Haz que tus hijos confíen en ti

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Es crucial tener una relación sana y fuerte en la que el niño pueda acertar, equivocarse y sentirse querido tal y como es

Es en el hogar donde los niños experimentan los afectos verdaderos e imprescindibles para construir su vida. El amor que perciben desde la más tierna infancia les hace sentirse acogidos, respetados, comprendidos y alentados. Es la base de la confianza que sienten hacia sus padres, un valor esencial para la educación de los hijos.

La confianza se obtiene en el trato cotidiano del niño con aquellos que le cuidan y protegen

Alimentarla cada día es fundamental pues, aunque crezcan y sean más autónomos, servirá de “salvavidas” para cuando surjan los conflictos. Los niños necesitan contínuamente el afecto y apoyo incondicional de sus padres. Es la clave para desarrollar una sana autoestima. Y es que la imagen que vamos construyendo de nosotros mismos es el reflejo que nos devuelven nuestros seres más queridos. Un vínculo estrecho hace que el niño se sienta bien consigo mismo y se sienta querido, simplemente, por existir y por ser quien es.

De la mano de la autoestima 

Esta autoestima es sana y más sólida que aquella que se fundamenta, como sucede en demasiadas ocasiones, en las cosas que uno hace bien o mal. Mucha gente cree que el único camino para obtener una alta autoestima alta es reforzar sus conductas positivas y alabar aquello que hace bien para que el niño se sienta bien consigo mismo. Es cierto que esto puede ayudarle a mejorar la percepción de sí mismo, pero en el momento en que se equivoque puede sentirse defraudado consigo mismo y creer que puede perder el amor de quienes le amaban cuando hacía las cosas bien.

Por esta razón lo importante es tener una relación sana y fuerte en la que el niño pueda acertar, equivocarse, portarse bien y portarse mal y no se sienta menos querido por ello. El amor no tiene que ver con lo que nos gusta o no nos gusta de nuestros hijos. 

Conviene tener claro también que gracias a la confianza el hijo asocia a sus padres con sentimientos de seguridad, afecto y tranquilidad. Pero, ¡cuidado! Se trata de un valor muy frágil que puede perderse por culpa de imprudencias, de traiciones, de distanciamientos, de olvidos o de dudas.

Para obtener esa anhelada confianza es necesario crear espacios de intimidad con nuestros hijos, dedicarles tiempo e implicarnos activamente en conseguir su bienestar, en escucharles y en abrazarles.  

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Algunos consejos para potenciar la confianza con los hijos

  • Enseñarles a establecer y a respetar los límites. Ayudar a los niños a reconocer el derecho que tienen a no permitir que les hagan daño y el deber de no hacer daño a los demás, les enseña a poner límites sanos en sus relaciones y les permite confiar en que no se harán daño ni serán blanco de agresión o maltrato. Cuando el niño interioriza sus límites aprende a respetarse a sí mismos.
  • Ayudarles a cumplir. Enseñarle a ser puntual, entregar sus tareas a tiempo, asistir a las actividades que ha elegido, terminar lo que ha comenzado y cumplir con lo que se ha comprometido, permite que los demás confíen en él y le enseña a confiar en sí mismo, a saber qué puede hacer y qué no. El ejemplo de los padres es fundamental: si ellos cumplen con lo que se comprometen los niños también lo harán. 
  • Permitirles hacerse cargo. Se puede confiar cuando los padres y los hijos se hacen cargo de lo que les corresponde. Hay que dejar que los niños tomen algunas decisiones, reconozcan y acepten lo que hacen, piensan y sienten. Acompañarlos en el proceso de tomar decisiones, de acuerdo con su edad, los prepara para enfrentar los errores y las dificultades de la vida y confiar en que pueden hacerlo. Aprender a reconocer cuándo se equivocan, disculparse, perdonar y reparar sus faltas es necesario para valorarse a sí mismos y construir relaciones sanas con los demás. Una cosa importante: los adultos también deben disculparse con los niños. 
  • No mentirles. La mentira, aunque la llamemos piadosa, hace daño a las relaciones. Cuando los padres mienten a los niños destruyen la confianza que existe entre los dos. No se trata de contarles todo. Hay que tener en cuenta lo que les corresponde saber de acuerdo a su edad y, en lugar de mentirles, aclararles que son temas de adultos. Si los padres dicen mentiras frente a los niños, les enseñan que está bien hacerlo para no sentirse mal o hacer sentir mal al otro. Es fundamental que los niños aprendan a ser honestos con ellos mismos para que puedan reconocer sus sentimientos, fortalezas, fallas y limitaciones.
  • Fomentar la comunicación. Mantener el diálogo abierto y sincero con los niños, escucharles para entenderles, disfrutar de sus historias y permitirles preguntar construye la confianza. Es importante que los padres encuentren el tiempo y el lugar propicio, donde todos se sientan cómodos y tranquilos para hablar sin interrupciones. Recibir lo que el niño dice sin molestarse ni juzgar, comprender que no siempre le es fácil contar lo que ha sucedido y que lo que necesita es ayuda. Los niños tienden a confiar más en los padres que comparten sus experiencias con ellos. 
  • No contar lo que ellos nos cuentan. Con frecuencia los padres comentan con otras personas las historias y vivencias de los niños sin darse cuenta de que al hacerlo están afectando la confianza que existe entre los dos. Cuando el niño descubre que su relato no fue guardado como esperaba, se siente traicionado y puede dejar de compartir sus experiencias con ellos.
  • Ser comprensivos. No supongas que el niño ha actuado con la intención de hacer daño, molestar a sus padres o que le vaya mal. No quiere equivocarse a propósito; trata de entenderlo, buscar las causas de su comportamiento, ayudarle a encontrar soluciones y a afrontar la situación. Cada uno debe poder expresar cómo se siente y lo que espera del otro. Ayúdale a aceptar sus errores y a identificar lo que puede cambiar para que la experiencia no se repita. Esto le enseña a confiar en sí mismo y en los demás.

Artículo realizado en colaboración con Javier Fiz Pérez, psicólogo, profesor de Psicología en la Universidad Europea de Roma, delegado para el Desarrollo Científico Internacional y responsable del Área de Desarrollo Científico del Instituto Europeo de Psicología Positiva (IEPP).

Padres de niños con discapacidad, no se olviden de cuidar de su relación

Nuestras buenas ideas para relajarse solos o juntos

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En julio de 2016, Emilie, madre de una pequeña niña trisómica, puso fin a su propia vida, “al límite del cansancio”. Por otro lado, aunque luminoso, el testimonio de los padres de Gaspard nunca ocultó el agotamiento que sentían y su necesidad de respirar, de recuperar energías. Anne-Dauphine Julliand, directora de la conmovedora película documental Et les Mistrals gagnats y madre de Azylis, una pequeña que padecía una grave enfermedad y fallecida recientemente, como su hermana antes que ella, lo confirma: “Debo aguantar para sanar lo ordinario y lo extraordinario […], todos los días hay que superarse y encontrar la fuerza para seguir adelante. […] Mi vida es hermosa, pero complicada y exigente”.

Aunque la discapacidad de un niño puede consolidar una pareja, también puede hacerla más frágil e incluso destruirla. ¿Cómo conservar el vínculo conyugal cuando la llegada de un hijo discapacitado crea un estrés insoportable y sentimientos de rechazo incontrolables que deberían poder expresarse sin tabúes? Kate, madre de un niño trisómico, destaca la importancia de la comunicación: “Lo que ha salvado nuestra pareja es que tenemos buena sintonía y nos atrevemos a contarnos nuestras fragilidades”.

Fines de semana en pareja, para padres o madres: una experiencia de alivio inolvidable

Carole y Arnaud se han ido a recuperar fuerzas en pareja con la OCH*. Era un caso de urgencia vital: “Estábamos al borde de la separación, la discapacidad de nuestro hijo lo acaparaba todo y éramos incapaces de escuchar el sufrimiento del otro, un espejo insoportable”. Otra pareja atestigua: “Allí había unas quince parejas agotadas pero felices de tener tiempo para ellas. Durante dos días, pudimos descansar como envueltos en un manto de atenciones. Al dejar nuestro caparazón de sufrimientos, hemos cumplido con nuestro derecho a un baño rejuvenecedor: volver a las alegrías de nuestro encuentro amoroso, las alegrías de las conversaciones distendidas, las alegrías de las historias compartidas en torno a una mesa con compañeros de infortunios. Las herramientas que nos han dado los monitores nos han puesto cara a cara, corazón a corazón, antes de volver a la aventura de nuestra familia, fortalecidos y reanimados”.

“El corazón de una madre ama sin condiciones”

“La discapacidad no es una suerte, la vida sí lo es”, expresaba en el canal KTO TV Marie-Caroline Schürr, joven profesora en silla de ruedas y autora de Out of the box ! La joie à roulettes [Out of the box, la alegría sobre ruedas]. Sin embargo, vosotros que sois padres de un hijo discapacitado, quizás tenéis dudas, quizás sentís vergüenza después de vuestros enfados, quizás os sentís inútiles… Regalaos el libro  Tu es la meilleure mère au monde [Eres la mejor madre del mundo], de Isabelle Laurent. Aquí comparte su testimonio y unos recursos fundamentales y muy concretos para vivir serenamente con vuestros hijos. Tomaos un día de descanso para recuperar energías, no temáis pedir ayuda y dejar a vuestro hijo al cuidado de algún ser querido para que podáis ir a vivir, por ejemplo, una jornada de madres, de marzo a mayo en 9 localidades de Francia.

Según explica Isabelle Laurant, podéis estar seguras de una cosa: “El corazón de una madre es poderoso, prevalece sobre todo lo demás (…). Ama sin condiciones, sin envidia, simplemente ama, contra viento y marea. Este sentimiento puede mover montañas, porque es incapaz de mentir. Sabe lo que es bueno, surge del amor original”.

* OCH es la oficina cristiana de personas discapacitadas en Francia. Su servicio de atención y orientación responde en el número 01 53 69 44 30. Su lema: Compartir nuestra fragilidad, apoyar a las familias, transmitir esperanza. Cuando Marie-Hélène Mathieu fundó la OCH en 1963, quería ofrecer apoyo a padres desesperados de niños discapacitados. Hoy día, padres, abuelos y hermanos afectados pueden encontrar aquí una ayuda indispensable.

La mejor manera de decirles a tus hijos la verdad sobre Santa Claus

De una madre de dos hijos surge una gran idea ante un problema estacional para los padres

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Para los que son padres de niños pequeños, esta época del año a veces plantea el problema de Santa Claus. ¿Deberían los niños perder la ilusión del mito lo antes posible o debería permitírseles que disfruten del poder de su imaginación con los renos en el tejado? ¿En qué momento de la vida de un niño y de qué forma deben los mitos dar paso a la realidad?

O por otro lado, ¿existe una forma de transformar una situación en la otra y aprovechar para enseñar una importante lección?

Quizás merezca la pena prestar atención a una publicación compartida varias veces por Facebook. La encontramos en el muro de Charity Hutchinson, aunque según parece su origen está en una madre de nombre Leslie Rush.

“En nuestra familia tenemos un método especial para que los niños hagan la transición de recibir de Santa Claus a convertirse en Santa Claus”, escribió Rush. “Con esta forma, la idea de Santa Claus no es una mentira que se descubre, sino el desarrollo de una serie de buenas obras y de espíritu navideño”.

La autora sugiere llevar al niño a comer a un lugar especial entre los 6 o los 7 años, o “en el momento que vean que empieza a suponer que tal vez Santa Claus no sea un ser material (…). Una vez sentados, pedimos las bebidas y se procede a la siguiente explicación:

Es evidente que has crecido muchísimo este año. No solo estás más alto, sino es obvio que tu corazón ha madurado también.

A continuación el padre o madre ─o ambos─ “señala 2 ó 3 ejemplos de comportamiento empático, consideración hacia los sentimientos de los demás, buenas obras, etc., que haya hecho el niño durante el pasado año”. Y continúa:

De hecho, tu corazón ha crecido tanto que creo que ya estás listo para convertirte en Santa Claus.

Probablemente te habrás dado cuenta de que la mayoría de los Santa Claus que ves son personas disfrazadas. Incluso es posible que algunos de tus amigos te hayan dicho que Santa Claus en realidad no existe. Muchos niños piensan eso, porque todavía no están listos para ser Santa Claus, pero tú sí estás preparado ya.

Cuéntame cuáles son las mejores cualidades de Santa Claus. ¿Qué recibe él por todas las molestias que se toma?

Se aconseja a los padres que “guíen al niño desde las ‘galletas’ que se come Santa Claus en las casas hasta el sentimiento de satisfacción por haber hecho algo bueno por otra persona”.

Pues bien, ahora estás listo para hacer tu primer trabajo como Santa Claus.

Es importante, según destaca Rush, “mantener el tono de conspiración apropiado”.

“Entonces animamos al niño a que escoja a alguien que conozcan; un vecino normalmente”, continúa la autora. “La misión del niño es descubrir, con astucia y secretismo, algo que necesite la futura persona regalada, y luego conseguirlo, envolverlo y entregarlo, y nunca revelar a dicha persona el origen del regalo. El propósito de ser un Santa Claus no es el de recibir alabanzas, ya lo ves: es un regalo desinteresado”.

Como ejemplo sobre cómo hacerlo, Rush escribe sobre una vecina a la que los niños llaman la “señora bruja”, que recibe ese apodo por ser algo huraña con los niños que hacen demasiado ruido jugando o que tiran alguna pelota en su patio.

El hijo mayor de Rush se percató de que todas las mañanas salía descalza a recoger el periódico, “así que decidió que necesitaba unas babuchas”. Realizó unas misiones de sabueso para averiguar la talla de pie de la señora y luego le compró unas babuchas calentitas.

Las envolvió con papel de regalo y le pegó una tarjetita que decía “Feliz Navidad, de Santa Claus”. Una noche, después de cenar, bajó silenciosamente a la casa de la señora y deslizó el paquete bajo la verja de su propiedad. A la mañana siguiente, vimos cómo salía para coger el periódico, recogía el regalo y volvía adentro. Mi hijo era puro entusiasmo, se moría de nervios por ver lo que pasaba después. El día después, mientras salíamos con el coche, la vimos de pie en su patio para coger de nuevo el periódico… y con las babuchas puestas. Mi hijo estaba exultante. Tuve que recordarle que nadie podía saber lo que había hecho, de lo contrario no sería un Santa Claus.

El hijo de Rush continuó con su misión secreta durante varios años, y cuando su hermano pequeño llegó a la edad apropiada, el hermano mayor tuvo el honor de ser su instructor.

Rush está contenta al ver cómo sus niños han asimilado tan bien el hábito de dar regalos de forma desinteresada, además del hecho de que “nunca sintieron que les habían estado mintiendo, porque ahora eran parte del secreto de ser un Santa Claus”.

Así que, padres, ¿qué opinan? ¿Intentarían lo mismo con sus hijos con Santa Claus o con los Reyes Magos? Compartan con nosotros su experiencia, o cuéntennos algún otro método que les haya funcionado a ustedes y su familia.

¿Hay una edad óptima para quedar embarazada?

No tienes que buscar el momento perfecto para tener un hijo ya que ninguno lo es

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¿No os sorprende un poco de que María diera a luz a los 14 años de edad, con toda probabilidad? Claro, eran otros tiempos, una cultura diferente, pero, a pesar de todo, una adolescente no parece ser una persona lo suficientemente madura para convertirse en madre. Queda la cuestión de si la madurez depende sólo de la edad. Y si es así, ¿de qué edad hablamos exactamente? ¿A qué atenerse a la hora de decidir sobre la ampliación de la familia? ¿Hay una edad óptima para quedarse embarazada? Para responder a esta pregunta, veamos cómo es la vida de una mujer cualquiera.

Las adolescentes

Es obvio que es demasiado pronto. Los adolescentes, en realidad, aún son niños. Deberían pensar en la escuela, en su educación, en su futura profesión. A esta edad es difícil hablar de relaciones serias. No es el mejor tiempo para jugar a tener familia.

20-25 años

Aún es demasiado pronto. Céntrate en ir aprobando los sucesivos exámenes. Utiliza las becas de intercambio de estudiantes y haz locuras en las fiestas. Mientras aún te apetece y tienes tiempo, invierte en ti misma. Puedes comenzar a ganar las primeras experiencias profesionales, pero sobre todo, se debe gozar de una vida sin preocupaciones y sin compromisos. Es fácil entonces llegar a conocer a mucha gente y no necesariamente hay que unirse a alguien en concreto de forma permanente, porque aún queda tiempo.

25-30 años

Es el tiempo del primer trabajo “real”. Después de todo, no sería conveniente pedir de inmediato el permiso de maternidad. Al principio necesitamos demostrar nuestra valía, ganar experiencia y una posición estable. Además, ganamos dinero, pero no demasiado y el niño viene con mucho gasto. Apuesta por el desarrollo de tu carrera. Es la mejor edad para impulsar tu carrera con toda naturalidad, para obtener las calificaciones y formación especializada después de la graduación. Tal vez, a esta edad hay más presión de tener a alguien de forma permanente, pero cuando aún no hay hijos y por fin hay algunos ingresos, es conveniente disfrutar de la vida bailando hasta el amanecer o viajando al extranjero.

30-35 años

Ya disfrutas de una cierta posición en la empresa, pero si te tomas ahora un descanso más largo, algún trabajador más joven y más barato ocupará tu sitio. Además, cada vez te sale mejor lo que haces. ¿No podrán hacerlo sin ti? ¿Dónde están tus ambiciones? Tienes la sensación de que se te está “pasando el arroz”, por lo que ¿valdría la pena pensar por lo menos en casarse? En cualquier caso, el deseo de tener hijos hay que aparcarlo de momento, porque primero los miembros de la pareja tienen que disfrutar de ellos mismos para construir un matrimonio sólido antes de que llegue el niño.

35-40 años

Demasiado tarde. El riesgo de defectos genéticos aumenta. La diferencia de edad entre las generaciones también. Noches de insomnio serán una pesada tarea para ti. No podrás aguantar físicamente el trajín cotidiano relacionado con un niño pequeño. ¿No querrás ser una carga durante su juventud siendo un padre anciano…? Es una irresponsabilidad. ¿Existe alguna mujer que pudiera decir con una mano en el corazón que nunca se había topado con alguna de estas opiniones? Estoy convencida de que la mayoría de nosotras hemos oído ya una gran cantidad de tales consejos y tenemos a nuestro alrededor por lo menos unos cuantos “asesores” expertos en el tema. Yo he oído (de diferentes personas) todos ellos. Y ¿sabéis qué? ¡Hay en ellos algo de la verdad! Porque, para el embarazo no existe un momento ideal.

Siempre habrá algo que se pueda hacer, experimentar y llevar a cabo antes de que nazcan los niños. Siempre se puede tener más, prepararse mejor, ser más maduro, mejor, más rico. La buena noticia es que… no es necesario. No tienes que buscar el momento perfecto para tener un hijo, ya que si ninguno es perfecto, cualquiera puede ser lo suficientemente bueno. Y aún mejor – el nacimiento de tu hijo puede hacer que seas más madura, mejor, y ¡más rica! Conozco a muchas personas (¡yo soy una de ellas!) que justo después del nacimiento de su primer hijo se redescubrieron a sí mismas, sus pasiones o sus enormes recursos de energía, de los cuales nunca habían sospechado. Se volvieron más creativas, constantes y centradas en sus objetivos, lo que se reflejaba en sus vidas profesionales.

Volvieron a creer en sí mismos, porque la paternidad les mostró que valían mucho y eran capaces de soportar mucho más de lo que pensaban, y mostrando el mundo que les rodea a sus pequeños, ellos mismos lo redescubrieron de nuevo. Esta responsabilidad y el hecho de que tienes a alguien por quién luchar, a veces puede ser abrumadora pero, sobre todo, te da alas. Es una enorme fuente de fortaleza, inspiración y motivación que ningún orador motivacional te comunicará, porque no se transmite en palabras, sino a través del amor.

¡A ti, futura mamá!

Esto no significa, por supuesto, que no haya objetivamente mejores o peores, vamos a llamarlas, circunstancias económicas y de salud. Pero antes de considerarlas, piensa en lo que deseas realmente. ¿Cuál es tu lista de prioridades? ¿En qué lugar sitúas el trabajo, al cónyuge, la fe, la pasión o el dinero? Si sientes en el corazón el deseo de la maternidad, pero tienes miedo, que sepas que esta decisión no tiene que ser pensada y diseñada “hasta el final” con un calendario en la mano. No tienes que sentirte segura al cien por cien, porque en realidad, no sabemos cómo salrán las cosas hasta después del nacimiento de nuestro primer hijo…

A ti, futura mamá, quiero darte ánimos y decirte que no pospongas una decisión tan importante debido al miedo provocado por los comentarios de algunas personas. Haz frente a esta decisión y a tus prioridades. Tal vez el trabajo es realmente importante en algún momento de tu vida – y bien, ¡es tu vida! Que sea una elección real y no una vía de escape. Si no queremos decidirnos por un cambio tan radical. Muy bien. Hagámoslo de manera consciente, no porque “sucedió simplemente” o “estábamos en espera de un tiempo mejor”, que o bien no viene, o ya ha expirado. Tal vez si tenemos la intención de ampliar la familia, pero lo posponemos, vale la pena contestar a qué estamos esperando: ¿a tener nuestro propio apartamento, un contrato de trabajo, etc.? Para no perder la ocasión de tener algo concreto.

¡A ti, mamá sorprendida!

Por otro lado, quiero aconsejarte, si llevas un embarazo no planificado o quizás incluso no deseado. ¿Sientes que ha venido en un mal tiempo y probablemente tienes miedo? ¡Ánimo! Cuando alguien te dice que es demasiado pronto para estar embarazada, piensa en María. Cuando te dicen que ya es demasiado tarde para la descendencia, piensa en la madre de Ana o su prima, Elizabeth. Viendo a sus hijos, resulta difícil criticar su “irresponsable” maternidad. Un hijo no es un proyecto con unas fechas de ejecución perfectamente fijadas y en unas circunstancias óptimas. Ser padres es una tarea difícil, exigente, frustrante y hermosa. Cuando consagras tu vida “al servicio” de otro ser humano, de la sensación del sentido y de la plenitud que te proporciona esta dedicación, obtienes un poder extraordinario. Conquistas la suerte, y para ello siempre hay un buen momento.

17 nombres de bebés para elegir en el Año de la Misericordia

¿Estás esperando un hijo? Considera estos nombres de santos perfectos para un nacimiento durante el jubileo

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Elegir un nombre para el bebé es la primera decisión difícil que han de tomar los padres. No querréis elegir un nombre demasiado de moda —ni que tu hija sea la tercera niña en su clase con el mismo nombre—, pero tampoco querréis que sea demasiado extraño, y así evitarle la condena de tener que deletrearlo y explicarlo cada vez que se presente durante el resto de su vida.

Así que si esperáis un hijo o una hija y estáis buscando un nombre que sea espiritual y que a la vez guarde un significado, bueno, estáis de suerte: el papa Francisco ha declarado un Año Jubilar de la Misericordia, desde diciembre de 2015 a noviembre de 2016.

Es una invitación a centrarnos más profundamente en experimentar la misericordia de Dios, para que nos acerquemos a Él tanto a través de la oración como ofreciendo nosotros mismos actos misericordiosos.

Si estáis explorando el árbol genealógico familiar, repasando libros de nombres para bebés y veis que no tenéis suficiente, echad un vistazo a estos nombres de santos.

Son nombres todos asociados especialmente al tema de la misericordia; algunos ya os resultarán familiares, otros tal vez sean, por así decirlo, más atrevidos.

De todas formas, es posible que al leer sobre los actos desprendidos y piadosos de estas notables personas recibáis la inspiración para honrar su devoción a la misericordia y dar el don de su nombre a vuestro hijo o hija.

María o María Isabel

Para una pequeña en la que depositaréis vuestra esperanza para que sea valiente y tenga fe incluso en las circunstancias más adversas.

María Isabel Hesselblad (1870-1957) fue canonizada este año por el papa Francisco. Una enfermera suiza convertida al catolicismo, fue la encarnación del concepto de misericordia, y prueba de ello fue su esfuerzo por salvar a judíos de las garras de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial; de no haber sido por su directa intervención, a la mayoría de aquellas personas les esperaba una muerte segura.

María o María Domenica

Para una pequeña que cuidará de los demás a través de actos de misericordia espirituales y corporales.

María Domenica Montovani (1892–1934) trabajaba con personas gravemente enfermas en su parroquia de Verona, Italia, ya desde muy joven. Fue cofundadora, junto con el beato José Nascimbene, de la Congregación de las Hermanitas de la Sagrada Familia.

Antonio

Para un chico que ilumine a los ignorantes e iletrados.

San Antonio de Padua (1195–1231) es ejemplo de obra espiritual en la instrucción de los ignorantes. Era amigo de san Francisco de Asís y era famoso por su habilidad para predicar con vehemencia la palabra de Dios entre los jóvenes que estudiaban para unirse a la Orden de los Franciscanos.

Catalina

Para una chica que tenderá una mano hacia los miembros olvidados y abandonados de la sociedad.

Catalina de Siena (1347–1380) tocó las vidas de muchos durante su corta vida: desde muy joven ofrecía comida, bebida y ropa de su propio hogar a aquellos que más lo necesitaban. También demostró un gran amor y misericordia por los prisioneros, a quienes acompañaba camino del patíbulo, y también asistió a los golpeados por la peste.

Teresa

Para una creadora de comunidad.

Santa Teresa de Ávila (1515–1582) fue una monja carmelita cuyo concepto fundamental de vida religiosa era formar comunidades dedicadas a la compasión y la misericordia. Vivió en una época de gran agitación e incertidumbre en la Iglesia y dedicó su vida a reformar, tanto la orden de carmelitas como a sí misma.

Leo

Para un chico que sepa escuchar.

Leopoldo Mandic (1866–1942) es un santo franciscano capuchino cuyas reliquias estarán expuestas en la Basílica de San Pedro durante este año de Misericordia.

Leopoldo ambicionaba ser un gran misionero, pero en su lugar se le pidió que asumiera el trabajo de confesor.

Se convirtió en un magnífico guía espiritual y durante 40 años se pasó doce horas al día en el confesionario, dejando a un lado sus propias aspiraciones para mostrar misericordia y compasión con aquellos más cerca de su hogar.

Isabel

Para una chica que crecerá para cuidar de los necesitados.

Santa Isabel de Hungría (1207–1231) era esposa de un noble en lo que hoy día es Alemania. Después de la muerte de su marido, construyó un hospital donde ayudó personalmente en la atención sanitaria de los enfermos. Se convirtió en franciscana de tercer orden e hizo de la oración, la penitencia y el cuidado de los necesitados sus prioridades principales.

María Goretti

Para una niña con una enorme capacidad para el perdón.

María Goretti (1890–1902) es una de las santas canonizadas más jóvenes. Con 12 años, fue atacada por un hombre que intentó violarla y falleció al día siguiente, pero no sin antes anunciar, en un último acto de misericordia, que perdonaba a su atacante.

El hombre fue declarado culpable y tras cumplir su tiempo en prisión fue a ver a la madre de María para pedir su perdón. Vivió con monjes franciscanos como seglar durante el resto de su vida.

Aunque la historia de María es trágica, pone de manifiesto el poder del perdón y se eleva por encima de la injusticia.

Juan

Para un chico que esperáis sea un valiente líder espiritual.

Juan Vianney (1786–1859) vivió en Francia en un periodo en el que era ilegal que los católicos fueran a misa.

Su familia, como otros, viajaba a menudo largas distancias para poder escuchar a sacerdotes predicando en misas clandestinas. Debido a la valentía de estos líderes espirituales, Juan sintió una fuerte vocación hacia lo que él percibió como el heroísmo del sacerdocio.

Max

Para un chico valiente que defiende a los demás antes que a sí mismo.

Maximiliano Kolbe (1894–1941) era un fraile franciscano polaco con una historia conmovedora que demuestra su fuerza de carácter. Fue capturado por las autoridades alemanas nazis en febrero de 1941 y hecho prisionero de Auschwitz.

Tras la desaparición de tres prisioneros del campo, uno de los comandantes del campo ordenó que diez prisioneros ayunaran hasta morir, como represalia. Kolbe se intercambió por uno de los que ya habían sido seleccionados para formar parte de esos diez.

Pedro

Para un chico que socorrerá a las víctimas del pecado.

Pedro Claver (1580–1654) nació en España y entró muy joven en la orden de los jesuitas. Viajó a Colombia, donde todos los meses llegaban miles de esclavos africanos, y allí pasó los siguientes 33 años predicando sin descanso entre estas gentes, cuidando a los enfermos, bautizando y asegurándose de que conocían el amor de Dios.

Vicente

Para un chico que alimentará a los hambrientos.

Vicente de Paúl (1581–1660) fue un sacerdote francés que pasó gran parte de su tiempo ayudando a los enfermos, los pobres y los vulnerables. Entendía las limitaciones del esfuerzo individual, así que se dirigió a los más pudientes para pedirles sustento en su labor. Él y sus ayudantes llegaban a dar sopa y pan hasta 16.000 personas pobres cada día. Muchas parroquias de hoy en día continúan la labor de Vicente a través de las sociedades de San Vicente de Paúl.

Faustina

Para una pequeña que propagará la misericordia de Dios.

Faustina Kowalska (1905–1938) era una de los diez hijos nacidos en una familia polaca pobre. Una serie de visiones le dijeron que anunciara el mensaje de la misericordia de Dios a todo el mundo, incluso aquellos que habían renunciado a Su camino y palabra.

Martín

Para un chico que forjará su propio camino.

Martín de Tours (316–397) nació de padres paganos en lo que es la Hungría de hoy en día. A la temprana edad de 12 años, empezó a plantearse si debería continuar su estilo de vida pagano o convertirse para seguir a los cristianos.

Durante el resto de su larga vida siguió un camino que no era precisamente lo que su familia y conocidos esperaban de él. Predicó el amor de Dios hacia todos, ya fueran paganos o cristianos, y mostró su amabilidad y cariño a todos los que conoció.

Margarita

Para una chica espiritual con un corazón romántico.

Margarita de Escocia (1045–1093) viajaba en barco hacia Hungría cuando una tormenta cerca de la costa de Escocia hizo naufragar el navío. El rey escocés, Malcolm III, invitó a Margarita y su familia a permanecer en su castillo hasta que el barco fuera reparado… y Margarita y Malcolm se enamoraron y acabaron casándose.

Margarita influyó en su marido para que siguiera al Señor y juntos abrieron muchos monasterios, iglesias y escuelas en Escocia. Margarita ayudó a los necesitados con comida y ropa, e incluso dio cobijo a mendigos en su castillo.

Francisco

Para un chico que mantendrá a raya el mundo de lo material.

Francisco Javier (1506–1552) viajó a la India en 1541 para predicar entre los pobres sobre la vida de Jesús. Aunque no sólo predicaba, sino que vivía conforme a sus enseñanzas.

Vivió como vivían los pobres, comía lo mismo que ellos y compartía su vida y su trabajo con los menos afortunados del mundo.

Esteban

Para un chico que crecerá al cuidado de los necesitados.

Esteban el Mártir (murió en el 34 d.C.) es venerado como el primer mártir cristiano. Se convirtió del judaísmo después de escuchar la predicación de los apóstoles de Jesús y ayudó a distribuir comida y ropa entre los más pobres de Jerusalén.

Sin embargo, algunos judíos consideraron que había renunciado a Dios al seguir la palabra de Jesús, así que lo sacaron a la fuerza de Jerusalén y lo lapidaron. Él perdonó a sus verdugos mientras agonizaba y pidió al Señor que no le recriminara sus pecados.

Por MaryAnn Davidson

Los padres pueden sembrar la semilla del Bullying

Cuidado con lo que dices: podrías fomentar el Bullying en tus hijos

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El Bullying, sin querer, puede empezar a fomentarse desde la tranquilidad del hogar, con esos comentarios mordaces, despectivos, injuriosos, etc. que los padres hacen delante de los hijos, sobre otras personas.

Esos comentarios suelen fomentar en los hijos la xenofobia, el racismo, la intolerancia, el abuso de fuerza, la discriminación, la burla por el físico o imagen, etc., de eso, solamente hay un pequeño paso para desencadenar el chispazo del crimen del bullying.

Los padres deben comprender que sus comentarios, hechos o actitudes despectivas o agresivas, tienen consecuencias directas sobre el comportamiento de los hijos. Estas son algunas formas de promover el bullying en los hijos:

12 Ocasiones en las que los padres pueden sembrar la semilla del Bullying en sus hijos

1. Cuando critican a las víctimas del bullying al decir “Algo habrán hecho”. “No saben ni defenderse”.

2. Cuando critican a los que son pacíficos y no quieren meterse en peleas, animando a los promotores del bullying: “Son unos cobardes, dejan que todo el mundo haga lo que quiera, no imponen su autoridad”.

3. Cuando critican a todo lo que sea inclusión, flexibilidad, generosidad, comprensión, caridad, respeto, etc.

4. Cuando critican aseverando que todos hacen todo mal, y nosotros lo hacemos todo bien.

5. Cuando critican con expresiones faciales o lenguaje corporal, indicando el disgusto de estar con alguien, que no les cae bien.

6. Cuando critican a los profesores que castigan a los responsables del Bullying.

7. Cuando critican despiadadamente a otros familiares o amigos comunes, en relación con sus gastos o ingresos, situación económica, problemas familiares, etc.

8. Cuando critican de forma hiriente o ridiculizadora, los artículos de opinión, noticias o personas en los medios de comunicación.

9. Cuando critican perversamente, atentando contra la autoestima y dignidad de otras personas, en frases como: “No valen para nada”. “Por mucho que se esfuercen no lo van a conseguir”. “No vale la pena, ni que lo intenten”. “No son capaces”. “Por su culpa, nosotros estamos así”.

10. Cuando critican negativamente todo lo que sucede, expresando intolerancia hacia lo diferente o ignorado.

11. Cuando critican sobre colectivos diferentes a ellos, por su fe, raza, etnia, color, situación económica, cultural, salud, presencia, etc.

12. Cuando critican sobre todo lo que se oye o ve en la televisión, en determinados programas, sin ejercer el derecho de cambiar el canal.

En el mismo hogar puede empezar la siembra de la semilla del odio, pues cuando los hijos llegan a tener poder, en grupo o en solitario, contra otra persona diferente, se le viene el recuerdo de las injurias que sus padres han dicho, sobre determinadas personas. Casi siempre indefensas o en minoría.

Recordemos que los padres deben ser para sus hijos los modelos de virtudes, por eso es importante examinar las propias conductas y evitar todo aquello que afecte negativamente a los hijos.

 

Hombres: Las 10 claves para ser padre hoy

Primera: papá tiene que estar

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En la sociedad actual la figura del padre puede resultar muchas veces algo confusa.

Tomás Malmierca, padre de 8 hijos, nos presenta con su libro La Mirada de papá, los grandes retos a los que se enfrentan los padres de hoy: estar con los hijos, conocerles, darles sustento –material y, sobretodo, espiritual-, exigirles con cariño y autoridad, ser modelos, confiar arriesgadamente en su ejercicio de la libertad, protegerles sin crear dependencias, acogerles, educarles…

En su libro, editado por Ediciones Palabra, Malmierca se replantea cuáles deben ser las principales columnas en las que debe asentarse la misión de padre, hacia dónde debe dirigirse su mirada.

Para todo ello el autor pone de relieve las 10 claves para los padres de hoy en día:

1ª Clave: Papá tiene que…Estar.  La paternidad se saca adelante en lo cotidiano y la presencia paterna efectiva se mantiene incluso en la ausencia del propio padre.

2ª Clave: Papá tiene que…Conocer. Si un padre quiere ayudar a crecer de una forma plena a su hijo deberá conocer sus virtudes y hacerle ver cómo apoyarse en ellas; así como sus carencias para enseñarle cómo suplirlas y mejorarlas.

3ª Clave: Papá tiene que…Sustentar a los hijos. Los hombres implicados en la educación de sus hijos suelen ser excelentes profesionales pero el sustento a los hijos no es solo material sino también afectivo e intelectual.

4ª Clave: Papá debe ser…Autoridad. La autoridad ayuda a crecer en libertad a los hijos y es nuestra propia naturaleza la que nos pide normas y límites.

5ª Clave: Papá debe ser…Modelo. Los padres somos constantes modelos de imitación para los hijos desde que nacen, en lo bueno y en lo malo.

6ª Clave: Papá debe representar…Protección. Las protecciones que debe dar un padre deben der de todo tipo, no solo materiales, sino también afectivas, intelectuales y espirituales.

7ª Clave: Papá debe representar…Acogimiento. Acoger supone traspasar con prontitud los límites de lo puramente material para situarse en el ámbito de lo volitivo y de lo afectivo.

8ª Clave: Papá debe dar…Educación. La buena educación consiste en educar todos los aspectos que nos definen como personas: intimidad, manifestaciones, libertad, diálogo y capacidad de dar.

9ª Clave: Papá debe dar…Cariño. Los hijos para desarrollar todos los aspectos que abarcará su futura personalidad, necesitan la autoridad, la guía y el cariño de un padre.

10ª Clave: Un buen padre será…Piadoso. La piedad filial nos lleva a tener respeto, veneración y misericordia por nuestros mayores, y a transmitirla a los hijos.

 Artículo originalmente publicado por Ediciones Palabra

12 hijos: Convertir el amor en vida

«Sentir la vida crecer en mí me hacía muy feliz”

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“Vivimos no una, sino varias crisis a lo largo de estos años. A medida que nuestra familia fue creciendo, nuestras amistades se iban alejando. Y es que las matemáticas de Dios no son fáciles de comprender. Junto a mi esposo Mario, detrás de cada uno de nuestros hijos íbamos descubriendo un regalo de Él”, cuenta Cecilia a Aleteia.

David, Sandra, Raquel, Israel, Moisés, Fátima, Ana y Miguel (gemelos), Rebeca, Gabriel, Elías y Emanuel son los nombres de los 12 hijos de esta familia de 5 mujeres y 7 varones que Mario González y Cecilia Mendieta formaron desde hace 20 años.

Yo le pedí con mucha fe sólo un hijo a Dios. Nunca imaginé esta maravilla. La magia de convertir el amor en vida, ha sembrado en mí esperanza cada día. No siempre estuvimos abiertos a la vida”, confesó Cecilia.

“No entendía los planes de Dios. Él me había elegido para ser madre. Me enviaba ángeles desde el cielo. Sabía por qué lo hacía y en qué momento hacerlo. Ahora recién lo comprendo. Pasábamos momentos difíciles en nuestra economía”, expresó Cecilia.

Sin embargo, esa luz que Dios ponía en el vientre de Cecilia era la mejor medicina.

Una verdadera comunidad

A la segunda de sus hijas, Sandra de 22 años, le ha tocado dejar el hogar, pues acaba de contraer matrimonio. David, el mayor de los varones de 24 años, desde hace tres estudia para sacerdote. Ellos dejan la familia con la experiencia de haber recibido la fe desde pequeños”, cuenta Cecilia.

“Cada uno iba llegando en el momento más oportuno”, cuenta Cecilia, entre risas, hasta en un momento ellos se convirtieron en “antiestrés” para la pareja, eran la mejor terapia.

“A veces tratamos de confeccionar un Dios de bolsillo, queremos todo a nuestra medida”, dice otro de los hijos tratando de explicar la falta de fe y el temor al fracaso de los matrimonios jóvenes, quienes parecen no comprender la dimensión de la familia.

Se tejen nuevas miradas frente a la vida, se forma una verdadera comunidad. Uno aprende del otro.

El último, de 6 años, está agradecido de contar con tan buenos maestros en casa: sus hermanos. Se aprende a manejar los momentos difíciles con lo que se tiene alrededor.

El milagro de las familias numerosas

“Los más duros momentos fueron cuando se tuvieron que enfrentar a la adolescencia. Hemos visto milagros en nuestros propios hijos cuando se enfermaban, incluso cuando se han querido ir de casa. La vida misma es un milagro, para nosotros”, señaló Cecilia.

Esta madre ya no podrá engendrar más hijos: le han diagnosticado histerectomía en el cuello del útero. Sin embargo, las pupilas de los ojos de sus hijos hablan ahora de todo lo vivido en su familia.

“Creo haber cumplido con los planes de Dios, le estoy muy agradecida”. “El sentir la vida crecer en mí me hacía muy feliz”, agregó Cecilia.

Las familias numerosas, dice el papa Francisco, no son causa de pobreza, “las familias sanas son esenciales para la vida de la sociedad”. Muchas parejas que tienen familias numerosas entienden su labor de padres como una forma de colaborar con Dios en la creación.

Habla una madre de dos niñas con microcefalia

«No las veo como si tuvieran terribles defectos de nacimiento, las veo hermosas»

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Una madre de dos hijos con microcefalia —el defecto de nacimiento que es centro del pánico mundial ligado al virus del Zika, originado por mosquitos— hace un llamamiento para la compasión y el entendimiento hacia los bebés que puedan estar afectados por esta condición, en lugar de los intentos de erradicación a través de programas de control natal y de aborto apoyados por los gobiernos.

En una emotiva entrevista con el Washington Post, Gwen Hartley, con dos hijas, Claire y Lola, de 14 y 9 años, nacidas con microcefalia (Hartley también tiene un hijo autista, Cal, de 17 años) declaró para el periódico que para su familia ha sido especialmente doloroso ser testigos de este miedo internacional a la microcefalia.

Y más aún en vista de que los gobiernos de algunos países afectados han prevenido a las mujeres para que eviten completamente el embarazo y, en Brasil, el país que es epicentro de la crisis, ha empezado un debate sobre si se deberían relajar las leyes relacionadas con el aborto vigentes en el país, con el fin de permitir realizar arriesgados abortos en estado avanzado de embarazo a madres cuyos hijos muestren signos de microcefalia y así prevenir el nacimiento de más bebés con dicha condición.

Hartley explicó al Washington Post que es difícil no sentirse ofendida ante la idea de que alguien mire a sus hijas y diga “mejor que esto no vuelva a pasarle a nadie”.

“Llamaron [a la microcefalia] un ‘terrible’ defecto congénito”, afirmó Hartley. “Yo no veo [a mis hijas] como si tuvieran terribles defectos de nacimiento. Yo las veo preciosas. Para mí no es un abominable y horrible defecto congénito. A mis ojos, no son menos hermosas”.

La microcefalia, que significa simplemente “cabeza pequeña”, es una condición por la cual la cabeza de un bebé no consigue crecer hasta el tamaño normalmente esperado antes del nacimiento.

Dependiendo de si el cerebro del bebé queda afectado o no,las consecuencias pueden ser desde mínimas hasta severas.

Algunos niños afectados tendrán unas funciones cognitivas perfectamente normales a pesar del reducido tamaño de sus cabezas, mientras que otros puede que sufran convulsiones, retrasos del desarrollo, enanismo integral, dificultades mentales a largo plazo y/o una esperanza de vida muy disminuida.

Las hijas de Hartley se encuentran en el extremo más severo del espectro y sufren de enanismo, parálisis cerebral y epilepsia.

Ninguna de las chicas puede andar ni caminar, aunque Claire, con casi 15 años, ha empezado a aprender a gatear hace poco. Por su parte, su hermana pequeña Lola puede indicar sus preferencias señalando objetos con la nariz.

Hartley escribe un blog, The Hartley Hooligans, donde comparte historias personales sobre las tribulaciones y los triunfos de su familia, al tiempo que crea conciencia sobre la microcefalia y las condiciones médicas relacionadas.

A medida que han ido incrementando los miedos causados por el zika y la microcefalia, también ha aumentado el tráfico de visitas a su blog. Hartley comentó al Washington Post que afronta esta situación con sentimientos encontrados.

“Una parte de mí se siente agradecida por la concienciación de algo con lo que estado lidiando durante 15 años; otra parte de mí se siente apenada por las familias, porque sé por lo que han pasado, por partida doble. Ha sido muy emotivo”,contaba Hartley al Washington Post.

“Al mismo tiempo, también conozco la alegría que estos niños pueden traer consigo. No querría que ningún otro niño fuera deliberadamente afectado, pero estoy contenta porque [los padres] ahora sabrán lo que yo sé. No habría elegido esto para mis niñas, pero tampoco sabía lo que me estaba perdiendo”.

En una publicación de su blog en respuesta al miedo alrededor del zika, Hartley escribió hace poco:

“Confío en que, tal vez, de alguna pequeña forma, mi testimonio pueda ayudar a esas nuevas madres cuyos bebés han sido diagnosticados con microcefalia a sentir menos soledad y menos miedo. Por supuesto que no tengo todas las respuestas en relación a su diagnóstico, pero quiero ayudar a tranquilizarlas de cualquier forma que me sea posible”.

“Me parece triste que la microcefalia esté siendo denigrada en los medios de comunicación a causa del zika, y espero que el público general se dé cuenta de que este diagnóstico no es algo que yo hubiera elegido, pero que por tener a dos hijas con esta condición MI BENDICIÓN NO ES MENOR que si sus nacimientos hubieran sido típicos. Estoy tan orgullosa de mis hijas como lo estoy de nuestro hijo autista, Cal”.

Si quieres lee el resto de la entrevista del Washington Post a esta valiente madre, haz clic aquí.