¿Cómo se hicieron católicos?

Tyler Blanski y su esposa Brittany

Él era un hípster protestante, ella era una universitaria atea… ¿cómo se hicieron católicos? 

Tyler Blanski quería ser sacerdote anglicano y crear nuevas comunidades... pero su estudio le llevó al catolicismo y a la evangelización de jóvenes
Tyler Blanski quería ser sacerdote anglicano y crear nuevas comunidades… pero su estudio le llevó al catolicismo y a la evangelización de jóvenes

Actualizado 6 marzo 2015 

P.J.Ginés./ReL

Hace unos años Tyler Blanski era un hípsterartístico, alternativo y protestante. Su novia Brittany era una universitaria atea y despreciaba a los cristianos en general. Poco después ambos eran anglicanos, con celo evangelizador y ganas de crear su propia iglesita, con él como pastor. En un proceso de tres años, “como en un juego de pistas, una caza del tesoro”, todo fue cambiando y hoy son un matrimonio católico implicado en su parroquia y la evangelización de jóvenes. ¿Cómo se desarrolló este camino peculiar?

De baptista a “cristiano alternativo”
En su infancia, Tyler y su familia acudían a una iglesia baptista en Minneapolis, y él fue a una escuela primaria fundamentalista protestante. En la adolescencia se integró en una megaiglesia protestante, conservadora en la moral pero moderna y alternativa en las formas, con cuyo grupo de jóvenes se volcó. 

Me dejé rastas y trabajé en una cooperativa de comida orgánica”, recuerda. Era hípster, alternativo y cristiano, y con ganas de ser artista, músico.

En 2001, con 17 años, era miembro de una comunidad cristiana joven, alternativa y postmoderna llamada Solomon’s Porch (www.solomonsporch.com) que se define como “comunidad cristiana holística y misional”, e incluye ofertas de yoga y de medicinas orientales y alternativas. 

Con esa edad entró en una escuela de bellas artes, con la idea de ser guitarrista y cantatautor, sobre todo de estilo folk. “La escuela estaba llena de lesbianas y liberales, actores tatuados y jóvenes raperos”, recuerda. “Me encantaba escribir canciones folk, producir álbumes, marcar el ritmo con los pies y tocar la armónica”.

Pero en apenas un año comprendió que en realidad no estaba aprendiendo gran cosa en la escuela, así que cambió y acabó en otra completamente distinta: un centro académico tradicional y conservador, Hillsdale College, donde empezó con una educación clásica sobre la cultura occidental y aprendió, por primera vez, que Occidente se sustenta en una herencia multisecular greco-romana y judeo-cristiana. Había descubierto que existe la historia y la tradición

Además, en esta época conoció una pequeña parroquia anglicana, que en Estados Unidos es como se llama a los ex – episcopalianos conservadores, amigos de la liturgia y las oraciones históricas. Era su primer contacto con una comunidad cristiana litúrgica basada en una tradición. “Fui testigo de un pequeño grupo de cristianos que vivían juntos su vida diaria enraizados en la Palabra de Dios y los sacramentos. Mi fe, descubrí, no consistía sólo en mí, mi Biblia y mi iglesia hípster flotando en el espacio exterior”. 

Desde entonces se consideró anglicano y empezó su sueño de llegar a producir una comunidad así algún día.

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Brittany: el club ateo y los cristianos reales
Mientras tanto, Brittany, la que sería su esposa, recorría su propio itinerario. Fe bautizada de niña, pero su padre católico murió poco después y eso alejó a su madre de Dios. Ella se volvió a casar pero el nuevo hogar no tenía religión, aunque en él se vivían buenos valores como el perdón, la humildad, la lealtad y el amor. La niña fue tres veces a campamentos cristianos y se sintió atraída allí por el mensaje de amor de Jesucristo, pero sin cristalizar en nada concreto por falta de acompañamiento.

En el instituto, lo único que aprendió Brittany sobre el cristianismo es lo que leía en los periódicos y lo que explicaba su profesor cuando hablaba de Marx en asignaturas de filosofía. Llegó a la conclusión de que el cristianismo era una hipocresía para engañar a la gente. 

En 2007 empezó sus estudios en la Universidad de Minnesotta y se apuntó al Club Ateo de la Universidad. Pero resultó que las dos mejores amigas que conoció en la universidad era cristianas buenas, generosas, pacientes… todo un ejemplo de la diferencia que significa una vida en Cristo. La acusación de hipocresía no se sostenía con buenos cristianos.

Empezó un proceso de reflexión sincera que llevó años. ¿Por qué Dios permite el mal? ¿Qué pasa con la gente que no ha oído hablar de Cristo? ¿Cómo encaja la fe, la ciencia, la evolución? 

Hacia 2009 pensaba que creer significaba renunciar a pensar. “No puedo obligarme a sacrificar mis poderes de intelecto para dar un salto de fe. No sé como creer en algo, lo único que puedo hacer es entender”, decía. 

Pero luego fue observando que si la fe era buena, efectivamente debía incluir ese entender. Sin entender las cosas que se creen, cualquiera es pasto fácil de predicadores manipuladores y trucos de retórica y carisma. Empezó a pensar en sus dudas y preguntas como puntos de partida para explorar la relación con Dios, la comunión con Dios. Y a medida que descubría la cosmovisión y las respuestas cristianas veía que eran más razonables y coherentes que la oferta académica dominante de nihilismo y fragmentación.

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Matrimonio, estudios y un bebé
Conoció a Tyler en 2010. Él ya estaba convencido de que Dios le llamaba a ser sacerdote anglicano y un año después empezó sus estudios para ello. Se casaron, y ella daba clases de matemáticas mientras él estudiaba latín, griego, historia, teología…

Se consideraban anglicanos y querían llegar a fundar su propia comunidad anglicana en algún barrio como misioneros urbanos. Pero ¿qué enseñarían a los fieles? ¿Y a su hijo que estaba en camino?

Porque había que tomar decisiones respecto a mil preguntas que el anglicanismo no acaba de responder porque no tenía autoridad para ello, ni reclamaba tenerla.

Tyler, al estudiar historia, vio que la Iglesia Católica no era una versión decadente y corrupta de la Iglesia de los primeros siglos, sino que era la Iglesia que Jesús fundó que se había desarrollado como un cuerpo vivo, como un árbol. Había que examinar lo que enseñaba sobre la Virgen, la transustanciación, el purgatorio, el sacerdocio, el papado, el estar abiertos a la vida en el matrimonio, el infierno… 

Dejamos de usar anticoncepción. Nos vimos con un sacerdote. Oramos. Leímos cada libro católico que pudimos, especialmente la Biblia. Leímos a Karl Keating, Scott Hahn, Stephen Ray [tres famosos católicos actuales que antes fueron protestantes], Hans Urs von Balthasar, Vladimir Soloviev y el Catecismo”. Y más adelante Gerard Manley Hopkins, G.K. Chesterton y el cardenal John Henry Newman… 

Brittany se decidió antes por una revelación especial. “Ella supo –de la misma forma que sabes que el cielo es azul, los árboles hermosos y que las manzanas caen-que Cristo estableció su Iglesia sobre Pedro y le dio cada bendición espiritual –según Mateo 16:17-19 y Efesios 1,3- y esa fe hizo florecer a Brittany, y yo fui detrás”, explica Tyler.

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Para Tyler fue un proceso duro y hermoso, tema a tema, pero al final ¿iba a bautizar a su hijo en una Iglesia con doctrina y catecismo o en el confuso mundo anglicano? Él había conocido anglicanos que eran magníficos cristianos, pero la eclesiología anglicana en sí no podía ponerse de acuerdo sobre nada. Tyler enumera los problemas: “ el control de natalidad, el divorcio y el recasarse, el sacerdocio y la mujer, la homosexualidad, el número y naturaleza de los sacramentos, la justificación, la Virgen, la comunión de los santos, cuántos concilios fueron ecuménicos y cuáles…”

Por otra parte, él se sentía llamado al sacerdocio anglicano… pero entendió que su apreciación subjetiva valía menos que la realidad constatada: la Iglesia que creó Cristo era la Católica, y a Dios había que servirle según la voluntad de Dios, no la propia voluntad

En el invierno de 2013-2014 dejó su postulantado anglicano y el joven matrimonio se integró en una parroquia católica, pasó muchas horas en adoración ante el Sagrario y recibieron el curso de iniciación cristiana para adultos. En primavera de 2014 fueron recibidos como católicos y pudieron ya comulgar en misa. Un mes después bautizaban católico al pequeño Timothy Augustine. Y un mes después Tyler empezaba su tarea como evangelizador de jóvenes en la parroquia. “Con humildad, agradecidos, como un reto, Brittany y yo simplemente intentamos tomar lo que se nos da”, escribe Tyler, que mantiene una web evangelizadora en inglés: www.holyrenaissance.com 

Un seminarista que irradiaba amor por Jesucristo

Marcos Pou Gallo era de Comunión y Liberación

Conmoción en Barcelona por la muerte de Marcos Pou, un seminarista que irradiaba amor por Jesucristo

«Era imposible estar con Marcos más de media hora sin que se acabase hablando de Jesucristo»

Actualizado 4 marzo 2015

ReL

Marcos Pou Gallo
Marcos Pou Gallo

La Iglesia en Barcelona está conmocionada por larepentina muerte de Marcos Pou Gallo, en accidente de moto, un joven que apenas llevaba varios días en el seminario de la Ciudad Condal, pero queirradiaba una fe y una pasión evangelizadora fuera de lo común.

Marcos era hijo del conocido periodista Paco Pou, fundador de Edimedia Tv, ejecutivo del grupo RBA y directivo durante varios años del grupo Intereconomía; y de Itziar Gallo, profesora de infantil del Colegio Santa Isabel.

En la homilía de su funeral, su tío Iago Gallo recordó la entrega de Marcos y el valor de su sí al Señor, que es un ejemplo para todos los cristianos.

Asimismo, este sacerdote quiso subrayar cómo era imposible estar cerca de este seminarista sin acabar mirando al cielo: “Era imposible estar con Marcos y no girar el cuello para intentar sorprender presente a Aquél que hacía a Marcos”, informa Infovaticana.

A continuación publicamos íntegra la homilía de su tío Iago Gallo, en el funeral por el alma de Marcos:

Pasión de Marcos por Jesucristo
»Aquí reproducimos esta homilía en la que se resalta la vocación al sacerdocio de Marcos, sus ganas de entregarse al servicio de los demás y la aceptación alegre de la voluntad de Dios, a veces difícil de entender para los hombres:

»Algunos privilegiados -porque así lo había decidido él- unos poquitos (no sé cuantos, supongo que éramos dos o tres), sabíamos, hace ya tiempo (años incluso), que Marcos iba a sorprender (aunque a sorprender a medias, porque allí donde iba le preguntaban si era seminarista). Pero sabíamos que al término de su carrera de física, Marcos iba a sorprender con la noticia de que ingresaba en el Seminario de la Diócesis de Barcelona.

»Y así fue. Se cumplió su sueño de ver llegar ese día. Ese día precioso de poder comunicar a todos por qué estaba viviendo cómo estaba viviendo. Y por fin desvelaba la incógnita. “¿Y ahora que terminas la carrera, qué vas a hacer?, y nos despistaba a unos y a otros con balones despejados”.

»La noticia era “quiero ser sacerdote”. “Quiero entrar en el seminario”. Y fijáos, ha sido precioso poder acompañar a Marcos en estas semanas. Viendo cómo se cumplía este sueño tan atesorado por él, tan mimado, tan custodiado; tan absolutamente querido. Y se juntaba a los sacerdotes y miraba a los sacerdotes.  Pero quería ser sacerdote, no por el quehacer sacerdotal, sino por el rostro de Jesucristo.

»Nos ha explicado estas semanas -aunque lo hemos visto en cómo ha vivido estos últimos años de su vida- nos ha explicado, ¡nos ha mostrado! casi, mejor dicho, cómo para él, en su experiencia, Jesucristo era algo tan absolutamente real, algo tan concreto, tan experimentable; como dice San Juan: “lo que mis ojos vieron, lo que mis oídos oyeron y lo que pude tocar con las manos”. Cristo era tan hermoso y estaba tan presente, que Marcos se atrevió a decirLe que sí. A decirle que sí para siempre.

»Y se jugó sus amores humanos, se jugó su honra; se lo jugó todo. “Me voy a hacer cura”. En este momento histórico. “Me voy a hacer cura”. Es como si nos dijese (fijáos y me entendéis): “no es verdad que han pasado dos mil años. Cristo está vivo. Cristo está vivo. Cristo -como decimos en el ángelus todos los días- habita entre nosotros”.

»Y el sacerdote, no es una descripción nada teológica, pero el sacerdote es aquél que, de la mano de Jesucristo, porque, esta manera de ser, este caminar entre los hombres así lo inventó Jesucristo; es aquél que estirando los brazos, estirando mucho los brazos; estirando los brazos todo lo que puede, con un brazo, con una mano, aferra a Dios, con la otra mano, aferra al hombre, y les lleva -al hombre y a Dios- a la comunión.

»El sacerdote es aquél que a pesar de sus miserias humanas, y por la gracia de nuestro Señor Jesucristo, consigue que el hombre y Dios se encuentren. Y fijaos: Marcos no ha pasado por el sacramento del Orden. No le ha hecho falta a nuestro Señor. Pero Marcos ya era sacerdote. Marcos, todo su hacer; todo su caminar; todo su hablar, era sacerdotal.

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Por su interés reproducimos a continuación la carta de Nico Pou, hermano de este joven del movimiento de Comunión y Liberación fallecido dos semanas después de haber entrado en el seminario:

Los días más duros de mi vida
«Queridos amigos, familiares y conocidos;

»Entre las 23.30 del sábado 21 de febrero y las 00.00 del día siguiente, domingo 22, mi hermano Marcos falleció en un accidente de moto, a la edad de 23 años, una semana y media después de entrar en el seminario.

»No está siendo, como es lógico, nada fácil. Es mi hermano, con quien he crecido desde que nací, con quien he descubierto desde pequeño la vida, con su bien y su mal, su sufrimiento y su consolación, su belleza y su fealdad, lo divertido y lo aburrido, lo grande y lo pequeño. Con quien me he peleado, reído hasta llorar, con quien he llorado, y con quien he descubierto lo más grande que se pueda descubrir nunca ante los ojos de un pobre hombre como él y como yo.

»Estos tres días están siendo los más duros de mi vida. Constante es el recuerdo de Marcos, de todo lo que hemos vivido juntos, lo bueno y lo no tan bueno. Es duro estar en casa porque es difícil caer en la cuenta de que ya no va a entrar por la puerta gritando «¡Minions!»  (Refiriéndose a Juan y Mateo, mis hermanos pequeños), o en mi habitación, donde él dormía. Es duro vivir, es doloroso. Lo más duro es despertarse por la mañana, porque es como si te dieran la noticia de nuevo. Es dolorosa esta nueva vida sin Marcos en la forma que ha estado siempre, tal y como la conocíamos. Lo sabéis bien aquellos que le conocisteis, aunque fuera por poco tiempo, aunque sólo cruzarais un par de frases con él.  A muchos os habrán hablado de él. Y para otros quizá era ‘hermano de’, o ‘hijo de Itziar y Paco’.

»A todos vosotros os quiero contar lo que he visto estos dos días. Antes de la misa del domingo por mi hermano, tuvimos la oportunidad de besar por última vez a mi hermano. Estaba precioso, en un ataúd sencillo, como el de Juan Pablo II. Vestido de blanco, puro. Mi familia y yo pudimos estar rezando junto a él. Pidiendo por su intercesión por nosotros, para que comprendamos y nos fiemos del Señor. La misa fue el primer regalo de todos. Fue un verdadero espectáculo. La Iglesia estaba llena, hasta los topes, los dos días. Por delante de mí pasaban todos los rostros que el Señor acarició a través de Marcos. Todo lo que Dios ha generado a través de él, de toda su persona. Estaban las monjas del comedor social donde ayudaba (caritativa) desde hacía 3 años, sus compañeros y los míos del primer colegio en el que estuvimos, profesores de ese colegio, un gran número de profesores del Abat Oliba, alumnos de allí, los amigos con los que jugó al fútbol en La Salle cuando era pequeño, con los que jugó no hace tanto y con los que jugaba este año, incontables amigos suyos y míos de Madrid, matrimonios de allí que le conocieron y vinieron a acompañarnos y a despedirse, toda la comunidad de CL de Barcelona, toda mi familia… Me dejo a mucha gente, perdonadme. Celebraron misa por él en Siberia, Nueva York, Milán, Roma, Madrid, Las Azores, Méjico, Santander… y muchos sitios más donde rezaron por él.  A todos gracias por vuestras oraciones y vuestra compañía. Son un verdadero testimonio de todo lo que genera el Padre a través de la débil carne de mi hermano.

»Amigos míos y de Marcos. Dios y mi hermano me regalan a cada segundo el amor que os tiene desde el cielo, y que siempre os ha tenido. Tengo la certeza, nítida, que Marcos siempre ha tenido. Tengo esa paz, esos ojos conquistados por el Señor, que Marcos tiene. Me da la sensación de que los abrazos que os doy, los besos y  las caricias, son de parte de Marcos. Me sorprendo amándoos un pequeño porcentaje de cómo él os quería, y eso es enorme. Lloro y sufro, le echo de menos, me gustaría abrazarle una última vez. Pero está conmigo. La relación con Marcos es única. Continuamente le oigo decirme que me fíe. Le veo sonreír, le veo feliz, donde toda su vida ansiaba estar. Marcos nos ha hecho el mejor regalo que nadie puede hacer. Nos ha puesto ante la vida, y ante Cristo. Siempre ha sido esa su intención, presentarnos a Cristo, mirad: ‘He visto el mismísimo rostro de Cristo, la ternura con la que Dios ama, he visto cómo me quiere y me da vértigo. ¿¡Por qué tanto!? Dios me prefiere, y en las palabras de Giussani, me prefiere “porque soy nada, porque soy como esa chica de Nazaret de 15 años, nada. O como su marido, un hombre lleno de dudas, confundido, humilde, carpintero, nada”’. Y estos días lo hace de una forma radical y espectacular, con la misa, el funeral y lo que vendrá. Nos presenta el infinito. Cada canto, cada lectura y cada salmo, cada abrazo que me habéis dado, cada rostro que he besado, son signo del Dios bueno que habita en Marcos. Es una sobreabundancia que jamás había experimentado, ni podía imaginar. Sufro con gran dolor, pero soy profundamente feliz. Porque ¿quién soy yo para recibir semejante regalo del cielo, como es la certeza de Marcos? ¿Quién soy yo para ser llamado a una relación con el Misterio como la que él tenía? La Misericordia que Dios tiene conmigo dándome esto se sale de toda medida. Nos da este regalo: ahora sólo lo infinito nos bastará. Ahora solo Dios bastará a nuestros desgarrados corazones de hombres.

»La política, la economía, lo que estudiamos o donde trabajamos, lo que vivimos ahora, las relaciones con nuestros seres queridos y amigos, todo vuelve a ser verdadero. Porque todo está revestido de esta espera y esta pregunta: ¿Hay algo que sea para siempre? Si. Existe. Porque lo hemos visto y lo vemos. Siempre quiso presentar a Dios al mundo. Y estos días lo hace de una forma radical. O todo o nada, como ha sido él. Y Cristo está. Amigos, no es incompatible el sufrimiento de perder una ‘forma’ de relación, con la paz y la seguridad de que Dios está. No es incompatible el desgarro con la alegría que Dios presente nos da. Todo lo que nuestros corazones desean, y hoy más que nunca, existe. Lo vimos en Marcos y lo vemos entre nosotros hoy. Lo vemos en la unidad de un pueblo donde el Señor quiso crear a Marcos. Lo tenía todo pensado. Para llevarse a Marcos tenía que estar seguro de que él daba su ‘sí’ libremente y feliz. Y os lo demuestro: Marcos escribía el 11 de febrero esto. ‘ENTRADA EN EL SEMINARIO: Vértigo y confianza plena, soy Tuyo Cristo. Que este sea un camino de santidad. ¡Feliz de darte la vida! Domina más esto que lo que no apetece, da pereza o parece ser una futura fatiga. A ti me encomiendo María. Virgen de Lourdes, ¡hazme fiel! ¡Hazme santo!’

»¿Lo veis? Marcos se fue plenamente feliz, como nunca lo había sido. Y nos quiere regalar esta paz. Dejad que entre en vuestros corazones el dolor, bucead en el sufrimiento para descubrir el deseo de infinito que a Marcos caracterizaba. Pero sumergíos también en la vida. Estad atentos a lo que Dios nos regala, estad atentos a la realidad que fascinaba a Marcos. Porque es allí donde encontraremos la paz que Dios nos da. No tapéis vuestro dolor, vuestras preguntas, vuestro sufrimiento, el echar de menos, o las ganas de estar con él. Vividlas hasta que esas preguntas os definan. De lo contrario, despreciaremos el regalo que Marcos nos hace. Contaos lo que os fascinaba de Marcos, recordad lo que os decía, contaos y recordad a Cristo, que se hacía más carne a través de mi hermano. Que el sí que él dio sea también nuestro sí a vivir este sufrimiento y esta gracia. Pidamos su cercanía con el Señor, su relación privilegiada con el Padre y celebremos que él es ahora feliz para siempre. Descansad en esta certeza, en la imagen de su sonrisa desde el cielo.

»Mi relación con Marcos es mejor ahora que nunca. Ahora que no puedo tocarlo ni abrazarlo, es más mío, está más en mí, que nunca. Marcos hoy se me regala más que hace tres días. Lo mejor de Marcos, Cristo, está infinitamente más presente hoy que nunca. Es más nuestro amigo hoy que nunca. Me llegan ya las cosas que están sucediendo. Me envían muchas personas los testimonios de lo que Dios y Marcos hacen desde el cielo. A Dios tengo que agradecer ser testigo de semejante espectáculo. No dejéis de contármelo, por favor. Ya está sucediendo.

»Os pido que os acompañéis entre vosotros, que os recordéis esto. Os pido que no cerréis vuestro corazón, que lo abráis al dolor y al presente. También pedid por mi familia: Francisco, Itziar, Natalia, Juan, Mateo y yo. Acompañadnos y dejaros acompañar por nosotros. Pedid por mis tíos y mis primos, a quien agradezco tan especial cuidado por nosotros.

»Abrazo especialmente a Rocío, Javi, la familia Andreo. Alfon, Rafa, Leo, Igna, Jordi, Suca, Talía, Virginia, Peter, Alex, Ferrán, Silvia… Me dejo a mil personas. Y lo siento por no hacer especial mención, pero duraría este texto unas mil páginas. Lupita, un enorme abrazo desde Barcelona. Nos acordamos mucho de ti. A toda la comunidad de Comunión y Liberación, gracias por vuestras oraciones y vuestra compañía. A Francisco Javier González Candela un abrazo gigantesco. A Miquel Carreras y su familia, que no me dejo de acordar de vosotros, como también de Ángel Vázquez. Ahora, mi familia con Rocío y los más cercanos a Marcos, entramos en vuestro club de privilegiados. A mi tío Yago, por su testimonio y compañía infinita. Miguel Ramón y José Fernando, gracias por cuidarnos.

»No lograré jamás expresar con palabras el agradecimiento a José Miguel García, por la compañía que ha hecho a Marcos, y que hoy nos hace a nosotros. No existen palabras que puedan expresarlo.

»En la última conversación que tuvimos, Marcos me decía esto, ante su traslado al seminario de Barcelona: ‘Los caminos nos separan, y eso desgarra. Pero en el gran camino vamos juntos’. Es así.

»Pido por vosotros, para que esta herida sea fértil para cada uno de nosotros. Pido para que esta espera y certeza que se me dan ahora, no hagan más que crecer, como en Marcos era. Prietas las filas, amigos míos. La aventura de esta nueva vida ha empezado. Me siento indigno de tal grandeza. Tengo ganas de abrazaros».

Nico Pou Gallo

P.D.: Os pido que este milagro que con pobres palabras consigo explicar, llegue a todos vosotros sin excepción.

VENI SANCTE SPIRITUS, VENI PER MARIAM
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Por su parte, el periodista Jaume Vives Vives, director de Diario el Prisma, escribió un artículo publicado en su portal sobre Marcos, que reproducimos en su totalidad:

Ha muerto un hombre de Dios

«Conocí a Marcos Pou hace pocos meses. Fue en un pueblo de Cataluña -La Gleva- cuando fui a dar una charla sobre mi experiencia en el Líbano con familias cristianas de Irak y Siria refugiadas allí. Había un grupo de jóvenes de Comunión y Liberación, un movimiento de la Iglesia Católica, haciendo unas convivencias de estudio. Marcos era el responsable de los jóvenes.

»La primera vez que hablé con él y le oí hablar fue mientras cenábamos. Tardé poco en ver que era un hombre de Dios. Cómo miraba, cómo hablaba, cómo escuchaba, cómo preguntaba. Su mirada tranquila y serena entraba dentro de tu corazón. Su sonrisa era auténtica.

»Hablaba claro, sin miedo, se hacía entender. Hablaba con amor. Decía lo que pensaba y se notaba que había pensado mucho lo que decía. Un hombre de fe y razón. Quizás por eso tantos jóvenes le tenían por consejero.

»Al terminar la charla se me acercó y me preguntó preocupado qué es lo que nosotros podíamos hacer por esos cristianos que a pocas horas de avión de donde estamos nosotros mueren por su fe. Su preocupación era sincera y la respuesta la encontramos juntos, rezar y vivir la fe coherentemente en el lugar en que Dios nos ha puesto. La misma respuesta que meses después me daría el arzobispo de Mosul (Irak), Emil Nona.

»Cada vez que me encontraba a Marcos me alegraba, sin conocerlo demasiado sabía que era noble y alguien en quien poder confiar.

»Recuerdo perfectamente cómo volví de la charla en la que conocí a Marcos y a todos los jóvenes que estaban allí haciendo unas convivencias de estudio. Entusiasmado. Hasta ese momento solo había oído hablar de Comunión y Liberación en la universidad pero el día en que lo conocí de la mano de Marcos mi visión cambió por completo, poco tenía que ver con lo que me habían dicho o yo pensaba. Y volví particularmente entusiasmado con Marcos, no fueron pocas las personas a las que les transmití lo muy gratamente que me había sorprendido ese joven que se encargaba de manejar el cotarro. Tenía un carisma especial.

»Una de las últimas veces que vi a Marcos fue en la Estación de Sants. Coincidió que él iba a Pamplona y yo a Bilbao. Salíamos a la misma hora y en el mismo tren. Quedamos a las 9 en la cafetería. Me dijeron que los trenes, a pesar de ir juntos, quizás no estaban interconectados.

»Al final resultó que los trenes iban unidos pero no se podía pasar de un vagón a otro, los dos lo intentamos pero no lo conseguimos. Volvimos a nuestros respectivos vagones y por la noche –después de pedirle mi correo a una amiga común- Marcos me escribió un mail diciéndome que mis sospechas eran ciertas, los trenes estaban unidos pero no interconectados. Me dijo que iba a rezar mucho por mí los días que estuviera en Pamplona de retiro. Era un chico atento incluso con quienes tenía menos relación.

»Marcos ha muerto la noche de un 21 de febrero de 2015 poco después de dar su sí a Dios. Acababa de entrar en el Seminario de Barcelona después de terminar la carrera. Quería que su vida fuera del Señor. Los caminos del Señor son inescrutables y Marcos ha dejado esta vida terrena y perecedera. Su vida seguramente ya es del Señor aunque de una forma diferente a la que él pensaba. Que Dios le tenga en su gloria y dé consuelo a su familia.

»Marcos Pou era un hombre de Dios y ya en vida, un ejemplo para muchos.

»Ya solo queda rezar por su alma y pedir que su forma de vivir y entender la vida, su mirada y su sonrisa, su atención y sus detalles, se nos pegue a nosotros.

Hasta pronto Marcos, si Dios quiere…».