Toda mujer quiere ser madre, y desea lo mejor para sus hijos. Lo mejor para un hijo es tener una familia sólida. El padre representa el poder y la autoridad, es proveedor y forjador de identidad. El padre da seguridad y confianza. La madre da cariño y atenciones cada día. El niño tiene necesidades emocionales y psíquicas. Se necesitan dos para engendrar un hijo. También se necesitan dos para su desarrollo.
Hay adolescentes que quieren embarazarse solamente por la emoción de ser madres, no ve más allá. Un hijo necesita padres responsables, que sepan educar. Si una chica se embaraza y no quiere tener un hijo, lo mejor es que lo dé en adopción, ya que el aborto le causaría un mal de por vida, pero lo mejor es que viva la abstinencia sexual hasta que se case.
Una adolescente le comentó a su mejor amiga:
-Si llego a los 25 años sin casarme, buscaré tener un hijo.
Su amiga repuso:
-¿Te falta autoestima?, ¿no le hará falta un padre a tu hija o hijo?… Conozco a una adolescente que decía: “Daría la mitad de mi vida por tener a mi padre en casa”.
La mujer que desea un hijo a toda costa se valora poco; no se siente capaz de que un hombre se comprometa con ella de por vida. Con esas ideas, esa mujer compromete su felicidad y la del hijo, pues siempre hay que buscar el bien real del otro. Lo que todo el mundo quiere es una familia bien constituida. Precisamente porque el amor y la sexualidad son algo grande, se ha de reservar para el matrimonio.
El amor es la vocación fundamental de todo ser humano. Todos deseamos amar y ser amados. El don del cuerpo en la relación sexual es el símbolo de la donación total de la persona. Esto no se consigue con el amor libre pues esa pareja, al no ser verdaderos esposos, actúan con mentira como si lo fueran, falsean así el uso de la sexualidad y se hieren a sí mismos en lo más profundo.
La abstinencia sexual trae muchos beneficios: se evitan las enfermedades de transmisión sexual, el embarazo no deseado, herir a la pareja, y, sobre todo, son más felices así. Los jóvenes entienden muy bien los mensajes de abstinencia. Lo normal es que la gente soltera no tenga relaciones sexuales. El problema está en que algunos textos de Biología de Primaria y Secundaria los impulsan a los adolescentes a experimentar con su sexualidad.
La juventud actual vive bombardeada de invitaciones a las relaciones sexuales prematuras que destruyen a la persona. Al ser el sexo un don maravilloso, no se puede ir repartiendo por el mundo, sino que se ha de guardar como un tesoro, para la persona a la que se va a amar en exclusiva.
¿Qué se entiende por abstinencia sexual? Consiste en tomarse en serio el amor, y esperar a tener relaciones íntimas hasta el día del matrimonio. Los jóvenes deben de comprender que hay que esperar porque vale la pena, para así amar más. El sexo es como el fuego en las relaciones juveniles: consume todo lo que se haya edificado hasta ese momento. “¿No vales tú la pena para que esperen por ti?”.
El mejor candado para guardar a un joven es su propia voluntad, como bien lo dice Miguel de Cervantes en El Quijote: “Guardábala su padre, y guardábase ella; que no hay candados, guardas ni cerraduras que mejor guarden a una doncella que las del recato propio”. Cervantes también decía que las mujeres, como las reliquias, hay que adorarlas pero no tocarlas.
Los grandes poderes de este mundo a todos nos quieren viciosos porque los viciosos son fáciles de gobernar, y nos convencen que es menos mala la mariguana que el alcohol. No hay nada más fácil de gobernar que las chicas liberadas. La muchacha casta es difícil porque sabe lo que vale su cuerpo y su alma. No se regala ni se vende, es capaz de examinar, de valorar, de escoger; la liberada tiene precio bajo.
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