«No es casual que el enemigo del género humano quiera quitar las cruces de las escuelas, de los hospitales y de los lugares públicos. Conoce demasiado bien el poder de la cruz de Cristo, ya que por ella ha sido definitivamente vencido. Tampoco es casual que la Virgen María, cuando se aparece a los videntes en Medjugorje, siempre se hace presente donde hay un crucifijo. Cuando Francia era cristiana (¡ya volverá a serlo!), los creyentes erigían crucifijos en los cruces de los caminos, y también a veces calvarios, y esto atraía las bendiciones de Dios sobre aquellos parajes. Ahora, se los destruye. ¿Cuántas bendiciones nos han traído? ¿Echar al Salvador no es acaso descartar la salvación?
Si el mundo anhela a Dios que es amor, ¡Dios mismo anhela nuestra mirada de amor sobre Él! En su inmenso amor por nosotros está al acecho para captar la menor expresión de amor de nuestra parte. Por eso Jesús nos dijo en la cruz: “¡Tengo sed!” Sobre todo, ¡tiene sed de nosotros!
La Semana Santa es una ocasión privilegiada para desalterar su Corazón, sediento de amor, por nuestra atención amante a todo lo que Él vive, sufre y espera de nosotros. ¡Una hermosa ocasión para volver a avivar nuestra intimidad con Él! No podemos imaginar las gracias que tiene reservadas para aquellos que lo adoran o que se esfuerzan humildemente por adorarlo. La vidente Vicka nos da un muy buen consejo para unirnos a Jesús en estos días en los que evocamos sus sufrimientos. Preguntarle simplemente: “Jesús, ¿qué quieres que haga por ti?” Y Él, ¿qué no ha hecho por nosotros que hubiera podido hacer?»
© Children of Medjugorje del mes de marzo de 2024
Moral y Luces 