ISIS responde al Papa

Nuestra religión es de guerra y nosotros te odiamos

El Estado Islámico teme al Papa Francisco e intenta instrumentalizarlo

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La revista online del Estado Islámico, Dabiq, publicada mensualmente en inglés, dedica su último número a atacar enfáticamente al Papa Francisco. Entre otras cosas, el Papa es criticado por haber rezado por las víctimas de la masacre en Orlando, Florida, donde un criminal inspirado por el grupo fanático mató a 49 personas en un club gay de la ciudad.

El “razonamiento” (?) de los fanáticos es simple: si el Papa ora por las personas asesinadas en ese ataque, significa que la religión de los “infieles” cristianos está colocándose al lado de los homosexuales y, por tanto, “ensuciándose aún más” con la secularización.

La revista de los terroristas afirma también que “Francisco dejó la religión de lado para seducir a la opinión pública” y “conquistar el mayor apoyo posible en la cruzada contra las naciones musulmanas”. Según los teóricos del Estado Islámico, esa “conspiración” incluiría la participación incluso de los sectores musulmanes que se inclinan a la democracia y los “derechos occidentales”.

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“Destruyamos la cruz”

La portada de la revista ya empieza convocando: “¡Destruyamos la cruz!”. La frase aparece sobrepuesta a la imagen de un militante que arranca el símbolo del cristianismo del tejado de una iglesia, además de repetirse en cada una de las 82 páginas de la edición.

Los artículos son intercalados con entrevistas y “testimonios” como el de Umm Khalid al-Finlandiyyah, combatiente que partió desde Finlandia para unirse a la milicia fanática. Es llamativa, también, la foto de un niño rubio corriendo feliz en un jardín de Oriente Medio, con la leyenda: “Niños musulmanes criados en tierras del Islam”.

“Top 10” de las ejecuciones

Pero lo peor aún está por venir: en las últimas páginas, que las revistas occidentales generalmente reservan a entretenimento y ocio, la revista de los yihadistas trae lo que llama “Los 10 mejores videos del Estado Islámico”, mostrando ejecuciones cobardes, y una sección llamada “Por la espada”, con fotos de cabezas cortadas y cuerpos apedreados, acompañados de textos igualmente hediondos.

Precedente

La revista ya había puesto al Papa Francisco en su punto de mira en septiembre pasado, durante los intensos ataques de aviones rusos y franceses contra el Estado Islámico en Siria. La inteligencia norteamericana investigó con prioridad los riesgos contra Francisco después de la publicación, por la revista, de una foto de él al lado de otros religiosos; el título hablaba del “papa cruzado”, mientras que el subtítulo presentaba a los “apóstatas gubernamentales”.

Para la inteligencia americana, se trata más bien de un intento de usar la popularidad del pontífice con el fin de llegar al mayor número de personas posible.

Los católicos de Arabia Saudí

En la cuna de Mahoma viven más de un millón de católicos 

Los católicos de Arabia Saudí son presionados en sus trabajos: conversión al islam o despido 

Existe un Ministerio de Asuntos Islámicos que cuenta con unos 500 empleados dedicados a animar a los extranjeros a convertirse al islam. 

Actualizado 17 agosto 2012 

Pablo J. Ginés/ ReL 

En Arabia Saudí, la cuna de Mahoma, viven más cristianos que nunca, entre ellos cientos de miles de filipinos católicos. También son cristianos buena parte de los palestinos, libaneses, srilankeses e indios que nutren las empresas del país.

Es «público cautivo» para el Ministerio de Asuntos Islámicos, que cuenta con 50 centros y unos 500 empleados dedicados a animar a los extranjeros a convertirse al islam. «He visto numerosos emigrantes filipinos aceptar el islam bajo presión laboral», denuncia en la agencia AsiaNews la enfermera filipina Joselyn Cabrera, que trabaja en el hospital de Riyadh. «Unos meses después de contratarte, tus jefes te dan un ultimátum y te dicen que has de convertirte al islam para conservar tu empleo. Es una elección muy dura», explica. 

Joselyn ha visto al menos cincuenta casos de conversiones por presiones en el trabajo. «Incluso a mí me han presionado mis compañeros musulmanes, pero yo siempre les he dicho que permaneceré católica. Hasta ahora no me ha pasado nada», añade. 

Prohibido rezar en casa

En Arabia Saudí no se permite la existencia de ninguna parroquia ni iglesia. A fecha de 2010 había allí al menos 400.000 católicos, probablemente muchos más, a los que la ley les impide reunirse para rezar, incluso en casas particulares. También es ilegal que enseñen el catecismo a sus hijos, más de cien mil niños. 

La situación es menos opresiva en los otros países del Golfo Pérsico, donde el proselitismo (y la evangelización) están penalizados o restringidos, pero se permite el culto cristiano en las iglesias y las casas. 

El obispo católico de Arabia, el franciscano suizo Paul Hinder, es pastor de un rebaño de, al menos, 1,3 millones de católicos repartidos por Emiratos Árabes (15 parroquias), Bahrein (1 parroquia), Qatar (2 parroquias), Yemen (4 parroquias) y Omán (4 parroquias). Para ello, cuenta con 40 sacerdotes, la mayoría de ellos filipinos, indios y cingaleses. 

Su vecino, el obispo de Kuwait Camillo Ballin, cuenta con diez curas para atender a unos 160.000 católicos con misas en árabe (para libaneses y palestinos), en tagalo (para filipinos), y en malalayam, tamil, konkani y cingalés para los indios. En la liturgia, los libaneses usan a menudo el rito maronita y los indios el rito siromalabar y el siromalankar. En cuanto a la vida religiosa, además de los franciscanos, siempre ligados a Tierra Santa y Oriente Medio, abundan las Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa. Sólo en Yemen, las monjas del sari blanco tienen cuatro casas. 

Sin embargo, la mayor parte de los católicos del Golfo viven en Arabia Saudí, una teocracia donde el Corán y la Sunna (Tradición) son, oficialmente, la Constitución del país. 

Si hubiera libertad

Si llegase la libertad religiosa a los países del Golfo, cientos de miles de cristianos, quizá millones, podrían hablar y testimoniar sin miedo a represalias, tanto a la población nativa como a sus compañeros inmigrante

La Pasión en Bangladesh

Era imán, se hizo presbiteriano, luego católico… y entonces empezaron sus problemas

El caso de Vincent, recién salido del hospital por una paliza, es un ejemplo de lo que implica abandonar el islam en los países musulmanes.

Actualizado 6 abril 2012

ReL

El caso lo relata la agencia católica Asia News, y es uno más de los que suceden en Bangladesh cuando un musulmán se convierte al cristianismo.

Vincent (nombre ficticio por razones de seguridad) era, además, imán de una mezquita, que se convirtió al presbiterianismo durante una estancia fuera de su país. Tras un tiempo como protestante, conoció a una mujer católica, se enamoró de ella, se casaron, y se convirtió al catolicismo.

Luego volvió a Bangladesh con su mujer, y allí no le perdonaron al antiguo líder mahometano que ahora confesase a Jesús: «Creo en Cristo, Él es mi Salvador», dice profesando su fe ante quienes le insultan y amenazan. Que pasaron a los hechos, propinándole una paliza que casi le mata y le obligó a una estancia de dos meses en el hospital.

Bangladesh tiene el islam como religión oficial, aunque no reconoce la sharia como ley y teóricamente garantiza la libertad religiosa. Perolos grupos fundamentalistas tienen cada vez un peso mayor y ejercen un dominio creciente sobre la sociedad, imponiendo su islamismo radical.

Superadas las secuelas físicas, para Vincent el problema es ahora el desprecio social. Ha tenido que cambiar varias veces de vivienda -en cuanto los vecinos conocen su caso- y ha perdido en diversas ocasiones su trabajo.

A pesar de todo, se mantiene fiel y no faltará a su cita en la iglesia durante la Semana Santa: «He renacido en Cristo», afirma, y no va a dejar de aferrarse a Él por mucho que se incrementen las coacciones.