¿Cómo encontrar la misa o el confesionario más cercano en tu smartphone?

‘The Catholic app’ guia al usuario, basándose en su geolocalización actual, a las parroquias más cercanas que ofrecen servicios de confesión y de eucaristía

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El arzobispo de Edimburgo, Escocia, monseñor Leo Cushley ideó una aplicación para smartphones y tabletas que permitirá a los católicos encontrar el confesionario o la misa más cercanos.

 “La idea realmente fue inspirada por el Santo Padre”, dijo el arzobispo escocés durante el lanzamiento del proyecto el pasado martes en el Vaticano. “El Papa dijo que había que ser imaginativo sobre qué hacer para el Año Santo de la Misericordia”, explicó monseñor Cushley al presentar su iniciativa ante la basílica de San Pedro de Roma.

Se espera que “The Catholic app”, apodada como ‘Sindr’ por medios y comentaristas, esté operativa a principios de 2017, y añadió el arzobispo escocés que “The Catholic App” tendrá un profundo impacto en “la manera en que la Iglesia Católica lleva la misericordia de Dios y la alegría de la palabra de Dios al mundo contemporáneo”

La app utiliza la tecnología de Musemantik para guiar al usuario, basándose en su geolocalización actual, a las parroquias más cercanas que ofrecen servicios de confesión y de eucaristía. Según el arzobispo de Edimburgo, en vista de lo prometedor de esta aplicación, otras cinco diócesis de Escocia dicen estar ya interesadas en comprar la tecnología que hace posible la app para lanzar servicios similares.

Se convirtió investigando sobre fonética y leyendo a C.S. Lewis

Sandra Elam cuenta su testimonio en atheisttocatholic.com 

Proabortista atea durante 30 años, se convirtió investigando sobre fonética y leyendo a C.S. Lewis 

«Fui atea durante 30 años. Pensaba que los cristianos eran extremistas fanáticos. Mi alma estaba tan oscura que no podía entender por qué algunas personas se oponían al aborto y a la eutanasia. Nunca había oído hablar de la cultura de la muerte, aunque me estaba ahogando en ella».

Actualizado 10 junio 2013

Sara Martín / ReL

-Te prohíbo llevar a los niños a la iglesia nunca más -dijo el padre de Sandra a su madre.

-¡Pero tienen que aprender cosas sobre Dios!

– No hay Dios- le espetó él.

– Claro que hay un Dios

– No hay Dios -gritó él-. Y si llevas a los niños a la iglesia, les enseñaré a ser ateos -amenazó.

A partir de ese momento, no se hablaba de Dios en el hogar de Sandra Elam. No volvieron a misa durante años. Nunca rezaron. La Navidad tenía que ver con Papá Noel, no con Jesús. Sandra apenas conocía la historia del niño Jesús. 

La única vez que hojeó una Biblia para niños se encontraba en la sala de espera del consultorio médico. 

Cuando era niña a veces se encomendaba a lo Alto diciendo “Querido Dios, o Jesús, o quien quiera que seas”, pero pronto dejó esta práctica. En su adolescencia cantó en el coro parroquial, pero no sentía nada especial. “La Iglesia me parecía aburrida y sus rituales vacíos: sus palabras no significaban nada para mí”.

Atea durante 30 años
Éste es el recuerdo más certero que tiene Sandra Elam sobre el inicio de su educación sin Dios: “Fui atea durante 30 años. Pensaba que los cristianos eran extremistas fanáticos. Mi alma estaba tan oscura que no podía entender por qué algunas personas se oponían al aborto y a la eutanasia. Nunca había oído hablar de la cultura de la muerte, aunque me estaba ahogando en ella”.

Sandra se especializó en historia griega, romana y medieval en la universidad. Un día le preguntó a su profesor judío de Historia Romana: “¿Vivió Jesús o fue un mito?”. Él respondió: “Sí, Jesús realmente vivió, no hay duda de ello. ¿Por qué no lees el Evangelio de Mateo?“. 

Lo hizo, “pero la Palabra de Dios cayó sobre la puerta cerrada de mi alma”, reconoce. Después de graduarse, Sandra se convirtió en alguien antagónico al cristianismo, negándose a dejar que su marido católico colgara un crucifijo en su hogar. “Sentía desprecio por los que creían en Dios. Crecí siendo una mujer enfadada, amargada, siempre dispuesta a juzgar a los demás”, relata.

“Podría haber otras verdades ahí fuera” 
El “viaje” hacia el cristianismo le llevó a Sandra dos años. Todo comenzó en 1995 de una manera más bien casual. Estaba escuchando hablar a un autor sobre la incapacidad de los niños para leer y escribir de forma temprana y cómo la fonética podía ayudarles a avanzar más rápido. 

Sandra lo probó con sus hijos, enseñándoles fonética, y en el plazo de seis semanas estaban leyendo. “Poco a poco mi mente se abrió a la posibilidad de que podría haber otras verdades ahí fuera”. 

En el movimiento por la reforma educativa conoció a muchos cristianos que estaban interesados en la enseñanza de la fonética igual que ella. Bob Sweet, presidente de The National Right to Read Foundation fue el primero que con acciones y con palabras, sembró la semilla de la fe en Sandra. 

“El primer gran paso en mi vida cristiana fue cuando mi esposo Tom y yo inscribimos a nuestros hijos en un colegio protestante basado en la fonética, en septiembre de 1996. Era el único que nos podíamos permitir económicamente. Los dos estábamos preocupados por su educación y no queríamos que se convirtieran en fanáticos religiosos, así que estudié cuidadosamente el plan de estudios de la escuela y me sentí aliviada al descubrir los libros de texto eran rigurosos”, explica Sandra. 

Con sus hijos Rebecca y Kevin redescubrió la Biblia: “Me avergüenza decir que la mayoría de las historias eran nuevas para mí”

Mero Cristianismo, de C. S. Lewis
Además, su hermana le regaló Mero Cristianismo, de C.S. Lewis, que fue el libro que le convenció de que Dios existe. 

(Mero Cristianismo ha cumplido 40 años ya, y sigue siendo un libro clave en la conversión de mucha gente). 

Durante muchos meses, en 1997, Sandra se sintió atraída hacia la iglesia, pero se resistía

Su marido y los niños ya estaban asistiendo a la iglesia católica cada domingo, pero ella se quedaba en casa. “El domingo 6 de octubre de 1997, me detuve vacilando. Decidí entrar en la iglesia protestante evangélica que estaba junto al colegio de mis hijos. Por primera vez en mi vida, sentí algo espiritual y edificante allí. Me inspiraron la música y la homilía del pastor”, admite. 

Sacudirse de encima treinta años de ateísmo
Comenzó a leer la Biblia como un documento histórico. Como estudiante de historia antigua y medieval, admite que la historia presentada en los cuatro Evangelios era convincente

Pero lo que supuso una revelación para ella fueron las palabras del Evangelio de Juan: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie viene al Padre sino por mí. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto“. 

“Tan pronto como leí estas palabras, las escribí y las memoricé. Entonces me di cuenta de que la Biblia no es sólo un documento histórico, sino la palabra de Dios. Después de leer el resto del Evangelio de Juan, estaba convencida de que Jesucristo era el Hijo de Dios”

Pero era difícil sacudirse de encima treinta años de ateísmo. Sandra estaba empezando a conocer a Dios a través del estudio de la Biblia, pero no le amaba y, desde luego, no le servía.Quería entregarse a Dios y a su voluntad, pero no sabía cómo: necesitaba fe.Una noche, después de horas de estudio de la Biblia, oró por primera vez en treinta años: “Señor, envíame fe. Quiero creer en ti”. Sandra abrió la puerta de su corazón y Dios le concedió la fe, tal y como ella había pedido. “La fe fue el regalo misericordioso de Dios para mí. Sin fe, ¿cómo iba a creer en lo que no vemos?”.

Pero, ¿quién interpreta la Palabra?
Sandra se encontró con la siguiente piedra en su camino de conversión: ¿Cómo interpretar las escrituras? ¿Cómo obviar el hecho de que cada uno puede hacer su propia interpretación personal? ¿Quién tiene la autoridad universal? 

Sólo una iglesia ha existido desde que Jesús pronunció sus palabras proféticas a Pedro: la Iglesia católica. Todas las otras denominaciones cristianas son astillas de la Iglesia Católica original, o son fragmentos de astillas. Ninguna de estas denominaciones reconoció el obispo de Roma como su cabeza. Una vez que me di cuenta de que Jesús hizo de Pedro (y de sus sucesores) la cabeza terrenal de Su Iglesia, le dije a mi marido que tenía que convertirme al catolicismo”. 

Y se sumergió en la apologética y la teología católica. Y comprendió el sentido de la Eucaristía, el sacrificio de Cristo y Su presencia real en ella. “A través del estudio estaba empezando a conocer a Dios y a través de la misa empecé a amarle”

Así que empezó una “purga” casera de todo lo que representaba su vida anterior: música, vídeos, programas de televisión y libros que glorificaban el robo, la mentira, el adulterio, la fornicación, la homosexualidad, la masturbación, el humanismo secular y el ateísmo.

El vídeo de un aborto
Pero después de la “purga” exterior, comenzó la interior, la que incluye hábitos y actitudes arraigadas. Sus pensamientos sobre el aborto, que siempre había considerado lícito e incluso necesario, cambiaron radicalmente al ver en un vídeo a un bebé abortado y comprendió que la vida comenzaba en la concepción.

Pero la enseñanza moral que le costó más trabajo comprender fue, sin duda, la doctrina de la Iglesia sobre la anticoncepción. 

“Me preguntaba por qué la Iglesia católica era la única que se había mantenido firme contra el control de la natalidad. ¿Cuál podría ser el problema? Entonces mi marido Tom me prestó los vídeos Feminism and Femininity (Feminismo y Feminidad) de la escritora y profesora católica Alice von Hildebrand. Por primera vez, escuché un poderoso argumento en contra de la anticoncepción y descubrí que el Papa Pablo VI lo había profetizado en la Humanae Vitae: el control de natalidad podría conducir a la inmoralidad sexual generalizada, a la aceptación del aborto, y a la desintegración de la familia”

Miedo a los hijos
Pero al darse cuenta de lo que suponía esta apertura a la vida, Sandra se rebelaba. No quería más hijos, dos eran suficientes. ¿Cómo resolver el problema? 

“Tenía miedo y no entendía por qué estaba mal el control de la natalidad, pero quería someterme a la voluntad de Dios”, razona. Pero la fe precede a la comprensión, así que a los 37 años dejó de usar métodos anticonceptivos

En su peor escenario mental, se imaginaba a sí misma llegando a tener hasta seis hijos más, agradeciendo interiormente que su conversión hubiera sido ahora y no a los 20 años. Pasaron los meses, sin embargo, y no se quedaba embarazada. A medida que pasaba el tiempo comenzó a desear otro bebé, o incluso dos o tres

“Sentí la ironía de la situación, ya que Dios no me estaba dando lo que ahora quería”. Comenzó con análisis y pruebas para detectar las posibles causas de su infertilidad, y se encontró con el diagnóstico certero de ovarios poliquísticos. 

Sandra Elam con su hijo Ryan
Sandra Elam con su hijo Ryan

Una noche en oración imploró a Dios de nuevo un hijo y, como Ana, la madre de Samuel en la Biblia, le prometió consagrarlo si Él se lo concedía. Dos semanas después Sandra supo que estaba embarazada y que había concebido precisamente la noche en que hizo su oración de consagración

Su hija nació ocho meses después y fue bautizada como Teresa Benedicta en honor a Santa Teresa de Ávila y a Edith Stein. “Espero ser el nombre de estas dos santas mujeres inspiren a Teresa para mantenerse firme en la defensa de la fe católica a lo largo de su vida”. Dos años después Sandra dio a luz también a Ryan James.

Después de dos años de estudio de historia de la Iglesia y la Biblia, Sandra estaba convencida de que la Iglesia Católica Romana contiene toda la verdad del cristianismo y que Jesucristo dio autoridad a Pedro como el primer obispo de Roma. “Por tanto, en la vigilia de Pascua, 3 de abril de 1999, fui recibida con alegría en la Iglesia una, santa, católica y apostólica”.

Toda la historia de Sandra Elam se puede encontrar aquí, al igual que la del nacimiento de Teresa Benedicta y el milagro de Ryan James.

 

 

Sacerdote uruguayo al que alabó el Papa Francisco en su primera misa

Gonzalo Aemilius

¿Quién es y qué hace el sacerdote uruguayo al que alabó el Papa Francisco en su primera misa?

Actualizado 28 marzo 2013

Fernando de Navascués / ReL

Era el domingo 17 de marzo. El Papa Francisco se había acercado a la parroquia de Santa Ana para celebrar su primera Eucaristía pública antes de su inicio de pontificado. Todo discurrió “normal”, tal y como debe ser una Misa que celebra un Papa en una parroquia de su diócesis, pero al final reconoció entre los presentes a algunas personas que no eran de la parroquia. Los reconocía porque eran sacerdotes amigos suyos de Sudamérica. Entre ellos destacó uno: el director del Liceo Jubilar Juan Pablo II, en Uruguay. Le hizo salir delante de todos los asistentes a la Eucaristía, alabó su trabajo pastoral y le dio un abrazo. Su nombre, Gonzalo Aemilius. Y ésta es la historia de la obra que él ha fundado para los más desfavorecidos de su país.

Es el Papa Francisco el que habla: «Quiero presentarles a un sacerdote que ha venido de lejos. Que desde hace mucho tiempo trabaja con los niños de la calle, con los drogadictos. Para ellos ha hecho una escuela, ha hecho tantas cosas para hacer conocer a Jesús. Todos estos niños de la calle hoy trabajan, con estudio, y tienen capacidad de trabajo. Creen y aman a Jesús. Te pido Gonzalo que vengas y saludes a la gente. Recen por él. Él trabaja en el Uruguay. Él es el fundador del Liceo Jubilar Juan Pablo II. Él hace este trabajo. No sé cómo hoy ha venido acá, pero lo sabré. Muchas gracias”. Después, Papa y misionero se saludaron con un abrazo.

Con esta presentación del mismo Papa es difícil decir mucho más. Lo que se puede añadir es que el Liceo Jubilar Juan Pablo II, el “Jubi” como lo llaman coloquialmente sus alumnos, es una institución pionera en Uruguay, al ser un centro educativo gratuito de gestión privada. Se fundó gracias a la insistencia de los fieles de la zona parroquial “Gruta de Lourdes”, situada en una de las zonas más pobres de Montevideo.

Barrios peligrosos y sin escuelas
Los muchachos y muchachas de esta zona carecían de ningún tipo de centro de formación secundaria y nunca consiguieron la instalación de uno a pesar de sus solicitudes a las autoridades educativas locales. Sin embargo, cierto de día de 1999, durante la visita apostólica a la parroquia del Arzobispo de Montevideo, el salesiano Nicolás Cotugno, los padres y madres de familia le solicitaron ayuda para poder solucionar este problema.

La realidad es que cualquier centro educativo dista mucho de esta zona, lo que suponía que los chicos de este barrio acababan en la marginación, delincuencia, drogas… El mismo Liceo explica cuáles son las dificultades por las que atravesaban los habitantes del barrio y que impedían en gran medida la escolarización de los menores:

• el trabajo de los niños y adolescentes que son fuente de la economía de la casa;

• la falta de seguridad, especialmente para las chicas que debían ser acompañadas por sus madres hasta las paradas de transporte por la mañana y lo mismo a la vuelta;

• la gran distancia a otros liceos desde estos barrios; una distancia que no es sólo en kilómetros, sino también en cultura, estilo de vida, ropa, costumbres…;

• y, por supuesto, los mil impedimentos en este tipo de familias que provocan ausencias desde el hermano menor enfermo a cualquier otro problema…

Monseñor Cotugno lo tomó muy en serio y optó por promover la construcción de una escuela que pudiera resolver los problemas de la comunidad. Para él, fue el proyecto símbolo de la solidaridad de la Arquidiócesis.

Los jóvenes protagonistas de su superación
No se trata de una obra de tipo asistencialista. No lo es ni en su forma ni en su espíritu. Sus principios son claros: “Como comunidad eclesial, el Liceo Jubilar Juan Pablo II fundamenta su concepto de calidad institucional, en la transmisión de valores cristianos, promoviendo el desarrollo de individuos libres, responsables, solidarios, con capacidad crítica y autonomía”, tal y como reza su filosofía. La propuesta pedagógica es clara: busca “ser un agente de cambio en la sociedad en la que se inserta… teniendo como modelo a Cristo, Hombre Nuevo… brindando una educación integral que promueve en los jóvenes el máximo desarrollo de sus potencialidades en todos los ámbitos de la vida, de manera tal que, como protagonistas, se constituyan en sus propios agentes de cambio y que, al mismo tiempo, puedan ser multiplicadores de cambio en su entorno inmediato”.

Un cambio por el amor a Cristo
En cuanto a su formación religiosa “desde la Pastoral del Liceo Jubilar buscamos motivar la experiencia de encuentro personal y comunitario con Jesús, invitándolos a reconocer Su presencia y compañía en la historia de cada uno –explican sus responsables. Deseamos acompañar a nuestros alumnos en el proceso de descubrirse y sentirse verdaderamente hijos amados por Dios, en sus grandezas y pequeñeces, e invitados desde allí a ser libres y a permanecer en el Amor”.

1200€, los estudios de cada chico
Al principio sobrevivieron gracias a los voluntarios, pero la crisis económica supuso que éstos tuvieran que dejar esta forma de colaboración y al Liceo buscar una mayor responsabilidad en el plantel docente. En seguida vino apoyo de la fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada y el aporte, aunque puntual, de una parroquia italiana. Actualmente se financia gracias a diversas fuentes: los propios padrinos, es decir particulares que quieren ayudar económicamente, el apoyo de algunas empresas e instituciones privadas, además de las propias familias que aportan unas cantidades mínimas pero que sirven de concienciación y compromiso con la educación que reciben sus hijos. Los estudios de un alumno al año asciende a 32000 pesos uruguayos, es decir unos 1200€.

Promoviendo la construcción de viviendas dignas: el proyecto Belén
Aún hay más. Con el caminar del tiempo, los responsables del liceo descubrieron que una buena formación no era suficiente para sacar adelante a los muchachos que acudían al centro. De poco servía el esfuerzo si luego llegando a sus casas apenas encontraban un ambiente sano en el que estudiar, vivir y relacionarse. Las casas de estos barrios en muchas ocasiones carecen de lo más elemental, por lo que se promueve la colaboración entre padres de familia para que reconstruyan sus casas y las doten de lo fundamental. Elproyecto Belén, que así denomina esta iniciativa, comenzó en 2009 agrupando cuatro o cinco familias a las que se sumaron de nuevo unos voluntarios. Entre todos construyeron baños, techos con aislante térmico, pozos negros, impermeabilizaron viviendas, acondicionaron dormitorios, levantaron tabiques, mejoraron instalaciones eléctricas, etcétera. Después, el proyecto ha evolucionado y el Liceo hace préstamos de material de construcción para familias que necesitan ayudas urgentes.

Y también Educación Media para los padres de los chicos
Quienes componen la gran familia de Liceo descubrieron una nueva necesidad: la formación de los padres de los alumnos. Una formación en Educación Media a la que asisten personas desde los 24 hasta los 65 años. Estos adultos trabajan principalmente en empleos como el servicio doméstico, la construcción y, debido a la proximidad a varios cuarteles, en el ejército.

Este sueño aporta un cambio cualitativo en su estilo de vida, ellos mismos explican que no solo tiene que ver con un cambio en su trabajo y en sus ingresos, lo cual es verdaderamente fundamental, sino que implica además poder participar activamente en una vida social “sin pasar vergüenza”, ganando dignidad y confianza en sí mismos. Además de ser una motivación por ser testimonio de esfuerzo y esperanza ante sus hijos.

Esta formación de adultos, a pesar de las dificultades reales que atraviesan, tiene apenas un 25% de deserciones: “Llegar acá es como un descanso, se sale de las preocupaciones de todo el día y se llega a un lugar donde se respira un aire distinto”, explica uno de los adultos; u otro: “Muchas veces nos consideran marginados por el lugar donde vivimos, pero si tenemos el liceo terminado damos otra impresión”; también hay quien confiesa que “de tarde nos sentamos con mi hijo a estudiar juntos, a él le encanta y me ayuda un montón”. Entre los adultos inscritos también está la abuela de un adolescente del Jubilar que se apuntó para motivar a su nieto a estudiar.

Gonzalo Aemilus, también cura twitero
Unos apuntes personales más sobre el P. Gonzalo Aemilius: tiene 34 años, tuitea,escribe en un blog y lo mismo se le puede ver en una Misa del Papa que en un concierto de rock. Gonzalo iba para contable, pero Dios se metió por medio y empezó a cambiarle los planes y hacerle ver la posibilidad de dar la vida por los demás. Su familia no era practicante pero él, ya con 11 años, pidió ser bautizado. Él siempre obtuvo su respeto, y lo mismo sucedió con la Primera Comunión y la Confirmación.

Gonzalo está al día: “Hoy el lenguaje es Twitter, Facebook, son los e-mails, los blogs -explica. Ahí tenemos que estar. Creo que Jesús hubiese tenido Twitter. No creo que ser cura sea un impedimento, al revés, creo que es la mejor oportunidad que tengo para estar cerquita de un montón de gente a la que de otra manera no llegaría. No le veo nada de malo a twittear –explica-, hay muchos adolescentes que dicen ‘mirá qué fenómeno este cura que tiene Twitter’. Y ahí te los ganaste. Yo recibo unos 200 mails por día entre liceo y parroquia. Odio hablar por teléfono, me gustan más los mails o los mensajes. En el celular veo el mail, Twitter, Whatsapp”.

Sabiendo todo esto y descubriendo la sencillez y espontaneidad del Papa Francisco, no es de extrañar que en uno de sus rompedores gestos haya querido mostrar al mundo a un cristiano comprometido con Cristo, la Iglesia y los hombres.

Una experiencia mística radical

Jim Murphy habla a ReL de la nueva evangelización

Una experiencia mística radical, 6.300 km a pie con una cruz y 43 años como predicador laico

Durante un tiempo buscó tesoros bajo el mar, pero Dios le hizo buscarlos en los corazones. Ha presidido a 9 millones de católicos carismáticos en EEUU. Predicó en Madrid el pasado fin de semana en el colegio Virgen del Recuerdo.

Actualizado 25 octubre 2012

Pablo J. Ginés/ReL

Jim Murphy nació en 1952 en una familia católica en Detroit, Michigan. Estudió en un colegio católico, y con sus dos hermanos acompañaba a sus padres a misa cada domingo. En casa, solían rezar juntos por la noche. Como es común, a los 16 años empezó a cuestionarse su relación con la fe. «¿Creo en esto por mí mismo?», se preguntaba. Y ¿qué sentido tenía vivir? ¿Para qué? Inició una búsqueda y «pronto me di cuenta de que buscaba algo que el mundo no podía darme». Pero eso no era ningún consuelo.

Una experiencia mística en la noche

Y en la noche de Pascua de 1969, con 17 años, Jim tuvo una experiencia mística que cambió su vida para siempre.

«Era de noche. Yo estaba en mi habitación, con la puerta cerrada, y lloraba, porque no veía qué sentido tenía la vida. Entonces sentí una presencia, real. Supe que alguien estaba allí, conmigo. Era una presencia de gran poder y de gran amor. No vi luces, no hubo sonidos, pero en mi interior sentí paz y amor.» 

«Y entonces noté en mi corazón una voz que me hablaba. No era una imagen o una sensación. Eran palabras. Era un mensaje con palabras, muy claras, precisas. Me decían: «Has intentado encontrar la forma de ser feliz, pleno. Siempre tú, tú, tú. Nunca me dejaste ser parte de tu vida«. 

«Supe que era Jesús. Tuve la sensación de que Dios me estaba ofreciendo su ayuda para mi vida. Y tuve una visión, muy clara. Era como ver un vídeo. Veía a Jesús en la Cruz. Estaba vivo en la Cruz, sufría de forma horrible, yo veía la sangre y las heridas, era terrible. Y me dijo: «cuando pasé por esto, no pensaba que tu respuesta sería, simplemente, ir a misa o ayudar en la parrroquia. No pasé esto sólo para que vayas a misa. Pasé esto para que seamos amigos y para ser parte de tu vida».

«Y toda mi comprensión de lo que era ser cristiano cambió. Entendí que ser cristiano no es hacer cosas. Entendí que es una actitud. Que Jesús quería más. Sí, claro que es bueno ir a misa. Él no estaba criticando la misa o la Iglesia: me estaba reclamando a mí.»

Predicador desde los 17 años

Jim pudo hablar de su experiencia con su hermana, dos años mayor que él. «Ella había tenido una experiencia de conversión en la Renovación Carismática, que acababa de nacer en 1967 y se extendía por Michigan, y me la había contado, pero yo no entendí nada de lo que me contaba ella ni le presté ninguna atención. Hasta que me pasó a mí», explica Murphy. A través de su hermana, empezó a tratar con grupos carismáticos. «Ella aún es responsable en una comunidad de Ann Arbor, en Michigan», explica. Ese mismo año,invitaron a Jim a dar una charla en la parroquia, a cinco adolescentes. Desde entonces, no ha dejado de predicar.

Durante mucho tiempo intentó compaginar su llamado a la predicación y evangelización con sus otras pasiones. «Mi padre era capitán de barco. Yo quería dedicarme a rescatar tesoros submarinos, hacer arqueología… ¡Conocí España leyendo de sus galeones! Yo tenía barco para practicar». Se sacó un título de graduado social, pero trabajó en mil cosas asombrosas: prospecciones en Alaska, investigación arqueológica en Hispanoamérica, guitarrista en una banda, conductor de camión, conductor de barco en viajes charter, trabajó en una tienda de verduras… y una vez fue guardaspaldas de la Madre Teresa de Calcuta. Y sin dejar de predicar.

Pero llegó un momento en que decidió dedicarse al Evangelio a tiempo completo. «Sentí que Dios me decía que hay muchos tesoros que rescatar, que no están bajo el mar sino en los corazones de la gente«, explica. 

Cruzando EEUU a pie con la cruz

En 1992, con 40 años, después de leer una carta de la Conferencia Episcopal de EEUU titulada «Herencia y esperanza», Jim tomó una cruz de madera de 1,8 metros y se puso acaminar por Estados Unidos, de Florida a California, viviendo de la Providencia y la caridad, y durmiendo en cualquier sitio. «A menudo venía gente a pedirme que rezara por ellos, por sus parientes enfermos, etc…», explica. «El hombre que camina con la cruz«, titulaba la prensa. Caminó 6.300 kilómetros: el equivalente a 8 veces el Camino de Santiago desde Roncesvalles. Le costó 18 meses y gastó 14 pares de zapatos. 

Poco después de acabar su gran viaje evangelizador, con 42 años, se casó. «Tenemos un hijo de 16 años, y vivimos de la providencia de Dios. Yo voy a donde me invitan a predicar y predico. Si me pagan, ¡gloria a Dios!, puedo pagar mis facturas. Pero no siempre me pagan. Mi mujer, Susan, lleva la casa y atiende a nuestro hijo. Yo viajo mucho. Yo ya se lo dije:mira, Susan, mi vida es así, este soy yo, y ella dijo, OK, quiero sumarme. A veces ha sido duro, claro, pero ya lo sabíamos».

Perspectiva para evangelizar

Jim tiene ahora 60 años recién cumplidos y 43 años de experiencia como predicador itinerante. Fue presidente durante un tiempo de la Renovación Carismática Católica en EEUU (que implica a unos 9 millones de personas), presidente de una asociación ecuménica de evangelización de jóvenes y, actualmente, un miembro de ICCRS (www.iccrs.org), la coordinadora central de la Renovación Carismática, con oficinas en el Vaticano. Eso le da cierta perspectiva para hablar de la Nueva Evangelización. Acudió a Madrid para predicar en la asamblea anual de la Renovación Carismática Católica en el Espíritu, en el colegio Virgen del Recuerdo, y nos explicó su visión del Sínodo y la evangelización.

«Me gustaría que el Sínodo de Nueva Evangelización no se quede sólo en documentos para que lea la gente», comenta Jim. «Le pido a Dios que haya un gran movimiento del Espíritu Santo y que la Iglesia salga a la calle, al mundo». 

El papel de los nuevos métodos

Recupera la definición de Juan Pablo II de la nueva evangelización como «nuevo ardor, nuevos métodos y nueva expresión» y la desarrolla.

«Claro que necesitamos nuevos métodos, cursos, programas, seminarios… todo eso es bueno y llega a mucha gente. Pero ¿cuál es su objeto? Por ejemplo, el Seminario de Vida en el Espíritu, el método tradicional carismático para evangelizar, ¿lo queremos para dar un «toque momentáneo» del Espíritu? No. Lo queremos para cambiar toda una vida. A veces la gente emplea programas o convoca a seminarios, etc… y no sabe para qué, qué es lo que buscan. Cada objetivo necesita su método. Una cosa es invitar al alejado de la Iglesia y otra formar al que ya cree y practica», explica. 

Jim piensa que hay varios objetivos: uno es sanar a la gente herida por las fatigas de la vida o el pecado; otro es convertir, que se giren hacia el Señor. Por último, gente que se ha convertido en un primer momento no persevera en la exigente vida cristiana porque le falta una comunidad que ayude, forme y apoye con un nuevo estilo de vida.

Escuchar mucho antes de hablar

Hay elementos comunes a todos los métodos de evangelización que funcionan, señala. Por ejemplo, antes de predicar, hay que escuchar. «Tenemos dos orejas y sólo una lengua: escuchemos el doble que hablamos«, propone. «Además, es psicología básica: cuando la gente se sabe escuchada, tiene más confianza en su interlocutor y se abre más«.

Por otra parte, añade, «hay que dejar espacio al Espíritu Santo, dejar que Jesús actúe, confiar en Él más que en el método, por bueno que sea».

Es bueno invitar a retiros, charlas, encuentros, afirma,  pero para eso antes hay que hacer una conexión personal. «Sin la conexión personal, sólo los que ya son creyentes vienen a nuestros programas o encuentros. Está bien encontrarse, pero si no vienen alejados, no es evangelizador».

¿Laicos evangelizadores con sueldo?

¿Y qué dice él, predicador laico por cuatro décadas, de la necesidad de contratar laicos para evangelizar?

«Por un lado, si se quiere calidad y eficacia, es necesaria cierta profesionalización. Es cierto que para evangelizar es mejor un buen cristiano con algo de habilidad musical, que un magnífico músico con sólo un poco de cristianismo. Yo mismo toco la guitarra y muchas veces he pensado: me da igual como suene mientras la gente se acerque al Señor y lo ame. Pero si me oyes cantar horriblemente Vive Jesús El Señor, no te atraerá. Quizá necesitamos un Hillsong católico«, plantea, refiriéndose al grupo evangélico profesional de música cristiana que mueve masas y vende cientos de miles de discos. 

«Quizá ha llegado el momento de rezar y ayunar y pedir al Señor un Hillsong católico. La música es poderosa, toca el corazón de la gente. Los católicos tenemos buenos músicos. Ellos saben que son buenos, pero se dedican sólo a tiempo parcial al evangelio. La profesionalización tiene un cierto riesgo de engendrar soberbia y, con el orgullo, Dios puede retirar tu don. Por eso hay que formar para la humildad.»

Invertir para mejorar

«Muchos no entienden lo de pagar a los músicos, pero es necesario dedicar tiempo para mejorar. Si a unos músicos que aman al Señor les dices que durante un año les cubres todos sus gastos, su sostenimiento, y que se dedicarán a evangelizar con la música a tiempo completo, lo harán encantados. Y lo mismo a jóvenes que se dediquen a la evangelización de otros jóvenes. ¿Vamos a invertir en esto? Si la gente pagara diezmos, esto sería factible. ¿Cuánto lo deseamos? ¿Podemos imaginar lo que puede hacer un joven evangelizador, bien formado, dedicado un año a tiempo completo?»

VISION DEL INFIERNO…

Poderosa Visión del Pequeño de los Siervos – 17 de Diciembre de 2008

Mientras estaba en la Iglesia después de Misa recibí la siguiente Visión:

Ví un lugar que había un mar de fuego en la medida en que pude ver. Entonces ví lo que parecía una enorme puerta del garaje y se abrió hacia abajo para crear como una caída.

Entonces ví una multitud de personas deslizándose hacia abajo en el mar de fuego. Yo podría entonces ver que la gente estaba gritando en extrema agonía.

Entonces ví demonios y estaban torturando a las personas. Ví a la gente y sus cabezas eran aplastadas y los cuerpos desgarrados.

Ví a otros cuyos genitales estaban siendo torturados. Ví algunos que estaban gritando de dolor intenso al igual que sus manos estaban en llamas.

Entonces, se me da el entendimiento de que este lugar era el infierno y la gente estaba siendo torturada en esa parte de su cuerpo que se utilizaron para cometer tanto pecado.

Aquellos cuyas cabezas eran aplastados y los cuerpos desgarrados eran médicos abortistas.

Aquellos cuyos genitales estaban siendo torturados habían cometido pecados sexuales. Y aquellos quienes las manos las tenían en llamas eran sacerdotes, obispos y cardinales y otros quienes habían abusado de LA MAS SAGRADA EUCARISTIA.

JESUS luego me habló y me dijo que muchos se dirigían al infierno y que necesitábamos orar.

Después de esta visión estaba llorando y orándole a JESÚS que tuviera piedad y que por favor nos salvara.

Después de ver esto jamás podría desearle a alguien que terminara en el INFIERNO.

La visión fue aterradora e inquietante. Yo les pido que oren por todos nuestros hermanos y hermanas que han sido engañados por Satanás y que se han convertido en esclavos del pecado. Oremos para que a través de NUESTRA BENDITA MADRE A JESÚS PARA QUE PUEDAN SALVARLOS.

ORACIÓN Y ESPECIALMENTE LAS ORACIONES DEL ROSARIO Y LA CORONILLA A LA DIVINA MISERICORDIA SALVARAN LAS ALMAS.

PIDO QUE POR FAVOR OREN. NO PUEDEN ENTENDER CUAN ATERRADOR FUE ESTA