¿POR QUÉ LOS EXORCISTAS ESTÁN DE MODA?

El retorno de Satán: los exorcismos son ahora «una medida prudente y necesaria»

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Los exorcismos vuelven a estar presentes en la vida del hombre del siglo XXI. Hace unos días se publicaba la noticia de que el cardenal arzobispo de Madrid Rouco Varela había decidido nombrar ocho nuevos exorcistas ante el aumento de los casos de “influencia demoniaca” en Madrid. Además, unas imágenes que circularon por todo el mundo hicieron que muchos se preguntasen si efectivamente elPapa Francisco había realizado un exorcismo a la vista de todo el planeta. Por si fuese poco, la cultura popular también tiene algo que decir sobre el tema: el número uno en la taquilla británica ha sido The Last Exorcism: Part 2 (Ed Gass Donnelly).

Podríamos pensar que en un momento en el que la influencia de la religión parece encontrarse en retroceso, las posesiones infernales podrían haber perdido la gran repercusión que tuvieron en tiempos de El exorcista (William Friedkin), y no es así. Sea en la cultura popular o en la religión cristina católica, estas expiaciones parecen haber vuelto para quedarse. Pero, ¿por qué nos siguen fascinando? ¿Es simplemente que en este momento hay más, o que ahora están saliendo a la luz?

En tiempos de bonanza, vamos al médico. En tiempos de crisis, también al exorcista

El teólogo y capellán en la Universidad de Navarra Rafael Hernández Urigüen afirma que “se trata de un fenómeno mediático muy interesante”, pero innegable. Como recuerda, Satán era un personaje que cada vez tenía menos presencia en el imaginario colectivo y que ahora ha vuelto con gran fuerza. El teólogo considera que lo que ocurre, a diferencia del pasado, es que “ahora hay más visibilidad”. La decisión de Rouco y el acto del Papa tan sólo han impulsado esa tendencia, ya que “es un tema morboso que siempre ha causado interés”.

Él mismo ha comprobado en su propia piel el auge del interés en los exorcismos, que sitúa hace un par de años, cuando fue entrevistado en una cadena de radio. Desde entonces, le han tomado por exorcista (“algo que no soy”) y muchas diócesis se han quejado por no tener a exorcistas entre sus filas. Por eso mismo, Hernández Urigüen califica la decisión de Rouco Varela como “prudente y necesaria”, y expresa haberse alegrado por dichos nombramientos.

Exorcismos y posmodernidad

El sociólogo Josetxo Beriain de la Universidad Pública de Navarra identifica este retorno de los exorcismos como “una variante de la sociedad posmoderna” que ha sido impulsada por la crisis. Beriain recuerda que “se otorgan premios Nobeles a economistas que no han sido capaces de predecir la crisis”, lo que tiene como consecuencia la crisis de lo racional, a causa de “sus excesos”.  “En tiempos de bonanza, nos gusta ir al médico para que nos cure las enfermedades”, explica el autor de Modernidad y violencia colectiva. “En tiempos de crisis, vamos al médico, pero también al exorcista”.

El proceso de retorno a las creencias del pasado propio de todo período de recesión y, por lo tanto, de conservadurismo, influye en un alto grado en el retorno de estos actos inexplicables. Como explica Beriain, ante este panorama en el que las creencias racionales han sufrido un fuerte golpe, “se vuelve a los planteamientos más religiosos y espirituales”. Según el sociólogo, los exorcismos siempre han estado presentes, pero hay momentos más propicios para ellos que otros. Y, parece ser, el siglo XXI es uno de ellos. Sin embargo, Mónica Cornejo, especialista en Antropología de las religiones y profesora de la Universidad Complutense de Madrid, no cree que la crisis sea la principal causante del auge. Este comienza en los años noventa, en un momento de bonanza económica, cuando se buscan otras formas de vivir la religión. “Se echa de menos algo en ella, que sea más fuerte, más corporal”, indica.

La Iglesia no es secretista respecto a los exorcismos, simplemente imita a Jesucristo

Son dos los factores que según Cornejo nos han devuelto los exorcismos a nuestra práctica de la religión. El primero, desde un punto de vista más social, “es la realización de exorcismos por protestantes evangélicos, lo que condujo a la Iglesia católica a volver a preocuparse por estas manifestaciones”. Cornejo recuerda que hubo un tiempo en el que los que creían en posesiones “tan sólo podían recurrir a los pastores protestantes”. Es por aquel entonces cuando Gabriel Amorth, exorcista oficial de la Iglesia, comienza a dar más visibilidad y a decir a la Iglesia católica que debe dar una solución a esa exigencia de sus fieles. La otra razón que Cornejo proporciona es cultural: “se retorna a un sentido más corporal de la experiencia religiosa, algo que también se debe a la influencia protestante”. Es lo que ocurre, por ejemplo, con el movimiento de Renovación Carismática.

¿Un tabú a la luz?

Pero, si existe el mismo número de exorcismos de siempre, ¿por qué parece que la Iglesia cada vez le da más visibilidad? ¿Quizá porque ha desaparecido el tabú que rodeaba a estas actuaciones? Rafael Hernández Urigüen aclara que el hecho de que no se hable con mayor frecuencia de estos rituales no responde a que se considere un tema tabú para la Iglesia, como se podría sospechar, sino que “se trata de una acción redentora que imita a aquella que habría hecho Jesucristo”. Y, por ello, “los exorcistas siguen el ejemplo del Mesías humilde, y evitan el espectáculo por todas las medidas posibles”. El profesor señala que aunque muchos han acusado a la Iglesia de “secretista” respecto a su papel en este tipo de actuaciones, en realidad lo que hacen los sacerdotes, es emular a Jesucristo.

El nuevo rito utiliza el concepto de ‘atormentados’

Además, existe un matiz legal muy importante: “un exorcismo es algo muy personal”. Y, por ello mismo, al igual que ocurriría con una intervención médica, está protegido por las leyes de privacidad. “No se puede publicitar porque hay que vigilar las leyes de privacidad y protección de datos, salvo en el caso de que se quiera difundir por dar testimonio”. Curiosamente, el rito ha cambiado a través de los años, así como la terminología que a él se le asocia: “en el nuevo ritual se habla de ‘atormentados’, que es menos peyorativo que ‘endemoniados’”.

Los exorcistas siempre han mantenido ante las críticas recibidas durante los últimos siglos que su labor es complementaria a la de los psiquiatras. “Es un trabajo interdisciplinar”, se defiende Hernández Urigüen. “En primer lugar, la psiquiatría examina al paciente, un paso antes de comenzar el exorcismo”. Pero, como él mismo señala, la regla general es “la de Juan Pablo II, actuar con la razón”. Sólo en caso de que no haya ninguna explicación que la ciencia pueda proporcionar, indica el teólogo, es cuando se recurre al exorcismo. Como Beriain recuerda a propósito de la mítica El exorcista, al principio el padre Karras tan sólo se describe como «un psiquiatra de Harvard que practica la psiquiatría». Pero, cuando visita a la madre de Reagan, esta le dice que científicamente, está desahuciada. «En la sociedad actual, además de gérmenes, ahuyentamos espíritus», concluye el sociólogo.

La avalancha de casos obliga

Muchos sacerdotes no saben qué hacer 

La avalancha de casos obliga al obispo australiano Porteous a publicar un manual de exorcismos 

La solicitud pastoral del auxiliar de Sidney no es sólo para los fieles afectados: también para su clero, que ignora la influencia del demonio. 

Actualizado 6 octubre 2012 

C.L. / ReL

Que la presencia y actuación del demonio se ha incrementado en los últimos años ya es un hecho constatado, y sólo divergen las respuestas pastorales ante esta realidad.

Una realidad palpable

La del auxiliar de Sidney, Julian Porteous, de 63 años, ha sido neta en cuanto ha tomado conciencia de la magnitud del fenómeno. Y no ha sido hace mucho: «Me he implicado en esto en los últimos años. Me he encontrado con un gran número de personas que querían hablar conmigo porque estaban siendo afectadas por una u otra forma de mal espiritual».

No era el único problema: «Lo que más me llamaba la atención es que numerosas personas me decían que cuando acudían a su parroquia, el sacerdote tampoco sabía realmente qué hacer, qué aconsejar o cómo ayudarlas. ´Eso ya no lo hacemos [en referencia a los exorcismos], ya no forma parte de la Iglesia´, les llegaban a decir algunos».

Pero monseñor Porteous comprende la inquietud de los fieles: «La gente vuelve a la Iglesia porque sienten que es el lugar donde pueden conseguir ayuda, porque a lo que se están enfrentado es de naturaleza espiritual».

El obispo auxiliar de Sidney decidió involucrarse en estos casos mediante la publicación dedos libritos destinados principalmente a su clero y que presentó la semana pasada en la catedral de Santa María de la ciudad australiana, ante un auditorio que incluía, entre otros, a veinte sacerdotes diocesanos. Se trata de un Manual de Exorcismos Menores y de un directorio de consejos para personas que padecen males espirituales.

Se trata, sobre todo, de interpretar esos males y de aclarar si hay en ellos algún elemento demoniaco, afirmó el prelado en el acto, según recoge el semanario católico australiano The Catholic Weekly. Porteous ha consultado a psiquiatras y psicólogos para su redacción.

No se trata, pues, de meras elucubraciones. Se trata más bien de la iniciativa de un pastor ante sus ovejas, a causa de la falta de comprensión pastoral de estos temas de las que -confesó- ha sido testigo personalmente.

Los tiempos han cambiado

Presentó los libros el sacerdote jesuita Greg Jordan, quien se sinceró ante el público: «Hace treinta o cuarenta años la reacción ante estos libros habría sido de extrañeza. ´¿Para qué los necesitamos?´, habríamos dicho». Pero ahora la necesidad es «tan grande» que considera ambas obras «de valor incalculable». 

¿Por qué?, continuó el padre Jordan: «Porque la mayor parte de la gente ignora todo sobre el demonio y su influencia y la respuesta de la Iglesia a ella. Y quien está bien instruido… está bien armado«.

Primera publicación en el mundo dedicada a los exorcismos

Se llama «Egzorcysta» 

Lanzan en Polonia la primera publicación en el mundo dedicada a los exorcismos 

Será mensual, tendrá 62 páginas a color, tirará 15.000 ejemplares y costará poco más de dos euros. En Polonia hay 120 exorcistas. 

Actualizado 12 septiembre 2012 

ReL

Unos sacerdotes católicos polacos, aprovechando la popularidad de que goza actualmente el exorcismo en su país, se han aliado con un editor para lanzar una revista mensual que es, según ellos, la primera en el mundo dedicada exclusivamente a la caza del demonio, tal y como informa la Agencia France-Press. 

El primer número de la revista Egzorcysta, de 62 páginas, fue publicado por la editorial Polwen, que tiró 15.000 ejemplares para venderlos a 10 zloty (2,34 euros, 3,10 dólares). Incluye artículos con títulos como «Satanás es una realidad» y «New Age, el aspirador espiritual».

«El aumento del número de exorcistas en Polonia, que ha pasado de cuatro a más de 120 en 15 años, es muy elocuente», declaró el padre Aleksander Posacki, profesor de filosofía, teología, demonólogo y exorcista, en una conferencia de prensa realizada el lunes en Varsovia por el lanzamiento del mensual.

Exorcismos auténticos y gratuitos

Irónicamente, el sacerdote atribuyó el aumento de las posesiones por el demonio en uno de los países más católicos de Europa al cambio del comunismo ateo por el capitalismo de mercado, en 1989. 

«Esto se debe indirectamente al cambio de sistema, el capitalismo crea más oportunidades para hacer negocios en el campo del ocultismo. Predecir el futuro se ha convertido incluso en una categoría de trabajo para el fisco», declaró el padre Posacki a la AFP. 

«Si la gente puede ganar dinero con eso, por supuesto que eso va a prosperar y el daño espiritual aumentará también» dijo, apresurándose a añadir que un exorcismo auténtico es absolutamente gratuito.

El sacerdote, que también forma parte de una comisión internacional de expertos exorcistas de la Iglesia Católica, señaló «la impotencia de las diferentes escuelas de psicología y psiquiatría» frente a comportamientos extremos que las terapias convencionales no logran sanar. 

«La posesión es lo que resulta de cometer el mal. Robar, matar y otros pecados», declaró a la prensa, agregando que los demonios son expulsados siguiendo un protocolo de oraciones rituales que fueron aprobadas en 1999 por el papa polaco Juan Pablo II.

Confusión con enfermedad mental

Otro sacerdote exorcista, el padre Andrzej Grefkowicz, reveló que había mucha demanda de exorcistas, los que en Varsovia tenían una lista de espera de tres meses. 

Según él, los sacerdotes exorcistas trabajan con psiquiatras para no confundir una enfermedad mental con una posesión. «Yo invito a psiquiatras a las reuniones cuando tengo dudas sobre un caso, y a menudo ambos llegamos a la conclusión de que se trata de una enfermedad mental, de histeria, y no de posesión», indicó el padre Grefkowicz.

 

«Así se vence al demonio»

Prepublicación de «Así se vence al demonio»

Los exorcismos de Juan Pablo II en 1982 y 2000 fueron contra demonios de extraordinario poder

El nuevo libro de José María Zavala incluye relevantes declaraciones de Gabriel Amorth sobre ambos rituales y las circunstancias en que sucedieron.

Actualizado 21 marzo 2012

José María Zavala / ReL

Este martes sale a la venta Así se vence al demonio (LibrosLibres), de José María Zavala, un impactante testimonio de exorcistas y poseídos sobre la realidad de la posesión diabólica y las armas de la Iglesia para luchar contra ella.

El capítulo 3 («Yo he visto a Satanás») incluye una entrevista con Gabriele Amorth, el más prestigioso exorcista del mundo, que lo fue de la diócesis de Roma. En ella cuenta los dos exorcismos, al menos, que realizó Juan Pablo II siendo Papa, y contra demonios de gran poder que no salieron de sus víctimas tras el primer ritual celebrado por el Pontífice y requirieron muchos esfuerzos posteriores.

ReL ofrece, como anticipo de esta obra, la parte de la entrevista consagrada por Amorth al Papa Wojtyla.

Juan Pablo II fue el primer Papa en casi 400 años que se enfrentó, como usted, cara a cara con el diablo. Sucedió el 4 de abril, domingo de Ramos, de 1982, al inicio de su pontificado…
Lo recuerdo perfectamente. Yo conozco a Francesca, la joven que acudió aquella mañana a la audiencia papal en el Vaticano. Previamente, el obispo de la diócesis a la que pertenecía esa chica le preguntó a Juan Pablo II si estaba dispuesto a exorcizarla, a lo que el Papa asintió sin ningún problema. De modo que el Pontífice procedió poco después al exorcismo en su capilla privada del Vaticano. Francesca no hacía más que escupir y revolcarse por el suelo. Las personas que rodeaban al Papa no daban crédito a lo que veían: “¡Nunca habíamos presenciado una escena como la que se describe en los Evangelios!”, reconocían, admiradas.

Pero el primer impresionado resultó ser el mismo Papa, a juzgar por el testimonio del cardenal francés Jacques Martin, según el cual Wojtyla confesó luego a Ottorino Alberti, obispo de Spoleto: “Nunca me había sucedido algo semejante en mi vida”…
Juan Pablo II decía, en efecto: “Todo lo que sucede en los Evangelios, sucede también hoy”. Pero además de pensarlo y decirlo, Juan Pablo II acababa de experimentarlo por sí mismo. Su exorcismo fue de cierta eficacia aunque, siendo sincero, debo añadir que para liberar a Francesca se requirieron cinco años enteros de bendiciones.

¿Recuerda algún otro exorcismo de Juan Pablo II?
Uno mucho más reciente, acaecido en septiembre de 2000. Una chica de diecinueve años de un pueblo cercano a Monza, al norte de Italia, vino una semana a Roma para que la exorcizase junto con mi compañero y hermano Giancarlo Gramolazzo. La sesión se celebraba a primera hora de la tarde, de lunes a jueves. De modo que el miércoles por la tarde ella estaba comprometida con nosotros, pero no así por la mañana. Pensó en acudir entonces a la audiencia general con el Papa en la Plaza de San Pedro. En cuanto llegó allí, los guardias se percataron de que su actitud no era normal y la colocaron en primera fila, junto a los enfermos. Poco después, mientras el Pontífice impartía su bendición a una multitud de más de 40.000 peregrinos, la atractiva muchacha empezó a gritar como una posesa.

¿Intervino la Policía?
Los agentes intentaron tranquilizarla en vano, pues la chica, dotada de una fuerza sobrehumana, logró rechazar a varios de ellos. Gritaba palabras ininteligibles, profiriendo insultos contra el obispo Gianni Danzi, secretario general de la Gobernación del Vaticano, que trataba también de calmarla bendiciéndola con un crucifijo. Intuyendo que la muchacha estaba poseída, monseñor Danzi informó al secretario de Juan Pablo II, monseñor Stanislaw Dziwisz, quien finalmente se lo contó al Papa.

¿Y qué hizo el Papa?
Ordenó que retirasen a la chica a un lugar apartado, donde él mismo pudiese exorcizarla al término de la audiencia pública. Hicieron entrar así a la joven por el Arco de las Campanas, rodeando la Basílica de San Pedro, para conducirla finalmente hasta un lugar cerrado donde Juan Pablo II la exorcizó en presencia de sus padres, del obispo Danzi y de varios hombres que a duras penas podían sujetarla.

Aquella misma tarde, Giancarlo Gramolazzo y yo volvimos a bendecir a la muchacha acompañados de monseñor Danzi. Ella misma nos contó lo ocurrido por la mañana en el Vaticano. El exorcismo del Papa tuvo algún efecto beneficioso, pero no sirvió para liberarla del diablo. Juan Pablo II trató a la joven, eso sí, con inmenso cariño durante media hora, anunciándole que ofrecería por ella la Misa del día siguiente.

El jueves repetimos el exorcismo, durante dos horas. El demonio aludió entonces al encuentro celebrado la víspera con el Papa. Estaba contentísimo. Menudas carcajadas soltó el miserable. Indujo a la pobre muchacha a decirme: “¡Ni siquiera tu jefe [Juan Pablo II] ha logrado hacer nada conmigo!”.

¿Cuál fue el origen de la posesión?
La chica era un portento de bondad y de pureza.

¿Entonces…?
Ofrecía al Señor todos los sufrimientos atroces por la conversión de los pecadores.

¿Víctima de algún maleficio, acaso?
Yo creo que sí. Con tan sólo doce años quedó ya poseída… hasta que tuvo diecinueve. Pero insisto: cuando no se manifestaba la posesión, era buena y candorosa, ofreciendo su particular calvario por la expiación de las almas.

¿Tiembla Satanás cuando se invoca a Juan Pablo II en los exorcismos?
Una vez le pregunté al demonio: “¿Por qué tienes tanto miedo a Juan Pablo II?”. Me dijo que por dos motivos: primero, porque había desbaratado sus planes con la caída del régimen comunista en Europa; y segundo, porque le había arrebatado las almas de muchos jóvenes durante su pontificado. Acto seguido, al preguntarle por qué temía también a la Virgen María, me contestó: “Porque he sido muy humillado y vencido por una criatura humana”.