Te quiero así como eres

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Luce Caponegro, en arte Selen, ex reina del porno italiano en los años noventa cuenta el diálogo con su hijo Gabriele

Una lección difícil de olvidar. Lo cuenta al Corriere della Sera (5 de mayo) Luce Caponegro, en arte Selen, quien en una época fuera reina del porno y ahora madre de dos hijos.

La vida “normal” de Luce

Han pasado casi veinte años desde que dejó de ser estrella porno -que muchos consideraban la heredera de Moana Pozzi- pero una opción tan extrema como esa deja señales profundas.

A los hijos se les deben dar valores y alas. Yo tuve valores. Al buscar protegerme me ahogaron. Yo era la clásica buena chica que hacía danza y andaba a caballo. A mi papá le gritaba ‘sucio capitalista’. Me rebelé cuando me enamoré a los 15 años de una persona que desvió una existencia que parecía ya estar escrita“.

El encuentro con el porno

“Apenas cumplí la mayoría de edad -recuerda- dejé todo lo que tenía, incluidos los vestidos. Me fui a recorrer el mundo, India, Pakistán, autostop y sacos de dormir. Esa historia duró 17 años, se volvió mi agente en el porno. El aliciente fue la curiosidad en relación a la sexualidad. Había un componente de exhibicionismo”.

“Mamá, ¿has cometido errores alguna vez?”

El segundo de sus hijos, Gabriele, supo del trabajo de su madre de una forma inconveniente: por los amigos de escuela que habían visto esas viejas películas en Internet.

Fue él quien la enfrentó, con delicadeza y sorprendente madurez: “Mamá, ¿has cometido errores alguna vez?”. Todos los cometemos, le respondió ella. “¿Me puedes decir uno?”. Antes fumaba. “¿Me puedes decir otro?”. Las cartas cayeron. “Tú eras estrella porno”. No era otra pregunta: era una afirmación.

Sí, fui estrella porno, ¿te sientes herido?, le preguntó Luce. “Me quedé mal pero luego pensé que de jóvenes se cometen errores, tú eres maravillosa y te quiero así como eres”. Lo abrazó fuerte. Permanecieron los prejuicios en la ciudad, “los vivo hasta ahora, son como el veneno, fruto del miedo. Basta hablar conmigo dos minutos para que desaparezcan como la nieve al sol”.

“Hoy estoy luminosa, cristalina”

Hoy Luce tiene un centro de belleza en Ravenna. Recientemente le propusieron interpretar a una religiosa en un musical. Dijo que no, a pesar de que siempre se ha declarado una persona atenta a la espiritualidad. Pero era demasiado para su segunda vida. ¿Cómo se siente? “Cristalina, luminosa. Soy la representación de mi nombre”, Luce, una mujer que siempre ha sido ella misma.

Madre de 12 hijos y miembro de la Academia de las Ciencias

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Laura Bassi, filósofa, profesora y científica italiana, nos da un gran ejemplo de buena actitud

Cuando nos despertamos, tenemos un gran plan. Nada como empezar con un buen desayuno. Organizamos nuestras cosas para salir y cumplir nuestros propósitos.

Sin embargo, no pocas veces se presentan situaciones con las que no contábamos.

Tenemos dos opciones: nos amargamos, renegamos y renunciamos a lo que queríamos o buscamos soluciones nuevas alternativas para llegar a nuestro objetivo

Laura Bassi, filósofa, profesora y científica italiana, nos da un gran ejemplo de buena actitud. Laura estuvo casada con el médico Giuseppe Veratti, con quien formó una hermosa y numerosa familia. Nada más que doce hijos para cuidar y atender.

Las labores como madre y esposa no fueron obstáculos para su desempeño profesional. Pero esta no es la historia que te quiero contar.

Laura Bassi llegó a ser miembro de la Academia de Ciencias de Bolonia. Estamos hablando de 1732, cuando pocas mujeres lograban ser reconocidas en el mundo científico.

Laura solo podía dar conferencias cuando el Senado de Bolonia la autorizaba. Entonces ella tuvo una grandiosa idea: crear su propio laboratorio en el que acogió a los más renombrados científicos de la época.

Años después, el Senado de Bolonia le concedió la Cátedra de Física experimental.

Tú, ¿creces con los retos que te presenta la vida?

Artículo originalmente publicado por Centro de Estudios Católicos

¿Hay una edad óptima para quedar embarazada?

No tienes que buscar el momento perfecto para tener un hijo ya que ninguno lo es

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¿No os sorprende un poco de que María diera a luz a los 14 años de edad, con toda probabilidad? Claro, eran otros tiempos, una cultura diferente, pero, a pesar de todo, una adolescente no parece ser una persona lo suficientemente madura para convertirse en madre. Queda la cuestión de si la madurez depende sólo de la edad. Y si es así, ¿de qué edad hablamos exactamente? ¿A qué atenerse a la hora de decidir sobre la ampliación de la familia? ¿Hay una edad óptima para quedarse embarazada? Para responder a esta pregunta, veamos cómo es la vida de una mujer cualquiera.

Las adolescentes

Es obvio que es demasiado pronto. Los adolescentes, en realidad, aún son niños. Deberían pensar en la escuela, en su educación, en su futura profesión. A esta edad es difícil hablar de relaciones serias. No es el mejor tiempo para jugar a tener familia.

20-25 años

Aún es demasiado pronto. Céntrate en ir aprobando los sucesivos exámenes. Utiliza las becas de intercambio de estudiantes y haz locuras en las fiestas. Mientras aún te apetece y tienes tiempo, invierte en ti misma. Puedes comenzar a ganar las primeras experiencias profesionales, pero sobre todo, se debe gozar de una vida sin preocupaciones y sin compromisos. Es fácil entonces llegar a conocer a mucha gente y no necesariamente hay que unirse a alguien en concreto de forma permanente, porque aún queda tiempo.

25-30 años

Es el tiempo del primer trabajo “real”. Después de todo, no sería conveniente pedir de inmediato el permiso de maternidad. Al principio necesitamos demostrar nuestra valía, ganar experiencia y una posición estable. Además, ganamos dinero, pero no demasiado y el niño viene con mucho gasto. Apuesta por el desarrollo de tu carrera. Es la mejor edad para impulsar tu carrera con toda naturalidad, para obtener las calificaciones y formación especializada después de la graduación. Tal vez, a esta edad hay más presión de tener a alguien de forma permanente, pero cuando aún no hay hijos y por fin hay algunos ingresos, es conveniente disfrutar de la vida bailando hasta el amanecer o viajando al extranjero.

30-35 años

Ya disfrutas de una cierta posición en la empresa, pero si te tomas ahora un descanso más largo, algún trabajador más joven y más barato ocupará tu sitio. Además, cada vez te sale mejor lo que haces. ¿No podrán hacerlo sin ti? ¿Dónde están tus ambiciones? Tienes la sensación de que se te está “pasando el arroz”, por lo que ¿valdría la pena pensar por lo menos en casarse? En cualquier caso, el deseo de tener hijos hay que aparcarlo de momento, porque primero los miembros de la pareja tienen que disfrutar de ellos mismos para construir un matrimonio sólido antes de que llegue el niño.

35-40 años

Demasiado tarde. El riesgo de defectos genéticos aumenta. La diferencia de edad entre las generaciones también. Noches de insomnio serán una pesada tarea para ti. No podrás aguantar físicamente el trajín cotidiano relacionado con un niño pequeño. ¿No querrás ser una carga durante su juventud siendo un padre anciano…? Es una irresponsabilidad. ¿Existe alguna mujer que pudiera decir con una mano en el corazón que nunca se había topado con alguna de estas opiniones? Estoy convencida de que la mayoría de nosotras hemos oído ya una gran cantidad de tales consejos y tenemos a nuestro alrededor por lo menos unos cuantos “asesores” expertos en el tema. Yo he oído (de diferentes personas) todos ellos. Y ¿sabéis qué? ¡Hay en ellos algo de la verdad! Porque, para el embarazo no existe un momento ideal.

Siempre habrá algo que se pueda hacer, experimentar y llevar a cabo antes de que nazcan los niños. Siempre se puede tener más, prepararse mejor, ser más maduro, mejor, más rico. La buena noticia es que… no es necesario. No tienes que buscar el momento perfecto para tener un hijo, ya que si ninguno es perfecto, cualquiera puede ser lo suficientemente bueno. Y aún mejor – el nacimiento de tu hijo puede hacer que seas más madura, mejor, y ¡más rica! Conozco a muchas personas (¡yo soy una de ellas!) que justo después del nacimiento de su primer hijo se redescubrieron a sí mismas, sus pasiones o sus enormes recursos de energía, de los cuales nunca habían sospechado. Se volvieron más creativas, constantes y centradas en sus objetivos, lo que se reflejaba en sus vidas profesionales.

Volvieron a creer en sí mismos, porque la paternidad les mostró que valían mucho y eran capaces de soportar mucho más de lo que pensaban, y mostrando el mundo que les rodea a sus pequeños, ellos mismos lo redescubrieron de nuevo. Esta responsabilidad y el hecho de que tienes a alguien por quién luchar, a veces puede ser abrumadora pero, sobre todo, te da alas. Es una enorme fuente de fortaleza, inspiración y motivación que ningún orador motivacional te comunicará, porque no se transmite en palabras, sino a través del amor.

¡A ti, futura mamá!

Esto no significa, por supuesto, que no haya objetivamente mejores o peores, vamos a llamarlas, circunstancias económicas y de salud. Pero antes de considerarlas, piensa en lo que deseas realmente. ¿Cuál es tu lista de prioridades? ¿En qué lugar sitúas el trabajo, al cónyuge, la fe, la pasión o el dinero? Si sientes en el corazón el deseo de la maternidad, pero tienes miedo, que sepas que esta decisión no tiene que ser pensada y diseñada “hasta el final” con un calendario en la mano. No tienes que sentirte segura al cien por cien, porque en realidad, no sabemos cómo salrán las cosas hasta después del nacimiento de nuestro primer hijo…

A ti, futura mamá, quiero darte ánimos y decirte que no pospongas una decisión tan importante debido al miedo provocado por los comentarios de algunas personas. Haz frente a esta decisión y a tus prioridades. Tal vez el trabajo es realmente importante en algún momento de tu vida – y bien, ¡es tu vida! Que sea una elección real y no una vía de escape. Si no queremos decidirnos por un cambio tan radical. Muy bien. Hagámoslo de manera consciente, no porque “sucedió simplemente” o “estábamos en espera de un tiempo mejor”, que o bien no viene, o ya ha expirado. Tal vez si tenemos la intención de ampliar la familia, pero lo posponemos, vale la pena contestar a qué estamos esperando: ¿a tener nuestro propio apartamento, un contrato de trabajo, etc.? Para no perder la ocasión de tener algo concreto.

¡A ti, mamá sorprendida!

Por otro lado, quiero aconsejarte, si llevas un embarazo no planificado o quizás incluso no deseado. ¿Sientes que ha venido en un mal tiempo y probablemente tienes miedo? ¡Ánimo! Cuando alguien te dice que es demasiado pronto para estar embarazada, piensa en María. Cuando te dicen que ya es demasiado tarde para la descendencia, piensa en la madre de Ana o su prima, Elizabeth. Viendo a sus hijos, resulta difícil criticar su “irresponsable” maternidad. Un hijo no es un proyecto con unas fechas de ejecución perfectamente fijadas y en unas circunstancias óptimas. Ser padres es una tarea difícil, exigente, frustrante y hermosa. Cuando consagras tu vida “al servicio” de otro ser humano, de la sensación del sentido y de la plenitud que te proporciona esta dedicación, obtienes un poder extraordinario. Conquistas la suerte, y para ello siempre hay un buen momento.

Madre soltera y abandonada cuenta su increíble lucha por sobrevivir

Aún sin saber cómo cuidar de un hijo, se da la vida por él

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Muchos son los casos de mujeres abandonadas a su suerte tras descubrir que están embarazadas. Mucho es el miedo al que se enfrentan, pero no están solas, a través de Caritas Diocesana de Barcelona muchas mujeres recobran la fe en sí mismas y encuentran una familia y la solidaridad que habían perdido.

Los superpoderes de una familia numerosa

¡Acabemos con el mito de las supermamás! ¡Son los hijos los que la hacen a una grande!

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Son como flechas en manos de un guerrero, los hijos de la juventud (Sal 127, 4)

Si tienen muchos hijos, seguramente estén acostumbrados a las críticas procedentes de perfectos desconocidos: están locos, son irresponsables, les han hecho el lavado de cerebro, son borregos, son egoístas (!) y obviamente no tienen televisión (por cierto, qué pena que la manía de echarle la culpa a la TV no haya cambiado desde los 70… ¡ya inventaron internet y los smartphones, ¿saben?!).

Muchas personas quieren decirte qué equivocada estás al tener tantos hijos. Curiosamente, puede ser igualmente desagradable escuchar a personas que te quieren canonizar en seguida sólo porque has tenido más hijos que ellas. “¡Debes ser tan santa!”, dicen. “¡Debes ser tan paciente!”, “¡Debes ser tan organizada!”, “Debes tener tanto dinero!”

No. Den un vistazo a mi casa, miren dentro de mi automóvil, escuchen lo que digo en el confesionario, y sabrán que nada de esto es cierto. No soy “tan” nada. Soy solo una persona normal que, vaya casualidad, tiene siete hijos. De verdad.

Me pasa como a Spiderman: soy una persona muy normal, a la que le ha picado una araña… es la imagen que más se aproxima a lo que me pasa a mí: quita araña y pon confiar en Dios. Y añade una mesa grande y un sofá en el que quepamos todos.

Ultravisión: Si las madres lo ven todo – y es verdad – las madres de familia numerosa tenemos este talento superdesarrollado. ¿Cuál es el secreto? Como decía un psicólogo amigo nuestro, una familia numerosa es como entrenar al Mossad en casa: son muchos pares de ojos atentos unos a otros, interpelándose continuamente. Contemplar desde arriba este interminable juego de afecto/rivalidad/competición/ayuda mutua, este delicioso y agotador equilibrio inestable, te permite advertir enseguida cuando a uno de los actores le sucede algo anormal.

Dominio del espacio: Pensamos la casa – escasa casi siempre – no en dos, ¡sino en tres dimensiones! Cada metro cúbico es un lugar precioso con innumerables posibilidades, a menudo dos o tres al mismo tiempo. ¿Despacho-comedor-bandeja de plancha-mesa de reuniones y castillo para tres en una sola pieza? ¿Es posible que quepa todo esto en ese armario? ¿Cómo, en una cocina tan pequeña, cabe esa olla tan grande? La verdad es que son ellos, los niños, los que reinventan el espacio continuamente, y te obligan a improvisar y repensar la casa una y otra vez. Con ellos, la casa en sí se convierte en secundaria.

Supervelocidad: ¿saben la cantidad de cosas que se pueden hacer en diez minutos? De nuevo son ellos los que logran sacar de su madre ese talento insospechado. También ellos aprenden a ser rápidos y eficientes: el tiempo es oro, para ducharse, para comerse las galletas antes de que les pillen, para comer y poder elegir qué película vamos a ver en la sobremesa, para esconderse cuando hay que lavar los platos…

Superoído: Varios hablan a la vez, pisándose unos a otros. La música está puesta, la pequeña llora… ¿es posible mantener una conversación así? La capacidad de concentración se entrena, no se improvisa. Cuando llegas a una reunión donde varios desconocidos hablan a la vez, lo que hay es ruido. Cuando vives en una familia con muchas voces a las que conoces y quieres, lo que hay es una melodía con varios instrumentos. La pericia de los músicos, que consiguen concentrarse en su instrumento y al mismo tiempo seguir al director e integrarse en un conjunto, es lo que más se acerca a esta experiencia.

Supernegociador: ¿es posible negociar con todos y al mismo tiempo con cada uno? La ONU, familia de naciones, ganaría mucho con una secretaria mamá de familia numerosa. No puedes favorecer más a unos que a otros, sus necesidades son iguales y, al mismo tiempo, radicalmente distintas. Hay que combinar exigencias con gratificaciones, objetivos a largo plazo con superaciones a corto, ser justo con no ser igualitario… Tener esa intuición para averiguar que detrás de esa actitud hostil, lo que quieren es un abrazo. Y abrazar a siete al mismo tiempo, y que cada uno se sienta único, ¡es todo un reto!

Superflexibilidad: parece algo sin importancia, pero hay una gran lección de vida detrás de la limitación diaria de no poder hacer siempre lo que uno quiere. Sé que a mi hijo mayor no le gusta compartir la tablet, y que a mi hija quinta le molesta que le golpeen la puerta mientras se ducha, pero ¡que bueno es que aprendan a ceder!. Iba a hacer tal cosa, pero la realidad me fuerza a cambiar mis planes, o a modificarlos por el bien de los demás. Una lección que ya llevan aprendida…

Cuando en la escuela, a los compañeros de mi hija de seis años les preguntaron qué querían ser de mayores, la cosa andaba entre médicos y peluqueras, y algún futbolista. Ella sorprendió a todos diciendo que quería ser mamá. Su profesora me comentó que era un caso extraordinario, en varios años que lleva enseñando a niños de esa edad, ninguno había respondido eso. ¡Si mi hija supiera que lo que ella admira en mí, se lo debo a ella y a sus hermanos…!

Decidió alertar al mundo sobre el aborto

Ella perdió a su bebé de 11 semanas

Mira el increíble mensaje que esta madre tiene para dar sobre lo que sucedió

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Todos sabemos que el amor de una madre es incondicional. No importa si estás empezando a crecer dentro de su vientre, ella te amará hasta su último respiro. Tiffany Burns es un ejemplo claro de ese amor. Supo que estaba embarazada por tercera vez, no pudo contener la felicidad.

Como cualquier madre, ella y el marido ya habían empezado a escoger posibles nombres para el bebé que llegaría. Era una gran felicidad, no importaba si era niño o niña.

Pero, trágicamente, las cosas no fueron como ella había planeado. Con 11 semanas, Tiffany sufrió un aborto espontáneo. Se quedó completamente devastada con la noticia y cuando tuvo la oportunidad de ver el cuerpo de su Ezekiel, tuvo la idea de concientizar al mundo entero.

Con las manos y piernas ya desarrollados, la escena es triste. Su corazón latió por un buen tiempo, hasta que de repente, se cansó. Por eso, el mensaje que la madre nos da sobre lo que pasó es increíble:

“Esta es mi mano sosteniendo a mi dulce bebé, Ezekiel. Yo lo traje al mundo. Su corazón dejó de latir a las 11 semanas y dos días. Él tenía latidos, que dulce sonido. Tenía vida. No era solamente un montón de células. Estaba formado. Perfectamente. Vean los detalles. Sus dulces dedos, pies. He sido bendecida por ser su madre. Vivió para mostrarle a otros la vida. Por favor, siéntete libre de compartir su vida con otros. Él es mi dulce pequeño misionero”.

Y por el modo, la madre logró crear conciencia en las personas para que supieran que con 11 semanas de vida, un bebé dentro del vientre ya está formado y tiene vida.

¿Qué piensas de ello?

Fotos: Tiffany Burns

Por Best of Web

¿Cómo querer a un padre por el que no te sentiste querido?

El cuarto mandamiento hecho vida: nunca es tarde para el perdón

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Asistíamos al entierro de mi abuelo, que había muerto a avanzada edad. En esas largas horas de vigilia, mi padre,  a sus casi sesenta años, con serena tristeza conversa conmigo en esa intimidad que dispone abrir el corazón entre seres cercanos: me hablo del abuelo, de cosas que de una forma u otra, yo sabía, pero que consideró oportuno decantar con caridad.

Lo hizo con esa sencillez revestida de naturalidad con que se ha relacionado siempre con nosotros. Una naturalidad y una sencillez, por las que solo de adultos pudimos aquilatar su espíritu de sacrificio y abnegación, muchas veces heroico para sacar adelante a la familia.

Su mirada se posaba con tristeza y cariño en el ataúd, cuando me conto con voz baja su historia:

En mi niñez,  juventud y buena parte de mi vida adulta, a mi padre nunca lo conocí lo suficiente ni le tuve confianza. Era un hombre duro que no manifestaba cariño ni a sus hijos ni a mi madre. Cuando muy joven salí de mi casa, durante años, evadí su trato, pues me remitía a resentimientos que deseaba verdaderamente superar, ya que lo recordaba más que nada por el temor que me inspiraba su carácter irascible y a su tiránica  autoridad, por la que me exigió siempre una obediencia forzada como la de un esclavo,  y no la obediencia libre que nace del amor de hijo, un amor del que no se ocupaba. Una relación de la que quedaron daños que me llevo muchos años superar, y en los que tuve la fortuna de encontrar en mi vida personas que me ayudaron muchísimo, sobre todo a tu madre.

Finalmente me decidí a perdonarlo, como un importante escalón en mi superación espiritual y psicológica, sabía que no sería fácil, pero el querer crea la posibilidad.

Con esta actitud, me sorprendí recordando vivencias a través de los cuales pude ver los rasgos de bondad que existían en él, pero que fue incapaz de proyectar,  o que  quizá lo intento a su manera. Eso me animo aún más. Luego encontré mucha paz cuando me di cuenta de que honrar es una forma de amar, es decir,  cumpliendo el cuarto mandamiento; esforzándome en llevar una vida digna con obras que darían gusto  y satisfacción a cualquier padre, vida y obras que ofrecía por él.

Las oportunidades se fueron presentando aún más cuando  pasaron los años, murió mi madre, envejeció, se volvió achacoso y habiendo cambiado poco, parecía que iba a ser un caso de genio y figura hasta la sepultura, pero no fue así. Fue cuando lo recogí en casa, pues no tenía mucha autonomía y me necesitaba…  aceptó refunfuñando.

Viviendo con nosotros, por las tardes, con cierta frecuencia y sin que nadie más nos acompañara lo llevaba a tomar nieve, a caminar a paso lento por jardines o a comer de bocadillos que le gustaban, hablábamos de cosas ordinarias sin ninguna referencia a nuestra complicada relación en la más sencilla convivencia, no hacía falta más y lo era todo al mismo tiempo. Alguna vez se encontró con uno de sus amigos y  mi me presento sin disimular su orgullo.

En un entorno de amor tu abuelo fue cambiando poco a poco y es la parte de la historia que te toco vivir, donde lo recordaras como abuelo noble y bondadoso, lo que hizo una importante aportación a la familia. Se podría decir que sereeducó,  pues pago el amor con amor, y me consta que se esforzó  creciendo mucho ante mis ojos, sanando mis viejas heridas. Llego el momento en quesin dársele fácil, con voz quebrada y frases cortas, me conto de su vida, de la dureza en que él había crecido, de cómo había repetido comportamientos erróneos y lo arrepentido que estaba. Comprendí  que esa era su forma de pedir perdón, poco tiempo después ha muerto.

—–

Mi padre guarda silencio mientras recorre con su vista el ataúd  para luego fijarla en el crucifijo que está en la cabecera y se recoge en oración.

Mi padre fue capaz dar lo que no había recibido.  

Extiendo mis brazos sobre sus hombros, mientras acuden a mi memoria recuerdos de su tolerancia cuando sus hijos dramatizábamos y representábamos el  papel de incomprendidos,  sin imaginarnos que a la hora de corresponder, nunca podríamos pagar lo que le debíamos sino con veneración, de cariño agradecido, filial.  Cuanto amor le debemos, y el amor solo con amor se paga.

Cuando los hijos son mayores más urge la obligación de su amor, pues al tener más desarrollada y clara la  inteligencia y al estar menos obligados a obedecer; el amor, las delicadezas, las atenciones, deben crecer y son más necesarios. Cuando un hijo no quiere hacerlo porque con razonadas sinrazones  piensa que no debe nada a sus padres, debe acordarse de que  nada más y nada menos,  les debe  el ser de su existencia.

Más que nunca me propongo honrarlo.

¿La mamá o la niñera?

Cada una, desde su lugar, sabrá dar lo mejor

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Actualmente existe una realidad: muchas madres trabajan y deben delegar el cuidado de sus hijos a terceros, ya sean parientes, niñeras o instituciones como guarderías o colegios. Las razones son tan diversas como las situaciones familiares y no es motivo de este post analizar o juzgar qué tipo de dinámica familiar es mejor que otra. El hecho es que existen y que hay que asumirlas y manejarlas de la mejor manera para bien de todos los protagonistas.

En este video se ven casos particulares en los que la niñera conoce aspectos específicos del niño que cuida que la madre ignora. No sabemos si es que la filmación recogió también los casos en los que la madre sí acierta y la nana no, o en las que ambas coinciden. No es relevante para el fin de esta producción centrada en el llamado a ser caritativos y justos con las personas que se emplean en las casas. Pero para el caso de esta reflexión, vamos a centrarnos en la dinámica afectiva entre madre-niñera–niño.

¿Mamá vs. Niñera?

El error en el que normalmente se cae cuando se habla sobre estos casos es enfrentar negativamente el rol de la madre con el de la niñera. ¿Está bien o mal que el niño quiera a su niñera? ¿Si la quiere significa que no ama a su mamá o que ella está haciendo un mal trabajo?¿Debe tener, una criatura de corta edad, la capacidad racional para categorizar sentimientos diciendo algo así como “a mi nana no la voy a querer tanto porque es una empleada doméstica y no debo sentir nada por ella —a pesar de que me cuida, me quiere mucho, juega conmigo, y me prepara la comida—porque sino mi mamá se va a sentir culpable y se ve muy mal socialmente”?

La maravilla de la inocencia infantil es que nos enseña algo más profundo: un niño ama espontáneamente, porque lo aman, porque la persona existe. Para los niños el amor no es un pedazo de pizza que se reparte y se acaba. Ellos saben, sin haber leído nada al respecto, que el amor “no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad” (1 Cor 13, 5-6). El amor de un niño respeta la dignidad de cada una de las personas como hijos de Dios. No discrimina por posición social, trabajo, ingreso económico o color de piel. Si discrimina, de alguna manera, es por lo que recibe de la otra persona.

Por eso las madres deben ser sabias para manejar la relación con la niñera, y no sentirse culpables o celosas si sus hijos la quieren. Sentimientos de ese tipo sólo cabrían en el corazón materno si es que la madre siente que está haciendo algo incorrecto al dejar a sus hijos a cargo de otra persona teniendo otras opciones. Si es así, hay que revisar las prioridades, las decisiones tomadas y reacomodarlas. Pero ese no es un problema ni de la niñera, ni del niño, ni de la relación de cariño que se genera entre ambos.

Si la realidad es que las madres tienen que trabajar porque así lo demanda la situación económica o es una decisión tomada a conciencia por otros motivos, ¿de qué sirve la culpa? ¿Qué más da que la niñera sepa algunas cosas que ellas no? Seguramente sucede lo mismo con algún profesor del colegio o con alguno de los abuelos en los que los niños confían. En todo caso, no sería ésta la única medida que un experto usaría para diagnosticar un problema en la relación madre-hijo.

Lo que no puede hacer una madre es estar siempre ausente o delegar absolutamente todas las tareas de crianza y educación. La madre es irremplazable, y debe estar presente para ir cultivando la relación con los pequeños. Y mientras más crecen, más la necesitarán sobre todo para el diálogo y la guía. Una madre debe buscar compartir con sus hijos los momentos importantes como el baño, la hora de dormir, del cuento, de alguna de las comidas, los fines de semana, los eventos sociales importantes, etc. Lo más que se pueda. Dar pautas. Poner límites. También debe repetirle a los niños que los ama y enseñarles con el ejemplo a ser personas virtuosas, responsables, caritativas y generosas.

¿Qué rol juega la niñera en este proceso de crianza? Debe ser una aliada en la educación cotidiana y en la afectiva. ¡Qué mejor regalo que la persona que cuide a un hijo lo quiera y lo cuide como una madre! ¿O se prefiere la indiferencia, la falta de cariño o de humanidad por simple competencia entre los amores?

Pero ese regalo se debe retribuir. ¿Cómo? Mediante el trato justo, el diálogo constante y abierto no sólo sobre el niño sino sobre la vida y necesidades de la niñera, el pago generoso, el respeto a su dignidad como ser humano que tiene las mismas preocupaciones y los mismos anhelos de felicidad que cualquiera. Inclusive, esta relación puede enriquecerse mediante la ayuda para el cultivo y crecimiento personal de la niñera, considerando que, en la mayoría de los casos, es la madre la que tiene mayor preparación.

También hay que convencerse de que no se le está haciendo un favor dándole este trabajo. No es sólo un intercambio mercantil o laboral como el que se recibe en la oficina. Es algo más poderoso. Es una relación de ida y vuelta que tiene como eje central lo que más se ama y, por lo mismo, debe estar nutrida de caridad y respeto.

En definitiva, es una relación interpersonal. Son personas las involucradas. Cada una con su rol. La madre es la madre. La niñera es la niñera. Desde su posición ambas son importantes en el corazón del niño. Cada una, desde su lugar, sabrá dar lo mejor. Para ayudar al niño, para crecer como seres humanos y para aprender a acoger al otro como un hijo de Dios, que es lo que, finalmente, define nuestra verdadera naturaleza y nos hace ser un real ejemplo de virtud para los más pequeños.

Artículo originalmente publicado por La mamá Oca

EE UU: En la zona cero del aborto, nace una clínica para apoyar a las mamás

En pleno centro de Los Angeles (California) el centro LAPS ofrece servicios alternativos a las mujeres para evitar que vean el aborto como la única salida

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La zona cero del aborto en los Estados Unidos se encuentra en un barrio de Los Angeles (California): ahí, en una milla a la redonda hay nueve centros de aborto. No es casual que se encuentren en un barrio de gente con bajos recursos y de grupos minoritarios, comenta Astrid Bennet Gutierrez, directora ejecutiva de LAPS, Los Angeles Pregnancy Services.

Desde hace quince años, LAPS provee servicios alternativos para muchas mujeres a las que suele ofrecérseles el aborto como única alternativa a un embarazo en crisis.

“Existen diversos motivos por los que las mujeres deciden abortar, pero según nuestra experiencia, lo más significativo es la falta de información de lo que es el aborto,muchas no conocen lo que es el aborto y se les engaña. Nosotros les informamos de lo que el aborto hace a al bebé y a su cuerpo, con diagramas e imágenes, y esto cambia muchos corazones”, dice Astrid.

Ofrecer alternativas al aborto es de vital importancia en la lucha por la vida en los Estados Unidos: más del 80% de las mujeres que optaron por el aborto dicen que si hubieran sentido el apoyo de sólo una persona, habrían decido no abortar.

LAPS ofrece una verdadera alternativa: “La fórmula para ayudar a una mujer en un embarazo en crisis es muy sencilla: Información y ayuda práctica con un espíritu de urgencia. Cuando una mujer embarazada con muchos problemas y deseos de abortar llega a LAPS, se le atiende lo más pronto posible y amablemente. Pasamos bastante tiempo con ella escuchándola y apoyándola”.

“También la invitamos a conocer lo que es el aborto a través de trípticos con información del desarrollo fetal, peligros del aborto para la mujer, e imágenes o videos que explican lo que es el aborto, como Dura Realidad o Choice Blues -explica-. Este último video ha tenido un gran impacto en la mayoría de mujeres para que escogieran la vida”.

“Además les invitamos a hacerse un ultrasonido para que puedan ver si están embarazadas o no y para ver a sus bebés y escuchar el latido de su corazón -continúa-. Si tienen alguna carencia económica les damos ayuda temporal”.

“Si no tienen donde vivir o les han corrido de sus casas, les buscamos casa de maternidad -añade-. Nuestra meta es levantar cualquier barrera que se presente que impida que ella pueda tener a su bebé”. Todo esto, de manera gratuita.

“Podemos dar mucho apoyo a la mujer para que no se sienta presionada a abortar. Ofrecemos consejería, información, artículos de bebé, ropa de maternidad, apoyo económico para que puedan pagar sus cuentas, todo totalmente gratis”, agrega Astrid.

En promedio, más de mil mujeres pasan por LAPS cada año, mujeres que están o sospechan estar embarazadas: “podemos con certeza decir que el año 2014 pudimos ayudar a que más de 400 mujeres optaran por la vida para sus bebés”, afirma Astrid.

“Mis retos son dos: primero hacer la mejor publicidad posible para que las mujeres embarazadas acudan a nosotros y no a los nueve centros de aborto de nuestra ciudad; segundo, recaudar los fondos suficientes para que cuando llegue esa madre a nuestro centro podamos darle la atención y el apoyo que necesita, para que ella pueda optar por la vida de su bebé”.

LAPS ha abierto recién una segunda clínica en Huntington Park, al sur de Los Angeles: una zona con cuatro centros de aborto.

Para más informacion sobre Centros Provida LAPS (213) 382-5433

lapscpc@sbcglobal.net