El día más feliz de Joseph Ratzinger

60 aniversario de su sacerdocio

Se cumplen 60 años del nombramiento como sacerdote de Benedicto XVI y por ello, el próximo miércoles la Iglesia universal revivirá ese día.

Actualizado 27 junio 2011

Jesús Colina/Zenit

El próximo 29 de junio Benedicto XVI recodará los sesenta años del “momento más importante de mi vida”, su ordenación sacerdotal, recibida en la catedral de Freising, cerca de Munich.

Recibió el sacramento, junto a su hermano mayor, Georg, de manos del cardenal Michael von Faulhaber, conocido como gran opositor al nazismo. “Adsum”, “Aquí estoy”,fueron las palabras que pronunció en latín, ante Dios y ante el pueblo el joven Joseph Ratzinger, a sus 24 años.

El próximo miércoles la Iglesia universal revivirá ese día, pero el papa no quiere que sea un momento de exaltación de su persona, mas bien espera que sirva para promover entre la Iglesia el agradecimiento a Dios por el don del sacerdocio y pedirle que suscite nuevas vocaciones.

De aquel espléndido día de verano, Joseph Ratzinger recuerda un detalle que para otros pasó desapercibido y que comparte en su libro “Mi vida” (Ed. Encuentro, 1997).

“No se debe ser supersticioso –escribe en esas memorias–, pero en el momento que el anciano arzobispo impuso sus manos sobre las mías, un pajarillo –tal vez una alondra– se elevó del altar mayor de la catedral y entonó un breve canto gozoso; para mí fue como si una voz de lo alto me dijese: va bien así, estás en el camino justo”.

Fue en esos días cuando Joseph Ratzinger descubrió lo que significa el sacerdote para la gente. “El día de la primera Misa, fuimos acogidos en todas partes –también entre personas completamente desconocidas– con una cordialidad que hasta aquel momento no me podría haber imaginado”, prosigue el papa en sus memorias.

“Experimenté así, muy directamente, cuán grandes esperanzas ponían los hombres en sus relaciones con el sacerdote, cuánto esperaban su bendición, que viene de la fuerza del Sacramento. No se trataba de mi persona ni la de mi hermano: ¿qué podrían significar, por sí mismos, dos hermanos como nosotros, para tanta gente que encontrábamos? Veían en nosotros a unas personas a las que Cristo había confiado una tarea para llevar su presencia entre los hombres; así, justamente porque no éramos nosotros quienes estábamos en el centro, nacían tan rápidamente relaciones de amistad”.

(Re)descubrimiento del sacerdocio

Este mismo (re)descubrimiento del sacerdocio, a nivel universal es el objetivo que se plantea Benedicto XVI al celebrar su aniversario del sacerdocio.

En este contexto, el prefecto de la Congregación vaticana para el Clero, el cardenal Mauro Piacenza, ha enviado una carta a los obispos del mundo para promover 60 horas de adoración eucarística por la santificación de los sacerdotes, por las nuevas vocaciones y por Benedicto XVI.

En el texto, firmado también por el secretario de la Congregación para el Clero, el arzobispo Celso Morga Iruzubieta, se explica que las horas de adoración eucarística dedicadas a esta intención pueden ser continuas o pueden distribuirse durante el mes de junio, y debe comprometer “de manera particular, a los sacerdotes”.

“El culmen de este recorrido de oración podría coincidir con la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús –Jornada de santificación sacerdotal–, el próximo viernes 1 de julio”, añade la carta.

Con esta iniciativa, la Iglesia pretende homenajear “al pontífice con una extraordinaria corona de oraciones y de unidad sobrenatural, capaz de mostrar el centro real de nuestra vida, de la que surge todo esfuerzo misionero y pastoral, así como el auténtico rostro de la Iglesia y sus sacerdotes”.

Oración por su sesenta aniversario
Señor,
te damos gracias
porque has abierto tu corazón para nosotros;
porque en tu muerte y en tu resurrección
te has convertido en fuente de vida.
Haz que seamos personas vivientes,
vivientes de tu fuente,
y dónanos el poder ser nosotros también fuentes,
capaces de donar a este nuestro tiempo
agua de vida.
Te damos gracias
por la gracia del ministerio sacerdotal.
Señor, bendícenos
y bendice a todos los hombres de este tiempo
que están sedientos y en la búsqueda

Amén.

Récords de asistencia, confesiones y sacerdotes

Asistencia multitudinaria de devotos

Los 30 años de las apariciones de Medjugorje bate récords de asistencia, confesiones y sacerdotes

Se estima que entre medio millón y un millón visitan el santuario anualmente.

Actualizado 27 junio 2011

ReL

El 24 de junio de 1981, la Virgen supuestamente se apareció a seis niños residentes en esta pequeña ciudad, situada en el suroeste de Bosnia-Herzegovina.

Hasta hoy este milagro no ha sido reconocido oficialmente por el Vaticano, aunque varios de los «videntes» de Medjugorje aseguran que la Virgen se les sigue apareciendo.

Desde el año pasado una comisión liderada por el ex vicario general de Roma, cardenal Camillo Ruini, investiga a fondo el caso, que atrae a cientos de miles de peregrinos todos los años.

Sólo este fin de semana han llegado hasta esta remota región balcánica, situada a unos 25 kilómetros del mar Adriático, decenas de miles de fieles procedentes, entre otros países, de Colombia, México, Brasil, Italia, España, Portugal y China.

Se cuenta que a Ivanka Ivankovic, Mirjana Dragicevic, Vicka Ivankovic, Ivan Dragicevic, Ivan Ivankovic y Milka Pavlovic se les apareció en el cercano monte de Crnica una imagen blanca, con un niño en los brazos.

Sorprendidos y asustados no se acercaron, pero el día siguiente a la misma hora cuatro de ellos se sintieron fuertemente atraídos hacia el mismo lugar. Y esta vez reconocieron a la Virgen, conversaron y rezaron con ella.

Dos de ellos nunca más tuvieron visiones, pero la Virgen supuestamente se sigue apareciendo hasta hoy a los demás «videntes» y les transmite mensajes de paz.

Desde entonces, el denominado santuario de la Virgen de la Paz ha sido visitado por más de 30 millones de devotos de todo el mundo, según estimaciones de la Iglesia católica local.

Temprano en la mañana del sábado, ante la Iglesia de San Jacobo se formó una larga fila de peregrinos que rezaban y cantaban, muchos llorando de exaltación o arrepentimiento, mientras que otros miles se reunían ante la casa de la vidente Vicka Ivankovic.

Cada lunes y miércoles, Vicka comunica los mensajes de la Virgen a los peregrinos desde su balcón, donde abraza, besa, acaricia a los enfermos y reza con ellos.

Los demás suben bajo el implacable sol del verano al monte de la aparición -un kilómetro de piedra arisca- muchos de ellos incluso descalzos.

Entre ellos, el madrileño Javier López García junto a Ignacio, de 6 años, que han venido por primera vez a Medjugorje.

«Se trata de un santuario mundialmente conocido y hace mucho que quería venir», declaró el madrileño a Efe mientras subía al monte Crnica.

Planea pasar en Medjugorje cuatro días de peregrinaje y oración, convencido de que ha venido a un sitio «santo», ya que éste es para él «un lugar de fe, de redención y oración».

A pesar de que la Iglesia católica no haya reconocido el milagro de Medjugorje tal como lo hizo en el caso de Lourdes o Fátima, los devotos que visitan el santuario creen firmemente en las apariciones y aseguran que aquí encuentran fe y renovación espiritual.

Este fin de semana han batidos récords las comuniones repartidas, las confesiones tomadas, el número de sacerdotes que oficiaron misas y los idiomas en que lo hicieron.

Los propietarios de las tiendas de recuerdos, los hoteles y hostales y las agencias turísticas pueden estar satisfechos, ya que han batido récords también la cantidad de pernoctaciones realizadas y el número de «souvenirs» vendidos.

Si antes era una localidad pobre cuya población soñaba con poder irse a trabajar a Alemania, Medjugorje es hoy uno de los municipios más ricos de Bosnia-Herzegovina, lleno de hoteles y restaurantes.

Rosarios y estatuillas de la Virgen, mayormente importados de China, se venden a cada paso por entre 5 y 50 euros y cada casa alquila camas por hasta 50 euros.

No hay datos oficiales sobre el número de peregrinos o las ganancias, ya que la mayoría de los huéspedes no se registra, pero se estima que entre medio millón y un millón visitan el santuario anualmente y se quedan en la localidad tres o cuatro días.

Siendo el turismo religioso un negocio tan lucrativo, tampoco los locales se preocupan mucho de si el Vaticano reconocerá o no el milagro del santuario.

Y a los peregrinos tampoco parece preocuparles la declaración oficial por parte del Vaticano.

«Todo el mundo sabe que aquí se apareció la Virgen y no me importa si el Vaticano reconoce el milagro o no. Yo sé qué ocurrió aquí, lo siento, lo sienten todos los peregrinos que están aquí», asegura Javier López García, el peregrino llegado desde Madrid.