Elegir colegio: libertad y equidad

Libertad para los padres, responsabilidad para la Administración

FERNANDO RODRÍGUEZ-BORLADO

3.ABR.2012

Las familias acomodadas siempre han elegido escuela, y extender esa posibilidad a las demás es ampliar la libertad. Ahora bien, la elección de escuela puede ayudar a que los hijos de familias modestas no queden confinados necesariamente en los colegios de su barrio o puede dar lugar a una mayor desigualdad. La clave está en encontrar el sistema para promover a la vez libertad de elección y equidad.

La identificación de los padres con el proyecto educativo es un factor clave a la hora de la elección

Este año la apertura del periodo de escolarización viene marcada por algunas modificaciones, como por ejemplo el cambio en el baremo de puntos para adjudicar plazas que se seguirá a partir del próximo curso en la Comunidad de Madrid (ver cuadro). Una de las medidas más discutidas es la desaparición –en dos años– de las zonas escolares.

Este debate representa una vieja discusión en el mundo educativo: ¿Cuál es la manera de beneficiar más a un mayor número de alumnos: dar más libertad a las familias o dejar la responsabilidad en manos de las administraciones? En el fondo, se trata del típico enfrentamiento entre liberalismo e intervencionismo, esta vez aplicado al mundo de la educación. Con todo, existen modelos intermedios que ya se han implementado en otros países.

Derecho a elegir

El derecho a la educación tiene dos vertientes: por un lado es un derecho-prestación, ya que obliga a la Administración a proveer al estudiante de los recursos necesarios para poder ejercerlo; por otro lado, es un derecho-libertad, en el sentido en que permite a los padres escoger el centro educativo que responda a sus preferencias. Esta segunda vertiente se apoya en la idea de que la familia es la primera instancia educativa, y el colegio la complementaria.

Sin embargo, esta premisa se olvida frecuentemente en el fragor de la discusión, legítima y lógica según criterios políticos, sobre el mejor modo de organizar el sistema educativo. Muchos de los sindicatos de la pública, que frecuentemente critican a la escuela privada por centrarse solo en la eficacia académica, se aferran en cambio a los resultados académicos cuando les conviene: no hay estudios, dicen, que demuestren que la libertad de elección mejore las notas del alumnado.

Habría que recordar que los resultados no son el único criterio que guía a los padres en la elección de colegio. La identificación de los padres con el proyecto educativo (que puede incluir desde el ambiente escolar, al método pedagógico o la valoración del hecho religioso) es un factor clave en esa elección.

Ejemplos para todos los gustos

Algunas experiencias demuestran que el simple hecho de poner a competir a los centros no asegura un reparto justo.

La OCDE recoge en un informe reciente Equity and Quality in Education los ejemplos de distintos sistemas que han optado por una liberalización del sistema educativo. Suecia y Holanda optaron por el cheque escolar, con resultados desiguales.

La razón que puede explicar el éxito holandés, también en cuanto a la no concentración del alumnado por renta, es la política de incentivos para que los alumnos desaventajados (provenientes de niveles socioeconómicos bajos) sean atractivos para los colegios más exigentes. El cheque escolar aumenta según disminuye el nivel socioeconómico del estudiante, lo que significa que los centros reciben más dinero si los matriculan. No obstante, el hecho de que el colegio disponga de más recursos no garantiza la mejora en los resultados; depende más bien de en qué se gasten.

En el caso de Holanda, los colegios con más alumnos desaventajados tienen hasta un 50% más de profesores y personal de apoyo en sus plantillas. Si hubieran gastado ese dinero en mejorar las instalaciones u ofrecer más actividades extraescolares, seguramente también habrían atraído a muchas familias, pero es probable que los resultados académicos no fueran igual de buenos. Esta es una de las objeciones que aducen los críticos con el sistema de elección libre de centro: la competencia se puede trasladar fácilmente de la calidad académica a otros servicios distintos del principal.

En el caso de Suecia, la aplicación del cheque escolar ha traído a las escuelas más separación por estratos socioeconómicos, y apenas ha tenido incidencia en las notas. Eso sí, como en casi todos los países donde la educación pública y la concertada han luchado por alumnos, ha sido la concertada la que ha visto crecer su alumnado en detrimento de la pública.

Las condiciones para la elección

El citado informe de la OCDE recomienda que los países miembros implementen un sistema de “elección controlada”, es decir, un modelo mixto que combine las preferencias de los padres con criterios que impidan la concentración de los pobres con los pobres y los ricos con los ricos. En realidad, este informe reitera las conclusiones de otro estudio norteamericano realizado en 2006 por la Brookings Institution (cfr.Aceprensa 28-04-2006).

Uno y otro informe parten de la base de que la elección libre de colegio por parte de los padres es lo deseable, pero que puede generar desigualdades. En concreto, explican que uno de los principales problemas de este sistema es la distinta información de los padres. Las familias más aventajadas se muestran más activas en la elección del colegio de sus hijos, y lo hacen fundamentalmente porque están mejor informadas. De ahí que asegurar que toda la información esté disponible para todos –y sea inteligible– debe ser un objetivo prioritario. Ahora bien, ¿qué información se debe publicar?

Algunos sindicatos de la educación pública critican que se saquen a la luz los resultados académicos de las distintas escuelas, públicas y concertadas, ya que entienden que la comparación no es justa. Sin embargo, es difícil aportar algún otro dato objetivo que sirva para orientar a los padres. Llama la atención que los sindicatos se opongan a una medida de transparencia ahora que la sociedad la demanda más.

Otra de las conclusiones de la OCDE y de la Brookings Institution es que la elección libre de colegio solo se podría considerar libre del todo si se financiara el transporte a las familias menos aventajadas. Si no, estas familias terminarán por quedarse en su barrio, por lo que solo podrían elegir realmente los hogares con más recursos.

Los problemas relacionados con el transporte –y, de paso, la insuficiente financiación de la concertada– se podrían solucionar con la entrada en vigor de un cheque escolar progresivo, que aumente de cuantía según las necesidades del estudiante. Un ejemplo es lo que ocurre en Washington D.C.: las ayudas pueden llegar a los 12.000 dólares por alumno y año, según la renta y el colegio elegido. El cheque escolar, ratificado hace menos de un año, cuenta con el respaldo del 70% de los padres de Washington con hijos en edad escolar.

Evitar la discriminación

El temor de los contrarios a la supresión de las “zonas educativas” es que los colegios terminen por elegir a los alumnos, y no al revés.

Pese a que es completamente lícita la preocupación de la OCDE por que no se produzcan discriminaciones, se echa en falta en el informe una referencia a la importancia de la identificación de las familias con el colegio. Se estima que cerca de 200.000 familias españolas cambian de centro cada año. Muchas lo hacen simplemente porque se han mudado a otro lugar de residencia, pero está comprobado que otras muchas se empadronan en barrios donde en realidad no viven, o incluso llegan a mudarse efectivamente, para poder optar a un determinado colegio.

A veces, el “falso empadronamiento” o el cambio de residencia obedece al deseo de huir de ciertos colegios, más que al de acceder a otros. La posibilidad de elegir un colegio fuera del barrio de residencia puede beneficiar especialmente a las familias con menos recursos; al fin y al cabo, muchas de las familias pudientes ya viven en barrios con buenos colegios o, si no, pueden permitirse pagar uno en otro barrio.

La eliminación de las zonas escolares proporcionaría carta legal a una demanda que ya existe, y que además favorece la implicación familiar. Un ejemplo es el del instituto público Ramiro de Maeztu. Su directora abogaba en El País(22/02/12) por la supresión de las zonas educativas aludiendo a sus propios atractivos, y no a las supuestas ventajas de los demás: “Un centro con una sección de alemán como el nuestro no debería ser solo para una zona de la ciudad”. Gracias a sistemas mixtos como el cheque escolar progresivo o las cuotas de alumnos desaventajados no habría por qué elegir entre los guetos por nivel socioeconómico y los guetos por barrios.


La reforma madrileña

La reforma en la Comunidad de Madrid supone algo más que la eliminación de las zonas escolares. Modifica, además, el valor que se concedía a factores como la renta familiar o la vinculación con el colegio –hermanos estudiando o padres antiguos alumnos–.

En el caso de la renta, se concederán dos puntos a las familias que perciban la Renta de Inserción Mínima (una prestación que completa los ingresos de los prestatarios hasta asegurar que puedan cubrir las necesidades básicas). Anteriormente, se daban dos puntos a las familias que acreditaban una renta anual per cápita igual o inferior al IPREM (el sustituto del Salario Mínimo Interprofesional para el acceso a subvenciones, becas, etc.) y un punto a las que ingresaran una renta anual superior al 100% del IPREM pero inferior al 200%.

Con este cambio en la baremación de la renta, se espera poder concentrar la ayuda en las familias realmente más necesitadas: menos familias recibirán los puntos de la renta, pero quien los reciba obtendrá una ventaja comparativamente mayor. De esta forma se pretende mantener el criterio de discriminación positiva hacia las familias con menos recursos, pero a la vez eliminar un posible factor de estratificación del alumnado por criterios económicos.

Tener un hermano estudiando en el centro puntuará el doble: de los 4 puntos anteriores se pasa a los 8 de la nueva propuesta.

Además de los hermanos, también se premiará con 1,5 puntos si el padre o la madre son antiguos alumnos del centro.

La Comunidad de Madrid ha explicado que este cambio promueve la vinculación de la familia con el proyecto educativo del centro. El próximo curso desaparecen las zonas escolares en los municipios pequeños, y el siguiente en los grandes, entre ellos Madrid.

Salvan vidas en el último momento

Los rescatadores de Poveda evitan que 500 mujeres aborten justo antes de entrar en el abortorio

Se ponen en la entrada de la Dator, abordan a la mujer e intentan convencerla de que hay otras alternativas que suprimir esa vida.

Actualizado 19 febrero 2012

Javier Torres/Alba

Volvieron a la casa de acogida Entrevidas seis meses después de que una familia gitana la ocupara por la fuerza. Jesús Poveda -acompañado por la policía y un abogado- llevaba una orden de desahucio que permitiría a María y a otras chicas embarazadas volver al refugio provida. Entonces sucedió algo inesperado: la policía anunció que no podría dejar pasar a la joven hasta que comprobaran que en el interior del piso no hubiera animales, en cuyo caso habría que avisar a la Asociación Protectora de Animales. “Unos animales tienen prioridad respecto a las personas”, pensó el doctor Poveda. De esa reflexión surgió la idea de organizar la Ecofiesta.

Una casa de acogida

En 1999 Jesús Poveda y la Comunidad de Madrid llegaron a un acuerdo mediante el cual esta le cedía una casa de acogida a cambio de que sirviera como refugio para chicas embarazadas o que hubieran dado a luz recientemente. Un trato que desde aquel año ha permitido que decenas de chicas hayan encontrado la mejor solución a la hora de afrontar el embarazo.

Embarazdo imprevisto

Una de ellas es María, una joven que escuchó por primera vez el nombre de Jesús Poveda cuando una de sus amigas se quedó embarazada. Necesitaba ayuda y acudió a él. El resultado: siguió adelante con el embarazo y ni pizca de arrepentimiento por ello. Más adelante llegaría el turno de María. Fue el pasado mes de agosto cuando se quedó encinta. “En cuanto me ocurrió, se lo conté a Poveda. La verdad es que ofrece muchas opciones y todas son buenas. He tenido problemas familiares y solo puedo decir que su apoyo ha sido fundamental”.

El pasado verano María se instaló en la casa de acogida situada en el barrio de Entrevías, de ahí que adoptara el nombre de “Entrevidas”. Una noche la joven regresaba a la casa de acogida tras cuidar de una señora mayor. Al llegar a la puerta, vio que su llave ya no abría la cerradura. Al instante observó que las luces de la casa estaban encendidas y que el alboroto de dentro delataba la presencia de gente. Sin casa, sola y en la calle, no tuvo más remedio que telefonear a Jesús Poveda.

Huevo de avestruz

Unos minutos después comprobó asombrada que dentro del refugio había una familia de gitanos que se negaba a dejar el lugar. Para más inri, la joven contempló cómo le lanzaban desde la ventana no solo sus pertenencias, sino también una advertencia: no abandonarían el piso hasta que se presentaran con una orden de desahucio. El doctor Poveda tomó nota y llevó el asunto a los tribunales.

María pasó la espera viviendo con su novio en un camping en Canillejas. “El traslado al camping fue doblemente incómodo: por un lado abandoné la casa de acogida donde tenía todo lo que necesitaba y, por otro, tuvimos que afrontar los gastos que suponía quedarnos allí”.

Luego se celebró el juicio y, como era de esperar, ganaron Poveda y María. Habían transcurrido seis meses y tocaba regresar al refugio. El 13 de enero Jesús Poveda -orden de desahucio en mano- se presentó en la puerta de la casa acompañado de María, un abogado y la policía. Al llegar allí, la sorpresa. Los agentes dijeron que no podían desalojar a la familia hasta comprobar que en el interior del inmueble no hubiera animales. En caso contrario, habría que llamar a la Asociación Protectora de Animales.

El doctor no daba crédito. Unos animales tenían prioridad antes que una mujer embarazada. Aquello sacudió su conciencia y se propuso organizar -aprovechando que su escuela de rescatadores había llegado a las 500 vidas salvadas- una ecofiesta. 

“Se trata de concienciar a la gente sobre lo que es el verdadero ecologismo y no el que permite situaciones como la de Entrevidas. ¿Cómo es posible que la gente se encadene para salvar un huevo de avestruz y luego sean firmes defensores del aborto?”, explica Poveda.

Rescatando mujeres ante la Dator

El médico y los voluntarios de la Escuela de Rescate a la Madrileña llevan años ante las puertas de la clínica Dator explicando a las mujeres que acuden allí que no hay cosa peor que corregir un error con otro mayor

En total ya han ayudado a medio millar de ellas (jóvenes, mayores, solteras, casadas…) a tomar la decisión de dar a luz. Para celebrarlo, el 18 de marzo organizarán la llamada “ecofiesta” en el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares. “Será una reivindicación de un ecologismo basado en la supremacía de la vida humana”, asegura el doctor.

Cuestión de negocio

En esa fiesta también estará José Antonio Asenjo, miembro de la Asociación de Criadores de la Cabra de Guadarrama. Pero no es su pertenencia a esta asociación lo que motiva su presencia en la fiesta. El motivo hay que encontrarlo en lo que sucedió un día de agosto de 1994, cuando se convirtió en el rescatador de su propia hija. 

Por aquel entonces José Antonio tenía 19 años y estaba haciendo el servicio militar. Sabía que su novia Reyes -tres años mayor que él- estaba embarazada de dieciséis semanas, pero lo que desconocía era lo que le contó una amiga de ella: su novia pretendía abortar sin consultárselo.

Reyes era la mayor de siete hermanos de una familia humilde en la que el padre estaba inválido. Un entorno difícil al que se le sumó la presión de sus padres para que abortara. Situaciones que no fueron fáciles de asimilar para ella, que se encontraba entre la espada y la pared.

A pesar de que Reyes era mayor de edad, su coeficiente intelectual era ligeramente inferior al de la media debido al daño que le causaron los fórceps al nacer. 

Precisamente ese fue el argumento al que se agarraron los padres cuando justificaron su deseo de que abortara. Sea como fuere, lo cierto es que la joven acabó camino de la Dator.

Si con algo no contaban los padres de la joven el día que iban a abortar, era con queenfrente se encontraba un chaval con algo más que las ideas claras. José Antonio se presentó en la misma clínica con la intención de que escucharan su opinión y, sobre todo, de evitar lo que iba camino de convertirse en otro niño (niña, aunque aún no lo sabían) abortado. Los médicos de la clínica vieron en el corajudo muchacho un serio obstáculo para llevar a cabo sus planes de lucrarse impidiendo el nacimiento de la criatura. Por eso acto seguido le invitaron a abandonar la clínica.

Lejos de venirse abajo, José Antonio habló con diversos medios de comunicación para contarles lo sucedido. “Llamé a un periódico y a una televisión y una de las personas con las que hablé me puso en contacto con Jesús Poveda”, relata el protagonista. El doctor le sugirió la idea de presentar una denuncia. “Fue entonces cuando nos dirigimos a los juzgados de la plaza de Castilla para denunciar a sus padres por coacción”, recuerda José Antonio.

Tras presentar la denuncia contra la familia, la juez actuó con rapidez. Una llamada suya a la clínica Dator -donde a Reyes le quedaban minutos para abortar- paró lo que iba a convertirse en la muerte de un niño inocente. Aunque para algunos, como recuerda Jesús Poveda, es cuestión de negocio. “Una vez uno de los médicos de la clínica salió a hablar conmigo y me dijo: ‘No sabes lo que soy capaz de hacer por dinero’”.

Tres familias rotas

Diecisiete años después de aquello José Antonio puede dar testimonio de lo feliz que es ahora con su hija Tamara, y deja claro que jamás tuvo dudas acerca de cuál era la decisión correcta. “Presenté la denuncia contra sus padres porque la estaban coaccionando. Por mi parte tengo la conciencia tranquila porque siempre tuve claro que quería que naciera mi hija”.

La entrada en escena del doctor Poveda resultó decisiva. Para esta familia como para tantas otras, el abanico de posibilidades ofrecidas por el psiquiatra siempre se entiende en clave provida: “Jesús nos motivó a tenerlo, pero sobre todo a la familia de ella. No sé qué hubiera pasado si aquella amiga no me lo hubiera dicho a tiempo”, señala José Antonio. 

Ahora las cosas no son como las hubieran imaginado en un principio, ya que José Antonio y Reyes hace tiempo que no viven juntos. A pesar de la separación, “lo importante es que Tamara es una niña feliz”, reconoce José Antonio.

Escuela de rescate a mujeres que quieren abortar

Las historias relatadas son solo dos dentro de las 498 más de las que podrían dar testimonio cualquiera de los miembros de la Escuela de Rescate a la Madrileña. Medio millar de casos han acabado con un final feliz. Todo eso se celebrará el próximo 18 de marzo en el parque natural del Manzanares, adonde acudirán numerosas madres ‘rescatadas’ con sus hijos -muchos de los que fueron sus rescatadores son ahora sus padrinos- para compartir un día de alegría y reivindicar un ecologismo en el que la vida humana sea el bien más preciado de la naturaleza.

Estos son algunos de los éxitos cosechados en la larga hoja de servicios del incombustible Jesús Poveda y sus rescatadores. Después de cada caso de rescate el doctor siempre concluye con una reflexión: “De haber seguido adelante, ahora habría un aborto, una mujer traumatizada por hacerlo y tres familias rotas”.

 APOYO: Rescate a la china

Una mañana de sábado Victoria iba camino de la Dator con la intención de abortar. Cuando enfilaba la puerta, se encontró con un grupo de rescatadores que hacían guardia desafiando al frío que hacía ese día en Madrid. A pesar de que Victoria es china, entendía perfectamente el español, pues había estado un tiempo en Italia, donde comenzó a dar clases de castellano antes de llegar a España. Después de que los rescatadores le explicaran que el aborto era la peor de las soluciones, la joven china mostró su sorpresa, pues no creía que fuera posible poder obtener ayudas para la maternidad, algo impensable en su país. Victoria dio marcha atrás y decidió tener el niño. Dicen que también ayudó a tomar esta decisión el hecho de que era el año del dragón, es decir, el año de la buena suerte para los chinos. Llegados a este punto, tan solo faltaba buscar un nombre para el niño que venía en camino. Victoria eligió el de Pepe, que en chino quiere decir ‘niño precioso’. El final de la historia no pudo ser más sorprendente: la joven china acabó rezando a la Virgen María de lo emocionada que estaba. Actualmente Victoria espera su segundo hijo.