En la muerte de Luz Amparo (2)

Actualizado 20 agosto 2012 

En la muerte de Luz Amparo (2) El pésame del cardenal Rouco 

El cardenal Antonio María Rouco Varela se encontraba en Alemania el mismo 17 de agosto en que falleció Luz Amparo Cuevas. Esa misma tarde, nada más enterarse del deceso, telefoneó desde allí a la familia de la vidente de El Escorial para darle el pésame. Habló con su hija Amparito, lamentando no poder dar el último adiós a la vidente y mostrando su sorpresa por el desenlace tan rápido.

Amparito consultó al cardenal si podían inhumarse los restos mortales de su madre en Prado Nuevo, junto a la capilla, a lo que aquél accedió sin problemas.

Fue así como el domingo 19, a las 20.30 horas exactamente, mientras el féretro con el cuerpo de Luz Amparo era bajado con cuerdas hasta el fondo del sepulcro, el sol se ocultó por completo tras el monte Abantos de El Escorial. 

Los millares de personas que asistieron a la Santa Misa de cuerpo presente advirtieron cómo el prado se quedaba casi sin luz natural.

Luz… Así se llamaba en realidad la mujer a la que aún se sigue llamando «Amparo».

Julián Argüello, uno de los pioneros de Prado Nuevo, me recordaba cómo descubrieron, al cabo de muchos años, el verdadero nombre de la vidente de El Escorial:

«En uno de los mensajes, el Señor le dijo a Amparo: «Luz, ¿me amas?». Yo me desconcerté. «¿Cómo que Luz? Se llama Amparo», pensé. Traté aun así de encontrar sentido al nuevo nombre, admitiendo la posibilidad de que el Señor la llamase Luz porque, al fin y al cabo, ella nos iluminaba a todos. Pero poco después fuimos con familiares y amigos a Peñascosa, donde la bautizaron. Lo primero que vi en la partida fue su fecha de nacimiento -1 de abril de 1931, en lugar del 13 de marzo que siempre se ha dicho- y su nombre: ¡Luz!”.

Ahora Luz Amparo seguirá iluminando a muchos desde Arriba.   

Muere Luz Amparo Cuevas, la vidente de Prado Nuevo

Falleció el pasado viernes 

Muere Luz Amparo Cuevas, la vidente de Prado Nuevo de El Escorial 

Su funeral será el domingo a las 19:00 horas en la nueva capilla que se acaba de construir en Prado Nuevo. 

Actualizado 18 agosto 2012

Efe/ReL

Amparo Cuevas falleció el viernes por la tarde tras una larga enfermedad. Su funeral servirá el domingo para inaugurar la capilla en el lugar de las apariciones, cuya construcción fue autorizada en abril por el cardenal Rouco.

Amparo Cuevas, la vidente a la que supuestamente se le apareció la Virgen en Prado Nuevo, en la localidad madrileña de El Escorial, hace más de treinta años, murió este viernes por la tarde tras una larga enfermedad.

Pedro Besari, portavoz de la congregación Virgen de los Dolores, fundada en torno a la figura de Luz Amparo, ha confirmado la noticia y ha añadido que mañana domingo, a las 19.00 horas, se celebrará el funeral por su alma. Será, precisamente, en la capilla construida en el citado Prado Nuevo, de modo que el funeral por Cuevas inaugurará el recinto.

El  periodista José María Zavala ha escrito en su blog Oro Fino, alojado en Religión en Libertad, un amplio artículo sobre la fallecida, titulado En la muerte de Luz Amparo de El Escorial (1)

Zavala ha sido, posiblemente, el último periodista en aproximarse al fenómeno de «Prado Nuevo», con investigación y objetividad, con su libro, publicado hace apenas un año  «Las apariciones de El Escorial», editado en LibrosLibres.

El cardenal y arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco, aprobó el pasado mes de abril la construcción de una capilla en Prado Nuevo, donde supuestamente se apareció la Virgen a la vidente, y en junio el Ayuntamiento de El Escorial autorizó la edificación.

Con su decisión, Rouco otorgaba a Cuevas una de las peticiones de la Virgen, que el 14 de junio de 1981 le habría pedido que construyese en Prado Nuevo una capilla para meditar la Pasión de su Hijo.

Desde entonces sus devotos acuden a rezar y a, según ellos creen, escuchar allí las palabras de la Virgen a través de su intermediaria, Luz Amparo Cuevas, que además graba su voz para ser reproducida por altavoces.

La Asociación Internacional de amigos de Prado Nuevo cuenta con más de 100.000 simpatizantes, según la información facilitada a Efe por los portavoces de la misma.

«Una JMJ me cambió la vida»

El padre Juan Javier Martín, nuevo abad de la Trapa de Dueñas y anterior abad de Oseira

Juan Javier Martín estudiaba Empresariales, tenía coche desde los 18 años y buenos amigos. Con 20 años, leyó la vida del Hermano Rafael, vivió la JMJ de Santiago de Compostela, visitó La Trapa…, y Dios le cambió los planes. Hoy, con sólo 43 años, ya ha sido abad del monasterio cisterciense de Oseira (El Escorial de Galicia, lo llaman), acaba de ser elegido nuevo abad de la Trapa de San Isidro de Dueñas, en Palencia, y se reconoce «convencido de lo que debe ser la nueva evangelización desde un monasterio»

La vida cisterciense de estricta observancia no es, precisamente, cómoda y regalada. ¿Qué le atrajo de esa espiritualidad?

La mediación que Dios utilizó fue el Hermano Rafael. Yo me movía en el ambiente de mi parroquia de Sonseca, en Toledo. Eran los últimos años de don Marcelo como arzobispo, en los que se enfatizó la pastoral juvenil, y el tiempo de las primeras JMJ y Guadalupadas. Y confluyeron dos factores. El primero, una insatisfacción interior: me iba bien en los estudios, tenía coche desde los 18 años, amigos…, pero estaba vacío por dentro. Y el segundo, encontrar una forma de vivir la fe sin miedo, con sacerdotes jóvenes que vivían la fe con ímpetu.

¿Y el ejemplo de Rafael?

Leí la vida del Hermano Rafael y me pareció heroica, pero nada más. Lo que pasa es que, al ver que seguía insatisfecho, un sacerdote me llevó a visitar La Trapa. Aquello me removió, pero las cosas no son rectilíneas en los planes de Dios, y pasé tiempo huyendo de mí mismo. Hasta que, con 20 años, en 1989, fui a la JMJ de Santiago de Compostela, y Juan Pablo II propuso a Rafael como ejemplo de vida. Ésa fue para mí la invitación a no tener miedo a lo que Dios quisiera. Con los consejos de un sacerdote, Dios fue desenredando la madeja de mi vida. Aun así, no es fácil dejarlo todo para meterte en un monasterio, así que, cuando luego hice la mili, pude tomar distancia de mi entorno, y reflexionar. De hecho, el tiempo de permiso lo utilicé para hacer el discernimiento sin levantar sospechas.

Muchos piensan que la vida contemplativa es enterrarse en vida…

Yo también me sentía más llamado a vocaciones activas, pero el amor de Dios es un fuego que te quema por dentro, y sólo puedes fiarte de ese designio de amor si quieres ser feliz. Por eso, sea cual sea tu vocación, hace falta silencio y lectura orante de la Palabra para discernir a dónde te lleva. No es una decisión fruto de tus apetencias o aptitudes, como cuando elegí estudiar Empresariales, sino una obediencia a la llamada de Dios.

O sea, que en el siglo XXI, ¿sigue teniendo sentido la vida monástica?

Mi vocación surgió en una JMJ y estoy convencido de lo que debe ser la nueva evangelización en un monasterio, cómo ser poroso para acoger a los peregrinos y buscar qué podemos aportar a la Iglesia y a la sociedad; pero no podemos dejar de ser lo que somos, ni de perseverar en el silencio y en la oración. Uno puede pensar: ¿qué pinta éste aquí, si con sus aptitudes podría ser enfermero en África o un buen profesor? Pero la vida monástica no se entiende con criterios humanos, sino desde Dios.

Algunos prefieren un cristianismo más mundano, menos exigente.

Cualquier cristiano que se tome en serio su fe tiene que estar dispuesto a sufrir por las elecciones que implica en su vida, a dejarse abrazar por el Espíritu y a dejarse llevar por Él a lo desconocido. Cuando te metes en Dios y buscas seguir a Jesucristo, entras en una nueva dimensión de tu vida. Y si no tomas conciencia de que Dios mueve los hilos de la vida, y de que Él vive en la Iglesia, te conviertes en tu propio diosecillo. Las cosas más importantes (el cuerpo, la familia, nuestras capacidades, la vocación…) se reciben como un don, no las eliges tú, y nuestra labor es acogerlas. Ser cristiano abre una pregunta: ¿Quién es ése Resucitado, que colma la vida y me vivifica por dentro?Porque encontrarte con el Resucitado es algo real, que se hace vida en cada generación.

«Sea cual sea tu vocación, hace falta
silencio y lectura orante de la Palabra»

Pues ya que lo pregunta, ¿quién es Cristo para usted?

Es el Señor en mi vida, que se me ha presentado siempre de modo suave, sin exigir nada a la fuerza. Hace 20 años que entré en San Isidro, y ha ido construyendo mi propia historia de salvación incluso con mis pecados y debilidades. El suyo es un amor tan peculiar que ha cambiado mi vida, a mejor, y la de las personas que quiero. Cristo colma mis ansias de felicidad y, en los momentos duros, me muestra que puedo identificarme con Él, en procesos de muerte y resurrección. Por eso, cualquier momento de dolor o de prueba, vivido desde Dios, se llena de sentido y esperanza.

¿Qué es lo más difícil de ser abad?

San Benito dice que el abad tiene que adaptarse a todos: con uno, ser más exigente; a otro tratarlo con más ternura; a otro, con más disciplina… Quizá lo complicado es que el abad tiene que adaptarse a cada hermano, y no cada monje adaptarse a mí, al humor con que me haya levantado o a los problemas que tenga sobre la mesa. Servir a los hermanos, como si fuese Cristo quien los sirviese, es una vocación dentro de la vocación. ¡Menos mal que Dios ayuda al abad a ser abad, a pedir lo máximo a los hermanos para ser verdaderos monjes, siendo siempre misericordioso!

El orden de la vida monástica, ¿no hace rutinaria la oración?

El ideal del monje es la oración continua, y dirigir los afectos al Señor. Vamos siete veces al día al coro, para la oración, pero barrer, envasar leche, o hacer la comida, en silencio y en presencia de Dios, es un trabajo ascético. A veces, es necesario pasar por la sequedad y por vernos apáticos para valorar la riqueza de Dios. El sentimiento no marca la autenticidad de la oración: a veces puedes tocar el cielo, y otras, pasar por tal desierto que te veas con las tentaciones a flor de piel. Pero, como dice un santo, los monjes, como cada cristiano, por la Gracia, podemos perseverar en Dios incluso a las puertas del infierno.

José Antonio Méndez

Construir un templo en el lugar de las apariciones de El Escorial

En Prado Nuevo 

El arzobispado de Madrid autoriza construir un templo en el lugar de las apariciones de El Escorial 

Donde según el testimonio de la vidente Amparo Cuevas se le apareció la Virgen hace más de treinta años. 

Actualizado 30 abril 2012

ReL

El arzobispo de Madrid, cardenal Antonio María Rouco, ha aprobado la construcción de una capilla en la finca de Prado Nuevo (El Escorial) donde la vidente Amparo Cuevas afirma haber tenido apariciones de la Virgen María hace más de treinta años.

Según comunica la Asociación Pública de Fieles Reparadores de Nuestra Señora la Virgen de los Dolores, el 14 de junio de 1981 la Virgen le pidió a la vidente que construyese en Prado Nuevo una capilla en su honor para meditar la Pasión de su Hijo.

«Soy la Virgen Dolorosa. Quiero que se construya en este lugar (señala con la mano la ubicación) una capilla en honor a mi nombre (“Diles a todos que cuando esté hecha la Capilla se llame «Capilla de Nuestra Señora de los Dolores»” [La Virgen, 14-X-1981)]. Que se venga a meditar de cualquier parte del mundo la Pasión de mi Hijo, que está completamente olvidada. Si hacen lo que yo digo, habrá curaciones. Este agua curará…” (la de la fuente que está junto al árbol donde supuestamente se aparecía la Virgen), dice el texto de la asociación.

Según sus portavoces, son más de 100.000 los simpatizantes de la asociación que tiene representantes en 30 países, destacando de entre ellos Portugal, Francia, Argentina, México e Italia.

Prado Nuevo se ha convertido a lo largo de los años en un centro de reunión de multitud de personas, de distintas partes del mundo, que se concentran para orar, principalmente el rosario el primer sábado de cada mes. Fruto de esta piedad a la Virgen de los Dolores en Prado Nuevo, hay diez sacerdotes ordenados y siete seminaristas.

El próximo 7 de mayo se impartirá una ponencia en una carpa en el lugar de las apariciones en torno a las peticiones realizadas por la Virgen en Prado Nuevo, centrándose en este mensaje concreto de la construcción de la capilla. Tras la ponencia se procederá a celebrar una misa y la bendición del templo.

Un libro definitivo sobre Prado Nuevo

En noviembre de 2011 hizo su aparición el libro «Las apariciones de El Escorial» (LibrosLibres), la primera gran obra de investigación sobre los fenómenos que suceden en la localidad madrileña desde el año 1981, cuando Luz Amparo Cuevas declaró haber visto a la Virgen María, quien desde entonces le habría transmitido numerosos mensajes invitando a la oración, la conversión y la penitencia.

Las apariciones tuvieron lugar junto a un fresno en la finca llamada Prado Nuevo, donde el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, ha autorizado ahora la construcción del templo.

El autor del libro, José María Zavala, escritor y periodista, entrevistó por primera vez para Las apariciones de El Escorial a todas las personas del entorno más próximo a la vidente, ya anciana y con la salud quebrantada. Asimsimo recogió abundantes testimonios sobre los fenómenos extraordinarios que rodean a Luz Amparo Cuevas: estigmas, bilocaciones, introspección de conciencias, etc.

El libro recoge la experiencia de numerosas personas que han descubierto a Dios o han intensificado su fe en Prado Nuevo, y de algunas conversiones que han tenido lugar a raíz de las apariciones.

         
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Título:   Las apariciones de El Escorial   TiendaLibres
 
Autor:   José María Zavala   Tienda 2
 
Editorial:   LibrosLibres   Tienda 3
 
Páginas:   278 páginas   Tienda 4
 
Precio   19 euros   Tienda 5
 

¿Estamos en el fin de los tiempos? Respuesta de Garabandal

Actualizado 6 febrero 2012

¿Qué dice Garabandal sobre el fin de los tiempos?

Hace unos días un buen amigo mío me habló de un  libro recién editado, y que lleva por título Memorias de un Cura de Aldea. Garabandal 1961-2011. Edit. Arca de la Alianza”. Se trata de la narración de los hechos ocurridos en este pequeño pueblo cántabro desde el año 1961, en el que se asegura ser cierto que la Virgen se apareció durante un tiempo a varias niñas del pueblo. El autor es un sacerdote, José Ramón García de la Riba, que fue testigo de primera mano de aquellos acontecimientos que tuvieron gran repercusión.

Garabandal había quedado un tanto en el olvido durante un tiempo. Sobre todo a raíz de que la principal de las videntes, Conchita, fuera forzada a desmentir la realidad de las apariciones. Fue sometida a una enorme presión por parte de una mediocre Comisión que no actuó con justicia, como se comenta detalladamente en el libro. A raíz de esta publicación, y de la nueva página que la Parroquia de Garabandal ha abierto en Internet (www.garabandalparroquia.com/), el caso ha saltado de nuevo a la actualidad, y los mensajes atribuidos a la Virgen en sus distintas “apariciones”, concuerdan en el fondo con los anteriores de Fátima, y los posteriores de Medjugorje, El Escorial, y otros muchos en diversos lugares del mundo. No nos definimos aquí sobre la veracidad de los hechos. La Iglesia, tras estudios serios en cada caso, emitirá su juicio en su momento sobre el carácter sobrenatural de los mismos. Particularmente pienso que la Virgen está muy activa de un siglo a esta parte, y su mensaje es machaconamente el mismo: estamos en los últimos tiempos (que no en el fin del mundo). Hay que orar y ofrecer sacrificios por la conversión de tantos que se han apartado de Dios, y por la fidelidad de los cristianos. Observamos la frialdad espiritual de muchos ambientes descristianizados, y la urgencia de una nueva evangelización que está impulsando Benedicto XVI.

Me ha llamado la atención en este libro la pormenorizada exposición que hace sobre el “final de los tiempos”. Da la impresión que todo un cúmulo de datos, religiosos y sociológicos, sugieren que realmente estamos al final de un ciclo marcado por acontecimientos que en cierto modo vienen expresamente aludidos en la Biblia. Cuando uno habla de estos temas te tachan de alarmista, agorero de catástrofes, fanático, etc. Yo no afirmo nada, solo me limito a constatar síntomas de cambios importantes que ocurrirán cuando Dios quiera.

El capítulo 15 de libro que comentamos lleva por título: YA SOLO QUEDAN TRES PAPAS.

Sobre tema de “el fin de los tiempos”  el autor del libro afirma lo siguiente:

Esta afirmación de Conchita el 3 de junio de 1963, en la cocina de su casa, ha dado mucho que hablar. Por eso prefiero tratarla aparte en un pequeño capítulo.

Como ya se ha publicado en tantos libros, Conchita dijo estas pala­bras a su madre Aniceta al tiempo que sonaban las campanas de Garabandal anunciando la muerte de Juan XXIII:

«Las campanas tocan por un muerto. Seguramente es por el Papa. Ahora ya no quedan más que tres Papas«.

Cuando la madre le pregunta por lo que acaba de decir, Conchita le responde que la Virgen le había dicho que después de este Papa sólo quedaban tres. Aniceta vuelve a preguntar a su hija: ¿Y luego viene el Fin del Mundo? Conchita responde: «no el Fin del Mundo, sino el Fin de los Tiempos».

Aniceta quiso despejar dudas preguntando a su hija si no era lo mismo una cosa que otra. La niña respondió: «A mí fue la Virgen quien me lo dijo: «Después de este Papa ya sólo quedan tres y después, el fin de los tiempos».

Está claro que antes de esta fecha ya lo sabía Conchita. La Stma. Virgen se lo habría comunicado el 20 de noviembre del año anterior, según recogió D. Francisco Clapés Maymó en sus notas. La Madre Ma­ría Nieves García, Superiora del Colegio de Burgos en el que ingresó Conchita en octubre de 1966, nos ayuda a precisar el dato, a raíz de una confidencia que tuvo con ella Conchita el 1 de noviembre de ese mismo año, le contó:  «Yo le dije un día a la Virgen: ¿Será dentro del tiempo de esos acontecimientos(Aviso, Milagro, Castigo) el Final del Mundo? » Y Ella me dijo:

–      No. El final de los tiempos. Los Papas, después de Pablo VI, no serán más que dos; y después, ya viene el Final de los Tiempos. «

Se  ve –afirma el autor-  que lo que más impresionó a Conchita fue lo de que sólo que­daban tres Papas, y es lo que más recalcó. Pero como era de esperar, esta afirmación sonó como una bomba y Conchita tuvo que ir matizando; primero a su Madre en el mismo día mencionado, luego a otras personas. Recordemos algunos casos:

En aquellos días se iba a celebrar en el Pueblo un funeral por el alma de Juan XXIII. Un grupo de mujeres [La esposa del pediatra Dr. Ortiz (Paquita), la tía de Conchita (Maximina) y otra señora] acompañaba a Conchita a la Iglesia después de rezar el Rosario en la Calleja. Una de ellas mencionó el tema del día, aventurando la posibilidad de que con la muerte del Papa se acabara el Concilio. Entonces se produjo un diálogo entre Paquita y Conchita en estos términos:

–      «(••■) Otro Papa vendrá y el Concilio seguirá; y os digo también que ya sólo quedan tres Papas».

  -Bueno, eso lo dices por la profecía de San Malaquías…

-¿San Malaquías? A mí fue la Virgen quien me lo dijo: «Después de este Papa ya sólo quedan tres; y después, el Fin de los Tiempos. «

-¿Quieres decir que viene ya el Fin del Mundo?

-A mí la Virgen me dijo «Fin de los Tiempos».

-¿No es lo mismo?

Pues no lo sé.

Con el jesuita P. Rodrigo me unía una buena amistad, ya que hacía de Confesor de Conchita y yo con frecuencia le llevaba hasta su residen­cia de Comillas a la niña y a su madre para que las escuchara en Confe­sión, además de hablar de los temas de las Apariciones.

Este padre, con fecha de 13 de noviembre de 1965, escribió una carta al también  jesuita  P. Ramón María Andreu en la que le decía entre otras cosas: «El jueves hace quince días, el señor cura de Barro me trajo a Aniceta y Conchita… A solas yo con Conchita, ella me confirmó que la Virgen le  dijo a la muerte de Juan XXIII, que sólo faltaban ya tres Papas para el «fin de los tiempos».

Pues bien, el texto que he subrayado –sigue diciendo el autor-  es el que da la clave de la nítida interpretación de las palabras de Conchita. Los lectores y oidores superficiales se quedaron sólo con la primera parte de la afirmación -«sólo quedan tres Papas- y sacaron por su cuenta deducciones falsas: «para el fin del Mundo», «ya no quedan más que tres»,….

Conchita recalcó que la Virgen se refirió a «Fin de los Tiempos» y no al “Fin del Mundo«, después del cual ciertamente no habrá más Papas. Entonces, para aportar luz a esta importantísima “Revelación”  tenemos que responder a dos preguntas: ¿Qué significa eso de «Últimos Tiempos»? ¿Cuántos Papas quedan hasta el final de los Últimos Tiempos?

A la primera pregunta damos contestación en el capítulo XVI. En cuanto a la segunda, utilizaremos la ya conocida profecía de San Malaquías, la cual  La Santísima Virgen no la mencionara a Conchita, a mi pa­recer es muestra de su aprobación y vigencia; es más, en este caso po­dríamos decir que complementa la revelación profética tenida por Conchita. No será casual que San Malaquías fuera benedictino y que el Papa actual también lleve el nombre de San Benito.

En el próximo Post expondremos con el autor del libro las profecías de San Malaquías, según la interpretación del mismo.

Juan García Inza
juan.garciainza@gmail.com

¿El Medjugorje español?

Actualizado 17 enero 2012

Prado Nuevo (El Escorial), ¿el Medjugorje español?

Con frecuencia suelo publicar algo sobre Medjugorje.  Últimamente más con motivo de la presentación de mi libro sobre este lugar mariano. Y siempre Alejandros, un amable lector del Blog,  me hace el comentario sobre las apariciones de Prado Nuevo en  el  El Escorial. Suele decir que para que ir tan lejos cuando también a la Virgen la tenemos “en casa”.

Tengo que decir que no conocía yo mucho  los sucesos “sobrenaturales” de este lugar de El Escorial. Algunos detalles me habían llegado desde hacía tiempo, pero sin profundizar. Ha sido a raíz de la lectura del libro del periodista Zabala (“Las apariciones de El Escorial”, editado por Libroslibres), cuando realmente me he enterado de todo lo que allí ocurre desde el principio. Tengo que decir que para mí ha supuesto una sorpresa el ver claramente la mano de Dios y de la Virgen en la vida de Luz Amparo, y en todo lo que allí sucedió y sucede. Una de las asiduas participantes de las actividades que tenemos en la Parroquia relacionadas con La Divina Misericordia y con Medjugorje, madre de varios hijos y muy normal, estuvo el primer sábado de Enero en Prado Nuevo y vino “tocada”. Nos contó lo que había vivido el rato que estuvo allí, sobre todo la celebración de la Santa Misa. Y afirmó que allí hay algo muy serio. Y fueron sus palabras: – Yo pienso que Prado Nuevo es el Medjugorje español.

                Dando por supuesto que, como cristiano, sacerdote e hijo de la Iglesia, someto mi juicio al dictamen que en su día emita la Jerarquía, doy aquí mi impresión, una vez leído el libro de José María Zabala, y escuchado el testimonio de esta señora, participante asidua de los medios de formación del Opus Dei.

                Todo empezó, según cuenta Luz Amparo, un 15 de noviembre cuando se le aparece Jesús Crucificado, y ese mismo día recibe los estigmas de la Pasión en una visita que hizo a San Giovanni Rotondo, en donde vivió y murió el Padre Pío, que estuvo marcado gran parte de su vida por las heridas de la Pasión de Cristo. Cuenta un carmelita: “Amparo se nos cae de rodillas sangrando por la frente, ojos, boca y manos, con los brazos en cruz. La oímos decir: -Gracias, Padre.

       Vio al bendito Padre Pío dándole la Sagrada Comunión y saludables consejos que sólo ella oyó. La vimos abrir algo la boca y sacar un poquito la lengua. Un peregrino vio una Forma dirigiéndose despacio a su boca. Ante el revuelo y piadoso alboroto que se producía, el capuchino Padre Mateo, ayudado por unos peregrinos, logró difícilmente ingresarla en la celda del Padre Pío contigua al Coro y sentarla en una silla junto a la ventana desde la que el Padre Pío bendecía a las multitudes y que, de noche, está señalada con una cruz de lucecitas” (Pgs20-21 del libro citado).

Desde entonces hay una sucesión de acontecimientos sobrenaturales en torno a Luz Amparo, que la van a llevar por una camino de verdadero Calvario, pero muy unida a Dios y a la Virgen  que,  según cuenta, se le apareció por primera vez el 14 de Junio de 1981, unos días antes de que se apareciera en Medjugorje a un grupo de jóvenes el día 24.

                Los peregrinos, venidos de todas partes, comienzan a llegar a Prado Nuevo en El Escorial. Esto va a suponer multitud de fenómenos  espirituales y físicos, que por otro lado provocarán la  guerra a Luz Amparo por parte de los católicos envidiosos,  y de los  enemigos de la Iglesia, tratando de desmentir todo lo relacionado con estos acontecimientos extraordinarios. El verdadero Calvario comenzaba para ella. Intervino varias veces la autoridad eclesiástica, en un  principio desautorizando todo. Posteriormente dando ciertas facilidades para la presencia de sacerdotes, y celebrar la Santa Misa los primeros sábados de mes.

                Hay que destacar como muy positivo la cantidad de conversiones que tienen lugar en Prado Nuevo, las vocaciones religiosas y sacerdotales que surgen constantemente,  las obras de caridad nacidas de la total entrega de la “vidente” , y sus seguidores, a Dios y a los más necesitados, en especial los ancianos. Se han fundado varios centros asistenciales con los donativos de particulares agradecidos por el bien espiritual recibido. Esto llevo a algunos desaprensivos a denunciar a Luz Amparo acusándola de “aprovecharse” de la buena fe de la gente, pero la justicia siempre le ha dado la razón por no ver en ningún momento nada contra la ley. Todo lo que aportan los voluntarios se invierte en obras de caridad.

 Tiene especial relevancia el testimonio del que fue párroco del lugar. Estuvo siempre  en contra de Luz Amparo. La desacreditaba constantemente, hasta que le llegó el momento de la muerte y nos tuvo más remedio que reconocer su error. Solicitó que fuera  la “vidente” para pedirle perdón, y murió en paz.

                La tercera parte del libro está dedicada a narrar las conversiones más sobresalientes. En verdad que, al leer tales testimonios, uno tiene que pensar que Dios y la Virgen andan por medio de todo ello.  Yo recomiendo que se lea este libro con atención para después emitir un juicio justo.

                Nadie está obligado a creer en unas revelaciones privadas. La Iglesia emitirá en su momento su juicio. Pero mientras tanto la Virgen sigue actuando a favor de sus hijos, y los frutos están ahí.  Tanto aquí, como en Medjugorje, se  contempla una iglesia que cree, que reza y que ofrece a Dios  sus sacrificios, y hasta la vida. El perfume a rosas que suele expandirse por el  lugar, no es otras cosa que la fragancia de Aquella que es “Rosa Mística”. El ataque del maligno es la buena señal de las cosas divinas. Dice Tomás de Kempis: No hay orden o religión tan santa ni lugar tan secreto donde no haya tentaciones y adversidades.Y Tagore afirma: Los que lo tienen todo, y no a ti, Señor, se ríen de aquellos que no tienen nada sino a ti.

                ¿Qué suscita en mí todo ello? Como mínimo respeto, y también gratitud a la Virgen.

                Alejandros, sigue adelante, y  dile a Luz Amparo que rece por todos nosotros.

(Vídeo sobre las aparicones de El Escorial)
es.gloria.tv/

Juan García Inza
Juan.garciainza@gmail.com