¿Cuál es el problema número uno de los adolescentes? el romance, el afán de ser amados, el querer un amor auténtico, limpio y duradero, y no saber cómo lograrlo.
Los adolescentes y los adultos jóvenes quieren saber qué es el amor pero están perdidos en un mar de desinformación. Se plantean: ¿qué quiero?, ¿cómo lo consigo?, ¿cómo manejar la presión de mis amigos?, ¿qué es lo normal?, ¿qué es anormal?
Muchos jóvenes son buenos estudiantes y populares entre sus amigos, son buenos deportistas o artistas, sin embargo, tropiezan en este terreno. Y se preguntan: ¿cuáles son las consecuencias de tener relaciones sexuales?, o ¿son sólo para divertirse? ¿Y el romance? Y allí es donde se encuentran desorientados, donde abundan las lágrimas, la angustia y los lamentos: “Si hubiera sabido…”.
Con frecuencia uno piensa: Estos chicos tienen padres amorosos y bien dispuestos, pero … ¿dónde están?
Muchos jóvenes desconocen lo que significa una “conducta en riego”, la “abstinencia”, la “actividad sexual”. ¿A qué conductas se refieren esos términos? La respuesta es compleja. Cada conversación sobre la sexualidad debe clarificar esos temas.
Es necesario hacer un llamado a padres y abuelos para que hablen con sus hijos y nietos del amor limpio, de qué es y qué no es la sexualidad. Los jóvenes están siendo bombardeados por mensajes peligrosos sobre la sexualidad. Hay que darles información basada en la ciencia y el sentido común. Los jóvenes necesitan saber la verdad biológica que, al ser natural, necesariamente está en armonía con la verdad moral.
La psiquiatra norteamericana, Miriam Grossman, especializada en niños y adolescentes cuenta que a su consultorio llegan jóvenes, se sientan y abren el corazón: Fui drogada y raptada. Tengo sida. Duermo con el novio de mi mejor amiga. Mi novia abortó. Quiero morir… Esta psiquiatra lleva treinta años escuchando confidencias de jóvenes, y señala que el problema principal es que los jóvenes no tienen claro lo que es el amor verdadero, lo que los vuelve personas desprotegidas. Advierte que vienen problemas mayores ya que ahora los medios de comunicación y el cine, les quieren mostrar que el sadismo, el masoquismo, el dolor y la humillación son parte del erotismo; les quieren mostrar que las mujeres quieren un varón controlador que intimida y reta, ¡cuando eso no es verdad!; pero los adolescentes pueden dudar por su misma vulnerabilidad. Si este mundo fuera mejor, no oirían esas mentiras, pero hay que contar con que este es el mundo en que vivimos.
Si hay un interés real en ellos, se va a buscar la ocasión de conversar una y otra vez, y así se les podrán aclarar elementos controvertidos. Para que no sean manipulados hay que leer junto con ellos algún artículo o ver alguna película y analizarla, oyendo sus puntos de vista.
La cultura popular afirma que el enamoramiento es un estado extático en el que tendemos a ver en el ser amado todas las virtudes y perfecciones posibles, es decir, la encarnación del ideal. El enamoramiento es algo inicial; es el anzuelo que conduce al amor.
En la Edad Media se hablaba del “amor loco”. Estar enamorado es volverse un tonto feliz, es perder por completo el sentido crítico y disfrutar del embeleso que supone observar y escuchar al ser amado. Parecería el estado ideal para cualquiera –y en cierto modo lo es-, sólo que tiene un inconveniente: El enamoramiento termina. La vida se vuelve entonces una dura caída desde la nube en que se andaba para terminar estrellándose en la realidad. Se descubre que esa persona a la que se había idealizado es tan imperfecta como cualquier otra, y no es capaz de hacer tantas cosas como esperábamos. A veces es necia, egoísta, vanidosa, poco educada… Es, en otras palabras, es limitada, es humana.
El error está en hacer del amado un absoluto; creer que una persona puede dar lo infinito – que es lo que anhelamos -. Queremos el amor, la belleza y la verdad infinitas, y eso ningún ser humano lo va a agotar. No hay personas perfectas: Si se ama a alguien, se le ama con todo y defectos, aunque siempre se le trate de ayudar y de mejorar; se le ama con sus arranques de mal humor, con sus faltas de ortografía o con sus despistes.
No hay una asignatura que enseñe a amar; a ello se aprende en la familia y en la vida social. ¿Cómo es la familia de la persona que amo? Esa respuesta nos lleva a conocer parte de la intimidad de una persona.
El sentirse atraído físicamente hacia alguien del sexo opuesto, no es sino el primer paso que se ha de vivir para llegar a conocer el verdadero amor, pero fincar una relación en este hecho, es como querer construir una casa sobre arenas movedizas.
La idealización que el enamorado hace de la persona amada es una trampa que él mismo se tiende. Y no hay quien experimente en cabeza ajena. El filósofo francés, Jacques Maritain, decía: “La educación debería de enseñarnos a estar siempre enamorados y de qué nos hemos de enamorar”.
Las personas son lo más interesante con lo que uno se encuentra; sin embargo, es difícil conocerlas a fondo, por eso hay que meter la inteligencia antes de poner el corazón.
A un joven que aún no ha caído, o que se quiere levantar, se le puede decir: La buena noticia es que todo está en tus manos. Puedes evitar unirte a los pacientes que acuden a los hospitales o a apoyos psiquiátricos si sabes el camino correcto y lo sigues.
Un lector de este escrito dijo: “Cuestionas muchas cosas pero no dices qué es el amor verdadero”. Podemos contestar que no bastan la atracción física y el enamoramiento sino querer hacer feliz al otro. Para darse una ligera idea su sugiere ver la serie “Sonata de Invierno” en YouTube (http://novelascoreanas.info/sonata-de-invierno).
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