San Josemaría Escrivá

San Josemaría Escrivá, Fundador

escriva-2
Josemaría Escrivá de Balaguer es uno de los más populares fundadores y apóstoles del siglo XX. Nació en Barbastro Aragón, España, de un hogar sumamente creyente y ejemplar. Fundó en 1928 el Opus Dei, que fue hasta noviembre de 1982 un instituto secular. En esa fecha, fue denominada por Juan Pablo II como Prelatura Personal. 
Josemaría tuvo desde muy pequeño una gran cualidad: su espíritu de servicio a los demás, y se propuso a imitar el espíritu de servicio de Jesús, y dedicar su vida entera a lograr hacer el mayor bien posible a toda clase de gentes. 
Después de obtener su doctorado en la universidad, fue ordenado sacerdote en 1925 y se dedicó al apostolado. Con su espíritu alegre y jovial, se ganó el corazón de todos, convirtiendo a muchas almas pecadores y ganando cada vez más discípulos. Josemaría fue un instrumento en las manos de Dios, por medio del cual la Iglesia Católica logró conseguir líderes apostólicos en todos los continentes y empezó nuevas obras de apostolado en muchas naciones. 
El 2 de octubre de 1928 Josemaría concebió la idea de fundar una asociación en la cual cada persona, siguiendo sus labores ordinarias en el mundo, se dedicara a conseguir la santidad y a propagar el reino de Cristo. Fundó entonces la famosa organización llamada Opus Dei (Obra de Dios) que ahora está extendida por todos los países del mundo. Desde 1928 hasta su muerte en 1975, Josemaría Escrivá dedicó todas sus energías y sus grandes cualidades y todo su tiempo, a extender y a perfeccionar la obra maravillosa que Dios le había encomendado: El Opus Dei, una asociación para llevar hacia la santidad a las personas, pero permaneciendo cada cual en su propia profesión y oficio. 
Fue beatificado por S.S. Juan Pablo II en Roma el 17 de mayo de 1992. Fue canonizado por Juan Pablo II el 6 de octubre de 2002. 

«no se cambiaría por nadie»

DISCAPACITADOS

¿Por qué este tetrapléjico dice que «no se cambiaría por nadie»?

Juan Bosco Martín Algarra

jueves, 28/03/13 – 19:00

Don Luis de Moya, médico y sacerdote, quedó tetrapléjico por un accidente de tráfico en 1991
Don Luis de Moya, médico y sacerdote, quedó tetrapléjico por un accidente de tráfico en 1991
  • «Para un enfermo grave como yo, lo razonable es dejarse cuidar, no pedir la eutanasia«, afirma Luis de Moya, médico y sacerdote tetrapléjico.
  • ¿Se puede vivir y ser feliz con una desgracia inmensa? Millones de personas se hacen esta pregunta en estos días que conmemoran la tortura y muerte de Jesús.

Se siente como «un millonario que ha perdido mil pesetas» (o seis euros, para los más jóvenes). En esas metafóricas “mil pesetas” se encuentran su movimiento, sus piernas, sus manos y todo su cuerpo del mentón hacia abajo.

Con la barbilla maneja su silla de ruedas desde aquel día de 1991, cuando un accidente de tráfico le dejó tetrapléjico en plena juventud. Gracias a esta silla y a sus amigos íntimos del Opus Dei -”hermanos”, los llama él- puede desplazarse para celebrar misa, confesar, predicar, tomar el aire y visitar a los amigos. Entre ellos se encontraba Ramón Sampedro, el paralítico gallego que decidió suicidarse y que el director de cine Alejandro Abenámar catapultó a la fama con a la película “Mar adentro”.

¿Eutanasia? No gracias, responde él: “Está comprobado que jamás la pide aquel enfermo que ha recibido el tratamiento paliativo y psiquiátrico adecuado”.

Quien así habla fue médico antes que cura. El testimonio de Luis de Moya (Ciudad Real, 1953) cobra más sentido que nunca en estos días en que millones de personas en el mundo se hacen la pregunta del millón: ¿qué sentido tienen el dolor y el sufrimiento? Visto de otro modo: ¿Qué secreto guarda este tetrapléjico que afirma, sin presunción pero con seguridad: “Soy tremendamente feliz y no me cambiaría por nadie del mundo”?

Flagelación, tortura, crucifixión… ¿La Iglesia glorifica el dolor?
En absoluto: la Iglesia quiere que quitemos el dolor en la medida de lo posible. Pero cuando el dolor resulta inevitable, nos recuerda que contamos con la ayuda de Dios para afrontarlo. El dolor se puede llevar si no olvidamos que somos hijos suyos. Esa esa mi experiencia personal, desde una discapacidad grande.

¿Entiende que mucha gente pida la eutanasia para evitar el dolor?
Cuando un enfermo incurable recibe el tratamiento paliativo y psicológico adecuado no pide la eutanasia. Eso está estadísticamente comprobado y publicado. Una persona se quiere morir cuando no encuentra sentido para seguir viviendo. Pero para superar esas dificultades existe una ciencia llamada psiquiatría.

«NEGARSE A SER AYUDADO NO ES UN ACTO DE LIBERTAD, SINO DE SOBERBIA»

No todo el mundo quiere que le ayuden…
Cierto, hay gente que se niega a ser ayudada, porque le humilla tremendamente sentirse cuidada. Bueno, somos libres, pero hay que reconocer que quien actúa así no ejerce su libertad, sino su soberbia. Negarse a recibir ayuda cuando es evidente que la necesitas no tiene nada de virtud.

Seamos claros: en mayor o menor medida, el hombre es un ser dependiente de otros siempre. Y así seguirá siendo. Yo sé que soy muy dependiente. ¿Qué es lo razonable, en mi caso? Pues aceptarlo y dejarse cuidar.

Quizá hay gente que no es cuidada igual que usted.
Sí, y ése es un problema mucho más grave que mi lesión medular: no tener cerca a personas maravillosas como las que me rodean a mí en todo momento.

Pero no me ha contestado. ¿Por qué cree que hay gente que pide la eutanasia?
Porque dan una importancia excesiva al problema que padecen. Se pasan el día repasando la lista de lo mucho que podían hacer y ahora no pueden. Yo les diría: “¡mira todas cosas que todavía puedes hacer!”. Los avances científicos han mejorado nuestra calidad de vida con mucha rapidez.

¿Cómo ha mejorado en su caso? Póngame un ejemplo.
Cuando me accidenté no existían programas de ordenador controlados por la voz. Ahora sí: hablas y el programa pone por escrito lo que dices. Eso permite hacer muchas cosas.

A una persona que se encuentre en mi situación yo le diría: “no tienes derecho a quejarte… ¡aprovecha las cosas maravillosas que tienes delante!”. Todos estos adelantos serán mejores y más numerosos en el futuro, ¡seguro!

«LA PELÍCULA ‘MAR ADENTRO’ NO CONTÓ LA VERDAD DE MI VISITA A RAMÓN SAMPEDRO»

¿Ha visto la película «Mar Adentro»?
Me hablaron tanto de ella que al final pedí que me la alquilasen y la vi.

Muchos dieron por hecho que el cura que aparece en la película tratando de convencer a Sampedro de que no se suicide, y que al final sale escaldado, es usted.
Una película no tiene por qué ceñirse exactamente a la verdad de los hechos. Su director tiene libertad para contar la historia que quiera. Si la escena que usted menciona se inspiró en mi visita a Ramón Sampedro, la cual efectivamente sucedió, desde luego desfiguró expresamente los hechos.

Mi conclusión tras ver “Mar adentro” es que esa película se corresponde para nada con la realidad. Dibuja a un Ramón Sampedro que no tal como lo muestran. Tampoco mi visita a Ramón se corresponde con lo que aparece en esa escena de cinco minutos. (A continuación, el momento de la película referido).

¿Por qué le visitó y qué sucedió realmente?
Yo había acudido a Galicia a dar una conferencia y aproveché para llamarle; quedamos en vernos. Nos conocíamos por cartas y por teléfono. Le llevaba unos regalos, pero cuando llegué a su casa comprobé que me sería imposible hablar con él. Su habitación estaba en un primer piso, al que se accedía por una escalera estrecha en curva por donde no cabía mi silla. Así que ni siquiera conseguí comunicarme. Ni siquiera salí de mi coche. Tampoco pude transmitirle mis saludos, porque no había nadie en la casa. Él estaba solo. En la película aparece acompañado siempre por otras personas. Pero en verdad no fue así.

¿Qué impresión le produjo ver dicha escena?
Parece evidente que trata de ridiculizar el mensaje que defiende la Iglesia Católica. El único momento que la película provoca una carcajada del público está protagonizado por un cura. Podía haber sido un psiquiatra, un fisioterapeuta, un enfermero… pero no: fue un cura.

«CONOZCO A TETRAPLÉJICOS QUE HAN CONSEGUIDO MONTAR MULTINACIONALES»

¿Cuál es la verdad que usted conoció de Ramón Sampedro?
La que luego se ha sabido. La que él mismo escribió en su libro “Cartas desde el infierno” (para leer el libro, hacer clic aquí). Se trata de una relación de quejas, de un Ramón Sampedro que sólo piensa en su desgracia, en lo mucho que ha sufrido, en lo que ya no puede hacer… Es un libro para argumentar por qué nadie tiene que decirle lo que debe hacer. Conclusión: como estaba convencido que no podía mejorar, quería morirse. Eso es todo.

¿Es cierto que no podía mejorar?
¡Claro que sí podía! Si hubiese querido hacer rehabilitación, habría podido mover los brazos, usar un teléfono, un teclado, conducir un coche… la lesión de Ramón era menos grave que la mía o la de un joven ingeniero que conocí en San Sebastián, el cual llegó a montar una empresa multinacional, con sedes hasta en la India, dando trabajo muchas personas. Este ingeniero sabía que su lesión no le permitiría ser ser jugador de baloncesto o pianista, pero sí otras muchas cosas estupendas y útiles. Cualquier lesionado de médula espinal puede corroborar lo que digo sobre Ramón.

Sampedro decidió suicidarse. ¿Y usted cómo afronta el futuro?
De la manera más realista que puede haber: consciente de estar en las manos de Dios. Lo menos realista es vivir como si Él no existiera, o como si nadie fuera de mí mismo pudiera ayudarme. Dios no va consentir que me encuentre en una situación imposible, sobrehumana o que supere mis fuerzas, porque soy hijo suyo. Quizá me lo ponga difícil, pero nunca imposible.

«SÍ: EL MISMO DIOS QUE CONSINTIÓ MI ACCIDENTE ES ALGUIEN MARAVILLOSO»

Supongo que se habrá hecho esta pregunta: “Si Dios es bueno, ¿por qué permite que pasen cosas tan malas?
Si realmente crees que Dios es bueno, la frase termina ahí: “Dios es bueno”. Punto final. Lo que parece terrible desde nuestro punto de vista no es tan terrible desde el punto de vista de Dios. Yo no me cambiaría por nadie, porque tengo la experiencia de lo maravilloso que es Dios. Él consintió que me durmiera conduciendo, pero también me ha dado ayuda humana para sobrellevar esta situación. Dios consiente el mal, pero no nos abandona en él.

¿Y qué hace una persona que no tiene fe?
¡Pues que la pida! Tan sencillo como decir: “Señor, dame la Fe”. Verá cómo la recibe. Estamos en el año de la Fe. No estoy diciendo nada absurdo. Hay cantidad de cosas en esta vida que no entendemos y que nos resultan incomprensibles o imposibles. Quizá deberíamos empezar por caer en la cuenta de que no podemos solucionarlo todo. Esa esa la realidad de la situación. Por eso puedo decir que me siento como un millonario que ha perdido mil pesetas.

¿Una limitación como la suya ayuda o perjudica para conocer el auténtico interior de las personas?
No sé… no tengo una bola de cristal. Lo que puedo decir es que he dedicado mucho tiempo a pensar en todo lo que hemos hablado en esta entrevista.

  

Que los miembros del Opus Dei no ocupen cargos públicos

Dice que es una «pseudosecta» 

Tomás Gómez plantea que se prohiba por ley que los miembros del Opus Dei ocupen cargos públicos 

El líder de los socialistas madrileños asegura asimismo que el Ejecutivo tiene posiciones de «integrismo religioso». 

Actualizado 4 agosto 2012 

Efe

El secretario general del PSM, Tomás Gómez, ha dicho este viernes que el gobierno del PP «está al servicio del Opus Dei» y ha considerado que habría que «elevar a rango de ley que personas que pertenezcan a pseudosectas como el Opus Dei no puedan ocupar responsabilidades públicas».

Así lo ha manifestado el líder de los socialistas madrileños, en relación a la polémica generada en las últimas semanas en torno a posibles reformas en la ley del aborto, durante su visita hoy al término municipal de El Boalo-Cerceda-Mataelpino para mantener un encuentro con responsables políticos de la zona.

«Me parecen preocupantes las posiciones de integrismo religioso que tiene el Gobierno del Partido Popular. Lo veíamos hace unos días con la propuesta de ley de interrupción voluntaria del embarazo del señor Ruiz-Gallardón. Esto es lo que ocurre cuando en los gobiernos se introduce gente del Opus Dei», ha dicho Gómez.

A su juicio, «cuando el Opus Dei marca ideológicamente a un gobierno ocurren cosas como ésta. El Opus es prácticamente una secta, es una pseudosecta. En este país habría que hacer una reflexión, creo que habría que hacerla en el Congreso de los Diputados y elevar a rango de ley que personas que pertenezcan a pseudosectas, como el Opus Dei, no puedan ocupar responsabilidades públicas».

Ello porque «luego dicen y hacen burradas como las que decía y hacía el señor Cotino o muchas de las que está imponiendo ideológicamente el Gobierno del Partido Popular, que está al servicio en muchas ocasiones del Opus Dei y de grupos similares», ha continuado.

Gómez se ha referido así a las declaraciones del presidente de Les Corts Valencianes, Juan Cotino, que volvió a defender el pasado 1 de agosto que aquellas mujeres que quieran abortar vieran obligatoriamente, antes de hacerlo, una ecografía del feto y se les planteen distintas opciones y alternativas para seguir con el embarazo.

Álvaro del Portillo «Venerable»

Benedicto XVI declara Venerable a Álvaro del Portillo

El Santo Padre Benedicto XVI ha autorizado esta mañana a la Congregación de las Causas de los Santos a promulgar decretos relativos a 16 causas de canonización. Entre ellos se encuentra el decreto de virtudes heroicas del obispo Álvaro del Portillo (1914-1994), prelado del Opus Dei.

Enlaces relacionados:

 Dossier Informativo sobre Mons. Álvaro del Portillo: biografía en vídeo, palabras del Prelado, cronología de la Causa, declaraciones de personalidades y testimonios en vídeo sobre D. Álvaro, iniciativas educativas y sociales promovidas por él, mapa con algunos de sus viajes pastorales, bibliografía, etc.

– Sección de la Causa de canonización de Mons. Álvaro del Portillo.

Un sacerdote de paz y lealtad

El venerable Álvaro del Portillo.

Al conocer el anuncio realizado por la Santa Sede, el prelado del Opus Dei, Mons. Javier Echevarría, ha manifestado “gratitud a Dios por este pastor ejemplar que amó al Señor y a su Iglesia”.  Y ha añadido: “Don Álvaro es recordado por tantos hombres y mujeres como un sacerdote de paz, leal a su compromiso de amor a Dios; muy unido a la Iglesia y al Romano Pontífice; supo servir con alegría y total generosidad a san Josemaría Escrivá de Balaguer; a sus hermanos —luego hijos— en el Opus Dei; a sus parientes; a sus amigos y a sus colegas. Con su predicación ayudó a encontrar la felicidad en la fidelidad a Jesucristo a centenares de miles de personas en los diferentes países a los que realizó viajes pastorales”. (Puede leer la declaración completa al final de esta nota).

Mons. Echevarría, principal colaborador del nuevo Venerable desde 1975 hasta 1994, se refirió a él como una persona que “irradiaba paz, alegría, sencillez, espíritu cristiano y visión apostólica”. 

Rasgos biográficos

Álvaro del Portillo nació en Madrid el 11 de marzo de 1914. Era el tercero de ocho hermanos. Ingeniero, doctor en Filosofía y Letras y en Derecho Canónico, en 1935 se incorporó al Opus Dei. Muy pronto se convirtió en el más sólido apoyo del fundador, san Josemaría Escrivá de Balaguer. Fue ordenado sacerdote en 1944.

En 1946 se trasladó a Roma. Con su actividad intelectual junto a san Josemaría y con su trabajo en la Santa Sede realizó una honda reflexión sobre el papel y la responsabilidad de los fieles laicos en la misión de la Iglesia, a través del trabajo profesional y las relaciones sociales y familiares. Entre 1947 y 1950 empujó la expansión apostólica del Opus Dei en Roma, Milán, Nápoles, Palermo y otras ciudades italianas. Promovió actividades de formación cristiana y atendió sacerdotalmente a numerosas personas. 

Desde el pontificado de Pío XII hasta el de Juan Pablo II desempeñó numerosos encargos en la Santa Sede. Participó activamente en el Concilio Vaticano II y fue durante muchos años consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

El 15 de septiembre de 1975, tras el fallecimiento del fundador, don Álvaro fue elegido para sucederle al frente del Opus Dei. El 28 de noviembre de 1982, cuando el beato Juan Pablo II erigió el Opus Dei en prelatura personal, le designó prelado y el 7 de diciembre de 1990 le nombró obispo. A lo largo de los años en que estuvo al frente del Opus Dei, promovió el comienzo de la actividad pastoral de la prelatura en 20 nuevos países. Como prelado del Opus Dei, estimuló también la puesta en marcha de numerosas iniciativas sociales y educativas. 

Mons. Álvaro del Portillo falleció en Roma en la madrugada del 23 de marzo de 1994, pocas horas después de regresar de una peregrinación a Tierra Santa. Tras su muerte, miles de personas han testimoniado por escrito su recuerdo: su bondad, el calor de su sonrisa, su humildad, su audacia sobrenatural, la paz interior que su palabra les comunicaba.

El iter de la causa de canonización

D. Álvaro bendice a un niño en México (1983)

El 19 de febrero de 1997 Mons. Flavio Capucci fue nombrado postulador de la Causa de canonización de Mons. Álvaro del Portillo. Tuvieron lugar a continuación dos procesos paralelos. Uno ante el tribunal de la Prelatura del Opus Dei,  y el segundo ante el tribunal del Vicariato de Roma, que llevaron a cabo sus investigaciones, respectivamente, del 5 de marzo de 2004 al 26 de junio de 2008 y del 20 de marzo de 2004 al 7 de agosto de 2008. 

Además, dado el elevado número de testigos que vivían lejos de Roma, se celebraron ocho procesos rogatoriales en Madrid, Pamplona, Fátima-Leiria, Montreal, Washington, Varsovia, Quito y Sídney. En total se ha interrogado a 133 testigos (todos de visu, salvo dos que han contado dos milagros atribudos al Siervo de Dios). Entre ellos hay 19 cardenales y 12 obispos o arzobispos. 62 de los testigos eran fieles de la Prelatura; los otros 71, no.

El 2 de abril de 2009, la Congregación para las Causas de los Santos decretó la validez de las actas procesales y el 12 de junio nombró como Relator de la Positio al P. Cristoforo Bove, O.F.M.Conv., que se presentó el 19 de febrero de 2010: eran 3 volúmenes (Informatio, Summarium yBiographia documentata)con un total de 2.530 páginas.

El 10 de febrero de 2012, el Congreso peculiar de los Consultores Teólogos de la Congregación para las Causas de los Santos, dio respuesta unánime positiva a la pregunta sobre el ejercicio heroico de las virtudes por parte del Siervo de Dios Mons. Álvaro del Portillo. En el mismo sentido, se pronunció la Congregación Ordinaria de los Cardenales y de los Obispos el 5 de junio de 2012.

El Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, presentó una relación detallada de estas fases al Romano Pontífice. Con fecha de hoy, Benedicto XVI ha aceptado y ratificado el voto de la Congregación para las Causas de los Santos, y ha indicado que se publique el Decreto por el cual declarara Venerable a Mons. Álvaro del Portillo.

Leer

Proceso de canonización de Dora del Hoyo

11 de junio del 2012

Comienza el proceso de canonización de Dora del Hoyo, la primera numeraria auxliar del Opus Dei. Monseñor Javier Echevarría presidirá en junio la apertura del proceso

El 18 de junio a las 18 h. Mons. Javier Echevarría, Prelado del Opus Dei, presidirá la sesión de apertura del proceso de beatificación y canonización de Salvadora (Dora) del Hoyo Alonso, en el Aula Magna de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz. Dora quiso imitar con su vida a la Virgen en el hogar de Nazaret.

Dora del Hoyo  nació el 11 de enero de 1914, en Boca de Huérgano (León, España). Después de trabajar como empleada doméstica en diversas familias en Madrid,  comenzó a ejercer su profesión en La Moncloa, residencia universitaria promovida por el Opus Dei, donde tuvo oportunidad de conocer y vivir el espíritu de santificación del trabajo, propio del Opus Dei, y a san Josemaría, su fundador.

En Bilbao, el 14 de marzo de 1946, cuando trabajaba en la administración doméstica de la residencia universitaria Abando, pidió la admisión en el Opus Dei.

El 27 de diciembre de 1946, por invitación de san Josemaría, se trasladó a Roma, donde residió hasta el final de su vida. Desde esta ciudad colaboró, con su ejemplo y su trato de amistad, en la formación profesional y espiritual de personas de todo el mundo, y contribuyó a la expansión de la labor apostólica del Opus Dei.

Después de su fallecimiento, el 10 de enero de 2004, comenzaron a manifestarse señales claras de la fama de santidad de que gozaba. Desde esa fecha, se recibieron centenares de relaciones escritas y firmadas, enviadas de manera espontánea por fieles de la Prelatura y por otras personas, que han servido para documentar su ejemplar vida cristiana.

El Postulador de la Causa es Mons. José Luis Gutiérrez y el Juez Delegado que preside el tribunal de la Prelatura, Mons. Joaquín Llobell.

La guerra y san Josemaría Escrivá (I)

lunes, 03 de enero de 2011
Roland Joffé


ZENIT.org (Entrevista de Jesús Colina)

El mundo del cine y el mundo católico están impacientes por ver la película que presentará en la primavera de 2011 el director de cine Roland Joffé, There Be Dragons («Encontrarás dragones»), en la que tiene un papel protagonista san Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei.

Se trata de un drama épico, escrito y dirigido por el cineasta británico, conocido por filmes como La misión y Los gritos del silencio, ambientado en la guerra civil española, en el que afronta cuestiones como la santidad y la traición, el amor y el odio, el perdón y la violencia, así como la búsqueda del sentido de la vida.

La trama entremezcla las historias de soldados revolucionarios, un periodista, su padre y el mismo san Josemaría, llamado el santo de la vida ordinaria, a quien éste conoce en el seminario.

Al inicio del año 2011, en el que se celebrarán los 75 años del estallido de la guerra civil española, Roland Joffé ha querido compartir con los lectores de ZENIT las convicciones que compartirá con quien vea esta película

¿A qué alude el título de la película «There Be Dragons»?

Los mapas medievales calificaban los territorios desconocidos con las palabras Hic sunt dragones, aquí hay dragones. Cuando comencé a investigar sobre el tema y a escribir el guión, dado que realmente no sabía lo que me esperaba ni cómo acabaría, Encontrarás dragones me pareció un título apropiado. Era como si me saliera de mi mapa y me adentrara en un territorio inexplorado al tocar temas como qué es la santidad, temas de religión y de política del siglo XX, el pasado de otro país.

Me había golpeado la afirmación de Josemaría: a Dios se le encuentra en «la vida ordinaria», y esa vida ordinaria, en su caso, fue la guerra civil española. Me pregunté: ¿cómo es posible encontrar lo divino en la guerra? Pero la misma pregunta puede hacerse sobre todos los desafíos fundamentales de la vida, y sobre la manera en que los afrontamos: cómo respondemos al odio y al rechazo, o al deseo de venganza y justicia. Todos estos dilemas aumentan en tiempo de guerra.

Estos dilemas son, en cierto sentido, los «dragones» de la película, momentos de inflexión en nuestras vidas en los que afrontamos opciones decisivas. Opciones que afectarán a nuestro futuro. Encontrarás dragones habla de las diferentes opciones que asume la gente en esos momentos de inflexión —tentaciones, si usted quiere— y de lo difícil que es —y necesario— huir de los ciclos de odio, resentimiento y violencia.

La película tiene lugar en el contexto de la guerra civil española, que en cierto sentido es el paradigma de la violencia que genera violencia, la violencia sin sentido. En este escenario de violencia fratricida, ¿hay espacio a la esperanza?

Sí, pero es sumamente difícil. Entre las personas hay demasiados hechos abominables, horrendos, que parecen imposibles de perdonar, de rescatar, imposibles de superar. ¡Pero el perdón es posible! Los ciclos de violencia pueden detenerse, como lo demostró el presidente Nelson Mandela en Sudáfrica. El perdón ha sido posible para muchos héroes en Ruanda, y ha sido ofrecido y aceptado por muchos valerosos palestinos e israelíes.

Josemaría aseguró que las personas normales son capaces de ser santas, y creo que se refería a esta clase de perdón heroico. La inagotable posibilidad de perdonar deja espacio a la esperanza. Pero el precio es alto: exige un profundo sentido de lo que es plenamente humano, un profundo sentido de compasión, y una resolución firme, y sí, heroica, para no quedar atrapado por los odios imperantes, sino luchar contra ellos con un amor inquebrantable.

Buena parte de la trama de la película se desarrolla durante la guerra civil española, pero se despliega entre ese telón de fondo y el año 1982. Hay muchas generaciones involucradas en esta historia: el pasado proyecta una sombra sobre el presente.

Lo que las une es Robert, un periodista a quien se le ha pedido que haga una investigación sobre Josemaría Escrivá en tiempos de su beatificación. Poco a poco descubre que su padre, Manolo, fue en la infancia amigo de Josemaría, y que estuvo en el seminario con él, aunque luego sus vidas tomaron caminos totalmente diferentes.

Robert y Manolo se han alejado, pero la película les une según va revelando la terrible verdad sobre el pasado. Por tanto, es también la historia de un padre y un hijo, y la historia de la verdad que necesitan afrontar para superar lo que les separa. Es sobre todo una película sobre el amor, sobre la fuerza de su presencia y sobre el árido y aterrador mundo en el que vivimos con su ausencia.

Las guerras civiles son mucho más atroces porque enfrentan a hermano contra hermano, familia contra familia. Al final de la guerra civil española, se contaba medio millón de muertos. Una guerra civil es una poderosa metáfora de una familia.

Al igual que en las guerras civiles, los miembros de la familia toman partido y se desgarran; los antiguos resentimientos se convierten en manantiales de odio. No le perdonamos a nuestra tía lo que ha hecho, no nos hablamos con nuestro padre porque dejó a nuestra madre, no nos hablamos con nuestra madre porque se fue con otro, o no nos hablamos con nuestro hijo porque escogió una profesión diferente de la que esperábamos. Estas son las guerras civiles de nuestra vida ordinaria. Encontrarás dragones habla de estos dos tipos de guerra civil.

Fundamentalmente, todos tenemos que optar entre dejarnos vencer por nuestros resentimientos o encontrar la manera de conquistarlos. Puede verse la vida como una serie de injusticias, de rechazos y heridas, o como una serie de oportunidades, de ocasiones, para vencer a esos dragones a través del poderoso deseo de sustituir el odio por el amor y la unidad. Muchos albergan en su interior ese amor para tomar esta heroica opción. Se dan cuenta de que pueden tomar la opción de ser libres. Tienen la fuerza de carácter para comprender que el odio es una prisión.

Nadie que odia puede ser libre. ¿No hemos visto acaso tantos ejemplos de esto en los años transcurridos desde la primera guerra mundial? Por otro lado, cuando las personas optan por el amor, el observador imparcial puede ver en ellas el sentimiento de libertad, de compasión, de generosidad.

Al final, todos nos encontramos ante estas opciones. Incluso a Robert, el agnóstico y el materialista, se le pide que elija entre el amor y el odio, que en cierto sentido se enfrente al mundo con amor, o como dice Aline, que «se enfrente a Dios con el amor».

Para mí la película habla de esto. El perdón deshiela lo que ha quedado congelado. Toca lo humano en el interior de quien ha sido perdonado, así como toca lo humano en el interior de quien perdona. El amor no siempre es fácil, no puede serlo. No puede proceder de una actitud de superioridad, sólo puede proceder de una actitud de humildad y de humanidad.

Y, sin embargo, su belleza es poderosa. Dice: «Sí, sal de ti mismo. ¿Crees que no puedes perdonar?». Pues bien, no sabrás si puedes perdonar hasta que no perdones. Y, ¿cómo puedes perdonar? Para perdonar necesitas identificarte con el otro.

Perdonas poniéndote en la piel del otro. Debes dejar de demonizarlo, no puedes decir «Soy mejor que él, yo nunca podría hacer eso». Por el contrario, tienes que mirar a la persona y decirte: «podría ser yo». Por tanto, sí, hay espacio a la esperanza, incluso en las circunstancias más dolorosas, trágicas y terribles, donde la esperanza parece imposible.

¿La película se dirige a creyentes o a no creyentes?

Encontrarás dragones se toma la fe en serio; se toma la santidad en serio. Pero su interés va mucho más allá de un público religioso. Su pregunta presupone una separación que, en realidad, es falsa. Todos vivimos en un mundo perturbado, todos tenemos que afrontar el dolor y la alegría de la vida ordinaria, y aunque recurramos a diferentes interpretaciones de la realidad sobre esta experiencia, al final todos moramos en el mismo mundo desgarrado y perturbado.

Es una película sobre creyentes y no creyentes. Quedé profundamente impresionado por la convicción de Josemaría de que todos somos santos en potencia, por su fe en que cada quien es en última instancia capaz de acabar con sus propios dragones. Espero que la gente que vea la película lo descubra en sus propias luchas con sus dragones y que comprenda que ningún santo ha llegado a serlo sin haber luchado.

La película también habla de muchas formas de amor. El amor de Ildiko por Oriol es una forma particular de amor. Su amor apasionado por edificar un mundo mejor es otra forma de amor. El amor de Manolo por Ildiko es también otra forma de amor, aunque esté atado por los celos y el resentimiento. El amor que anhela Manolo y que acaba recibiendo es también otra forma particular de amor.

Estos diferentes tipos de amor se unen como en una tela de araña, formada por hilos individuales: cada hilo parece estar separado, pero luego la realización de la tela muestra que todos ellos forman parte de un conjunto más grande, que están unidos a la misma realidad, orientada hacia el mismo punto, hacia el mismo centro.

Al final, todos estos hilos diferentes de amor, que parecen tan diferentes, convergen en un punto fundamental: «¿Este amor es más grande que el amor propio?». Esta es una pregunta importante. Y a ella se dedicó buena parte de la política de los inicios del siglo XX.

De todos modos, plantea otra cuestión de una gran complejidad. Si este amor apasionado se basa en un ideal, o en una idealización, si consiste en la aceptación de un solo modelo de comportamiento humano, ¿cómo puede evitar caer en el fanatismo o la demonización? Desde tiempos de la Ilustración, esta ha sido una cuestión fundamental. En nombre del amor de un bien más grande, cuántos actos inhumanos se han cometido.

Me parece que sólo si se comprende la trágica falibilidad de todos los seres humanos y de todos los comportamientos humanos podemos encontrar la senda del entendimiento y de esa profunda empatía, ese sentido de identificación con el otro, que libera de la demonización y de las espirales de violencia sin esperanza.

No se trata de una película católica, sino que trata de un tema clave en la teología cristiana y en todas las iglesias cristianas, así como en muchas otras religiones. Todas las religiones comprenden que los seres humanos, en sus relaciones unos con otros, toman opciones divinas, opciones que afectan profundamente a la vida de los demás y al mundo que les rodea. Esta interconexión constituye el fundamento del amor: lo que hacemos a favor o en contra de los demás nos afecta a nosotros y a ellos porque todos estamos unidos los unos a los otros.

¿Hasta qué punto su personaje de Josemaría Escrivá, que hoy es un santo de la Iglesia católica, se basa en hechos o es un producto ficción?

De todos los personajes de la película, Josemaría es el único que ha existido históricamente, el único sobre el que abundan testimonios y pruebas. Creo que la representación de Josemaría que ofrecemos de su sensibilidad, su sentido del humor, que indudablemente tenía, surge de los acontecimientos de su vida y es en realidad muy cercana a lo que fue él en realidad.

He querido encontrar un punto de vista honesto al trazar su perfil, y tomar su fe en serio, como él lo hizo. Supongo que en el caso de los santos es algo típico ver en ellos, en extraña oposición con la pecadora de corazón de oro, a hombres con corazón de plomo; pero esto no es más que un cómodo convencionalismo. De hecho, la historia de Josemaría es la de un hombre que logra el éxito extraordinario de simplificar su vida en torno a un amor a Dios auténtico y poderoso. Este amor a Dios se convierte en un principio organizador que le da forma, así como una especie de sencillez y fuerza.

Pero esto no hace que sea aburrido o soso, pues este amor se dio en el mundo real, y el fruto de esta existencia en el mundo real, y con frecuencia cruel, es en todo hombre honesto la duda. Dudar de Dios y dudar de la bondad. Esta duda es sumamente fecunda. El amor no es algo caído del cielo, como algo sine qua non. Hay que luchar por él. Es lo que, como seres humanos, debemos llevar a la mesa.

Tenemos que encontrar este amor profundo en nosotros mismos, comprendiendo la belleza escondida de nuestra fragilidad y de la fragilidad de los demás. En un sentido profundo que ilustra, me parece, la historia de Cristo. Si somos creyentes, tenemos que seguir buscando ese amor profundo en nosotros mismos y ofrecerlo a Dios y a su creación. Si no somos creyentes, tenemos que seguir buscándolo y ofreciéndolo a los demás, sin tener en cuenta su política, raza o religión.