Adolescentes, moda y referentes

Relata un padre de familia.

Mi hijo de 17 años me dijo:

– Desde hoy, fumo.

– Te felicito, has tomado una buena decisión.

No le corté las alas. Luego busqué un video de 5 minutos sobre el cáncer de pulmón, se lo envié con una nota: Papá te ama.

Unos días después me dijo mi hijo:

– He dejado de fumar.

– Te felicito.

Un padre de familia le dijo al Papa:

– Tengo un hijo con confusión sexual.

– Escúchale-, aconsejó.

Y añade Claudio Barbut: Antes vas al tabernáculo, oras, ayunas y le pides ayuda a Dios: “Te pido por mi hijo…”, y estás al menos una hora allí, frente al sagrario.

En Montreal, un papá le dijo al P. Claudio Barbut:

– Mi hijo ha tenido tres intentos de suicidio, no quiere estudiar ni trabajar.

Di a Dios: “Padre dame la gracia del ayuno, de ayunar 40 días a pan y agua como lo hizo Jesús”, Jesús ayuna en ti, por eso puedes llevarlo a cabo, y verás milagros, pero has de estar en estado de gracia.

El día 35 del ayuno del papá, el joven saca su PC de su habitación y dice que no quiere esa máquina.

El día 36 decide ir a anotarse en una universidad.

El día 38 le dice: Quiero agradecerte lo que hiciste por mí. Quiero rezar contigo.

Jesús sana, libera, resucita todo.

“Soy hijo de Dios, libérame, sáname Señor. La creación sufre. Los desafíos son enormes”. “No estamos en una agonía sino en un parto” (Papa Francisco).

Hay que salir de la esclavitud del pecado. Dios está haciendo una nueva creación. Ponte de rodillas, ayuna. Los verdaderos profetas son de esperanza.

Una directora de un colegio dijo a un grupo de padres en una reunión de inicio de curso:

– Esto no es un desfile de modas. Las niñas vienen vestidas como si fueran a la playa. Enseñan todo lo enseñable e incluso más. Esto es un colegio. Venir al colegio se ha convertido, entre un grupo de niñas, en una especie de competición para ver quién es más atrevida y quién luce los modelitos más a la última, y eso no puede ser. O se moderan o pondremos uniforme.

Si nos detenemos a pensar, no se trata de una cuestión tan inocente como parece a primera vista, pues tiene causas y consecuencias muchos más profundas. Hasta cierto punto es normal que un adolescente intente provocar para llamar la atención, imite a sus compañeros o a sus cantantes favoritos o dé mucha importancia a su estética. Es muy importante para él, ser aceptado en sus ambientes más próximos.

A la vez ello le supone una perdida de seguridad y se cuestiona la autoridad paterna. Para llenar este vacío buscará nuevos referentes con los que identificarse y modelar su personalidad. Esta es una fase por la que todos hemos pasado y es necesario pasar.
El peligro está en los referentes con los que el joven se identifique, pues será donde extraiga los valores (o anti-valores) que regirán su vida adulta.

Unos padres que consigan inculcar valores a sus hijos como la generosidad, la valentía, el esfuerzo, o la perseverancia, sabrán realmente cómo van vestidos sus hijos fuera de casa, y no ansiaran la llegada del invierno.

La bendición de un padre o de una madre es unción; eso lo detesta el demonio.

Si un hijo quiere cambiar de sexo, dialoga con él, pero antes ayuna. Ayuno, oración y caridad, dice el P. Claudio Barbut.

Martha Morales