De migrante nigeriano a sacerdote…

EL OBSERVADOR ALETEIA TEAM

Testimonio de Kenneth Iloabuchi, joven nigeriano que tenía el sueño de llegar a Europa para tener una vida mejor, estudiar Derecho en Inglaterra y poder trabajar allí. Cuenta las dificultades a las que se enfrentó para realizar su objetivo y cómo logró perdonar sólo con el amor de Cristo.

Un sacerdote escribe al Papa antes de morir

Un sacerdote escribe al Papa antes de morir a los 31 años. Aquí os ofrecemos la carta

No le pido a Dios mi curación, sino la fuerza y la alegría de continuar siendo un testimonio verdadero de su amor y un sacerdote según su corazón 

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Fabrizio nació en Nápoles el 8 de septiembre de 1982. Miles, casi tres mil personas, se reunieron en Ponticelli (NA), para darle el último saludo en la Basílica de Nuestra Señora de la Nieve, donde era vice-párroco. Un sufrimiento grande el del padre Fabrizio en los últimos meses, vivido siempre con gran fe y con una gran fuerza de ánimo. Siempre con una sonrisa, siempre con una palabra de consuelo para sus familiares y amigos que han estado con él hasta su último aliento. Aquí os ofrecemos la carta que envió al Papa.
A Su Santidad el Papa Francisco

Santo Padre,
En las oraciones diarias que dirijo a Dios, no dejo de rezar por usted y por el ministerio que el Señor mismo Le ha confiado, para que pueda darle siempre fuerza y alegría para continuar anunciando la bella noticia del Evangelio.Me llamo Fabricio De Michino y soy un sacerdote joven de la diócesis de Nápoles. Tengo 31 años y hace cinco que soy sacerdote. Desarrollo mi servicio en el Seminario Arzobispal de Nápoles como educados del grupo de diáconos, y en una parroquia en Ponticelli, que se encuentra en la periferia de Nápoles. La parroquia, recordando el milagro sucedido en la colina Esquilino, recibe el nombre de la Señora de las Nieves y en 2014 celebrará el primer centenario de la Coronación de la estatua de madera del 1500, muy querida para todos sus habitantes.Ponticelli es un barrio degradado por su pobreza y alta criminalidad, pero cada día descubro verdaderamente la belleza de ver lo que el Señor realiza en estas personas que se fían de Dios y de la Virgen.También yo, desde que estoy en esta parroquia he podido ampliar cada vez más mi amor confiado hacia la Madre Celeste, experimentando también en las dificultades, su cercanía y protección. Por desgracia, hace tres años que me encuentro peleando contra una enfermedad rara: un tumor justo en el interior del corazón y desde hace algún mes, con metástasis en el hígado y en el bazo. En estos años nada fáciles, sin embargo, nunca he perdido la alegría de ser anunciador del Evangelio. También en el cansancio percibo, verdaderamente, esta fuerza que no viene de mí sino de Dios que me permite desarrollar con sencillez mi ministerio. Hay una cita bíblica que me está acompañando y me infunde confianza en la fuerza del Señor, es la de Ezequiel: “Os daré un corazón nuevo, meteré dentro de vosotros un Espíritu nuevo, arrancaré de vosotros el corazón de piedra y os daré un corazón de carne” (Ez 36, 26).En este tiempo ha sido muy cercana la presencia de mi obispo, el card. Crescenzio Sepe, que me apoya contantemente, aunque a veces me dice que descanse para no cansarme demasiado.

Agradezco a Dios también por mis familiares y mis amigos sacerdotes que me ayudan y sostienen sobre todo cuando hago las distintas terapias, compartiendo conmigo los diversos momentos de inevitable sufrimiento. También mis médicos me apoyan muchísimo y hacen lo imposible para encontrar los tratamientos adecuados para mí.

Santo Padre,

Me estoy alargando demasiado, pero solo quiero decirle que ofrezco al Señor todo esto por el bien de la Iglesia y por Usted de un modo especial, para que el Señor le bendiga siempre y le acompañe en este ministerio de servicio y amor.

Le ruego que me añada a sus oraciones: lo que le pido todos los días al Señor es hacer su voluntad, siempre y en todas partes. A menudo, es verdad, no le pido a Dios mi curación, sino la fuerza y la alegría de continuar siendo un testimonio verdadero de su amor y un sacerdote según su corazón.

Seguro de sus paternales oraciones, le saludo devotamente.

Don Fabrizio De Michino

Una mujer a la que hoy ayuda la Iglesia

Habla una mujer a la que hoy ayuda la Iglesia 

Su maestro de reiki la sometió sexual y psicológicamente: «Tienes un ente dentro», le dijo 

Actualizado 12 septiembre 2013

ReL

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El sacerdote barcelonés Enrique Cases, químico y doctor en Teología canónica, ha publicado en la lista de distribución de la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas (www.fiamc.orgel testimonio de una mujer atrapada en el reikihasta un nivel en que dependía -incluso sexualmente- de su «maestro», gastaba grandes cantidades de dinero y era maltratada psicológicamente. 

«Él mismo me dejó caer que yo tenía un ente dentro y recuerdo cómo le suplicaba yo a Dios, entre lágrimas, que me ayudara, sintiéndome totalmente desvalida y lejos de mi familia», afirma la mujer en su testimonio. El padre Cases nos ha hecho llegar a ReL una versión más completa del testimonio espiritual de esta mujer, una española identificada sólo como N.N. Esta es su historia.

Sin apenas formación cristiana
»Siempre fui una chica inquieta, en busca de un sentido trascendente a mi vida. Mis padres me bautizaron a los siete días de nacer, pero nunca más pisé una Iglesia hasta mi Primera Comunión, a excepción de algunos bautizos y comuniones. Una vez hecha la Primera Comunión, aunque yo era una niña muy sensible, buena y obediente, no volví a la Iglesia, no porque me opusiera, sino porque no fui educada cristianamente y eso que mis padres eran personas muy buenas y tenían su fe…Y sólo acudía, de nuevo, cuando era invitada a alguna boda o bautizo. 

Preguntas trascendentes, y vacío
»Siendo ya una adolescente, no paraba de formularme preguntas trascendentales…y recuerdo quedarme a menudo ensimismada mirando al cielo admirando su grandeza y buscando una respuesta del ser que me creó. Los años pasaban y aunque viví algunos momentos bonitos, la verdad es que prácticamente todo el tiempo vivía en un gran sufrimiento…Todo a mi alrededor parecía ir mal: mi familia, mi relación con el novio de entonces, mi trabajo. Me sentía muy sola y no sabía cómo escapar de todo eso…Bueno, sí, se me pasó muchas veces por la cabeza quitarme la vida porque me encontraba en un callejón sin salida; o al menos eso es lo que yo sentía entonces. Vivía sin Dios, me encontraba totalmente perdida y con conductas agresivas por doquier.

Buscando en el tarot y el ocultismo
»Como mi vida era tan vacía y penosa, empecé a coquetear con el Tarot porque pensaba que no era malo e incluso, ilusa de mí, pensaba que quien podía interpretarlo era porque tenía un don de Dios. Y me gustaba consultarlo porque esperaba obtener una respuesta positiva a mi desgraciada vida, esperaba que me anunciara un cambio en mi vida para mejor. Tenía una baraja propia, a veces consultaba a alguna tarotista…Me empezaron a gustar diversas prácticas de ocultismo: numerología, quiromancia, libros de brujitas (la llamada magia blanca, que de blanca no tiene nada) y cosas por el estilo, aunque gracias a Dios nunca profundicé, fue algo meramente superficial.

«El secreto», entrada a la Nueva Era
»Y esto, junto con otras válvulas de escape que fui encontrando, hicieron que cada vez me perdiera más…Y un buen día, un amigo que tengo en Suecia, me hizo llegar por correo un DVD y me dijo que era una sorpresa. Se titulaba “The Secret” (El Secreto). Corría el año 2007 por entonces y este documental, del que se hizo la versión literaria, todavía no se había publicado en España, pero desde el primer momento que lo vi algo hizo “click” en mi interior y comencé a buscar y buscar más videos o libros relacionados con el tema. Para los que no lo conozcan, “El Secreto” trata de los deseos que tenemos, las peticiones para nuestra vida. Podemos pedirlas al Universo y éste, en el momento oportuno, nos las concede. Este es un libro muy conocido en Nueva Era. En fin, fui adentrándome más y más en estos temas y cuando tenía un momento libre lo dedicaba a ver videos o a leer algún libro relacionado con el tema. 

»Fui conociendo el budismo, el hinduismo, empecé a creer en la reencarnación, leía libros en los que se narraba cómo la gente estaba acompañada por sus guías espirituales y las experiencias que tenían… Me empezó a interesar la meditación, algo leí sobre yoga, me apunté a un curso de quiromasaje, empecé a interesarme también por las Flores de Bach, las piedras…etc. Mi inquietud espiritual era cada vez mayor. Había encontrado, por fin, algo que me conectara con ese ser superior y poder salir de este mundo tan material, lleno de dolor y amargura y tan falto de esperanza. 

Un curso de Reiki

»Un buen día decidí apuntarme a un curso de Reiki que ofrecían en la escuela en la que estudié quiromasaje. Se dividía en varios niveles, cuatro para ser exactos (3 niveles y Maestría). Para los que no conozcan el Reiki, lo venden como una energía llamada universal, una energía de amor que se canaliza a través de la persona iniciada y que le da un poder para sanar a los demás.

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«Muy bonito», «buen rollo»
»Hice el primer nivel y, la verdad, fue muy bonito. Me sentía tan relajada y tan bien, y además había tan «buen rollo» entre los compañeros de ese curso de fin de semana. Eso sí,mi dinerito me costó. No lo recuerdo muy bien ahora, pero creo que estaba alrededor de los 100 euros. No me pasó nada en especial después, pero sí recuerdo haber tenido algún sueño bastante raro que me dio hasta miedo. 

»Al cabo de un mes hice el 2º nivel. Y en este no noté nada especial. Eso sí, otros 150 euros, por lo menos. Pero como parecía todo tan bonito… 

»Sin embargo, fueron transcurriendo los meses y yo me sentía cada vez más triste y no sabía por qué. Lo achaqué a que podía estar pasando otro período de depresión, porque ya había tenido otros en mi vida, pero en ese momento la verdad es que las cosas me iban bien. Yo estaba cada vez más triste y ya no me llenaba nada. Tenía ilusiones, pero las veía inalcanzables. 

»Y pasaron un par de años en los que seguí leyendo libros y no había tocado el Reiki casi para nada. Hasta que me llegó un email de la escuela donde hice los cursos, anunciando que hacían el tercer nivel. Lo dudé y lo pensé bastante pero al final me decidí a hacerlo. Esta vez el curso costaba unos 200 euros, pero me daba igual, porque yo quería seguir adelante con ello. 

Tercer nivel de Reiki: empieza el infierno
»El día antes de mi iniciación empecé a sentir mucha ansiedad y estuve a punto de no ir, pero me pudieron más las ganas de hacerlo y al final me presenté en la escuela. El curso acabó muy bien, me sentí relajada y contenta. Pero lo que no sabía era la pesadilla que iba a vivir al cabo de 2 días. Ahí empezó a abrirse la puerta del Infierno para mí. 

»Empecé a sentir de repente un miedo horroroso porque sentía que había hecho algo que no tocaba y que ya no tenía vuelta atrás y el miedo empezó a apoderarse cada vez más de mí. Desesperada intentaba localizar a la maestra,pero no lo conseguía y una vez que di con ella lo único que me dijo fue: “Tómate el rescate de las Flores de Bach cada hora y deja el miedo”. Y ya está. Yo cada vez me sentía peor, y pasada una semana, llena de angustia y terror, notaba una presión dentro de mi cabeza que me hacía pensar que podría darme una embolia o algo así. 

»Empecé a preguntar a mis amigos si conocían a algún maestro de Reiki porque yo pensaba que me habían hecho mal la iniciación o algo así. Finalmente di con una persona a través de un conocido, que era maestro de Reiki y como estaba desesperada me agarré a un clavo ardiendo y fui a su consulta. 

«Mi cuerpo empezó a convulsionar»
»Desde el primer momento en que esta persona me puso la mano encima mi cuerpo empezó a convulsionar, cosa que no me había sucedido jamás, y así estuve en su consulta por lo menos un par de horas. Al final, pareció que todo se calmó y me fui para casa. 

»Tenía convulsiones bastante fuertes durante todo el día, mi cuerpo parecía un molinillo y sentía dentro como si tuviera millones de hormigas y algo que me quemaba… Llamaba desesperada y finalmente en otra visita a su consulta todo se calmó bastante y me quedé mejor. 

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»Los meses transcurrían y yo me seguía notando rara pero aproveché para hacer con este hombre «crecimiento personal», ya que quería poder sanar y superar muchas cosas de mi vida. Y me hacía tests de kinesiología (son como unos test musculares que te dan respuestas sobre lo que está queriendo o pidiendo tu ser interior), me daba flores de Bach y otras esencias, me hacía alguna sesión de quiropráctica y, por supuesto, Reiki, para revivir mis heridas y poder sanarlas. 

«Cada sesión era una tortura»
»Se producían como unos “desbloqueos” y era tremebundo lo que yo podía llegar a sufrir porque convulsionaba, gritaba con una fuerza descomunal que no podía parar y que sentía más fuerte que yo misma… y cada sesión se convertía en una auténtica sesión de tortura: literalmente. No daré los detalles de todas las sensaciones que llegué a sentir, pero eran cosas que ahora me doy cuenta que eran“magia”. 

»Me decía que eran desbloqueos emocionales, pero lo que yo no sabía entonces era que estaba viviendo una posesión diabólica. Más de una vez sentí como si dentro de mi ser hubiera alguien más, como si me desdoblara, como si fuéramos dos… 

»A veces notaba como si una mano me estuviese estrujando el corazón en su puño y notaba también como si me retorcieran los huesos como un alambre. Y todos estos padecimientos no los sufría sólo en las sesiones, sino que eran continuos durante todo el día. Cada vez estaba más demacrada y mi familia y mi entorno empezaron a preocuparse mucho porque, aunque yo no contaba nada, sabían que algo malo me estaba pasando. 

Deseo sexual contra su voluntad
»Para colmo, al mismo tiempo, empecé a sentir que en muchas ocasiones se me despertaba el deseo sexual y noté cómo se estaba produciendo un acercamiento de esta persona [el maestro de Reiki] hacia mí en este aspecto, aunque él esperaba a ver cómo reaccionaba yo. Era una persona bastante más mayor y a mí no me gustaba nada, pero no sabría explicar cómo ocurrieron las cosas y aunque intenté evitarlo por todos los medios, acabé teniendo relaciones sexuales con él. 

A solas me preguntaba por qué estaba ocurriendo todo esto, porque yo no quería que sucediera, pero algo me impulsaba a hacerlo y no entendía nada. Es algo que no me había sucedido jamás, era superior a mis fuerzas. Y todo esto fue en aumento hasta que en unas pocas semanas yo ya no podía vivir sin él.

Dominada por el maestro Reiki
»Las cosas fueron cada vez peor y yo vivía en un sufrimiento atroz, tanto físico como mental y emocional. Él mantenía una posición de dominio y me maltrataba psicológicamente. Además, el dinero que me estaba gastando con este hombre estaba ascendiendo a miles de euros porque las sesiones eran maratonianas. 

»Y llegó un momento en que el trato fue tan inhumano que siempre quedará grabada en mi memoria una escena en la que él mismo me dejó caer que yo tenía un ente dentro y recuerdo cómo le suplicaba yo a Dios, entre lágrimas, que me ayudara, sintiéndome totalmente desvalida y lejos de mi familia, mientras él, a mi lado, con una mirada llena de odio, no paraba de gritarme. ¿Por qué no abandoné todo este calvario? Porque yo ya no era capaz por mí misma, algo había más fuerte que yo…

Lo que yo no supe hasta que terminó todo esto es que había estado en manos de un brujo, de alguien satánico que utilizaba todo tipo de invocaciones, y a saber qué trabajos, para conseguir todo lo que quisiera de mí. 

»Gracias a la contundencia que mostré un buen día, esta persecución cesó. A partir de aquí comenzó todo un periplo de ir conociendo a más gente que estaba metida en Nueva Era y que pensaba que podían ayudarme. Pensaba, entonces todavía, que había topado con un ser perverso pero no acababa de darme cuenta del mal que había en sí en todo este movimiento. 

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De brujo en brujo
»Así que todavía acudí a otras personas que hacían reiki, osteopatía, exorcismos con ayuda del reiki y y la angeología, y bla, bla, bla…Hasta un brujo, que no me presentaron como tal sino como “alguien que estaba muy en la luz”, me llegó a hacer un “trabajito” de liberación, y yo caí porque me lo vendieron como bueno, tan desesperada estaba yo, porque en todos esos meses mis síntomas siguieron siendo más horribles, si cabe.

Llegó a la Iglesia
»Y por fin quiso Dios que me diera cuenta de que acudiera a la Iglesia católica para ponerme en manos de un exorcista. Y aunque el principio fue un poco titubeante, poco a poco fui adentrándome en ella. Empecé a conocer gente que me ayudó mucho. Además del exorcista oficial de la diócesis, quien me hacía, y aún me hace, exorcismos regularmente, fui conociendo a varios sacerdotes que me ayudaron, y aún siguen haciéndolo, realizando oraciones de liberación, además de brindarme un soporte emocional importante para poder ir asimilando toda esta historia, y formación en la doctrina y en la Palabra de Dios, de las que era totalmente ignorante. 

»Y también me ayudó mucho el soporte emocional que me dio una religiosa que conocí casi al principio. Sin ella todo habría sido mucho más duro. 

»Al mismo tiempo, comencé una vida intensa de oración y sacramentos, de misa diaria y Adoración al Santísimo Sacramento, de peregrinaciones a santuarios marianos…Y la Virgen María y Jesús no me han dejado ni un instante y me han conducido y aún me conducen allá adonde pueda curarme. Desde entonces libro una batalla diaria contra el Maligno, pero también recibo muchas gracias y consuelos de Dios y las experiencias que he tenido con ellos y, sobre todo, con Jesús, han sido absolutamente maravillosas. Ahora sí siento que he encontrado el camino, ahora sé que he encontrado la verdad.

Aviso a incautos
»Doy inmensas gracias a Dios por mi fe y ahora quiero y debo advertir a todos de los peligros de todas estas técnicas que están incluidas en el movimiento Nueva Era, especialmente del reiki. En este mundo hay mucha gente con buena intención, los pobres incautos, como lo fui yo, pero también está lleno de brujos y personas que practican el satanismo, son discípulos del mal y que pueden hacer muchísimo daño y se corre un gran peligro. 

»Por eso quiero poner en conocimiento de todos de qué manera uno acaba siendo atrapado por este espejismo, que no es otra cosa que una nueva máscara del mal, pudiendo acabar perdiendo su dinero, su salud, su fe e incluso, su vida, no sólo la terrena sino también la eterna.

el «sacerdote-fantasma» de Missouri

Patrick Dowling es de carne y hueso 

Identificado, tras ocho días de una intriga creciente, el «sacerdote-fantasma» de Missouri 

Actualizado 13 agosto 2013

C.L. / ReL

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Este lunes quedó resuelto, más de una semana después, el misterio del sacerdote que atendió espiritualmente a una joven atrapada en su vehículo accidentado y habría animado en su labor a todo el equipo de rescate. Se trata de Patrick Dowling, sacerdote de la diócesis de Jefferson City, cuyo portavoz desconocía su participación en los hechos cuando fue interrogado al respecto en los primeros días.

Su aparición y desaparición instantáneas, así como el chocante hecho de que no apareciese en ninguna de las casi setenta fotos de la operación de salvamento de Katie Lentz, habían desatado las especulaciones en torno a una intervención sobrenatural. Se habló de un ángel, circularon retratos robot, y todavía unas horas antes de la resolución del enigma se había puesto nombre al «fantasma»: se trataría de fray Lukas Etlin, OSB, un monje benedictino de la cercana abadia de la Concepción… fallecido en 1927 en accidente de coche.

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Pero no: Dowling es un capellán de prisiones de carne y hueso, y particularmente consagrado al apostolado con la población de habla hispana, según explica la agencia CNA(Catholic News Agency), que habló en exclusiva con él. De origen irlandés, fue ordenado sacerdote en 1982 y ha sido misionero en Perú dos veces.

La explicación natural de los hechos
Si pudo llegar hasta el lugar del accidente a pesar de que la carretera estaba cortada, es porque, al conocer la gravedad de la conductora atrapada, en vez de dar la vuelta se acercó cuanto pudo, aparcó y caminó luego hasta el amasijo de hierro en que había quedado convertido el Mercedes de Katie: «Le pregunté al sheriff si podría hacer falta un sacerdote, y en el control me dejaron pasar».

Una vez allí, relata como oró junto a la chica: «Cuando la joven me pidió que orase para que la pierna dejara de dolerle, lo hice. Me rogó que lo hiciese en voz alta y lo cumplí brevemente, porque los rescatadores necesitaban espacio y no les habría gustado que les distrajesen. Me puse a un lado y recé el rosario en silencio hasta que la extrajeron del coche». Según certificaron tanto el jefe de bomberos como el sheriff, el comportamiento de aquel sacerdote a quien nadie de los presentes conocía resultó de gran ayuda para todos, no sólo para Katie.

«Doy gracias a Dios por el excelente y competente rescate que hicieron», dice por su parte Don Patrick, «y les agradezco que me hicieran sentir bienvenido en una situación tan complicada, y me permitiesen ejercer mi ministerio sacerdotal. La policía lo tenía todo bajo control y todo el mundo trabajó con la armonía de un reloj suizo».

El singular momento de la extremaunción

El padre Dowling le administró a Katie la extremaunción (sus lesiones eran muy graves) y le dio la absolución, y rezó todo el rato («como muchas de las personas que estaban allí») pero desmiente que fuese él quien animase al equipo en un momento de dificultad del trabajoso rescate: «No fui yo quien dijo que las máquinas funcionarían bien y conseguirían sacarla del coche. La frase no salió de mis labios, aunque dos personas la oyeron». Reconoce sin embargo que la forma en que sonó esa frase sí introdujo «algo extraordinario o que lo parece en la secuencia de los hechos y coincidió con el momento de la extremaunción». 

Eso, y la cuestión de que no saliese en ninguna de las fotos en las que sí salieron todos los demás, así como su llegada y su marcha rápidas, alimentaron lo que empezaba a ser una pequeña leyenda local. Cuando todo terminó, le dio la mano y las gracias al sheriff y se fue: «Admiro la calma de todos los que colaboraron en el rescate», concluye.

Se desvanece, pues, lo que empezaba a considerarse una hermosa historia de intervención sobrenatural, pero ganamos una hermosa historia de ejercicio de la vocación sacerdotal, en este caso la de Patrick Dowling: estar en los lugares difíciles para acercar las almas a Dios.

Cuatro demonios que no se van

El endemoniado por el que rezó el Papa cuenta toda su historia: 10 exorcistas y 14 años de sufrir

Actualizado 28 mayo 2013

ReL

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La corresponsal del periódico El Mundo en el Vaticano, Irene Hernández Velasco, ha hablado con Ángel, el hombre que recibió la oración del Papa Francisco que la prensa de todo el mundo identificó como un exorcismo. Publica su testimonio en el suplemento Crónica, con informaciones también de J. M. Vidal. Esta es la historia del endemoniado más famoso del mediático siglo XXI.

14 años de sufrimiento

Ángel V., hombre de mirada lánguida y afligida y maneras suaves es mexicano, procede del estado de Michoacán, tiene 43 años, dos hijos… y cuatro demoniosmetidos en su interior

Cuatro demonios que -dice- le atormentan desde hace 14 años y de los que no han conseguido librarle ninguno de los más de una decena de exorcistas que le han examinado en los últimos años. Todos ellos se muestran convencidos de que el de Ángel es un caso incontestable de posesión diabólica. 

«No me cabe ninguna duda», asegura a Crónica el padre Amorth, exorcista de la diócesis de Roma desde hace 26 años y autor de más de 150.000 exorcismos. Ángel se ha convertido en los últimos días en el endemoniado más famoso del mundo. Todo, después de que diera la vuelta al planeta el vídeo rodado el pasado domingo, por las cámaras del centro televisivo vaticano, en el que se ve como el Papa Francisco le impone las manos sobre la cabeza con energía. 

Lo que sabía el Papa
«Santidad, esta persona necesita su bendición. Le han visto 10 exorcistas, le han hecho más de 30 exorcismos y los demonios que lleva dentro no quieren salir«. El padre Juan Rivas, el sacerdote mexicano que ha acompañado a Ángel en su encuentro con Francisco, asegura a Crónica que fue con esas palabras exactas con las que presentó al Papa a Ángel. 

«El Papa saludó a Ángel, éste le besó el anillo pontificio y en ese momento cayó en trance. Entonces le puso las manos en la cabeza y en ese momento se escuchó un alarido terrible, como el rugido de un león. Todos los que estaban allí lo escuchamos perfectamente».

«El Papa, por supuesto, lo oyó, los encargados de su seguridad así como una niña que había a nuestro lado. Pero a pesar de ese rugido espantoso, el Papa no se dejó impresionar y siguió adelante con su oración, como si ya antes hubiera afrontado situaciones similares».

Ángel asiente con lentitud. Dice que se encuentra mejor, que el rezo del Papa le ha hecho mucho bien. La prueba es que se presenta a la cita con Crónica andando por su propio pie, mientras que al encuentro con el Pontífice acudió en silla de ruedas. «Pero aún tengo los demonios dentro, no se han ido», explica este hombre que asegura que sabe perfectamente el momento preciso en el que el maligno entró en su cuerpo.

P.-¿Cuándo y cómo se apoderó de usted el diablo?
R.-Fue en 1999, un día que regresaba en un autobús desde México DF a mi localidad natal, en Michoacán. Sentí que una energía entraba en el autobús. No la vi con los ojos, pero la percibí. Noté que se aproximaba a mí y que se colocaba enfrente mío. Y, de pronto,noté como una estaca que se me clavaba en el pecho y luego, poco a poco, la sensación de que se me iban abriendo las costillas. 

Ángel estaba convencido de que aquello era un ataque al corazón y de que iba a morir. Pero no murió. A partir de ese momento su salud se fue deteriorando. 

«Todo lo que comía lo vomitaba. Sentía pinchazos en todo mi cuerpo, como si lo tuviera repleto de agujas. Hasta las sábanas me hacían daño. Empecé a no poder caminar. Cada día respiraba con mayor dificultad. No podía dormir, y cuando lo conseguía tenía unas pesadillas espantosas relacionadas con el mal». 

empezó a tener trances en los que blasfemaba y hablaba en lenguas desconocidas. Los médicos no eran capaces de explicar lo que le ocurría a ese hombre de 30 años que hasta entonces había sido un dechado de salud. Le hicieron radiografías, análisis, pruebas… «Pero no daban con la causa de mis problemas».

Estaba tan mal que un día le fue a visitar un primo suyo, sacerdote, para confesarle y darle la extrema unción. «En total me han dado ya cuatro veces los santos óleos»,cuenta. Pero no sólo no murió, sino que ese sacramento le alivió un poco de sus penalidades, notó una mejoría. 

Alivio en la oración
Ángel empezó a rezar con devoción al Señor de la Misericordia, cuya estampita le había llevado su primo. Siempre ha sido católico, siempre ha ido a misa los domingos, pero dice que no rezaba bastante. 

Empezó a sentirse un poco mejor y, en agradecimiento, llevó una imagen del Señor de la Misericordia a la Iglesia de San Agustín en Morelia, la capital del estado de Michoacán. Notó cierto alivio, pero seguía teniendo recaídas y seguía sin entender que le ocurría. Hasta que un día asistió en Morelia a la conferencia de un sacerdote ucraniano.

La reliquia del Padre Pío
«La persona que le acompañaba y le hacía de traductor era un médico que había convivido con el Padre Pío, el santo de los estigmas. Le conté lo que me ocurría, lo mal que me sentía.Él me puso en el pecho una reliquia del padre Pío y en ese momento vi una luz especial que me rodeaba, sentí una gran paz. Pero al mismo tiempo, noté algo que empezaba a arañarme dentro de mí. Ese algo me tiró al suelo y comenzó a manifestarse. Yo no podía hacer nada, esa presencia era más fuerte que yo, me dominaba». 

Era 2004. Después de cinco años sin entender lo que le ocurría, sin saber lo que le pasaba, Ángel recibió un nuevo diagnóstico: estaba poseído por el diablo. Ese mismo día le practicaron también su primer exorcismo.

P.-¿Cómo reaccionó ante la idea de estar endemoniado?
R.-Me dio muchísimo miedo. Y también me sentí muy sucio al pensar que dentro de mí había un ser maléfico. Mi familia reaccionó al principio con incredulidad y, de hecho, entre mis hermanos hay algunos que aún siguen siendo escépticos, que creen que lo que tengo es fruto de un desequilibrio psicológico. Sé que hay mucha gente en todos los países del mundo que está pasando por eso mismo. Gente que se siente incomprendida por su familia, por sus amigos y, en ocasiones, hasta por la propia Iglesia, porque no en todas las diócesis hay exorcistas. También porque hay sacerdotes que no creen en la posesión diabólica, que consideran que se trata de problemas psiquiátricos. Hay muchos poseídos que terminan en manicomios y se mueren sin saber lo que les pasa. Es para tratar de ayudarles por lo que he decidido conceder esta entrevista, la primera que doy en mi vida. 

De exorcista en exorcista
A partir de ese momento, Ángel empezó a buscar desesperadamente exorcistas, a tratar de encontrar a alguien capaz de extirparle los demonios.

Primero buscó ayuda con uno en México DF, que le practicó cuatro o cinco exorcismos. 

«En uno de ellos ese sacerdote le preguntó al demonio que cómo había entrado dentro de mí y éste le dijo que había sido por un maleficio que me hizo una persona«. 

Ese exorcista fue trasladado a otra parroquia y Ángel pasó a otro, que tampoco logró librarle de sus demonios. Alguien le recomendó entonces que viera al padre José Antonio Fortea, el más famoso exorcista español. El primer encuentro tuvo lugar hace ya tres años, en México, donde Fortea conoció a Ángel y a su familia y le asesoró. Y el segundo hace pocos días en Roma, donde el sacerdote oscense, se encontraba terminando su tesis doctoral sobre demonología.

Un negocio arruinado
La posesión que al parecer sufre Ángel ha convertido en una pesadilla la vida de ese hombre licenciado en Mercadotecnia por la Universidad de Guadalajara y que tenía su propia empresa de publicidad. 

«Hace un año la tuve que cerrar, mis condiciones de salud no me permiten trabajar. Para poder mantener a mi familia he tenido que vender mi casa y otro apartamento que teníamos. Ahora vivimos en una casa que nos ha prestado mi suegra. Por suerte, no estoy en dificultades económicas, con la venta de las dos casas nos llega para vivir. Pero quiero hacer una vida normal. Sobre todo por mi esposa y mis hijos, de 6 y 11 años.Por suerte mis dos niños nunca me han visto en trance. Pero saben que estoy enfermo», dice entre lágrimas. 

Los últimos ocho meses, asegura, han sido de terror. No podía salir de casa de lo mal que me encontraba. Estaba tan grave que una vez más le dieron la extremaunción.

Y una noche tuvo un sueño.

Soñando con el Papa Francisco
«Vi al Papa Francisco vestido de rojo, rezando, con un incensario en la mano y rodeado de obispos y cardenales. No le di importancia, pero cuando me levanté encendí la televisión y vi una misa del Papa, vestido de rojo y con un incensario en la mano, rodeado de obispos y cardenales. Y me pasó por la cabeza una idea: ¿Tendré que ir a Roma? Además, en esa época estaba leyendo el libro del padre Amorth El último exorcista, en el que se dice que tanto Benedicto XVI como Juan Pablo II habían realizado exorcismos y oraciones liberatorias a poseídos». 

Ángel cuenta que dudo mucho sobre si debía viajar o no a Roma.

«Estaba muy mal, tenía miedo de morir lejos de mis hijos, de mi familia», dice. 

Desembarcando en Roma
Le pidió a Juan Rivas, un sacerdote mexicano que conoció hace dos años, que le acompañara. Y, el pasado día 7, los dos se plantaron en la Ciudad Eterna. 

«Después de tratar en tres ocasiones de saludar al Papa sin éxito, el domingo pasado la Divina Providencia nos ayudó y conseguimos por fin encontrarle y que dijera una oración», cuenta Juan Rivas.

El padre Amorth vio a Ángel al día siguiente de su encuentro con el Papa, el martes pasado. «No hay duda de que está poseído«, asegura a Crónica este especialista que, a sus 88 años, ha realizado unos 160.000 exorcismos y que considera que Ángel padece un tipo de posesión muy especial: la posesión con mensaje. No sólo estaría endemoniado sino, sostiene él, el diablo que lo habita se vería obligado por Dios a transmitir un mensaje. 

Un mensaje para el clero mexicano
«Es un buen chico, ha sido elegido por el Señor para mandar un mensaje al clero mexicano y decirle a los obispos que tienen que hacer un acto en reparación por la horrenda ley del aborto aprobada en Ciudad de México en 2007 y que supone un ultraje a la Virgen. Hasta que no lo hagan Ángel no será liberado». 

Ángel ha recurrido en los últimos años a distintos exorcistas. Pero sin lograr resultados. 

«Hay momentos en que parece que los demonios van a salir. Los noto en la boca, medio fuera, siento que se me hincha el cuello. Pero no se van».

La avalancha de casos obliga

Muchos sacerdotes no saben qué hacer 

La avalancha de casos obliga al obispo australiano Porteous a publicar un manual de exorcismos 

La solicitud pastoral del auxiliar de Sidney no es sólo para los fieles afectados: también para su clero, que ignora la influencia del demonio. 

Actualizado 6 octubre 2012 

C.L. / ReL

Que la presencia y actuación del demonio se ha incrementado en los últimos años ya es un hecho constatado, y sólo divergen las respuestas pastorales ante esta realidad.

Una realidad palpable

La del auxiliar de Sidney, Julian Porteous, de 63 años, ha sido neta en cuanto ha tomado conciencia de la magnitud del fenómeno. Y no ha sido hace mucho: «Me he implicado en esto en los últimos años. Me he encontrado con un gran número de personas que querían hablar conmigo porque estaban siendo afectadas por una u otra forma de mal espiritual».

No era el único problema: «Lo que más me llamaba la atención es que numerosas personas me decían que cuando acudían a su parroquia, el sacerdote tampoco sabía realmente qué hacer, qué aconsejar o cómo ayudarlas. ´Eso ya no lo hacemos [en referencia a los exorcismos], ya no forma parte de la Iglesia´, les llegaban a decir algunos».

Pero monseñor Porteous comprende la inquietud de los fieles: «La gente vuelve a la Iglesia porque sienten que es el lugar donde pueden conseguir ayuda, porque a lo que se están enfrentado es de naturaleza espiritual».

El obispo auxiliar de Sidney decidió involucrarse en estos casos mediante la publicación dedos libritos destinados principalmente a su clero y que presentó la semana pasada en la catedral de Santa María de la ciudad australiana, ante un auditorio que incluía, entre otros, a veinte sacerdotes diocesanos. Se trata de un Manual de Exorcismos Menores y de un directorio de consejos para personas que padecen males espirituales.

Se trata, sobre todo, de interpretar esos males y de aclarar si hay en ellos algún elemento demoniaco, afirmó el prelado en el acto, según recoge el semanario católico australiano The Catholic Weekly. Porteous ha consultado a psiquiatras y psicólogos para su redacción.

No se trata, pues, de meras elucubraciones. Se trata más bien de la iniciativa de un pastor ante sus ovejas, a causa de la falta de comprensión pastoral de estos temas de las que -confesó- ha sido testigo personalmente.

Los tiempos han cambiado

Presentó los libros el sacerdote jesuita Greg Jordan, quien se sinceró ante el público: «Hace treinta o cuarenta años la reacción ante estos libros habría sido de extrañeza. ´¿Para qué los necesitamos?´, habríamos dicho». Pero ahora la necesidad es «tan grande» que considera ambas obras «de valor incalculable». 

¿Por qué?, continuó el padre Jordan: «Porque la mayor parte de la gente ignora todo sobre el demonio y su influencia y la respuesta de la Iglesia a ella. Y quien está bien instruido… está bien armado«.

«La magia abre las puertas al demonio»

El exorcista canadiense P. Françoise-Marie Dermine 

Un exorcista advierte que acudir a brujos para usar «la magia abre las puertas al demonio» 

Señaló que «la magia siempre es magia y tiene complicidad con el demonio; siempre interviene una potencia externa que no es Dios». 

Actualizado 14 septiembre 2012

Aci

El exorcista canadiense, P. Françoise-Marie Dermine, advirtió a los católicos que creer en supersticiones y usar la magia para solucionar los problemas, es en el fondo confiar más en el demonio que en la Providencia de Dios.

«La superstición abre las puertas a la magia, y lamagia abre las puertas al demonio, porque cuando una persona recurre a la magia no tiene confianza en Dios, piensa que Él no puede darle lo que quiere, entonces acude a los brujos para lograrlo», expresó en una entrevista con el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME). 

«Lo que no saben -añadió el sacerdote exorcista- es que el brujo realiza ritos y emplea signos de los cuales el demonio se sirve para hacer su voluntad«.

El sacerdote, que llegó para participar en el IX Congreso de Exorcistas de la Arquidiócesis de México, explicó que la superstición nace de la falta de fe, pero «también puede deberse a causas psicológicas ocasionadas por carencias afectivas en la infancia, porque cuando una persona no se siente amada por sus padres, empieza a buscar protección en el mundo mágico».

Sin embargo, advirtió que «la magia siempre es magia y tiene complicidad con el demonio, siempre interviene una potencia externa que no es Dios, y esto no trae nada bueno, es contraproducente porque quizás sí obtengas lo que quieres, pero hay un después, y el demonio te cobra lo que tú le pediste».

Asimismo, indicó que una superstición es también otorgar a un santo más poder que Dios, «por ejemplo, cuando una persona enciende una veladora a san Benito y lleva como amuletouna medalla con su imagen, pero sigue viviendo una vida desordenada, eso no sirve de nada».

Según el SIAME, el exorcista explicó que hay supersticiones pasivas y activas, que son más graves porque tienen el propósito de provocar un efecto, como creer en ídolos, atribuir al demonio el mismo poder de Dios o creer que el diablo es la causa ordinaria y constante de fenómenos que no podemos comprender.

El P. Dermine también advirtió a los católicos sobre el engaño que hacen los brujos al utilizar imágenes de santos o de la Virgen de Guadalupe para tranquilizar a las personas que llegan a solicitar sus servicios. 

Finalmente, exhortó a los católicos a estar en guardia y no creer en amuletos, pues «si tuvieran fe, más confianza en Dios, todo esto no existiría. Está claro que en la vida hay problemas y dificultades, Jesús habla de que en esta vida vamos a tener afanes, dificultades, que hay una cruz que cargar».

Pero al mismo tiempo, explica el sacerdote, Jesús «nos dice que tener confianza en que Dios está presente, nos da la fuerza espiritual para enfrentar con cualquier dificultad».

Puede leer la entrevista completa en http://www.siame.mx/apps/aspxnsmn/templates/?a=8569&z=32

Ante la muerte de un hermano sacerdote

Actualizado 30 agosto 2012

Al llegar a este rincón asturiano en donde me encuentro, nos enteramos que acababa de morir Santiago, el único sacerdote ordenado hace unas semanas, como informa nuestra página. La noticia ha causado gran consternación en la Archidiócesis de Oviedo, en especial en su pueblo natal y en las numerosas parroquias que lo esperaban como párroco a partir del día 11 de Septiembre.

En el día de su Ordenación

Gozaba de buena salud, muy trabajador según nos cuentan. Su madre viuda estaba feliz por poder acompañar a su hijo allí donde lo mandaran. ¿Quién le iba a decir que un día como ayer lo tendría muerto en sus brazos a consecuencia de un infarto fulminante? ¡Qué sorpresas nos guarda la naturaleza! Muchos se preguntarán, y con razón, ¿cómo Dios permite esto con la falta que hay de curas? Yo siempre en estos casos cambio el “por qué” por el “para qué”.  ¿Para qué permite Dios esto? ¿Qué intenta conseguir? Este sacerdote iba a dar mucho fruto en la tierra, pero sin duda dará mucho más fruto desde el cielo. Esas parroquias que se quedan sin él, van a recibir los frutos abundantes de su ministerio desde el cielo.

                Nos agobia en la Iglesia la falta de clero, pero Dios sabe más, y El suplirá con creces lo que nosotros no podamos hacer. Los seminarios andan medio vacíos, algunos cerrados, pero Dios proveerá. Es verdad que esto no es un bien, y que la causa de la falta de vocaciones se debe, entre otras razones, a la increencia, al materialismo, a la profunda tibieza espiritual que venimos padeciendo. Todo culpa del ser humano pecador.

                Y los sacerdotes cada vez nos sentimos más urgidos a suplir las carencias clericales con más trabajo. Hay sacerdotes que merecerían ya un descanso por sus años y enfermedades, pero ahí están, ahí estamos, a pié de obra mientras el cuerpo aguante. ¿Qué puede hacer la feligresía? Colaborar con generosidad en todo lo que esté en su mano, ser muy compresivos con nuestras limitaciones, rezar por los sacerdotes… Y  no digo que nos lo agradezcáis porque es nuestro deber, estamos cumpliendo de por vida, lo mejor que sabemos y podemos, con la misión que el Señor  nos ha encomendado.

                 Cuando la otra tarde íbamos tres sacerdotes con nuestro clerigman por las calles de León nos llamó la atención que todo el mundo nos mirara con cierta complacencia. Muchos nos saludaban con una sonrisa, otros con un adiós. Es de agradecer estas actitudes respetuosas, incluso cariñosas. No siempre ocurre así. Pero estamos acostumbrados a servir sin pedir nada a cambio. Los defectos que tenemos  nos recuerdan que también somos de barro, un barro que se puede romper, como el del sacerdote Santiago de Oviedo, pero que Dios lo recompone para seguir sirviendo, aquí o en la otra vida.

                Mis condolencias al Sr. Arzobispo D. Jesús Montes,  a la pobre madre viuda que ha perdido a su único hijo, sacerdote de Jesucristo, y todo el clero asturiano que ve frustrada una esperanza de relevo generacional. Dios sabe más.

La escena de uma madre abrazando a su hijo sacerdote muerto me ha recordado la imagen de la Virgen del Camino de León:

También la Virgen abrazó y lloró a su Hijo, primer sacerdote, muerto por todos.

Juan García Inza

Juan.garciainza@gmail.com

 

Luz Amparo ¿Camino de los altares?

Actualizado 21 agosto 2012

En la muerte de Luz Amparo (3) ¿Camino de los altares? 

Muchos seguidores de Luz Amparo Cuevas y de las apariciones de El Escorial se preguntan ahora, tras su muerte, cuándo se iniciará el proceso de beatificación de una mujer humilde que supo vivir, según ellos, las virtudes en grado heroico.

Sobre tan delicado asunto, don José María Ruiz Uceda, capellán de Prado Nuevo, me recordaba recientemente que el proceso de beatificación sólo puede ponerse en marcha transcurridos al menos cinco años desde la muerte de la candidata en este caso; salvo casos excepcionales, autorizados directamente por el Romano Pontífice.

“Eso no significa –añadía Ruiz Uceda- que no sigamos trabajando ya con vistas al futuro proceso”.

En lo que a mí respecta, puedo dar fe de la copiosa documentación (centenares de testimonios manuscritos de conversiones y curaciones, así como cartas interminables de consagrados y seglares, exhaustivos informes médicos, fotografías elocuentes…) que los responsables de la Asociación Pública de Fieles de Prado Nuevo siguen recopilando desde hace más de treinta años. Parte de ese auténtico arsenal de documentos pude examinarla por gentileza suya mientras componía mi libro Las apariciones de El Escorial (LibrosLibres).

Además del cardenal Rouco, el entonces Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cardenal Joseph Ratzinger, hoy Benedicto XVI, fue informado en su día de los fenómenos de El Escorial por el sacerdote pasionista don Juan Llorente Guerra, que recibió la vocación precisamente en Prado Nuevo.

Sucedió el 13 de octubre de 1995, durante una entrevista personal de aproximadamente treinta minutos de duración entre el padre Llorente y el entonces cardenal Ratzinger.

“Recuerdo perfectamente –me comentaba el propio don Juan Llorente- que Ratzinger me preguntó:

“- ¿Cómo es que siendo pasionista defiendes tanto estas apariciones?”.

Acto seguido, Llorente le habló de su conversión y de las “gracias” recibidas en Prado Nuevo, empezando por su vocación al sacerdocio y el milagro del sol. Enseguida reparó en la extraña coincidencia de que, el mismo día del aniversario de la última aparición de Fátima, hablase él a Ratzinger de las apariciones de El Escorial.  

Ratzinger aceptó todo el material informativo que le entregó el visitante: desde mensajes fotocopiados, hasta cintas magnetofónicas y un vídeo sobre Prado Nuevo como fuente de espiritualidad.

“Jamás olvidaré –concluía don Juan Llorente- que, tres meses después, coincidí de nuevo con él en la Universidad Gregoriana, durante la clausura de un Congreso. Al acercarme a saludarle, se acordó enseguida de mí, pues iba vestido con el hábito de la Congregación.

“Entonces me dijo:

“-Toda la documentación que me entregaste sobre El Escorial se está estudiando y va adelante”.

Ahora, el cardenal Rouco ha autorizado la capilla en Prado Nuevo tantas veces solicitada por la Virgen, respaldando así una vez más de facto las apariciones.

Un padre y su hijo son ordenados sacerdotes católicos

Los Hough

Un padre y su hijo son ordenados sacerdotes católicos, al mismo tiempo, tras ser episcopalianos 

Chuck Hough III, de 57 años, y su hijo Chuck Hough IV, de 30 años recibieron la ordenación sacerdotal de manos del obispo Kevin Vann, titular de Fort Worth.

Actualizado 20 julio 2012 

Notimex 

Un padre y su hijo fueron recientemente ordenados sacerdotes por la Diócesis Católica de Fort Worth, pese a que ambos tienen esposa e hijos, en un hecho considerado histórico dentro de la Iglesia Católica. 

Chuck Hough III, de 57 años, y su hijo Chuck Hough IV, de 30 años, recibieron al mismo tiempo la orden sacerdotal de parte del obispo Kevin Vann, el 30 de junio pasado, en la comunidad de Keller, un suburbio de Fort Worth.

La ceremonia fue atestiguada por las esposas y los hijos de ambos. 

Su ordenación, y la de otros cuatro que fueron consagrados en la misma ocasión, constituyen la primera que se realiza bajo el nuevo ordinariato personal del Papa Benedicto XVI, denominado Cátedra de San Pedro. 

El ordinariato fue creado en enero pasado para Estados Unidos para permitir que sacerdotes episcopales sean ordenados como clérigos católicos y que las congregaciones episcopales se sumen a la Iglesia Católica. 

Charles Hough III fue sacerdote episcopal durante 31 años, antes de renunciar a ese credo en septiembre de 2011 para abrazar la fe católica. 

Su hijo, Charles Hough IV, quien creció viendo a su padre dirigir una iglesia episcopal, decidió seguir los pasos de su progenitor. 

Hough III fue ordenado sacerdote episcopal en 2007 e ingresó a la Iglesia Católica en junio de 2011, tras haberse graduado de la Universidad Texas A&M. 

Puede ser que seamos los únicos, padre e hijo, que han sido ordenados al mismo tiempo, sobre todo en Estados Unidos, dijo Hough III. 

Los Hough han sido durante mucho tiempo partidarios de una relación más estrecha entre las iglesias Católica y la Evangélica Anglicana.