Katia, Cristina, Rocío, Belén…

Así eran las chicas fallecidas

Katia, Cristina, Rocío, Belén…

ELMUNDO.es | Madrid

Actualizado lunes 05/11/2012

Katia, Cristina, Rocío y Belén compraron una entrada para ir a una fiesta de Halloween. Una se despidió de su padre, otra fue con su novio y amigos y otra quiso conocer lo que era una noche así. Ninguna volvió a casa. Hoy amigos y familiares las recuerdan y muestran como eran estas chicas de 17 y 18 años.

Los abrazos de Katia

No habían pasado ni 72 horas de la trágica muerte de su hija Katia, pero Ángel sólo tenía palabras para dar las gracias y recordar cómo fue el último adiós a su hija aunque pensara que la fuera a ver mañana. La dejó en el metro con sus amigas y ella le dijo ‘te quiero’. Las mismas palabras que pronunció al chico que intentó salvarla de la avalancha.

«Me miró a los ojos, me dijo que ya no aguantaba más y que le dijera a su padre que le quería mucho, y cerró los ojos», ha contado el joven que se encontraba junto a Katia en el momento de su muerte en la televisión.

No extraña, por tanto, que su padre y su hermana se hayan volcado en recordarla y no querer olvidarla. «Gracias a todos por vuestra compañía, ya sea virtual o física, como la que nos han ofrecidos, amigos y vecinos, a todos gracias. Duro es lo que ha pasado, solo me reconforta saber que sus últimas palabras fueron: Dile a mi padre que le quiero. He tenido las hijas más maravillosas que puede desear un padre y solo deciros a los que sois padres que no perdáis ni un minuto en decírselo a los vuestros. Ella en esa noche me lo dijo dos veces, cuando la dejé con sus amigas en el metro (un beso papi, te quiero) y otro cuando sabía que no iba a volverme a ver. Katia te quiero y tu hermana y yo te vamos a echar mucho de menos«, dejó escrito en su perfil de Facebook, acompañado de un vídeo con imágenes de Katia que la familia ha subido a Youtube.

Pasan las horas y Ángel sigue mostrando su pesar. Las redes sociales y el apoyo que la gente le da en ellas se han convertido en un breve alivio. Él lo dice. Hace dos horas escribía:

«Cada instante, cada momento, esperando que todo esto sea solo una pesadilla y despertar.

Cada instante, cada momento, recordando esos detalles que la hacían especial. Siempre he querido a mis dos hijas con locura, tan diferentes y tan iguales. Una de ellas reclamándome siempre mis caricias y la otra siempre dándome abrazos zalameros.

Una responsable con sus problemas y serena para resolverlos y otra responsable con sus impulsos y atrevida a realizarlos.

A las dos os quiero con locura y es muy difícil hacerse el duro, todos los días, para que aprendierais y os formaseis frente a la frialdad de fuera del hogar.

Me ha tocado ser padre y madre a la vez, aprender a decir «no», y aún así abrazadas a mi cuellos, siempre habéis conseguido el «si». Cuanto echo de menos a vuestra madre, se comía el marrón de deciros no.

Pero estoy orgulloso de vosotras. Sabéis que no me gusta hablar de mis sentimientos, e intento ser frío para que no veáis a un padre débil. Pero me gusta escribir, me libera, me permite decir lo que siento sin tener que mostrar mis debilidades.

Os quiero, y estoy orgulloso de que entre vuestra madre y yo hemos conseguido formar unas mujeres maravillosas.

El día 31, cuando hablando de la matrícula de la universidad de Tania Esteban Casielles, ésta me dijo que se la tendría que pagar porque no le iban a dar beca y no tenía dinero, Katia Esteban Casielles dijo que ella se lo pagaba de sus ahorros.

Sois increíbles y os quiero.

GRACIAS A TODOS POR LEER MIS ESCRITOS, ME PERMITE LIBERARME DEL PESO EMOCIONAL DE MI CORAZÓN, PORQUE SOIS IMPORTANTES Y TODOS ESOS «ME GUSTA» SON ABRAZO QUE RECIBO, RECONFORTARLES. GRACIAS»

Hacía 27 días que Katia había cumplido 18 años. Vivía en Daganzo, junto a su padre, ex concejal socialista y su hermana Tania. Hacía dos años Ángel se convirtió en padre y madre, Alicia, la madre de Katia murió de cáncer.

El año pasado había acabado el instituto y este año había comenzado un nuevo curso, un nuevo proyectaba: Bachillerato de Sociales en Alcalá de Henares. Alegre, sonriente, siempre abrazada a su padre en todas las imágenes que la familia ha ido publicando de ella, a su hermana…

Cristina, ‘enjoy it’

 

‘Enjoy it’ (Disfrútalo). Así se describía Cristina Arce (18 años) en su ferfil de Twitter, en el que mostraba el amor por su gato y por la comida japonesa. Fue a la fiesta con su amiga Rocío Oña, también fallecida. Se conocían desde que comenzaron en el instituto de Alameda de Osuna.

«@jekis_olea ni idea porque Jab y Celia se van de excursión y me quedo aquí solaaaaa 😦 pero podríamos tomarnos algo por ahí!», fue su último tuit el día 27.

«Una gran persona», la describía su tío a las puertas del tanatorio. Allí se cruzaban amigos, familiares y vecinos. Cristina llevaba algún tiempo cuidando a los tres hijos de uno de sus vecinos para sacarse unas ‘perrillas’. Vivía con sus padres y una hermana mayor que «están destrozados». «Amiga de sus amigos», recordaba otra compañera en uno de los homenajes que se han hecho estos días en su memoria.

Cristina fue cacada del montón de gente por un camarero que la llevó hasta una de las barras de la fiesta e intentó reanimarla. Sandra, una de las chicas que estuvo en la ‘Thriller Music Park’ relató a Telecinco que el camarero le pidió ayuda a su novio para realizarle el boca a boca, pero Cristina ya se había ido.

Rocío Oña, ‘eres la persona más maravillosa…

«Y pensar que 5 minutos antes estábamos así…». «Eres la persona más maravillosa de este mundo estés donde estés, espero que sepas que te quiero más que a nada en esta vida, y que voy a hacer que tu despedida sea recordada por todos porque te lo mereces más que nadie en este mundo». Quien escribe es el novio de Rocío Oña, Miguel, la última persona que estuvo junto a ella antes de morir.

Rocío fue junto a su chico, Cristina y otro grupo de amigos a la fiesta de Halloween del Madrid Arena. Prefirió no llevar disfraz. Como Cristina, Rocío también vivía en Alameda de Osuna, en su instituto se habían conocido.

Buena estudiante, responsable… Rocío estaba sacándose el carné de conducir y había comenzado la universidad después de haber sacado muy buena nota en selectividad. De hecho uno de sus últimos tuits fue:«Venga va pongámonos serios, a estudiar».

Aquí las fotos de sus gatas, de su chico, de sus amigos y de sus comidas favoritas (como las tortitas con Nutella) cuentan todavía su historia. El año que llevaba con Miguel, las fiestas en Klubbers, las vacaciones echándole de menos…

Belén Langdon, un ángel

Tenía sólo 17 años. Ella no tenía intención de ir a la fiesta, pero el hecho de quedarse sola en casa la animó para salir una noche. Sus padres estaban en Brasil y Belén quiso conocer lo que era una noche así.

Era la sexta de siete hermanos. Lucho durante dos días por vivir, pero al final su cuerpo no pudo con los daños que sufrió tras ser aplastada. Al principio no fue fácil identificarla llevaba un carné falso que no coincidía con sus huellas dactilares.

Su familia ha dado muestras de una gran entereza. Miembros del Opus Dei tanto su hermano, Borja, como su padre, han mostrado una tranquilidad que pocos lograrían. «Esta entereza sólo se consigue gracias a la fe porque esto no se puede soportar humanamente. Creo que si hablo con esta serenidad es porque con cierta certeza pienso que somos afortunados por toda la cantidad de gente que reza por Belén», decía su hermano horas antes de que falleciera.

Las amigas de Belén se han despedido de la joven recordando su sonrisa y vitalidad: «Belén era una persona que verdaderamente no se puede describir en una carta, no cabe todo lo que se puede decir de ella. Es una niña que no solo ha sido un ejemplo en estos 3 últimos días de su vida, sino durante los 17 años que hemos podido disfrutar de ella».

«No era una más del grupo, era el pilar sobre el que se levantaba nuestra amistad. Y no solo ayudaba a disuadir peleas, sino que día a día nos acercaba a cada una de nosotras a Dios», han escrito sus amigos.

«El día 3 de noviembre un ángel subió al cielo, ese ángel era nuestra amiga Belén. Ese día Belén volvió a nacer, y fue el comienzo de su nueva vida. Te vamos a echar de menos, te quieren, tus amigas».