “han sido duros, pero que han valido la pena”, revela los elementos clave de la fórmula para salir del problema: “el constante apoyo de los demás, la oración, la Palabra de Dios, y mucho amor”.

“Lo más difícil -admite en la entrevista- ha sido tratar de romper los viejos hábitos y tratar de tener un ‘trabajo real’. Se trata de aprender una nueva forma de vida, una mejor manera de vivir. Creo que mi recuperación es una cosa permanente y que toma mucho tiempo. Estuve metida en eso muchos años y había una gran cantidad de daño causado. Hoy sé mucho más acerca del porno que cuando lo estaba haciendo”.

“Jesús salvó mi vida, su amor es increíble”

Jennifer Case reconoce que “Jesús era la única manera en la que podía salir y permanecer fuera para siempre”.

“Jesús salvó mi vida. Su amor es increíble. Nunca había experimentado el amor de esa manera. Fue tan intenso que a veces me duele. Mi mente está siendo renovada todos los días por Él. Todas las mentiras que rigieron mi vida están siendo reemplazadas por la verdad, por la Palabra de Dios. Me había dado cuenta de que Dios era mi padre y que me cuidaría. Él comenzó a arreglar las cosas que se habían roto en mí”, señala.

“También creo que ahora soy una mejor madre por todo esto. Yo no habría hecho nada de esto si no fuera por mi hijo pequeño. Quiero que sepa la verdad sobre la pornografía y cómo tratar a las mujeres con respeto”, agrega.

Una sanación que dura toda la vida

A pesar de los grandes logros, Jennifer es realista y asegura que Dios aún no ha terminado su trabajo con ella. “No creo que Él ya lo haya terminado. Él todavía está trabajando en mí”.

“Creo que la parte más difícil ha terminado, pero todavía tengo que sanarme y es probable que ello tome el resto de mi vida. He aprendido a vivir una nueva forma de vida y he estado aprendiendo cómo Dios trabaja. Una de las cosas que más sanan es ayudar a otros afectados por el porno. Llegar a los demás me ayuda a sanar. El amor de Dios llena ese vacío ahora. Cuando yo estaba atrapada en el porno m dije a mi misma que si alguna vez salía (yo pensé que nunca) que me gustaría tratar de ayudar a las mujeres de ese mundo. No había ayuda alguna para mujeres como yo. Soy una apasionada de ello”, agrega.

“Por favor, dejen de mirar pornografía”

Y sí que lo es. Case no se cansa de advertir, denunciar y, sobre todo, alentar a los que experimentan la esclavitud de esta adicción. “Hombres, ¡Dios los ama! Yo también los quiero y siempre rezaré por todos ustedes, para que se rompan las cadenas”, dice. “Ustedes son esclavos de la pornografía tanto como cualquier estrella del porno”.

“Si ustedes –continúa– están viendo pornografía o son adictos a ella, están tratando de llenar un vacío interior que sólo Dios puede llenar. Siempre que ustedes ven pornografía, están haciendo que el vacío sea más grande y destruirán sus vidas”.

La ex estrella les pide que consideren que “hay una persona real al otro lado de las imágenes que ustedes están viendo, y que ustedes están destruyendo su vida y las vidas de sus hijos”. El porno es “una droga, un veneno y una mentira”, advierte.

“Cada película porno tiene la hija de alguien en ella. ¿Y si fuera su niña? ¡En realidad, ustedes pueden estar asistiendo a la muerte de alguien! Actrices y actores pornos mueren todo el tiempo de SIDA, de sobredosis de drogas, a causa de suicidios, etc. Por favor, dejen de mirar pornografía”.

Y si alguien cree que la oscuridad es su destino, Case asegura que “Dios los llevará a la luz para detenerlos y sanarlos”.

Las 10 mejores películas de cine espiritual en 2010

miércoles, 12 de enero de 2011
Alfonso Méndiz


JesucristoEnElCine.blogspot.com

Como cada año, Peio Sánchez, Director de la Semana de Cine Espiritual, nos ofrece su valoración de las diez mejores películas desde el punto de vista espiritual. De bastantes de ellas hemos hablado en este blog.

Nuevamente presentamos la lista del cine espiritual más interesante del último año. Se trata de aquellas películas estrenadas durante el 2010 en España que destacan por la mirada al ser humano en perspectiva trascendente. Lo que supone, un acercamiento al misterio de Dios desde grandes cuestiones humanas como la libertad, el perdón, la acogida del otro, la belleza, la irrupción de lo extraordinario, la conversión y la lucha contra el mal, el testimonio, el coraje de vivir y la búsqueda de la esperanza.

1. Invictus (estreno 29 enero) de Clint Eastwood

En tiempos difíciles para la esperanza (¿hay algún tiempo universalmente fácil para ella?) Invictus nos presenta un referente de resistencia en la figura de Nelson Mandela. Las primeras secuencias de las películas nos muestran casi sin palabras un pueblo roto y enfrentado por la dura experiencia de la segregación (apartheid) racial. Los blancos detentando el poder están encerrados en la autosuficiencia, los negros ilusionados con el cambio también están cerrados en la venganza. Y en medio un hombre que en su voluntad firme, a pesar de su debilidad, cansancio y soledad, les unirá recordándoles que el perdón es un arma poderosa que libera el alma.

Basada en el libro de John Carlin, Playing the Enemy cuenta cómo se desarrolló el Mundial de Rugby del año 1995. Mandela, con una sabiduría que fraguó en sus 27 años en prisión, entendía que el deporte concentraba las emociones de la gente con mucha más rotundidad que el discurso político. Cuando faltaba un año para el Mundial Mandela decidió que el rugby, el deporte de los blancos, era la apuesta de la reconciliación e inició la campaña “Un equipo en un solo país”. Para ello contó con la ayuda de Francois Pienaar, el capitán de la selección, al que pidió ayuda para lograr que los negros se identificaran con el equipo de rugby. Ya en la final, a la que a duras penas llegó Sudáfrica, se presentó Mandela vistiendo la camiseta de la reconciliación, como confesó uno de los jugadores: «En ese momento nos dimos cuenta que había un país entero detrás nuestro, y que este hombre tuviera puesta la camiseta de los “Springbok” era un signo, no sólo para nosotros, sino también para toda Sudáfrica, que tenemos que unirnos, y tenemos que unirnos hoy». Y de aquella gesta que ayudó a construir un pueblo nos habla la película traspasada por el perdón y la reconciliación que nacen del alma.

2. The Blind Side (estreno 18 junio) de John Lee Hancock

Esta sencilla historia que coloca en el papel del buen samaritano a una madre y su familia, confirma que hay un tipo de público fiel a estas películas marcadas por el crecimiento en la bondad de las personas, la posibilidad del cambio y la superación, el impulso transformador de la experiencia cristiana y la vigencia de la familia en medio de fuertes transformaciones sociales.

Basada en una historia real, que comenzó siendo una artículo periodístico y terminó en un bestseller, es más una película televisiva que cinematográfica. La consecución del Oscar a la mejor interpretación femenina haya supuesto el empuje definitivo para su pase por las pantallas y las televisiones de todo el mundo. Lo que hemos de agradecer, ya que dentro del cine netamente comercial, nos ofrece una aproximación sincera a los valores cristianos y familiares.

3. The secret of Kells (estreno 20 agosto) de Tomm Moore y Nora Twomey.

No es una casualidad que haya sido nominada para los Oscar de animación del 2010. The secret of Kells es una preciosa propuesta cargada de valores educativos y con posibilidades pastorales que es un pequeño regalo para los jóvenes espectadores, que vivirán con el pequeño monje Bredan unas aventuras llenas de fantasía que permitirán profundizar más allá de la proyección.

Realizada en base a dibujos hechos a mano, tiene su inspiración en el colorido y las de los manuscritos iluminados del medioevo irlandés, aunque también aparecen las influencias de Matisse y de los dibujos de Hayao Miyazaki quedamos asombrados por la riqueza y el despliegue visual que nos ofrece. El cruce de la historia irlandesa, las leyendas y mitología celta, los temores infantiles, las metáforas de nuestro tiempo y una innominada referencia cristiana dan lugar a una mezcla cargada de significados y propuesta de sentido.

4. Lourdes (estreno 31 marzo) de Jessica Hausner

La directora austriaca Jessica Hausner realiza este acercamiento a algunos aspectos de la experiencia creyente desde la perspectiva provocadora de los milagros. La sinceridad del planteamiento y la honradez de la búsqueda merecen el reconocimiento que esta película tuvo con los premios Signis y el Fipresci del Festival de Venecia.

La propuesta de Lourdes es especialmente interesante porque sin vanalizar la posibilidad de la sanación, entra en el tema del sufrimiento y sitúa tanto el dolor como la curación ante la opción del sentido y la confianza de la fe. Así la película respira autenticidad de fondo y se convierte en emocionante sin caer en lo espectacular. En ella la fe aparece como plausible a pesar de una cierta rigidez de las formulaciones. El sufrimiento del alma está ligado al cuerpo pero se concreta en la infelicidad marcada por la soledad y la ausencia de futuro. La única pregunta definitiva sería de qué necesitamos ser curados y quién nos puede curar.

5. Crónicas de Narnia 3 (estreno 3 diciembre) de Michael Apted

Gran éxito de público la tercera entrega de las Crónicas de Narnia: La travesía del Viajero del Alba. En esta ocasión con más fidelidad al relato original y sin que el relato de aventuras desdibuje la profundidad del mensaje que C.S. Lewis quiso trasmitir en este relato fantástico para niños y para los que no lo son tanto.

La nueva entrega supone una giro en la concepción de la serie que vino motivado por el fracaso comercial de la segunda parte, Crónicas de Narnia: El príncipe Caspian. Ahora bajo la producción de Fox y Walden Media, el director Michael Apted realiza una adaptación fiel e inteligente a la vez que actual de este clásico de la literatura infantil. Lo interesante de esta tercera parte es que se mantiene en la misma línea de la primera: ofrecer un relato de aventuras atractivo a la vez que con interesantes claves de sentido. Nuevamente la película permite una doble lectura. Por una parte un amable relato de aventuras bien contado, con guiños a las otras entregas de la serie, despliegue imaginativo de efectos especiales y personajes entrañables que emprenden procesos sugerentes. Todo ello sin perder el pulso a una historia que se hace divertida y emocionante. Y además para los que buscan algo más hay un abundante despliegue simbólico al que ya nos han acostumbrado este tipo de relatos.

6. La última cima (estreno 4 junio) de Juan Manuel Cotelo

Documental sobre Pablo Domínguez, sacerdote y decano de la Facultad de Teología de San Dámaso, es ante todo una expresión audiovisual para decir “sólo Dios y nada más que Dios”. El director y actor Juan Manuel Cotelo ha conseguido, en éste su segundo largometraje, mostrar al Invisible a través de un medio paradójico, este documental a mitad de camino entre la realidad y algo que está más allá de ella. Hay, pues, inspiración en esta película que nos muestra la vida de este sacerdote que no deja de apuntarnos desde su humanidad desbordante al Trascendente cercano y el silencioso hecho Palabra y Presencia.

Desde hace tiempo lleva este director creyente buscando un estilo provocador y directo que transparente lo esencial del misterio de la fe de forma actual y significativa, existencial y comunicativa. El carácter testimonial se expresa marcando el protagonismo del propio director-narrador que sale mirando al objetivo y provocando al espectador. Así como de tantas personas que conocieron al protagonista y desde las que reconstruimos su vida.

7. El concierto (estreno 12 marzo) de Radu Mihaileanu

Se confirma, Radu Mihaileanu sigue siendo un cineasta de garantía desde el punto de vista del cine espiritual. Películas como El tren de la vida (1998), la emocionante Vete y vive (2005) y ahora El concierto se plantean la cuestión de Dios, en este caso tras la búsqueda de la armonía en un mundo convulso.

Lo acertado de este cineasta rumano es la combinación de amabilidad, denuncia, entretenimiento y profundidad antropológica. A través del género fronterizo de una comedia dramática realiza la denuncia de la violación de los derechos humanos en el comunismo soviético, planteada más como una desviación de lo humano que como una cuestión política. Porque en definitiva, el interés de sus personajes siempre se concentra en la posibilidad de girar el alma hacia la bondad.

8. Visión (estreno 24 septiembre) de Margarethe Von Trotta

En el siglo de las Cruzadas y del arte gótico, en el tiempo de cátaros y albigentes, en la época de los enfrentamientos entre el sacro imperio romano-germánico y el Papado, cuando se iniciaron la primeras escaramuzas entre fe y razón surge Hildegarda de Bingen que escribió una obra enciclopédica, compositora y autora teatral, predicadora y reformadora monástica que como mística se sentía enviada por Dios. Margarethe Von Trotta se fijó hace bastantes años en la vida de esta monja benedictina que se le presentaba como mujer revolucionaria que vivió de una extraña inspiración. Visión. La vida de Hildegarda de Bingen es la película que intenta presentar su historia con un deseo sincero de adentrarse en los motivos y el carácter de esta mujer. Un empeño histórico difícil, una mirada biográfica compleja y una experiencia religiosa inefable de los que la directora sale airosa aunque con una propuesta no fácil de digerir.

9. The way (estreno 19 noviembre) de Emilio Estévez

El director y el protagonista principal, Martin Sheen, son padre e hijo y se han planteado este proyecto cinematográfico desde su mutua búsqueda espiritual. Por un lado el padre y actor como católico convencido y practicante y, por otro, el hijo y cineasta como buscador en proceso. El resultado es una película enormemente interesante tanto para el público creyente como para todos los que se encuentran explorando en torno al sentido espiritual. La excelente interpretación del elenco de protagonistas de un grupo variado y dispar de peregrinos, el ritmo del camino lleno de incidentes y confesiones personales, la plasmación de la belleza de los paisajes y la elocuencia de una variada banda sonora son los principales atractivos de una película que es recomendable para todos los públicos. Los que han hecho El Camino rememorarán su experiencia, los que no lo hicieron se animarán a intentarlo y para los que ya no lo pueden hacer será una forma de recorrerlo.

10. Vivir para siempre (estreno 28 octubre) de Gustavo Ron

La nueva película de Gustavo Ron supone un salto cualitativo destacado en su carrera cinematográfica (Mía Sarah, 2006) tanto por la profundidad temática como por la madurez expresiva. Vivir para siempre emociona y cuestiona, da que pensar e invita a sentir, hace participar del sufrimiento pero renueva los deseos de vivir. Marcada por una intención claramente espiritual invita a enfrentar los grandes interrogantes de la vida y de la muerte desde la perspectiva de un muchacho de 11 años.

Basada en el libro Esto no es justo de Sally Nichols nos cuenta una historia de enfermedad y muerte, en este caso una muerte anunciada en los primeros planos. No se trata de mirar al sufrimiento sino de buscar los resortes profundos de la persona para levantar el vuelo. Así el proceso de la enfermedad es mostrado como el tiempo oportuno donde el pequeño y, lo que es más nuevo argumentalmente, los que le rodean, hacen un proceso para mirar el dolor como posibilidad de ser traspasado, la despedida como ocasión de profundidad en los motivos para vivir. Película realizada para conmover que no cae en el sentimentalismo, sino que contiene los sentimientos dosificándolos para enmarcarlos en la apertura al sentido y a la esperanza. Película para pensar, donde se plantean las preguntas impresentables sin anticipar didácticamente las respuestas.

Enlaces relacionados:

Las mejores películas de cine espiritual en 2009, en 2008 y en 2007

Sólo queda el visto bueno de Benedicto XVI

Los cardenales aprueban el milagro necesario para la beatificación de Juan Pablo II

Tras analizar los documentos de la Comisión Médica y Teológica sobre la curación del parkinson que sufría la religiosa francesa Marie Simon Pierre.

Actualizado 12 enero 2011

ReL

La Comisión del Colegio Cardenalicio ha dado su aprobación para que Juan Pablo II sea beatificado, probablemente este año, después de analizar los documentos de la Comisión médica y teológica sobre el milagro de la curación de la enfermedad del parkinson de una religiosa francesa.

Según informa el diario ´La Stampa´, los cardenales han analizado los documentos de la Comisión Médica y Teológica, que concluyó que la curación del parkinson que sufría la religiosa francesa Marie Simon Pierre no podía explicarse más que por intercesión de Juan Pablo II.

La religiosa superó, dos meses después de la muerte del Papa en abril de 2005, todos los síntomas del parkinson de forma «inexplicable», según las autoridades médicas de la comisión de beatificación.

La hermana Marie Simon ha sido la pieza clave para el proceso de beatificación del antecesor de Benedicto XVI. Ahora tan sólo falta la firma de Benedicto XVI para que el decreto de beatificación sea completamente aprobado, por lo que se piensa que su antecesor será beatificado este año.

El problema que se presenta ahora es saber cuándo será la ceremonia de beatificación, que será celebrada en Roma. Este tipo de ceremonias se celebran siempre en domingo, por lo que podría ser el domingo 3 de abril, un día después del aniversario de su fallecimiento, o el 16 de octubre, día en que fue elegido como Pontífice.

La impresionante figura del Padre Pío

Actualizado 10 enero 2011

Juan García Inza

He visto que en un Blog de la Página se habla del Padre Pío. Me he alegrado por la importancia que este santo tiene en la Iglesia. Pero no me importa insistir sobre el tema, ya que se lo merece y lo necesitamos.

La Editorial LibrosLibres ha publicado un excelente trabajo de José María Zabala que considero de gran interés. En él se habla del  Padre Pío en vida, y su enorme actividad  después de muerto. Es impresionante el poder de intercesión que Dios le cocedió en la tierra y sigue manteniéndole  en el cielo. Estoy seguro que quien lea este libro quedará impresionado.

Traigo aquí una entrevista que José María Zabala, el autor, concedió al periódico La Razón . Y aprovecho la ocasión para felicitar al autor por su extraordinario trabajo.

MADRID – Para escribir sobre el Padre Pío de Pietrelcina (1887-1968), elevado a los altares en 2002 en la ceremonia de canonización con mayor número de fieles de la Historia, había que conocer el lugar donde aún se guarda memoria viva del capuchino italiano. José María Zavala se desplazó hasta allí. Nadie en San Giovanni Rotondo le ha olvidado.

– ¿Cómo se le recuerda en el convento donde pasó casi toda su vida?
– Con inmenso cariño. Hay fieles que siguen percibiendo el intenso perfume de sus estigmas como la mejor señal de que nunca les abandona, esa misma fragancia que dejó helado a más de un incrédulo.

– ¿Quedan muchas personas que le trataran íntimamente?
– Pocas, pero he tenido la gran fortuna de entrevistarlas. Como sor Consolata, una monja de clausura de 95 años que me recibió en el convento para relatarme episodios tan inolvidables como desconocidos. Nunca se lo agradeceré lo suficiente. Igual que a Pierino Galeone, sacerdote octogenario con fama de santo, a quien el Padre Pío curó milagrosamente tras la Segunda Guerra Mundial. Todos ellos rompen por primera vez su silencio para hablar del Padre Pío en este libro.

– ¿Expresan alguna idea común?
– Todos coinciden en que él hizo lo mismo que Jesús en la tierra: convirtió a los pecadores, sanó a los enfermos, consoló a los afligidos… Cargó con la Cruz durante toda su vida para redimir a los hombres del pecado.


– ¿Quién fue el Padre Pío?
– Un regalazo que Dios hizo a los hombres en pleno siglo XX para que sigan creyendo en Él. Es imposible acercarse con sencillez y sin prejuicios a su figura y permanecer insensible. Conozco a mucha gente cuya fe estaba muerta por falta de obras y que por intercesión suya está ahora muy cerca del Señor.

– ¿Hay una relación entre sus horas de confesonario y los estigmas?
– «Todo es un juego de amor», decía él. De Amor, con mayúscula, por el prójimo; él sabía muy bien que lo mejor se compra siempre al precio de un gran sacrificio. El Padre Pío vivió «crucificado» durante cincuenta años con estigmas en manos, pies y costado que sangraban a diario. Semejante sufrimiento moral y físico era un medio infalible para liberar a muchas almas de los lazos de Satanás. Por eso mismo se pasaba a veces dieciocho horas seguidas en el confesonario.

– Como un  nuevo cura de Ars…
– Ahí radica la grandeza de este hombre de Dios. San Giovanni Rotondo, donde vivió y murió, sigue siendo hoy un auténtico camino de Damasco por el que millares de pecadores retornan al Señor. Es el primer sacerdote estigmatizado en la Historia de la Iglesia, y con unos carismas que le hacen muy especial.

– «Haré más ruido muerto que vivo», comentó un día. ¿Qué quiso decir?
– Habría que preguntárselo a los centenares de personas en todo el mundo que por su intercesión siguen hoy convirtiéndose y/o curándose milagrosamente de una enfermedad mortal. Muchos de ellos aportan sus impactantes testimonios en este libro.

– Usted recoge algunas conversiones impactantes…
– Gianna Vinci me relató en Roma uno de esos milagros que le dejan a uno boquiabierto. En cierta ocasión, una mujer enferma de cáncer rogó a su marido, agnóstico, que la llevase a San Giovanni Rotondo, pues había oído que el Padre Pío obraba milagros. El hombre puso una condición: esperaría fuera de la iglesia. Así que entró sola la madre con su hijo de diez años. Gianna Vinci estaba allí y lo vio todo. La mujer se arrodilló en el confesonario del Padre Pío mientras éste indicaba al niño que avisase a su padre. El chiquillo obedeció: «¡Papá, te llama el Padre Pío!», le dijo en la puerta. Pero aquel rapaz… ¡era sordomudo! Emocionado, el padre acabó confesándose y su esposa quedó curada del cáncer al instante.

– ¿Cuál es el secreto de la popularidad de este santo?
– El Amor por los demás, insisto. El Padre Pío sigue recogiendo hoy los frutos de su siembra desde el Cielo. En Italia pude sentir el gran cariño que la gente profesa a este pedazo de santo. Al regresar a Madrid, mientras facturaba las maletas en el aeropuerto, un policía empezó a poner pegas. Pero en cuanto vio el retrato del Padre Pío que llevaba para un amigo, me dejó pasar con una sonrisa. «¡Menudo salvoconducto!», pensé.

– ¿Qué significa este libro en el conjunto de su bibliografía?
– Es sin duda mi obra más importante. Nunca había sentido tantos deseos de compartir con los lectores una experiencia que me ha marcado de por vida. Dicen que cuando el Padre Pío levanta un alma ya no la deja caer más. Pues eso mismo he comprobado yo en mi propia carne. Invito a todo el que quiera, por muy escéptico que sea, a conocer a este hombre de Dios. Le aseguro que no quedará indiferente.

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