Cómo no apegarse a la persona que nos ayudó en el proceso de conversión

María Álvarez de las Asturias, colaboradora de Aleteia, habla de un problema que puede afectar a las personas que descubren a Dios a través de alguien

Tú no eres creyente, pero un día vas a un retiro con unos amigos y recibes la gracia de encontrarte con Dios a través de esa experiencia.

Tú sí eres creyente, pero un día en unos ejercicios, retiro, charla, encuentro, adoración… recibes la gracia de escuchar a una persona y se te abre la puerta a una relación más cercana y profunda con el Señor.

Si has vivido esto, sabes que entras en un mundo nuevo: ese encuentro con Cristo o con el Espíritu Santo, te da nueva vida. Te llenas de una felicidad inmensa («¡Hemos encontrado al Mesías!», Jn 1, 41), te arde el corazón. Si te ha pasado, ¡da muchas gracias a Dios!

Generalmente, uno llega a este encuentro a través de mediaciones humanas: un sacerdote, un catequista, un profesor… Es normal sentir un agradecimiento enorme hacia la persona que te ha facilitado esta nueva relación con el Señor; y está bien ser agradecidos.

Corazón apegado

Al mismo tiempo, hay un cierto riesgo de que ese corazón encendido en el amor de Dios se quede también apegado a la persona que te llevó hasta Él; porque también es normal en nuestra psicología sentir un gran afecto hacia las personas que nos han hecho un bien grande, y llevarte a Dios es el más grande. De este modo, esa persona se convierte para ti en una figura de referencia muy importante.

Puede ser que algunos sacerdotes no sean conscientes de este efecto que causan en muchas personas. Si lo fueran, serían más prudentes ante algunos comportamientos que favorecen esos apegos y que, si no se cuidan, pueden derivar en enganches emocionales y también en abusos de conciencia.

En el Angelus del domingo 15 de enero de 2023, el Papa Francisco advierte de los peligros de estas situaciones. Y es que cuando el sacerdote, catequista, profesor… se ha convertido en esa persona de referencia, empieza a tener un gran poder de influir en el otro, que le admira y agradece lo que ha hecho por él y, de alguna manera, puede identificar su relación con el Señor con seguir todas las indicaciones del sacerdote; con vivir su fe dentro del grupo en el que encontró al Señor; con encerrarse en las relaciones y actividades de ese grupo.

Como Juan Bautista

El mejor ejemplo para hacer las cosas bien, como dice el Papa, es Juan Bautista que «abre la puerta y se va«. Y es que, poniendo como ejemplo al Bautista, el Papa nos indica que «una vez cumplida su misión, Juan sabe hacerse a un lado, se retira de la escena para dejar el sitio a Jesús».

«Ha predicado al pueblo, ha reunido discípulos y los ha formado durante mucho tiempo. Y, sin embargo, no ata a nadie a sí. Esto es difícil, pero es el signo del verdadero educador: no atar a las personas a uno mismo.» Papa Francisco

Y esto se concreta en ayudarles a madurar humana y espiritualmente, y ayudarles a entender que uno ha podido ser instrumento de la Providencia en un momento dado, pero a quien hay que seguir es a Jesús.

Dejar libres a los demás

El Papa nos recuerda la importancia de dejar libres a los demás, de «no atarlos a nosotros pretendiendo gratitud».

«Y aún más, siguiendo el ejemplo de Juan: ¿sabemos alegrarnos de que las personas emprendan su propio camino y sigan su llamada, incluso si eso implica un poco de desapego respecto a nosotros?… Esto es dejar crecer a los demás.»

Puedes leer aquí el texto íntegro del Angelus.

Sacerdote español llama al padre James Martin por su «doctrina envenenada» sobre la homosexualidad

Padre James Martin, SJ. | Crédito: Flickr por Shawn (CC BY-NC 2.0)

Por Walter Sánchez Silva

Personal de ACI Prensa, 24 de enero de 2023 / 14:30 pm

El padre Francisco José Delgado, sacerdote de la Arquidiócesis de Toledo en España y presentador del programa «La Sacristía de la Vendée» en YouTube, criticó al padre jesuita James Martin por una polémica publicación en Twitter sobre el «matrimonio» gay del Secretario de Transporte de los Estados Unidos, Pete Buttigieg.

La polémica comenzó con la acusación de que los gastos de viaje de Buttigieg como secretaria eran excesivos. El funcionario respondió que «viajó con su ‘esposo’ como otros altos funcionarios viajan con sus esposas», explicó Delgado.

Martin tuiteó «Pete Buttigieg está casado«, comentando un tweet de la Liga Católica, que decía que «es cierto que Peter Buttigieg está legalmente casado, pero eso es una ficción legal«.

El 22 de enero, Martin publicó: «Sorprendido de que esto recibiera tanta atención. Nos guste o no, Pete Buttigieg está legalmente casado«.

«Puedes estar en desacuerdo con el matrimonio entre personas del mismo sexo (o no). Pero @SecretaryPete está casado a los ojos del estado, y de su iglesia, tanto como cualquier otra persona. Afirmar lo contrario es ignorar la realidad», escribió el sacerdote jesuita, que también es consultor del Dicasterio para las Comunicaciones del Vaticano.

En respuesta a la controversia en evolución, Delgado tuiteó en respuesta a la publicación de Martin. «Puedes ir a su ‘iglesia’ y dejar de mancillar la de Cristo, profeta de Satanás», escribió.

Ola de críticas

El tweet de Martin provocó una ola de otras críticas en las redes sociales. El cardenal Wilfrid Napier, arzobispo emérito de Durban, Sudáfrica, señaló que solo porque el estado sancione algo no lo hace correcto:

«¡No hace mucho tiempo, el Estado consideraba que las personas de color eran menos que humanas y, por lo tanto, les negaban sus derechos humanos! ¡Arrepentido! ¡Eso no hizo que las personas de color fueran menos que humanas! De hecho, sólo Dios, nuestro Creador, podría hacer eso. ¡En cambio, eligió convertirse en humano para demostrar su punto!», tuiteó.

«Él no está casado a los ojos de Dios. Afirmar lo contrario es ignorar la realidad», tuiteó Sean K. Davis en respuesta a la afirmación de Martin sobre la relación de Buttigieg.

Adele Scalia, nuera del fallecido juez de la Corte Suprema Antonin Scalia, respondió: «De hecho, no te sorprende que esto haya recibido tanta atención. Lo tuiteaste por la atención que sabías que recibiría«.

‘Doctrina envenenada’

Delgado dijo en un comunicado a ACI Prensa, la agencia de noticias hermana en español de CNA, que «el padre James Martin, un jesuita estadounidense, tiene la costumbre de hablar en las redes sociales de una manera escandalosa contra la fe católica».

«Su tema favorito es la aceptación de todo lo que tiene que ver con la homosexualidad, no solo la tendencia o los actos, sino incluso el reconocimiento de las uniones homosexuales como verdaderos matrimonios», remarcó el sacerdote español.

El primer comentario de Martin en apoyo de Buttigieg, dijo el sacerdote español, fue que «‘Pete Buttigieg está casado’. Ante una declaración tan escandalosa, muchos católicos le han recordado que va en contra de la enseñanza de la Iglesia, e incluso le han preguntado si sería coherente y conferiría el sacramento del matrimonio (aunque Buttigieg no es católico, pero actualmente es episcopal)», continuó Delgado.

El sacerdote español señaló: «James Martin ha insistido en que el político ‘está casado a los ojos del estado y su iglesia, tanto como cualquier otra persona‘. Esto, dicho por cualquier católico, sería excusable si se debe a la ignorancia y, simplemente, habría que proceder a explicarle a esa persona cuál es la doctrina de la Iglesia».

Sin embargo, el sacerdote español señaló: «Martín no solo es un sacerdote jesuita, sino que también ocupa un puesto al servicio de la Santa Sede como consultor del Dicasterio para las Comunicaciones. Por lo tanto, con respecto a él no sólo hay espacio para una corrección que, por otro lado, muchos otros católicos ya han tratado de hacerle».

En realidad, «lo que sentimos los católicos y especialmente los sacerdotes es una terrible indignación por la actitud de este sacerdote abiertamente contraria a la enseñanza que debe defender y comunicar».

«Al hacerlo, causa un grave daño a la Iglesia y a los fieles más simples que, considerando su condición sacerdotal, piensan que lo que dice corresponde a la posición oficial de la Iglesia», lamentó el sacerdote.

Delgado recordó entonces lo que enseña la Iglesia Católica, concretamente lo establecido en el documento «Consideraciones sobre las propuestas para dar reconocimiento legal a las uniones entre personas homosexuales» emitido por la Congregación para la Doctrina de la Fe.

«En aquellas situaciones en las que las uniones homosexuales han sido legalmente reconocidas o se les ha dado el estatus legal y los derechos pertenecientes al matrimonio, la oposición clara y enfática es un deber«, afirma el documento del Vaticano en la Sección 5.

En conclusión, el sacerdote español invitó «al sacerdote Santiago Martín, si no está dispuesto a dejar de manchar el rostro de la Madre Iglesia con su doctrina envenenada, a irse lo antes posible, ya que no parece que los que tienen autoridad sobre él quieran hacer nada al respecto».

Esta historia fue publicada por primera vez por ACI Prensa, el socio de noticias en español de CNA. Ha sido traducido y adaptado por CNA.

Walter Sánchez Silva

Walter Sánchez Silva es redactor senior de ACI Prensa (https://www.aciprensa.com). Con más de 15 años de experiencia, ha informado desde importantes eventos eclesiales en Europa, Asia y América Latina durante los pontificados de Benedicto XVI y el Papa Francisco. Correo electrónico: walter@aciprensa.com

Un hombre machaca una hostia en la comunión: la reacción del sacerdote

Sucedió en París: tras recibir la Eucaristía en la mano, la rompió en pedazos y la tiró al suelo, una profanación a la que el padre Simón de Violeta respondió así

Es una escena de gran violencia espiritual que tuvo lugar el domingo 17 de enero de 2022 en la parroquia de Saint-Esprit, en la capital francesa.

Mientras el Padre Simón Fornier de Violeta, uno de los vicarios de la parroquia, distribuía la Comunión durante la Misa dominical, llegó un hombre y extendió su mano para recibir el cuerpo de Cristo.

Pero en lugar de llevársela a la boca, levantó la hostia a la altura de la cara y la rompió en mil pedazos antes de dejarla caer al suelo.

«Era la misa mayor de las 11 de la mañana que también corresponde a la segunda etapa del bautismo de los niños, había mucha gente», explica el padre Simón a Aleteia, todavía en estado de shock.

Cuando el hombre se acercó, el sacerdote no notó nada sospechoso. Todo sucedió muy rápido.

«¡Tomó la hostia, se llevó la mano a la cara y la aplastó como si fuera una patata frita!».

«Lo más grave»

Recuperándose, el sacerdote lo agarró por la chaqueta y lo llamó. Simplemente respondió: «Por Nadia», antes de mezclarse con la multitud.

«El acto fue por tanto pensado, premeditado», prosigue. «Tenía las manos un poco hinchadas, con algunas heridas, como es el caso de las personas que consumen drogas o alcohol en exceso. Pero él era plenamente consciente».

Rápidamente el sacerdote pidió a los fieles que retrocedieran para poder ir a buscar una copa para recoger lo que pudiera. «Me aseguré de que el cuerpo de Cristo no fuera más afectado de lo que ya estaba».

Profanation ce dimanche à la paroisse. Après l’avoir reçue, un homme brise l’hostie devant moi et la jette à terre. Prions pour lui, et pour que le diable cesse de s’acharner sur l’Église. pic.twitter.com/zgrkwh9Vmc— Père Simon de Violet (@PSdeViolet) January 16, 2022

«Profanar el cuerpo de Cristo es mucho más grave que el sacrilegio en una estatua o el robo de una colecta», recuerda el sacerdote.

«Es lo máximo de lo que hay más grave en términos litúrgico y sacramental. El cuerpo de Cristo es el tesoro de la Iglesia».

Ataques del demonio

Este comienzo de año ha estado marcado por varias profanaciones de iglesias en Francia.

El padre Simón ve ahí «oleadas de ataques del demonio» como ha habido a lo largo de la historia.

«Se desatan los poderes del mal, es una forma de probar a la Iglesia para que confíe en Dios y recuerde que el diablo ha sido vencido por Cristo. Y este hombre que aplastó la hostia estaba bajo la influencia del diablo».

Decidí llevar la hostia en la procesión de salida. Atravesamos el pueblo de Dios con el cuerpo quebrantado del Señor.

Al final de la misa, el padre Simón decidió explicar a la asamblea lo que acababa de suceder, «para los que no vieron la escena, pero también para los niños sentados en la primera fila que vieron todo sin comprender necesariamente el significado de este gesto».

«Decidí llevar la hostia en la procesión de salida. Atravesamos el pueblo de Dios con el cuerpo quebrantado del Señor. Hay algo profético y dramático en eso», explica el joven sacerdote.

Misa de reparación

Después de la misa, el párroco, el padre Arnaud Duban, puso la hostia en agua para diluirla.

«Luego rezamos una oración y mezclamos este agua con la tierra«, continúa el padre Simón.

«El cuerpo de Cristo no se tira, ni se rompe en mil pedazos», explica. Espiritualmente debe realizarse una misa de reparación.

Previeron celebrarla ese siguiente miércoles, 19 de enero. «Aprovechamos la oportunidad de esta tragedia para ayudar a los feligreses y niños que estuvieron presentes a tener un sentido correcto de la santidad del cuerpo de Cristo».

Hablar de ello, enfrentar el mal cara a cara

Como esta profanación no es insignificante, el padre Simón, de acuerdo con su párroco, decidió hablar de ello inmediatamente.

«Tomamos la decisión de ser transparentes por varias razones. El mal debe ser enfrentado cara a cara. Hay que nombrar las cosas«, dice el cura.

«También debería ayudarnos a venerar y respetar mejor el cuerpo de Cristo, aunque cuidando no caer en el victimismo y el comunitarismo», advierte.

«La Iglesia no se considera una comunidad entre otras, sino una comunidad universal. Siempre ha tenido cuidado de no encerrarse en ninguna forma de comunitarismo».

El sacerdote que acompañó a la princesa Diana la noche de su muerte

Critica la serie ‘The Crown’

El padre Clochard-Bossuet afirma que la recreación de la escena del accidente con fines comerciales es «asquerosa y ciertamente no necesaria»

El sacerdote que acompañó a la princesa Diana la noche de su muerte e incluso le dio la unción de los enfermos criticó The Crown por explotar comercialmente los trágicos hechos de la madrugada del 31 de agosto de 1997. La popular producción de Netflix recrea en episodios de su sexta temporada el fatal accidente de Lady Di.

Para el padre Yves-Marie Clochard-Bossuet, el uso del accidente de la princesa Diana en The Crown «es asqueroso y ciertamente no es necesario» porque falta el respeto a la memoria y la familia de la princesa y revive el trauma de sus hijos y familiares cercanos de forma gratuita.

El sacerdote considera, además, que los productores están «simplemente interesados ​​en atraer al mayor número de espectadores posible».

«Todos se verán afectados por la reconstrucción de este accidente.»

«Diana tiene hijos, tiene un hermano y hermanas, y eso afecta los sentimientos de toda su familia. Todos se verán afectados por la reconstrucción de este accidente. Todos conocemos los hechos; todo está muy claro, por lo que no hay necesidad de producir nuevas imágenes de este terrible evento».

El padre Yves-Marie, que es francés y acompañó a la princesa durante más de diez horas en aquella trágica noche, se pronunció el pasado 30 de octubre, en declaraciones al diario británico Daily Mail, con motivo del rodaje realizado en París la semana anterior para reproducir el accidente en el mismo túnel donde sucedió en la vida real.

Esa noche, Lady Di y su novio, Dodi Al-Fayed, estaban huyendo de la persecución de los paparazzi. Con ellos iba un guardaespaldas y el conductor, quien perdió el control del auto.

La noche del accidente y la llamada al padre Yves

La princesa fue trasladada al hospital parisino Pitié Salpêtrière, cuya dirección se puso en contacto con el padre Yves-Marie alrededor de las 2 a.m. le pide el contacto de un sacerdote anglicano. El padre no disponía de ninguno. Tres minutos después, el hospital volvió a llamarle pidiéndole que fuera él mismo de urgencia, porque la situación era «grave en un nivel extremo».

El padre Yves-Marie relata que acudió rápidamente al hospital, donde un intenso movimiento confirmó que no fue una noche cualquiera. 

A las 3:30 am lo llevaron al quirófano. El embajador británico lo saludó y le pidió que orara y esperara pacientemente.

Casi una hora después, a las 4:20, una enfermera lo llevó a otro piso, donde estaba nuevamente el embajador británico, ahora acompañado por el ministro del Interior francés, Jean-Pierre Chevènement. 

Después de unos minutos más, el padre Yves fue conducido a la habitación donde yacía el cuerpo sin vida de Lady Di. Se le pidió que permaneciera a su lado en oración hasta que llegara un pastor anglicano. Eran las 4:41 de la mañana. El sacerdote católico permanecería allí durante las próximas diez horas, acompañándola en oración y dándole los últimos ritos.

El cambio de opinión del padre Yves

En una entrevista posterior, el padre Yves reconoció que, hasta ese momento, su opinión sobre la princesa no era la mejor, dados los muchos escándalos de la realeza británica, sobre todo en materia de fidelidad conyugal.

Sin embargo, frente a su cuerpo sin vida, esa animosidad se disipó. El sacerdote dice que pensó en los niños pequeños de la princesa, quienes ni siquiera sabían lo que había sucedido. Y siguió orando y encomendando su alma a la misericordia del Padre Eterno.

Su experiencia, según él, fue muy intensa. Después de un tiempo, pidió permiso a sus superiores para realizar un retiro de oración en Medjugorje, pero antes de irse, decidió escribir una carta a la madre de la princesa, Frances Shand Kydd

El sacerdote lo cuenta:

«Tengo un primo inglés que me dijo que la madre de Diana era católica conversa y tenía una fe fuerte. Fue él quien me sugirió que le escribiera. Así que le escribí una carta muy formal, contándole todos los detalles. Quería decirle que las enfermeras habían hecho las cosas muy bien. No quedaba nada que desear, aunque todo se había hecho en una habitación de hospital y no en el Palacio de Buckingham. También le dije que había orado y permanecido a su lado hasta que llegó el príncipe Carlos».

La conversión de la madre de la princesa

En cuanto a la conversión de Frances Shand Kydd al catolicismo, cabe señalar que, entre los efectos personales de la propia Lady Di, encontrados en el Palacio de Kensington, se encontraba una copia del Catecismo de la Iglesia Católica. El hecho sugiere que ella también estaba interesada en la doctrina de la Iglesia.

En cuanto a la carta que el padre Yves le escribió a la madre de la princesa, pensó que sería solo una de muchas que no serían respondidas. Sin embargo,…

«Unos días después recibí una carta conmovedora. Ella me dio las gracias porque fui el primero en darle información directa».

La amistad del sacerdote con la madre de la princesa

De hecho, Frances Shand Kydd dijo que nadie más se había comunicado con ella y que estaba feliz de saber que un sacerdote católico había estado al lado de su hija en el momento de su partida de este mundo. 

La madre de la princesa también le pidió al sacerdote que celebrara una misa privada en el hospital donde murió Lady Di.

«Era difícil tener una misa privada sin que nadie lo supiera. Terminé teniendo éxito porque invitaron a otras personas en la misma situación, es decir, que habían perdido niños en accidentes. Había cinco o seis familias que habían pasado por cosas difíciles».

Unas tres semanas después, con Frances Shand Kydd, el padre Yves-Marie Clochard-Bossuet celebró la Santa Misa por el alma de la princesa Diana en el hospital de París.

A partir de entonces, se desarrolló una amistad duradera entre el sacerdote y la madre de la princesa.

Netflix se pronuncia

Respecto a la grabación de la escena que recrearía el accidente de la princesa Diana para la serie The Crown, las protestas y críticas del público y de las autoridades del Reino Unido fueron intensas -y muchas han llegado a reflejar el desacuerdo del padre Yves.

Ante la polémica, Netflix informó que la sexta temporada «mostrará el período anterior y posterior al accidente, pero esto no se mostrará».

De joven de vida disoluta al sacerdocio a través de Medjugorje

La historia de este sacerdote de 44 años es verdaderamente luminosa y conmovedora

Hoy compartimos una extraordinaria historia de muerte y renacimiento, la del joven disoluto que se convirtió en el padre David Costalunga.

«Parece imposible que el Señor me mirara, pensara en mí», le dijo a la reportera Mariella Gugole del diario italiano L’Arena. El sacerdote de 44 años, ordenado el pasado 8 de octubre en la familia Pasionista de Caravate (Varese, norte de Italia), experimentó un camino de 10 años.

Una juventud desperdiciada en vicios

Su juventud fue disoluta y entregada a los vicios: alcoholismo, desempleo frecuente, juergas nocturnas y relaciones turbulentas. Experimentó mucha soledad y sufrimiento, años de vacío y sinsentido, sintiéndose muerto por dentro. Como tantos jóvenes, estaba perdido y la cerveza se convirtió en su mejor amiga.

«Empecé a trabajar con 14 años y habiendo sido arrojado al mundo de los adultos, fui por el único camino que conocía: cerveza, discotecas, clubes nocturnos… y todo lo demás que me hizo morir por dentro», le dijo a Gugole. «No entendía que había perdido el sentido de mi vida, que estaba tirando toda mi existencia al viento», dijo al semanario italiano Verona Fedele.

El comienzo del renacimiento

Hay una persona, la madre de David, y una fecha, el 7 de febrero de 2012, que marcó el comienzo de su renacimiento.

«Habían pasado 20 años desde que había ido a la iglesia y mi mamá estaba muy enferma. No podía ni debía perderla. Ella era la única que me amaba. Solo ella derramó lágrimas por mí», le dijo al reportero.

Había tocado fondo y su hermana Bárbara lo convenció de ir en peregrinación a Medjugorje. Al principio solo pensaba en divertirse. «Estaba escéptico, vacilante. Ni siquiera entendía el motivo de este viaje», le dijo a Fedele. Pero entonces algo sucedió.

Al principio andaba bebiendo cerveza barata, pero luego le entraron ganas de confesarse y todo cambió.

«En esa confesión por primera vez me sentí amado, no me sentí juzgado, sino que descubrí que hay un Padre que me ama por lo que soy, con mis limitaciones y debilidades. Las lágrimas brotaron de mis ojos como ríos, una nueva vida comenzó ese día, nació un nuevo David».

En verdad, como dice el Papa Francisco , «son precisamente las lágrimas las que nos preparan para ver a Jesús».

Esa confesión en Medjugorje marcó el comienzo de su nueva vida.

David no se consideró digno de la mirada amorosa de Dios; había hecho demasiadas cosas, viviendo una vida disoluta sin un propósito. Pero experimentó a través del sacramento de la reconciliación que Dios es un Padre que nos espera con los brazos abiertos incluso antes de que le pidamos perdón. 

Su existencia después de su encuentro con Cristo estuvo nuevamente llena de sabor, luz y esperanza, las mismas características que exuda hoy, como le dice al reportero Gugole.

Ahora disfruto todo lo que hago (…) También hay quien duda. Aquellos que no han captado la belleza y el esplendor de lo que estoy haciendo y piensan que es una broma. En cambio, desde que descubrí la fe, descubrí a Jesús que vino a sacarme de mi infierno. Estaba muerto por dentro.

Felicidad recién descubierta

El padre David está feliz de ser sacerdote porque ha puesto su vida en las manos de Dios para servir a la Iglesia. Pronto partirá a una misión misionera en la casa pasionista en Tanzania. 

Le dijo a L’Arena:

Ahora, por la noche, no puedo esperar a dormirme para despertarme pensando en todas las cosas buenas que tengo que hacer, entregándome. Mi pasado me hace apreciar mucho la vida. Antes, cuando me despertaba me preguntaba: “¿Por qué vivir un día más?Quiero desaparecer, desaparecer.

«Mi pasado me hace apreciar mucho la vida.»

Siente que el Señor lo está llamando a ayudar a los jóvenes que están esclavizados por las adicciones, como lo había estado él.

«Hay jóvenes que están cansados ​​y confundidos. Se encierran y cuando les pregunto: ‘¿Por qué fumas marihuana?’, dicen: ‘Porque estoy estresado’. No tienen objetivo. Su celular y su sofá son su horizonte. (…) Soy duro con los niños, trato de despertarlos, sacudirlos.»

Gratitud

El padre David tiene un profundo agradecimiento a todos aquellos que lo han apoyado y formado. Sin embargo, lo primero y más importante es su familia y especialmente su madre, quien dejó este mundo el mismo año en que su hijo comenzó su cambio. 

«Una madre que va a la habitación de su hijo, le da un beso, le demuestra su cariño, su amor… que en definitiva no se rinde: aquí puede hacer un milagro.»

Le dijo a Gugole:

«Mi mamá era una roca. Ella nunca se rindió hasta el final. No puedo olvidar sus lágrimas, semejantes a las de tantas madres de jóvenes descarriados. Uno debe ser capaz de empujar a un joven al borde del abismo en la dirección opuesta. Una madre que va a la habitación de su hijo, le da un beso, le demuestra su cariño, su amor… que en definitiva no se rinde: aquí puede hacer un milagro.»

Y la historia de este hombre que una vez estuvo perdido y hoy es el padre Davide Costalunga es la prueba más auténtica de ello. Él dice: «Yo era un lobo y me convertí en pastor de las ovejas».

El milagroso encuentro de un sacerdote con la muerte

el día de los Ángeles Custodios

Un auto pasó por encima de él, haciendo que este sacerdote y excientífico reflexionara sobre las leyes de la física y los milagros

El 2 de octubre, como relató en su reciente publicación de blog, el padre John Bok del St. Anthony Friary  and Shrine en Cincinnati, Ohio, conducía para celebrar misa en una parroquia cercana cuando otro automóvil se desvió y se dirigió directamente hacia la puerta del lado del conductor.

El automóvil que se aproximaba, conducido por un adolescente que sufría un ataque epiléptico, golpeó un poste de metal doblado y salió volando por encima del coche del padre John, en lugar de chocar directamente contra él. Ni el adolescente ni el padre John resultaron heridos. 

Pese al hecho de que un coche se le acercara por la izquierda, el padre John ni siquiera se dio cuenta de lo que había sucedido en ese momento porque tiene mala visión periférica. Pero todo fue captado por la cámara de seguridad de una funeraria local y un amigo se lo mostró más tarde.

La experiencia, que ocurrió en la  Fiesta de los Ángeles Custodios, le dio mucho que pensar al exprofesor de ciencias: 

«Conduzco un Hyundai Sonata 2014. Según Google mide 4,83 pies de altura. ¿Por qué el poste estaba parado en ese lugar exacto unido a nada? ¿Según qué leyes de la física levantó el auto del niño casi 5 pies en el aire y lo envió sobre mi auto? Muchas preguntas. Ciertamente estoy agradecido a Dios. Continuaré preguntándome cuánto jugó Dios y cuánto jugaron las leyes de la ciencia en esta experiencia. Y me sigue haciendo gracia el hecho de que no me di cuenta de lo que pasó hasta que vi el video… Como siempre, Dios es bueno». 

La reflexión del padre John trae a la mente la relación amorosa y de mucho tiempo atrás que la Iglesia Católica tiene con las ciencias. Desde Copérnico hasta George Lemaitre (el padre de la teoría del Big Bang), ha habido innumerables pensadores católicos a lo largo de los siglos que aceptan el hecho de que la fe y la razón van de la mano, o en el caso del padre John, se unen en el lanzamiento de un auto sobre un auto. 

DE BANQUERO DE WALL STREET A SACERDOTE

Disfrutando del estilo de vida de un exitoso banquero de Wall Street, Daniel Rehill alquiló una casa en Amalfi, Italia, para el verano. Cuando una amiga de él quiso visitar Medjugorje, el lugar de las apariciones de Nuestra Señora al otro lado del mar Adriático, Daniel decidió ir con ella. A pesar de los privilegios y lujos de su trabajo, se volvió muy infeliz a lo largo de los años. Comenzó a tener pesadillas que eventualmente lo llevaron a meses de insomnio. En su primera noche en Medjugorje pudo conciliar el sueño, Daniel se despertó con una sensación increíblemente buena. Cuenta que la palabra paz no es suficiente para describir el sentimiento que tenía. Buscó un sacerdote ese día y se confesó, luego de 20 años de su última confesión y retornó a la Iglesia Católica.

En su testimonio para «Frutos de Medjugorje« , el Padre Daniel habló con Marija Jerkić sobre su conversión y el camino hacia el sacerdocio. Puedes ver su testimonio en el canal de YouTube Frutos de Medjugorje, y a continuación te la trascribimos en su totalidad:

Mi madre visitó Medjugorje alrededor de 1989. El prometido de mi hermana tuvo un terrible accidente y estuvo en coma por seis meses y decidieron ir a Medjugorje a orar por un milagro y esa fue la primera vez que escuché de Medjugorje. ¡Y sí, yo no creía! Cuando era niño, a la edad de 10 u 11 años, un sacerdote abusó de mí, entonces tomé la decisión consciente de que nunca volvería a la iglesia. Así que dejé la iglesia durante unos 20 años y decidí hacerme rico haciendo banca y dinero.

Después de la universidad me mudé a Manhattan y trabajé en Wall Street, gané mucho dinero, pero me volví muy infeliz, porque la felicidad no viene del dinero, sino de una relación con Jesús, y yo no sabía por qué era infeliz y estaba empezando a tener pesadillas, era la misma todas las noches: yo me ahogaba, pero también habían unos bebés a mi lado que también se ahogaban, pero no podía alcanzarlos. Entonces me despertaba y no podía dormir, no había dormido nada durante meses. Luego alquilé una casa en Amalfi, Italia. Una villa grande, para fiestas de verano con amigos y un día una de mis amigas de Nueva York dijo que iba a ese lugar llamado Medjugorje.

Me pidió que la acompañara porque no se sentía segura, ya que la guerra acababa de terminar. Y dije: Bueno, está justo enfrente de Italia, ciertamente es lo mismo que Italia, ¿verdad? Buena comida y buen vino…  será genial. Entonces, fui a Medjugorje en 1998 y cuando llegué a Medjugorje, después de un viaje duro, miré un poco a mi alrededor, en su mayoría mujeres mayores rezando el rosario, así que decidí: no pertenezco aquí, estoy cansado, me voy a dormir, y por la mañana encontraré un auto y me iré de aquí.

Me acosté y me desperté en la mañana siguiente con una inmensa sensación de bienestar, lo que sentía… realmente no puedo explicarlo porque hay que experimentarlo para saber de lo que hablo, pero si dijera paz, eso no sería no será suficiente. Sentí que todo estaba bien conmigo y con el mundo, conmigo, con Dios, con todo, y eso que aún no me había confesado, así que fue un regalo, un regalo maravilloso.

Cuando trabajas en Wall Street, es un trabajo implacable, tienes que ser insidioso para progresar, tienes que ser fuerte. Cínico, enojado, implacable, centrado solo en ti mismo, en su progreso, por lo que este estilo de vida trae caos interior a una persona. No hay Dios allí. Y como me sentía tan bien, pensé: ‘si así es quedarme en Medjugorje, me quedaré toda la semana’. Sabía desde niño que tenía que confesarme antes de poder participar plenamente en la Misa, así que fui a la iglesia a buscar un sacerdote, y sabía que tras 20 años desde mi última confesión, tendría que ser un sacerdote, muy misericordioso. Pensé en buscar a alguien que no me juzgara o me condenara.

Y afuera de la Iglesia estaba un sacerdote que hablaba con varias mujeres, contando chistes, todas se reían con él, y él estaba fumando un cigarrillo, un hombre de piel oscura y bien parecido, yo me dije, ‘este es el indicado, un verdadero sacerdote de Hollywood’,

me acerqué a él y le pregunté: ¿Me puedes confesar?

Él respondió: ¡Claro!,  y escuchó la confesión de veinte años de mi loca vida en Nueva York.

Finalmente me miró y dijo estas palabras muy inusuales: ‘Creo que tienes vocación sacerdotal’.

Lo miré y le dije: ‘¿Disculpa? ¿No entiendes inglés, no has escuchado mi confesión ahora?

Y él dijo: «Para Dios todas las cosas son posibles».

Le respondí: ‘Está bien, ¡gracias!’

No lo pensé más, seguí mi propio camino, continué toda la semana uniendo todos los puntos: Programa de la tarde con el rosario, Misa, confesión, escalar Križevac, Colina de las Apariciones, cruz azul, todo.

Volví a casa y las cosas empezaron a complicarse un poco porque ahora hay que ponerlo todo en práctica. Aquí en Medjugorje es mucho más fácil porque aquí todo el mundo lo hace, pero no todo el mundo en Nueva York vive así, así que tuve que distanciarme de algunos amigos que no tenían una buena influencia en mí. Me uní a la Asociación de Jóvenes Católicos de Wall Street, una muy buena comunidad de católicos practicantes. Iba al trabajo a pie todos los días rezando el rosario por la mañana, por la tarde y cada vez que caminaba. Iba a misa durante el almuerzo y en aproximadamente un mes viví una vida católica de calidad, ya sabes, no solo lo mínimo, sino más que eso.

En ese momento, uno de los sacerdotes de la parroquia se fijó en mí. No me había visto antes, así que me habló y me dijo: ‘Creo que necesitas un guía espiritual’. Estuve de acuerdo y empezamos a reunirnos una vez a la semana y lo primero que dijo fue: ‘Tienes que empezar a orar y preguntarle a Dios si eso es lo que quiere de tu vida. Porque tal vez, nunca preguntaste, ¿verdad?’

Dije: ‘No, nunca pregunté’.

Y comencé a orar: ‘Señor ¿Quieres que me quede en mi trabajo o que haga otra cosa?’

Oré por eso durante una semana, volví donde el sacerdote y le dije: ‘Él no me respondió, obviamente quiere que me quede allí’.

El sacerdote fue sabio y me dijo: ‘¡Examinemos un poco tu vida! Así que durante 20 años dejaste la Iglesia, ignoraste a Dios, luego volviste a la Iglesia y luego oraste durante una semana y no te respondió. ¿Es eso así? ‘

Respondí que así era. Me preguntó: ‘¿No crees que eres un poco impaciente?’

Dije: ‘Tal vez’.

Me aconsejó que siguiera orando y entonces ore por un mes, ore por seis meses, ore por un año. Dieciocho meses después de esa oración diaria, el 5 de noviembre de 2000, estaba sentado en un banco después de la comunión para la misa dominical y escuché una voz que decía: ¡Ven, sígueme!‘ me di la vuelta y no había nadie alrededor y luego me di cuenta, ‘¡Oh, bueno, eres tú!’ Así que todavía tienes una voz. Y dije: «Está bien, voy detrás de ti, no sé a dónde vamos, pero voy detrás de ti«.

Al día siguiente tomé licencia por enfermedad, oré por esa intención y renuncié un día después. Y luego comencé a investigar cómo imitar a Jesús de una manera más concreta. Decidí estudiarlo todo como siempre lo hice y como aprendí en un ambiente de negocios. Entonces, hice tablas con todas las órdenes de la iglesia, carismas, lugares y duración de la formación. dominicos 12 años – ni loco!; Jesuitas 12 años – ¡de ninguna manera!; Legionarios de Cristo 12 años – no, demasiado tiempo…

Resultó que la formación de sacerdotes diocesanos fue la más corta, eran cuatro años. Decidí ser sacerdote diocesano. En ese momento, sin embargo, sucedió el 11 de septiembre y yo vivía a cuatro cuadras del Trade Center. Y entonces de repente no tenía trabajo, ni podía ir a casa, ya no podía vivir allí porque Manhattan estuvo cerrado durante dos meses.

Un sacerdote vino de Boston para celebrar la Misa de Sanación para las Viudas, un amigo mío estaba trabajando como cantor en ese momento y su esposa quería ir a esa Misa. Así que prometí llevarla. Fuimos a Misa y después de Misa, es decir, antes de comer, el cura dijo: ‘¡Quiero hablar con él, tráigalo!’

Llegó hasta mí, y literalmente me dice: ‘¿Qué estás haciendo con tu vida?’

Así me dijo, aunque fue un poco rudo, yo le dije: ‘Nada, no tengo trabajo ni casa’.

Y él dijo: ‘Tal vez el Señor te está llamando a Boston’. y luego se fue.

Su nombre es P. Tom DiLorenzo, aún vive y es el sacerdote más dinámico que conozco porque vive el Evangelio, literalmente lo vive.

Cuando me mudé, se produjo una fuerte ventisca. Me trasladé a Boston durante la fiesta de los Santos Arcángeles y a mediados de diciembre nos azotó una gran tempestad, el noticiero advertía: No salgan porque podrían morir.

Y un poco más tarde él me llama: ‘Danny, ponte la chaqueta, ¡vamos afuera!’

Y le dije: ‘Padre, dicen que podríamos morir’.

Y él dijo: ‘Tonterías, ¿sabes quiénes se van a morir esta noche? las personas sin hogar. ‘

Entonces, nos subimos a su camioneta y comenzamos a recoger a los desamparados. ¡Los recogiamos, los llevabamos a la iglesia y saliamos de nuevo! Los recogimos hasta que ya no quedó nadie en la calle. Y luego llegados a casa, cocinó albóndigas y mucho espaguetti. Les dio de comer a todos, y luego les predicó el Evangelio de como Dios los amaba, y luego les entregó unas mantas y les dice: ‘Quédense aquí’ , luego aumentó la calefacción, y dijo: ‘ en la mañana prepararé el desayuno’ .

De camino a la casa parroquial, le dije: ‘No sabía que los sacerdotes también estaban haciendo esto porque realmente es ayudar a la gente, no solo rezar’.

Él dijo: ‘Por supuesto que sí, no puedes rezar con alguien que está muerto’.

Entonces pregunté: ‘¿Por qué no lo hacen todos, por qué no lo hacen todas las iglesias?’

Él respondió: ‘Somos muy pobres, existe el don de la pobreza y por eso no nos importa que la gente nos robe las velas, nuestras puertas siempre están abiertas’.

Luego me aconsejó que redactara una solicitud para el seminario y la presenté, pero luego ocurrió un escándalo, el escándalo sexual en Boston. No sé si alguien es consciente de cuán grande fue el escándalo. Todos los días, una nueva historia se convertía en noticia de última hora y, por lo tanto, durante meses, simplemente la gente de Boston estaba exhausta. Los católicos se sintieron tan humillados, fue un momento difícil, y reviví esa experiencia mía de la infancia a medida que los recuerdos volvían.

Fue un tiempo doloroso, pero también un tiempo de sanación porque me permitió empezar a orar por los sacerdotes que hicieron cosas, que no habían hecho antes.

Sucedió que no fui al seminario en Boston, sino que terminé en una comunidad de ermitaños contemplativos en Nebraska. En cinco años me convertí en un ermitaño contemplativo y allí la mayor parte del día estabamos en oración.

El carisma de la comunidad es tan único, y es la Cruz. Todo el carisma se reduce a entregar la propia vida y presentarla a Jesús para obtener de nuestro sacrificio gracias que se envíen para la salvación de las almas. Esto es muy importante porque en el seminario te enseñan a ser un buen pastor, pero no te enseñan a ser el cordero del sacrificado. Y por eso hoy hay muchos sacerdotes que tienen dificultades con la entrega de su vida y con lo que les gustaría hacer para que la Iglesia se desarrolle y prospere.

Eso es lo que les falta a la mayoría de los seminarios, no puedo decir de todos, pero sí de aquellos en los que he estado. No parece que les enseñen eso. Y eso es lo principal cuando recordamos la misión de Jesús, Su misión se centró en ese evento.

Todos los años preparatorios [de Jesús] fueron importantes, pero fue ese momento [la cruz], el triunfo y redención. Y si el sacerdote no lo sabe, no podrá decir: con gusto lo haría, porque esto es lo más importante que Dios me pide hoy.

Decir: ¡Sí, me levantaré, iré a ese hospital!, incluso durante el COVID. Había muchos sacerdotes que tenían miedo de llevar la unción a los enfermos, y en el hospital dijeron: igualmente, no pueden entrar.

Yo tuve mucha suerte, pues les dije a las enfermeras: ‘Si ustedes pueden entrar en la habitación, ¿por qué no puedo yo?’ –  ellas dijeron: ‘es que tenemos una máscara especial que nos protege completamente la cara.’

yo les dije: ‘¡Consíganme esa máscara!’

Y así en Tennessee, donde trabajo, me hicieron una máscara y ahora puedo ungir a todos. Incluso si no eres católico, vendré a rezar contigo porque tengo una máscara especial.

Eso me hizo un poco de gracia y por eso les dije: ‘¿Saben qué?, mi máscara es mi bautismo, y estoy protegido por la Sangre [de Cristo], ¡déjenme entrar!’

Pasé un período importante de cinco años allí [comunidad de ermitaños] para aprender que esto es muy importante en la vida de un católico. Luego, regresé a Nueva York y parecía que nada iba a pasar.

Cuando los obispos me veían, decian: ‘¡Es muy viejo! Era un banquero de Wall Street, ¡no lo necesitamos!’

yo no tenía adónde ir, así que pensé: ‘¿Cómo terminará esto?’

Finalmente le dije al Señor: ‘Sabes qué, puede que me lo haya imaginado, puede que no tenga una vocación después de todo. Tal vez todo fue para mi propio desarrollo, para convertirme en una buena persona, por eso te devuelvo esta vocación. Es tuyo de todos modos. Si quieres que sea sacerdote, que me llame el obispo’.

Y lo dije como si nunca fuera a pasar, pero así sucedio. Dejé de buscar y volví al trabajo. Después de tres meses, un hombre con acento sureño me llamó y me dijo: ‘¡Hola!’

Respondí y me dice: ‘¿Eres Daniel Rehill?’

Confirmé y pregunté: ‘ Sí ¿quién eres?’ – y dijo: ‘soy el obispo David Choby de Tennessee.’

Y dije, ‘Oh, ¿en serio?’

Continuó: ‘Soy obispo aquí en Nashville, me gustaría conocerte’.

Me subi a un avión y nos conocimos. Él no es como la mayoría de los obispos que, ya sabes, le dan la mano a alguien y hablan durante unos minutos y luego te entregan al comisionado de vocaciones porque están muy ocupados.

Él Me recogió en el aeropuerto, yo le pregunte: ‘¿usted me va a recoger?’

Y él dijo: ‘¿Eso es un problema?’

Yo dije: ‘No, pero los obispos no reciben seminaristas en los aeropuertos, envían a alguien’.

Y él dijo: ‘Bueno, aquí somos diferentes’.

Me llevó a su casa donde vive solo y allí me quedé una semana, ¡en su casa!

Después de una semana me dijo: ‘Sabes, Daniel, creo que deberías venir a Tennessee y ser sacerdote aquí. Te invito. ‘

Estuve de acuerdo y terminé en Tennessee. Seis meses después me ordenó diácono, y después de otros seis meses, sacerdote. Así llegué a mí último paso hacia el altar, es decir, tuve que entregar todo para seguir adelante. Porque, eso es importante, dejarlo todo. Incluso las mayores esperanzas que tienes y luego él [Jesús] te sostiene.

Les contaré otra cosa sobre ese primer sacerdote que me confesó allí en Medjugorje.

Su nombre es Fr. Branimir, solía trabajar aquí en Medjugorje, ahora está en otro lugar y no lo había visto en 19 años. Por supuesto, lo recuerdo porque fue un punto de inflexión en mi vida. Ahora como sacerdote traje un grupo de Tennessee aquí a Medjugorje y un día fuimos a Tihaljina a ver la estatua de Nuestra Señora y el guía dice: ‘Esperen aquí, un sacerdote viene a saludarnos’.

En aquel momento se acercó el Padre Branimir, y yo lo reconocí porque era el sacerdote que escuchó mi confesión después de 20 años, y luego se fijó en mí y dijo: ‘¡Oh wao, te has convertido en sacerdote!’

Le dije: ‘¿Te acuerdas de mí?’

Él dijo: ‘¡Sí, estuve orando por ti!’

Increíble que se acuerde de una persona de hace 20 años, y él, que tiene 20 confesiones al día; luego me invitó a la casa, me ofreció café, dulces, lo que tenía. Ya dejó de fumar, lo cual es muy bueno, hablamos de todo, fue genial porque luego, ves que Dios vuelve a conectar todo, le pone un moño y arregla todo muy bonito, bonito. y bueno, volver a Medjugorje como sacerdote es una experiencia profunda, por varias razones:

Primero, porque sé personalmente en mi corazón, cuánto ama Nuestra Señora a los sacerdotes, no todos los sacerdotes lo saben, pero yo lo sé. Y volver a Medjugorje, donde Ella viene todos los días, es tan fuerte, porque ahora también yo puedo practicar el ministerio de la gracia, de la misericordia, escuchar tantas confesiones y celebrar el sacrificio de la santa Misa.

La última vez celebré Misa en Medjugorje, lo que hoy me hace más humilde sabiendo que vivía con un pie en el infierno y el otro sobre una cáscara de plátano y que en cualquier momento pude haber terminado muy mal; y ahora estoy en un lugar donde puedo revelar al pueblo de Dios la gloria de Dios y la misericordia de Dios, como lo hace Nuestra Señora, que es una verdadera y profunda bendición.

El día que un astuto sacerdote venció a un pirata sanguinario

En 1671, Henry Morgan sitió, saqueó e incendió Panamá y entró en una iglesia con unos 350 corsarios atraído por un famoso altar de oro…

Fue un miércoles. Nada presagiaba lo que estaba por ocurrir, la tragedia. El 28 de enero de 1671 el pirata inglés Henry Morgan sitió, saqueó e incendió Panamá, una ciudad edificada en piedra, de la que aún se conservan algunas de sus paredes y antiguas edificaciones.

Morgan entró sin piedad, destruyendo todo a su paso. Se dice que de su incursión quedaron 3.000 muertos.

Queda en nuestros días en pie la torre de la catedral, usada en sus tiempos como campanario, que a diario vemos la mayoría de los panameños recordando la historia.

Hace unos meses llevé a mi nieta con mi esposa y pudimos subir las escaleras hasta la cima. La vista en bellísima.

Los frailes Agustinos mudaron de Panamá la Vieja, el famoso altar de oro -uno de los pocos sobrevivientes al cruel ataque de Henry Morgan– a la actual Iglesia san José, en el Casco antiguo de la ciudad de Panamá.

PANAMA
La iglesia de San José

Claudio de Castro

Y este es el motivo de mi escrito, da origen a una famosa historia. Quiero contarte cómo un viejo sacerdote salvó el altar de su iglesia engañando a un pirata sanguinario, porque es un relato extraordinario.

El altar de oro

Aproveché mi visita a la iglesia y tomé algunas fotos y videos para ti.

Si algún día viajas a Panamá no dejes de visitar la Iglesia de San José, también conocida como la iglesia del altar de oro.

PANAMA
El tabernáculo de la iglesia de San José

Claudio de Castro

Muy temprano caminé con mi esposa Vida por la Avenida A en el Casco Viejo de la ciudad de Panamá.

Es un lugar muy agradable, lleno de turistas, cafeterías, tiendas de souvenirs. Le prometí a mi esposa que tomaríamos un delicioso café.

En esa área se ubica la Presidencia y hay innumerables iglesias antiguas, incluyendo la catedral.

La joya de Panamá

La iglesia de san Jose es fresca por dentro, tiene aire acondicionado central.

Encontré dos guías turísticos esperando a los turistas, sentados en las bancas traseras. Uno te habla en inglés, el otro en español. Le pedí al guía que me orientara. Y gustoso accedió.

Cuando construyeron el altar, con estilo barroco, estaba cubierto con pan de oro. Me explicó el guía que “es una lámina muy fina de oro, de poco grosor, convertida de forma artesanal, mediante el martilleo de láminas gruesas de oro.”

Ese bellísimo altar era la joya de Panamá. Imagina en esos tiempos, ¡un altar de oro!

PANAMA
El sagrario de la iglesia de San José

Claudio de Castro

El ataque del pirata

Existen muchas historias sobre el ataque de Henry Morgan a Panamá la Vieja. Algunos dicen que fue enviado a atacarnos, otros que desde la Isla Tortuga se dirigió a Cuba pero se desvió hacia Panamá tal vez por la codicia.

El guía turístico me asegura que fue porque escuchó hablar de “un famoso altar de oro”.

Entró por Portobelo, atravesó la selva por el camino de Cruces, hasta llegar a la ciudad de Panamá.

Según me narró el guía turístico,  y no está muy alejado de lo que recogen los libros de historia, se presentó Henry Morgan a la iglesia con unos 350 corsarios, dispuesto a llevarse el altar como botín.

Pero lo que encontró fue un altar tosco, muy pobre, que daba pena. Tanto que el pirata le arrojó unas monedas al buen sacerdote de nombre Juan, un agustino, para que se construyera un altar decente.

Panamá no fue la única en sufrir ataques piratas, en Aleteia te contamos otra historia:

La astucia que salvó el altar

La astucia de este buen sacerdote salvó el altar y hoy podemos verlo y disfrutar su historia y belleza.

PANAMA
«La joya de Panamá»

Claudio de Castro

Se cuenta que cuando el sacerdote se enteró de la inminente llegada del pirata Henry Morgan y sus secuaces a Panamá, se reunió con los fieles, y ordenó pintar rápido el altar con una mezcla de óxido de plata para que se viera ennegrecido y viejo.

Otros aseguran que lo pintó con cal, y algunos dicen que en su apuro lo cubrió con pintura hecha con arcilla y agua. Así pasaron la noche entera, cubriendo el altar de pintura.

Dicen que al día siguiente el pirata Henry Morgan entró y recorrió la iglesia buscando el famoso tesoro pero solo halló a un viejo cura dando retoques de pintura a un feo altar con una brocha.

Sea lo que hiciere este astuto sacerdote, salvó esa joya colonial y hoy panameños y turistas podemos disfrutarla y quedarnos un rato en devota oración.

Sacerdote salva a un hombre del ataque de un tiburón y gana un prestigioso premio

St John of God Midland Public & Private Hospitals | Facebook | Fair Use

El padre Liam Ryan no tuvo miedo de rescatar a un surfista y ponerlo a salvo del tiburón asesino. Por ello Australia lo ha galardonado

El padre Liam Ryan acaba de recibir la impresionante distinción Australian Bravery Award por remar mar adentro y rescatar a un surfista que intentaba defenderse del ataque de un gran tiburón blanco de cinco metros.

El suceso ocurrió el 31 de julio de 2020, cuando el surfista Phil Mummert, de 28 años, estaba a 100 metros de la costa en Bunker Bay, Australia Occidental. La Providencia quiso que el padre Ryan se encontrar ese día en la zona:

“Estaba de vacaciones en el sur con mi mejor amigo Jess Woolhouse y su familia, y decidimos ir a surfear rápidamente a Bunker Bay”, compartió el sacerdote héroe a Cath News.

Continuó explicando el ataque del tiburón con más detalle:

“No habíamos estado mucho tiempo en el agua y estábamos remando para atrapar nuestra segunda ola, cuando noté la aleta dorsal de un gran tiburón blanco de cinco metros saliendo a la superficie junto a un surfista. El tiburón se abalanzó sobre el surfista, mordiendo su tabla de surf y la parte inferior de la pierna, con lo que tiró al surfista al agua”.

Mummert pudo colocar la mitad de su tabla mordida en la boca del tiburón y quedó asustado mientras el enorme tiburón continuaba rodeándolo. Afortunadamente el p. Ryan, su amigo y otro surfista, Alex Oliver, remaron para ayudar al surfista herido y, sin duda, con una pequeña intervención divina, rescataron a Mummert.

¿Podríamos decir que el surfista tuvo suerte?

“Phil tuvo mucha suerte. Más tarde descubrimos que el tiburón se saltó la arteria principal. Podrías llamar a eso suerte, pero me gusta pensar que fue Providencia”, compartió el sacerdote surfista.

El padre Ryan, que es capellán del Hospital Público St John of God Midland, está encantado con el premio. Pero explicó que solo estaba actuando por instinto (aunque creemos que solo estaba siguiendo las instrucciones del Jefe de Arriba de forma natural).

Para rematar lo sucedido, el rescate también ha dado lugar a una nueva amistad. El padre Ryan y Mummert se hicieron muy amigos y aún se ponen al día regularmente dos años después.

Compartimos la gratitud por el resultado positivo para Mummet. ¡Y también estamos bastante impresionados con la idea de que el sacerdote se suba a una segunda ola!

Tu tiempo en la Tierra no debe ser desperdiciado

2-21-22

Hija Mía, yo les digo a Mis hijos que su tiempo en la tierra no debe ser desperdiciado. Cada día, cada hora, estás aquí para edificar el reino de los cielos. Deja que tu tiempo en esta tierra sea fructífero. Deja que tu trabajo se haga en Mi Nombre. Vive, vive tu vocación. Cuando estén casados, honren a su cónyuge siendo fructíferos en su matrimonio, siempre esforzándose en oración y santidad para traerse el uno al otro al cielo. Sus hijos son tesoros de Mi Reino. También son amados, nutridos y atendidos como lo hace un agricultor con su cultivo. Ustedes son llamados como madre y padre a hablar a sus hijos con paciencia y amor, porque cada uno es una obra maestra tejida de Mi Padre celestial. Enseñe a sus hijos y formen como jóvenes discípulos a salir al mundo como testigo y ejemplo del Mensaje del Evangelio.

Les digo a Mis Sacerdotes, Mis Hijos Escogidos, que están llamados a unir a Mis Hijos en la Misa. Es el tiempo en que el cielo y la tierra están unidos. Cada vez que consagran el pan y el vino en Mi Cuerpo y Sangre, están trayendo a través de sus manos a todos los que están reunidos en la esfera del cielo. Cada misa que se dice, cada vez que Mis Hijos vienen ante Mí en Adoración, entran en la esfera del cielo. Es hora de convocar a sus hijos y unirlos con la verdad, porque Yo Soy Jesús.

Mis Hijos Escogidos, están entrando en un tiempo en el que sus vocaciones serán probadas, cuando parecerá que todo está perdido en Mi Iglesia. Estad cerca de Mi Madre y seréis guiados siempre como su hijo a su gran triunfo. Cuando parezca que no hay mañana, no perdáis vuestra fe porque viene una gran victoria. Este es su calvario, Hijos Míos. Aquellos con verdaderas manos consagradas deben llevar la cruz porque ustedes son Mis Manos y Pies en esta tierra.

Ahora salgan, hijos Míos, porque este mundo está cambiando en un abrir y cerrar de ojos y es a través de ustedes que muchas almas serán salvadas. Ahora salgan, porque Yo Soy Jesús y estén en paz, porque Mi Misericordia y Justicia prevalecerán.

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