Hoy se recuerda el nacimiento de Don Bosco

REDACCIÓN CENTRAL, 16 Ago. 16 / 11:04 am (ACI).- “De la familiaridad nace el afecto, el afecto lleva a la confianza; ésta abre los corazones de los jóvenes… Serán sinceros en todo, estarán dispuestos para todo si se dan cuenta que son amados”, enseñaba San Juan Bosco, padre y maestro de la juventud, de quien hoy se celebra un aniversario más de su nacimiento.

Juan Melchor Bosco Occhiena nació un 16 de agosto de 1815 en el caserío deI Becchi, cerca de Morialdo en Castelnuovo (norte de Italia), en unafamilia muy humilde.

Los datos de sus primeros años los cuenta el mismo Santo en su  famoso libro autobiográfico “Memorias del Oratorio de San Francisco de Sales”, escrito en obediencia al Beato Papa Pío IX.

“Mi madre se llamaba Margarita Occhiena, de Capriglio; mi padre, Francisco. Eran campesinos que ganaban honradamente el pan de cada día con el trabajo y el ahorro. Mi buen padre, casi únicamente con su sudor, proporcionaba sustento a la abuela, septuagenaria y achacosa, a tres niños: el mayor de los cuales era Antonio, hijo del primer matrimonio, el segundo José, y el más pequeño Juan, que soy yo”.

A los nueve años Don Bosco tuvo un sueño profético en el que Jesús le presenta a su maestra  en la vida, la propia Virgen María, quien le pide que se haga “humilde, fuerte y robusto” y le señala su misión de transformar el corazón de los jóvenes.

Siendo sacerdote acogió a centenares de muchachos a quienes les ofrece espacios de formación para que lleguen a ser “buenos cristianos y honrados ciudadanos”.

Al final de su vida, se daría cuenta que ese sueño introducido por Cristo y ejecutado por María Auxiliadora se había cumplido. Por eso en más de una ocasión llegó a decir “Ella lo ha hecho todo”.

Hablar de un santo como Don Bosco sería de nunca acabar porque es muy amplio y extenso. Pero se podría decir que el humilde hijo de campesinos hoy en día es padre de una gran familia espiritual que se extiende por todo el mundo, en el que gente de toda clase y condición, incluso no católicos, lo admiran y siguen su ejemplo.

“Hallarás, como los hebreos en el desierto, agua amarga, esto es, disgustos, dificultades, penas, sinsabores, etc., pero haz lo que Moisés recomendó a los suyos, meter en el agua amarga el leño que tiene la cualidad de dulcificar el agua: el leño de la cruz”, decía San Juan Bosco.

Más información en el especial de Don Bosco:

 

 

Los colores, en honor a María Auxiliadora

El intrépido salesiano que fundó el San Lorenzo de Almagro para rescatar a los niños de la calle 

Dedicó toda su vida a los jóvenes y sin saberlo creó en un Oratorio un histórico equipo de fútbol. Los colores del equipo son en honor a María Auxiliadora. 

Actualizado 5 diciembre 2012 

Javier Lozano / ReL 

12034_gonzalo_bergessio__jugador_del_san_lorenzo_de_almagroEl padre Lorenzo Massa dedicó toda su vida a los más jóvenes cumpliendo con creces la vocación a la que había sido llamado en la orden de los salesianos. Bajo el ejemplo de San Juan Bosco llevó a cabo numerosas iniciativas que tuvieron gran repercusión. De hecho, gracias a él fue creado el club de fútbol San Lorenzo de Almagro, uno de los más grandes de Argentina y de los históricos del fútbol mundial. Además, fue el responsable del inicio de los exploradores de Don Bosco y de la instauración de numerosas escuelas por todo el país.

Este sacerdote, hijo de italianos, nació en Buenos Aires en 1882 y pronto descubrió su vocación.  A los 25 años fue ordenado sacerdote y un año más tarde fue nombrado director del Oratorio de San Antonio de Padua, en el barrio bonaerense de Almagro. Allí comenzó esta increíble historia.

Sacar a los niños de la calle
Era un barrio obrero con gran inmigración y de clase baja donde mucho de los niños estaban condenados a la delincuencia desde pequeños. Mientras tanto, se divertían en la calle con un nuevo deporte que había llegado de Europa y que era conocido como “football”.  Paseando por el barrio, el padre Massa observó a estos pequeños y vio como uno de ellos casi moría aplastado por un tranvía al ir tras la pelota.

En ese momento se le ocurrió la idea de lo que más tarde se transformaría en algo grande, más de lo que él esperaba. El padre salesiano se acercó a los niños y les propuso continuar el juego en un lugar más seguro y apropiado, el patio del Oratorio de San Antonio. La única condición que les puso es que participaran en la misa y el catecismo, a lo que ellos accedieron gustosos. Este fue el germen de lo que más tarde se convertiría en el glorioso San Lorenzo de Almagro.

En honor a San Lorenzo
Con este acto consiguió dos cosas: sacar a los niños de la calle y sus peligros (no solo físicos) y a su vez acercarlos a la Iglesia. Este grupo se denominaba así mismo los “forzosos de Almagro”.

A raíz de ahí el padre Massa fue anotando en su diario sus encuentros con estos jóvenes, que pronto decidieron crear un club y cuya sede como no podía ser de otro modo era el Oratorio. Sin embargo, el nombre de “forzosos” no gustaba al sacerdote que lo veía violento, por lo que se reunió con ellos para buscar otra alternativa.

Tras pensar distintos nombres uno de los jugadores propuso como homenaje a quien le había abierto las puertas que el equipo se llamase Lorenzo Massa. El cura se negó  e hizo varios intentos para que rectificaran hasta que tuvo que aceptar un término medio. El equipo llevaría su nombre pero por el santo y se añadiría después el barrio de los jóvenes. Así nació oficialmente el San Lorenzo de Almagro. En el interior de un oratorio.

Por ello, el padre Massa les explicó que el nombre “hacía alusión al valeroso mártir romano San Lorenzo y a la heroica batalla de San Martín quienes en San Lorenzo, cerca de Rosario vencieron” y destacó igualmente “las virtudes y el empeño que necesitarían para cumplir su anhelo de llegar algún día a ubicarse entre los mejores equipos del fútbol argentino”.

El papel de María Auxiliadora
Tampoco la indumentaria del equipo era casual. El San Lorenzo de Almagro comenzó a usar una camiseta azul y roja  Un sacerdote amigo del padre Massa contaba años más tarde el por qué en una anécdota tras una conversación con él. “¿De dónde sacaste los colores de San Lorenzo? ¿Acaso del club Tigre? Me dijo que no lo conocía. Entonces, habrá sido del Estudiantil Porteño, de Ramos Mejía, insistí. Menos, me respondió. ¿Te fijaste en el fútbol internacional, en Barcelona, tal vez?, volví a preguntar. Tampoco, ven, ven…, me contestó. Me llevó caminando hacía la basílica de María Auxiliadora. Y cuando entramos me dijo: fíjate ahí arriba, en el camarín, como está vestida María Auxiliadora. Tenía una túnica roja y un manto azul. De ahí los saqué”, dijo orgulloso.

Llegan “los cuervos”
Poco a poco el equipo fue creciendo y tanto el oratorio como el patio se llenó de niños y jóvenes que antes vagaban por las calles. Además, los padres también acudían para verlos y se encontraban de paso con la Iglesia. Pronto se inició un gran vínculo entre el barrio y el oratorio. Además, fueron surgiendo nuevos equipos de atletismo, baloncesto…y en medio de todos estaba el padre Lorenzo Massa, orgulloso siempre de “sus muchachos”.

El actual apodo de los seguidores del San Lorenzo de Almagro también tiene al padre como protagonista. Cuando los vecinos de otros barrios veían llegar al equipo gritaban “ahí vienen los cuervos”, en alusión a la sotana negra del padre Lorenzo.

La otra gran obra de Lorenzo Massa
Sin embargo, esta no fue la única gran obra realizada por Lorenzo Massa. También sin saber de la importancia posterior fue el responsable  del nacimiento de los exploradores de Don Bosco. Los salesianos veían con preocupación como muchos jóvenes dejaban la Iglesia atraído por el movimiento scout llegado de Inglaterra, pero en su versión más laicista. El padre Massa y el superior salesiano, el padre José Vespignani llegaron a la conclusión de que “había que crear algo atractivo para los mayorcitos del Oratorio, algo parecido a los que el mismo Don Bosco había hecho también en su tiempo en Turín para evitar que los jóvenes se fueran tras la última moda y ya no volvieran al Oratorio”.

Este grupo rápidamente fue creciendo y expandiéndose por toda Argentina. Al igual que el padre Massa que fue destinado a numerosos lugares donde fundó misiones, escuelas y centros salesianos, “por el bien de la juventud en peligro, o para ganar almas para Dios, yo me comprometo sin temor alguno”. Eso sí, en su corazón siempre estuvieron sus “muchachos” de Almagro y cuyos aficionados siguen recordando a aquel sacerdote que les dio el club de sus amores.