MILES DE FIELES SUBEN AL PODBRDO PARA ORAR POR LA PAZ Y LAS INTENCIONES DE LA VIRGEN

Se reunieron miles de fieles a los pies de la Gospa, bajo una intensa lluvia, con el frío y el barro. Decir que hubo cinco mil, diez mil, ¿o tal vez más? Imposible calcularlo, era una multitud innumerable. Se rezaron varios rosarios, con los hermosos cantos de Medjugorje que, pese a las condiciones climáticas adversas, sumergían en la oración a los presentes.

Fue hermoso ver cómo han respondido al llamado de la Virgen las familias con sus hijos, también tantas personas mayores y muchísimos jóvenes. De a poco se fueron cubriendo los espacios vacíos, la gente seguía subiendo al monte a rezar, y cuando nos dimos cuenta no había donde moverse. Momentos antes de la aparición, providencialmente dejó de llover, y todos nos pusimos de rodillas. El silencio envolvió todo el lugar, un silencio de presencia, un silencio fecundo, silencio de escucha…

Después de la aparición, que duró varios minutos, Marija Pavlović-Lunetti dijo que la Virgen había venido muy alegre y que nos ha agradecido por haber respondido a su llamado y por orar por sus intenciones. Marija también agregó que la Gospa dijo, en relación a la respuesta de los fieles a su pedido de subir a orar al monte: “No se arrepentirán ni ustedes, ni sus hijos, ni los hijos de sus hijos”. La Virgen oró por un largo tiempo sobre los presentes y nos bendijo a todos.

Este hermoso momento vivido hoy en el Podbrdo nos hizo recordar a muchos el clima que se vive en el Festival de Jóvenes o cuando llega cada nuevo aniversario de las apariciones. Todos emprendimos el descenso y el regreso a nuestros hogares y pensiones con el corazón lleno de alegría, esperanza y amor, dando gracias a Dios por todo lo vivido.

Fuente: Fundación Centro Medjugorje

Una familia que sabe reírse de sí misma

La descripción de su cuenta de Instagram dice así: “Somos Lola (‘85) y Javi (‘83). Tenemos 8 hijos más o menos. Y queremos reírnos de nuestras experiencias educativas”. Pero también podría aparecer Ígor, o las mil situaciones y amigos de los que nos habla Javier en esta entrevista.

Javier y Lola

Tu vida parece estar rodeada de contenido audiovisual ¿Por qué haces vídeos?

Estudié comunicación audiovisual y me encanta contar historias, emocionar a la gente y, sobre todo, hacerla reír. Si Jesucristo naciera en esta época quizá hubiera sido youtuber o cineasta, lo que pasa es que en su época no había medios; pero contaba historias (parábolas).

En tu cuenta de Instagram dices que quieres reírte de tus experiencias educativas ¿Sabrías decir cuándo, dónde o de quién aprendiste a reírte de ti mismo?¿Cuándo comenzó tu estrecha relación con el sentido del humor?

Cuando me preguntan esto siempre respondo que tener sentido del humor es tener el humor que corresponde a cada momento. Por eso no deberíamos confundir el sentido del humor con ser divertido.

Un día leí en internet que el humor es una expresión artística y estética que expresa la disconformidad de un fenómeno externo (ya sea una situación, una persona, un pensamiento político, una decisión del otro…). Esto me ayudó a entender que, para hacer parodias y reírse de algo, es necesario estar disconforme con algo. 

También me dio mucha paz porque a veces le preguntaba a Dios “¿Por qué soy tan pesimista con algunas cosas o me enfado cuando no acepto algo?”, y esa debilidad de estar disconforme ante muchas cosas, Dios la ha convertido en una máquina de churros para tener ideas divertidas. Con el humor expreso esa disconformidad y exageramos los problemas en los vídeos hasta llegar a un nivel absurdo.

¿Dónde te inspiras para el contenido de tus vídeos?

La vida misma: tengo ocho hijos (cuatro adolescentes), una mujer, apretones económicos, ajetreos, desorden, tentaciones, peleas, caídas… lo único que me falta es tiempo.

¿Cuándo contrataste a Ígor como teólogo abogado del diablo?¿De dónde ha salido este personaje?¿Es tu catequista ideal?

Igor nació de uno de los peores días de mi vida paternal. Fue durante la cuarentena. Un domingo de adviento tuvimos una cena apoteósica y un intento de comer dulces cantando villancicos. Los niños no paraban de pelear, decir tonterías, molestar… así que los mandé a la cama porque no podía más con ellos. 

Al día siguiente les puse una maratón de Harry Potter y les dije que no se movieran del salón hasta que terminaran todas las películas. Me fui de casa llorando porque había explotado interiormente, me desbordaba la familia, no podía con mi alma y encima me sentía acorralado porque sabía que mi obligación era mi familia y no quería estar con ella. 

Fui a la ermita del campus de la Universidad de Navarra rezando y ahí el Espíritu Santo me hizo ver que en la Última Cena los apóstoles también “estaban en otra onda”. En el Evangelio de San Juan hay cuatro páginas de Jesús hablándoles de lo que le iba a ocurrir y termina Felipe diciendo “Señor muéstranos al Padre y nos basta”. Jesús se lo dice suavemente, pero su comentario fue como “Felipe, ¿en qué piensas cuando te hablo?”. Si Jesús hubiese sido granadino, como yo, los habría mandado a todos a freír puñetas. Les habría puesto la maratón de Harry Potter y “ahí os quedáis”. Sin embargo, se queda y les dice que como no se han enterado de nada, ya vendrá el Espíritu Santo a encauzarles.

Me sentí reconfortado por ver la similitud de esta cena con la que había tenido la noche anterior. Y sabía que esto le estaba pasando a muchos padres durante el confinamiento. Escribí el guion y se lo enseñé a mi mujer. A ella le gustó. No quería hacer nada humorístico, pero también necesitaba un personaje que le diera contraste para que no fuera una chapa. Así que me inventé a Igor (sacado de la película El jovencito Frankenstein).

Este fue el primer vídeo que no quería sacar a la luz porque era muy personal. Lola me animó y resultó ser el vídeo con más visitas. La gente se lo descargaba y lo enviaba por WhatsApp. Luego me escribían algunos diciendo que me habían visto y, la verdad, agradecí a Dios y a mi mujer el apoyo. Si no hubiera publicado ese vídeo, muchas personas no le habrían encontrado sentido a la situación que estaban viviendo.

Esta fue la primera publicación donde aparece la religión y Dios. Igor no es un catequista, es mi conciencia; y, como tal, sólo me hace cuestionarme las cosas.

La familia de Javier y Lola… en una fotografía con humor

¿Hay algún texto o enseñanza de san Josemaría al que acudas de vez en cuando para inspirarte al hablar de la familia, de la educación o para mantener la jovialidad?

Las palabras de san Josemaría van dirigidas a todo el mundo (sea cristiano o no), sus enseñanzas pueden aplicarse a todos los hombres. En ningún momento he hablado del Opus Dei ni hay enseñanzas explícitas de su Fundador, pero sí considero que la formación que me ha dado la Obra (tanto cristiana como humana) está dentro de cada vídeo.

Tu producción audiovisual la haces junto con tu mujer, Lola. ¿Consideras que sois un tándem de la educación y la risa? ¿O más bien tú eres su ayudante? ¿O es ella tu ayudante?

En la producción audiovisual suelo escribir los guiones yo y luego ella me da la aprobación. Si veo que se ríe, entonces funciona. También me propone temas. Y siempre tenemos que estar los dos de acuerdo en las ideas que transmitimos.

Dependiendo del tema, cuando grabamos, solemos intercambiar los papeles para que cada uno interprete la debilidad del otro. Si uno es puntual, hace de impuntual; el ordenado hace de desordenado, el tranquilo de nervioso. Esto es muy divertido porque luego la gente nos da consejos y no se dan cuenta de que es pura ficción.

Viendo algunos de tus temas, como la puntualidad, los aniversarios de boda… ¿Hay vídeos de risa que han salido de algún enfado o conflicto y os ha servido de terapia de risas?

Muchísimos. De hecho hay uno en concreto en el que hablamos del silencio y tratamos de escribirlo juntos. Nos sentamos frente al ordenador y a Lola no paraban de llegarle WhatsApp, se levantaba a hacer algo, pensaba en voz alta, de pronto necesitaba recoger una cosa… me ponía de los nervios y no me concentraba. Así que escribí el guion relatando esa misma situación que estábamos viviendo. Y en la actuación nos salía muy natural (sobre todo mi enfado, que era casi real).

Pero las ideas no suelen salir tanto de conflictos sino más de preocupaciones. Y saber que hay gente con esas mismas inquietudes nos anima a pensar en los vídeos.

Dicen que a veces los hijos de militar salen hippies y al revés ¿Cómo llevan tus hijos el pequeño “Gran Hermano” al que les habéis invitado?

Hay que remarcar que estos vídeos no son un “Gran Hermano”, son una ficción y lo que ocurre en ellos no refleja la realidad que se vive en casa. Pero entiendo la metáfora.

A ellos les contamos las repercusiones que tienen los vídeos, los mensajes de la gente, el bien que hacen y aceptan de buena gana la participación. No obstante, les pedimos permiso por si hay algo que no les gustaría que se hiciera público.

También, dependiendo del vídeo, trato de evitar que se junten muchos a la vez, porque no son actores, son niños y es un suplicio grabar con muchos a la vez.

Ya casi no hacemos vídeos. Por falta de tiempo. Pero quedan ahí como una biblioteca, porque los temas son siempre los mismos. Se puede recurrir a ellos. Si se nos ocurre alguna idea o formato, pensamos la forma más cómoda de producirla.

Con frecuencia uno de tus temas es el de la supervivencia, el orden en casa y el reparto de tareas… Sobre todo cuando uno se queda solo al frente de una familia numerosa. ¿Es un tema habitual porque lo tienes dominado, porque estás aún aprendiendo o porque te piden consejos tus amigos?

Continuamente aprendemos en casa. Una familia es un laboratorio donde puedes probar diferentes herramientas educativas, porque como el amor es incondicional: puedes equivocarte como padre y te van a querer, puedes pedir perdón y perdonar.

Más que pedirme consejo, charlamos. Ayuda a desahogarse y ver que los demás también tienen hijos con sus más y sus menos. Hace dos días estuve con una persona que quería que le hiciera un trabajo, hablamos 10 minutos sobre ello y le pregunté por su familia. Como tiene hijos de las mismas edades que los míos acabamos hablando 40 minutos en la puerta sobre los adolescentes. Terminamos aprendiendo mucho el uno del otro.

Como profesor universitario, ¿aprovechas tus canales de humor para dar algunas clases?¿Qué aprendes de tus estudiantes que te sirva para educar en tu hogar?

No me gusta alardear en clase de los vídeos que hago en casa con los niños. Pero sí que les hablo a los alumnos de mis hijos en todas las clases. No me voy de ninguna clase sin haberlos mencionado. Creo que es fundamental hacer apostolado de la familia y que vean lo positivo y divertido que tiene.

Un día vino una alumna de último año a hacerme una pregunta sobre el futuro profesional. Me dijo que cómo podía hacer para trabajar en el cine y tener familia, porque es un mercado donde el ambiente y la exigencia no ayudan. Se puso a llorar y entendí que los alumnos necesitaban ver que la familia es un valor que está por encima del trabajo.

¿Qué ves en tu bola de cristal acerca de la familia?

Poniéndome pesimista veo que la familia es el objetivo del maligno. Cada vez me encuentro con más matrimonios e hijos con problemas (incluso dentro de familias con valores humanos y cristianos). En mi propia familia veo actitudes que mi mujer y yo no les hemos enseñado a los niños, pero el entorno lo favorece. Pero siempre me viene una frase a la cabeza (será Ígor) de Dios diciendo: “tú déjame a mí”.

Pero visto desde el otro lado, esas agresiones que sufre la familia van a poner de manifiesto el poder de Dios. Porque Él escribe con renglones torcidos. Y cuanto más nos debilita el maligno, más ayuda recibimos de Dios.

¿Qué tipo de mensajes sorprendentes te llegan en Instagram o en YouTube? ¿Qué les llama la atención?

Una vez nos escribió un padre de familia diciendo “Este vídeo lo necesitaba hoy. Muchas gracias”. Ese fue el mensaje más gratificante de todos los que habíamos recibido. Dices “ha merecido la pena el esfuerzo de escribir, grabar, editar y difundir”. Aunque lo vea una sola persona.

Y un mensaje gracioso fue de una señora que escribió “me encantaría estar en esa casa para divertirme tanto”, a lo que le respondí: “señora, soy granadino y el 99% del tiempo soy un ogro en casa. Usted está viendo el 1 %”.

Bisabuela de 101 (¡leíste bien!) inspira con su fe

Margaret agradece todas las bendiciones, gracias y beneficios que vienen con criar una gran familia en la fe católica

Ser parte de una familia numerosa puede ser una de las mayores bendiciones de la vida. Pero cuando John y Margaret Slonkosky se casaron, no tenían idea de cómo crecería su amada familia… y crecería junto con su fe.

La pareja tuvo 10 hijos, uno de los cuales, Patti Anne, es ahora la hermana Mary John, una dominicana de Nashville. Los otros nueve son Amy Louise, Mary Margo, John Paul, Mark Andrew, Tina Maria, Jessica Anne, Mimi Rose, Polly Anna y Edward Christopher. Los nueve se casaron y tuvieron 65 hijos entre ellos. ¡De estos niños, 41 están casados ​​y le han proporcionado a la señora Slonkosky 101 bisnietos!

Foto cortesía de la familia Slonkosky: ¡La mayoría de la familia presente excepto la bisabuela!
Slovenska karitas

Cuando Aleteia descubrió que la señora Slonkosky, mamá, abuela y bisabuela, tenía tantos bisnietos, quisimos averiguar más sobre esta increíble mujer que inspiró a generaciones a abrazar el amor de Dios y rodearse del gozo de la abundancia familiar.

Humildad en el corazón de la casa Slonkosky

Mientras que el nieto de la señora Slonkosky, Dominic, explicó que su abuela tal vez sería un poco reticente a hablar con nosotros porque es una mujer humilde, envió a su padre, Edward, para averiguar un poco más sobre su vida y cómo su fe jugó un papel importante, hasta el punto de ser parte activa en ayudarla a criar a su hermosa familia.

Esta mamá de 10 hijos no había planeado la cantidad de hijos que tendría, “más bien, fue humilde al diseño de Dios y aceptó los hijos que él tenía planeados para ella”. 

Sin embargo, abrazó a su gran familia mientras apoyaba a su esposo en el negocio familiar:

“Un recuerdo vívido para mamá fue que ayudó a su esposo con su negocio familiar, un estudio de fotografía de bodas. Hay retratos pintados al óleo de mamá para papá, desde el comienzo de su matrimonio. Así que parte del paisaje hogareño de los niños pequeños y los bebés era el caballete, las pinturas al óleo y los pinceles. La mamá tenía que evitar que los niños los volcaran. Estaba orgullosa de que solo tuvo que decírselo una vez y los pequeños se mantuvieron alejados del caballete. Pero esto refleja parte del sacrificio que estaba dispuesta a hacer en un esfuerzo por apoyar el negocio familiar y, por lo tanto, a la familia”, compartió Edward.

Foto cortesía de la familia Slonkosky: el bisabuelo con solo algunos de las generaciones más jóvenes.

Un beneficio del que se habla poco

Curiosamente, la bisabuela Slonkosky también habló sobre el beneficio de tener una familia numerosa en el que no pensamos a menudo. Eduardo compartió:

“Una de las gracias que mamá identificó con tener una familia numerosa fue que sintió que la mantenía en el espíritu de humildad, y necesariamente siempre orando, siempre teniendo una necesidad o una razón para estar de rodillas en oración”.  

La economía vista de otra manera

La señora Slonkosky pasó a abordar la situación financiera de la familia con su hijo. Es un problema que hace que muchas familias numerosas hagan lo que otros podrían ver como «sacrificios», pero que en realidad puede ser la experiencia más gratificante de nuestras vidas.

“Por el contrario, elegir no tener hijos aparentemente garantizaría más control sobre los asuntos financieros y tener más excedente financiero, pero a costa espiritual de tener menos necesidad de Dios, menos necesidad de depender de Él, menos necesidad de la humildad. estar predispuesto a la oración. No eran pobres, sino que siempre dependían de Dios.”

Por supuesto, había otros beneficios por tener una familia numerosa que no eran obvios desde el principio:

“Otra gracia o bendición que mamá reconoce fue la que vino después de invertir la primera parte de su vida en sus hijos. Fue la recompensa de tener a tantos de sus hijos adultos viviendo cerca de ella y siendo parte de su vida. Ella está con ellos y ellos con ella.”

Un medio para practicar las virtudes

Sin embargo, la señora Slonkosky también compartió con su hijo cómo criar una familia numerosa requiere que todos sus miembros practiquen una serie de virtudes:

“Tener una familia numerosa hacía que fuera muy difícil para ella, como madre, malcriar a un niño. La dinámica familiar de una familia numerosa proporcionó un entorno continuo para practicar la caridad, la paciencia y el desinterés, tanto de los padres hacia los hijos como con las interacciones de los hijos entre sí. La familia numerosa fomentó un fuerte sentido de orgullo familiar, relación y fraternidad, un deseo de estar juntos y continuar reuniéndose a menudo”.

Y finalmente, Edward compartió cómo al abrazar la fe, la gran dinámica de la familia se fue fortaleciendo:

“La dinámica de la gran familia también permitió que el carisma de la iglesia doméstica floreciera, creciera, arraigara y se desarrollara y se convirtiera en el centro de la vida. Nuestra fe y nuestro deseo de vivir nuestra fe han sido directamente impactados y cultivados por la dinámica de una gran familia. No éramos solo lo nuestro, ni nos sentíamos en libertad de hacer lo que quisiéramos. La idea de ser parte de algo más grande que solo nosotros mismos se reforzó a través de los miembros de la familia, especialmente a través de nuestros padres”.