“Estoy por irme al cielo, los ayudaré desde ahí”

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Las últimas palabras de Gloria Trevisan a su mamá son de esperanza: estar preparados para morir tan jóvenes es una verdadera gracia

¡Qué hermosa es Gloria Trevisan! Una jovencita bellísima y normal. También Marco, su prometido, es guapo. Parece contento. Están ahí, con sus bellas caras juveniles, publicadas en los perfiles de las redes sociales personales y ahora también en las grandes páginas web de importantes diarios.

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Pamela Pizziolo | Facebook | Fair Use

Aparecen aún en la lista de desaparecidos, pero no hay motivos, dice el abogado de la familia, para creer que sigan vivos.

No llegué a saber si también Marco llamó por teléfono a sus papás, si también ellos tuvieron esta terrible gracia de poderlo acompañar hasta el extremo de la vida. Los papás de Gloria sí. Pudieron hacerlo porque ella les llamó, tarde por la noche apenas se dieron cuenta que había sucedido algo en los pisos de abajo del condominio viejo de 27 pisos donde vivían.

Ahora que soy mamá desde hace más de 13 años he descubierto en donde están las cuerdas que tiemblan, vibran, jalan sin romperse y ni siquiera se deshilachan que nos unen a los hijos y a sus vidas. Para siempre. Gloria, sin mamá, sería huérfana; su mamá y su papá, sin ella, serán siempre su mamá y su papá. Esta trágica especificación se volvió su esencia.

¿Cómo habrán vivido las horas, los minutos, entre una llamada y la otra?

Estoy impactada con su valentía. Con su permanencia ahí, en su angustioso lugar, dándose fuerza el uno al otro y esperando siempre. Cercanos lo más posible a su hija. La proximidad tenía de por medio la mitad de un continente y un largo y frío tramo de mar. Muchos “y si”, varios metros de “lo siento” y “te extrañaré pero ve y sé feliz”. “Te apoyamos desde aquí”.

Siento alivio al ver narrados estos sentimientos, por saber de estas pruebas enfrentadas con fuerzas heróicas y normales a disposición por estos papás. ¿Habrán tocado fondo sus reservas? ¿A dónde se llega en estos casos? ¿A la médula? ¿A las vísceras? ¿Al corazón, que como órgano vital habrá sufrido quizá un shock, y sin embargo se mantuvo?

Pero este tonto experimento de televisión de la verdad en diferida no tiene sentido, si acaso como un intento de empatía. Y también ésta, a veces, puede volverse intromisión. Perdónenme.

Pienso sólo en las cosas bellas que dijo Gloria a su mamá. Las pocas, las únicas cosas para decir. Gracias. Me voy. Muero, pero voy a vivir. Los ayudaré desde el cielo.

Quién sabe qué fe tenía esta chica. Quién sabe cuán diligente habrá sido su ángel de la guarda, en esos momentos, y cuánto la habrá consolado. Quién sabe la sorpresa cuando le haya visto el rostro. Como escribe Eugenio Corti en El Caballo Rojo: Esteban muere y mientras muere, todo se vuelve al revés y él lo ve. Ve, magnífico, a su ángel.

Si Gloria dijo “voy al Cielo” en un momento así, trágico, definitivo, con esa presencia de espíritu que me parece haber intuido, yo personalmente he llegado a creer.

No es la frase que encontramos en los comentarios de Facebook alternada con el acrónimo R.I.P., al “sonríenos desde arriba”. No es el deseo a veces infantil y aburrido que encontramos por ahí, como una moneda en el sombrero del mendicante, que dejamos caer rápidamente para poder escapar inmediatamente. Lejos del dolor y la muerte: se vuelve absurdo para nosotros, pueblo cansado que se ha olvidado de Cristo y su Redención. No. Se lo dijo en ese momento, sabía lo que decía.

Y como niños que sabemos nacer: competentes y seguros nos volteamos para que pasen los hombros, agachamos la cabeza para salir por el canal del parto, nos empujamos hacia afuera, hacia la luz; así, de la misma misteriosa manera, todos, hombres y mujeres, una vez que hemos nacido y vivido, poco o mucho, sabemos, o deberíamos saber morir. Qué gracia tuvo Gloria, si se pudo dar cuenta y preparar para el momento más importante de su vida.

La hora de su muerte se estaba acercando y ella lo sabía, quiso darse cuenta; junto con su prometido que, hasta que pudo, la tranquilizó, se tranquilizó y a sus futuros suegros. El humo de un incendio es algo aterrador.

Nos sucedió a mi marido, a mí y a mi pequeña primogénita (estaba embarazada). Despertarse en medio de la noche con los gritos de un vecino que lanzó la alarma (Dios lo bendiga siempre); levantarse, correr, respirar con dificultad, toser, lagrimar, no ver las paredes, llegar a tientas a las escaleras, pensando sólo en salir al aire fresco y limpio, con el corazón golpeando la cabeza… Y lo nuestro era una cosa insignificante, en comparación.

(Por eso es una costumbre despreciable y cobarde, aunque coherente con el carpe diem triste de nuestros tiempos, no decirle a la persona enferma de gravedad que le queda poco para vivir. Mentir, fingir que está por curarse. Y ¿cómo se va a preparar? ¿Cómo va a recogerse interiormente y decidir qué decir, qué dejar en los recuerdos de quien le ama, qué decirle a Dios de quien quizás sólo ha sospechado su existencia y el amor?)

Ahora y entonces. Es importante estar listos, vigilantes, presentes.

El Ave María los une en un punto solo, nunc et in hora mortis nostrae. Porque se parecen mucho. Gloria estaba en su ahora y de presente en presente, con el humo asfixiante que llenó su departamento, su ahora se volvió esa hora, la de su propia muerte.

La familia Gottardi afirma que hasta que no se demuestre lo contrario seguirán esperando que su muchacho siga vivo. Y también ella. Por supuesto, cabe esperar. Deseo que puedan volver a abrazarlos o que, por lo menos, puedan recuperar sus restos. Los cuerpos sin vida. No tener ni siquiera el cuerpo del hijo muerto, si realmente sus nombres pasan de la lista de desaparecidos al de las víctimas, es una enorme pena que se añade a la pena. A la Virgen, que es la Dolorosa, se le dio el cuerpo. Espero que puedan parecerse a ella en esto.

Intuyo de lejos el dolor, la desesperación, de estos papás. Su vano ímpetu, su deseo de acusar, en este momento, a todo un país, que está lleno de culpas, que es cobarde, que aplasta y aplasta a los jóvenes, mortifica a las familias, a la madres, padres, niños.

¡Lo entiendo! Su maravilla, su hija bella e inteligente y tenaz, estaba allá, lejos de ellos, después de una licenciatura, llena de vida y proyectos. Estaba allá para poder trabajar dignamente y ganar el dinero que se debería ganar también aquí, ¡caray! Qué rabia, realmente. Deberán, sin embargo, rendirse, y espero pronto, al hecho que ésta aunque sea una injusticia social que mortifica a los jóvenes y con ellos a un país entero y su futuro, no basta para explicar el fin de la vida de Gloria.

Espero que hayan criado y educado a Gloria en la certeza, no obvia, del Cielo, en la seguridad que se nace para vivir en la alegría, la serenidad, la satisfacción de construir algo bello y sobre todo para amar y ser amados; pero se nace también para morir y se muere para vivir para siempre.

Espero que puedan recordar, ahora que parece todo innecesario y negado, todo arrancado de los ojos y el corazón, que la felicidad existe y con la gracia de Dios entraremos en su Reino y ahí sabemos que ningún incendio lo reducirá a humo. Ningún humo nos quitará la respiración. Ningún país lanzado como un viejo tren de las montañas rusas en las vías de la muerte nos hundirá el estómago.

Gloria dijo gracias mamá. De lo que has hecho. Estoy por morir, lo se.

La última llamada se remonta a las 4. Según el entrecomillado del Corrierela chica dijo “Mamá, me he dado cuenta que estoy muriendo. Gracias por lo que hiciste por mí”. Luego, el adiós: “Estoy por irme al cielo, los ayudaré desde ahí”.

Como hacen siempre los hijos, pidió ayuda a los papás, a pesar de su evidente impotencia. ¿Qué habrían podido hacer desde Italia? Los sometió a un dolor y a un estrés enormes, al que no deberían haber sido sometidos, creo yo. Todo por estar con ella. Y ella, pobre muchacha, a quién más habría podido acudir si no a quien la trajo al mundo y la ha amado? Incluso los soldados moribundos, quien da a luz, todos nosotros, frente a la muerte, al dolor, al miedo, a las cosas grandísimas y definitivas, malísimas y bellísimas, gritamos “mamá”.

Y al final, como siempre hacen los hijos arrinconados, dijo lo esencial: gracias. Me voy. Los ayudaré.

Y no es verdad que no se pueda hacer nada. Hasta que no se tenga la certeza de que esté muerta rezamos que esté viva. Cuando se tenga la certeza o se alegrará y se alabará a Dios o se llorará y sin desesperación se rezará por su joven alma. Si las llamas se la llevaron esperamos que hayan quemado la paja de pecado que pudiera haber cometido. Esperamos que haya pensado “María, aún necesito a mamá. ¿Estás?”.

Y sabemos que con los Sí que cambian la suerte de una humanidad entera María Santísima, la bella muchacha de Nazaret, tiene una cierta experiencia.

Un bebe necesita familia urgente, ¿nos ayudas?

Un desgarrador relato sobre el miedo pero a la vez ilusión y esperanza de ofrecerse como familia de acogida temporal

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Suena el teléfono

Cuando descuelgas el teléfono y oímos al otro lado la voz de un técnico de menores y nos dice.

– Buenos días os llamamos para deciros que tenemos una urgencia de un bebe que necesita familia urgente, ¿cómo estáis, estáis en casa?

En ese momento empiezan las pulsaciones a subir, la cabeza a dar vueltas y una sensación de vértigo que no he sentido más que en ocasiones como esta. Es la misma ansiedad siempre, da igual si es el primero o el décimo, y siempre acabo pensando, ¿seré capaz?  ¿se sentirá bien conmigo? Miedos ante la responsabilidad de cuidar a una personita a la que aún no conozco, no sabemos apenas nada todavía, su sexo, edad y que llega en un par de horas, tiempo justo para preparar lo imprescindible de momento. Doy vueltas por la casa como una loca y tardo el doble de tiempo en hacer cuna, esterilizar biberones, sacar ropa, imposible centrarme, buffff que nervios, que ilusión, vuelvo a mirar por la ventana por si llegan ya.

En casa ya he comunicado al resto de la familia la decisión, no hace falta consultar, siempre dicen si, y los nervios se multiplican por 6 que somos, preguntas y más preguntas que aún no les puedo responder, seguro que hoy no se entretienen al salir de clase. Impacientes por conocer al nuevo miembro de la familia no vienen solos, ya han comentado con amigos, tenemos otro bebe y claro acuden también a verle, todos con cara de bobos, maravillosos bobos que se mueren por cogerle, sin duda vendrán a casa con más frecuencia.

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Ya llega, no sé qué decir al abrir la puerta, estoy hecha un flan, menos mal que los técnicos y nosotros ya llevamos mucho recorrido y nos conocemos muy bien.

Hoy todo lo demás deja de importar el protagonista es el pequeño.

Una vez que ya está en casa y nos han contado su pequeña y corta historia (no por eso menos importante) nos centramos en su cuidado, mimándole y dándole lo mejor de todos y cada uno de nosotros. Él nos lo devuelve con creces día a día y así van pasando las semanas y los meses, va creciendo lleno de mimos y cuidados y nosotros felices de verle tan bien.

Felices y satisfechos de tenerle a la vez que preguntamos al técnico que hay de lo suyo, le adoramos y por eso no queremos que su estancia en casa, se prolongue demasiado. Difícil de entender, lo sé.

Suena el teléfono y al otro lado esta su técnico para decirnos que ha llegado la hora de que el peque se marche, esta vez también se me alteran todas las constantes, alegría/tristeza, ansiedad por saber con quién y donde, preocupación, mil cosas y sensaciones difícil de trasladar al papel. Lo comento con el resto de la familia y todos tenemos la misma maraña de emociones. Hay que preparar su maleta.

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Una maleta que empezamos a llenar desde el primer día con la ropita que traía, donde hemos ido guardando cada cosa suya a la vez que nuestro anhelo y el recuerdo de que ha de marcharse, ahí va su chupete, su peluche, su mantita, su música preferida muchas fotos y un millón de besos y deseos de que sea muy feliz. Una carta escrita por todos donde le damos las gracias por los meses compartidos y disfrutados con él, y van pasando los pocos días con esa pena que da el descuento de horas.

Nos distraemos ideando historias de donde vivirá, como será su familia, como estarán viviendo esta espera e inevitablemente me concilio con su madre aun sin conocerla, vamos a compartir durante pocos minutos un momento especial

Llego el día y hay que llegar puntuales, SONRIENTES, CON BUENA CARA nos están esperando los nuevos papas y la técnica. El pequeño va súper guapo, le compramos un traje especial para la ocasión, no todos los días conoce uno a sus padres y queremos causar la mejor de las impresiones. Ya subimos por el ascensor, no me sostienen las piernas y mentalmente voy diciendo… tranquila, tranquila hay que hacer esto muy bien disimula y sonríe, relájate.

Sale el técnico y nos hace pasar a una sala donde hay una pareja aún más nerviosa e histérica que yo, son los papas, besos abrazos y por fin les dejo al pequeño en sus brazos. Qué momento más increíble.

Puedo asegurar que es un momento maravilloso poner al nene en los brazos de sus padres, sentir que va a estar bien y que va a tener su familia y su espacio definitivo, que será un niño mimado, tendrá todos los sobre cuidados de un niño muy deseado.

Todo un subidón en ese momento de final feliz de cuento.

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Les damos un beso y nos despedimos, ya no tenemos nada más que hacer en esa reunión, nuestro momento ya paso y ahora es el espacio para sus nuevos papas, seguro que sabremos de el a través de fotos o llamadas de teléfono.

A nosotros nos toca pasar nuestro duelo y echarle de menos, claro, con la grata sensación que le hemos dejado con su familia y no notara ninguna falta de cariño ni cuidado, felices y tranquilos descansaremos un tiempo hasta que vuelva a sonar el teléfono.

Somos acogedores de urgencia y así lo vivimos felices y agradecidos a cada uno de los pequeños que han pasado por casa.

Un grupo de familias españolas, Asociación de Familias de Acogida de España (FADES)  han comenzado un proyecto de apoyo y difusión del acogimiento familiar. Con el lema “mi derecho a tener familia” quieren difundir el acogimiento familiar y sensibilizar de la importancia del derecho a que un bebé sea acogido en una familia y no en un orfanato, mientras espera a ser adoptado.

En su página web muestran este relato desgarrador.  Esto es lo que ocurre cuando reciben la llamada pidiendo la acogida de un menor. Los miedos, la ilusión, la esperanza…todo lo que viven queda mostrado en este precioso testimonio que publicamos con su permiso expreso.

Para contactar con FADES, entrar aquí: www.fadesonline.org

La historia de la irresistible “sonrisa prematura”

Derritió a las redes sociales

De los 5 días a los 2 añitos: la súper simpática Freya da esperanza a miles de padres de recién nacidos prematuros

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Una bebecita increíblemente simpática llamada Freya está dando esperanza a miles de papás de recién nacidos prematuros, gracias a la cautivadora foto que fue sacada cuando tenía 5 días de edad.

Lauren Vinje, la mamá de Freya, compartió la foto de la bebé sonriendo de manera radiante en un blog sobre maternidad y recién nacidos. Ella quería alentar a otros papás de bebés prematuros – y la imagen no tardó en hacerse viral en las redes sociales.

“A los 5 días de vida, nuestra primera hija pesaba sólo 1,7 kilos… Pero estaba muy, muy feliz de estar viva. Miré muchas veces esta foto buscando fuerza, entre los altos y bajos de los días que pasamos en terapia intensiva. La vida es muy valiosa”.

“Leí en los comentarios muchas historias de otras mamás. Es importante que las personas que están pasando por la misma situación sepan que no necesitan pasar por eso solas”, dijo Laren a la ABC News.

Su embarazo no fue fácil. En la semana 28, comenzó a mostrar las primeras señales de preclampsia. El acompañamiento médico fue cuidadoso, pero tenso, y cuando la pequeña Freya llegó al quinto día en este mundo, aquella sonrisa de oreja a oreja mostró más claro que nunca que toda su lucha había valido la pena.

“Yo estaba hablando con ella y le dije: ‘Vamos a mandar una foto a papá’. En el instante que iba a sacar la foto, ella soltó aquella sonrisa maravillosa. Aquella imagen me conmovió sobremanera y no podía dejar de compartirla con el máximo posible de personas.Dimos una copia a las enfermeras. Cuando volví al hospital en mi segundo embarazo, la foto aún estaba ahí colgada”.

Sí, los acontecimientos son de 2014, año en que Freya nació en el estado norteamericano de Minnesota, en pleno día de Acción de Gracias. La imagen se hizo viral ahora en las redes sociales, pero Freya ya es una pequeñita lista para soplar su segunda velita, este próximo 27 de noviembre. Y está maravillosa.

“Es lo mejor que ha sucedido”, añade la mamá. “Cada vez que vamos al súper, ella es la bebé más simpática de todos, saluda a todo el mundo. Es muy querida… y muy feliz. Cuando miro esa foto de los 5 días, logro ver su personalidad amable. Y, al verla hoy, puedo decir que ella sigue siendo la misma. ¡Aún es la misma niña feliz de aquella foto!”.

 

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Freya cuando tenía un año: en los brazos de su papá, David, y con su hermanita Elowen, entonces con 2 meses
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Freya superó sus desafíos y sigue sonriendo siempre

 

 

 

Venció el cáncer y ahora lleva alegría a quienes lo padecen

La “Dra. Delicia”, la historia de una mujer a la que estar al servicio de los demás la mantiene viva

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No había red. Sin embargo, el balón saltaba de cama en cama. Se trataba de un singular partido de voleyball.  Mary, sólo miraba y Regina con ayuda de “Santa” salvaban el balón. En medio de la habitación, la “Dra. Delicia”, resguardaba la cancha, le tocaba recepcionar. Cecilia no podía más de la risa.

Las risas iban y venían, pero el rostro de Mary nunca cambió. Hace unas horas le habían amputado los dedos del pie derecho, por una neoplasia que padece. “Hace un año que estoy alimentándome bien” la “Dra. Delicia” confiesa para Aleteia: “Cada vez que llego para darles alegría son ellos quienes me la dan a mí”. Me voy recargada siempre del hospital”.

Y es que el dermatofibroma, que le diagnosticaron en la pierna izquierda, sólo le dejó marcas en el cuerpo, más no en el alma. Ella luce vital. Una vez por semana, esta nutricionista de profesión, le cambia la vida a los pacientes del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN),pero lo que muchos no saben es que esa alegría le permite a ella seguir viviendo.

Antes de recibir la visita de los médicos, Delia Lizama Del Río (“Dra. Delicia”) y Santa Abanto, Quiroga ambas voluntarias del Clown hospitalario, visitan desde hace un año a los más de 50 pacientes que se encuentran internos en el INEN, entidad estatal que asiste en Perú a quienes padecen de cáncer.

De pronto sus pies comenzaron a despertar a quienes sin ganas se sentían cansados. Al son del huayno típico de la sierra, esta guerrera vencedora del cáncer, (observé) logró recobrar, en su público del hospital, por esos instantes, aquello que a veces solemos perder: la alegría.

¿Se pude dar alegría cuando se ha perdido al padre luego de haber sido diagnosticado con cáncer a la próstata? Su hermano murió al padecer de un Linfoma de Hodgkin a los 31 años. Y con todo esto, la sonrisa no deja de dibujarse en sus labios.

¿Qué es lo que guarda el corazón de esta mujer? A sus 53 años “Dra. Delicia”, nombre artístico que escogió para hacer reír a su inusual público, vive recargada de alegría.  Lleva alegría, porque en los tiempos que empezaba a agotarse, sus familiares atrapados con el cáncer, no pudieron gozar de ella. “Doy todo lo que puedo, siempre busco dar. La alegría es un motor para mí. Estar en servicio siempre me mantiene viva y es que logré elevar mis linfocitos y fortalecer mi sistema de defensa. Este es el secreto, pero no le cuentes a nadie”, expresó entre risas.

“He decidido no dejarme vencer por el cáncer. Espero que el tiempo libre, que muchas personas tienen, lo puedan ofrecer al servicio de aquellos que, por ejemplo, necesitan alegría. El solo hecho de dar nos engrandece”, concluyo la “Dra. Delicia”.

Tras 25 años con esclerosis, sus piernas volvían a la vida

Rita Klaus cuenta su testimonio de oración y fe

Lo atribuye a la Virgen de Medjugorje

Actualizado 2 marzo 2016

  1. Fernández / Cari Filii

Rita Klaus vivió en primera persona un increíble caso de curación. Tenía esclerosis múltiple, una enfermedad con la que tuvo que lidiar durante 25 años, algo que para ella “era difícil de aceptar”.  Pero desde 1986 da testimonio de su asombrosa curación, que atribuye a la intercesión de la Virgen de Medjugorje, aunque ella no había estado en Bosnia: sólo había leído un libro sobre las apariciones. 

La historia completa de la curación de Rita, residente en el condado de Butler (Pennsylvania), está recopilada en su libro Rita’s Story, publicado por Paraclete Press.

La enfermedad llegó cargada de sufrimiento
La vida que Rita había soñado pronto comenzó a resquebrajarse, hasta acabar hecha pedazos. Lo único que quería era seguir la voluntad que Dios le había encomendado. 

En su juventud había sido monja, pero la esclerosis provocó que tuviera que abandonar esa vida. Se le concedió la dispensa de votos y regresó a vivir con sus padres en Iowa (EEUU). 

Pronto se dio cuenta de que no podía continuar allí porque ellos tenían que cuidar a cinco hijos más. 

Tampoco podía conseguir seguro médico ni de salud a causa de la enfermedad. “Me sentí terriblemente desgraciada. Lo que más había deseado siempre es ser monja y servir al prójimo. Ahora eso se me había negado”. 

Se mudó a su actual hogar en Pennsylvania, donde le ofrecieron un trabajo como profesora de educación especial en el condado de Butler, en una pequeña escuela de Mars (Iowa). 

Tras el nacimiento de su tercera hija, la enfermedad comenzó a empeorar, así que ya no pudo ocultarlo más. “No podía levantar los brazos por encima de mi cabeza, tropezaba con mucha frecuencia y me caía”.

Una enfermedad sin solución
En el año 1982 no podía valerse por mí misma. “Tenía tanto miedo y estaba tan molesta que comencé a hacerle a Dios promesas interesadas: Dios mío por favor, no permitas que esto empeore. Haré cualquier cosa con tal de que mis manos y mis brazos no se vean también afectados». 

“Cuando la enfermedad llegó a los brazos y perdí la sensibilidad en los dedos otra vez le supliqué: ¡Por favor, Dios, no permitas que esto suba por encima del cuello!”. 

Durante los últimos años pasó de las muletas a la silla de ruedas. Era víctima de una enfermedad que le estaba destruyendo a ella y a sus seres queridos.

“Un día me llamó una amiga para decirme que se iba a celebrar una misa de curación de la Renovación Carismática en San Fernando, para invitarme a ir con ella. Yo no pertenecía a ningún movimiento católico y no tenía ganas de asistir. Pero mi amiga no aceptó un no por respuesta. Finalmente fue mi marido quien me convenció para que asistiera”. 

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“El servicio comenzó con el rezo de un rosario, por lo que al final no era tan malo. Estaba sentada en un banco en la parte trasera de la iglesia, y cuando la procesión de sacerdotes empezó, sentí que alguien me agarra por detrás. Al principio estaba totalmente avergonzada, porque yo ya me había hecho a la idea de que no iba a ser voluntaria para que me hicieran oraciones especiales ni nada”. 

Entonces sucedió algo extraño, cuenta Rita. “Me pareció que una maravillosa paz se apoderó de mí. Era como si toda la infelicidad de los años de sufrimiento por esta enfermedad, desapareciese de repente”.

Al volver a casa esa noche, se prometió a sí misma mejorar mi vida espiritual pues hasta ese momento, estaba alejada de la Iglesia Católica. Aunque había seguido asistiendo a misa, quería compensar lo que sintió durante aquella misa. “Le dije a mi pastor lo que había sucedido y le pedí que orase para que pudiese seguir teniendo esa paz”.

A finales de ese año, la parálisis se extendió hasta las piernas y los brazos, lo que supone una traba para su trabajo como maestra y para su vida familiar. Poco a poco sus piernas se deformaron considerablemente, y los huesos comenzaron a inclinarse. 

Y sucedió el milagro
Un día leyó en Selecciones del Readers Digest un artículo sobre las apariciones de la Virgen de Medjugorje, Yugoslavia. 

Impresionada, decidió comprar un libro sobre las apariciones, que curiosamente recibió por correo antes del plazo de entrega previsto. “Me conmovió mucho, tanto quecomencé a seguir los ayunos que ella pidió a los niños, tomando sólo pan y agua los lunes y los miércoles. 

Una noche, un 18 de junio de 1986, acabó de rezar el rosario cuando oyó una voz que le decía, ¿por qué no pides? “No sabía qué estaba sucediendo porque nunca me había ocurrido algo así antes de ser sanada”. 

“Le pedí a María con todo mi corazón para que mediante su intercesión preguntase a su Hijo si podía curarme. Por favor, ayúdame a mejorar mi fe, donde no esté demasiado fuerte”. 

“Al terminar percibí una curiosa sensación de calor en todo mi cuerpo. Me quedé dormida y ya no recordé nada más”, cuenta Rita. 

Comenzó a llevar una vida normal
A la mañana siguiente, dando clases en su escuela, empezó a experimentar una sensación de calor en los pies y en las piernas. Además sentía un picor intenso. Pero no había manera de que esto pudiera estar ocurriendo, ya que no tenía sensibilidad en los pies desde hace varios años.

“Entonces miré a mis pies. ¡Mis dedos estaban moviéndose! Me quedé completamente impresionada.”

Una vez en casa Rita se percató del milagro que estaba sucediendo. “¡Mi pierna derecha estaba completamente recta!” Había sido operada en dos ocasiones para tratar de enderezarla, pero sin éxito y en ese momento sus piernas estaban perfectamente rectas.

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“Me repetía constantemente: «¡Gracias Madre!, ¡Gracias Jesús! Levanté en mis piernas, sin ayuda, por primera vez en años. Finalmente me di cuenta de que algo maravilloso había sucedido”.

Caminé por el pasillo…, con mis muletas bajo el brazo. Cuando llegué a la base de la escalera, pensé: bueno, si realmente estoy sanada, podré subirlas. Así que dejé las muletas y lo hice. No hacía nada más gritar «¡gracias!» Una y otra vez, estaba en shock. 

Rita recuperó su confianza en Dios
Rita define el momento en que comunicó a su familia la noticia: “era. . . una escena indescriptible. Mi hija mayor estaba llorando, la mediana se quedó con la boca abierta”. Su propio director espiritual, el Padre Bergman estaba sorprendido por lo ocurrido y muy feliz.

“Después de un tiempo, todos nos calmamos y decidimos llamar a mi médico. Atónito nos remitió al hospital. Explicamos allí lo que había sucedido, y nadie se lo explicaba”. 

Tras una batería exhaustiva de pruebas, lo único que pudo hacer el médico de cabecera fue abrazarla. 

Ahora Rita es ejemplo de fe para otros pacientes con esclerosis múltiple y comparte su testimonio y su experiencia. “Rezo mucho a Dios y a su Santa Madre. Yo sólo pido que oren para que todo lo que yo haga, lo haga bien”.

Una visión la salvó

Testimonios de ex-satanistas le dieron esperanza 

Atrapada por el sexo y el alcohol, estaba a punto de suicidarse cuando una visión la salvó 

A los 11 años, una amiga mayor le puso un vídeo porno. «No podía esperar a ser mayor y probarlo yo misma», recuerda. Llenó el vacío interior con amantes, música satánica y borracheras. «Y entonces, Jesús vino a mí».

Actualizado 16 enero 2013

P.J.G / Revista Amaos / ReL

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Las estadísticas indican que aunque hombres y mujeres se ven igualmente tentados por tener relaciones sexuales inapropiadas con otra persona (le sucede a entre un 9% de ellos y ellas), en lo que se refiere a la pornografía son muy distintos: ésta tienta con fuerza a un 28% de hombres, pero sólo a un 8% de mujeres.

La revista “Amaos”, editada por el Movimiento de los Corazones Puros, de origen polaco, recoge en su tercer número en español el testimonio de una chica que fue expuesta a la pornografía muy joven y eso la dañó en su sexualidad llevándola al alcohol y la depresión.

El acosador, la amiga y el primer porno
La muchacha, que firma como A.N., probablemente polaca, explica que de niña era víctima de intentos de abuso sexual por parte de un conocido de la familia que a menudo estaba borracho.

Aunque se zafó de él, “ese hombre despertó en mí la curiosidad”. Ella tenía 11 años. Una amiga algo más mayor le puso una película porno. “Lo que vi me gustó mucho”, recuerda. “Fui creciendo con amigos y amigas mayores que hablaban de sexo, pero no de amor”.

Sexo sin amor
Su padre siempre estaba ausente en el trabajo o en sus obvies, y no mostraba amor por su madre, a la que humillaba. Ella dedujo que el sexo era pura biología placentera, sin nada más. Quería experimentarlo. Al acabar el primer curso de formación profesional, cuando le dejaron ir a la discoteca, tuvo su primera relación sexual. Enseguida estableció una relación sólo sexual, sin compromisos, con un chico.

Dejó completamente la iglesia, se volcó en la música heavy y punk de tipo satánico y empezó a beber en exceso, a veces hasta perder el conocimiento.

Una vez soñó con Jesucristo, tal como aparece en el cuadro de la Divina Misericordia, el “Jesús, confío en ti”, muy extendido en Polonia. “Jesús me miró con tristeza y me dijo que me convirtiera, que Él venía en breve. Pero pensé que era sólo un sueño, no le di importancia”.

Beber contra el temor y la vergüenza
Ella ya tenía reputación de chica sexualmente disponible, recibía llamadas groseras y muchos chicos se burlaban de ella. “El temor y la vergüenza eran tan fuertes en mí que para salir de casa tenía que beber algo fuerte”, recuerda. Se acostaba con su primer “novio”, pero también con otros chicos y con algunos hombres casados. 

Una voz en el suicidio
“Empecé a creer que de verdad acabaría como prostituta. En mi interior sentía un dolor que me despedazaba por dentro. Deseaba morir, me odiaba a mí misma. Y decidí acabar con mi vida. Pero aquella noche oscura, en el lago grande, junto al embarcadero, comprendí que suicidarme me condenaría a vivir eternamente en el mismo estado en el que me encontraba, que iba a arrojarme al infierno, lugar de desesperación, tinieblas y dolor”.

“Pero Alguien estaba a mi lado, y en medio de mi vacilación me susurró al corazón: Huye, ¿no lo ves?, allí hay luz.” Ella vio unos bloques de vivienda iluminados. El momento había pasado. 

Entre Dios y las drogas
Volvió a casa, asustada, a la espera. Escuchó testimonios de satanistas que habían dejado esos ambientes y se habían vuelto hacia Dios. Se planteó si Dios podía ayudarla. Su madre no la ayudaba mucho porque lo que ella decía desanimaba más que apoyaba: “cuando tengas marido se avergonzará de ti, tus hijos sentirán vergüenza de su madre”, etc… 

Así que la chica ya pensaba en iniciarse en las drogas, porque el alcohol no bastaba para ahogar estas penas.

“Y un día, después de una llamada telefónica francamente asquerosa, grité en mi interior:¡ya no puedo más, ya no aguanto más! Y justo entonces, Jesús vino a mí. Lo vi interiormente. No sabría como explicarlo. Me dijo: Te amo, apóyate en Mí y ya no peques más”.

“Fue el día más feliz de mi vida, me había dado fuerzas, me había abierto los ojos a su presencia”, recuerda ella.

Esa noche se encomendó a Jesús. En pocos días, pese a su miedo, se confesó con un sacerdote, y al acabar sintió una gran alegría. Empezó a ir a misa a diario.

Conversión y tentaciones
Ella se había convertido y con oración estaba venciendo al alcohol y la lujuria. Cortó con todos sus novios. Tenía tentaciones, pero las controlaba. Se fue a otra ciudad a estudiar Reinserción Social, para ayudar a otros jóvenes. Durante dos años se sintió bien encarrilada. Incorporó el Rosario diario.

Después sufrió un periodo espiritualmente muy duro. Durante un año, en cuanto empezaba a orar o entraba una iglesia le asaltaban imágenes y pensamientos groseros y blasfemos que la perturbaban y distraían. Volvieron los antiguos miedos y el ansia de alcohol. “Me sentía repugnantemente impura, merecedora únicamente de la ira de Dios”. Eran tentaciones para quitarle la esperanza y la estabilidad. 

Un sacerdote le apoyó todo ese año, se mantuvo con su rosario y misa diaria, añadió la adoración eucarística cada día y acudió a unos ejercicios ignacianos. “Fue una época de aceptarme a mí misma y de perdonarme, y el Señor me estaba abriendo mucho más a Él”.

Entrega total y sanación
Un poco más tarde cometió “un pecado contra la pureza”, pero fue el último y arrepentidahizo una opción firme por entregarse entera a Dios: “con mi mente, mi cuerpo y mi sexualidad”.

Desde entonces, ha aprendido a tratarse con la gente y los hombres sin temores. También señala que “no es sencillo encontrar compañía de gente diferente y decente”. 

Y tiene un mensaje para quienes pasan por dificultades similares. “Deseo a todos los que luchan contra la impureza, el alcohol y otras formas de esclavitud y pecado, que no tengan miedo de dirigirse a Jesús. Él nos quita esos males, nos purifica, nos libera y nos sana y se entrega a Sí mismo”.

«Volvámonos locos… de hacer cosas buenas por los demás»

Impactante anuncio

Coca-Cola pide en una publicidad: «Volvámonos locos… de hacer cosas buenas por los demás» 

La compañía de refrescos americana Coca-Cola Company ha lanzado al mercado un sugestivo anuncio televisivo lleno de optimismo y con un mensaje: Date a los demás. 

Actualizado 9 enero 2013

ReL

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La compañía de Estados Unidos Coca-Cola Company llena de optimismo y esperanza el panorama actual con una campaña publicitaria titulada: “Volvámonos locos” ¿Locos de qué? “De hacer cosas buenas por los demás”.

Hace apenas cuatro días ha lanzado esa campaña a nivel mundial en un momento especialmente duro, donde impera cierto pesimismo y tristeza en muchos países provocado por la situación de crisis económica mundial.

Un anuncio sugerente e impactante, con un mensaje evangélico, que da pistas para entrar en esa «locura» cristiana para «hacer cosas buenas por los demás». No se lo pierda…

«Si tu bebé viene mal, ¿qué ganas con que nazca?»

Presiones médicas para abortar 

«Si tu bebé viene mal, ¿qué ganas con que nazca?», fue la frase del ginecólogo a una madre asustada 

El médico estaba empeñado en que Ana Luz abortara porque, además de síndrome de Down, el bebé, si nacía, tendría problemas cardiacos y renales. Victoria tiene síndrome de down pero por lo demás está sana. 

Actualizado 7 agosto 2012 

Isis Barajas/ Revista Misión

Alba Luz llegó a RedMadre con los ojos hinchados de tanto llorar. El padre de su hija le había abandonado, se quedó sin trabajo por estar embarazada y los médicos no hacían más que presionarle para que abortara. Le dijeron que su hija tenía Síndrome de Down, que tendría alguna cardiopatía, que probablemente sus riñones estarían dañados y que lo más seguro es que muriera antes de nacer.
 
El episodio más doloroso lo afrontó después de que le practicaran una biopsia corial. Alba Luz empezó a sangrar y escuchó cómo un médico le decía a otro: “¿Qué hacemos, le calmamos el sangrado?”. “No, déjalo, así expulsa lo que lleva dentro”, respondió el otro. 

Ella, atónita ante estas palabras, le preguntó cómo había podido decir eso, a lo que el facultativo contestó: “Pero si tú bebé viene mal, ¿qué ganas con que nazca?”. “En ese momento me puse a rezar y a decirle al Señor que yo amaba lo que él me había dado, que solo él me lo podía quitar y que, por favor, me ayudara”, explica emocionada. 

Una ayuda desinteresada

Todas las puertas se le cerraron hasta que encontró el aliento de Carmina y Esperanza en RedMadre. «Me abrazaron y me dijeron que ya no me preocupara más, que ellas iban a estar conmigo», explica agradecida.
 
Le llevaron a un médico de confianza que le confirmó que el corazón de su bebé estaba sano y que no tenía todas las complicaciones que en un principio le habían diagnosticado. 

Alba Luz ha llamado a su hija Victoria porque su vida ha sido un auténtico triunfo ante todos los obstáculos que ha tenido que superar durante su gestación. La pequeña tiene Síndrome de Down, pero su vida no sufre ningún peligro. Su madre sabe ahora que «por muchas enfermedades que tengamos, nadie es imperfecto para Dios, les incapacitamos los seres humanos porque así les hacemos sentir».

Un cine que mira al infinito

«De Madrid hasta el Cielo», la muestra internacional de cine que inspira

Por primera vez, del 12 al 21 de abril tendrá lugar en Madrid la muestra de cine que mira más allá, que inspira esperanza, amor, solidaridad, unidad, libertad y un sentido claro de la Verdad.

Actualizado 2 abril 2012

ReL

Por primera vez Madrid contará con diez días de proyecciones, encuentros y preestrenos para proponer al espectador «un cine que mira al infinito». Del 12 al 21 de abril tendrá lugar en Madrid la Muestra Internacional de Cine Que Inspira «De Madrid hasta el Cielo». 

Según su organizadora, la Delegación Episcopal de Cultura de la archidiócesis de Madrid, la idea es «favorecer que hombres y mujeres descubran con asombro y alegría que su corazón es una ventana abierta al infinito» y esto se mostrará a través de producciones cinematográficas de una enorme calidad artística, además de encuentros con cineastas y profesionales del séptimo arte. 

«Aprovechamos la potencia del lenguaje cinematográfico y su atractivo para celebrar que el cine mira más allá, que inspira esperanza, amor, solidaridad, unidad, libertad y un sentido claro de la Verdad», explica el sitio web del evento.

«De Madrid hasta el Cielo» cuenta en su programación con actividades dirigidas especialmente para colegios, universitarios, familias, además de público en general. En la muestra, las mañanas estarán dirigidas a proyecciones para alumnos y familias, las tardes a los encuentros y las noches a las preestrenos en exclusiva de cintas que se proyectan por primera vez en la capital española, gracias ala Muestra. La mayoría de las actividades son gratuitas y el resto tienen un coste mínimo (2-5 euros). Las actividades se realizarán en el Cine Callao y en Cine Artesiete del Centro Comercial Alcalá Norte.

La «Muestra Internacional de Cine que Inspira» se inaugurará el jueves 12 de abril con el preestreno a las 21.30h en el Cine Callao, de la Nominada al Oscar In Darkness y la presencia de su directora Agnieszka Holland (Copying Beethoven) en un encuentro con el público.

«De Madrid hasta el Cielo» es la primera iniciativa de la nueva Delegación Episcopal de Cultura de la Diócesis de Madrid y sale adelante con el trabajo de voluntarios que ya estuvieron en las actividades de cine de la JMJ y que han dado continuidad a su relación gestando una iniciativa que cultiva los frutos ahí generados.

Entre las películas que se presentarán en la Muestra destacan «Prefiero el Paraíso» sobre San Felipe Neri, «Popieluszko», la mexicana «Ella y el candidato», «Alexia»«Cartas a Dios»,«Soul Surfer»«The Mighty Macs»«In Darkness» de la directora de «Europa Europa» Agnieszka Holland y «La fuerza del honor» (Corageous).

El delegado episcopal de Cultura de la archidiócesis de Madrid, José Miguel García Pérez, ha señalado que esta oferta cultural se ha desarrollado para «fomentar y hacer entender lo que es el cristianismo», ya que «una fe que no se expresa culturalmente, no es asumida».

Por su parte, la directora del festival, Teresa Ekobo, ha apuntado que la iniciativa surgió como «un reto para que no solo participe el público católico», porque en los filmes seleccionados no solamente se percibe el cristianismo, sino que también «las diferentes manifestaciones de cómo el hombre muestra su percepción sobre la fe.»

Descárguese el programa aquí.

Cómo la FIV casi me cuesta el matrimonio

The Daily Telegraph

Tras cuatro años de tratamiento, Tamara Sturtz consiguió al fin tener una hija por reproducción asistida. Aunque se siente afortunada con el nacimiento de Daisy, ahora de dos años, reconoce que le podía haber costado su matrimonio y pinta en The Daily Telegraph un panorama nada idílico de aquellos años.

“Llegué equilibrada y llena de esperanza a la montaña rusa de la FIV. Pero a medida que pasaron los meses y los tratamientos fueron fallando, me fui convirtiendo en alguien completamente diferente. Mi marido Mike y yo teníamos grandes expectativas, pero cuando fracasa el primer ciclo de FIV se te parte el corazón. Al segundo ciclo fallido, me derrumbé”.

“Me quedaba llorando durante horas en el suelo del baño, con una angustiosa sensación de desesperanza. ¿Por qué me había fallado el cuerpo? ¿Por qué yo? ¿Por qué nosotros? Mike no sabía qué más podía hacer para ayudarme. Aunque recurras a la FIV como pareja, cada cual reacciona de forma diferente; la FIV fue cargando de tensión nuestro matrimonio”.

“Mike pensó que su papel consistía en mantenerse optimista, pero yo me fui desmoronando. Empecé a volcar sobre él mi ira, mis frustraciones, mi dolor. Con el tiempo, él reaccionó echando la culpa a los tratamientos. Por entonces, no había demasiado amor en nuestro matrimonio. Y aunque se esforzaba lo que podía por apoyarme, no era suficiente. Sé que había veces en que lo único que quería era tirar la toalla y marcharse”.

En esos cuatro años, la FIV pasó a ocupar el centro de la vida de Tamara y de su marido. Incluso las raras ocasiones en que salían a comer a algún restaurante terminaban por recordarles los dichosos ciclos, cuando se cruzaban con carritos de bebés.

“Al fin, logramos tener lo que queríamos. Pero no podemos negar que llegó a un gran precio, tanto económico como –más importante– emocional. Casi nos cuesta el matrimonio. E incluso dos años después de todo aquello, todavía estamos luchando para recuperar nuestra relación en el estado en que estaba antes de que nuestra vidas fueran consumidas por la FIV”.