La devoción a nuestra madre, la Virgen

Jesús –decía San Ignacio de Antioquía- es “hijo de Dios y de María”. Esta frase, en toda su sencillez, contiene una verdad que da vértigo. María se ve colocada al lado de Dios. María es la única persona que le puede decir a Jesús lo que le dice el Padre desde toda la eternidad: “Tú eres mi hijo, yo te he engendrado”.

San Josemaría escribía: “Si no hay devoción a María no puede haber nada: las almas están como si no tuvieran fundamento para la vida espiritual” (Tertulia 23-X-1972). Y continuaba en otro momento: “Si se tiene la desgracia de separarse de Dios por el pecado, o está a punto de separarse porque le va entrando la tibieza y la desgana, entonces acude a la Santísima Virgen y encuentra otra vez la fuerza; la fuerza para ir al confesonario y abrir bien la conciencia con gran sinceridad, sin que haya secretos a medias con el diablo”. Levantarse de una caída cuesta, y cuesta más a medida que pasan los años.

La desesperanza es un enemigo sutil que nos lleva a encerrarnos en nosotros mismos. Pensamos que hemos defraudado a Dios, sin embargo, ¡Él nos conoce perfectamente! A cada uno nos podría decir, como a Jeremías: antes de plasmarte en el seno materno te conocí (Jer 1,5). Por eso, su amor por nosotros constituye una seguridad firme: sabiendo cómo somos, Dios nos ha amado hasta dar la vida por nosotros… y no se ha equivocado.

San Juan Bosco decía: “Si amamos a María veremos lo que son los milagros”, y es así porque el nombre de María es portentoso. Mueve el cielo y la tierra.

Reginaldo Garrigou Lagrange cuenta que como dominico joven estudiaba y estudiaba a Santo Tomás, y en un momento dado tuvo una gran crisis afectiva, y se planteó ¿es que mi vida va a ser sólo estudiar? Su director espiritual le dijo: Cada noche cuando te vayas a dormir, en vez de hacer examen riguroso simplemente ponte a conversar María como conversabas con tu mamá en tu infancia, ábrele tu corazón, muéstrale tus miserias con una absoluta confianza y te sentirás enormemente confortado. Así lo hizo. Iba en una dirección peligrosa pues se basaba en sus fuerzas. Para nuestra Madre del Cielo jamás dejamos de ser pequeños. Los niños no quieren separarse de su mamá. Vamos bien si estamos muy cerca de Santa María.

Hay tres frases de la Virgen que no hay que olvidar:

No tienen vino: confiar en que la Virgen presenta a su Hijo nuestras necesidades.

Haced lo que él os diga, aconseja: danos luz para saber lo que Jesús nos dice.

He aquí a la esclava del Señor: ante la llamada de Dios, que no tenga otra respuesta para Él que el “sí”.

La Virgen “adelantó los tiempos” en las bodas de Caná. Pedir para que se adelanten los tiempos. La oración ante el Sagrario es un modo de adelantar los tiempos. Cuando comulgamos se adelanta la hora: entra el reino de Dios a ti y al mundo. La gracia es el vino de nuestra vida, es la alegría de nuestra vida. El que reza es una persona esperanzada. El que no espera no reza. La piedad es un don del Espíritu Santo. El campo que da más fruto es el que se roturó, se cultivó y se regó; es un campo trabajado y eso pide tiempo. La fe, aparentemente débil, es la fuerza del mundo.

San Juan XXIII escribía: “Asemejarse a María significa amar la humildad y la sencillez, la pureza de costumbres y la mansedumbre de palabra, de trato, de corazón, el amor a la casa y al trabajo cotidiano”.

Dice Benedicto XVI que la Virgen es el icono de la Iglesia, por tanto, es el icono de cada alma, señala las características del proyecto de Dios. Es vida, dulzura y esperanza nuestra. Nadie como ella ha anhelado la salvación, y nadie como ella recibe la salvación.

“Let it Be”: la verdad detrás de la visita de la Virgen María a Paul McCartney

“Cuando me encuentro en tiempos difíciles, la Madre María viene a mí / Diciendo palabras de sabiduría: Déjalo estar”

Los sueños siempre le han venido bien a Paul McCartney. Una mañana de 1965, se despertó con la melodía de Yesterday completamente formada, con su música melancólica confirmando su alegre reputación de “el Beatle guapo”.

Sus problemas parecían muy lejanos durante estos días embriagadores de obsesión de pelo largo, pero tres años más tarde el sueño compartido con sus compañeros de grupo se había transformado en una pesadilla de desacuerdos creativos, riñas empresariales y choques de carácter.

“Estaba pasando por un momento realmente difícil en torno al otoño de 1968”, recordaría más tarde McCartney en el libro de Marlo Thomas Las palabras precisas en el momento oportuno.

“Ya estaba muy avanzada la carrera de The Beatles y habíamos empezado a hacer un álbum nuevo, una continuación del White Album. Como grupo, empezábamos a tener problemas. Creo que tenía la sensación de que The Beatles iba a disolverse, así que me quedaba despierto de madrugada, bebiendo, tomando drogas, yendo de bares, como era común entre mucha gente de entonces. Sin duda, vivía y jugaba fuerte”.

Fue entonces cuando, durante uno de los breves episodios de sueño irregular que consiguió intercalar en su insomnio, una vez más recibió una visita en sus sueños; esta vez la de una presencia reconfortante de fe y fortaleza. McCartney, que se despertó a la mañana siguiente con las fuerzas restablecidas, tomó papel y bolígrafo para escribir una canción nueva que evocara esta emotiva experiencia.

Cuando me encuentro en tiempos difíciles, la Madre María viene a mí/Diciendo palabras de sabiduría: Déjalo estar.

En los años venideros, admiradores de todo el mundo interpretaron que esta figura era la Virgen María, Madre de Jesús, pero la verdad era mucho más literal para el compositor de la canción. Sintió el cálido confort de su propia madre, Mary Mohin McCartney, que sucumbió a un cáncer de pecho cuando él tenía solo 14 años.

“En un sueño vi a mi madre, que llevaba muerta unos 10 años”, contó al escritor Barry Miles en la biografía autorizada Many Years from Now. “Fue fantástico verla, porque eso es lo maravilloso que tienen los sueños: te reúnes de verdad con esa persona durante un segundo; está ahí y parecéis estar físicamente juntos de nuevo. Fue maravilloso para mí y ella fue muy tranquilizadora. En el sueño me dijo: ‘Todo irá bien’.  No estoy seguro de si usó las palabras ‘Déjalo estar’ [Let it be], pero esa era la esencia de su consejo. Era: ‘No te preocupes demasiado, todo va a salir bien’. Fue un sueño tan placentero que me desperté pensando ‘Oh, ha sido estupendo poder hablar con ella otra vez’. Me sentí muy bendecido por haber tenido aquel sueño. Eso me hizo escribir la canción Let It Be’”.

Las palabras salieron de la misma fuente subconsciente que hizo brotar la apenada letra de Yesterday. La muerte repentina de Mary dejó devastada a la familia McCartney, para quien era una fuente principal de fortaleza y apoyo. “Mi madre había sido enfermera, muy trabajadora, porque quería lo mejor para nosotros. No éramos una familia pudiente —no teníamos coche, apenas pudimos permitirnos una televisión—, así que mis dos padres trabajaban y Mamá contribuía con una buena mitad de los ingresos familiares. De noche, cuando volvía a casa, solía cocinar, así que no teníamos mucho tiempo para estar juntos. Pero simplemente era una presencia muy reconfortante en mi vida”. Como no sabía nada de su enfermedad, Paul McCartney quedó tan impactado por la muerte de su madre que su primera reacción automática fue: “¿Qué vamos a hacer sin su dinero?”. Fue una frase que le atormentaría durante años.

McCartney lidió con su dolor entregándose al dominio de la guitarra. El dramático hecho sirvió también como cimiento para su amistad con John Lennon, que perdería a su madre menos de dos años después en un accidente de tráfico. “Aquello se convirtió en un vínculo muy grande entre John y yo”, dijo McCartney durante el documental The Beatles Anthology. “Ambos teníamos este torbellino emocional que debíamos afrontar y, como éramos adolescentes, teníamos que manejarlo muy rápido”. Juntos, se animaron mutuamente a la creación.

Aunque sería apresurado decir que el primer trabajo compositivo de McCartney, I Lost My Little Girl, estaba directamente inspirado en el trauma familiar, Yesterday sí se vuelve especialmente emotiva cuando se piensa desde la perspectiva de un desorientado joven que reaccionó mal tras la abrupta muerte de su madre.

“Por qué tuvo que irse, no lo sé, no lo dijo/ Dije algo malo, ahora añoro el ayer”.

Mientras que Yesterday dificultaba sus despreocupados días de fama, fortuna y admiración con recuerdos de un profundo arrepentimiento, Let It Be es su imagen espejo, ofreciendo esperanza desde la profunda oscuridad de sus adentros. “Me desperté con una sensación estupenda. Era como si me hubiera visitado de verdad en este momento tan difícil de mi vida y me diera este mensaje: Sé dulce, no luches contra las cosas, simplemente intenta seguir la corriente y todo saldrá bien”.

La canción tomaría forma por primera vez en enero de 1969, durante las tortuosas sesiones de lo que entonces se conoció como Get Back, un proyecto multimedia que combinaba un especial de televisión con un álbum en directo. Las relaciones entre los Beatles estaban más tensas incluso que durante la grabación del White Album seis meses antes, y McCartney sentía que el grupo se desmoronaba sin remedio. Por fortuna, su ánimo se vio reforzado por la nueva mujer de su vida: su futura esposa Linda Eastman. “No mucho después del sueño, me casé con Linda, que fue mi salvación”, recordó. “Podría decirse que era como si mi madre la hubiera enviado”.

La experiencia Get Back fue tan desagradable que las cintas quedaron en un cajón durante un año, durante el cual The Beatles logró grabar un último álbum, Abbey Road, titulado en honor de su hogar creativo de siempre. McCartney regresaría allí el 4 de enero de 1970, con George Harrison y Ringo Starr, para dar los toques finales al Let It Be que grabaron anteriormente. Por las circunstancias correspondientes a su distanciamiento, Lennon estuvo ausente de la sesión; en su lugar, Linda permaneció al lado de McCartney para darle ánimos y, excepcionalmente, aporte creativo. “La canción es una de las primeras cosas que Linda y yo hicimos juntos musicalmente”, recordó el Beatle. “Solo pensé ‘Oh, estaría bien probar un armonía’. Aunque Linda no era una cantante profesional, la había escuchado cantar por la casa y sabía que podía mantener una nota y cantar tan agudo. Así que lo intentó y funcionó y se quedó en la grabación. Puede escucharse a día de hoy”. Harrison también contribuiría con los coros y con un nuevo solo de guitarra, concluyendo así la última sesión de The Beatles como grupo.

Let It Be sería el último single de la banda antes del anuncio de su separación en abril y también sería el tema que daría nombre a su LP canto de cisne estrenado un mes después. Desde entonces ha alcanzado el estatus de un himno moderno querido por todos que trae alegría e inspiración a millones de personas. En 1986 fue escogido para poner el broche al concierto repleto de estrellas Live Aid en Londres, transmitiendo el mensaje celestial de fe de María por todo el mundo. La canción traería consuelo a su autor una vez más en 1998, cuando una multitud de 700 personas la cantó en el funeral de Linda, que había perdido la batalla contra el cáncer de pecho. Para McCartney, fue un conmovedor eco de la tragedia que experimentó de niño, pero la música continuaba ayudándole.

A pesar de su intenso significado personal, McCartney ha mantenido una actitud bondadosa en relación a las interpretaciones más piadosas de la canción. “‘Madre María’ lo convierte en algo cuasi religioso, así que puede entenderse así, no me importa”, contó a Miles. “Me alegra que la gente quiera usarla para apuntalar su fe. No tengo problemas con eso. Creo que es estupendo tener cualquier tipo de fe, sobre todo en el mundo en que vivimos”.

Autorizado por la Virgen… ¡para «robar» el cepillo!

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“A menudo no era fácil robar al párroco“, escribe Marcelo Van: “Por eso normalmente solía recurrir a la Virgen. Después de presentarme ante ella y exponerle todas las desgracias de mi vida, me acercaba al cepillo de las limosnas e intentaba extraer algunas monedas. De sorprenderme alguien, me habría acusado de robo; pero ante la Virgen era inocente, ya que con su permiso me atrevía a tomar ese dinero. Siempre me fue fácil extraer el dinero del cepillo de la Virgen, siempre ocurría todo según mis deseos”.

¿La Virgen María, justificando un robo? A primera vista puede parecer escandaloso, incluso blasfemo. Pero hay que conocer la historia al completo.

Sufrimientos por comulgar, sufrimientos por la Virgen

El autor del texto autobiográfico, Marcelo Van (1928-1959), religioso redentorista vietnamita, tiene abierta su causa de beatificación. Cuando sucedieron los hechos que relata, tenía ocho años: si hemos de imaginar la escena, se parecería mucho a algunas travesuras parecidas de Marcelino Pan y Vino en la película que rodó Ladislao Vajda en 1955.

Y, lo más importante: cuando el pequeño hablaba de las “desgracias” de su vida, no exageraba ni se justificaba. Era, efectivamente, pobre, y estaba solo en terreno hostil… que no debía haberlo sido, donde le dejaban sin comer y apenas gozaba de ropa y calzado que ponerse.

Ya había sentido la vocación sacerdotal, y había acudido desde su localidad natal de Ngam Giao a la vecina de Huu Bang, para irse preparando en casa de un sacerdote que tenía una especie de seminario menor. Era un hombre negligente que delegaba el gobierno del día a día en un catequista odioso que, celoso de la santidad de Marcelo, le hacía la vida imposible, dándole palizas continuas con una vara de bambú. Para impedirle comulgar, le ponía como condición recibir tres varazos la noche anterior. El niño aceptaba el castigo con tal de recibir al Señor.

Se refugiaba para consolarse en el rezo del rosario, así que le quitaron el rosario; contaba entonces las avemarías con garbanzos, así que le quitaron los garbanzos; se fabricó un rosario con nudos en una cuerda que escondía en el cinturón, pero también se lo encontraron. Hasta las manos estaba dispuesto a perder con tal de no abandonar esa práctica de amor a María. Así lo explica también en su Autobiografía: “Aunque tenga que sacrificar hasta la punta de mis diez dedos, nunca dejará mi corazón de expresar su amor a la Virgen con el rezo del Rosario. En efecto, es gracias a esta práctica por lo que María mi Madre ha acudido siempre a socorrerme, obligando al demonio a temerme, de tal modo que nunca consiguió vencerme”.

Una relación especial con María

La historia de Marcelo Van es la historia de esa relación especial con la Madre de Dios. Nunca la vio, pero sí escuchó su voz. La suya, y la de Jesucristo y Santa Teresita del Niño Jesús, los tres guías de su vida. Una vida que está transformando muchas otras, y que se resume en una perfecta obediencia a la voluntad de Dios, conocida con una cercanía mística de la que no duda quien fuera su director espiritual, el padre Antonio Boucher: “Su vida ejemplar, la pureza de su alma, su obediencia perfecta a su director espiritual y su generosidad frente al sacrificio me dan un prejuicio favorable con relación a la veracidad y a la autenticidad de aquellas comunicaciones”. Lo mismo debió pensar el cardenal  François-Xavier Nguyen Van Thuan (1928-2002), pues fue el primer postulador de su causa.

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La gran prueba de esa fidelidad al designio de Dios la dio Marcelo Van al rechazar ser sacerdote. Había sido su sueño desde niño, desde que jugaba de pequeño con sus hermanos a decir misa y hacer procesiones. Por ser sacerdote soportó todas aquellas penalidades infantiles y muchas otras que vinieron después, recogidas en la Pequeña historia de Van del padre Boucher recientemente publicada en español.

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En efecto, guiado por la Santísima Virgen, a quien había acudido pidiendo ayuda en un momento de desolación espiritual, conoció la Historia de un alma de Santa Teresita del Niño Jesús, y vio en ella a un alma gemela que pronto comenzó a guiar su vida también mediante locuciones interiores. Fue la carmelita de Lisieux quien le anunció que Dios no le quería como sacerdote, sino como religioso. Y Van, todo docilidad, luchó contra la frustración de los planes de su vida para hacer realidad los de Dios. Cuando le propusieron ser sacerdote, dijo que no, porque no eran los planes de Dios. También a través de la Virgen supo que Dios le quería en los redentoristas, la congregación fundada por San Alfonso María de Ligorio, uno de los grandes apóstoles de la devoción a María, a pesar de que había comenzado su formación en los dominicos.

En la Congregación del Santísimo Redentor ingresó y allí estuvo hasta que en 1954 fue detenido por el naciente régimen comunista de Vietnam del Norte. Murió en un campo de concentración cinco años después. Fue a consecuencia de las enfermedades contraídas en reclusión, un tiempo durante el cual terminó de germinar su fama de santidad, pues se convirtió en consejero y consuelo de sus compañeros de desgracia siempre con una sonrisa en los labios.

Un apóstol de María para el siglo XXI

Marcelo Van está llamado ser una de las grandes figuras espirituales de la devoción mariana en el siglo XXI, a medida que se va extendiendo el conocimiento de su figura. Se ha publicado en español una serie de libros sobre él, de los cuales uno en particular se centra en la importancia que tuvo para él la Madre de Dios.

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Oh María, eres mi verdadera madre es un breve texto de Eric de Kermadec, sacerdote de la diócesis de Lyon (Francia) y antiguo profesor de Mariología en el seminario de Ars, que permite rastrear la huella de esa guía mariana en la vida de Marcelo Van a través de su autobiografía (escrita por orden de su confesor, el padre Boucher), de su epistolario, de sus coloquios con Jesús, María y Santa Teresita.

La idea de la Virgen como Madre es esencial en la vida interior de Van, tan próxima a la infancia espiritual de la santa de Lisieux. En una de sus reflexiones, él mismo explica por qué: “Ya en el cielo, siempre te llamaré con el nombre de Madre, como suele llamarte mi hermana Teresita… Sí, este nombre, ‘Madre’, es el único que me gusta darte. No me gusta llamarte ‘Reina’ ni darte otro nombre. ¡Oh, María! Tú eres Madre, solo Madre y nada más. Para mí, eres Madre, la única que es verdaderamente mi Madre”.

Lo cual no decía porque la suya natural hubiese sido mala. Al contrario, se quisieron y ella siempre le apoyó en su vocación sacerdotal primero y religiosa después. Pero aquellos coloquios interiores con Nuestra Señora le habían transformado: “Eres, ¡oh madre! mi baluarte de protección, el remedio a mis heridas y la enfermera cuyas manos están siempre disponibles para curar las llagas de mi corazón y secar sus lágrimas. ¡Oh, María! No puedo sino mantener siempre la mirada fija en ti y confiarme a tu protección”.

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María, Reina de las Familias, ruega por nosotros

Itapiranga, apariciones aprobadas en el Amazonas

Aunque aún en estudio- resumidas por el mariólogo Mark Miravalle

Mark Miravalle, laico nacido en 1959 en San Francisco, EEUU, es un reputado experto en mariología. Es profesor de teología en la Universidad Franciscana de Steubenville y presidente de un movimiento llamado Vox Populi Mariae Mediatrici, que propone reconocer a la Virgen María como Mediadora y Co-redentora.

Se casó en 1981, con su mujer visitó Medjugorje en 1984 y en 1985 presentó una tesis sobreel mensaje de Medjugorje como “una formulación postconciliar de Lourdes y Fátima”. Es miembro de la Sociedad Mariológica de América y la Sociedad Ecuménica de la Bendita Virgen María, EEUU.

Este es el autor del reciente libro, en inglés, “The Three Hearts” (Los Tres Corazones) con el subtítulo “Apariciones aprobadas por la Iglesia desde la Jungla del Amazonas“.

Unas apariciones que empezaron en 1994

Se refiere a las llamadas apariciones de Itapiranga, en Brasil, que empezaron en 1994 en Manaos, la capital de la Amazonía brasileña.

El vidente es Edson Glauber, que entonces era un estudiante de economía de 21 años.

Experimentó la visión de tres corazones que transmitían luz: los de Jesús, San José y la Virgen María. Después vería a la Virgen, con el aspecto de una muchacha de unos 17 años, que le transmitiría muchos mensajes.

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Edson Glauber… y un icono de los 3 Corazones

La “aprobación oficial” no es aún firme, según el informe de MiracleHunter.com. En mayo de 2009 el arzobispo Carillo Gritti de Itacoatiara declaró que tras una investigación de cinco años, “considerando estas opiniones, testimonios y desarrollos y ponderando todo en oración y reflexión teológica, todo me lleva a encontrar que en apariencia Itapiranga es de origen sobrenatural”. Nueve meses después, en enero de 2010, el arzobispo promulgaba un decreto que permitía el culto a la Virgen en Itapiranga (la web del santuario es www.santuariodeitapiranga.com.br) y establecía una comisión para seguir investigando las apariciones, que siguen teniendo a Edson Glauber como único vidente (con la excepción, en cierta época, de su madre).

Una selección de las enseñanzas de la Virgen

Mark Miravalle habló con Edson Glauber, comentó los mensajes de la Virgen recogidos y acumulados en varios años y preparó su libro.

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El mariólogo Mark Miravalle

Los mensajes son textos de 1994 a 1997, con algunos más de 2001.

Un elemento en ellos es la conexión con Fátima: la Virgen menciona Fátima por su nombre en más de una ocasión y se refiere a Jacinta y Francisco, los santos videntes pastorcitos. A veces, la Virgen de Itapiranga se aparece en aniversarios de hechos de Fátima.

En Itapiranga la Virgen, que se presenta como “Reina del Rosario”, repite una y otra vez ideas similares a las de Fátima:

– que hay que rezar el Rosario cada día, porque es un arma que “defiende del Maligno”
– que hay que rezar y sacrificarse por los pecadores
– que hay que adorar a Jesús en la Santa Eucaristía

A veces, la Virgen da también indicaciones para la vida concreta para evitar extravíos, como “apaga tu televisión”.

Algunas novedades respecto a Fátima

Hay algunos temas nuevos, que desarrollan las enseñanzas anteriores:

– Se pide rezar el rosario, específicamente, en familia
– la Virgen se presenta también como Reina de la Juventud
– se pide ir a confesarse frecuentemente
– se confirma que “la verdera Iglesia es la Iglesia Católica Apostólica Romana”
– y se previene que una serie de castigos o correcciones se aproximan para el mundo

Los Tres Corazones, con el Castísimo Corazón de José

edson_3_corazones_dibujo-268x300Si en Fátima el 13 de octubre de 1917 Jesús aparecía con María y José, aquí en 1997 destaca la aparición de sus Tres Corazones que brillan como diamantes.

Además, en una serie de 9 mensajes del 1 al 9 de marzo de 1998, se pide fomentar la devoción y consagración al “Tercer Corazón”, el “Castísimo Corazón de San José”.

Mark Miravalle, como teólogo, explica por qué es necesaria, en nuestra época, esta devoción a San José y su Corazón. En estos mensajes de 1998 habría hablado San José mismo. Miravalle señala que sería como respuesta al “estado ubicuo de degeneración moral, desastre y guerra”. En otra aparición sería la Virgen la que dice que “el mundo entero debería tener un mayor amor por el Castísimo Corazón de José”, como un remedio a los ataques contra la familia en este “fin de los tiempos”.

Fiesta el miércoles después del Sagrado Corazón

En estas apariciones, Jesús declararía que “quien tenga una devoción profunda al Castísimo Corazón de San José no estará perdido para siempre. Esta es mi gran promesa, que hago hoy en este lugar santo“.

Y también habría dicho: “Deseo que en el primer miércoles después de la fiesta de mi Sagrado Corazón y el Inmaculado Corazón de María, se dedique a la Fiesta del Castísimo Corazón de San José”.

El libro incluye una docena de ideas para honrar al Corazón de San José, incluso recuperando una tradición que le gustaba a Santa Teresa de Ávila, llamada “la oración de la Capa de San José”: Edson recibió un mensaje en 2016 pidiendo que la reviviera.

Itapiranga, con Mark Miravalle como promotor desde una visión académica y mariológica, puede así entroncar con el final del centenario de Fátima y abrir una nueva línea de devoción y conversión que amplia la que nació en el pasado siglo.

María, Reina de las Familias, ruega por nosotros.

La Flor de Lis, la imagen de la Virgen más antigua que se conserva en Madrid

Permaneció siglos oculta

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La imagen se encuentra en la actualidad en la cripta de la catedral de La Almudena

La pintura de la Flor de Lis, conocida de este modo por sostener la imagen de la Virgen dicha flor en su mano, es considerada la representación de María más antigua que se conserva en estos momentos en la ciudad de Madrid. Se encuentra en la actualidad en la cripta de la catedral de La Almudena y durante años, antes de que apareciese la imagen de la Almudena escondida en la muralla, fue la venerada en el entonces pequeño pueblo.

Venerada hasta que la Almudena apareció en la muralla

Según cuenta Alfa y Omega, la tradición cuenta que, habiendo reconquistado el rey Alfonso VI el entonces pequeño Madrid en el año 1083, y tras volver a cristianizar la antigua iglesia convertida en mezquita, al estar escondida la imagen de Santa María en lugar desconocido, el rey mandó pintar una imagen de la Virgen con el Niño que la sustituyese para la veneración del pueblo. Así fue hasta que, en el año 1085, al volver victorioso el rey tras la toma de Toledo, se encontró la imagen de Santa María en la muralla. Volvió a ser entronizada en su templo y quedó tapada la pintura de La flor de lis.

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Algunas teorías explican que el autor de la imagen se inspiro en la reina Constanza, esposa de Alfonso VI y de origen francés, motivo por el que tenía consigo la flor de lis. Otros aluden a la pureza de María. A sus pies está la cruz de consagración del templo, aunque con una forma parecida a la de Calatrava. También podría ser que estos caballeros ayudasen en la conquista y dejaran la cruz a los pies de la Virgen.

Se descubrió de nuevo en 1623

En el año 1623 la reina Isabel de Borbón, antes de dar a luz a la infanta Margarita, acudió a rezar ante la Almudena y decidió trasladar la imagen al altar mayor. Al ir a adecuar el lugar, se descubrió la imagen de La flor de lis pintada en el muro, donde permaneció hasta 1638, año en que Felipe IV hizo el gran retablo a la Almudena.

El trozo de muro con la imagen pintada fue trasladado a la capilla bautismal, donde permaneció hasta 1834, cuando se creó la Congregación de Jardineros y la hicieron altar propio. En el año 1868, en el que se derriba el templo, la imagen fue trasladada junto con la Almudena a la iglesia de las religiosas cistercienses en la calle Mayor, y de allí volvió a la cripta de la catedral.

oy en día podemos verla en todo su esplendor en la cripta, donde se le celebra una Misa mensual. Hasta hace muy pocos años se encontraban las paredes junto a su altar llenas de exvotos de cera (manos, pies ojos, cabezas…), como testimonio de tantos favores recibidos por su intercesión.

Niños católicos e hindúes aseguran que la Virgen se les ha aparecido varias veces

Entre un aroma a jazmín

 

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La Virgen se habría aparecido varias veces a estos niños

Un hecho extraordinario podría haber ocurrido en India, teniendo como testigos tanto a niños católicos como hindúes, que afirman haber presenciado varias apariciones de la Virgen y otra de Cristo mientras en la iglesia había un aroma a jazmín.

Los hechos se remontan al 23 de septiembre y se localizan en la iglesia de San Ambrosio y la escuela católica situada junto a ella en la localidad de Edavanakkad, en el estado indio de Kerala, y dependiente al Arzobispado de Verapoly.

De momento, el sacerdote Merton D´Silva ha asegurado que las autoridades diocesanas han tomado la decisión de momento de “esperar y ver” antes de intervenir, tal y como informa Matters India.

La niña curada del oído

Todo comenzó en septiembre cuando una de las niñas de la escuela católica, una pequeña hindú llamada Krishnaveda, acudió a la iglesia rezar por un problema que tenía en el oído. Se echó un poco de agua bendita en la oreja y se curó al momento. Este hecho se lo contó a sus compañeros y después de clase fueron todos al templo a orar.

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Iglesia de San Ambrosio, lugar de las supuestas apariciones

De camino a la iglesia, los niños miraron hacia arriba y vieron en el cielo una visión de Cristo siendo azotado. En ese momento empezaron a recitar el nombre de Jesús y entraron a la iglesia para dar gracias por la curación de su compañera.

La única niña católica entre ellos, Ambrosiya, se ofreció a dirigir el rezo del Rosariopero, al no saber de memoria los Misterios Luminosos que se rezan los jueves, buscó la ayuda de un profesor.

La Virgen, bajo el altar

Una de las niñas, llamada Anusree, dijo al profesor que la Virgen María estaba parada bajo el altar. Los menores aseguraron además sentir el olor de jazmines. La Virgen le habría dicho a los niños que se acercasen, lo que asustó a una niña llamada Sivanya, que dijo que quería irse.

Mientras que el profesor sacaba a los estudiantes de la iglesia, las niñas aseguraron que la aparición las siguió y les pidió que no se fueran. El profesor contó este hecho a otros docentes, mientras que algunos niños recurrieron al padre D’Silva.

Cuando el sacerdote llevó a los niños de regreso a la iglesia para que pudieran rezar, los niños aseguraron ver a la Virgen María bajo el altar. Sin embargo, los adultos no podían ver nada.

De acuerdo a lo que contaban los niños, la aparición les dijo que les ayudaría en sus estudios y les prometió enviarles el Espíritu Santo. La aparición también les prometió llevarlos al cielo.

Nueva supuesta aparición el 3 de octubre

Cuando la noticia de las supuestas apariciones se extendió, muchas personas comenzaron a congregarse en el templo.

Mientras tanto, el pasado 3 de octubre, una gran multitud rezó el rosario en la iglesia, junto a los supuestos videntes. Tras un rato, todos percibieron el olor de jazmines, y los niños aseguraron que vieron nuevamente a la Virgen María.

Un sacerdote preguntó a los niños si podían indicar el punto exacto. Los fieles vieron una luz brillante y el sacerdote dijo que sintió a alguien acariciando su cabeza. Muchos entre los fieles dijeron que recibieron el don de la contrición, del dolor de sus pecados, mientras rezaban.

María, Reina de las Familias, ruega por nosotros.

Ximena Guadalupe, la niña cuya curación milagrosa permitió la canonización de Joselito

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¿Qué hubiera pasado si su madre hubiera elegido creer más en la ciencia médica que en Dios y hubiera abortado a su bebé?

“Vio, al pasar, a un hombre ciego de nacimiento. Y le preguntaron sus discípulos: «Rabbí, ¿quién pecó, él o sus padres, para que haya nacido ciego?» Respondió Jesús: «Ni él pecó ni sus padres; es para que se manifiesten en él las obras de Dios.” (Juan. 9, 1-3)

María tuvo que nacer para que las obras de Dios se manifestaran en ella. Así como en Paulina Gálvez -mamá de Ximena Guadalupe-, el milagro de por el cual el niño mártir y cristero mexicano, San José Sánchez del Río, subió a los altares en octubre del 2016 y quien por esas maravillosas “dioicidencias” de la vida también nació el 8 de septiembre, igual que nuestra Santísima Madre.

Esto me ha invitado a reflexionar sobre el valor del Don de la vida, como cada uno de nosotros traemos una misión de santificación desde que Dios nos pensó y sobre cómo los milagros suceden a personas ordinarias y sencillas por el simple hecho de tener Fe, de ser humildes y obedientes a la voluntad de Dios. Él llama, elige a los “pequeños” para hacer obras grandes.

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Paulina esperaba la llegada de su bebé con muchísimo amor e ilusión. Casi desde el comienzo de su embarazo y por cuestiones médicas los doctores le sugirieron que abortara. Sin embargo, ella se aferró a la vida de su hija Ximena. Días después de su nacimiento -el 8 de septiembre del 2008- comenzó su viacrucis el cual terminó en un gran milagro de Dios gracias a su Fe y a que se tomó de la mano de la Virgen María y pidió la intercesión del niño Joselito.

He sido testigo de cómo este inexplicable suceso médico -al que la ciencia y otros tantos no se atreven a llamarle milagro porque no creen en ellos- ha cambiado la vida de muchas personas. Muchos se han vuelto a acercar a Dios, han vuelto a creer gracias a que las obras de Dios se manifestaron en Paulina y Ximena. Cuando las conocen sucede lo que a Santo Tomás: “Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré” (Juan 20, 25).

Los milagros existen y nos pueden suceder a cualquiera, basta con tener fe. En este caso solo se necesitó de la valentía de una mujercita que dijo “NO AL ABORTO” y “SI A LA VIDA” para que estos comenzaran a suceder. Ese sí de Paulina, sin miedo y por amor, bastó para que el tsunami de bendiciones que Dios tenía preparado por medio de ella comenzara a llegar a los corazones necesitados de fe, esperanza y amor.

Es aquí donde me pregunto, ¿qué hubiera pasado si Paulina hubiera elegido creer más en la ciencia médica que en Dios -Médico de médicos- y hubiera abortado a su bebé? ¿Qué hubiera pasado si ella hubiera escuchado a los doctores y no a la voz de su consciencia y corazón, a la de Dios? En la vida y en la muerte Él tiene la última palabra y a veces nos olvidamos de ese pequeño detalle.

Los milagros suceden a diario y -repito- Dios elige para regalárselos a gente ordinaria, normal, sencilla, como tú y como yo. En esto radica lo extraordinario de lo ordinario, que no necesitamos aventarnos de un puente ni pararnos de cabeza 5 horas para llamar su atención y recibirlos, lo único que requerimos es tener un corazón dispuesto para amar, para ser perdonados y perdonar; un corazón profundamente enamorado de Él, ser humildes y sabernos necesitados y, sobre todo, tener el Don de la Fe y creer que los milagros existen y suceden a diario.

¿Qué nos falta -o nos sobra- para volver a creer?

No es un secreto que hoy vivimos una época donde nuestro mundo está desesperanzado, cansado, triste y agobiado por tanta falta de amor y por centrarnos en nosotros mismos. No hay empatía y sí muchas traiciones; juego de egos y poder. Falta la fe y la esperanza en los corazones.

El egoísmo ruge como león hambriento que quiere devorar a nuestras familias. Vivimos en una angustia constante por llenar vacíos sin darnos cuenta de que estos solo los lograremos saciar con la presencia del verdadero Dios. Queremos soluciones rápidas para todo y sustituimos el poder de Dios con prácticas que lo único que hacen es distanciarnos de Él.

Muchos, a pesar de estar necesitados, están como Santo Tomás que hasta que no ven, no palpan de primera mano creen. Como si probaran a Dios… Aún así, obrará milagros en ellos si Él encuentra un poquito de Fe en su corazón, aunque sea del tamaño de una semilla de mostaza.

Estamos viviendo tan de prisa que pocas veces nos detenemos a pensar en todos los pequeños -o grandes- milagros que Dios nos hace a diario, que nos regala con cada nuevo día. ¡El despertar ya es uno!

Les invito a que hagamos un recuento de lo que ha sido nuestra vida y redescubramos todos los milagros que Dios ha hecho en nosotros. Que nuestra vida se convierta en un testimonio de fe y de amor y con ella devolvamos la esperanza a ese que ya no quiere vivir o a ese otro que ya no le encuentra sentido a nada.

Dejemos que Dios haga lo extraordinario en nuestra vida ordinaria y que cada vez seamos más los que creamos en los milagros del amor y podamos gritar con júbilo: ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva Santa María de Guadalupe!

John Curry vio a la Virgen cuando tenía 5 años, y la Iglesia aprobó su testimonio: ésta es su historia

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John Curry vio a la Virgen cuando tenía 5 años. Y a San José. Y a San Juan Evangelista. Los vieron él y otros 14 paisanos. Fue en su pueblo, en Knock, Irlanda.

Después, a los 25 años emigró, trabajó en Estados Unidos de obrero ferroviario. Luego, ya con más de 60 años, estaba acogido en una casa de las Hermanitas de los Pobres, y ayudaba en misa. También era el encargado de recoger el comedor cada día.

-Vaya, veo que usted se llama John Curry y es irlandés… ¿No conocerá Knock, donde la Virgen se apareció? ¿No conocerá al John Curry que se le apareció la Virgen? –le preguntó una Hermanita, que estaba leyendo sobre la aparición.

-Ese John Curry es el que ayuda en misa, con usted, cada mañana en esta casa – respondió Curry, que luego lo escribió en una carta, divertido.

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John Curry, ya mayor en Nueva York

El último vidente de los quince

John Curry, el niño que vio a la Virgen, murió en 1943, con 68 años. Era el último de los videntes de Knock. Nació pobre, vivió pobre y murió pobre. Lo enterraron en una fosa sin lápida, en un cementerio comunal propiedad de las Hermanitas de los Pobres en Long Island.

Hace un par de años, en 2015, el cardenal de Nueva York,  Timothy Dolan, visitó en Irlanda el santuario de Knock (www.knockshrine.ie), que recibe peregrinos cada día. El rector, Richard Gibbons, le explicó que en su diócesis, en Nueva York, estaba oculta y sin marcar, la tumba del último de los videntes, el más pequeño.

Entonces el cardenal Dolan, de vuelta a Nueva York, hizo localizar el lugar, desenterrar al vidente y enterrarlo con honores este 13 de mayo de 2017, mientras el Papa Francisco canonizaba a otros dos niños videntes, Francisco y Jacinta Marto, los videntes de Fátima.

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El re-entierro de John Curry contó con el cardenal, otros dos obispos, una veintena de sacerdotes, asociaciones de católicos irlandeses como la Antigua Orden de Hibernios (www.aoh.com), peregrinos llegados de Irlanda y de Knock… Ahora descansa en la Basílica de Saint Patrick (Antigua Catedral), con una lápida que lo señala en granito negro y azul como “Testigo de la aparición de Knock”.

John Curry no hablaba casi nunca de aquel día único, increíble, inolvidable y lluvioso, el 21 de agosto de 1879. A menos que le preguntasen: entonces respondía a las preguntas. Un primo que lo visitó ya mayor lo describió como “un hombrecito bueno, respetable”, que disfrutaba hablando de su juventud e infancia en Irlanda. Una de las Hermanitas que vivían con él lo describió como “muy cándido”, “si hacía algo mal, era el primero en decírtelo”.

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Declaró con 5 años… y con 62

A los pocos días de la visión en Knock, en 1879, la Iglesia investigó el caso. Quince parroquianos decían haber visto en la pared externa de la parroquia, bajo la lluvia, una luz, y en ella la Virgen, que miraba hacia el Cielo y, a su lado, San José y San Juan Evangelista. La testigo de mayor edad era una señora de 74 años. John, de cinco, era el más joven. Su primo, de 11 años, lo había levantado sobre una valla para que pudiera verlo. La aparición duró dos horas.

En la comisión investigadora inicial entrevistaron al pequeño y tomaron nota: “El niño dice que vio imágenes, imágenes bonitas, la Santa Virgen y San José. No podía afirmar más que vio las imágenes bonitas y la luz, y escuchó que la gente hablaba de ellas, y subió sobre el muro para ver las cosas bonitas y la luz”.

Su testimonio y el de los otros testigos convenció a la comisión y a la Iglesia: Knock se convirtió en lugar de peregrinación aprobado.

Pero casi seis décadas después, en julio de 1937, al otro lado del Atlántico, John recibió en la casa de las Hermanitas una citación de un tribunal eclesiástico neoyorquino, para ir a dar testimonio sobre el caso otra vez.

– ¿Es usted el John Curry que se menciona por haber sido testigo presencial de la supuesta aparición de la Virgen María en la iglesia de Knock ese día? – preguntó el tribunal.

– Sí, señor, yo soy ese mismo John Curry.

Y explicó su testimonio, con más detalles. En la visión vio un altar, y un cordero, aunque no recordaba si el cordero estaba en el altar o en brazos de San José. San José tenía bigotes, y San Juan tenía un libro.

“Como si fuera anoche”

Dijo que lo recordaba “como si fuera anoche”. Que sí había leído el testimonio de otros testigos, pero que él hablaba “de lo que tengo en la cabeza”. “Me pareció que las imágenes estaban vivas, pero no hablaban. Una de las mujeres allí, Bridget Trench, besó los pies de la Santa Virgen y trató de abrazarlos, pero no había nada allí, solo la imagen. Yo la vi hacer eso. Las figuras eran de tamaño real y las recordaré hasta la tumba”, declaró.

También declaró: “Tengo una gran memoria, la hermana se lo puede decir. Y nunca he estado enfermo en mi vida, la única vez que pagué a un doctor fue para que me quitaran un diente”. Sin embargo, el hecho de vivir con las Hermanitas de los Pobres indica que a los 62 años ya no estaba muy bien de salud. De hecho, moriría 6 años después.

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El lugar de las aparición, en la pared de la parroquia de Knock, en 1880,
al año siguiente de producirse el hecho

Una aparición sin palabras, pero ¿sin mensaje?

Knock es una aparición peculiar: muchos testigos y ningún mensaje. La Virgen va acompañada, de su esposo y de su hijo-tutor, Juan, el nuevo hombre de la casa, entregado por Jesús al pie de la Cruz:  “hijo, ahí tienes a tu Madre; Madre, ahí tienes a tu hijo”, le dijo. Durante dos horas, bajo la lluvia, ellos estuvieron allí.

Sin hablar. ¿Sin mensaje?

En el santuario de Knock explican que el mensaje no son palabras, el mensaje es la presencia. Con su presencia dicen “estamos aquí, estamos con vosotros”. Una familia peculiarísima: José, Juan, María… que dio consuelo con su presencia a los campesinos irlandeses pobres de 1879 y puede dar consuelo a las extrañas familias recompuestas o desmanteladas de este siglo XXI. Estando ahí, bajo la lluvia, sin palabras. Para quien los contemple.

Era “sacerdote” de Satanás

Se volvió apóstol del Rosario y fue beatificado

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La juventud lo apartó de Dios y lo lanzó al ocultismo y al odio de la Iglesia. ¡Pero la Virgen lo rescató!

El beato Bartolo Lango nació en 1841 en la localidad italiana de Latiano, región de Apulia. Aunque fue educado en la fe y la piedad, cedió a influencias que lo apartaron de Dios tras salir de casa para estudiar, primero en Lecce y después en Nápoles.

Eran tiempos conflictivos y el ímpetu idealista que antecedió la unificación italiana irradiaba en las universidades las ideas iluministas y el odio contra la Iglesia, tachada de oscurantista y opresora.

Bartolo no pasó incólume por esas influencias, que lo llevaron a círculos cerrados y elitistas, a la masonería y al espiritismo. Él mismo dijo de sí mismo que, en esa época, fue como un “sacerdote de Satanás”, pero la euforia de la supuesta “liberación del yugo de la Iglesia” se transformó en una gran desilusión con las nuevas ideas y prácticas que el joven se vio en una intensa depresión y, varias veces, al borde del suicidio.

En busca de alivio para su desesperación, encontró en el profesor y amigo Vincenzo Pepe, su compatriota, la firmeza y claridad que lo salvarían: “Si usted continúa con esas prácticas, terminará en un manicomio”. Fue Pepe quien le presentó al sacerdote dominicano Alberto Radente, director espiritual que lo ayudó a disipar del espíritu aquellas tinieblas espesas.

Fue después de varias sesiones de orientación guiadas por el sacerdote que Bartolo Longo se confesó y abrazó el cambio de rumbo.

Pero ¿quién dijo que sería fácil? La tentación y los pensamientos de desesperación se mantuvieron en su camino. Un día, mientras estaba lleno de pesares y tormentos por el Valle de Pompeya, le vino a la mente una frase que el sacerdote Radente le dijo varias veces:

“Si buscas la salvación, propaga el Rosario. Es una promesa de María”.

Él oyó el resonar de una campana a la distancia, elevó los brazos al cielo y clamó:

“Si es verdad que prometiste a san Domingo que quien propagara el Rosario se salvaría, yo me salvaré porque no saldré de esta tierra de Pompeya sin haber propagado tu Rosario”.

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A lo largo de los siguientes días, el muchacho consiguió un trabajo como administrador del patrimonio de la condesa De Fusco. Empezó a frecuentar los grupos de oración de la condesa y, algunos meses después, terminó casándose con ella.

Los nuevos cónyuges hicieron el propósito de difundir por el Valle de Pompeya la devoción al tercio. Pusieron en una antigua iglesia local un cuadro de Nuestra Señora del Rosario que ellos mismos habían recibido de una hermana dominicana, amiga del sacerdote Radente. La imagen se volvió conocida como el icono de la Virgen del Rosario de Pompeya, cuyo santuario está hoy entre los más visitados del mundo. En 1883, Bartolo compuso la Súplica a Nuestra Señora de Pompeya.

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El 5 de octubre de 1926, Bartolo Longo suspiró, poco antes de entregar el espíritu a las manos del Padre:

“Mi único deseo es ver a María, que me salvó y me salvará de las garras de Satanás”.

San Juan Pablo II lo beatificó el 26 de octubre de 1980.