¿ALGUIEN CONOCE AL HERMANO MIHAI (MIGUEL) NEAMTU DE RUMANIA? (1924-2000)

«Lo visité en su casa en 1999. Era un profeta poderoso, dotado de una gran intimidad con Jesús, María, los santos y los ángeles del Cielo con los cuales conversaba frecuentemente. Como Santa Hildegarda, había recibido ciencia infusa acerca de las plantas y sus virtudes terapéuticas. Su causa de beatificación ya ha sido introducida en Roma. Antes de la celebración de Navidad deseo citar unas palabras suyas que me han conmovido profundamente y son motivo de regocijo.

Cierto día, con el padre Gherasim, el hermano Mihai se dirigía a un pueblo cercano para la celebración de la Misa, confesarse y comulgar. En el camino, se encontraron con Moisés y con Elías, aquellos que se dejaron ver junto a Jesús en el día de la Transfiguración.

Al llegar frente a la iglesia, Fray Mihai y el p. Gherasim quisieron entrar primeros, pero Moisés y Elías los detuvieron y les dijeron: “No, ustedes deben ingresar después de nosotros, porque nosotros, en el Cielo, somos más que ustedes”. Por lo tanto, después de haber participado de la Santa Misa, Fray Mihai y el p. Gherasim dejaron que Moisés y Elías los precedieran para salir de la iglesia. Pero ellos se opusieron y les dijeron: “No, ahora ustedes deben pasar antes que nosotros porque ahora son tan puros y santos como Jesús lo es en este momento en el Cielo”. Y el hermano Mihai, en su gran amor por Jesús subrayó con fuerza: “Quien se confiese y comulgue es en aquel mismo instante tan puro y santo como Jesús lo es en el Cielo”

Fray Mihai exhortaba a sus hijos espirituales a divulgar a todos aquel acontecimiento debido a su gran importancia para nosotros. Estas palabras del fraile me han sorprendido y conmocionado grandemente. ¿Cómo, luego de confesarme y de comulgar, puedo ser tan pura y santa como lo es Jesús en el Cielo? Se lo he preguntado a varios sacerdotes y la respuesta de todos fue unánime: ¡ES CIERTO desde el punto de vista teológico! En efecto, cuando comulgamos (por supuesto, estando en gracia y sin apego deliberado a pecado alguno), Jesús nos transforma en Él mismo y somos como Él porque Él nos diviniza.

Ahora que nos preparamos para recibir al Niño Dios en nuestro corazón en Navidad, ¿Cómo no desear hacer una buena y sincera confesión y luego comulgar fervientemente? ¿Cómo no desear vivir esta divina pureza de corazón que hará las delicias del Niño Jesús en nosotros y la alegría de su Madre?»

© Children of Medjugorje del mes de diciembre de 2023

Sor Emmanuel

Autor: Moral y Luces

Moral y Luces

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