Juan Pablo II hace enfurecer el diablo

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El Pontífice realizó exorcismos y advirtió a la humanidad: El diablo está mas activo que nunca

La Iglesia recuerda la memoria litúrgica de Juan Pablo II, en el 38 aniversario del inicio de su pontificado. El 22 de octubre de 1978, Papa Wojtyła marcó la historia y la humanidad con su célebre frase: “¡No tengan miedo! ¡Abran – aún más – abran de par en par las puertas a Cristo!”.

Juan Pablo II también fue un papa exorcista, odiado y temido por el diablo, según el famoso exorcista, el padre Gabriel Amorth. Hasta el inicio de su pontificado, los exorcismos eran considerados como una práctica ‘medieval’ que estaba desapareciendo de frente a los progresos de la ciencia psiquiátrica,  médica y la tecnología.

400 años después, el Papa ‘venido desde muy lejos’ realizó un rito de exorcismo dentro de la ciudad del Vaticano, según documenta el periodista David Murgia en una transmisión de la televisión de los obispos italianos, TV2000.

Cuando era sacerdote – según las fuentes de TV2000- el joven sacerdote polaco había realizado el rito del exorcismo a varias personas con males inexplicables y supuestamente poseídas.

Jacques-Paul Martin, ex prefecto de la casa pontificia durante el pontificado de Juan Pablo II en un libro póstumo confirma que en 1982, el Pontífice polaco ha enfrentado el diablo en el Vaticano liberando una joven mujer víctima de posesión diabólica.

El prelado cuenta que el obispo de Spoleto, región italiana de Perusia en Umbria, pidió una audiencia al Papa para presentarle el caso de Francisca, una mujer que se revolcaba por el suelo gritando. “Nosotros sentíamos sus gritos, Juan Pablo II ha comenzado a rezar pronunciando varias oraciones”.

Era el 27 de marzo de 1982, Francisca y su familia atraviesan plaza san San Pedro. Los médicos no logran resolver el enigma y la mujer esta bajo el cuidado de un sacerdote exorcista y su párroco. Por ser un caso inexplicable, el obispo de Spoleto, Alberti, trae a la joven mujer ante el Papa.

El párroco de Santa Assunta (Cesi-Terni), padre Baldini Ferroni, acompañó a Francisca y su familia hasta el Vaticano y cuenta detalles de lo ocurrido. “Nos llevaron a una habitación donde el Papa Wojtyła se vestía para ir a las misas”.

“Ella no tenía emociones. El Papa ha tomado en mano el libro del rito del exorcismo y ha comenzado a leer en latín. La joven temblaba aunque tenía una expresión en su rostro de ausencia”, contó el sacerdote Baldini Ferroni.

El papa Juan Pablo II luego de hacer el rito pidió a los presentes de estar tranquilos y seguir rezando por ella. Francisca ahora esta bien, se ha casado, tiene 4 hijos y lleva una vida normal. Y de la posesión no quedó alguna secuela. Lo confirmó su párroco al periodista David Murgia de TV2000.

“Yo he realizado el rito del exorcismo a varias personas que aún después de veinte años no han sido liberadas completamente, siempre se llega a dar beneficios, pero liberarlas es otra cosa”, comentó Amorth, sobre el poder del exorcismo realizado por Juan Pablo II.

La lucha espiritual de Wojtyła contra el demonio

Karol Józef Wojtyła consideraba la lucha espiritual contra el príncipe de los ‘espíritus impuros’ y del gran tentador como equivalente a difundir la palabra de Dios. Muchos son sus discursos y menciones a las mentiras y las seducciones del pecado.

El 9 de marzo de 2003 durante el Ángelus en la plaza de San Pedro, el anciano Papa ya enfermo advierte al mundo del contexto internacional de guerra y de la necesidad de convertir los corazones a la paz verdadera.

“Al respecto, es muy elocuente el ejemplo de Cristo que desenmascara y vence las mentiras de Satanás con la fuerza de la verdad, contenida en la palabra de Dios”, dijo.

El futuro santo, muy conocido por sus colaboradores por su espiritualidad y fuerte oración aseguró: “En lo más íntimo de cada persona resuenan la voz de Dios y la insidiosa voz del maligno. Esta última trata de engañar al hombre, seduciéndolo con la perspectiva de falsos bienes, para alejarlo del verdadero bien, que consiste precisamente en cumplir la voluntad divina”.

En 2004, en febrero en el aula Nervi, recordó que Cristo luchó contra Satanás. “Estamos llamados a una lucha resuelta contra el demonio, sólo así con una renovada visión de la voluntad de Dios podemos ser fieles a la vocación cristiana de esa de ser testimonios del evangelio”.

En diversas ocasiones Papa Wojtyła manifiesta que la obra del demonio se manifiesta a través del mal de la droga, la guerra, la decadencia moral, la persecución de los cristianos y las ideologías de su momento.

“Juan Pablo II ha hecho tantos discursos sobre Satanás a nivel doctrinal, pero el más reconocido ha sido el discurso que ha hecho de frente a la Gruta de San Miguel Arcángel, cerca de San Giovanni Rotondo, cerca de Padre Pío”, dijo a TV2000 el sacerdote Gabriel Amorth y famoso exorcista en una de sus últimas entrevistas concedidas a los medios de comunicación.

Juan Pablo II pidió el 24 de mayo de 1987 “ayuda al arcángel san Miguel para luchar contra el diablo”, durante su visita al santuario en Foggia (región italiana de Apulia). “El demonio está aún vivo y trabaja en el mundo”, dijo Wojtyła, “y de su obra dependen el mal y los desórdenes presentes en el hombre y en la sociedad”.

Juan Pablo II afirmó que “las puertas del infierno no prevalecerán, como ha prometido el Señor, pero esto no significa que estemos exentos de la prueba y de la batalla contra las asechanzas del maligno”. Al final de la misa, el Papa repitió en latín: “San Miguel arcángel, defiéndenos en la batalla”.

El recordado exorcista Amorth evocó que en “esta gruta del santuario del arcángel Miguel, representado con la espada y el diablo bajo los pies, ha dado la raíz a todas la representaciones de San Miguel, y en esa ocasión, (el Papa) alertó que el diablo está en plena actividad en nuestros días”.

“A aquellos que no lo creen, yo les dijo: el diablo se los porta a todos porque sin saberlo no están con Jesucristo, están con Satanás”.

El diablo confiesa porque tiene miedo de Juan Pablo II

El padre Amorth, exorcista de la diócesis de Roma, declaró a TV2000 que ha descubierto que san Juan Pablo II es un poderoso intercesor para luchar contra el diablo y liberar a los endemoniados.

Amorth contó también en el libro escrito a dos manos con el periodista italiano Pablo Rodari, que “le he preguntado al demonio más de una vez: ‘¿Por qué temes tanto a Juan Pablo II?’

En primer lugar, aseguraba el sacerdote Amorth, el demonio le respondió que el papa santo desarmó sus planes en la Tierra. Amorth interpretó la respuesta del demonio con la caída del Comunismo y el Marxismo en la antigua Unión Soviética.

Y en segundo lugar, el exorcista italiano que murió a los casi noventa años en septiembre de 2016, epxresó que el diablo estaba furioso con Juan Pablo II porque le arrebató a muchos jóvenes de sus manos.

Precisamente, el sacerdote italiano explicó que la razón es que “hay muchos jóvenes que, gracias a Juan Pablo II, se convirtieron. Tal vez algunos ya eran cristianos pero no practicantes, y luego con Juan Pablo II volvieron a la práctica“.

Por otro lado, el padre Amorth destacó que Juan Pablo II y Padre Pio son aliados contra el demonio, pero que sin duda no se puede comparar al poder de la Virgen María, madre de Jesús.

“Una vez le pregunté a Satanás. ‘¿pero por qué te asustas más cuando invoco a Nuestra Señora que cuando invoco a Jesucristo?’ Me contestó ‘porque me humilla más ser derrotado por una criatura humana que ser derrotado por Él“, dijo.

Asimismo, cabe destacar que durante el Pontificado de Juan Pablo II en la diócesis de Roma se estableció como prioridad volver a desempolvar el antiguo rito del exorcismo y formar sacerdotes en esta misión espiritual de sanación y liberación.

De hecho, en julio de 2014, la Congregación para el Clero, con la bendición de Papa Francisco, reconocía jurídicamente a la Asociación Internacional de Exorcistas (Aie), así el Vaticano reconoció formalmente que existe un grupo de 250 sacerdotes en 30 países que luchan contra la posesión demoníaca.

http://es.aleteia.org/2014/07/03/vaticano-reconoce-asociacion-internacional-de-exorcistas/

San Juan XXIII

Hoy celebramos a…San Juan XXIII

El Papa Bueno

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Nació en el seno de una familia numerosa campesina, de  profunda raigambre cristiana. Pronto ingresó en el Seminario, donde  profesó la Regla de la Orden franciscana seglar. Ordenado sacerdote,  trabajó en su diócesis hasta que, en 1921, se puso al servicio de  la Santa Sede.
 
    En 1958 fue elegido Papa, y sus cualidades humanas y cristianas  le valieron el nombre de «papa bueno». Juan Pablo II lo  beatificó el año 2000 y estableció que su fiesta se  celebre el 11 de octubre.
 
Nació el día  25 de noviembre de 1881 en Sotto il Monte, diócesis y provincia de  Bérgamo (Italia). Ese mismo día fue bautizado, con el nombre de  Ángelo Giuseppe. Fue el cuarto de trece hermanos. Su familia  vivía del trabajo del campo. La vida de la familia Roncalli era de tipo  patriarcal. A su tío Zaverio, padrino de bautismo, atribuirá  él mismo su primera y fundamental formación religiosa. El clima  religioso de la familia y la fervorosa vida parroquial, fueron la primera y  fundamental escuela de vida cristiana, que marcó la fisonomía  espiritual de Ángelo Roncalli.
 
Recibió la confirmación y la  primera comunión en 1889 y, en 1892, ingresó en el seminario de  Bérgamo, donde estudió hasta el segundo año de  teología. Allí empezó a redactar sus apuntes espirituales,  que escribiría hasta el fin de sus días y que han sido recogidos  en el «Diario del alma». El 1 de marzo de 1896 el director espiritual  del seminario de Bérgamo lo admitió en la Orden  franciscana seglar, cuya Regla profesó el 23 de mayo de  1897.
 
De 1901 a 1905 fue alumno del Pontificio  seminario romano, gracias a una beca de la diócesis de Bérgamo.  En este tiempo hizo, además, un año de servicio militar. Fue  ordenado sacerdote el 10 de agosto de 1904, en Roma. En 1905 fue nombrado  secretario del nuevo obispo de Bérgamo, Mons. Giácomo  María Radini Tedeschi. Desempeñó este cargo hasta 1914,  acompañando al obispo en las visitas pastorales y colaborando en  múltiples iniciativas apostólicas: sínodo,  redacción del boletín diocesano, peregrinaciones, obras sociales.  A la vez era profesor de historia, patrología y apologética en el  seminario, asistente de la Acción católica femenina, colaborador  en el diario católico de Bérgamo y predicador muy solicitado por  su elocuencia elegante, profunda y eficaz.
 
En aquellos años, además,  ahondó en el estudio de tres grandes pastores: san Carlos Borromeo (de  quien publicó las Actas de la visita apostólica realizada a la  diócesis de Bérgamo en 1575), san Francisco de Sales y el  entonces beato Gregorio Barbarigo. Tras la muerte de Mons. Radini Tedeschi, en  1914, don Ángelo prosiguió su ministerio sacerdotal dedicado a la  docencia en el seminario y al apostolado, sobre todo entre los miembros de las  asociaciones católicas.
 
En 1915, cuando Italia entró en  guerra, fue llamado como sargento sanitario y nombrado capellán militar  de los soldados heridos que regresaban del frente. Al final de la guerra  abrió la «Casa del estudiante» y trabajó en la pastoral  de estudiantes. En 1919 fue nombrado director espiritual del seminario.
 
En 1921 empezó la segunda parte de  la vida de don Ángelo Roncalli, dedicada al servicio de la Santa Sede.  Llamado a Roma por Benedicto XV como presidente para Italia del Consejo central  de las Obras pontificias para la Propagación de la fe, recorrió  muchas diócesis de Italia organizando círculos de misiones. En  1925 Pío XI lo nombró visitador apostólico para Bulgaria y  lo elevó al episcopado asignándole la sede titular de  Areópoli. Su lema episcopal, programa que lo acompañó  durante toda la vida, era: «Obediencia y paz».

Tras su consagración episcopal, que  tuvo lugar el 19 de marzo de 1925 en Roma, inició su ministerio en  Bulgaria, donde permaneció hasta 1935. Visitó las comunidades  católicas y cultivó relaciones respetuosas con las demás  comunidades cristianas. Actuó con gran solicitud y caridad, aliviando  los sufrimientos causados por el terremoto de 1928. Sobrellevó en  silencio las incomprensiones y dificultades de un ministerio marcado por la  táctica pastoral de pequeños pasos. Afianzó su confianza  en Jesús crucificado y su entrega a él.
 
En 1935 fue nombrado delegado  apostólico en Turquía y Grecia. Era un vasto campo de trabajo. La  Iglesia católica tenía una presencia activa en muchos  ámbitos de la joven república, que se estaba renovando y  organizando. Mons. Roncalli trabajó con intensidad al servicio de los  católicos y destacó por su diálogo y talante respetuoso  con los ortodoxos y con los musulmanes. Cuando estalló la segunda guerra  mundial se hallaba en Grecia, que quedó devastada por los combates.  Procuró dar noticias sobre los prisioneros de guerra y salvó a  muchos judíos con el «visado de tránsito» de la  delegación apostólica. En diciembre de 1944 Pío XII lo  nombró nuncio apostólico en París.
 
Durante los últimos meses del  conflicto mundial, y una vez restablecida la paz, ayudó a los  prisioneros de guerra y trabajó en la normalización de la vida  eclesiástica en Francia. Visitó los grandes santuarios franceses  y participó en las fiestas populares y en las manifestaciones religiosas  más significativas. Fue un observador atento, prudente y lleno de  confianza en las nuevas iniciativas pastorales del episcopado y del clero de  Francia. Se distinguió siempre por su búsqueda de la sencillez  evangélica, incluso en los asuntos diplomáticos más  intrincados. Procuró actuar como sacerdote en todas las situaciones.  Animado por una piedad sincera, dedicaba todos los días largo tiempo a  la oración y la meditación.
 
En 1953 fue creado cardenal y enviado a  Venecia como patriarca. Fue un pastor sabio y resuelto, a ejemplo de los santos  a quienes siempre había venerado, como san Lorenzo Giustiniani, primer  patriarca de Venecia.
 
Tras la muerte de Pío XII, fue  elegido Papa el 28 de octubre de 1958, y tomó el nombre de Juan XXIII.  Su pontificado, que duró menos de cinco años, lo presentó  al mundo como una auténtica imagen del buen Pastor. Manso y atento,  emprendedor y valiente, sencillo y cordial, practicó cristianamente las  obras de misericordia corporales y espirituales, visitando a los encarcelados y  a los enfermos, recibiendo a hombres de todas las naciones y creencias, y  cultivando un exquisito sentimiento de paternidad hacia todos. Su magisterio,  sobre todo sus encíclicas «Pacem in terris» y «Mater et  magistra», fue muy apreciado.
 
Convocó el Sínodo romano, instituyó una Comisión para la revisión del Código  de derecho canónico y convocó el Concilio ecuménico  Vaticano II. Visitó muchas parroquias de su diócesis de Roma, sobre todo las de los barrios nuevos. La gente vio en él un reflejo de  la bondad de Dios y lo llamó «el Papa de la bondad». Lo sostenía un profundo espíritu de oración. Su persona, iniciadora de una gran renovación en la Iglesia, irradiaba la paz propia de quien confía siempre en el Señor. Falleció la tarde del 3 de junio de 1963.
 
Juan Pablo II lo beatificó el 3 de septiembre del año 2000, y estableció que su fiesta se celebre el 11 de octubre, recordando así que Juan XXIII inauguró solemnemente el Concilio Vaticano II el 11 de octubre de 1962.

Textos de L’Osservatore Romano

Artículo originalmente publicado por evangeliodeldia.org

Canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII en HD y en 3D

Canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII será transmitida en HD y en 3D

 

Juan Pablo II y Juan XXIII
Juan Pablo II y Juan XXIII

VATICANO, 01 Abr. 14 / 02:01 pm (ACI/EWTN Noticias).- El Centro Televisivo Vaticano (CTV), en un proyecto conjunto con Sony y Sky, transmitirá la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II, el 27 de abril desde las 10:00 a.m. (hora local), en alta definición y en 3D para cerca de 20 países.

Según informó Radio Vaticano, este 27 de abril, millones de personas, desde sus casas o en una de las 500 salas de cine preparadas en todo el mundo por Nexco Digital gratuitamente para el evento, podrán “entrar” en la Plaza de San Pedro para rezar junto al Papa Francisco.

El Presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, Mons Claudio Maria Celli, destacó la importancia de “involucrar a los hombres y mujeres de hoy en todo el mundo que quieren estar presentes en este evento de gran fe”.

“Las nuevas tecnologías son un desafío, pero sobre todo son una gran oportunidad para la relación, el conocimiento, la participación, la oportunidad de vivir la historia”, señaló.

Andrea Zappia, el director general de la plataforma italiana de televisión satelital digital Sky indicó que “el 3D más que nunca en un evento como este no es una curiosidad. Permite una visión fuertemente moderna e innovadora, que nos permite comprender cómo las tecnologías actuales, frecuentemente usadas por motivos comerciales, pueden en verdad tener un valor informativo, social, espiritual, particularmente elevado”.

A su turno, David Bush, director de marketing de Sony Europa, señaló que “espero que ayude a difundir la emoción del evento a todas esas miles de personas en todo el mundo, que quieren estar allí físicamente. Y este es el objetivo de la tecnología, creo, tratar de replicar la experiencia real de estar aquí, en la Plaza de San Pedro”.

Por su parte, el director del Centro Televisivo Vaticano señaló que “queremos ofrecer, por un lado, una gran difusión de tipo inmersivo a las personas que no pueden venir. Para nosotros, todo el mundo está involucrado. En segundo lugar, sentimos la responsabilidad de preservar la historia, y por esto usamos la tecnología 4K”, de altísima resolución de video.

A Juan Pablo II le envidiaban los ángeles

Actualizado 30 septiembre 2013

Decía el Padre Pío que los ángeles sólo nos envidian por una cosa: ellos no pueden sufrir por Dios.

Al Cielo, de hecho, se llega por Amor, que lleva implícito siempre el Sufrimiento, con mayúsculas. Recuerdo, a este propósito, el best-seller reciente en España titulado La inutilidad del sufrimiento, que es precisamente lo que reclama esta sociedad hedonista y apóstata.

Del Sufrimiento por Amor pueden darnos soberanas lecciones todos y cada uno de nuestros santos, que son legión. Por no hablar del Sufrimiento más sublime de la historia: el de Nuestro Señor Jesucristo en la Cruz.

Enterado de la canonización de Juan Pablo II el próximo día 27 de abril, fiesta de la Divina Misericordia, creo oportuno recordar ahora el gran sentido del sufrimiento del todavía beato.

Además de los ayunos, que efectuaba con rigor extremo, Karol Wojtyla pasaba a menudo las noches desnudo y tumbado en el suelo, como escribe el postulador de su Causa de Beatificación, el también polaco Slawomir Oder.

El ama de llaves que tenía en Cracovia descubrió un día que el entonces arzobispo deshacía la cama para disimular. También se flagelaba con un cinturón de pantalón especial que empleaba como látigo y que le acompañaba siempre en Castel Gandolfo.

Todos los viernes, Juan Pablo II renovaba simbólicamente la pasión de Cristo con la práctica del Via Crucis; incluso en la víspera de su muerte, el 1 de abril de 2005, pese a la fiebre alta y la extrema dificultad para respirar que le impedían casi articular palabra, pidió un folio y un bolígrafo para escribir que, dado que era viernes, deseaba hacer el Via Crucis. Y lo hizo…

Juan Pablo II y Garabandal

Actualizado 24 agosto 2013 

En 1993, con motivo de la publicación de su libro “Garabandal. Der Zeigefinger Gottes” (“Garabandal. El dedo de Dios”), el empresario alemán Albrecht Weber hizo llegar aJuan Pablo II un ejemplar que este debió leer con interés a juzgar por la carta que en nombre suyo escribió al autor su secretario personal, monseñor Stanilaus Dziwisz

En la segunda edición de esta obra, aparecida en 2000, figura un fragmento de la carta mecanografiada en alemán y firmada por Dziwisz, que dice así: 

“Que Dios le recompense por todo, especialmente por el profundo amor con el que está difundiendo de forma más amplia los acontecimientos relacionados con Garabandal. Que el mensaje de la Madre de Dios penetre en los corazones antes de que sea demasiado tarde.

“Como una expresión de alegría y gratitud, el Santo Padre le imparte su bendición apostólica”. 

El propio Albrecht Weber declaró luego, a raíz de la respuesta del Vaticano: 

“Es evidente el interés tan profundo que tiene el Santo Padre [Juan Pablo II] por los acontecimientos de Garabandal, así como su preocupación porque se den a conocer de forma creíble”.

Aprueban el milagro que llevará a la canonización de Juan Pablo II

SÓLO FALTA LA FIRMA DEL PAPA FRANCISCO

Con la aprobación del segundo milagro por parte de la Congregación para la Causa de los Santos sólo falta la firma del Papa para la canonización.

LD / AGENCIAS 2013-07-02

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Los cardenales y obispos miembros de la Congregación para la Causa de los Santos, que preside el purpurado Angelo Amato, aprobaron este martes el segundo milagro por la intercesión de Juan Pablo II que llevará a la proclamación como santo del papa Wojtyla, informaron fuentes vaticanas.

Ahora sólo falta que el papa Francisco promulgue el decreto por el que se reconoce ese milagro que abre las puertas a la canonización del papa polaco (1920-2005), que podría celebrarse en diciembre próximo, según señalaron fuentes vaticanas. La fecha de la ceremonia la fijará el pontífice durante un consistorio de cardenales.

El pasado 18 de junio la comisión teológica de la Congregación para la Causa de los Santos dio ya su primer visto bueno a este milagro, que de momento se desconoce, aunque se asegura que se produjo en una mujer italiana que sufría cáncer y que se curó de manera inexplicable para la ciencia en 1 de mayo de 2011, el mismo día de la beatificación de Wojtyla.

El milagro que llevó a la beatificación de Juan Pablo II se realizó en la persona de la monja francesa Marie Simon Pierre, quien se curó de manera inexplicable para la ciencia de la enfermedad de Parkinson que padecía.

El camino hacia la santidad tiene varios escalones: el primero es venerable siervo de Dios, el segundo beato y el tercero santo. Venerable Siervo de Dios es el título que se da a una persona muerta a la que se reconoce haber vivido las virtudes de manera heroica.

Para que un venerable sea beatificado es necesario que se haya producido un milagro debido a su intercesión y para que sea canonizado (santo) es necesario un segundo milagro. Ese segundo milagro debe ocurrir después de ser proclamado beato.

San Josemaría Escrivá

San Josemaría Escrivá, Fundador

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Josemaría Escrivá de Balaguer es uno de los más populares fundadores y apóstoles del siglo XX. Nació en Barbastro Aragón, España, de un hogar sumamente creyente y ejemplar. Fundó en 1928 el Opus Dei, que fue hasta noviembre de 1982 un instituto secular. En esa fecha, fue denominada por Juan Pablo II como Prelatura Personal. 
Josemaría tuvo desde muy pequeño una gran cualidad: su espíritu de servicio a los demás, y se propuso a imitar el espíritu de servicio de Jesús, y dedicar su vida entera a lograr hacer el mayor bien posible a toda clase de gentes. 
Después de obtener su doctorado en la universidad, fue ordenado sacerdote en 1925 y se dedicó al apostolado. Con su espíritu alegre y jovial, se ganó el corazón de todos, convirtiendo a muchas almas pecadores y ganando cada vez más discípulos. Josemaría fue un instrumento en las manos de Dios, por medio del cual la Iglesia Católica logró conseguir líderes apostólicos en todos los continentes y empezó nuevas obras de apostolado en muchas naciones. 
El 2 de octubre de 1928 Josemaría concebió la idea de fundar una asociación en la cual cada persona, siguiendo sus labores ordinarias en el mundo, se dedicara a conseguir la santidad y a propagar el reino de Cristo. Fundó entonces la famosa organización llamada Opus Dei (Obra de Dios) que ahora está extendida por todos los países del mundo. Desde 1928 hasta su muerte en 1975, Josemaría Escrivá dedicó todas sus energías y sus grandes cualidades y todo su tiempo, a extender y a perfeccionar la obra maravillosa que Dios le había encomendado: El Opus Dei, una asociación para llevar hacia la santidad a las personas, pero permaneciendo cada cual en su propia profesión y oficio. 
Fue beatificado por S.S. Juan Pablo II en Roma el 17 de mayo de 1992. Fue canonizado por Juan Pablo II el 6 de octubre de 2002. 

La Santa Sede encontró el milagro para canonizar a Juan Pablo II

En Ujarrás, Costa Rica 

La Santa Sede encontró el milagro para canonizar a Juan Pablo II en una web parroquial 

Actualizado 25 junio 2013 

Rubén Cruz / La Razón 

La iglesia de Nuestra Señora de la Limpia Concepción del Rescate de Ujarrás, en Costa Rica, abrió un portal web con el objetivo de que los devotos relataran allí sus experiencias.

Así fue como la Santa Sede se topó con la historia de Floribeth Mora, la mujer costarricense que se curó de un aneurisma cerebral gracias a su fe y a la ayuda del Papa Juan Pablo II. Pero el caso de esta mujer, de 50 años, no es el único en el que el Vaticano ha puesto su punto de mira. 

Otro testimonio en la parroquia
Este templo también se hizo eco de una curación de cáncer y del testimonio de una mujer infértil que consiguió quedarse encinta, según ha podido confirmar LA RAZÓN.

Esta semana, la Congregación para la Causa de los Santos aprobó el segundo milagro que se produjo por intercesión del Papa Juan Pablo II. El primero fue el de Marie Simon-Pierre, una monja francesa que se curó de párkinson tras rezarle con fe al Papa. El milagro de Floribeth Mora data del 1 de mayo de 2011 

La reliquia de Juan Pablo II que se guarda en Nuestra Señora de Ujarrás
La reliquia de Juan Pablo II que se guarda en Nuestra Señora de Ujarrás

Dos meses después, la reliquia enviada por Stanislaw Dziwisz llegó a la parroquia, y esta mujer se acercó para poder tocarla y dar gracias a Juan Pablo II.

Canonización quizá en octubre
La vicealcaldesa de La Unión, localidad en la que vive la protagonista del milagro, afirmó a este diario que «sería una enorme satisfacción para todos si la historia se confirmara». Aunque es prudente, porque «respeta la confidencialidad con la que la Santa Sede está llevando el proceso». 

Una vecina relató a este periódico que «no para de venir gente de todas partes de Costa Rica para sacar fotos del altar que hay en la puerta de su casa». Tal es la cantidad de gente que se acerca a su domicilio que Floribeth ha decidido irse «unos cuantos días a San José, a la casa de su mamá», dijo esta vecina. 

El barrio es ahora lugar de culto para la comunidad católica. Otra vecina de Floribeth comentó a Radio Monumental que «todo el barrio está muy feliz» porque «siempre hemos creído en Juan Pablo II; se le ve la nobleza en la cara».

La familia Arce Mora ha recuperado la fe que habían perdido tras la enfermedad de Floribeth gracias al milagro que han vivido en primera persona y por el que están agradecidos a Juan Pablo II. 

«La pusimos en las manos de Dios, porque había que ir a Cuba para que se operara», explicó a la radio costarricense la cuñada de la mujer curada, Pilar Arce. Además, añadió que «hay que creer en el alma de Juan Pablo II, porque él es muy milagroso». 

Incluso una hija de esta mujer se ha quedado embarazada después de que los médicos le dijeran que era estéril, según indicó esa radio. Y es que, como señala otro conocido de la familia, «todo es posible con fe».

Facebook AQUÍ de la Parroquia de N. S. de Ujarrás

-Web de la parroquia:
http://www.parroquiaparaiso.4t.com/

Oración con el Papa polaco
El 1 de julio de 2011 llegó a la parroquia costarricense de Nuestra Señora de la Limpia Concepción del Rescate de Ujarrás una reliquia perteneciente al Papa Juan Pablo II, que fue enviada por el cardenal Stanislaw Dziwisz.

Siempre ha tenido gran afluencia de público, pero con el milagro de su vecina, Floribeth Mora, el santuario no para de recibir visitas. 

Costa Rica es un país que está muy ligado a este Papa, ya que ha sido el único que les ha visitado. En marzo de 1983 Karol Wojtyla aterrizó en San José. Durante su visita a América Latina, Costa Rica fue su sede de residencia, y donde se reunió con los jóvenes y con los obispos latinos.

Se curó con las reliquias de Juan Pablo II

Floribeth Mora tenía un aneurisma cerebral 

La mujer de Costa Rica que se curó con las reliquias de Juan Pablo II detalla su testimonio 

Actualizado 22 junio 2013

C. M. del Hoyo / J. Beltrán / La Razón 

«Salí de ese parque sanada». 

Con esta naturalidad Floribeth Mora relata cómo se curó por intercesión de Juan Pablo II. 

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Esta mujer costarricense que vive en la localidad de Tres Ríos de Cartago es la protagonista del milagro que podría llevar a los altares al Papa polaco, después de que el pasado martes la comisión teológica de la Congregación para la Causa de los Santos diera fe de lo ocurrido, como ya lo hicieran en el mes de abril los médicos que reconocieron que, de forma inexplicable, Flory –como la llaman sus familiares y amigos–superó un aneurisma cuando ya estaba desahuciada por los médicos.

Flory escribió su testimonio
Todo comenzó el 8 de abril de 2011 al despertar. «Me dio un dolor de cabeza tan fuerte que pensé que me reventaría la cabeza. Le pedí a mi esposo que me llevara al hospital porque me sentía bastante mal. Cuando llegué me encontraba muy mal por los vómitos y el dolor de cabeza», relata esta mujer en un testimonio escrito por ella misma hace un año, recogido ahora por LA RAZÓN y confirmado a este diario por uno de los partícipes del milagro. 

En aquella primera visita al médico, le diagnosticaron estrés y presión alta. Al comprobar a lo largo de los días posteriores que su estado de salud no mejoraba, decidió acudir a un hospital en San José, la capital del país.

«Tras varios exámenes me dijeron que tenía un pequeño derrame de sangre en mi cerebro, luego me hicieron un TAC y descubrieron que se trataba de un aneurisma cerebral en el lado derecho». 

Los médicos desistieron
De inmediato la trasladaron a otro centro, mientras los facultativos se mostraban sorprendidos por su aguante. Tras varios intentos por cerrar el goteo de sangre que sufría en su cerebro, el equipo médico que la atendía tuvo que desistir al encontrarse la dilatación en un lugar de difícil acceso.

A partir de este momento, la situación empeoró sobremanera. Tras pasar unos días en observación, las limitaciones del sistema sanitario costarricense impidieron llevar a cabo una operación. 

«Se cerraban así mis posibilidad de sobrevivir a tan fatal diagnóstico», recuerda estamadre de cuatro hijos, abuela de cuatro nietos y esposa de un ex oficial de la Policía nacional. 

Tal era la gravedad de su situación que regresó a casa con un aviso claro a su familia: sólo le quedaba un mes de vida. Sin embargo, a pesar de la desesperación que en un primer momento les generó pensar en el desenlace de la historia, «nos llenamos de mucha fe, perono puedo negar el miedo tan grande que sentía al ver lo que me estaba sucediendo».

Juan Pablo II, beato
No se cumplía ni un mes de aquella mañana en la que su vida se truncó, cuando tuvo lugar otro giro inesperado. El 1 de mayo de 2011, en la plaza de San Pedro, más de un millón de personas participan en la beatificación de Juan Pablo II. 

Benedicto XVI proclamaba beato al Papa polaco destacando en primera persona cómo vivió la santidad de su predecesor en la sede de Pedro: «Durante 23 años pude estar cerca de él y venerar cada vez más su persona. Su profundidad espiritual y la riqueza de sus intuiciones sostenían mi servicio. El ejemplo de su oración siempre me ha impresionado y edificado: él se sumergía en el encuentro con Dios, aun en medio de las múltiples ocupaciones de su ministerio». Cuando amanecía en Costa Rica, Juan Pablo II ya había sido beatificado.

Jesús Sacramentado, en procesión
Como todos los domingos, la familia de Floribeth acudió a misa a la parroquia. Con pocas fuerzas, pero de nuevo animada por su esposo, acudieron al centro del barrio porque se estaba celebrando una procesión. 

«En ese momento estaba pasando una carroza con la imagen de Jesús Sacramentado ysentí un frío en el cuerpo. Me bajé del coche y fui hasta allí»

Entonces, el sacerdote que acompañaba a la procesión declamaba una oración: «¡Oh, Señor! Hay una sanación». 

La mujer se detuvo y se puso a rezar: «Le pedimos a nuestro Papa Juan Pablo que nos ayudara a pedirle a Dios que me ayudara». 

Y en ese preciso instante, algo empezó a cambiar. «Salí de ese parque con la fe de que yo fui la sanada», apunta esta madre de familia que desde entonces centra las miradas de sus vecinos y amigos. A partir de ahora, de todo el orbe católico.

Reliquias del Papa en un santuario
Unos días después de aquel hecho, Floribeth, consciente de que al Santuario de la Virgen de Ujarrás –cercano a su domicilio– había recibido unas reliquias del Papa polaco, decidió acudir a rezar. «De nuevo, un milagro», apostilla. 

Se trataba de un relicario que contiene muestras de sangre de Juan Pablo II, extraídas un día antes de morir

Sin embargo, a pesar del esfuerzo realizado, cuando llegó ya había terminado la exposición. Aun así, el padre Dónald Solano hizo una excepción. 

«Me la enseñó y la toqué. Seis meses después me hicieron otro examen en el cerebro y me indicaron que el aneurisma había desaparecido para la honra y la gloria de mi Dios», subraya esta mujer, que haría posible que Juan Pablo II sea proclamado santo, quizá, el próximo 20 de octubre, cuando se cumplen 35 años del inicio de su Pontificado.

El neurocirujano, sin explicación
Según publicó el jueves 20 de junio el diario «La Nación» de Costa Rica, el neurocirujano Alejandro Vargas Román, que atendió a Floribeth Mora durante su enfermedad, confirmó estos días que no encontró explicación científica a la desaparición repentina del aneurisma que padecía cuando analizaron exámenes posteriores a aquel 1 de mayo de 2011.

Además, Vargas reveló que funcionarios de la Santa Sede le consultaron sobre los detalles del caso durante la fase diocesana del proceso de canonización, la primera antes de que los informes sean remitidos a Roma y examinados por las diferentes comisiones de la Congregación para la Causa de los Santos.

«Médicamente, en teoría, nunca les va a desaparecer un aneurisma a las personas porque es una dilatación. Científicamente yo no le tengo ninguna explicación del por qué desapareció», comenta el doctor, que vivió en primera persona lo ocurrido en el hospital Calderón Guardia.

 

 

 

¿cómo sabemos cuando llamar al exorcista?

Actualizado 25 mayo 2013

            Mucho se está hablando de exorcismos últimamente: que si el Papa ha hecho uno o no lo ha hecho, que si el Cardenal Arzobispo de Madrid ha nombrado ocho exorcistas sólo para Madrid, que si crece el número de posesiones… Y bien, ¿cuándo entiende la Iglesia que nos hallamos ante una persona endemoniada necesitada de un exorcismo?

            El documento eclesiástico que regula actualmente la cuestión es el Ritual Romano Renovado de los Exorcismos, según el decreto del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II, promulgado por la autoridad de S.S. Juan Pablo II y emitido por la Congregación para el Culto Divino y la disciplina de los Sacramentos el 27 de enero de 1999, con el Prot. 1280/98/L.

            Pues bien, en el punto 16 del capítulo III del prenotando I de dicho documento se define la posesión diabólica, cosa que se hace en estos términos.

            “El exorcista debe proceder a celebrar el exorcismo sólo cuando tenga la seguridad de la verdadera posesión demoníaca y, si fuera posible, con el consentimiento del mismo sujeto. Según una probada praxis se juzgan como signos de posesión demoníaca hablar con muchas palabras en una lengua desconocida o entender al que la habla, movilizar cosas distantes u ocultas, manifestar fuerzas por encima de la naturaleza de la edad o condición del sujeto poseso. Estos signos pueden ser un indicio pero podrían no ser atribuídos necesariamente a la posesión diabólica, en cuyo caso debe prestarse atención a otros posibles signos de índole espiritual o moral que pudieren manifestar de algún modo la intervención diabólica, como por ejemplo, la aversión vehemente a Dios, al Santísimo Nombre de Jesús, a la Bienaventurada Virgen María y a los santos, a la Iglesia, a la Palabra de Dios, a los objetos sagrados, a los ritos, especialmente sacramentales y a las imágenes sagradas”.

            Definición que no es excesivamente extensa y probablemente no debe entenderse como exhaustiva, pero de la que cabe extraer que, según lo entiende el Ritual, para que haya necesidad de un exorcismo es condición necesaria “hablar con muchas palabras en una lengua desconocida o entender al que la habla, movilizar cosas distantes u ocultas, manifestar fuerzas por encima de la naturaleza de la edad o condición del sujeto poseso”(o semejante tipo de manifestación, se entiende, no creo que se trate de un numerus clausus). Es decir, si no se dan esos signos, no hay necesidad de exorcismo. Pero al mismo tiempo no suficiente puesto que, según dice, “estos signos pueden ser un indicio pero podrían no ser atribuídos necesariamente a la posesión diabólica”, por lo que deben ir acompañados de “otros posibles signos de índole espiritual o moral que pudieren manifestar de algún modo la intervención diabólica, como por ejemplo, la aversión vehemente a Dios, al Santísimo Nombre de Jesús, a la Bienaventurada Virgen María y a los santos, a la Iglesia, a la Palabra de Dios, a los objetos sagrados, a los ritos, especialmente sacramentales y a las imágenes sagradas”.

            Y bien, querido amigo, ahora ya sabe Vd. cuando tiene que llamar a un exorcista… aunque sinceramente, espero que no tenga Vd. que hacerlo nunca.