La grave complicidad de los líderes de la iglesia durante el Covid

Una manifestante sostiene una pancarta en una manifestación por la libertad en Bournemouth, Inglaterra,

Los líderes de la Iglesia, comenzando con el Papa Francisco y el Vaticano, han sido silenciosos y cómplices frente a los graves errores cometidos en los últimos dos años, cada uno perfectamente resumido en la imagen de arriba.

En el caso del Vaticano, ha cometido estas injusticias en su propio territorio, haciendo cumplir algunos de los mandatos de vacunación más estrictos del mundo, incluso cuando se acumulan pruebas de que estas vacunas representan riesgos considerables para la salud, especialmente para los jóvenes, y la amenaza del virus, una vez grave según los modelos científicos, retrocede.

Después de haberse lavado las manos durante mucho tiempo de cualquier preocupación por los pinchazos contaminados por el aborto, el Vaticano incuestionablemente estuvo de acuerdo con los poderes fácticos seguidos por la mayoría de los obispos del mundo. Eso podría haber sido comprensible al principio, pero esta posición no cambió.

No importan las grandes injusticias, las dificultades innecesarias y el sufrimiento causado a millones de personas por la locura de los confinamientos y los mandatos de vacunas.

Los líderes de la Iglesia permanecieron en silencio sobre las políticas, pero no antes de convertirse en cómplices: cometiendo injusticias contra las almas de sus rebaños cerrando iglesias durante largos períodos, imponiendo restricciones al culto, prohibiendo a los no vacunados de los sacramentos en algunos casos y, más recientemente, respaldando mandatos de vacunas groseramente injustos y sancionados por el estado.

Las ovejas se sintieron abandonadas por sus pastores cuando sus obispos fijaron su mirada en la salud física y el pensamiento grupal masivo en lugar del bienestar eterno de las almas y el sentido común, una orientación mundana que se ha estado gestando durante décadas, pero que alcanzó la mayoría de edad durante COVID.

La historia no mirará con buenos ojos a los líderes de la Iglesia durante este período, menos aún si permanecen en silencio y cómplices a medida que continúan surgiendo más detalles de políticas de salud pública injustas y deshonestas de los últimos dos años.

Autor: Moral y Luces

Moral y Luces

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