Tras 20 años de dolor se convirtió en Medjugorje

Alessandra Pelagatti 

Era atea y blasfema y abortó dos veces: tras 20 años de dolor se convirtió en Medjugorje 

En su primer aborto, a los 18 años, no le dieron alternativas. Su dolor no venía de la fe, porque no la tenía. Sólo con la fe llegó la sanación. 

Actualizado 4 junio 2013

Sara Martín / ReL 

13893_alessandra_en_una_conferencia


La italiana Alessandra Pelagatti tenía dieciocho años cuando se dio cuenta de que está embarazada. 

Había sido criada por una madre emancipada, separada y ferozmente independiente

Alessandra podía volver tarde por la noche a casa o incluso dormir fuera de casa. Y, por supuesto, hacer lo que quisiera con los chicos. Sin duda, era la envidia de todas sus amigas. 

Para ella su madre era un mito, tan diferente de las demás, ¡tan poco invasiva y opresora! 

Así que cuando Alessandra se quedó embarazada le pareció natural acudir a su madre para contarle la “emergencia” y buscar solución. 

Y con la misma naturalidad su madre le llevó a un ginecólogo, que no dudó en dirigirla hacia la “eliminación de aquel grupo de células”, que se cuidó bien de no mostrar a Alessandra “para no impresionarla”. 

Aunque Alessandra mostró dudas desde el principio, el médico le aseguró que hasta los tres meses no había vida. No le propuso ninguna alternativa, ni tampoco le hizo pasar por la entrevista obligatoria que establece la Ley 194 en Italia.

El día del aborto
Alessandra esperaba en una gran sala, donde las embarazadas, una a una, iban saliendo para realizarles la intervención y «solucionarles el problema”. 

Alessandra no quería hacerlo y se lo dijo al médico cuando era su turno. Sin embargo, él le aseguró que el aborto ya se estaba realizando desde el momento en el que ella había ingerido la primera pastilla aquella mañana. Así que decidió continuar. Su despertar fue traumático para ella debido a una infección grave tras el aborto.

Físicamente, se recuperó. Psicológicamente, el problema sólo estaba empezando: ansiedad, tristeza, incapacidad para tener relaciones sexuales con su novio durante los siguientes tres años. Ninguno comprendía siquiera por qué. Terminó con él y tuvo relaciones con otros, pero ninguna historia podía colmar su vacío interior. 

No matar: salvar insectos…
En la mente de Alessandra comenzó a hacerse insoportable la idea de matar a un ser vivo, por lo que se convirtió en una vegetariana obsesionada.

“Salvava insectos si los veía atrapados en algún sitio. No podía soportar el dolor de no hacer nada para protegerlos”, se justifica. 

El segundo aborto
Algunos años después volvió a quedarse embarazada, pero para entonces había tenido que convencerse de que su primer aborto había sido correcto. Así que decidió que, para autoconfirmárselo, tenía que abortar de nuevo

El infierno de dolor continuó hasta que se enamoró de nuevo. En ese tiempo decidió de nuevo volver a tener hijos, se sentía por fin preparada. Pero, tras intentarlo tres años, nunca lo consiguió. 

Pasó casi veinte años en terapia y con psicofármacos. Veinte años de sufrimientos de todo tipo, interior, exterior, angustiante. Un sufrimiento que culminó con un intento de suicidio el 30 de abril de 2010

El sentimiento de culpa

Conectar este dolor con su verdadera causa, el aborto, le llevó muchísimos años. “Para mí fue como tocar el fondo, pero con las piernas. Y eso me ayudó a coger impulso para volver a salir”, explica. 

Alessandra explica en su testimonio que toda su vida se había considerado atea y blasfema convencida

Su sentimiento de culpa no fue inducido por creencias religiosas, y la Iglesia no pudo ser responsable de lo que sucedió después. 

Ella era el prototipo de mujer libre, ajena a cualquier influencia religiosa, hermosa, inteligente, divertida y llena de amigos. Pero no conseguía perdonarse a sí misma porque no había llamado por su nombre lo que había hecho.

Un viaje a Asís
alessandraPero un día llegó a su vida llegó el amor y la misericordia de Jesucristo, que la rescató justo al borde del abismo, y su vida comenzó a florecer de nuevo. Un viaje inesperado a Asís, la cuna de San Francisco, propuesto por su novio (creyente, pero no practicante) le empezó a abrir los ojos.  

Lo siguiente fue una Biblia que él le regaló y ella comenzó a leer más por curiosidad que por fe. 

Cuatro meses después se encontraba en la parroquia bosnia de Medjugorje. Allí la cercanía a la Virgen le hizo sentirse perdonada y comenzó a sonreír de nuevo. 

Sintió un amor que no había sentido nunca. Sintió que podía perdonar a su madre por haberle inducido a abortar. Y llegó un día en el que ya no podía vivir sin la oración y los sacramentos.

Ayudar a otros
Alessandra Pelagatti ahora explica su testimonio para ayudar a otras personas. Lo contó en una conferencia el día antes de la Marcha Nacional por la Vida llevada a cabo hace poco tiempo en diferentes lugares de Italia.

Relató su historia marcada por el dolor y el sufrimiento, pero lo hizo con una sonrisa, esperando que su testimonio pudiera servir para ayudar a otras jóvenes que pasen por su misma situación.» «Lo hago para ayudarles a entender que el aborto es una muerte doble, la de la madre y la del niño».  

Alessandra cuenta su testimonio en TV2000 (en italiano)

 

 

«Apostasía»

«Apostasía», de Thomas S. Crown 

¿Estamos viviendo los Últimos Tiempos anunciados en el Apocalipsis? 

Una especie de «catecismo práctico» en el que se suceden diálogos y acontecimientos en los que el lector encuentra respuesta a preguntas fundamentales.

Actualizado 25 octubre 2012

Gilberto Pérez/ReL

A principios del año en curso, en Manresa, se llevó a cabo el Primer Congreso de Nueva Evangelización con el fin de reflexionar y hacer frente a un preocupante problema que flagela, sobre todo, a la sociedad occidental contemporánea: la apostasía silenciosa, el abandono masivo y en muchos casos «como a escondidas» de la fe y la experiencia cristianas.

De la mano de la editorial De Buena Tinta acaba de hacer su aparición el libro Apostasía, en el que su autor, Thomas S. Crown alerta sobre la critica situación por la que atraviesa la sociedad, poniendo de manifiesto que más que una crisis económica de alcance mundial, que también, se trata de una crisis de valores e identidad del ser humano, más grave y origen de la anterior.

El título de portada no puede ser más sugerente e inquietante: «¿Estamos viviendo los Últimos Tiempos anunciados en el Apocalipsis?«, una pregunta que quedará para ser respondida por el lector al final de su aventura.

¿De qué va la obra?

Tras la muerte en trágicas circunstancias de su hijo Frank, Thomas Turner, psiquiatra de profesión, atraviesa por momentos difíciles. Abandonado por su esposa, que le culpa de su muerte, busca refugio en la bebida. Pierde su trabajo, reputación y amigos. Abandonado por todos se desea la muerte. Adolfo, un antiguo compañero de universidad, le ofrece trabajar en el hospital que dirige a las afueras de Madrid. Aunque éste no es la persona más recomendable, Thomas se ve obligado a aceptar sus condiciones. Allí conocerá a Santi, de quien pronto se hará amigo inseparable y se convertirá en su mejor consejero. Tras vivir una “experiencia del umbral de la muerte”, la licenciosa vida del protagonista es acrisolada con la fuerza de la fe y la razón, dando un vuelco trascendental, definitivo.

¿Una novela? Un «catecismo práctico»

A través de la tormentosa relación de amistad-odio surgida entre sus dos protagonistas, Apostasía advierte sobre los graves peligros que se ciernen sobre la Humanidad. El libro, vaya por delante, no es propiamente una novela, a pesar de que el autor se sirva de este género literario para abordar temas reales, acuciantes y, por qué no decirlo, controvertidos. 

A lo largo de la obra, más bien una especie de “catecismo práctico”, se suceden diálogos y acontecimientos en los que el protagonista busca y encuentra respuestas a cuestiones que a todos nos preocupan: ¿De dónde venimos? ¿Hacia dónde vamos? ¿Está próximo un gobierno mundial? ¿Una religión universal? ¿Qué sucede tras la muerte? ¿Posee el hombre un alma inmortal? ¿Existe la reencarnación? ¿Son los ángeles una realidad o sólo una ficción? ¿Hay un Cielo al que irán los justos? ¿El diablo es pura invención? ¿Y el Infierno? ¿Cuál es el destino del hombre? ¿Estamos viviendo los Últimos Tiempos anunciados en el Apocalipsis? ¿Qué dice este libro sobre la apostasía? ¿Qué sucede en Prado Nuevo de El Escorial?

 FICHA TÉCNICA  COMPRA ONLINE
Título: Apostasía TiendaLibres
Autor: Thomas S. Crown
Editorial: De Buena Tinta
Páginas: 323 páginas
Precio 18 euros

La fe de los sacerdotes

Actualizado 15 octubre 2012 

Es cierto que hay sacerdotes que han traicionado sus compromisos ante Dios y la Iglesia, pero ello no hace sino aumentar el ejemplo de la fe de los demás sacerdotes (la inmensa mayoría) que son fieles a sus compromisos.

Pedro María Reyes Vizcaíno, Sacerdote, editor de Iuscanonicum.org, escribe sobre este tema de máximo interés para el Año de la Fe:

La Epístola a los hebreos dedica un capítulo a alabar la fe de varios personajes del Antiguo Testamento. Son muchos los ejemplos de fe que el autor sagrado encuentra, tantos que debe afirmar: «Me faltaría tiempo si tuviera que hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los Profetas, que por la fe sometieron reinos, hicieron justicia, alcanzaron las promesas, cerraron bocas de leones, apagaron la violencia del fuego, escaparon del filo de la espada, curaron de sus enfermedades, fueron valientes en la guerra y abatieron ejércitos extranjeros». Y reconoce conmovido: «¡el mundo no era digno de ellos!» (Hb 11, 32-38).

 

¿Son solo ejemplos de la antigüedad, o los encontramos hoy? Pienso que en nuestros días podríamos citar muchos ejemplos de fe inquebrantable. Entre ellos destaca el de los sacerdotes. También ellos son campeones de la fe. Y a ellos se le puede aplicar que el mundo no es digno de ellos.

Porque ¿qué es, sino un ejemplo de fe, la vida entregada de tantos miles de sacerdotes que viven su vocación callada y silenciosamente sin esperar nada como compensación? ¿O el de esos sacerdotes que ejercen la caridad ante tantos necesitados, y a cambio reciben insultos o faltas de respeto en la calle sin que les importe demasiado? Muchos sacerdotes han visto flaquear a sus compañeros con los que quizá coincidieron en los mejores años de su seminario, pero eso les sirvió para hacer propósitos de mayor fidelidad a la gracia recibida de Dios. ¿Qué más ejemplos podría mostrar? Como le ocurrió al autor de la Epístola a los Hebreos, me faltaría tiempo para poner por escrito las virtudes de los sacerdotes.

Es cierto que hay sacerdotes que han traicionado sus compromisos ante Dios y la Iglesia, pero ello no hace sino aumentar el ejemplo de la fe de los demás sacerdotes (la inmensa mayoría) que son fieles a sus compromisos, a pesar de que reciben ante la opinión pública las salpicaduras de faltas que ellos no cometieron.

Podemos afirmar que el mundo no es digno de ellos: no es digno de tanta grandeza de ánimo, de tanta generosidad, de tanta entrega; y sin embargo, el mundo necesita sacerdotes. Necesita que haya hombres que administren los sacramentos, que hagan presente entre sus hermanos los hombres a Cristo en cada Misa, que consuelen a tantas almas destrozadas por el pecado y les otorguen el perdón en nombre de Dios. El mundo necesita a los sacerdotes y ellos lo saben. Por eso, seguirán en el mundo administrando los dones de Dios.

El mundo no es digno de los sacerdotes, pero ellos saben que no se debe a razones personales, sino a que ningún hombre es digno de recibir el don del sacerdocio. Ellos se sienten poca cosa. Pero esta consideración aumenta su fe recia, porque se sienten instrumentos de Dios, y saben que hacen mucho bien no por méritos propios sino por concesión gratuita de Él. Y piden cada día a Jesucristo ser más eficaces sin lucimientos personales, de manera que sea Dios quien aparezca.

Están en el mundo, aunque no pertenecen al mundo (cf. Jn 17, 14). Y son conscientes de que su misión es llevar al mundo la gracia de Dios. Saben que el mundo –no solo la entera humanidad, sino el pueblo o el barrio concreto donde ejercen su ministerio– no sería el mismo sin la presencia de los sacerdotes. Por eso no huyen ante los lobos que intentan arrebatar el rebaño.

La oración «estrella» del Año de la Fe

En el Ángelus, el Papa señaló por qué 

La oración «estrella» del Año de la Fe, junto con el Credo, será el Santo Rosario 

Actualizado 7 octubre 2012 

ReL 

Al final de la ceremonia de esta mañana, en la que proclamó doctores de la Iglesia a San Juan de Ávila Santa Hildegarda de Binguen, el Papa dirigió el rezo del Ángelus, invitando a todos a orar por los trabajos del recién inaugurado Sínodo de los Obispos.

Y no sólo con el Credo, a cuya recitación durante el próximo Año de la Fe estarán vinculadas diversas indulgencias plenarias, sino sobre todo con el Rosario.

«Queridos hermanos y hermanas,ahora nos dirigimos en oración a María Santísima, que hoy veneramos como Reina del Santo Rosario», dijo Benedicto XVI: «En este momento, en el Santuario de Pompeya, es elevada la tradicional Súplica, a la que se unen innumerables personas en el mundo entero. Mientras también nosotros nos asociamos espiritualmente a esa coral invocación, quisiera proponer a todos el valorizar la oración del Rosario en el próximo Ano de la Fe«.

Con el Rosario, explicó, «nos dejamos guiar por María, modelo de fe, en la meditación de los misterios de Cristo, y día a día somos ayudados a asimilar el Evangelio, de tal manera que pueda dar forma a toda nuestra vida. Por lo tanto, tras la huellas de mis predecesores, en particular del Beato Juan Pablo II quien hace diez años nos dio la Carta apostólicaRosarium Virginis Mariaeinvito a rezar el Rosario personalmente, en familia y en comunidad, colocándonos en la escuela de María, que nos conduce a Cristo, centro vivo de nuestra fe».

Nueva evangelización, misiones y evangelización ordinaria

Gran apología del matrimonio 

Nítida distinción del Papa entre nueva evangelización, misiones y evangelización ordinaria 

«La Iglesia existe para evangelizar» y «los santos son los protagonistas de la evangelización», (bajo el retrato de dos de ellos), ideas clave. 

Actualizado 7 octubre 2012 

ReL 

Festividad del Santo Rosario, apertura de la XIIIª Asamblea General Ordinaria del Sínodo de Obispos, proclamación de San Juan de Ávila y Santa Hildegarda de Binguen como doctores de la Iglesia,vísperas del arranque de un intenso Año de la Fe… 

Verdaderamente este domingo era un día grande para Benedicto XVI, y ha correspondido a esa expectación con una homilía (ver abajo texto íntegro) donde, como elemento principal, ha distinguido para que no haya dudas las tres formas de evangelizar de una Iglesia que «existe para evangelizar» con un «dinamismo espiritual y pastoral» del que surgen «dos ramas específicas»: «Por una parte, la missio ad gentes, esto es el anuncio del Evangelio a aquellos que aun no conocen a Jesucristo y su mensaje de salvación; y, por otra parte, la nueva evangelización, orientada principalmente a las personas que, aun estando bautizadas, se han alejado de la Iglesia, y viven sin tener en cuenta la praxis cristiana». 

Sin olvidar, por supuesto «la actividad ordinaria de evangelización en nuestras comunidades cristianas», pues «los tres aspectos de la única realidad de evangelización se completan y fecundan mutuamente».

El Papa consagró unos minutos asimismo ha destacar la importancia del matrimonio, que «constituye en sí mismo un evangelio, una Buena Noticia para el mundo actual, en particular para el mundo secularizado. La unión del hombre y la mujer, su ser «una sola carne» en la caridad, en el amor fecundo e indisoluble, es un signo que habla de Dios con fuerza, con una elocuencia que en nuestros días llega a ser mayor, porque, lamentablemente y por varias causas, el matrimonio, precisamente en las regiones de antigua evangelización, atraviesa una profunda crisis». Una crisis que «no es casual» porque «hay una evidente correspondencia entre la crisis de la fe y la crisis del matrimonio«.

Por último, y bajo el retrato de los dos santos que son desde este domingo también doctores de la Iglesia y maestros autorizados de su doctrina, Benedicto XVI apuntó que «los santos son los verdaderos protagonistas de la evangelización en todas sus expresiones. Ellos son, también de forma particular, los pioneros y los que impulsan la nueva evangelización: con su intercesión y el ejemplo de sus vidas, abierta a la fantasía del Espíritu Santo, muestran la belleza del Evangelio y de la comunión con Cristo a las personas indiferentes o incluso hostiles, e invitan a los creyentes tibios, por decirlo así, a que con alegría vivan de fe, esperanza y caridad, a que descubran el «gusto» por la Palabra de Dios y los sacramentos, en particular por el pan de vida, la eucaristía».

Texto completo de la homilía del Papa
(7 de octubre de 2012)

Venerables hermanos,
queridos hermanos y hermanas

Con esta solemne concelebración inauguramos la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que tiene como tema: La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana. Esta temática responde a una orientación programática para la vida de la Iglesia, la de todos sus miembros, las familias, las comunidades, la de sus instituciones. Dicha perspectiva se refuerza por la coincidencia con el comienzo del Año de la fe, que tendrá lugar el próximo jueves 11 de octubre, en el 50 aniversario de la apertura del Concilio Ecuménico Vaticano II. Doy mi cordial bienvenida, llena de reconocimiento, a los que habéis venido a formar parte de esta Asamblea sinodal, en particular al Secretario general del Sínodo de los Obispos y a sus colaboradores. Hago extensivo mi saludo a los delegados fraternos de otras Iglesias y Comunidades Eclesiales, y a todos los presentes, invitándolos a acompañar con la oración cotidiana los trabajos que desarrollaremos en las próximas tres semanas.

Las lecturas bíblicas de la Liturgia de la Palabra de este domingo nos ofrecen dos puntos principales de reflexión: el primero sobre el matrimonio, que retomaré más adelante; el segundo sobre Jesucristo, que abordo a continuación. No tenemos el tiempo para comentar el pasaje de la carta a los Hebreos, pero debemos, al comienzo de esta Asamblea sinodal, acoger la invitación a fijar los ojos en el Señor Jesús, «coronado de gloria y honor por su pasión y muerte» (Hb 2,9). La Palabra de Dios nos pone ante el crucificado glorioso, de modo que toda nuestra vida, y en concreto la tarea de esta asamblea sinodal, se lleve a cabo en su presencia y a la luz de su misterio. La evangelización, en todo tiempo y lugar, tiene siempre como punto central y último a Jesús, el Cristo, el Hijo de Dios (cf. Mc 1,1); y el crucifijo es por excelencia el signo distintivo de quien anuncia el Evangelio: signo de amor y de paz, llamada a la conversión y a la reconciliación. Que nosotros venerados hermanos seamos los primeros en tener la mirada del corazón puesta en él, dejándonos purificar por su gracia.

Quisiera ahora reflexionar brevemente sobre la «nueva evangelización», relacionándola con la evangelización ordinaria y con la misión ad gentes. La Iglesia existe para evangelizar. Fieles al mandato del Señor Jesucristo, sus discípulos fueron por el mundo entero para anunciar la Buena Noticia, fundando por todas partes las comunidades cristianas. Con el tiempo, estas han llegado a ser Iglesias bien organizadas con numerosos fieles. En determinados periodos históricos, la divina Providencia ha suscitado un renovado dinamismo de la actividad evangelizadora de la Iglesia. Basta pensar en la evangelización de los pueblos anglosajones y eslavos, o en la transmisión del Evangelio en el continente americano, y más tarde los distintos periodos misioneros en los pueblos de África, Asía y Oceanía. Sobre este trasfondo dinámico, me agrada mirar también a las dos figuras luminosas que acabo de proclamar Doctores de la Iglesia: san Juan de Ávila y santa Hildegarda de Bingen. También en nuestro tiempo el Espíritu Santo ha suscitado en la Iglesia un nuevo impulso para anunciar la Buena Noticia, un dinamismo espiritual y pastoral que ha encontrado su expresión más universal y su impulso más autorizado en el Concilio Ecuménico Vaticano II. Este renovado dinamismo de evangelización produce un influjo beneficioso sobre las dos «ramas» especificas que se desarrollan a partir de ella, es decir, por una parte, la missio ad gentes, esto es el anuncio del Evangelio a aquellos que aun no conocen a Jesucristo y su mensaje de salvación; y, por otra parte, la nueva evangelización, orientada principalmente a las personas que, aun estando bautizadas, se han alejado de la Iglesia, y viven sin tener en cuenta la praxis cristiana. La Asamblea sinodal que hoy se abre esta dedicada a esta nueva evangelización, para favorecer en estas personas un nuevo encuentro con el Señor, el único que llena de significado profundo y de paz nuestra existencia; para favorecer el redescubrimiento de la fe, fuente de gracia que trae alegría y esperanza a la vida personal, familiar y social. Obviamente, esa orientación particular no debe disminuir el impulso misionero, en sentido propio, ni la actividad ordinaria de evangelización en nuestras comunidades cristianas. En efecto, los tres aspectos de la única realidad de evangelización se completan y fecundan mutuamente.

El tema del matrimonio, que nos propone el Evangelio y la primera lectura, merece en este sentido una atención especial. El mensaje de la Palabra de Dios se puede resumir en la expresión que se encuentra en el libro del Génesis y que el mismo Jesús retoma: «Por eso abandonará el varón a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán una sola carne» (Gn 1,24, Mc 10,7-8). ¿Qué nos dice hoy esta palabra? Pienso que nos invita a ser más conscientes de una realidad ya conocida pero tal vez no del todo valorizada: que el matrimonio constituye en sí mismo un evangelio, una Buena Noticia para el mundo actual, en particular para el mundo secularizado. La unión del hombre y la mujer, su ser «una sola carne» en la caridad, en el amor fecundo e indisoluble, es un signo que habla de Dios con fuerza, con una elocuencia que en nuestros días llega a ser mayor, porque, lamentablemente y por varias causas, el matrimonio, precisamente en las regiones de antigua evangelización, atraviesa una profunda crisis. Y no es casual. El matrimonio está unido a la fe, no en un sentido genérico. El matrimonio, como unión de amor fiel e indisoluble, se funda en la gracia que viene de Dios Uno y Trino, que en Cristo nos ha amado con un amor fiel hasta la cruz. Hoy podemos percibir toda la verdad de esta afirmación, contrastándola con la dolorosa realidad de tantos matrimonios que desgraciadamente terminan mal. Hay una evidente correspondencia entre la crisis de la fe y la crisis del matrimonio. Y, como la Iglesia afirma y testimonia desde hace tiempo, el matrimonio está llamado a ser no sólo objeto, sino sujeto de la nueva evangelización. Esto se realiza ya en muchas experiencias, vinculadas a comunidades y movimientos, pero se está realizando cada vez más también en el tejido de las diócesis y de las parroquias, como ha demostrado el reciente Encuentro Mundial de las Familias.

Una de las ideas clave del renovado impulso que el Concilio Vaticano II ha dado a la evangelización es la de la llamada universal a la santidad, que como tal concierne a todos los cristianos (cf. Const. Lumen gentium, 39-42). Los santos son los verdaderos protagonistas de la evangelización en todas sus expresiones. Ellos son, también de forma particular, los pioneros y los que impulsan la nueva evangelización: con su intercesión y el ejemplo de sus vidas, abierta a la fantasía del Espíritu Santo, muestran la belleza del Evangelio y de la comunión con Cristo a las personas indiferentes o incluso hostiles, e invitan a los creyentes tibios, por decirlo así, a que con alegría vivan de fe, esperanza y caridad, a que descubran el «gusto» por la Palabra de Dios y los sacramentos, en particular por el pan de vida, la eucaristía. Santos y santas florecen entre los generosos misioneros que anuncian la buena noticia a los no cristianos, tradicionalmente en los países de misión y actualmente en todos los lugares donde viven personas no cristianas. La santidad no conoce barreras culturales, sociales, políticas, religiosas. Su lenguaje – el del amor y la verdad – es comprensible a todos los hombres de buena voluntad y los acerca a Jesucristo, fuente inagotable de vida nueva.

A este respecto, nos paramos un momento para admirar a los dos santos que hoy han sido agregados al grupo escogido de los doctores de la Iglesia. San Juan de Ávila vivió en el siglo XVI. Profundo conocedor de las Sagradas Escrituras, estaba dotado de un ardiente espíritu misionero. Supo penetrar con singular profundidad en los misterios de la redención obrada por Cristo para la humanidad. Hombre de Dios, unía la oración constante con la acción apostólica. Se dedicó a la predicación y al incremento de la práctica de los sacramentos, concentrando sus esfuerzos en mejorar la formación de los candidatos al sacerdocio, de los religiosos y los laicos, con vistas a una fecunda reforma de la Iglesia.

Santa Hildegarda de Bilden, importante figura femenina del siglo XII, ofreció una preciosa contribución al crecimiento de la Iglesia de su tiempo, valorizando los dones recibidos de Dios y mostrándose una mujer de viva inteligencia, profunda sensibilidad y reconocida autoridad espiritual. El Señor la dotó de espíritu profético y de intensa capacidad para discernir los signos de los tiempos. Hildegarda alimentaba un gran amor por la creación, cultivó la medicina, la poesía y la música. Sobre todo conservó siempre un amor grande y fiel por Cristo y su Iglesia.

La mirada sobre el ideal de la vida cristiana, expresado en la llamada a la santidad, nos impulsa a mirar con humildad la fragilidad de tantos cristianos, más aun, su pecado, personal y comunitario, que representa un gran obstáculo para la evangelización, y a reconocer la fuerza de Dios que, en la fe, viene al encuentro de la debilidad humana. Por tanto, no se puede hablar de la nueva evangelización sin una disposición sincera de conversión. Dejarse reconciliar con Dios y con el prójimo (cf. 2 Cor 5,20) es la vía maestra de la nueva evangelización. Unicamente purificados, los cristianos podrán encontrar el legítimo orgullo de su dignidad de hijos de Dios, creados a su imagen y redimidos con la sangre preciosa de Jesucristo, y experimentar su alegría para compartirla con todos, con los de cerca y los de lejos.

Queridos hermanos y hermanas, encomendemos a Dios los trabajos de la Asamblea sinodal con el sentimiento vivo de la comunión de los santos, invocando la particular intercesión de los grandes evangelizadores, entre los cuales queremos contar con gran afecto al beato Papa Juan Pablo II, cuyo largo pontificado ha sido también ejemplo de nueva evangelización. Nos ponemos bajo la protección de la bienaventurada Virgen María, Estrella de la nueva evangelización. Con ella invocamos una especial efusión del Espíritu Santo, que ilumine desde lo alto la Asamblea sinodal y la haga fructífera para el camino de la Iglesia hoy, en nuestro tiempo. Amen.

Indulgencia plenaria en el Año de la Fe

DEL 11 DE OCTUBRE DEL 2012 AL 24 DE NOVIEMBRE DEL 2013

El Papa concede la indulgencia plenaria a todos los fieles que den testimonio público en el Año de la Fe

Benedicto XVI ha dispuesto con motivo del Año de la Fe, que comenzará el 11 de octubre hasta el 24 de noviembre de 2013, la concesión de indulgencia plenaria para todos los fieles que en esos meses den testimonio público de la fe cristiana en la vida diaria, informó hoy la Santa Sede. «En este tiempo de profundos cambios a los que la humanidad está sometida, Benedicto XVI invita a todo el pueblo de Dios para que en este Año de la Fe se una al Sucesor de Pedro (él) para dar testimonio de la fe ante los demás en la vida diaria», precisó el Vaticano.

(Efe) La indulgencia, según el decreto firmado por el cardenal Manuel Monteiro de Castro, penitenciario mayor de la Iglesia romana, será aplicada en las condiciones que establece la Iglesia, es decir, si el fiel se ha confesado, ha tomado la comunión y ha rezado según las intenciones del Santo Padre.

Los fieles conseguirán la indulgencia durante todo el año cada vez que, entre otras, participen en las lecturas de textos sagrados en las iglesias, cada vez que peregrinen a una basílica, catacumba cristiana, catedral, basílicas menores o santuarios marianos y participen en alguna función sagrada o mediten y al final recen el Padrenuestro.

También si un día de ese Año de la Fe el fiel visita el baptisterio u otro lugar en el que recibió el bautismo yrenueva las promesas bautismales según la fórmula legítima.

Los fieles que no puedan participar en celebraciones como las anteriores, debido a que están enfermos, encarcelados, son ancianos, etc, podrán lograr la indulgencia plenaria en las mismas condiciones «si se unen espiritualmente a los actos en los que las palabras del pontífice o de los obispos son transmitidas por televisión o radio, recen el Padrenuestro y hagan la profesión de Fe».

La indulgencia es la reducción o eliminación de las penas temporales que derivan de haber cometido un pecado y que puede ser obtenida en determinadas condiciones siempre que se esté en estado de gracia, según precisa el «Enchiridion Indulgentiarum», manual de las indulgencias.

Debes «ensuciarte las manos» en el servicio

Para servir, para dar, puedes comenzar aunque sea con una sonrisa, con una palabra, con un encuentro, una reconciliación 

Actualizado 29 septiembre 2012 

Estamos caminando para que nuestra fe dé fruto y el fruto de la fe es la caridad, el amor. 

Madre Elvira Petrozzi

La fe no es sólo creer en Dios y quedarse con las manos en el bolsillo, creer en Dios, ir a la iglesia, rezar, estar horas en adoración delante de Él y luego olvidarte que el Dios al que tú rezas es un Dios que se te dona, que se “ensucia las manos” amando. La oración, si es auténtica, alimenta la fe que se hace caridad vistiendo el ropaje del servicio . Entonces, tú también debes entregarte al prójimo, debes “ensuciarte las manos” en el servicio, y si no es así, falta la alegría de vivir. 

Para servir, para dar, puedes comenzar aunque sea con una sonrisa, con una palabra, con un encuentro, una reconciliación, escuchar, son pequeñas cosas que dan alegría a nuestro corazón y al de nuestros hermanos y a menudo las dejamos pasar, no las concretamos. 

Cada tanto verifiquemos nuestra fe mirando nuestra vida ¡Si la fe es auténtica, la vida cambia! Te sientes distinto y si hasta ayer ponías una larga ‘trompa’ si te hacían una observación o un reproche, hoy ese espacio de tristeza, de juicio, de dureza es cada vez más breve. 

¡La fe es un camino que reduce el tiempo que usamos para el mal, el juicio, la oscuridad! La fe llena de Luz cada rincón de nuestra vida. El que cree que toca un botón y ya está , es un falso, no es verdad: el Señor camina con nosotros, sabe bien qué cosas arrastramos, Él conoce nuestra historia y sabe muy bien cuáles son los obstáculos que nos frenan. Y Él, sólo Él, tiene la paciencia de sonreírnos y de tendernos la mano diciendo: “Ven a mí en este momento de rabia, de encierro, ven a mí , que deshago ese tentáculo de muerte,” y después otro, y otro más. . . Él nos libera y finalmente nos decimos : ¡Qué bello no tener la trompa, qué don perdonar, qué paz ir más allá, qué alegría sonreír!

Reflexionemos juntos por qué nos cuesta reconciliarnos y es porque hacemos funcionar el cerebro. Miren que el cerebro es ‘materia gris’, no es tu vida, no es la plenitud de tu libertad, no es luz. Es necesario crear amistades verdaderas, leales, seguras, que pueden contar uno con el otro, que se conocen en la verdad, son amigos y amigas en la fe. Tenemos que entrar en el corazón del otro con compasión, con misericordia, con amor. No tenemos que empezar en la cabeza sino escuchando el corazón.

No es fácil, y lo digo justo para gritármelo a mí, no es fácil. Es un camino ir de la cabeza al corazón: en cualquier situación en la que estemos tenemos que aprender a permanecer, permanecer. La cabeza nos hace escapar, huir.

Está la oscuridad, la confusión, la tormenta, la lluvia, el viento que te llevan afuera: permanece, quédate. ¡Dios vendrá y te liberará! y nunca, nunca tomemos decisiones con la cabeza cuando están en un mal momento, nunca, porque solo es una fuga, un escapar y después el problema lo tendrás delante, toda la vida. Debemos permanecer en la prueba, escuchar el corazón que te dice: “¡No abandones, persevera, coraje, con Dios lo lograrás!” Y así saldremos favorecidos, con más fuerza de la fe, más confianza en nosotros mismos porque para permanecer en esos momentos, intervino la fuerza de Dios, entonces me siento más fuerte, más libre, más humilde, más maduro y más bueno, seguramente mucho más bueno y capaz de amar más.

Roma recibirá informe positivo sobre Medjugorje

Actualizado 18 septiembre 2012

El cardenal Camillo Ruini encabeza la comisión de Medjugorje

Cualquier informe negativo de la Comisión Vaticana sobre Medjugorje está completamente fuera de discusión, dice una fuente bien informada a Medjugorje Today. El informe, que se está terminando, reflejará que los expertos han estado trabajando con un material totalmente positivo.

Medjugorje recibirá la aprobación de expertos de la Comisión Vaticana que han investigado los acontecimientos en la aldea en el oeste de Herzegovina des de marzo de 2010, explica una fuente cercana a Medjugorje Today.

La Comisión encabezada por el cardenal Camillo Ruini no ha encontrado nada negativo. Más al contrario, los expertos solo han encontrado cosas buenas para investigar, de acuerdo con la información de Medjugorje Today.

Aunque el cardenal Ruini ha estado a cargo de la investigación de acontecimientos en Medjugorje, no tendrá él la última palabra, teniendo que presentar el informe a la Comisión de Benedicto XVI.

Medjugorje Today además sabe que la Comisión está ahora en la última fase de preparación de su informe para la Congregación para la Doctrina de la Fe que a su vez informará al Papa Benedicto XVI, “si el informe no ha sido enviado todavía”.

Esta parte informativa de Medjugorje Today va en contra de un informe que aparecía en unas noticias bosnias de principio de mes, estas exponían que la investigación seguramente no acabaría este año, pero que seguiría en 2013.

Aunque el informe de la Comisión será completamente positivo, como indica naturalmente Medjugorje Today, muy pocos esperan que el Vaticano reconozca la autenticidad de las apariciones en un tiempo en que los videntes afirman que siguen con las apariciones.

Aparte de examinar y entrevistar los videntes sobre sus experiencias, la Comisión Vaticana ha examinado una gran cantidad de otras materias como la vida general de fe en Medjugorje. Y aunque las apariciones no sean oficialmente reconocidas, y la cuestión de la autenticidad siga pendiente, el Papa tiene otros medios de la Comisión con los que puede mostrarse favorable.

La creación de una diócesis separada para Medjugorje ha sido recientemente mencionada, y otorgar la condición de santuario a Mejugorje también ha sido mencionado como una opción.

Fuente: www.medjugorjetoday.tv

Traducción del inglés a cargo del equipo de www.virgendemedjugorje.org

 

 

Apocalipsis 2012 (II)

Blogueros con el Papa

Hablemos de Medjugorje

Dentro de la amplia serie de mensajes que se presentan como advertencias venidas del Cielo, me atrevo a afirmar que ningún evento tiene tanta difusión, impacto y polémica como Medjugorje. Los comentarios a mi anterior post creo que así lo demuestran. Muchos de quienes creen firmemente que pronto vendrá una Gran Señal, y que habrá Tres Días de Oscuridad, sienten que les autoriza nada menos que la voz de la Virgen, que según creen, se ha dejado escuchar en Medjugorje. Y dentro de la opinión de sus partidarios, estas apariciones deben tomarse como ciertas porque los enormes frutos espirituales, y singularmente las conversiones y las confesiones, apuntan decididamente hacia un veredicto de veracidad.

Es importante percibir bien la relación mutua de estos tres elementos tal como los ven quienes son favorables al carácter sobrenatural y providencial de lo sucedido en el lugar:

  1. Medjugorje es un sitio único en el mundo, en términos de conversiones, confesiones, adoración eucarística y presencia pública de la fe. Eso significa que Dios está obrando allí.
  2. Dios no respaldaría algo que fuera un engaño o una trampa. Por consiguiente, las apariciones de la Virgen María en Medjugorje son ciertas.
  3. En Medjugorje, como en otros lugares, la Virgen ha llamado y está llamando a la conversión, y ha dado severas advertencias sobre lo que viene sobre el mundo, incluyendo anuncios de señales portentosas. Esto confirma que esas señales no pueden fallar; el Cielo nos está apremiando a actuar.

Respuestas habituales a las objeciones

Obsérvese que ese planteamiento contiene ya la respuesta a las objeciones principales. Hago una breve lista de estas objeciones y las respuestas típicas que dan los partidarios de las apariciones:

  1. ¡Son demasiadas apariciones y mensajes! Respuesta: eso sólo indica la gravedad del tiempo en que vivimos. El pecado y la dureza del mundo han llegado a extremos y por eso Dios está tomando medidas extremas.
  2. Los obispos y algunas comisiones de investigación reprueban el fenómeno y consideran que no tiene origen sobrenatural en Dios. Respuestas: (A) La jerarquía siempre se toma su tiempo para aprobar esta clase inaudita de hechos pero hay testimonios de que Juan Pablo II o el entonces Cardenal Ratzinger creían en la veracidad de las apariciones. (B) Hoy hay mucha incredulidad en el clero. Los sacerdotes son los primeros en negar los milagros, así como niegan también que exista el demonio o niegan la existencia de los ángeles. tenemos que orar para que tanta ciencia humana y tantos estudios teológicos no los confundan más o los llenen de la arrogancia que enceguece. Dios es sencillo y se deja conocer de los sencillos. (C) Así como algunos pocos reprueban, hay también gente de Iglesia, como el reconocido René Laurentin, que no sólo están de acuerdo, sino que difunden con entusiasmo lo que ha sucedido en Medjugorje.
  3. El género de vida de los videntes es propio de gente muy adineradaRespuesta: los videntes no andan pidiendo dinero. Han consagrado su vida a este servicio, y no es pecado que reciban donaciones libres de la gente. Además, no se supone que la Virgen quiera que sus hijos vivan en condiciones deplorables.
  4. Aunque el mensaje principal es de la Reina de la Paz, hay grave división entre el obispado y los franciscanosRespuesta: Lamentablemente es verdad que existe esa división pero el tiempo mostrará que fue la humildad y el corazón bondadoso de los frailes llevaba la razón. Si bien algunos de ellos han caído en extremos y necesitan enmendarse como todo ser humano. No olvidar tampoco que como esta es una obra de Dios, el demonio no está nada feliz con lo que sucede y por eso trata de ensuciar todo y perturbar.
  5. ¿Y por qué ninguno de los videntes se ha consagrado a Dios en la vida sacerdotal o religiosa, como sí sucedió con Santa Bernardita, de Lourdes, o Sor Lucía, de Fátima? Respuesta: la vocación es un misterio y no debemos presumir que Dios obra siempre del mismo modo en todas partes. Además, este es el «tiempo de los laicos,» como lo declaró Juan Pablo II, y por eso no es extraño sino hasta muy razonable que Dios quiera poner delante de nosotros modelos de vida cristiana laical.
  6. Cuando los lugares se ponen de moda se producen fácilmente fenómenos de histeria o sugestión colectivaRespuesta: Si algo caracteriza el lugar es la tranquilidad. Lo que muchos vienen buscando es oración, serenidad, y una manera de poner su vida en perspectiva. No hay invitaciones a la histeria ni a desbordamientos emocionales. Si alguna vez suceden hay que atribuirlos más al pasado confuso y tormentoso de la gente que va, no a la Virgen ni a los mensajes.
  7. Mucha gente va y no encuentra nada ni de especial ni de sobrenatural.Respuestas: (A) Dios no se impone. Él invita pero no obliga. (B) Dios tiene su hora para cada persona; el hecho de que algunos no descubran nada no borra los innumerables testimonios de personas que han visto, sentido, experimentado el amor de Dios y de la Virgen; y eos ha cambiado sus vidas.

Aclaraciones útiles desde la historia y la teología

Cuando una discusión lega a un punto muerto, o peor aún, cuando se polarizan las opiniones y llegan a descalificarse mutuamente, ha llegado el tiempo de ampliar el ámbito de información.

  1. Muchos creen que las apariciones cambiaron dramáticamente la fe o las costumbres del lugar; eso no es cierto. La página web oficial de Medjugorje y las apariciones tiene una amplia sección de historia, de la cual conviene entresacar algunos datos: «El Cristianismo se hace presente en el área de Medjugorje, ya en el tiempo de los Romanos. A juzgar por la cantidad de ruinas de Iglesias, estaba extensamente difundido. Un gran número de ellas fue destruido, y en el tiempo de la migración en los siglos sexto y séptimo después de Cristo, las Iglesias fueron derribadas. Los pobladores croatas aceptaron muy pronto el Cristianismo. Empezaron a ser bautizados ya desde el siglo séptimo.«
  2. Es natural preguntarse por qué tienen tanta influencia los franciscanos. La respuesta de nuevo la da la historia. Misioneros que supieron llegar al corazón croata ya desde la Edad Media, han sabido estar al lado del pueblo sencillo en horas felices o tristes. Un sacerdote croata me decía hace un año en Lima, donde reside: «Para mucha gente sencilla la única imagen que existe de un hombre consagrado es el hábito franciscano.» En términos prácticos, eso explica la íntima identificación del pueblo con los frailes, entre los que hay que contar decenas o quizás centenares que fueron apresados, torturados y asesinados, sobre todo en la época de la dominación turca. Debe subrayarse que la fe como horizonte existencial de la vida, y el sentido de la oración permanente son un legado multisecular en la región, mucho antes del 24 de Junio de 1984, cuando se inicia la época de las apariciones.
  3. La Bosnia-Herzegovina católica ha seguido una dirección opuesta al laicismo cada vez más común en Europa Occidental. La gran mayoría de los peregrinos a Medjugorje provienen de ambientes severamente laicizados en los que rezar es casi exótico, y celebrar a Dios en público se vuelve casi impensable. El impacto es intenso y causa una saludable impresión: He aquí un sitio donde lo natural y lo público es creer. He aquí una parroquia donde los sacramentos se viven al ritmo del amor y no del reloj. He aquí un ambiente donde se puede hablar del amor de Dios sin tener que defender a cada paso la racionalidad de creer. El visitante a Medjugorje debe recordar que está presenciando esencialmente un pueblo de sobrevivientes a tres o cuatro persecuciones, todas brutales: la intolerancia de los turcos (de religión musulmana); la presión del imperio austro-húngaro; la farsa de un país artificial, la llamada «Yugoeslavia;» las torturas de los comunistas. Todo esto es anterior a 1984, y todo tiene que ver con la predicación franciscana y con una fe vivida obstinada y heroicamente en familia.
  4. Los supuestos mensajes, que resultan comparativamente recientes en esta historia, han tenido una evolución notable, del anuncio de grandes transformaciones y un tono apocalíptico fuerte, a una serie de recomendaciones que son perfectamente estándar en la práctica de un católico que tome en serio su fe.Milenko Bernadic, croata de nacimiento, que vio y vivió los orígenes de todo este fenómeno, subraya el hecho de este cambio, refiriéndose a un supuesto «signo» que la Virgen debía dejar y que convencería a todos de la verdad de las apariciones. Escribe Milenko: «Al principio se anunciaba este signo a bombo y platillo; no lo decían los comunistas, se anunciaba desde el altar de la iglesia parroquial de Medjugorje (“Será pronto”, 27/08/1981; “Un poco más de paciencia”, 29/08/1981; “Solamente un poco más de paciencia”, 31/08/1981). Luego, poco a poco, se decía que eso no tiene importancia («El signo llegará, ¡pero no lo esperéis! La única palabra que ha querido decir a todos ha sido: ¡Convertíos! Decid eso de una manera más urgente a todos mis hijos e hijas. A mi no me cuesta trabajo sufrir por vosotros. Rogaré a mi Hijo que no castigue al mundo. Pero vosotros lo que tenéis que hacer es convertirse. Vosotros no podéis saber nunca lo que pasará, ni lo que el Padre mandará al mundo. ¡Renunciad a todo!»)…» Y con esa claridad y sentido práctico que suelen tener los mediterráneos, añade el mismo autor: «La cuestión del signo es importante en cuanto a la verificación de la autenticidad de las apariciones. No puede ser que algo se diga una y otra vez, que va a haber, que va a haber, en tal y cual lugar, y luego… desaparezca el tema. Naturalmente es mejor que desaparezca, porque el tema es cachondo, no tiene otro nombre. Pero no me vengas diciendo una cosa, y luego como que no. Y si es que no, las apariciones no se pueden tomar en serio.» [Más sobre las múltiples contradicciones de este supuesto «signo» aquí, en inglés.]
  5. Los actuales mensajes mensuales son un reciclaje de unas mismas exhortaciones, precisamente las que han ayudado a sostener la fe católica en esta área de tantas disputas y persecuciones. Por favor, léanse los últimos treinta o cuarenta mensajes para verificar lo que estoy diciendo. El problema ya no es si uno cree o no en esos mensajes. Me atrevo a repetir: todo buen católico que conozca y practique su fe sentirá que se le está diciendo el ABC de su vida cotidiana: orar, ayunar, ser agradecido, ofrecer las dificultades, amar al prójimo, adorar con fervor a Dios por su providencia y en los sacramentos. Ese tipo de recomendaciones no hacen daño. Hacen mucho bien. Pero lo que no necesariamente hace bien es ligar las recomendaciones a una historia que presenta graves incongruencias y vacíos, como ha explicado mejor y con más conocimiento de causa Milenko en el artículo citado.

Intento de un balance

  1. Ante todo, la Iglesia no ha dado un pronunciamiento vinculante y definitivo sobre estas supuestas apariciones. Desde ya me inclino con amorosa y religiosa obedienciaante aquello que, con su autoridad tenga bien decirnos el Papa, o aquellas personas o entidades que hablen con su conocimiento y autorización.
  2. Mientras llega una declaración de alcance universal, lo más claro que tenemos son las declaraciones de los obispos de la diócesis correspondiente a Medjugorje, es decir, Mostar-Duvno. La página web de la diócesis señala una serie extensa de razones de desconfianza frente a los hechos alegados [link en inglés; hay versión enitaliano también]. Destaca el hecho de que Marija, hija de Vicka, que supuestamente ha tenido ya alrededor de 10.000 apariciones, ha empezado a ver a la Madonna. es decir, esto puede volverse hereditario, anuncia la citada página web. Cabe recordar que la misma vidente había anunciado en 1981 que se había inscrito como religiosa pero tal noticia. muy publicitada en su momento, no tuvo continuidad. En todo caso, sigue siendo posible que su hija sí sea religiosa.
  3. Nadie niega el inmenso bien espiritual que pueden recibir o han recibido muchas personas en visita a Medjugorje. Este bien resulta particularmente «subyugante» para quienes viven su fe con dificultad en medios hostiles a la simple mención de Dios o de su Hijo Jesucristo. Como el que encuentra un oasis; como el que al fin puede proclamar su credo sin que lo interrumpan ni se burlen; como el que puede echar a un lado la arrogancia y aprender a orar como un niño… eso descansa, refresca, y crea un ambiente de acogida y de escucha a la Palabra. Todo eso es bendición. Pero nada de eso requiere apariciones. Y me atrevo a decir más: nada de eso prueba las apariciones; más bien demuestra cómo la constancia de un pueblo que ha sufrido y ha perseverado deja frutos perdurables.
  4. La enseñanza que deja Medjugorje es mucho más importante que esa extraña cocción de sobrenaturalismo desbordado: si un pueblo vive su fe hasta sufrir por ella, y si la fe se practica en la familia y no teme mostrarse en la plaza pública, se genera un clima que hace posible que más y más personas entren en caminos de oración y de gracia; en caminos de práctica sacramental y testimonio evangélico, que después se vuelven caminos de misión y de santidad. El bien que se está cosechando en Medjugorje es el bien profundo que sembraron con su sangre los muchos mártires, los héroes anónimos… que no tuvieron vidas de gran riqueza ni fueron mimados por los medios de comunicación.
  5. Es un precedente muy peligroso que la Virgen supuestamente haya mandado a algunos frailes a desobedecer al obispo del lugar. Si es verdad que uno puede ser comprensivo en cuanto a los mensajes actuales, que en su mayoría no pasan de ser recomendaciones repetidas y voces de ánimo, no debemos olvidar que pesa sobre la historia de los visionarios presentar a una Virgen en contradicción y oposición con la autoridad legítimamente constituida que demanda cosas dentro de su ámbito legal y canónico. Nunca se ha dado una explicación satisfactoria de esta desobediencia, que es sencillamente inconcebible dentro de nuestra Iglesia, incluso si pastoralmente pareciera recomendable que los frailes hicieran lo que la «Virgen» dijo. ¿Entendemos todos qué puede suceder en la Iglesia si un visionario se convierte en el altavoz del cielo por encima de los sucesores de los apóstoles? Y hay otros escándalos que nunca fueron denunciados por la «Virgen»: en varias ocasiones sacerdotes franciscanos, usando mitra sin ser obispos, han pretendido dar el sacramento de la «confirmación» a algunos fieles [véase el punto 7 de este enlace.]
  6. El hecho de que haya incongruencias y rebeldías no excluye que Dios pueda seguir actuando. Dios a menudo se vale de mediaciones indignas e insuficientes; así sucede de hecho en la práctica de los sacramentos. Pero puede servir más otro ejemplo: Hubo en la Edad Media una intensa devoción a los lugares de peregrinación, muchas veces bajo aliciente de ver o tocar reliquias de distintos santos. En tales actividades religiosas se dieron muchas conversiones e incluso milagros. Luego se ha sabido que muchos de esos sitios tenían reliquias falsas. Caso clamoroso el de aquella santa que tenía tantos «dientes» en tantos lugares que resultaba risible tratar de imaginarlos todos en su boca. nuestro Dios es un Dios compasivo que usa muchos recursos, incluso gravemente imperfectos, para ayudar a la conversión de sus hijos. No me extrañaría que, en virtud de lo realmente sobrenatural de la fe de los mártires croatas, Dios colme de bendiciones y gracias de conversión a tantos peregrinos que buscan un poco de solaz espiritual en Bosnia-Herzegovina.
  7. Hacia futuro, cuando ya se vea que no hay ni habrá el tal signo anunciado como «inminente» en 1981, y cuando hayan terminado las visiones de los seis actuales videntes (en el deseo de que las visiones no sean hereditarias), lo importante es y será vivir las recomendaciones que hacen que un católico sea un buen católico, aunque haya menos medios de comunicación, menos espectáculo y menos peregrinos. La Medjugorje de ese futuro será más humilde, y por ello mismo, más autentica.

– Fray Nelson Medina, O.P.

Resistencia contra el nazismo

Hace setenta años nació La Rosa Blanca 

En 1942 un grupo de jóvenes cristianos alemanes se unieron para denunciar las atrocidades del régimen hitleriano. 

Actualizado 7 julio 2012

RomeReports / ReL

Un grupo de jóvenes intelectuales alemanes decidieron organizarse hace setenta años como resistencia contra los abusos del régimen nazi. Adoptaron como nombre la Rosa Blanca, inspirándose en la flor que sostiene el icono de San Alejandro de Múnich.

En febrero la Iglesia Ortodoxa beatificó a uno de ellos, Alexander Schmorell, proclamándolo testigo de la fe y mártir.

La Rosa Blanca reunió también a los hermanos protestantesHans y Sophie Scholl, a los católicos Christoph Probst y Willi Graf y al judío Hans Leipelt.

En junio de 1942 se organizaron para enviar durante 250 días cartas circulares a direcciones particulares y al frente de batalla. En ellas denunciaban las mentiras del régimen y los abusos que se cometían sobre todo contra polacos y judíos.

En una de esas cartas decían que cada uno debe asumir parte de la culpa si permanece pasivo ante una dictadura del mal.

La aventura duró poco. Todos los jóvenes fueron detenidos, juzgados de forma sumaria, condenados a muerte y ejecutados.