Público recomendado: Jóvenes, Adultos
¿Cómo es vivir en la oscuridad? La historia de Marie Heurtin nos lo describe crudamente, en una película basada en hechos reales que sucedieron en el siglo XIX. Marie es una niña sorda y ciega de nacimiento, que no conoce el mundo más que en su aislamiento. Esta isla interior, este mundo cerrado, le hace vivir como un animal salvaje. El tacto y el olfato son sus puertas al mundo. Y por estas puertas se cuela un tenue haz de luz que, más que vivir, solo permite reaccionar: sonreír, llorar, gritar, buscar, intentar cumplir el tiempo. Marie no tiene una conciencia de sí misma definida.
La película, con este personaje como centro de la trama, se hace poco apetecible: incluso al empezar el visionado se hace cansada, un tanto insufrible; pues Marie se hace un espectáculo de gritos, pataleos, salvajismo, que no parece albergar ninguna esperanza, y que solo pone en tensión.
Sin embargo, la película es mucho más que esto. Es mucho más que el “no atractivo” inicial. El epicentro del terremoto que sacude la trama es una mujer que, al ver por primera vez a Marie, siente una atracción especial por ella. Al ver a una niña salvaje, sumida en una oscuridad interior, Marguerite, que vive en un convento en el que cuidan a niñas sordas, siente brotar un afecto hacia la niña que resulta inexplicable.
Es este afecto el que mueve todo lo que empieza a suceder. Todo el calvario (como Marguerite misma lo define) que supone la aventura de acompañar a Marie. Pero Marguerite, con esta atracción, no puede dejar de apostar por Marie. De querer ayudarla. Es como cuando uno encuentra correspondencia con otra persona: en una mirada, en un par de palabras, uno sabe que quiere vivir con ella, ayudarle en lo que pueda, por mucho que se le vaya de las manos.
Así, la película sigue el recorrido de Marie en su toma de contacto con la realidad. Este recorrido es tan inhumano, tan descomunal, que la película carecería de todo valor humanístico si no fuera porque está basada en hechos reales: el hecho de que, ante nuestros ojos, despierte una historia que ha sucedido, un milagro (porque no hay otra forma de llamarlo) como este, es lo que carga de valor y sentido a la película, para la propia vida del espectador.
Las nociones fundamentales del film son inexplicables todas ellas, pero reales, al fin y al cabo. Primero, el atractivo de Marguerite por Marie, una chica salvaje y que parece más animal que humano, un atractivo que cobra toda su fuerza por un afecto inexplicable; después, la toma de contacto de Marie con la realidad, el apasionante proceso por el que empieza a salir de su oscuridad para descubrir el mundo, y a tomar conciencia de sí misma, que sucede solo cuando percibe que no está sola, que es querida; y para finalizar, el punto fundamental: es imposible para una sola persona como es Marguerite sostener todo lo que permite a Marie vivir en el mundo. Cuando Marguerite no pueda dar la mano a Marie, Marie seguirá teniendo que vivir día a día. Y, ¿cómo es posible esto? ¿Existe algo más en el mundo, fuera de la oscuridad total del mundo interior de uno, que dé un sentido a la vida?
La historia de Marie Heurtin es una silenciosa y sonora película que requiere miradas, más que espectadores. Que puede no albergar un atractivo inmediato, pero que está cargado de mucho más que simple atractivo: de la cuestión fundamental, última, de la vida: todo empieza con un afecto (en Marguerite al ver a Marie; y en Marie al ver que existe un mundo más allá de su oscuridad en el que es querida), un afecto inexplicable; continúa en un sí (el moverse para ayudar a Marie de Marguerite); y lleva, si es verdad lo que cuenta la película, a un camino con un sentido y con un destino.
Carlos Robisco
Ficha técnica:
2014, Francia
Director: Jean-Pierre Améris
Intérpretes principales: Isabelle Carré, Ariana Rivoire, Brigitte Catillon
Distribuidora: A Contracorriente Films
Duración: 95 min
Moral y Luces 