Carta de una actriz porno a su hijo

Aurora Snow, estrella del porno, se arrepintió de la carrera profesional que había llevado y quiso escribir un texto cuando estaba embarazada de su primer hijo

 

Hijo mío,

fichero_27115_20131007Mientras escribo esto, todavía no has venido al mundo, no debes nacer hasta mediados de diciembre. En el momento de leer esto serás lo suficientemente mayor como para navegar por Internet y tendrás la edad suficiente para que te gusten las niñas y también para saber el nombre de Aurora Snow. He temido este día desde hace muchos años y mi esperanza es que encuentres este artículo antes de tropezar accidentalmente con las fotos o vídeos que muestran a tu madre de una manera que nunca quise que vieras. Me explico.

Tu madre creció muy, muy pobre. A principios de 2000, iba a la escuela en la UC Irvine, y aunque en el instituto yo era un estudiante de matrícula de honor, que sacaba buenas notas en los exámenes, y pasaba semana tras semana rellenando solicitudes, me estaba ahogando por los préstamos universitarios. Me sentía frustrada y sentía que mi oportunidad de tener una educación superior se desvanecía, así que respondí a un anuncio en el periódico Orange County Register.

La letra negrita grande me llamó la atención: Modelos de desnudos femeninos: gana 2.000 dólares al día.

Necesitaba el dinero

No tenía vergüenza y necesitaba el dinero. Sabía a ciencia cierta que no quería una familia propia. Fue antes de que todo y todos estuvieran en internet, y pensé que podía esconderlo de mi madre, de mi padre y de mis hermanos. ¿Qué tenía que perder? Pensaba dedicarme a ello durante un año, pagar mi deuda y pasar página sin mirar atrás. No funcionó de esa manera.

La atención me hacía sentir bien. El dinero era increíble. Pero incluso con la atención nunca me sentí guapa. Yo pensaba que, en cualquier momento, se darían cuenta de que habían cometido un error y me pedirían que me fuera a casa y traerían una chica bonita al estudio. Nunca lo hicieron. Y el trabajo de posar desnuda pronto dio lugar a que alguien me preguntara si quería tener sexo delante de la cámara por dinero. Aún más dinero. Le dije que sí, y esa decisión me arrastró por el ajetreado y colorido camino del cine adulto.

Por razones que se escapan a mi comprensión, me siguieron pidiendo que hiciera películas. Pronto estaba en las carátulas, en posters e incluso en programas convencionales de televisión. Tu bisabuela fue la primera en descubrir mi profesión secreta (ella me vio en una cinta VHS en casa de su amigo), y rápidamente informó a tu abuela y a tus tíos. Pese a estar decepcionados con mi elección, nunca dejaron de amarme y permanecieron a mi lado en todo momento.

Tu abuela pensó que debía hacer algo con mi mente y no mi cuerpo. Se preocupaba mucho por mí y siempre esperaba que encontrara mi camino. Aunque nunca he hablado directamente con tus tíos, la cuestión siempre ha estado en el ambiente. Tu abuelo vivía en otro estado, y se enteró de lo que estaba haciendo cuando me vio en el programa de televisión de Howard Stern. En retrospectiva, estoy muy agradecida de haber sido una de las pocas chicas en el programa que conservó la ropa puesta. Mantenía mi sentido del decoro cuando no estaba en el estudio.

En este punto de tu vida, espero haberte enseñado la importancia de la honestidad, así que voy a ser honesta contigo. He hecho casi todo lo imaginable en mi carrera de actriz de cine adulto y si escarbaras suficiente encontrarías cosas que considerarías terribles. Honestamente puedo decir que me acerqué al cine de adultos como un trabajo y, al igual que cualquier tipo de trabajo que he tenido, lo consideré importante y lo hice lo mejor posible. A veces hacer bien mi trabajo significaba hacer cosas muy graves. Espero que nunca las veas.

El 20 de febrero de 2009 hubo un cambio radical en mi vida. Tu tío Keith tuvo un accidente de moto y se rompió el cuello, y sus dos hijos pequeños quedaron a mi cargo. No tenía ni idea de qué hacer con los niños, pero me vi obligada a aprender mientras cuidaba de tus primos durante dos años, mientras tu tío Keith se recuperaba. Durante ese tiempo, algo cambió. Sentí que algo poderoso cambiaba en mí cuando uno de mis sobrinos me abrazó, confiándome su vida y dándome su amor incondicional. De repente me di cuenta: “Mierda, quiero una familia propia”.

Me di cuenta de lo que me estaba perdiendo

Nunca creí en el amor y estaba muerta de miedo de que nadie se comprometiera conmigo. Yo era un espíritu libre que podía escoger que hacer en cada instante, pero esos sentimientos se desvanecieron cuando me di cuenta de lo que me estaba perdiendo.

Mis prioridades cambiaron. Ya no era la chica dispuesta a hacer cualquier cosa, y, en lugar de eso, me convertí en una mujer con un objetivo. Quería una familia, pero primero tenía que encontrar a alguien con quien crearla. No era una tarea fácil. Un buen amigo mío me presentó a un buen granjero del medio oeste, que también trabajaba en el sector del entretenimiento y la producción de programas de televisión. Él era cálido, encantador y muy orientado a la familia.

A pesar de que yo quería salir del mundo del cine adulto, es difícil cambiar después de dedicar una década de tu vida a tu carrera,sin importar cuál sea la carrera. Tu padre se dio cuenta del bucle en el que estaba atrapada y dijo: “Basta con pulsar el botón de eyección”. Fue un consejo que estaba lista para escuchar. Por primera vez tuve la motivación y el coraje de dejar el negocio.

Hijo, espero que este artículo te ayude a entender y te prevenga de hacer clic en mis vídeos pornográficos. Las decisiones que tomamos pueden cambiar nuestro camino para siempre de una manera que no podemos entender en ese momento. Tomé decisiones que me llevaron por un camino que muchas personas desaprueban. A pesar de lo que pensé entonces, estas son las decisiones que ahora estoy explicando a mi propio hijo. Todo se reduce a las elecciones. Si hubiera sabido que cambiaría un día mi mente y querría una familia propia, hubiera tomado otras decisiones. No puedo decir que hubiera sido mejor, porque cada decisión que he tomado me ha llevado a este punto y no me retracto. Cuando tienes 18 años es fácil ver el futuro y ver exactamente lo que quieres y lo que no, pero sólo 10 años después esa visión desaparece.

Así que recuerda, cuando tomes grandes decisiones en la vida, piensa en el futuro y pregúntate, “¿podré vivir con eso?”. Mi respuesta está en esta carta que espero que hable por sí misma.

Con amor,

Mamá

ForumLibertas se hizo eco de la noticia el 7 de octubre de 2013 y el niño nació en diciembre de ese año.

La familia en TV como no se había visto

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Presentarla como una serie de televisión “pro-familia” sería hacerle un flaco servicio, porque enseguida vienen a la imaginación ejemplos tal vez un poco artificiales de “películas familiares”. This is us no es solo la sorpresa de la temporada, sino sobre todo una serie bien escrita e interpretada en la que el matrimonio y la familia adquieren un sorprendente protagonismo.

Esta serie producida por la NBC e interpretada, entre otros, por Mandy Moore y Milo Ventimiglia, presenta la vida de tres hermanos nacidos el mismo día, de sus padres y de otra serie de personas que integran la familia alargada. Uno se sus atractivos, desde el punto de vista narrativo, es inteligente dosificación de la información y la mezcla de planos temporales: vemos a los chicos nacer y los vemos con treinta y siete años, en un constante ir y volver que nunca resulta confuso.

El elogio alcanza también a cómo consigue reflejar lo que de verdad es una familia, evitando la banalización o el estereotipo. Particularmente relevante es la recuperación de la figura del padre, frecuente fantoche inútil en otras representaciones. Con esto no pretendo afirmar que se trate de una serie que presente solo comportamientos ejemplares, sino que cuenta con una dosis de autenticidad que resulta en muchos momentos conmovedora. Parece que así lo ha entendido la audiencia, pues la NBC acaba de anunciar la renovación para una segunda y una tercera temporadas.

12 hijos: Convertir el amor en vida

«Sentir la vida crecer en mí me hacía muy feliz”

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“Vivimos no una, sino varias crisis a lo largo de estos años. A medida que nuestra familia fue creciendo, nuestras amistades se iban alejando. Y es que las matemáticas de Dios no son fáciles de comprender. Junto a mi esposo Mario, detrás de cada uno de nuestros hijos íbamos descubriendo un regalo de Él”, cuenta Cecilia a Aleteia.

David, Sandra, Raquel, Israel, Moisés, Fátima, Ana y Miguel (gemelos), Rebeca, Gabriel, Elías y Emanuel son los nombres de los 12 hijos de esta familia de 5 mujeres y 7 varones que Mario González y Cecilia Mendieta formaron desde hace 20 años.

Yo le pedí con mucha fe sólo un hijo a Dios. Nunca imaginé esta maravilla. La magia de convertir el amor en vida, ha sembrado en mí esperanza cada día. No siempre estuvimos abiertos a la vida”, confesó Cecilia.

“No entendía los planes de Dios. Él me había elegido para ser madre. Me enviaba ángeles desde el cielo. Sabía por qué lo hacía y en qué momento hacerlo. Ahora recién lo comprendo. Pasábamos momentos difíciles en nuestra economía”, expresó Cecilia.

Sin embargo, esa luz que Dios ponía en el vientre de Cecilia era la mejor medicina.

Una verdadera comunidad

A la segunda de sus hijas, Sandra de 22 años, le ha tocado dejar el hogar, pues acaba de contraer matrimonio. David, el mayor de los varones de 24 años, desde hace tres estudia para sacerdote. Ellos dejan la familia con la experiencia de haber recibido la fe desde pequeños”, cuenta Cecilia.

“Cada uno iba llegando en el momento más oportuno”, cuenta Cecilia, entre risas, hasta en un momento ellos se convirtieron en “antiestrés” para la pareja, eran la mejor terapia.

“A veces tratamos de confeccionar un Dios de bolsillo, queremos todo a nuestra medida”, dice otro de los hijos tratando de explicar la falta de fe y el temor al fracaso de los matrimonios jóvenes, quienes parecen no comprender la dimensión de la familia.

Se tejen nuevas miradas frente a la vida, se forma una verdadera comunidad. Uno aprende del otro.

El último, de 6 años, está agradecido de contar con tan buenos maestros en casa: sus hermanos. Se aprende a manejar los momentos difíciles con lo que se tiene alrededor.

El milagro de las familias numerosas

“Los más duros momentos fueron cuando se tuvieron que enfrentar a la adolescencia. Hemos visto milagros en nuestros propios hijos cuando se enfermaban, incluso cuando se han querido ir de casa. La vida misma es un milagro, para nosotros”, señaló Cecilia.

Esta madre ya no podrá engendrar más hijos: le han diagnosticado histerectomía en el cuello del útero. Sin embargo, las pupilas de los ojos de sus hijos hablan ahora de todo lo vivido en su familia.

“Creo haber cumplido con los planes de Dios, le estoy muy agradecida”. “El sentir la vida crecer en mí me hacía muy feliz”, agregó Cecilia.

Las familias numerosas, dice el papa Francisco, no son causa de pobreza, “las familias sanas son esenciales para la vida de la sociedad”. Muchas parejas que tienen familias numerosas entienden su labor de padres como una forma de colaborar con Dios en la creación.

Es la familia con más hijos escolarizados de España

Rosa Pich: “Somos muy ricos… en hijos”

21/11/2013 – Patricia Ruiz-Ruescas

  • Consideran que las ayudas que ofrece el Estado a las familias numerosas son muy escasas.
  • Para ellos la clave de la educación está en poner ilusión, disfrutar a pesar de los momentos de caos, y transmitir esa alegría.

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Cuando un padre o una madre cuentan que tienen 18 hijos lo primero que se le viene a la cabeza a la persona a la que se lo dicen es la cantidad de cifras que tendrá su cuenta bancaria. “Muchas personas nos dicen que debemos ser muy ricos, y yo, pensándolo, me dije, pues sí, somos muy ricos… en hijos. En hijos puedo decir que somos ricos, pero las personas que tienen mucho dinero son las que suelen salir en las revistas de corazón y a mí, hoy por hoy, ni me han llamado, ni he salido en ninguna”, explica bromeando Rosa Pich-Aguilera Roca, autora del libro ‘¿Cómo ser feliz con 1, 2, 3… hijos?’.

Para Rosa su riqueza se basa en las ganas de disfrutar con su familia aunque reconoce que ha tenido que soportar muchas críticas por el hecho de tener 18 hijos. “Cuando paseábamos por el barrio e íbamos al mercado, porque los primeros años de matrimonio iba al mercado, ahora ya la vida no me da, me decían: ‘Señora, ¡pero cuántos tiene usted! ¿Y esperando otro? ¿Qué va a hacer con tantos?’. Y yo pensaba: ‘usted tiene que estar contenta porque yo cada semana vengo aquí a comprarle más fruta, y de momento los crío yo, no los cría usted’”.

A Rosa y a Chema con frecuencia les recriminaban que era unos inconscientes y que, en los tiempos que corren, “la vida no está para tener tantos hijos, pero ahora, con el paso del tiempo, piensan ‘qué feliz, qué contenta se la ve por la calle, rodeada de sus hijos’. Yo creo que uno de los problemas más grandes que tenemos hoy en día es la soledad, tampoco he tenido 18 hijos para no quedarme sola, pero sí que es verdad que una persona que ha sido generosa en su juventud y se ha dado a los demás, luego en la vejez siempre estará rodeada de hijos, de nietos o de amigos”, reflexiona Rosa.

Sus hijos… ¡quieren más hermanos!

Después de cada hijo la pareja recapacitaba sobre su estado psicológico, físico, y económico. “Valorábamos todos los aspectos, nos liábamos la manta a la cabeza y a por otro. Un poco una locura pero también… ¡bendita locura! A veces nos preguntábamos si llegaríamos a final de mes, pero luego pensábamos que uno más tampoco se iba a notar mucho porque los 18 no vienen de golpe… ¡Así que se le echa un poco más de agua al caldo y ya está!”, indica la autora, que reconoce que tener tantos hijos supone un coste económico y que desgasta físicamente, “pero al final ves que el corazón se ensancha, y cada vez más y más. Mis hijos cada noche me dicen, ‘mamá, ¿por qué no tenemos más?, no mellizos sino trillizos’. Los niños ven que mamá está feliz, que está con todos, y que un hijo más es una alegría y unas ganas de vivir y de disfrutar”.

Sin embargo, reconocen que las facilidades que ofrece el Estado por ser familia numerosa son muy escasas. “Actualmente el único beneficio que tenemos es el que ofrece Renfe, y alguna tienda que te descuenta un 10 por ciento”. Cada Navidad viaja en tren y se trasladan de Barcelona a Madrid, donde reside la familia de Chema, para pasar las fiestas. “Mi marido va con la furgoneta, en la que sólo puede llevar a nueve, y yo voy con los pequeños en Renfe, que pagan el 50 por ciento por ser menores de 12 años, y los pequeños de menos de 4 no pagan”, explica.

Educados para volar alto

Los Postigo Pich son en la actualidad la familia con hijos escolarizados más numerosa de España. “Los colegios a los que llevamos a nuestros hijos van en la misma dirección que nosotros, nos ayudan en la educación, tienen unos criterios y unas metas que hay que poner como objetivo a través de la educación y de la lucha”, señala la autora.

En la actualidad, y dada la situación en España, uno de sus hijos está estudiando en Corea. “Les estamos educando para que puedan volar muy alto, pero está claro que si aquí no encuentran trabajo tendrán que ir a buscarlo fuera”, indica. Para Rosa, sin embargo, la clave de la educación de sus hijos está en “tener mucho optimismo, muchas ganas de pasarlo bien, poner ilusión, disfrutar, a pesar de que haya momentos de caos… ¡y transmitirlo! En una casa lo que tenemos que valorar es si hay alegría. Está claro que en todas las familias hay gritos y peleas, pero la tónica general tiene que ser de alegría y de diversión”.