La verdadera historia del niño que se cayó en una piscina en la beatificación

Antes de la beatificación de Monseñor Álvaro del Portillo sucedió algo asombroso

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La familia Villa Corta reza ante los restos mortales del beato Álvaro, en Roma.

En los días previos a la beatificación de Mons. Álvaro del Portillo, corría como la pólvora entre los peregrinos la historia de Francisco Villa Corta, un niño peruano de poco más de un año que acababa de llegar a Madrid y se debatía entre la vida y la muerte, después de caer accidentalmente en una piscina.

Amelia Morillo-Velarde y Roxana Salazar, Chana, se conocieron casualmente en México, donde ambas se encontraban desplazadas por el trabajo de sus maridos, y empezaron a coincidir en el parque con los niños pequeños. Se hicieron muy amigas y, con el tiempo, cada una regresó a su lugar de origen, Madrid y Lima.

Cuando en 2014 se hizo pública la fecha de la beatificación de don Álvaro del Portillo, el 27 de septiembre, la familia Salazar decidió cruzar el charco para acudir en peregrinación a los actos que tendrían lugar tanto en Madrid como en Roma. Una locura, si se tiene en cuenta que los Salazar viajarían con sus ocho hijos, todos ellos menores de edad. Sin embargo, el cariño hacia el futuro beato pudo más y comenzaron los preparativos.

Chana avisó a su amiga del inminente viaje. «Yo tengo tres hijos —cuenta Amelia— por eso cuando Chana me dijo que venía a Madrid con los ocho pensé: “¡Dónde se va a meter con tanto niño!”. Así que decidimos invitarlos a nuestra casa. No sabíamos cómo nos íbamos a organizar para acostar a tanta gente pero algo en mi interior me decía que tenía que hacerlo y, efectivamente, estuvimos muy felices».

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Eduardo Villa Corta, Lalo, y Roxana Salazar, Chana, padres de Francisco.

Llegaron el 25 de septiembre a las 6 de la mañana, después de un largo viaje en avión, y, tras los saludos, se acostaron y durmieron hasta mediodía. A media tarde, las dos madres se encontraban en la habitación de Amelia eligiendo la ropa que Chana se pondría para la misa que iba a tener lugar en Roma tras la beatificación, porque su familia se encargaría de llevar las ofrendas. Después bajaron a la primera planta y Chana se inquietó al no ver al pequeño Francisco. Su marido y ella empezaron a buscarlo preocupados.

Amelia miró directamente en dirección a la piscina, porque pensó que podía haberse caído. Desde el lugar donde se encontraba, vislumbró una sombra bajo un flotador grande y negro en forma de rueda. Así lo cuenta: «Empecé a decirme a mí misma: “No, por favor, no por favor”, mientras corría al lugar. El niño se encontraba en la esquina de la piscina, junto al ciprés, flotando con la cabeza hacia abajo y quieto. Lo tomé por la pierna derecha y lo saqué chorreando. El niño no presentaba signos externos de vida. Estaba inconsciente, lívido, y no respondía a ningún estímulo».

«Su padre comenzó a gritar al verlo. Me quitó al niño y lo agitó con fuerza. Era como un muñeco inerte. En seguida acudieron los hermanos y la madre y todos lloraban. El padre y yo pensamos que el niño estaba muerto, pero su madre mantuvo la esperanza y se arrodilló junto al cuerpo del niño, lo volteó y el niño echó agua. Al mismo tiempo,Chana pidió a todos sus hijos que rezaran a don Álvaro. Recuerdo que Mari Paz, de siete años, se acercó llorando a su madre y le dijo: “Yo lo vi, quería su juguetito, yo lo vi…”. El niño se había acercado a la piscina atraído por un patito que flotaba en el agua».

La llegada de Rafael

Mientras rezaban un Padrenuestro en voz alta, apareció un señor desconocido que empezó a auxiliar al bebé. Se encontraba realizando unas labores de mantenimiento dos casas más allá y, al oír los gritos, tiró los instrumentos, salió corriendo y llamó a la puerta, donde le abrió una de las hijas de Amelia.

«Me quedé muy sorprendida —continúa Amelia— porque no lo escuché, ni lo vi llegar. Fue como una aparición y pensé que era un ángel… un enviado de Dios. Luego supe que se llama Rafael, vive en Barajas, pero es del Perú y afortunadamente había ejercido en su país como bombero voluntario. También me dijo que pertenece a la Hermandad del Señor de los Milagros, muy venerado en Lima. Rafael, insufló aire al niño pero no le presionó el pecho porque podía ser peligroso, al ser pequeño. Pidió una manta y se la llevé. El niño empezó a tener mejor cara. También nos dio apoyo psicológico en esos momentos tan difíciles y, gracias a él, me tranquilicé».

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Rafael Vaca acudió en ayuda de la familia Villa Corta.

A los quince minutos llegó la policía, que encontró al niño muy mal, en parada cardiorrespiratoria. Pensaron que no se recuperaría, como dejaron constancia en su notificación al regresar a comisaría y ratificaron días después a Amelia. Cinco minutos después, lo hacía el servicio de asistencia médica SAMUR, que tardó un cuarto de hora en reanimar al niño, hasta que comenzó a llorar. Tras una hora de estabilización, le pusieron un respirador artificial y lo trasladaron a la UCI [Unidad de Cuidados Intensivos] Pediátrica del Hospital La Paz de Madrid.

«Durante todo este tiempo mi amiga estuvo de rodillas rezando la oración de la estampa de Álvaro del Portillo, recuerda Amelia. En el momento en que me tranquilicé y dejé de llorar, me arrodillé junto a ella y puso un rosario en mis manos. Después acompañé a los padres al hospital con el niño. Los demás hermanos se quedaron al cuidado de mi marido, al que yo había llamado para que viniera urgente a casa desde el trabajo».

En la UCI

Chana siguió rezando la estampa frente a la puerta de la UCI y allí permaneció durante horas mientras el padre atendía a los médicos y enfermeras, y gestionaba las visitas que comenzaban a llegar. La doctora salió para preguntar cómo habían encontrado al bebé, si moviéndose o flotando con la cabeza hacia abajo. Le dijeron que lo segundo y miró hacia el suelo con expresión preocupada.

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Pidiendo la intercesión de Álvaro del Portillo (fotografía Ismael MS).

«Vimos pasar al bebé en una camilla. Iban a hacerle una tomografía y presentaba muy buen color. Estaba rosadito a causa de la fiebre —cuenta Amelia—. A medianoche me fui con el primo de Chana a mi casa y mis amigos se quedaron rezando toda la noche a la puerta de la UCI. Prometí hacer el camino de Santiago si el niño se recuperaba».

Al día siguiente, por la mañana, Chana y Eduardo regresaron a casa de Amelia para ver a los niños. «Chana me contó que había oído al niño decir “mamá” y que evolucionaba favorablemente. Y añadió: “El poder de la oración”». Francisco estaba fuera de peligro pero aún no se podía determinar si habría secuelas.

Beatificación de Álvaro del Portillo

Amelia le propuso a Chana acudir a la beatificación de Álvaro del Portillo para dar gracias y así lo hizo. «Estábamos muy esperanzados y tranquilos —cuenta Amelia— y, al comulgar, agradecí con toda mi alma al Señor el milagro. Mucha gente la saludaba y le decía que estaban rezando por Francisco».

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Un momento de la ceremonia de beatificación de Álvaro del Portillo.

El día 27, el bebé permanecía en la UCI con muy buen pronóstico. Por la tarde apareció, en casa de Amelia, Rafael, el señor que había auxiliado al bebé, que salía de la casa donde trabajaba, y pudieron saludarlo. Ahí se enteraron de su procedencia y de todos los detalles que hicieron providencial su aparición en aquel momento.

A última hora, recibieron una llamada del hospital para comunicar que el niño había salido de peligro y que podían ir a verlo. Estaba muy inquieto, incluso no aguantaba los tubos y lo iban a trasladar a planta. Sus padres corrieron para estar con él. Los mismos médicos estaban sorprendidos de que hubiera sobrevivido.

El alta de Francisco

«El lunes 29 de septiembre era el día de san Rafael —continúa Amelia—. Se me ocurrió felicitar a Rafael por WhatsApp, así que Chana y yo buscamos una imagen en Google para enviársela. Pensé: “¡Hoy, san Rafael, le dan el alta a Francisco!”, y se lo dije a mi amiga. Al entrar en internet descubrimos que el arcángel es el patrón de los peregrinos y que su nombre significa en hebreo “Dios sana” o “medicina de Dios”. Ese día mismo día, Francisco recibió el alta en pleno estado de salud y sin secuelas de ningún tipo».

A las cinco y cuarto trajeron a Francisco de vuelta a casa y todos salieron a recibirlo. Después fueron a ver a Rafael y le llevaron al niño. Allí conocieron a su familia y se produjo un encuentro entrañable entre Chana, Rafael y Francisco.

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La familia Villa Corta en la Plaza de San Pedro, en Roma.

A Roma
La familia Villa Corta viajó a Roma el día 29 de septiembre, como habían previsto. El pequeño Francisco sufrió un episodio de fiebre y acudió a una clínica en la que le hicieron pruebas. Pidieron intensamente al beato que remitiera la fiebre y se recuperó en seguida. Fueron unos días muy emocionantes. Allí pudieron estar junto a los restos del beato Álvaro, conocieron al niño chileno del milagro que abrió la puerta a la beatificación y muchas personas se acercaron a saludarlos con cariño.

El día 10 de octubre regresaban a Madrid, para marcharse definitivamente a Lima el día 11. Al volver del aeropuerto, se encontraron de nuevo con Rafael y toda la familia de Amelia. De alguna manera, todos ellos forman parte de un acontecimiento muy especial que los mantendrá unidos el resto de sus vidas.

Artículo originalmente publicado por Opus Dei

 

Jóven burgalesa se acerca cada vez más a los altares

El 14 de junio comienza el proceso de beatificación

Una joven burgalesa brutalmente asesinada en 1992 se acerca cada vez más a los altares

Marta Obregón, vinculada al Camino Neocatecumenal y al Opus Dei, murió defendiendo su castidad y perdonando a su asesino.

Actualizado 9 junio 2011

Gilberto Pérez/ReL

La noche del 21 de enero de 1992 la joven burgalesa Marta Obregón fue asesinada por un delincuente cuando regresaba a su casa, después de haber estudiado durante toda la tarde en un centro de mujeres del Opus Dei. Seis días después, el cuerpo inerte de Marta aparecía en un campo, cubierta de nieve, con 14 puñaladas y todo el cuerpo lleno de golpes que le había propinado su asesino.

Al conocer las circunstancias de su muerte y la fama de santidad de la joven, la diócesis de Burgos propuso su beatificación y en julio de 2007 se dieron los primeros pasos para introducir su causa, un proceso que tendrá el próximo martes 14 de junio su acto oficial de apertura.

La ceremonia será en la Facultad de Teología de la diócesis cuyo obispo, monseñor Francisco Gil Hellín, pondrá en marcha el acto de carácter jurídico y abierto al público, en el que los miembros del tribunal en el que se sustanciará la causa de la beatificación juramentarán sus cargos.

En la ceremonia, en la que participarán los padres de Marta, se procederá a una lectura bíblica sobre el sentido del martirio y se realizará la presentación del nihil obstat (nada obsta) de la Santa Sede y el juramento de los diferentes cargos.

Posteriormente, el obispo recibirá la lista de testigos que le presentará el postulador y las preguntas oficiales a las que tendrán que contestar. Tras aceptarlas, el prelado determinará la fecha de celebración de la primera sesión en la que se les interrogue.

El postulador de la causa, 
Saturnino López Santidrián, adelantó a la prensa local que a su juicio, este proceso no va a resultar muy largo “porque es una muchacha joven, que estaba empezando; no es como una persona que hubiera producido mucho literariamente” y recordó que Marta Obregón, vinculada al Camino Neocatecumenal y al Opus Dei, “dio su vida en defensa de su castidad”, “tuvo una conversión y se decidió a tener una vida plenamente cristiana” y que en el momento de su asesinato “estaba buscando su vocación definitiva”.


Para mayor información sobre Marta Obregón Rodríguez se puede visitar el sitio web sobre su beatificación.

Más allá del evento mediático

La beatificación de JPII, más allá del evento mediático

05 mayo 2011. Diego Contreras

LaIglesiaEnLaPrensa.com

Me parece que la beatificación de Juan Pablo II ha sido un buen escaparate de lo que es la vitalidad de la Iglesia católica

En el torbellino informativo que caracteriza nuestra época, la beatificación de Juan Pablo II prácticamente ha desaparecido del mapa informativo apenas dos días después de su celebración. Sin embargo, a diferencia de otros eventos nacidos simplemente para ser “eventos mediáticos”, estoy convencido de que el impacto personal de la beatificación es de otro nivel.

      Pienso que no ha sido un acto efímero para mucha de la gente que lo ha seguido por televisión (a pesar de que no hayan podido palpar el ambiente), ni para otra gente que sí estaba allí, pero tal vez —como le ocurrió a un buen número— sin ver ni oír una palabra de lo que estaba sucediendo (tal era la multitud), pero con una clara percepción de su significado.

      Especialmente para estos últimos —entre los que personalmente me encontraba— la experiencia más significativa ha sido ver cómo se ha comportado la otra gente. Sin caer en idealizaciones, me parece que la beatificación de Juan Pablo II ha sido un buen escaparate de lo que es la vitalidad de la Iglesia católica. No han sido manifestaciones de autoestima organizadas, como pronosticaban algunos, sino el ejemplo espontáneo de la simple presencia, especialmente juvenil. «He llegado con horas de antelación, no he visto ni oído nada, en otras circunstancias sería un perfecto imbécil: aquí, sin embargo, me encuentro feliz».

      A la espera de un estudio que nos pueda ilustrar sobre cómo abordó la prensa este evento (mi primera impresión general es altamente positiva, cosa que no me sorprende porque la realidad fue así), a la espera de ese estudio, decía, presento aquí una selección de primeras páginas de prensa de todo el mundo, correspondiente a los días 1 de mayo y 2 de mayo.

      Dos observaciones veloces: llama la atención la total ausencia del tema en las portadas de la prensa británica (víctima de una mono-obsesión por la boda real), y el hecho de que la beatificación haya resistido a la noticia de la eliminación de Bin Laden, información publicada sólo en la prensa americana a causa del fuso horario.

Diego Contreras

El apóstol de la Divina Misericordia

La fecha de su beatificación recoge su legado espiritual

La elección para la fecha de la beatificación de Juan Pablo II, el 1 de mayo, que en este año coincide con el domingo de la Divina Misericordia, no es una casualidad.

Actualizado 1 mayo 2011

 Jesús Colina/Zenit

La elección de Benedicto XVI para la fecha de la beatificación de Juan Pablo II, el 1 de mayo, que en este año coincide con el domingo de la Divina Misericordia, no es una casualidad.

En varias ocasiones, pero en particular en los funerales de Karol Wojtyla, el cardenal Joseph Ratzinger ha mostrado cómo la herencia más original de ese papa a la Iglesia fue precisamente su contribución a la comprensión del mal provocado por el ser humano a la luz del límite que pone la Divina Misericordia.

El entonces decano del colegio cardenalicio, ante el cuerpo de Juan Pablo II, explicaba este legado así: «Cristo, sufriendo por todos nosotros, ha conferido un nuevo sentido al sufrimiento; lo ha introducido en una nueva dimensión, en un nuevo orden: el del amor… Es el sufrimiento que quema y consume el mal con la llama del amor, y obtiene también del pecado un multiforme florecimiento de bien» (Cf. Homilía del cardenal Joseph Ratzinger en las exequias de Juan Pablo II).

El misterio del mal ético

Karol Wojtyla sufrió los dos totalitarismos del siglo XX, el comunismo y el nazismo, y se preguntaba cómo fue posible que Dios permitiera dramas tan terribles.

Muchos han utilizado estos males como razones para negar la existencia de Dios, o incluso para afirmar que Dios no es bueno. Juan Pablo II, en cambio, se valió de ellos para reflexionar sobre lo que Dios enseña, al permitir que sucedan tragedias, a causa de la libre cooperación de los hombres.

Y encontró la respuesta a la cuestión del mal ético en la perspectiva de la Divina Misericordia, la enseñanza de la religiosa y mística polaca santa Faustina Kowalska (1905-1938).

San Agustín explica que Dios nunca permite el mal: Él no lo causa; lo permite. El mal no es una cosa. Al crear al ser humano con libertad, Dios aceptó la existencia del mal. ¿Hubiera sido mejor que Dios no creara al hombre? ¿Habría sido mejor no crearlo libre? No. Pero, entonces -se preguntaba el joven polaco-, ¿cuál es el límite del mal para que no tenga la última palabra?

Juan Pablo II comprendió que los límites del mal los delimita la Divina Misericordia. Esto no implica que todo el mundo se salve automáticamente por la Divina Misericordia, disculpando así todo pecado, sino que Di os perdonará a todo pecador que acepte ser perdonado. Por eso, el perdón, la superación del mal, pasa por el arrepentimiento.

Y si el perdón constituye el límite al mal (¡cuántas lecciones se podrían sacar de esta verdad para superar los conflictos armados!), la libertad condiciona, en cierto modo, a la Divina Misericordia. Dios, en efecto, arriesgó mucho al crear al hombre libre. Arriesgó que rechace su amor y que sea capaz, negando en realidad la verdad más honda de su libertad, de matar y pisotear a su hermano. Y pagó el precio más terrible, el sacrificio de su único Hijo. Somos el riesgo de Dios. Pero un riesgo que se supera con el poder infinito de la Divina Misericordia.

Su mensaje póstumo

Juan Pablo II había preparado una alocución para el Domingo de la Divina Misericordia, que no pudo pronunciar, pues la vvíspera fue llamado a la Casa del Padre.

Sin embargo, quiso que ese texto se leyera y publicara como su mensaje póstumo: «A la Humanidad, que a veces parece extraviada y dominada por el poder del mal, del egoísmo y del miedo, el Señor resucitado le ofrece, como don, su amor que perdona, reconcilia y suscita de nuevo la esperanza. Es un amor que convierte los corazones y da la paz. ¡Cuánta necesidad tiene el mundo de comprender y acoger la Misericordia divina!» (Cf. Regina Cæli, 3 de abril de 2005).

Como recuerdo perenne de este mensaje, Juan Pablo II introdujo en el calendario litúrgico la solemnidad de la Divina Misericordia, una semana tras el domingo de Pascua.

Por este motivo, el monseñor Guido Marini, maestro de las Celebraciones Litúrgic as Pontificias, ha anunciado que la beatificación de Juan Pablo II comenzará en la plaza de san Pedro del Vaticano con una novedad.

Los centenares de miles de peregrinos se prepararán a la celebración recitando, en diferentes idiomas, la coronilla de la Divina Misericordia, práctica de devoción que promovió sor Faustina.

La imagen de Divina Misericordia, traída de la Iglesia del Espíritu Santo en Sassia, muy cerca del Vaticano estará presente en la parte elevada de plaza, frente a la Basílica hasta el comienzo de la Santa Misa.

Homilía de Benedicto XVI en la misa de beatificación de JPII

«¡El día esperado ha llegado, y pronto, porque así lo ha querido el Señor: Juan Pablo II es beato!»

Las miradas del mundo se dirigen en la Plaza de San Pedro en el Vaticano para presenciar la magnífica celebración de la beatificación del papa polaco.

Actualizado 1 mayo 2011

ReL

Los fervorosos aplausos de los asistentes a la ceremonia de beatificación de Karol Wojtyla no se dejaron esperar: «Y he aquí que el día esperado ha llegado; ha llegado pronto, porque así lo ha querido el Señor: Juan Pablo II es beato».

Así lo dijo el Papa Benedicto XVI al inicio de su homilía en la misa de beatificación de Juan Pablo II tras la lectura del Evangelio según san Juan que narra la Resurrección de Jesús, el texto que corresponde a la fiesta del día, Segundo Domingo de Pascua.

«Queridos hermanos y hermanas. Hace seis años nos encontrábamos en esta Plaza para celebrar los funerales del Papa Juan Pablo II. El dolor por su pérdida era profundo, pero más grande todavía era el sentido de una inmensa gracia que envolvía a Roma y al mundo entero, gracia que era fruto de toda la vida de mi amado Predecesor y, especialmente, de su testimonio en el sufrimiento. Ya en aquel día percibíamos el perfume de su santidad, y el Pueblo de Dios manifestó de muchas maneras su veneración hacia él. Por eso, he querido que, respetando debidamente la normativa de la Iglesia, la causa de su beatificación procediera con razonable rapidez. Y he aquí que el día esperado ha llegado; ha llegado pronto, porque así lo ha querido el Señor: Juan Pablo II es beato».

El Papa se dirigió en su homilía a los peregrinos y telespectadores: «Deseo dirigir un cordial saludo a todos los que, en número tan grande, desde todo el mundo,habéis venido a Roma, para esta feliz circunstancia, a los señores cardenales, a los patriarcas de las Iglesias católicas orientales, hermanos en el episcopado y el sacerdocio, delegaciones oficiales, embajadores y autoridades, personas consagradas y fieles laicos, y lo extiendo a todos los que se unen a nosotros a través de la radio y la televisión».

Durante su homilía, el Pontófice señaló que «éste es el segundo domingo de Pascua, que el beato Juan Pablo II dedicó a la Divina Misericordia. Por eso se eligió este día para la celebración de hoy, porque mi Predecesor, gracias a un designio providencial, entregó el espíritu a Dios precisamente en la tarde de la vigilia de esta fiesta. Además, hoy es el primer día del mes de mayo, el mes de María; y es también la memoria de san José obrero. Estos elementos contribuyen a enriquecer nuestra oración, nos ayudan a nosotros que todavía peregrinamos en el tiempo y el espacio. En cambio, qué diferente es la fiesta en el Cielo entre los ángeles y santos. Y, sin embargo, hay un solo Dios, y un Cristo Señor que, como un puente une la tierra y el cielo, y nosotros nos sentimos en este momento más cerca que nunca, como participando de la Liturgia celestial».

El Papa expresó su alegría porque la beatificación tuviera lugar en el primer día dle mes mariano: «La bienaventuranza de la fe tiene su modelo en María, y todos nos alegramos de que la beatificación de Juan Pablo II tenga lugar en el primer día del mes mariano, bajo la mirada maternal de Aquella que, con su fe, sostuvo la fe de los Apóstoles, y sostiene continuamente la fe de sus sucesores, especialmente de los que han sido llamados a ocupar la cátedra de Pedro. María no aparece en las narraciones de la resurrección de Cristo, pero su presencia está como oculta en todas partes: ella es la Madre a la que Jesús confió cada uno de los discípulos y toda la comunidad».

El Santo Padre resaltó que Juan Pablo II recordó la llamada de todos los cristianos a la santidad: «Queridos hermanos y hermanas, hoy resplandece ante nuestros ojos, bajo la plena luz espiritual de Cristo resucitado, la figura amada y venerada de Juan Pablo II. Hoy, su nombre se añade a la multitud de santos y beatos que él proclamó durante sus casi 27 años de pontificado,recordando con fuerza la vocación universal a la medida alta de la vida cristiana, a la santidad».

Júbilo en la Iglesia y el mundo entero

Un millón de peregrinos asisten a la ceremonia

Júbilo en la Iglesia y el mundo entero: ¡El Papa Juan Pablo II es proclamado beato!

Millones de personas han celebrado la beatificación de Karol Wojtila durante una misa solemne presidida por Benedicto XVi en la plaza de San Pedro.

Actualizado 1 mayo 2011

ReL

El millón de peregrinos que están concentrados en las calles de Roma y la Plaza de San Pedro y los millones que en el mundo entero siguen a través de los medios de comunicación la ceremonia que convierte a Juan Pablo II en el décimo papa beato proclamado por la Iglesia Católica han estallado en júbilo al ver y escuchar de boca del Papa Benedicto XVI la proclamación del papa polaco como nuevo beato.

El cardenal Agostino Vallini, vicario del obispo de la diócesis de Roma, solicitó de manera solemne en latín al Santo Padre la inclusión de Karol Wojtyla en el libro de los beatos de la Iglesia católica. Tras la lectura de una breve y emotiva biografía de Karol Wojtyla, el Papa Benedicto XVI manifestó en nombre de toda la Iglesia, la aceptación de tal solicitud. Las vivas, aplausos y lágrimas de los peregrinos se desataron en la plaza de San Pedro

Inmediatamente se descubrió el tapiz con una imagen del nuevo beato mientras se cantaba el himno del beato en latín, inspirado en las primeras palabras de Juan Pablo II en la homilía de inicio de su Pontificado: «No tengáis miedo, abrid de par en par las puertas a Cristo». Así ha comenzado el culto público. Los peregrinos exaltan de júbilo en la Plaza de San Pedro, en el Circo Máximo y en todas las plazas de Roma, donde hay pantallas gigantes para la beatificación más multitudinaria de la historia.

Posteriormente la hermana Marie Simon-Pierre, religiosa francesa de las Maternidades Católicas, sanada milagrosamente de la enfermedad de parkinson por intercesión de Juan Pablo II, y sor Tobiana Sobotka, la religiosa y enfermera que atendió al Papa durante tres décadas y dirigió la administración de su apartamento en el Vaticano, llevaron la reliquia de Juan Pablo II al Papa Benedicto XVI, que la bendijo, y después al altar. Sor Tobiana fue la persona que escuchó sus últimas palabras el 2 de abril de 2005: «Dejadme ir a la casa del Padre».

El relicario tiene forma de ramas de olivo y contiene un frasco con sangre de Juan Pablo II -una probeta de hospital- extraida pocos días antes de su muerte para estudiar la posibilidad de una transfusión que nunca llegó a realizarse. Se mantiene líquida debido al anticoagulante usado en el momento de la extracción.

Después de que dos niñas depositaran flores blancas y amarillas ante la reliquia de Juan Pablo II, el cardenal vicario de Roma agradeció a Benedicto XVI la beatificación.

Después de la ceremonia de beatificación los peregrinos podrán venerar los restos de Juan Pablo II y no se cerrará la basílica de San Pedro «hasta que no haya pasado el último peregrino», según confirmó el padre Federico Lombardi.

Juan Pablo II, Beato

Benedicto XVI ha pronunciado en latín ls palabras que le han elevado a los altares: los fieles le festejarán cada 22 de octubre.

REDACCIÓN HO.-  «Nosotros, acogiendo el deseo de nuestro hermano Agostino Cardenal Vallini, nuestro vicario general para la diócesis de Roma, de muchos otros hermanos en el Episcopado y de muchos fieles, después de haber recibido el parecer de la congregación de la causa de los Santos, con nuestra autoridad apostólica, concedemos que el venerable siervo de Dios, Juan Pablo II, Papa, de ahora en adelante sea llamado beato y que se pueda celebrar su fiesta en los lugares y según las reglas establecidas por el derecho, todos los años el 22 de octubre«. Con estas palabras pronunciados en latín Benedicto XVI ha elevado a los altares a su inmediato antecesor.

El Cardenal Vallini ha iniciado la homilía de beatificación con una breve biografía de Juan Pablo II para después descubrir el tapiz con la imagen de Karol Wojtyla.

La Plaza de San Pedro, en el Vaticano, se ha llenado de peregrinos venidos de todos los rincones del mundo para asistir a la ceremonia de beatificación. El acceso a la plaza se ha abierto a las 5.30 de la mañana, y los más madrugadores fueron acogidos por voluntarios, que les ofrecieron agua, zumo de naranja, bollos y fruta.

Algunas personas, decididas a hacerse con un buen sitio desde el que seguir la ceremonia de beatificación, han optado por dormir directamente en tiendas de campaña en los aledaños. Aunque dormir, no han dormido mucho. Sobre todo han cantado al son de la guitarra, han rezado, han recordado la figura de Juan Pablo II… «Venimos de Canadá», nos decía anoche un grupo de acampados. «De Filipinas», revelaba otro. «De España». «De Argentina». «De Portugal».

La Plaza de San Pedro ha sido habilitada para poder acoger a 80.000 personas: 800 en los puestos reservados para las autoridades civiles (donde se sentarán los príncipes de Asturias, los representantes de otras cuatro casas reales reinantes y los 16 jefes de Estado que asistirán a la ceremonia) 800 para las autoridades religiosas (incluido todo el colegio de cardenales), 6.000 asientos para los peregrinos y espacio para 40.000 personas en pie.

Pero se espera que la Plaza ha desbordado de gente: la Policía romana ha confirmado las previsiones del Ayuntamiento de Roma, más de un millón de personas han acudido a la ceremonia, mientras que el Vaticano prefiere no hacer previsiones. Los que no entren en la plaza podrán seguir la ceremonia desde las pantallas gigantes que se colocarán en la Via de la Conzilizacione, la gran avenida construida por Mussolini que lleva a la Plaza de San Pedro.

La ceremonia de beatificación de Juan Pablo II estará presidida por Benedicto XVI. Se trata de la primera ocasión en más de 1.000 años que un Papa es beatificado por su inmediato sucesor. Aunque Ratzinger estableció, al poco de ser elegido Pontífice, que sólo celebraría canonizaciones, ha decidido hacer una excepción con su predecesor, al que proclamará beato vistiendo su casulla y su mitra.

La ceremonia de beatificación comenzará a las 9.55 horas. Y estará precedida de una hora de preparación en la que se rezará, se leerán pasajes de la Biblia y se entonaran himnos y cantos.

El rito de beatificación será el tradicional dentro de la Iglesia: se leerá una pequeña biografía del Juan Pablo II y posteriormente el vicario de Roma, el cardenal Agostino Vallini, solicitará al Papa que le haga beato. Benedicto XVI responderá pronunciando en latín la formula de la beatificación. En ese momento, será descubierto un tapiz con la imagen de Karol Wotjyla, tomada de una fotografía de Juan Pablo II realizada en 1995. Un total de 500 sacerdotes repartirán la comunión ente los asistentes a la Plaza de San pedro, y otros 300 harán lo propio en la Via della Conziliazione.

Posteriormente será posible venerar los restos del nuevo beato. La gente que así lo desee podrá entrar en la Basílica de San Pedro. Allí, en la capilla de san Sebastián (situado junto a la famosa Piedad de Miguel Ángel) se colocará el triple féretro con los restos del nuevo beato Karol Wojtyla.

La primera beatificación en 3D

Facebook, Twitter, YouTube…

La de Juan Pablo II será la primera beatificación en 3D y con mayor cobertura on line de la historia

La fama del Papa y las nuevas tecnologías para difundir un evento han hecho que ninguna otra beatificación suscitara tanto interés.

Actualizado 29 abril 2011

Jorge E. Mújica

Ninguna otra beatificación había suscitado tanto interés. Posiblemente porque ningún otro candidato gozaba de tanta fama y quizá también porque no se contaba con la facilidad para difundir un evento de esta magnitud usando otros canales de comunicación distintos a la tevé o a la radio tradicionales.

Internet y sus redes sociales, Facebook, Twitter y YouTube, especialmente, se han convertido en vehículos propagadores de lo que se puede llamar uno de los «eventos católicos» de 2011: la beatificación de Juan Pablo II.

Beatificación histórica no sólo por la persona reconocida como venerable; la solemne ceremonia será grabada por primera vez en la historia de la Santa Sede en 3D gracias a SONY y al Centro Televisivo Vaticano. Ciertamente no es todo.

La agencia televisiva RomeReports ofrecerá una cobertura del evento en sus acostumbrados clips mientras que la agencia H2ONews brindará cobertura en vivo que se podrá seguir en su portal institucional en varios idiomas (http://www.h2onews.org/. De hecho también brinda la posibilidad de que cualquier portal, blog o canal de televisión en internet solicite un código de inserción para retransmitir en vivo el evento). Por último, Pope2You.net ofrecerá una cobertura en vivo tanto de la vigilia del sábado 30 de abril como de la beatificación del 1 de mayo en la página dispuesta para este fin (véase este enlace).

En internet PopularTV (http://www.populartv.net/. A partir de las horas señaladas ir a la pestaña superior «emisión en directo») transmitirá la vigilia el sábado a partir de las 19:30; el domingo a partir de las 8:30 de la mañana la ceremonia de beatificación.

En las redes sociales hay un perfil de Twitter que está reportando todo lo que sucede alrededor de la beatificación (http://twitter.com/bJPII o @bJPII) y también son útiles los hashtags en español y en inglés #BeatificacionJPII y #BeatificationJPII).

Beatificación de Juan Pablo II con ReL y Popular TV

Hoy a las 19.30, la Vigilia desde el Circo Máximo

Siga con ReL y Popular TV los momentos más importantes de la beatificación de Juan Pablo II

Retransmitiremos en nuestro sitio web los actos más significativos de la beatificación en Roma y el Vaticano.

Actualizado 30 abril 2011

ReL

Serán tres días de celebraciones. Y los tres días Religión en Libertad, gracias a la señal de Popular TV, le ofrecerá los momentos más importantes de las celebraciones programadas con motivo de la beatificación de Juan Pablo II.

Este sábado a las 19.30 retransmitiremos la Vigilia de preparación. Según informa Zenit, la celebración que se llevará a cabo en el Circo Máximo, se desarrollará en dos momentos: la celebración de la Memoria y la celebración del Santo Rosario.

En el palco se expondrá una reproducción en grande de Maria Salus Populi Romani,patrona de la ciudad de Roma, ante la cual algunos representantes de las parroquias y de las capellanías diocesanas colocarán velas.

Un montaje vídeo recordará los últimos meses del pontificado de Juan Pablo II, marcados de modo particular por el sufrimiento, al término de cual ofrecerá su testimonio dos de los más estrechos colaboradores del Papa: Joaquín Navarro-Valls, director de la Sala de Prensa entre 1984 y 2006, y el cardenal Stanisław Dziwisz, arzobispo de Cracovia y secretario personal de Juan Pablo II.

Seguirá el testimonio del sor Marie Simon-Pierre, cuya curación milagrosa abrió el camino para la beatificación, y de algunos jóvenes de Roma recogidos en breves grabaciones. Marcará el final de la primera parte el canto «Totus tuus», compuesto por monseñor Frisina para el 50° aniversario de la ordenación sacerdotal de Juan Pablo II.

La segunda parte constará de la celebración de los Misterios luminosos del Santo Rosario – introducidos precisamente por el papa Juan Pablo II – en los que se celebra la vida pública de Jesús. Se iniciará con el canto del Himno del Beato Juan Pablo II «Abrid las puertas a Cristo» escrito por monseñor Frisina “cuyo texto – explicó el propio prelado – resume los contenidos más importantes del pontificado de Juan Pablo II, mientras que el estribillo contiene el llamamiento a abrir nuestro corazón al amor de Dios’ con el que el papa comenzó su pontificado”.

Seguirá una introducción del cardenal Vicario de Roma, Agostino Vallini, que presentará en síntesis la personalidad espiritual y pastoral del Beato; después el rezo del Rosario, que se celebrará en conexión en directo con 5 santuarios marianos diseminados por el mundo. Se rezará por los jóvenes, desde el Santuario de Łagniewniki de la Divina Misericordia en Cracovia (Polonia); por la familia la del Santuario de Kawekamo – Bugando (Tanzania); por la evangelización la del Santuario de Notre Dame du Lebanon – Harissa (Líbano); por la esperanza y la paz de los pueblos la de la Basílica de Santa María de Guadalupe (México) y, finalmente, por la Iglesia la del Santuario de Fátima (Portugal)”.

Benedicto XVI, en conexión desde el Palacio Apostólico, recitará la oración final e impartirá la bendición apostólica a todos los participantes. Estos últimos, durante el canto de la Salve, serán invitados a encender sus velas en signo de alabanza a Dios y de devoción a la Virgen María. Terminará así la celebración en el Circo Máximo, pero no la vigilia de oración en la noche romana.

Tres días de celebraciones para un gran beato

Beatificación de Juan Pablo II

La ocasión lo requiere. Un acontecimiento tan especial como es la beatificación de Juan Pablo II no podía pasar desapercibido, y por ello, se convocan tres días de fiesta en honor al Papa beatificado.

Actualizado 28 abril 2011

Efe

Centenares de miles de personas, miles de ellas polacas, asistirán el 1 de mayo en el Vaticano a la beatificación del Papa polaco Juan Pablo II, cuyos restos mortales serán expuestos a la veneración de los fieles en la basílica de San Pedro ese mismo día.

Serán tres días de celebraciones, que comenzaran el 30 abril con una vigilia en el Circo Massimo de Roma, dividida en dos partes. La primera, «Celebración de la Memoria», comenzará con una procesión de la imagen de Maria Salus Populi Romani, la patrona de Roma.

Después intervendrán el que fuera secretario particular de Juan Pablo II y actual cardenal de Cracovia, Stanislaw Dziwisz; su antiguo portavoz durante 22 años, el español Joaquín Navarro Valls, y la monja francesa Marie Simon Pierre, cuya curación, de manera inexplicable para la ciencia, de la enfermedad de parkinson ha abierto las puertas a la beatificación de Karol Wojtyla.

Los Coros de la Diócesis de Roma y la Orquesta del Conservatorio de Santa Cecilia cantarán en la vigilia.

La segunda parte será la «Celebración de los Misterios Luminosos del Santo Rosario», que fueron introducidos por Juan Pablo II durante su papado.

El rosario se recitará en conexión directa con cinco santuarios marianos de todo el mundo: el de la Virgen de Guadalupe, en México; Fátima en Portugal, Lagniewniki en Polonia, Kawekamo-Bugando en Tanzania y Notre Dame del Líbano, a los que estaba muy ligado el Papa Wojtyla.

Actuará Plácido Domingo

Al final el Papa Benedicto XVI, que regresará de la residencia de Castel Gandolfo, donde ha pasado unos días de reposo, impartirá la bendición apostólica desde el Vaticano.

Una vez concluida, las personas que lo deseen podrán acudir a ocho céntricas iglesias de Roma que estarán abiertas toda la noche en la llamada «Notte bianca di preghiera» (la noche blanca de los rezos).

A las cinco de la mañana del 1 de mayo se permitirá el acceso a la basílica de San Pedro del Vaticano, donde a las nueve de la mañana y durante una hora los fieles se prepararán para la ceremonia de beatificación, que comenzará a las 10.00 hora local (08.00 GMT) presidida por Benedicto XVI y concelebrada por numerosos cardenales.

Ochocientos sacerdotes repartirán la comunión en la plaza de San Pedro y la Vía de la Conciliazione, donde serán colocadas 14 pantallas gigantes de televisión para que los miles de fieles puedan ver el momento en que el Papa Ratzinger eleva a la gloria de los altares a su antecesor, el primer Papa polaco de la historia de la Iglesia.

Concluida la misa, el Papa y los cardenales entrarán en la basílica de San Pedro para venerar a Wojtyla, cuyo féretro será sacado de la actual tumba el día 29 y colocado delante del altar mayor.

La basílica permanecerá abierta

Después todos los fieles podrán venerarlo. La basílica permanecerá abierta mientras haya fieles. Sólo se cerrará el lunes 2 durante la Misa de Acción de Gracias que oficiará en la plaza de San Pedro el cardenal secretario de estado, Tarcisio Bertone.

Después, todos los fieles que quieran podrán acercarse hasta el féretro para rendir homenaje al Papa que guió a la iglesia durante casi 27 años (1978-2005) y la introdujo en el tercer milenio.

Miles de botellas de agua y alimentos básicos serán distribuidos entre los fieles, informó la diócesis de Roma.

Paralelamente, los fieles podrán visitar las numerosas exposiciones sobre el Pontificado de Wojtyla y su persona instaladas en Roma.

Las librerías exponen decenas de libros escritos para la ocasión y discos, entre ellos un cd con composiciones inéditas que acompañan plegarias, homilías, salmos y discursos de Juan Pablo II en seis idiomas, titulado «Tu es Christus».

El álbum tiene trece temas, nueve con la voz del Papa Wojtyla. Otros son interpretados por el tenor español Plácido Domingo, el italiano Andrea Bocelli y el grupo irlandés The Priets.

Calendarios, pañuelos con la imagen de Juan Pablo II, etc… se prodigan en estos días en la Ciudad Eterna, donde también se han proyectado películas sobre Wojtyla, la última «Peregrino vestido de blanco», del polaco Jarsolaw Szmidt.

El filme fue proyectado en el Vaticano con la presencia de Benedicto XVI, quien al final de la misma dijo que Juan Pablo II fue un gran contemplativo y un gran apóstol de Cristo.

«Dios lo eligió para la sede de Pedro y lo conservó durante largos años para introducir a la Iglesia en el tercer milenio. Con su ejemplo nos guió en la peregrinación por el mundo y ahora nos acompaña desde el cielo», dice Ratzinger.