En la muerte de Luz Amparo (2)

Actualizado 20 agosto 2012 

En la muerte de Luz Amparo (2) El pésame del cardenal Rouco 

El cardenal Antonio María Rouco Varela se encontraba en Alemania el mismo 17 de agosto en que falleció Luz Amparo Cuevas. Esa misma tarde, nada más enterarse del deceso, telefoneó desde allí a la familia de la vidente de El Escorial para darle el pésame. Habló con su hija Amparito, lamentando no poder dar el último adiós a la vidente y mostrando su sorpresa por el desenlace tan rápido.

Amparito consultó al cardenal si podían inhumarse los restos mortales de su madre en Prado Nuevo, junto a la capilla, a lo que aquél accedió sin problemas.

Fue así como el domingo 19, a las 20.30 horas exactamente, mientras el féretro con el cuerpo de Luz Amparo era bajado con cuerdas hasta el fondo del sepulcro, el sol se ocultó por completo tras el monte Abantos de El Escorial. 

Los millares de personas que asistieron a la Santa Misa de cuerpo presente advirtieron cómo el prado se quedaba casi sin luz natural.

Luz… Así se llamaba en realidad la mujer a la que aún se sigue llamando «Amparo».

Julián Argüello, uno de los pioneros de Prado Nuevo, me recordaba cómo descubrieron, al cabo de muchos años, el verdadero nombre de la vidente de El Escorial:

«En uno de los mensajes, el Señor le dijo a Amparo: «Luz, ¿me amas?». Yo me desconcerté. «¿Cómo que Luz? Se llama Amparo», pensé. Traté aun así de encontrar sentido al nuevo nombre, admitiendo la posibilidad de que el Señor la llamase Luz porque, al fin y al cabo, ella nos iluminaba a todos. Pero poco después fuimos con familiares y amigos a Peñascosa, donde la bautizaron. Lo primero que vi en la partida fue su fecha de nacimiento -1 de abril de 1931, en lugar del 13 de marzo que siempre se ha dicho- y su nombre: ¡Luz!”.

Ahora Luz Amparo seguirá iluminando a muchos desde Arriba.   

Testigo de excepción de Medjugorje

Actualizado 14 julio 2012

El P. Jozo, testigo de excepción de Medjugorje

¿Quién es el Padre Jozo?

A la edad de 39 años, 13 como ministro de Jesucristo, el Padre Jozo llegaba a Medjugorje un 11 de noviembre de 1980, proveniente de la parroquia de Posusje, al noreste de Herzegovina. De espiritualidad carismática y con la ilusión de llevar El Espíritu santo a aquellas gentes,  se encontró con un pueblo de ferviente tradicionalismo que no veía la necesidad de introducir cambios.

Del 17 al 24 de junio de 1981 se encontraba dirigiendo un retiro para las religiosas de Klostar Ivanic, en el norte de Croacia. Después debía acudir a Zagreb, a un encuentro de la Renovación Carismática, para hacer posteriormente un alto en su antigua parroquia de Posusje, de la cual sentía profunda nostalgia. Estando allí se enteró de que una tormenta eléctrica  provocó un incendio que quemó las instalaciones del edificio de servicios públicos, por lo que sus intentos por comunicarse vía teléfono con la parroquia de Santiago Apóstol resultaron inútiles.

        A su regreso a Medjugorje, pasado el 25 de junio se encontró con una aglomeración de personas y coches que invadían el pueblo y que le confirmaba lo que acababa de oír a su paso por Mostar (a unos 30km. de Medjugorje), en su viaje de regreso: «Seis niños dicen que Nuestra Señora se les está apareciendo».

       Debido al poco tiempo que llevaba como rector de la parroquia de Medjugorje, no llegaba a ocho meses, el Padre Jozo apenas conocía a unos pocos fieles, y no conocía, más que de vista, a los videntes.
Los que conocían al Padre Jozo sabían bien que se trataba de una persona analítica que desconfiaba de sucesos sobrenaturales irracionales y un sacerdote enraizado en lo esencial: La Santa Misa y Los Sacramentos.

       Fue así pues, que durante varios días, ayudado por su asistente, el Padre Zrinko, interrogó a los videntes, juntos y por separado, intentando encontrar una respuesta que demostrase que todo aquello pudiese ser, o bien una estrategia de las autoridades comunistas para desacreditar a la Iglesia Católica, o bien una manipulación del mismo Satanás.

Sin embargo los dos primeros días del mes de julio, dos experiencias consecutivas supondrían un giro espectacular a su posición inicial frente a los nuevos acontecimientos. El día 1 de julio, el Padre Jozo estaba orando solo en la parroquia, pues todo el pueblo se encontraba en el Podbrdo empujados por la curiosidad. Preocupado por la situación, pedía luz a Dios sobre lo que debía hacer. Fue en aquel momento que pudo oír claramente una voz interior que le dijo: «Sal y protege a los niños!»

      Inmediatamente, se incorporó y se dirigió a la puerta central de la iglesia. apenas abría la puerta, entraron los seis videntes diciendo: «La policía nos persigue, escóndanos!». Sin dudarlo, escondió a los niños en un cuarto en desuso dentro de la rectoría y el se sentó fuera de la iglesia, bajo un ciprés. Al poco llegaron tres hombres de la milicia que le preguntaron «Has visto a los niños?»; a lo que él contestó «Si los he visto»; los milicianos, entendiendo que los había visto pasar continuaron pues su carrera rumbo a Bijacovici, pueblo contiguo a Medjugorje. 

El Padre Jozo y Juan Pablo II

Un evento inesperado para el Padre Jozo se difundió en los medios croatas! Queremos compartir con Uds. lo que fue reportado el pasado sábado 24 de agosto de 2002, en la edición vespertina del diario de Zagreb, Vercernji List. El encabezado señala: «Un gesto sorprendente del Vaticano. El Papa da las gracias al Padre Jozo por Medjugorje!» La fotografía de la portada fue tomada cuando el Santo Padre saludó al Padre Jozo en 1992, en medio de la guerra de Bosnia. En esa ocasión, el Papa le dijo: «Yo estoy con ustedes, protejan Medjugorje! Protejan los mensajes de Nuestra Señora!»

     El artículo del periódico muestra también al Padre Jozo en su escritorio, leyendo la carta del Papa, con un pie a la izquierda de la foto: «El Papa firmó una nota de agradecimiento al Padre Jozo Zovko.» La traducción del artículo dice lo siguiente: Siroki Brijeg – El mundialmente conocido Franciscano, Fr. Jozo Zovko, quedó más que sorprendido cuando llegaron unos peregrinos polacos para agradecerle los veintiún años de dar testimonio de las apariciones de Medjugorje, especialmente cuando le entregaron una nota de agradecimiento firmada personalmente por la mano temblorosa de su compatriota más conocido, Juan Pablo II.

    De hecho, luego de retornar de Polonia, el Papa la escribió desde el Vaticano para agradecerle personalmente y enviarle su bendición apostólica al Padre Jozo Zovko. Nuestra Polonia está agradecida por cada una de sus palabras, por todo lo que Ud. ha hecho por nosotros, dijo la colaboradora del Papa, Krystyna Gregorezyk, quien personalmente le entregó la nota de agradecimiento al Padre Jozo en la iglesia de Siroki Brijeg.

   Hasta ahora he recibido cientos de regalos y notas de agradecimiento, pero ninguna puede compararse con ésta. Estoy gratamente sorprendido, dijo  visiblemente conmovido el Padre Jozo a nuestro periódico. «El Padre Jozo Zovko es miembro de la Provincia Franciscana de Herzegovina. Como testigo de las apariciones de Medjugorje, él se ha convertido en uno de los sacerdotes más conocidos en el mundo. Muchas tribus lo han hecho su jefe y está igualmente relacionado con muchas curaciones milagrosas. De acuerdo a una encuesta conducida por «The Daily Catholic», el Padre Jozo ha sido elegido como uno de los veintinueve Católicos del siglo.» (J.P.)

   A un lado del artículo aparece la dirección internet del periódico:http://www.vecernji-list.hr.  En el texto original en italiano de la carta del Santo Padre  se lee:

Benedizione Apostólica a Padre Yozo Zovko, o.f.m. ed invoco nuova effusione di grazie e favori celesti e la continua protezione della Beata Vergine María» Joannes Paulus II.  Traducción al español: «Imparto de corazón una Bendición Apostólica particular al Padre Jozo Zovko, o.f.m. e invoco una nueva efusión de gracias y favores celestiales y la continua protección de la Bienaventurada Virgen María»

   Después, su firma manuscrita: Joannes Paulus II. Ahora bien, de acuerdo a lo que reportó Krystyna Gregorezyk cuando presentó el mensaje, la carta fue escrita en Roma justo después del regreso del Papa de Polonia. Krystyna, quien trabajaba como colaboradora del Santo Padre en el Vaticano, desayunó con él y con varios otros polacos antes de viajar a Medjugorje. El Papa firmó la carta frente a la Sra. Gregorezyk. Por tanto, las palabras reportadas en el periódico Vercernji List son reales.

     En un mensaje verbal al Padre Jozo, transmitido por Krystyna, el Papa dijo también que está agradecido con él por su apostolado en favor de Medjugorje, por lo que el Padre Jozo está haciendo y ha hecho hasta ahora. El Papa dijo que estaba feliz de darle un signo de apoyo. ¿Qué ha hecho el Padre Jozo por el pueblo polaco sino transmitirle los mensajes de Medjugorje? Krystyna dijo que el Papa estuvo muy contento durante ese desayuno y que hizo muchas preguntas sobre Medjugorje. También se puso feliz al oír los testimonios acerca de Medjugorje que los peregrinos polacos le reportaron.

    Por supuesto, habría que hacer mayores investigaciones sobre este suceso increíble. Sin embargo, hoy parece que ésta es la primera palabra de aliento personal escrita por un  Papa de la categoría de Juan Pablo II, y hecha pública por los medios, a un testigo de Medjugorje. Esta sencilla carta es un documento tangible y visible del apoyo del Santo Padre y su agradecimiento de corazón y aliento que envió al Padre Jozo por medio de Krystyna. El Santo Padre envió una bendición cordial a este campeón de Medjugorje y de las apariciones de Nuestra Señora!

Juan García Inza
De mi libro «Medjugorje. Historia y testimonios de encuentros con la Reina de la Paz»
juan.garciainza@gmail.com

De Satanás a Medjugorje y consagrada a Dios

Actualizado 30 junio 2012

Este domingo me marcho con un grupo de cuarenta personas de peregrinación a Medjugorje. Cada año tengo la alegría de acudir a este lugar mariano para vivir en directo el ambiente espiritual que allí se respira. He sido testigo de muchas conversiones y favores que la Virgen concede con mucha frecuencia. El verdadero espectáculo de Medjugorje son el número elevadísimo que confesiones, y la participación masiva y fervorosa en la Santa Misa y Adoración al Santísimo.

Un comunicante me ha hecho recordar un reportaje que hace años publiqué en el Blog, y que considero de interés ofrecerlo de nuevo a los lectores que tal vez no lo conocen.  Es realmente impresionante.

LA INCREÍBLE VIDA DE MICHELA, DE «NUOVI ORIZZONTI»

De pertenecer a una secta satánica a monja, tras intentar asesinar a la que hoy es su superiora

Michela, en la actualidad religiosa de la Comunidad Nuovi Orizzonti, tiene una vida de película. Abandonada por su madre cuando era un bebé, atrapada por una peligrosa secta satánica, convencida de la necesidad de asesinar a una monja por indicación de la sacerdotisa, que a la vez era su psiquiatra… Cuenta su testimonio en ReL con una intensidad y pasión, que a más de uno le dejará pensativo…

Cuando se experimenta el amor de Dios, se aprende que no se puede guardar para uno mismo. Yo llevo diez años viviendo esta forma de amor. Llevando el amor a quienes no conocen el amor de Dios.

«Chiara, sácanos de este infierno»

La comunidad a la que pertenezco nació en 1984, fundada por Chiara Amirante, que comenzó a llevar la palabra de Dios a los puntos de muerte de la ciudad de Roma. Tantos jóvenes que no conocían la palabra de Dios le pedían: «Chiara, sácanos de este infierno».

No creía absolutamente nada en Dios

Yo llevo doce años en la comunidad. Tengo 40, pero cuando entré, no creía absolutamente nada en Dios. Creía que los sacerdotes y las religiosas se hacían sacerdotes y religiosas por falta de trabajo. Veía una Iglesia que solo daba reglas. Una Iglesia que prohibía todo.

Además, yo me hacía una pregunta: «Si es verdad que Dios es amor, ¿por qué en el mundo hay sufrimiento?». Me lo preguntaba porque con el sufrimiento tuve contacto apenas nací. Mi papá y mi mamá me abandonaron en un hospital recién nacida. Viví mis primeros seis años de vida en un orfanato. Dos meses después de que saliese de allí, el instituto fue clausurado por maltrato a menores. Yo había conocido todo menos el amor, y cuando un niño no conoce el amor, es difícil que de adulto sepa dar amor. Crecí rebelde. En la escuela era instrumento de santificación para los profesores.

El dinero era el dios de mi vida

A los 18 años ya eres mayor de edad en Italia, así que me fui de la casa en que vivía. Pude hacerlo porque tenía un trabajo, una ocupación. Yo era chef de cocina internacional, muy reconocida. Comencé a trabajar en Italia y el resto de Europa y el dinero empezó a ser el dios de mi vida. Cuanto más tenía, mas quería tener, pero a fin de mes no me quedaba nada.

Novios de usar y tirar

En lo referente a todo lo que pertenece al mundo de la afectividad, era un desastre. Tenía novios según la estación del año. Uno para el invierno, otro para el verano…. Y me decía: «Yo el corazón no lo meto en esto». Eran novios de usar y tirar, pero cada historia que pasaba, era una herida más que dejaba mi corazón muy lastimado.

Un novio católico-convencido

Finalmente me enamoré de una persona que todas las madres de familia soñarían para su propia hija. Era inteligente, bueno, perfecto. Pero tenía un pequeño defecto: era un chico católico, un católico convencido. Esto, para mí, solo suponía un defecto por una razón, porque cuando yo le preguntaba cuando nos íbamos a ir a la cama, él me respondía: «Después del matrimonio». Él empezó a hablarme de Dios, pero yo le dije: «Escucha Luca, las relaciones de tres no funcionan. Somos tú y yo. Punto. Dios debe quedar fuera». Él fingió seguirme la corriente.

¿Quieres casarte conmigo?

Cuando ya llevábamos dos años saliendo, vino sin avisar una noche a mi casa. Era la primera vez en ese tiempo que vino a mi casa, por lo que pensé: «Hoy lo hacemos». Pero él tenía otras razones muy diferentes en su cabeza y me dijo: «Escucha Michela, hablé con mi padre espiritual, porque tengo intención de casarme contigo». Yo me le quedé mirando un poco perpleja, pero por un solo motivo: no sabía qué era un padre espiritual. Yo le respondí: «Vamos al registro civil, pedimos una cita, estampamos nuestras firmas y ya estamos casados». Y me dijo: «No. Para mí es importante el sacramento del matrimonio. Nos dan la posibilidad de efectuar un matrimonio mixto donde tu declares ser no creyente, pero yo pueda casarme contigo dentro de la Iglesia». Entonces mi siguiente pregunta fue: «¿Y esto cuanto cuesta?». «Nada», respondió mi chico. Pensé que si no costaba nada y no perdía mi imagen de atea, podía aceptarlo. Sólo le puse una condición: «Organiza tú la boda».

Murió antes de la boda

Pusimos una fecha y él comenzó a organizar todo. Era bonito, porque de verdad que Luca era un chico fantástico. Pero nunca me llegué a casar con él. Falleció cuatro días antes de la fecha escogida.

Poco después de comenzar los preparativos, contrajo el VIH por culpa de una transfusión de sangre contaminada. Ahí entré en contacto con la primera verdad de mí vida. Porque yo, con el dinero, hasta ese día había comprado todo y a todos. Pero descubrí que había una cosa que no podía comprar: la vida de mi novio. Eso para mí fue una derrota. Luca partió para el paraíso cuatro días antes de nuestra boda y ahí se me derrumbó el mundo.

«Dios, empeñaré mi vida en destruirte»

Me enfadé con Dios por haberme quitado a mis padres. Me enfadé con Dios por haber sufrido tanta violencia desde pequeñita. Me enfadé con Dios por la muerte de Luca. La noche de su funeral, me marché a la playa y allí mismo hice un juramento: «Dios, si tú no existes, pasaré toda mi vida diciéndoselo a todo el mundo. Pero si existes de verdad, empeñaré mi vida en destruirte».

New Age y el Reiki

Ahí empezó mi guerra con Dios. Para buscar a Dios y saber si existía, me acerqué a varias filosofías. Todo lo que era la New Age y el Reiki. Pero ahí no encontré nada de la presencia de Dios. A todo esto, mi vida era triste y angustiosa. Hasta que un día me propusieron comenzar psicoterapia. Yo pensé que si había probado ya tantas cosas, podía probar eso también. Así que comencé a ir un día a la semana. Poco a poco me iba sintiendo mejor en la consulta de aquella doctora. Empecé a ir en vez de un día a la semana, dos días, luego tres, y acabé teniendo cuatro sesiones semanales con ella. La psicoterapia se convirtió en mi droga. Yo no lo sabía, pero no tenía la facultad de decidir nada de mí vida.

Una sacerdotisa satánica

Un tiempo después la doctora me dijo que tal vez necesitase sesiones de hipnosis: «Tenemos que entrar a lo más profundo de tus heridas». Le dije que sí. Desafortunadamente no estaba en grado de tomar ninguna decisión. No se lo que hicieron conmigo, pero el problema fue que esta doctora era en realidad una sacerdotisa de una de las sectas satánicas más importantes de Italia. Y yo entré a formar parte de ella, de la mano de mi doctora.

Dos años en la secta

Pasé ahí dos años de mi vida. Dos años que me llevaron a perder mi dignidad de mujer, mi dignidad de ser humano. Allí he visto muerte y violencia. Llegué a alcanzar la muerte del alma. Me convertí en una auténtica marioneta manejada por manos satánicas.

«Mata a Chiara»

La noche de Navidad de hace catorce años (1996), durante un rito, me dijeron que existía la posibilidad de ser la sacerdotisa de una secta, en una ciudad de Italia. En ese mundo solo importa el poder, el tener, por lo que yo acepté, pero para ser la sacerdotisa tenía que afrontar una prueba de filiación, de pertenencia. Me dijeron: «En Roma hay una joven, de nombre Chiara, que ha fundado hace poco tiempo una comunidad. Está muy protegida por la Iglesia y para nosotros es un obstáculo, porque acerca a muchos jóvenes a Dios. Si tú verdaderamente quieres pertenecer a nosotros y tener el poder, debes hacer una cosa: mata a Chiara». Y acepté.

Decidida al asesinato

La noche del 5 de enero partí hacia Roma. Me habían dado toda la información de donde encontrar a Chiara y yo me dirigí a su casa, a la sede de la comunidad. A las 20.00 horas llegué hasta la puerta y sin dudar, convencida de lo que iba hacer, toqué el timbre.

«Por fin has llegado a tu casa»

Lo que ocurrió entonces lo tengo que contar desde el testimonio de Chiara, quien no me conocía absolutamente de nada, como es obvio.

Chiara cuenta siempre que, en ese momento, en su corazón escuchó una voz, la voz de la Virgen María que le decía: «Abre tú la puerta, que es una hija mía que tiene una gran necesidad».

Chiara se levantó, caminó apresurada hasta la puerta a cuyo otro lado la esperaba yo, y cuando abrió la puerta hizo una sola cosa. Me abrazo y me dijo: «Bienvenida hija mía. Por fin has llegado a tu casa».

Con el cuchillo en la mano

Ese abrazo cambió mi vida. Fue un abrazo indeleble que llegó a mi corazón. Fue más allá de mi cuerpo, de mis brazos. Yo no pude reaccionar, no pude moverme, no pude hacer nada. Chiara me desarmó absolutamente con ese abrazo, con su mirada.

Me llevó dentro, a su pequeña habitación y comenzamos a hablar. Ella me preguntó cómo estaba, y yo sin decir ninguna palabra le entregué el arma con el que la iba a matar. Se lo conté y le dije: «Chiara, para mí ya no hay esperanza». Ella me respondió: «¡Sí, sí que hay esperanza, porque el amor ha vencido a la muerte! ¡Hay esperanza para ti porque hubo quien dio la vida por ti! ¡Y Jesús te ama!».

 «Me matarán y te matarán a ti también»

Yo le contesté: «Chiara, yo les conozco. Sé como son. Tengo poco tiempo. Me matarán y te matarán a ti también». «No Michela –respondió Chiara muy firme-. No lo harán, porque María te quiso en esta casa». Y en aquella casa me quedé.

Sesión de exorcismos

Obviamente, la primera cosa por hacer era una buena confesión. Llamaron a un sacerdote, pero debido a las actividades en las que había estado involucrada no me pudieron dar la absolución. Hubo que escribir a la Santa Sede, a la Congregación para la Doctrina de la Fe, toda mi historia. Un cierto cardenal Ratzinger , respondió en pocos días: «Hoy la Iglesia está de fiesta porque un hijo ha regresado a casa».

También tuve que pasar por varias sesiones de exorcismo. Obviemos los detalles.

Comunión y consagración

Con un permiso muy especial, la noche del 27 de enero, en la capilla de las hermanas de la Madre Teresa, en Roma, pude recibir la comunión, pude consagrar mi corazón al Corazón Inmaculado de María, y hacer los votos de pobreza, obediencia y castidad, más el cuarto voto propio de la comunidad de Chiara, que es el voto de ser y llevar la alegría de Cristo Resucitado.

Un nuevo camino

Ahí comenzó mi camino. Mi camino de sanación, un camino en el que nunca nadie antes pudo sanar mis heridas, y donde sí que las pudo sanar Jesús.

Pero pasado un tiempo, hubo una herida que no había podido sanar. Esa herida era la falta de una madre, porque a mí me faltaba una madre. Me faltaba en Navidad, cuando todas la madres telefonaban a las demás y yo no recibía una llamada. Me faltaba el día que celebraba mi cumpleaños… Esa ausencia de mi madre, cada vez que pasaba esto, reabría las viejas heridas y había que empezar de nuevo.

Un grito de dolor

Un buen día, a Chiara se le ocurrió enviarme a un centro de ayuda para la vida. Se me había encargado abrir una casa de acogida para madres solteras y jóvenes embarazadas con riesgo de someterse a un aborto por miedo o por dificultad. Allí las podríamos acoger. Pero al poco tiempo empecé a recoger un grito de dolor. Era el grito de dolor de aquellas mujeres que habían abortado y que me decían: «¿Sabes? Hoy tendría un hijo de ocho años, pero lo llevé a matar».

Aprendí a no juzgar

Por las noches llegaba a casa y me ponía delante de Jesús, en el sagrario, y le entregaba todo ese dolor que llevaba de las mujeres. Una de esas noches, empecé a escuchar en mi corazón: «Michela, si hoy existes tú, es porque tu madre dijo sí a la vida». Os tengo que decir que cuando se experimenta la misericordia de Dios, la primera cosa que se aprende es a no juzgar. Y yo no tenía ningún derecho de juzgar a mi madre. Porque si una madre llega a abandonar a un hijo es porque hay un gran dolor.

A la búsqueda de la madre

En ese momento comenzó a despertar en mi interior la necesidad de buscar a mi madre, no para juzgarla ni regañarla, sino para darle las gracias por mi vida.

La ley italiana permite obtener información del propio origen y después de las investigaciones pertinentes localicé a mi madre. Comenzamos a telefonearnos, y un día me sugirió conocernos personalmente. La fecha concertada fue el 2 de Junio de 2004. Esa misma mañana partí hacia la ciudad donde ella vivía para encontrarme con ella, como habíamos quedado.

«Sal de mi vida»

Yo iba sola y en ese viaje había dos partes dentro de mí. Una parte era esa parte humana que se sentía entusiasmada por poder decirle por fin a alguien «mamá». Pero había otra parte más racional que me decía: «Michela, no sabes qué puedes encontrar allá». Mi error fue que en aquella duda venció la parte más humana. Pero el hombre propone y Dios dispone, porque pocos minutos después de encontrarnos, con una mirada que yo no le deseo ni a mi peor enemigo, mi madre me dijo: «Tú para mí no has existido nunca, no has existido hasta ahora, no existes hoy. Sal de mi vida». Yo no sé que siente una madre cuando un hijo dice no a su amor, pero les puedo decir lo que siente un hijo cuando una madre le dice no a su amor…

«¿Qué le hecho de malo a Jesús?»

Fue un gran dolor. Regresé a Roma, cogí a Chiara y sujetándola contra un muro le dije: «¿Pero yo qué le hecho de malo a Jesús? Trabajo para Él, ¿por qué no me puede ayudar?».

A mí pregunta de por qué Jesús me trata así, Chiara me contestó: «¿Sabes, Michela? Santa Teresa de Ávila le preguntó lo mismo a Jesús, y Jesús le dijo que así trataba Él a sus amigos». Ya sabéis lo que Santa Teresa le respondió a Jesús: «Ahora entiendo por qué tienes tan pocos».

Unas vacaciones para reflexionar

Era una situación dolorosa, de la que era difícil salir, por lo que entonces Chiara me propuso unos días de vacaciones. Yo pensé: «Estupendo, me iré a la playa y tomaré el sol», pero Chiara ya había pensado en todo: «Hay un lugar al que puedes ir. Es un pueblo en Bosnia que se llama Medjugorje. Cógete unas vacaciones y vete allí». Yo le dije a Chiara: «A Medjugorje yo no voy, Chiara. Mejor me pagas las vacaciones en Croacia, que está muy cerca y tiene un mar estupendo. Ya cuando esté allí, un día me acerco a Medjugorje. Pero yo no me voy a meter entre las colinas, las piedras y el calor. Eso no son vacaciones». Chiara me respondió: «Te recuerdo que hiciste un voto de pobreza y otro de obediencia. Elige por cual de los dos quieres ir a Medjugorje». Así que elegí el de la obediencia, y voluntariamente vine a Medjugorje.

Medjugorje

Llegué a Medjugorje ¡Me daban una pena los peregrinos! Porque yo pensaba que yo estaba allí porque me habían obligado, pero no entendía por qué ellos no iban al mar, pudiendo hacerlo.

En fin, los primeros diez días fueron un desastre. Yo no quise saber nada de peregrinos, ni del fenómeno de Medjugorje, ni de nada.

Una vidente y la aparición

El día decimoprimero, estaba tras la explanada, cerca de la carpa verde. Estaba tumbada en mi toalla, tomando el sol. En serio, pasaba de todo. Y ahí tirada me vio Marija, una de las videntes. No nos conocíamos de nada, pero a ella le llamó la atención, no sé si verme tumbada tomando el sol, o mi toalla verde chillona.

Se acercó a mí y me dijo: «Hola, ¿qué haces?». «Estoy esperando a que comience la Misa». Entonces Marija, sin más, con toda la naturalidad, me dijo: «Vente mañana conmigo a una aparición».

¡Imagínate! Era ridículo. Tanto que me dio la risa y le contesté: «Mira, va a ser mejor que la Virgen María venga a mí, porque yo de aquí no me muevo». Marija me miró un poco sorprendida, en silencio. Al cabo de unos segundos, cuando se me quitó la sonrisa de la cara, me dijo: «Tú vente mañana».

Unos días aburridos

En Medjugorje, si no vives el fenómeno, tampoco es que haya mucho que hacer. Mis primeros diez días allí fueron tan aburridos, que por muy absurdo que pareciese, asistir a una aparición suponía algo distinto en medio de aquel aburrimiento, así que el día siguiente aparecí a la hora que me había dicho Marija en el Oasis de la Paz, donde iba a vivir su aparición. Al llegar allí, aquello estaba lleno de gente.

Yo llegué a las seis y cuarto de la tarde y allí había gente que llevaba más de tres horas, con todo el calor. Yo pensé: «Qué tontería llegar tan temprano, si de toda formas a la Virgen solo la ve la vidente, pero bueno».

Al cabo de unos minutos llegó Marija. Me vio en el jardín, me cogió de la mano y me llevó dentro de la capilla con ella, delante del todo, a su lado. Me llevó hasta allí a rastras y de un empujón me puso de rodillas. Todo el mundo rezaba y yo pensaba: «Qué buenos todos estos peregrinos, mira cómo rezan», pero mi corazón estaba muy cerrado y no quería participar con ellos.

Recuerdo el momento en que comenzó la aparición. Todo el mundo se quedó en silencio y Marija se quedó mirando extasiada hacia arriba.

En medio de la aparición

En ese momento pensé: «Cualquiera desearía estar aquí a su lado, ¿cómo es posible que a mí no afecte?». La miré a Marija y vi que, sin emitir ningún sonido, movía sus labios, ¿y saben cual fue mi pensamiento en ese momento?: «Pero ella, con la Virgen, ¿habla en croata o en italiano?». Os prometo que lo pensé, de verdad, incluso quince días después de aquello se lo pregunté a ella. Me dijo que hablaban en croata.

¿Un trasplante del corazón?

Bromas aparte, en cierto momento de la aparición ocurrió algo. Y se lo cuenta la persona más racional que existe. Empecé a sentir un calor en el cuerpo. Era un calor que llegaba hasta la punta de mis dedos, hasta mis pies. Era un calor maravilloso. Sentí como si algo me abrazara, me rodeara y me cubriese entera, y entonces ocurrió lo más increíble, y es que sentí como si me hiciesen un trasplante de corazón. Digo trasplante porque sentí como si algo se metía en mi pecho y me arrancara una piedra de dentro. Era un corazón herido, enfermo, y sentí como si me colocasen un corazón nuevo ahí dentro, en su lugar. Subrayo la palabra trasplante, porque no fue un corazón curado, sino un corazón nuevo, que me llenaba de paz el alma, la mente y el cuerpo.

«Algo bellísimo»

Al acabar la aparición yo no entendía nada de lo que estaba sintiendo, pero era bellísimo. Empecé a darme cuenta de que tenía que marcharme y comencé a repetirme a mí misma que en realidad no pasaba nada, para ver si me calmaba, pero qué va, cada vez que lo decía mejor lo sentía.

Entonces Marija se levantó e hizo lo que hace siempre. Explicó a todos lo sucedido: «He presentado a la Virgen María todas vuestras intenciones de oración. La Virgen María ha orado por ustedes y les ha bendecido». A todo esto yo seguía de rodillas a su lado. Entonces ella, delante de todos me miró y dijo: «La Virgen María ha hecho suyo el dolor de tu corazón. A partir de hoy solo ella será tu madre».

«La Virgen te vió»

Salí de la capilla. Marija no sabía nada de mi historia. Cuando ella salió yo estaba en el jardín, desconcertada. Me cogió de nuevo por el brazo y, sin estar yo todavía muy convencida de lo que suponía que había pasado, le pregunté: «Marija, tu estabas ahí, ¿me viste durante la aparición?», y ella me respondió: «No, yo no te vi. Pero la Virgen sí».

«María me coge de la mano»

Desde aquel día hasta hoy he sentido a María en mi vida. La he sentido de una manera muy concreta. He descubierto que cada vez que tengo el rosario en las manos, es María quien me coge de la mano.

Modelo de santidad

Aquella tarde aprendí otra cosa. Era cierto que hasta ese día había trabajado para Dios, pero María quería que yo trabajase con Dios. Y otra cosa bellísima fue que si yo quería ser santa, debía tomar a la Virgen María como modelo de santidad. Os aseguro que eso, para un carácter como el mío, no es nada fácil. No es fácil vivir la obediencia. No es fácil vivir la humildad. No es fácil vivir el silencio de María. El silencio de María bajo la cruz. Pensad que María estaba bajo la cruz.

Un dolor transformado en amor

Aquella fue una experiencia bellísima, porque descubrí que el dolor puede ser transformado en amor por la humanidad.

Os digo que si aquella tarde del entierro de Luca dije que Dios no existía, después de doce años puedo deciros que Dios sí que existe.

 Ocho años de silencio

Durante ocho años he vivido en silencio. Durante ocho años he estado escondida. Pero hace dos años, en un capítulo general de la familia salesiana, Chiara y algunos otros me pidieron que contara mi historia. Al principio tuve miedo. Pero cuando aprendes que la vida no te pertenece a ti, que la vida es un regalo, el miedo puede ser canjeado. Yo hice este pacto con Jesús: «Jesús, si mi vida, mi historia, sirve a un solo joven a encontrar tu misericordia, yo daré mi vida por esto».

No tener miedo del sufrimiento

Queridos jóvenes, no tengáis miedo del sufrimiento. El sufrimiento existe, sí. El mundo nos dice que no existe, nos enseña cómo cubrirlo, cómo barnizarlo con capas de cosas sin importancia. Pero Jesús nos enseña a vivirlo con Él. Lo que tiene a Jesús clavado en la cruz no son los clavos, sino el amor especial que tiene por cada uno de nosotros. Por eso os ruego, por favor, que como decía san Francisco de Asís, no permitáis que el Amor de los amores no sea amado. ¡Llevemos el amor de Dios a todas partes! Podemos hacerlo, Jesús nos ha enseñado cómo. Somos pequeños, pero seámoslo como decía la madre Teresa de Calcuta: como las gotas del mar, que hacen un océano.

Dios nos ama hasta morir

Queridos jóvenes, estáis todos callados. Hay un gran silencio, pero como decía san Pedro, yo no tengo oro ni plata. ¡Lo que yo tengo me llega de la Providencia! Mirad, ni si quiera este rosario que llevo en el bolsillo es mío. Me lo han dado. Queridos jóvenes, yo no tengo nada, y a diferencia de san Pedro yo no hago milagros. Pero os puedo decir una cosa: ¡Que hay un Dios que ha dado su vida! ¡Que hay un Dios que nos ama hasta morir! ¡Que debemos experimentar la alegría de Cristo resucitado!

Los satanistas creen más que nosotros

Mirad ese pedazo de pan. Ese pedazo de pan que nosotros adoramos, ese pedazo de pan blanco con el que nos nutrimos… ahí está realmente el cuerpo de Jesús. Y esto os lo digo con un gran dolor, porque los satanistas creen más que nosotros que ahí está el cuerpo de Jesús. Nosotros tenemos que empezar a creer. Tenemos que empezar a vivir a Jesús. Mirad san Pablo. Él decía: «No soy yo quien vive, es Jesús quien vive en mí» .

Utiliza el sufrimiento, pero no huyas de él

Os lo repito, no huyáis del sufrimiento, utilizarlo. Levádselo a Jesús y ese sufrimiento se transformará en amor.

Me despido con una frase de Edith Stein . Cuando Edith Stein se convirtió, le preguntaron por qué se había convertido al catolicismo, y ella respondió: «Yo busqué el amor. Y encontré a Jesús».

Testimonio de un satanista converso:

www.youtube.com/watch

Juan García Inza

juan.garciainza@gmail.com

 

¿El Medjugorje español?

Actualizado 17 enero 2012

Prado Nuevo (El Escorial), ¿el Medjugorje español?

Con frecuencia suelo publicar algo sobre Medjugorje.  Últimamente más con motivo de la presentación de mi libro sobre este lugar mariano. Y siempre Alejandros, un amable lector del Blog,  me hace el comentario sobre las apariciones de Prado Nuevo en  el  El Escorial. Suele decir que para que ir tan lejos cuando también a la Virgen la tenemos “en casa”.

Tengo que decir que no conocía yo mucho  los sucesos “sobrenaturales” de este lugar de El Escorial. Algunos detalles me habían llegado desde hacía tiempo, pero sin profundizar. Ha sido a raíz de la lectura del libro del periodista Zabala (“Las apariciones de El Escorial”, editado por Libroslibres), cuando realmente me he enterado de todo lo que allí ocurre desde el principio. Tengo que decir que para mí ha supuesto una sorpresa el ver claramente la mano de Dios y de la Virgen en la vida de Luz Amparo, y en todo lo que allí sucedió y sucede. Una de las asiduas participantes de las actividades que tenemos en la Parroquia relacionadas con La Divina Misericordia y con Medjugorje, madre de varios hijos y muy normal, estuvo el primer sábado de Enero en Prado Nuevo y vino “tocada”. Nos contó lo que había vivido el rato que estuvo allí, sobre todo la celebración de la Santa Misa. Y afirmó que allí hay algo muy serio. Y fueron sus palabras: – Yo pienso que Prado Nuevo es el Medjugorje español.

                Dando por supuesto que, como cristiano, sacerdote e hijo de la Iglesia, someto mi juicio al dictamen que en su día emita la Jerarquía, doy aquí mi impresión, una vez leído el libro de José María Zabala, y escuchado el testimonio de esta señora, participante asidua de los medios de formación del Opus Dei.

                Todo empezó, según cuenta Luz Amparo, un 15 de noviembre cuando se le aparece Jesús Crucificado, y ese mismo día recibe los estigmas de la Pasión en una visita que hizo a San Giovanni Rotondo, en donde vivió y murió el Padre Pío, que estuvo marcado gran parte de su vida por las heridas de la Pasión de Cristo. Cuenta un carmelita: “Amparo se nos cae de rodillas sangrando por la frente, ojos, boca y manos, con los brazos en cruz. La oímos decir: -Gracias, Padre.

       Vio al bendito Padre Pío dándole la Sagrada Comunión y saludables consejos que sólo ella oyó. La vimos abrir algo la boca y sacar un poquito la lengua. Un peregrino vio una Forma dirigiéndose despacio a su boca. Ante el revuelo y piadoso alboroto que se producía, el capuchino Padre Mateo, ayudado por unos peregrinos, logró difícilmente ingresarla en la celda del Padre Pío contigua al Coro y sentarla en una silla junto a la ventana desde la que el Padre Pío bendecía a las multitudes y que, de noche, está señalada con una cruz de lucecitas” (Pgs20-21 del libro citado).

Desde entonces hay una sucesión de acontecimientos sobrenaturales en torno a Luz Amparo, que la van a llevar por una camino de verdadero Calvario, pero muy unida a Dios y a la Virgen  que,  según cuenta, se le apareció por primera vez el 14 de Junio de 1981, unos días antes de que se apareciera en Medjugorje a un grupo de jóvenes el día 24.

                Los peregrinos, venidos de todas partes, comienzan a llegar a Prado Nuevo en El Escorial. Esto va a suponer multitud de fenómenos  espirituales y físicos, que por otro lado provocarán la  guerra a Luz Amparo por parte de los católicos envidiosos,  y de los  enemigos de la Iglesia, tratando de desmentir todo lo relacionado con estos acontecimientos extraordinarios. El verdadero Calvario comenzaba para ella. Intervino varias veces la autoridad eclesiástica, en un  principio desautorizando todo. Posteriormente dando ciertas facilidades para la presencia de sacerdotes, y celebrar la Santa Misa los primeros sábados de mes.

                Hay que destacar como muy positivo la cantidad de conversiones que tienen lugar en Prado Nuevo, las vocaciones religiosas y sacerdotales que surgen constantemente,  las obras de caridad nacidas de la total entrega de la “vidente” , y sus seguidores, a Dios y a los más necesitados, en especial los ancianos. Se han fundado varios centros asistenciales con los donativos de particulares agradecidos por el bien espiritual recibido. Esto llevo a algunos desaprensivos a denunciar a Luz Amparo acusándola de “aprovecharse” de la buena fe de la gente, pero la justicia siempre le ha dado la razón por no ver en ningún momento nada contra la ley. Todo lo que aportan los voluntarios se invierte en obras de caridad.

 Tiene especial relevancia el testimonio del que fue párroco del lugar. Estuvo siempre  en contra de Luz Amparo. La desacreditaba constantemente, hasta que le llegó el momento de la muerte y nos tuvo más remedio que reconocer su error. Solicitó que fuera  la “vidente” para pedirle perdón, y murió en paz.

                La tercera parte del libro está dedicada a narrar las conversiones más sobresalientes. En verdad que, al leer tales testimonios, uno tiene que pensar que Dios y la Virgen andan por medio de todo ello.  Yo recomiendo que se lea este libro con atención para después emitir un juicio justo.

                Nadie está obligado a creer en unas revelaciones privadas. La Iglesia emitirá en su momento su juicio. Pero mientras tanto la Virgen sigue actuando a favor de sus hijos, y los frutos están ahí.  Tanto aquí, como en Medjugorje, se  contempla una iglesia que cree, que reza y que ofrece a Dios  sus sacrificios, y hasta la vida. El perfume a rosas que suele expandirse por el  lugar, no es otras cosa que la fragancia de Aquella que es “Rosa Mística”. El ataque del maligno es la buena señal de las cosas divinas. Dice Tomás de Kempis: No hay orden o religión tan santa ni lugar tan secreto donde no haya tentaciones y adversidades.Y Tagore afirma: Los que lo tienen todo, y no a ti, Señor, se ríen de aquellos que no tienen nada sino a ti.

                ¿Qué suscita en mí todo ello? Como mínimo respeto, y también gratitud a la Virgen.

                Alejandros, sigue adelante, y  dile a Luz Amparo que rece por todos nosotros.

(Vídeo sobre las aparicones de El Escorial)
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Juan García Inza
Juan.garciainza@gmail.com