Desinteresado regalo de la oficial de policía al niño moribundo

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“Si fuera mi hijo, yo esperaría que cualquier otra madre diera el paso adelante para ayudar”

 

Como padre o madre, si la policía llama a tu puerta, te esperas lo peor. Se arremolinan en la cabeza los pensamientos sobre en qué tipo de problema se podría haber metido un hijo para hacer que la policía intervenga.

Lo último que cualquiera pensaría es que una de esos agentes de policía va a poner fin a vuestros meses de preocupación y estrés porque se va a ofrecer voluntaria para donar su riñón a vuestro hijo. Pero precisamente eso fue lo que dijo la agente de policía Lindsey Bittorf a Kristi Goll y a su hijo Jackson cuando les visitó en su casa en Wisconsin, EE.UU.

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La historia comenzó el pasado diciembre, cuando la madre de Jackson publicó una actualización en su página de Facebook. Jackson acababa de pasar por una revisión rutinaria de sus riñones y los médicos tenían malas noticias. El funcionamiento de los riñones de Jackson estaba fallando y su nombre se iba a poner en una lista de donantes difuntos para poder recibir un riñón nuevo.

Sin embargo, los médicos dijeron a Kristi que la mejor solución posible para la insuficiencia renal de su hijo sería la donación de un donante vivo. Así que la madre decidió hacer lo que parecía imposible: pedir a alguien que donara un riñón en buen estado para ayudar a su hijo.

Lindsey, otra madre que trabaja como agente de policía, vio la publicación en Facebook y decidió que tenía que hacer algo. “Si fuera mi hijo, yo esperaría que cualquier otra madre diera el paso adelante para ayudar”, afirmó Lindsey en el programa de trasplantes. De modo que, después de confirmar que su tipo sanguíneo coincidía con los requisitos, Lindsey no pudo esperar para ir a sorprender a la familia y darles el mejor regalo que podrían recibir.

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Lindsey hizo una placa que entregó a Jackson en cuanto abrió la puerta de la casa. La placa leía: “Jackson, hice el juramento de servir y proteger a mi comunidad. Mi riñón ahora podrá servirte y protegerte a ti. ¡Soy tu donante de riñón!”. La familia Goll no cabía en sí de felicidad ni podía sentirse más agradecida por haber puesto final a la búsqueda de un donante para Jackson.

El acto generoso y desinteresado de Lindsey no solo daba una nueva oportunidad a la vida a Jackson, sino que daba a Kristi el increíble regalo del alivio. No tendría que preocuparse más por la supervivencia de su hijo.

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La historia de Lindsey y Jackson es una bocanada de aire fresco, especialmente cuando tenemos la sensación de que todas las noticias son tristes y deprimentes. Desde que su historia se publicara en la página de Facebook LoveWhatMatters, se ha compartido hasta ahora 402.000 veces, llevando calidez a los corazones de otros padres y aportando esperanza a lectores que esperan donaciones de órganos para sí mismos o para algún ser querido. ¡Que sigan llegando las oraciones para Jackson y Lindsey! Porque siguen necesitando nuestros mejores deseos y oraciones para una buena recuperación después de la cirugía, prevista para finales de junio.

“El hombre con el brazo de oro”

Este hombre común y corriente ha salvado a más de 2 millones de bebés

James Harrison es conocido como “El hombre con el brazo de oro”

Es conocido como “El hombre con el brazo de oro”. James Harrison, un australiano de 78 años, ha salvado la vida de más de dos millones de bebés a través de la donación de plasma casi cada semana durante los últimos 60 años.
La CNN informa que a los 14 años, Harrison se sometió a una cirugía de 11 horas para que le extirparan un pulmón y cuando terminó, su padre – donante de sangre también él – le explicó lo que había sucedido.

“Él dijo que yo recibí 13 unidades (litros) de sangre y mi vida fue salvada por personas desconocidas”; dijo Harrison. “Él fue donante, por lo que dije que cuando fuera mayor, me haría donante de sangre”.

Que fue exactamente lo que hizo Harrison. Poco después, los doctores le dijeron que su sangre contenía un extraño anticuerpo que podría ayudar a madres que tienen la enfermedad rhesus, una condición donde la sangre de la mujer embarazada ataca los glóbulos blancos del feto. En el peor de los casos, puede resultar en daño cerebral o muerte del bebé, y hasta 1967, miles de bebés morían cada año en Australia y sin que nadie supiera por qué.

Harrison trabajó con los médicos para usar los anticuerpos para desarrollar una inyección llamada Anti-D, que previene a las mujeres con sangre rhesus negativo de desarrollar anticuerpos RhDdurante el embarazo. De acuerdo con el servicio de sangre de la Cruz Roja australiana, Australia “fue uno de los primeros países en descubrir un donador de sangre con este anticuerpo, por lo que fue realmente revolucionario en aquel tiempo”.

Es increíble pensar que cada lote de Anti-D que se hace en Australia ha provenido de la sangre de James. Más del 17% de las mujeres en Australia están en riesgo, por lo que Harrison ha ayudado – y continúa haciéndolo – a mucha gente.

Pero según la ley australiana, deberá dejar de donar en unos pocos años y se espera que algunas otras personas se ofrezcan a donar. Existen alrededor de otras 50 personas en el país que se conozca que también tienen los anticuerpos, de acuerdo al servicio de sangre de la Cruz Roja australiana.

Harrison ha ganado premios por su generosidad y altruismo, pero no se considera a sí mismo un héroe. Ha donado su plasma más de 1,000 veces, conduciéndolo a ganar el Record Guinness Mundial, de acuerdo con el NY Daily News. Pero en todas aquellas ocasiones en que donó sangre, no miró ni una vez.

“Miro hacia el techo o las enfermeras, quizá hablo con ellas un poco, pero nunca he mirado la aguja entrar en mi brazo. No soporto ver sangre, no soporto el dolor”.