Consejos para durar y ser felices

Los diez mandamientos de la pareja cristiana 

Centrados en Dios y centrados el uno en el otro, eso está claro, pero ¿cómo conseguirlo? Algunos textos vienen en nuestro auxilio.

Actualizado 9 marzo 2013

C.L. / ReL

Vivien Hoch, profesor y filósofo, redactor jefe deItinerarium, ha recogido, a modo de Tablas de la Ley, diez mandamientos (algunos bíblicos, pero no todos) que sugiere tengan presentes los matrimonios cristianos para no perder nunca de vista los fines y los frutos del sacramento que recibieron. A cada uno de ellos añade un comentario, que sintetizamos aquí.

El principio básico es el siguiente: «Para mayor gloria de Dios, Cristo, Verbo del Padre, escogió desde siempre por el Espíritu Santo a los hombres para conducirlos por el mundo y, mediante su gracia, para que fundasen una familia unida por el Amor en la perfección sobrenatural, a imagen de la Santísima Trinidad, y en la perfección natural, a imagen de la Sagrada Familia«.

¿Cuál es el camino para alcanzar ese fin?

I. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente (Mt 22, 37).
Ésta es la razón última por la que está el hombre sobre la faz de la tierra. Por tanto, Dios, su Amor y la Redención que nos concedió graciosamente mediante la muerte de su Hijo único debe ser el objeto, principio y fin de todas nuestras actividades, puesto que de ello dependen nuestra felicidad o nuestra desdicha, nuestra vida o nuestra muerte.

II. Por encima de todo está el amor (Col 3, 14-15).
Poner el Amor por encima de todo consiste en adaptar el primer mandamiento a nuestra vida de pareja. La vida de pareja es una larga y difícil muerte de uno mismo, dándose todo al otro. Cuanto más se sacrifica uno por el otro, más muere a sí mismo y más vive Dios en él. En la vida de pareja hay que poner el Amor por encima de todas las cosas, y sobre todo por encima de uno mismo.

III.Ese Amor no puede desaparecer, porque viene de Dios (cfr. I Jn 4, 7).
Mediante su Hijo Unigénito, Dios nos ha salvado de nosotros mismos para abrirnos al Amor, que es Él mismo. Justo porque ha elegido para nosotros el destino del Amor, este destino es eterno, y por tanto indestructible. Si el Amor parece faltar, o perderse, o cambiar, somos nosotros quienes lo percibimos así, pero no es Él en realidad. Él es incorruptible, mientras que nosotros somos corruptibles y cambiantes. Cualquier cosa que emprendamos, hay que hacerlo con la convicción inquebrantable de que el Amor existirá siempre en la pareja. Por tanto no se debe formular ni como hipótesis que todo pueda terminar algún día.Todo pensamiento de ese tipo viene del demonio, quien intenta siempre dividir y confundir los corazones.

IV. En y por ese Amor, formaremos una sola carne (Gn 2, 24).
Como el Amor es el principio de la cohesión de la pareja, dos partes que fuera del Amor son distintas, en Él forman un único principio, un único ser, con todo lo que eso implica: esencialmente, una única voluntad, y por consiguiente la supresión de toda voluntad propia.Lo que uno quiere por su propia cuenta, sin el aval del otro o sin dárselo a conocer, no vale nada.

V. El principio de vid de nuestro matrimonio será el de la vida trinitaria de Dios.
Hay que vivir uno del otro, y el otro del uno, siendo cada uno la imagen más brillante posible de lo que hay de más brillante en el otro: una procesión única, ininterrumpida y eterna de Amor. Uno solo ser en tres personas: el marido, la mujer y su vida divina.

VI. Seremos como dioses el uno para el otro (cfr. Jn 10, 34).
No consiste en idolatrar al otro, sino en respetarlo en cuanto hemos elegido llegar a Cristo a través suyo. Considerar al otro como un dios es considerarse a sí mismo como inferior, más débil, esclavo. En cada incomprensión, considerarse causa de la incomprensión, considerar que los errores vienen de uno mismo y ver al otro como puro e inmaculado. En ese sentido, cada aparición del otro será un momento sagrado, y por eso e la familia la relación entre ambos seres será también sagrada.

VII. Ninguna palabra, pensamiento o acción quedará oculta (cfr. Mt 6, 6).
Vivir en una única voluntad significa ya no vivir nunca solo. Es imposible ocultarse algo a sí mismo. Tampoco en la pareja. Desde el momento en el que pensamos no abrir nuestro corazón al otro sobre algo, viene el demonio y es un anuncio de grandes males. Los sentimientos y las pasiones sugieren constantemente miles de cosas que uno teme confiar a la otra parte. Pero no hay que confundir el Amor con la vida sentimental y pasional, y el mejor modo de no perderse en estas últimas es sacrificarlas por completo, con sufrimiento pero sin vergüenza, ofreciéndolas por Amor al otro. A Dios no se le puede ocultar nada, y si hacemos del otro nuestro camino para llegar a Dios, sería contradictorio ocultarle algo.

VIII. La desgracia de uno lo será de los dos, la alegría de uno lo será de los dos (Suma Teológica I-II, 28, 2).
Dos seres, cada uno con su personalidad, pero viviendo en una sola carne y una sola voluntad, viven el doble de cosas y con intensidad doble. Vivir el doble de alegrías es vivir el doble de Dios, compartir un hecho o una pasión lo hace más intenso. Muertos a sí mismos, los dos seres de una pareja viven la misma viva divina bajo la misma modalidad, no pueden por tanto vivir una misma cosa de forma diferente.

IX. El alejamiento sólo puede ser temporal y material (cfr. Ps 138).
Una misma carne, una misma vida divina y una misma voluntad en dos seres no puede separarse, aunque ambos seres puedan estar alejados temporal y materialmente. Viven una misma vida divina, pero esa vida divina es frágil y el demonio de este mundo es fuerte. No conviene alejarse demasiado tiempo ni demasiado a menudo, y es bueno que, estando separados, sólo piensen el uno en el otro.

X. Sólo Dios juzga nuestros esfuerzos comunes y unidos hacia Él (cfr. Ps 138).
San Pablo nos dice que los sufrimientos del tiempo presente no son nada comparados con la gloria prometida. Pero a veces, durante ese largo y difícil camino, Dios, en su infinita bondad, se permite visitarnos, y una sola de esas visitas convierte toda desdicha en un capricho infantil. Así que en el camino que quienes se aman han escogido, tanto para su misión familiar como para su apostolado en el mundo, tendrán que ser santos, pero no a los ojos del mundo, sino a los ojos de Dios.

Pincha aquí para leer el artículo de Vivien Hoch en su integridad (en francés).

Retó a Dios y fue visitado por la Virgen y la Santísima Trinidad

Historia de una conversión 

John C. Wright: un ateo que retó a Dios y fue visitado por la Virgen y la Santísima Trinidad 

«Mi reciente conversión al cristianismo fue un milagro, causada por una revelación sobrenatural y que salvó mi vida», explica. Ocho años después, continúa escribiendo novelas. 

Actualizado 13 septiembre 2011 

Pablo Ginés/ReL

160px-John_C_WrightJohn C. Wright, casado y con tres hijos pequeños, paga las facturas escribiendo manuales de informática, pero tiene bastantes fans como escritor de ciencia ficción. Su trilogía de «La edad dorada» está publicada en español por Bibliópolis, y Bereniceha publicado en nuestra lengua (con una traducción muy mala) sus dos novelas de fantasía de la serie La Guerra de los Mundos (El último guardián de Everness y Las nieblas de Everness).

Wright nació en 1961 y tuvo una juventud «introvertida, llena de libros, irreligiosa, nada atlética». Sus padres eran luteranos, pero dejaron de llevarle a la iglesia cuando él tenía 7 años, y sólo mantenían un cierto cristianismo cultural.

«Por muchos años he sido ateo, y un ateo vehemente, argumentativo y proselitista; no veía ninguna otra posibilidad para un pensador lógico», explicó en una entrevista en MostlyFiction.com.

En su blog, en septiembre de 2011, añadía: «yo era un campeón del ateísmo que daba argumentos a su favor tan convincentes que tres de mis amigos dejaron sus creencias religiosas debido a mi capacidad de persuasión, y mi padre dejó de ir a la iglesia«.

«Mi reciente conversión al cristianismo fue un milagro, causada por una revelación sobrenatural, que satisfizo mi escepticismo en ese área y salvó mi vida. Para mi sorpresa, descubrí que sigo siendo un pensador perfectamente lógico. Sostengo que es insuficiente afirmar que puesto que el razonamiento humano no encuentra evidencia de un Ser Divino, tal ser no existe. La conclusión adecuada sería que los humanos, sin la asistencia e intervención de un ser divino, no pueden llegar a conocerle: una conclusión que creo que hasta los ateos admitirán», añade.

Ateos: equivocados en todo menos en religión
En noviembre de 2003, con 42 años y después de muchos años de debate con amigos ateos, Wright llegó a una conclusión: excepto en lo relativo a lo sobrenatural y la existencia de Dios, «mis colegas ateos se equivocaban de forma horriblemente cómica en cualquier punto básico de filosofía, ética y lógica, mientras que mis odiados enemigos cristianos tenían razón». Menos en lo referente a Dios y la religión.

«Siendo un filósofo, no un pedante, sometí el asunto a una prueba empírica. Por primera vez en mi vida recé. Dije: Querido Dios, no hay forma lógica en que puedas existir, e incluso si aparecieses ante mí en carne y hueso, te consideraría una alucinación. No se me ocurre ninguna forma o evidencia, no importa lo clara que sea, para que me demuestres tu existencia. Pero los cristianos dicen que eres benevolente, que mi falta de creencia en ti me condenará inevitablemente. Si, como dicen, te importa si me condeno o no, y si, como dicen, eres sabio y todopoderoso, puedes demostrármelo aunque sé que es algo lógicamente imposible. Gracias por adelantado por cooperar en este asunto. John C. Wright.»

Pasaron tres días. Wright estaba tranquilo y satisfecho de ser «lógico, objetivo y de mente abierta». Y sucedió. En sus palabras:

«Sin aviso previo, tuve un ataque al corazón, y caí al suelo, gritando y moribundo. Entonces, me salvé de una muerte cierta sanado por fe («by faith-healing»). Tras lo cual, sentí que el Espíritu Santo entraba en mi cuerpo, tras lo cual, inmediatamente fui consciente de mi alma, una parte de mi que hasta entonces pensaba que no existía. Me visitó la Virgen María, su Hijo, Su Padre, por no mencionar otros varios espíritus durante varios días, incluyendo periodos deéxtasis divino y una conciencia de la unidad mística del universo…»

Y continúa:

«Y una semana o así después de eso, tuve una experiencia religiosa en la que entré en la mente de Dios y vi la indescriptible simplicidad y complejidad, amor, humor y majestad de Su pensamiento, y entendí el gozo más allá de toda comprensión y entendí la unidad que subyace en todas las cosas, y la paradoja del determinismo y la libre voluntad me quedó clara, así como la naturaleza sinfónica de la profecía. Se me mostró la estructura del tiempo y del espacio.»

«Y entonces Cristo en una visión me dijo que Él sería mi juez, y que Dios no juzga al hombre. Se lo expliqué a mi esposa. Y un mes después, mientras por primera vez leía la Biblia -más allá del mínimo indispensable de la escuela- encontré el párrafo de Juan (Juan 5,22), que nunca había visto antes, que ningún cristiano nunca me mencionó, donde dice eso mismo con esas palabras. Y después he visto como una o dos docenas de oraciones eran respondidas de forma milagrosa, tanto que ahora me parece una rutina normal, más que un acto extraordinario de la fe».

En diciembre de 2006, también en su blog, Wright describía así su experiencia, detallando algo más su encuentro con la Virgen:

«Lo que vi fue tan simple como el amor mismo, e igual de misterioso. No fue una vaga luz o sensación difusa la que encontré, sino personas con las que hablé, un espíritu, un apóstol, la Señora, el Paráclito, el Mesías, y el Padre. El Espíritu Santo entró en mi alma, le sentí hacerlo, y algo cambió dentro de mí: la gracia fue vertida en mí como en una pequeña copa, vino alquímico que convierte el latón en oro.

Media docena de experiencias místicas
Debería decir “experiencias”, en plural. No una, sino seis, en un lapso de meses, y que continúan hasta hoy. He visto visiones y experimentado milagros, he visto oraciones respondidas y ocurrir cosas aún más extrañas. Un único evento sobrenatural sería suficiente para convencer a un ateo honesto acerca de la existencia de algo en el universo que no encajaría en el modelo materialista, científico. Yo he tenido media docena de tales experiencias, cada una diferente en naturaleza, duración y tipo respecta de las otras: una vergüenza de evidencia; abrumadora; definitiva. No encontré a un dios genérico, el dios de los filósofos, o algún Ser de Luz de la New Age. Encontré a tres personas de la Trinidad, una tras otra.

Y María. Hablé con ella. Desearía poder hablaros de su ternurasu simple y llana bondad de corazón. Ella está más alto ahora que cualquier reina, y vive donde el gozo vive siempre, y espíritus luminosos la rodean como velas votivas, pero desearía poder hacer algo, cualquier cosa para deshacer los dolores que conoció en vida. Pobre mujer. Pobre, pobre mujer. Si esto fue todo una alucinación, si fue todo locura, de verdad que aún así la creería, sólo por la ínfima posibilidad de verla nuevamente en el cielo, y sostener su mano nuevamente. Sus manos eran las manos callosas de una esclava.»

Y en distintos puntos de su blog advierte que «no puedo decir más que lo que he dicho; se me pidió que no lo hiciera; quizá ya he revelado más de lo que debía».

Sin renunciar a la razón y la filosofía
¿Qué pasa cuando un hombre que se considera lógico y racionalista, capaz de sentarse y llevar ideas lógicas a grandes distancias como para escribir ambiciosas historias de ciencia ficción, con trabajadas argumentaciones, descubre a Dios por pura gracia mística?

Una tentación es caer en el fideísmo y despreciar el pensamiento racional. Pero Wright descubrió que en el catolicismo la razón y la lógica es apreciada, y que solo los fundamentalistas (ateos o cristianos) la desprecian.

«El cristianismo resulta ser una mejor filosofía que la filosofía misma. Es una visión del mundo racional, auto consistente y significativa, una que promueve la virtud y la honestidad, y al mismo tiempo una actitud filosófica hacia el sufrimiento. La filosofía pagana, como la de Aristóteles y Platón, llamaba a los hombres a vivir y morir como hombres con un alma grande, como estoicos, y a vivir honesta y honorablemente, sin temor: pero su mundo era tal que incluso Aquiles era una sombra en el hades, su universo, uno donde el temor es racional, pues el motor inmóvil no se moverá para salvarte. El estoicismo, la doctrina de Epicteto y Marco Aurelio, Séneca y Cicerón, explica lógicamente por qué es mejor vivir una vida según la Naturaleza, pero no dota al alma con las armas necesarias para hacerlo. La filosofía moderna, las especulaciones y devaneos de Rousseau, Nietzsche, Sartre, Marx, Russell, Wittgenstein, es basura, y un niño de escuela puede detectar las contradicciones, inhumanidades, y patentes absurdos en su trabajo. El cristianismo hace todo lo que estos pensadores se proponen hacer, y además te entrega las catedrales y la Pasión de San Juan, la Navidad y John Milton.»

«La religión cristiana pone un énfasis en la razón que otras religiones, salvo el judaísmo, no comparten, o no al mismo nivel. Ninguna de ellas menciona el LOGOS, el principio racional, la palabra, emanada directamente del Padre. La encarnación hace del Dios cristiano más humano y humanitario que el Dios que vemos en el Antiguo Testamento o en el Corán. El Dios de la trinidad no está solo.»

Niños, ciencia y libertad
«El cristianismo parece ajustarse más al modo en que la vida humana realmente es, comparado con otras religiones, al menos en mi humilde apreciación. Hay una preocupación y amor por los niños que no he notado en otras religiones, una santidad hacia el matrimonio, una preocupación por la vida humana, una preocupación por la monogamia, por el valor individual, más central a la tradición cristiana que a la tradición de otras religiones. La cristiandad barrió la esclavitud en el mundo, la cristiandad inventó la ciencia [lo argumenta con clérigos como Copérnico, Mendel, Lemaitre, Alberto Magno, Roger Bacon, Pierre Gassendi, Boskovich, Marin Mersenne, Grimaldi, Oresmes, Buridan, Grosatesta, Clavius, Nicolas Stenon, Atanasius Kircher y laicos católicos como Galileo, Descartes, Pasteur, Pascal, Ampère, Coulomb, Fermat, Lavoisier, Volta, Cauchy y Pierre Duhem]. Si el cristianismo fuera enemigo de la ciencia, occidente sería la más atrasada de las potencias tecnológicas, y los chinos, siguiendo al pragmático y mundano Confucio, serían los líderes.»

En cuanto a los argumentos con los que amigos o conocidos ateos respondieron a su testimonio, quedó defraudado. «Yo era uno de vosotros y era muy bueno en mi trabajo, y me avergonzáis con la debilidad y tontuna de vuestros intentos en algo que antes yo hacía tan bien», responde en su blog a algunos comentarios.

«El argumento de que los milagros son increibles porque no se pueden creer, incluso si no fuese circular, es menos persuasivo de lo que parece a primera vista, sobre todo cuando se lo dices a un escéptico que sin embargo es testigo de varios milagros, oraciones respondidas, visiones, experiencias religiosas, conocimiento de hechos antes de que sucedan, etc… Obviamente, yo que he visto milagros ex postiori, no puedo adoptar a priori la postura de que los milagros no pueden existir, no sin perder mi integridad como filósofo o mi honor como hombre».

Preparando un libro
Han pasado casi 8 años desde su experiencia mística y su curación milagrosa del ataque de corazón. Wright sigue escribiendo novelas de ciencia ficción (y manuales de informática). Pero ha firmado con una editorial el proyecto de un libro de apologética cristiana. «Mi plan es que cada capítulo vaya alternando cartas que mi antiguo yo escribe a mi yo actual, y viceversa; así se desarrolla un diálogo entre las ideas teístas y ateas sin que interfiera la personalidad del filósofo, que en este caso es la misma. Por ahora se titula: «Cartas del mañana

 

 

 

«Santa Bárbara» película de gran éxito en Italia

Gran éxito en Italia

«Santa Bárbara», gran película sobre la bellísima mártir cristiana decapitada por su propio padre

Se estrenó en la RAI 1 en diciembre y próximamente podrá verse también en otros países e idiomas.

Actualizado 19 enero 2013

ReL

12463_vanessa_hessler_es_santa_barbara_Según recoge la Enciclopedia Católica, «Bárbara era la hija de un rico pagano llamado Dióscoro. Fue cuidadosamente protegida por su padre, quien la mantuvo encerrada en una torre, a fin de protegerla del mundo exterior. Una propuesta de matrimonio recibida a través de él fue rechazada por ella. Antes de partir en un viaje, su padre ordenó que se erigiera un baño para el uso de ella cerca de su casa, y durante su ausencia, Bárbara hizo poner en él tres ventanas, como un símbolo de la Santísima Trinidad, en vez de las dos planeadas originalmente. Cuando su padre regresó, ella se dio a conocer como cristiana; a partir de esto él la maltrató y la arrastró hasta el prefecto de la provincia, Martiniano, quien la hizo torturar cruelmente, y finalmente la condenó a muerte por decapitación. Su mismo padre ejecutó la sentencia, pero en castigo por esto, fue fulminado por un rayo en el camino a su casa, y su cuerpo fue consumido«.

El pasado 4 de diciembre, festividad de la mártir, la RAI 1 estrenó en prime time la película de cien minutos Santa Bárbara, rodada en Túnez bajo la dirección de Carmine Elia y producida por Lux Vide, que ya ha llevado a la gran o pequeña pantalla otras vidas de santas.

El éxito ha sido notable y en breve podrá verse en otros países e idiomas. La bellísima Vanessa Hessler se hace enseguida con el papel de Santa Bárbara, de quien se dice que su padre la encerró en una torre porque tal era su hermosura que temía que los hombres la sedujeran si podían admirarla.

El film nos presenta a la joven en el año 288 d.C., en plena persecución de los cristianos. Es una gran estudiosa de la naturaleza y de la filosofía, hija del gobernador romano Dioscoro, interpretado por Massimo Wertmuller.

La trama se centra en las relaciones de Santa Barbara y su padre con el cruel prefecto Marciano y con el soldado Claudio. La chica está escandalizada ante el trato que se da a los cristianos, entre ellos su mejor amiga, Juliana, que antes de ser martirizada le confiesa su fe cristiana. Descubre luego que también lo era su madre, quien se había convertido poco antes de morir, siendo Bárbara pequeña.

Eso despierta en ella el interés por el cristianismo, hasta la conversión que la llevará al martirio. Santa Bárbara es una historia de fe, un drama familiar y también una escenificación de un momento decisivo de la historia: el tránsito de la Roma de las persecuciones a la que un cuarto de siglo después, con el edicto de Milán, garantizará la libertad de la Iglesia en todo el Imperio.

Tráiler de Santa Bárbara (tomado de Rome Reports)

Experiencias de un Exorcista

Cada caso es distinto, afirma un exorcista 

La espuma y el vómito del poseído son repugnantes… pero son también buena señal 

Tuvo una experiencia demoníaca en una de sus primeras misas, pero nunca pensó que se dedicaría a este ministerio. 

Actualizado 27 julio 2012 

Aci 

Un sacerdote estadounidense que cursó este verano en Roma un perfeccionamiento como exorcista asegura que el diablo y los demonios en general odian a la familia porque ésta es “una imagen de la Santísima Trinidad”.

Decisiva influencia paterna

En entrevista concedida a ACI Prensa, el presbítero, que prefirió mantenerse en el anonimato, señaló que entre los factores comunes que encuentra en las personas poseídas ve gente con “profundas heridas en sus vidas y sobre todo, en su familia”.

El sacerdote indicó que el demonio fácilmente accede a familias donde “los padres han tomado elecciones realmente malas”, y al obrar así “han invitado a influencias malignas al interior de su hogar”. Las malas acciones que atraen al demonio a los hogares son “la infidelidad marital, el aborto, hacer cosas que rompen la familia”, señaló.

Un endemoniado de 13 años

El presbítero admitió que nunca pensó en dedicarse al exorcismo, pero un inesperado suceso en una de sus primeras misas tras su ordenación, hace 15 años, marcó el inicio de su acercamiento a esta labor sacerdotal: “En el momento de la consagración de la sangre preciosa, le pedí al Señor que derramase su sangre sobre la juventud y ayudase a todos los hombres jóvenes que podrían tener vocación al sacerdocio”, recordó. La reacción instantánea de un joven de 13 años sorprendió al joven sacerdote: “Cayó de espaldas y comenzó a gruñir. Yo pensé: ¡No esparaba esto!”.

Demasiado pocos exorcistas

Muchos años después, él es parte de una nueva generación de exorcistas en formación en Estados Unidos, luego que de los obispos del país decidieran, en noviembre de 2010, incrementar su número. A pesar de que la ley canónica estipula que cada diócesis debería contar con un exorcista, se estima que no superarían los 50 sacerdotes dedicados a esta labor en Estados Unidos. «Nos hemos organizado para asegurarnos de que quienes más necesitan ayuda la obtengan”, explicó este sacerdote procedente del noreste de aquel país.

Durante su estancia en Roma, donde fue enviado por su obispo para aprender del trabajo de seis exorcistas oficiales de esa diócesis, el sacerdote se “involucró” en alrededor de tres exorcismos al día: “No hay dos casos parecidos. Ese ha sido un real aprendizaje para mí. El rito del exorcismo no es una fórmula mágica”.

El sacerdote señaló que “no es el demonio o el exorcista quien está en el centro de esto, sinouna persona que está sufriendo mucho y que necesita de certera liberación a través de Cristo”

¿Quiénes son los demonios?

La palabra demonio viene del griego y la palabra diablo del latín, explicó: «Cualquiera de esos nombres está bien. Son ángeles caídos que fueron creados buenos”.

Los primeros Padres de la Iglesia, entre ellos San Jerónimo San Agustín, especularon que estos ángeles se rebelaron “a causa de que les fue revelado el plan de Dios de la Encarnación” y su “repulsión a la idea de que Dios, que es espíritu puro e infinito, debiese hacerse hombre”.

Por esta razón, el sacerdote indicó que los demonios tienen una “fascinación con lo físico” y con “hacer sufrir a las personas”: “Una vez que el rito se inicia, normalmente se comienza a manifestar en la persona, que sufre de diferentes maneras, con violencia, cambios en el rostro, cambio de la voz… El demonio sólo quiere intimidar, pero básicamente hay que ignorarlo y decir ‘oye, yo soy el que da las órdenes aquí, amigo’”.

La razón de la posesión

La inteligencia angélica del demonio, dijo a ACI Prensa, también implica que ellos saben queDios sólo permite sus actividades diabólicas para llevar la salvación a personas a través de un “sufrimiento expiatorio”.

“Estas personas sufrientes se están volviendo santos al ofrecer sus sacrificios”, que Dios entonces recibe y “bendice a gran parte de la Iglesia en todo el mundo”.

El sacerdote afirmó que “cuando le recuerdas eso al diablo, se pone furioso”, porque sabe que está perdiendo, y por lo tanto “quiere conseguir lo que pueda, mientras pueda. Si no puede ganar las almas de estas personas, quiere al menos hacer sus vidas miserables”.

Las respuestas del diablo

El presbítero estadounidense indicó que cuando habla con el demonio le hace una serie de preguntas, como cuál es su nombre: «Cuando usas su nombre en una orden, eso lo debilita”. Una vez que el demonio dice su nombre, el exorcista le ordena “salir”, y también le podría preguntar “cómo entró y cuándo va a salir»: “Al responder a esto último es como si ellos hubieran sido entrenados para decir lo mismo, ‘nunca me voy a ir’, pero eventualmente lo harán”.

La clave es limitar el diálogo, dijo el aprendiz de exorcista. “No quieras hacerle preguntas sólo por curiosidad, eso no es saludable”, subrayó.

También es posible “decir cosas para humillar al demonio”, tales como invocar la presencia de santos, ángeles guardianes y, la más “temida” de todas, de la Virgen María. Es entonces que “puedes realmente ver un cambio en el comportamiento del demonio”.

El final viene a menudo cuando el diablo empieza a mostrar arranques de ira y violencia, cuando “es común que bote espuma por la boca”.

En caso de que se haya roto una maldición, la persona “comenzará a vomitar objetos que fueron usados en la maldición. El vómito cambia a verde, luego a rojo, y otra vez verde”.

Entonces, el exorcista sabe que está tocando el fondo: “Entonces está siendo realmente eficaz y ésas son buenas señales. No es algo placentero de ver, pero tú sabes que estás siendo efectivo”. 

Muere la vidente de El Escorial

Actualizado 18 agosto 2012

El  17-8-2012, a las 17:35 horas ha fallecido la vidente de las Apariciones del Escorial, Luz Amparo. Con ella se cierra un gran capítulo de la religiosidad mariana de España. Y se abre un nuevo período de más profundización en los mensajes que en El Escorial, y en todo el mundo, la Virgen nos dirige para alimentar nuestra fe y nuestra piedad. 

La Misa se celebrará Dios mediante el domingo 19-8-2012, a las 19:00 horas en la Capilla ubicada en Prado Nuevo, lugar de las Apariciones.

Un poco de historia

Todo empezó el 14 de junio de 1981, domingo de la Santísima Trinidad. Luz Amparo Cuevas, persona sencilla y humilde, casada y madre de 7 hijos, recibía en Prado Nuevo, (El Escorial- Madrid-España), encima de un fresno, la aparición de la Santísima Virgen, dejándole el siguiente mensaje: 

«Soy la Virgen Dolorosa. Quiero que se construya en este lugar una capilla en honor a mi nombre; que se venga a meditar de cualquier parte del mundo la pasión de mi HIJO, que está muy olvidada. Si hacen lo que yo digo, el agua de esta fuente curará. Todo el que venga a rezar aquí diariamente el Santo Rosario será bendecido por mí. Muchos serán marcados con una cruz en la frente. Haced penitencia. Haced oración». 

Este mensaje fue más tarde completado por la aparición, el 24 de Junio de 1.983, con estas palabras: 

«Fundad casas de amor y misericordia para los pobres. Hay muchos, muchos que necesitan que se les hable la Palabra de Dios.»

A este primer mensaje le siguieron muchos más. Se sintetizan algunos de ellos:

«El mundo está necesitado de almas víctimas, hijos míos, no solo hay que ser cristiano de nombre, sino practicantes. Muchos rezáis con los labios, pero la oración no sale del corazón. Quiero que la ORACION salga del corazón, porque llegarán a las Moradas.»(18-9-83) 

«Lo que os pido es humildad para poder salvar a las almas. Hay que dar ejemplo, hijos míos: con la humildad y vuestra pureza podréis salvar a la humanidad».(26-5-84) 

«Amad a vuestros semejantes, hijos míos, porque si no amáis a vuestros semejantes, no amáis a Dios, porque Dios está en cada uno de vuestros semejantes».(31-5-84) 

En la mañana del 26 de mayo de 1.983, hallándose Luz Amparo Cuevas sola, rezando ante el árbol y la pequeña estampa de la Virgen, que los devotos habían puesto en él, Luz Amparo recibe una cruel agresión por parte de tres encapuchados, dos hombres y una mujer. La desnudan, la arrastran por el suelo, llenan su boca con una piedra para que no grite… «Te vamos a ahorcar en un árbol a ver si la Virgen viene a salvarte». -Le dicen- «Tienes que decir que todo esto es falso.»… «¿Pero cómo voy a decir que es falso siendo verdad?»

Un fuerte ruido les hace huir.
Amparo tiene que ser hospitalizada y guardar cama varias semanas para recuperarse y curar las heridas.

Con el inicio de los años noventa, brota una triple y hostil alianza contra estas apariciones de la Virgen. Se encuentra en este grupo el alcalde socialista Mariano Rodríguez, el administrador de la finca de Prado Nuevo donde está situado el «árbol« Tomás Leyún y el párroco de El Escorial, Don Pablo Camacho Becerra.

Entre los años 1992 y 1995, Luz Amparo Cuevas y las personas que seguían asistiendo a Prado Nuevo sufrieron una pertinaz persecución y agresión por parte de un grupo hostil, (supuestamente alentados por la «alianza tripartita»), del pueblo de El Escorial, que terminó con el cierre por parte del Ayuntamiento de la finca.

Más adelante, Don Pablo Camacho, estando hospitalizado por una enfermedad grave, reconoce al periodista Neftalí Hernández: «Debo confesarle, amigo Neftalí, que era yo quien instigaba toda aquella estrategia de acoso y persecución.»

El cambio de signo político del Gobierno Municipal propició la apertura de la finca y la vuelta al rezo del Rosario junto al árbol. (15-9-1995)

Prado Nuevo es hoy un lugar privilegiado de oración y recogimiento al que acuden miles de personas para conseguir las más diversas gracias celestiales y fortalecer su espiritualidad. 

El fruto de tanto raudal de gracias lo experimentan no pocos peregrinos, pero la señal más luminosa la tenemos en las vocaciones salidas de Prado Nuevo. El día 15 – 7 – 2000 fueron consagrados en la Catedral de Toledo 3 nuevos Presbíteros. Posteriormente se han ordenado dos más. Ya son siete los sacerdotes ordenados que obtuvieron su vocación gracias a Prado Nuevo. En el Seminario hay más chicos siguiendo sus mismos pasos. A todo esto hay que unir las Asociaciones nacidas y autorizadas por el Iglesia de Seglares Reparadores, de la Fundación Pía para el cuidado de ancianos y necesitados y de más de 80 novicias que se preparan para atender esta Obra. 

El primer sábado de cada mes, a petición de la Virgen, es un día muy especial. El Rosario de ese día es seguido por personas procedentes de los más diversos puntos de España y Europa.

Luz Amparo ya está con la Virgen en el cielo. Desde allí seguirá rezando al Dios Padre y a la Virgen nuestra Madre por todos aquellos que se acercan a Prado Nuevo en el Escorial buscando paz, amor y ayuda en sus problemas y situaciones difíciles. Seguro que la Virgen la ha recibido como ella se merece. Descanse en Paz Luz Amparo. Y a todos los que la han seguido muy de cerca mi más sentido pésame.

Juan García Inza

 

El diablo odia a la familia, asegura exorcista de EEUU

El diablo odia a la familia porque es imagen de la Trinidad, asegura exorcista de EEUU

VATICANO, 26 Jul. 12 / 04:20 am (ACI/EWTN Noticias).- Un sacerdote estadounidense que actualmente se está entrenando como exorcista en la diócesis de Roma (Italia), aseguró que el diablo y los demonios en general odian a la familia porque ésta es “una imagen de la Santísima Trinidad”.
En entrevista concedida a ACI Prensa, el presbítero, que prefirió mantenerse en el anonimato, señaló que entre los factores comunes que encuentra en las personas poseídas ve gente con “profundas heridas en sus vidas y sobre todo, en su familia”.

El sacerdote indicó que el demonio fácilmente accede a familias donde “los padres han tomado elecciones realmente malas”, y al obrar así “han invitado a influencias malignas al interior de su hogar”.

Las malas acciones que atraen al demonio a los hogares son “la infidelidad marital, el aborto, hacer cosas que rompen la familia”, señaló.

El presbítero admitió que nunca pensó en dedicarse al exorcismo, pero un inesperado suceso en una de sus primeras Misas tras su ordenación, hace 15 años, marcó el inicio de su acercamiento a esta labor sacerdotal.

“En el momento de la consagración de la sangre preciosa, le pedí al Señor que derrame su sangre sobre la juventud y ayude a todos los hombres jóvenes que podrían tener vocación al sacerdocio”, recordó.

La reacción instantánea de un joven de 13 años sorprendió al joven sacerdote. “Él cayó de espaldas y comenzó a gruñir. Yo pensé ‘¡no estaba esperando esto!’”.

Muchos años después, él es parte de una nueva generación de exorcistas en formación en Estados Unidos, luego que de los obispos del país decidieran, en noviembre de 2010, incrementar el número de exorcistas.

A pesar de que la ley canónica estipula que cada diócesis debería contar con un exorcista, se estima que no superarían los 50 sacerdotes dedicados a esta labor en Estados Unidos.

El sacerdote, que es del noreste de Estados Unidos, explicó a ACI Prensa que “nos hemos organizado para asegurarnos de que quienes más necesitan ayuda la obtengan”.

Durante su estancia en Roma, donde fue enviado por su obispo para aprender del trabajo de seis exorcistas oficiales de esa diócesis, el sacerdote está “involucrado” en alrededor de tres exorcismos al día.
“No hay dos casos parecidos. Ese ha sido un real aprendizaje para mí. El rito del exorcismo no es una fórmula mágica”, dijo.

El sacerdote señaló que “no es el demonio o el exorcista quien está al centro de esto, sino una persona que está sufriendo mucho y que necesita de certera liberación a través de Cristo”.

El presbítero explicó que, en cuanto a la correcta terminología, “demonio viene del griego, diablo del latín, cualquiera de esos nombres está bien”. Con lo que se combate, explicó, “son ángeles caídos que fueron creados buenos”.

Los primeros Padres de la Iglesia, entre ellos San Jerónimo y San Agustín, especularon que estos ángeles se rebelaron “a causa de que les fue revelado el plan de Dios de la encarnación” y su “repulsión a la idea de que Dios, que es espíritu puro e infinito, deba hacerse hombre”.

Por esta razón, el sacerdote indicó que los demonios tienen una “fascinación con lo físico” y “hacer sufrir a las personas”.

“Una vez que el rito inicia, normalmente (el demonio) se comienza a manifestar en la persona, que sufre de diferentes maneras, con violencia, cambios en el rostro, cambio de la voz, es diferente”, dijo, recordando recientes exorcismos.

El sacerdote aseguró que el demonio “sólo quiere intimidar, pero básicamente hay que ignorarlo y decir ‘oye, yo soy el que da las órdenes aquí, amigo’”.

La inteligencia angélica del demonio, dijo a ACI Prensa, también implica que ellos saben que Dios sólo permite sus actividades diabólicas para llevar la salvación a personas a través de un “sufrimiento expiatorio”.

“Estas personas sufrientes se están volviendo santos al ofrecer sus sacrificios”, que Dios entonces recibe y “bendice a gran parte de la Iglesia en todo el mundo”.

El sacerdote afirmó que “cuando le recuerdas eso al diablo, se pone furioso”, porque sabe que está perdiendo, y por lo tanto “quiere conseguir lo que pueda, mientras pueda. Si no puede ganar las almas de estas personas, quiere al menos hacer sus vidas miserables”.

El presbítero estadounidense indicó que cuando habla con el demonio le hace “una serie de preguntas: ‘¿cuál es tu nombre?’, ya que cuando usas su nombre en una orden, eso lo debilita”. Una vez que el demonio dice su nombre, el exorcista le ordena “salir”, y también le podría preguntar “cómo entró y cuándo va a salir”.

“(Al responder a) eso último es como si ellos hubieran sido entrenados para decir lo mismo, ‘nunca me voy a ir’, pero eventualmente lo harán”.
La clave es limitar el diálogo, dijo el aprendiz de exorcista. “No quieres hacerle preguntas sólo por curiosidad, eso no es saludable”, subrayó.

También es posible “decir cosas para humillar al demonio”, tales como invocar la presencia de santos, ángeles guardianes y, la más “temida” de todas, de la Virgen María. Es entonces que “puedes realmente ver un cambio en el comportamiento del demonio”.

El final viene a menudo cuando el diablo empieza a mostrar arranques de ira y violencia, cuando “es común que bote espuma por la boca”.

En caso de que se haya roto una maldición, la persona “comenzará a vomitar objetos que fueron usados en la maldición. El vómito cambia a verde, luego a rojo, y otra vez verde”.

Entonces, el exorcista sabe que “estoy tocando fondo, que esto está siendo realmente eficaz y esas son buenas señales. No es algo placentero de ver, pero tú sabes que ‘estoy siendo efectivo aquí’”.