La Santa Sede encontró el milagro para canonizar a Juan Pablo II

En Ujarrás, Costa Rica 

La Santa Sede encontró el milagro para canonizar a Juan Pablo II en una web parroquial 

Actualizado 25 junio 2013 

Rubén Cruz / La Razón 

La iglesia de Nuestra Señora de la Limpia Concepción del Rescate de Ujarrás, en Costa Rica, abrió un portal web con el objetivo de que los devotos relataran allí sus experiencias.

Así fue como la Santa Sede se topó con la historia de Floribeth Mora, la mujer costarricense que se curó de un aneurisma cerebral gracias a su fe y a la ayuda del Papa Juan Pablo II. Pero el caso de esta mujer, de 50 años, no es el único en el que el Vaticano ha puesto su punto de mira. 

Otro testimonio en la parroquia
Este templo también se hizo eco de una curación de cáncer y del testimonio de una mujer infértil que consiguió quedarse encinta, según ha podido confirmar LA RAZÓN.

Esta semana, la Congregación para la Causa de los Santos aprobó el segundo milagro que se produjo por intercesión del Papa Juan Pablo II. El primero fue el de Marie Simon-Pierre, una monja francesa que se curó de párkinson tras rezarle con fe al Papa. El milagro de Floribeth Mora data del 1 de mayo de 2011 

La reliquia de Juan Pablo II que se guarda en Nuestra Señora de Ujarrás
La reliquia de Juan Pablo II que se guarda en Nuestra Señora de Ujarrás

Dos meses después, la reliquia enviada por Stanislaw Dziwisz llegó a la parroquia, y esta mujer se acercó para poder tocarla y dar gracias a Juan Pablo II.

Canonización quizá en octubre
La vicealcaldesa de La Unión, localidad en la que vive la protagonista del milagro, afirmó a este diario que «sería una enorme satisfacción para todos si la historia se confirmara». Aunque es prudente, porque «respeta la confidencialidad con la que la Santa Sede está llevando el proceso». 

Una vecina relató a este periódico que «no para de venir gente de todas partes de Costa Rica para sacar fotos del altar que hay en la puerta de su casa». Tal es la cantidad de gente que se acerca a su domicilio que Floribeth ha decidido irse «unos cuantos días a San José, a la casa de su mamá», dijo esta vecina. 

El barrio es ahora lugar de culto para la comunidad católica. Otra vecina de Floribeth comentó a Radio Monumental que «todo el barrio está muy feliz» porque «siempre hemos creído en Juan Pablo II; se le ve la nobleza en la cara».

La familia Arce Mora ha recuperado la fe que habían perdido tras la enfermedad de Floribeth gracias al milagro que han vivido en primera persona y por el que están agradecidos a Juan Pablo II. 

«La pusimos en las manos de Dios, porque había que ir a Cuba para que se operara», explicó a la radio costarricense la cuñada de la mujer curada, Pilar Arce. Además, añadió que «hay que creer en el alma de Juan Pablo II, porque él es muy milagroso». 

Incluso una hija de esta mujer se ha quedado embarazada después de que los médicos le dijeran que era estéril, según indicó esa radio. Y es que, como señala otro conocido de la familia, «todo es posible con fe».

Facebook AQUÍ de la Parroquia de N. S. de Ujarrás

-Web de la parroquia:
http://www.parroquiaparaiso.4t.com/

Oración con el Papa polaco
El 1 de julio de 2011 llegó a la parroquia costarricense de Nuestra Señora de la Limpia Concepción del Rescate de Ujarrás una reliquia perteneciente al Papa Juan Pablo II, que fue enviada por el cardenal Stanislaw Dziwisz.

Siempre ha tenido gran afluencia de público, pero con el milagro de su vecina, Floribeth Mora, el santuario no para de recibir visitas. 

Costa Rica es un país que está muy ligado a este Papa, ya que ha sido el único que les ha visitado. En marzo de 1983 Karol Wojtyla aterrizó en San José. Durante su visita a América Latina, Costa Rica fue su sede de residencia, y donde se reunió con los jóvenes y con los obispos latinos.

Se curó con las reliquias de Juan Pablo II

Floribeth Mora tenía un aneurisma cerebral 

La mujer de Costa Rica que se curó con las reliquias de Juan Pablo II detalla su testimonio 

Actualizado 22 junio 2013

C. M. del Hoyo / J. Beltrán / La Razón 

«Salí de ese parque sanada». 

Con esta naturalidad Floribeth Mora relata cómo se curó por intercesión de Juan Pablo II. 

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Esta mujer costarricense que vive en la localidad de Tres Ríos de Cartago es la protagonista del milagro que podría llevar a los altares al Papa polaco, después de que el pasado martes la comisión teológica de la Congregación para la Causa de los Santos diera fe de lo ocurrido, como ya lo hicieran en el mes de abril los médicos que reconocieron que, de forma inexplicable, Flory –como la llaman sus familiares y amigos–superó un aneurisma cuando ya estaba desahuciada por los médicos.

Flory escribió su testimonio
Todo comenzó el 8 de abril de 2011 al despertar. «Me dio un dolor de cabeza tan fuerte que pensé que me reventaría la cabeza. Le pedí a mi esposo que me llevara al hospital porque me sentía bastante mal. Cuando llegué me encontraba muy mal por los vómitos y el dolor de cabeza», relata esta mujer en un testimonio escrito por ella misma hace un año, recogido ahora por LA RAZÓN y confirmado a este diario por uno de los partícipes del milagro. 

En aquella primera visita al médico, le diagnosticaron estrés y presión alta. Al comprobar a lo largo de los días posteriores que su estado de salud no mejoraba, decidió acudir a un hospital en San José, la capital del país.

«Tras varios exámenes me dijeron que tenía un pequeño derrame de sangre en mi cerebro, luego me hicieron un TAC y descubrieron que se trataba de un aneurisma cerebral en el lado derecho». 

Los médicos desistieron
De inmediato la trasladaron a otro centro, mientras los facultativos se mostraban sorprendidos por su aguante. Tras varios intentos por cerrar el goteo de sangre que sufría en su cerebro, el equipo médico que la atendía tuvo que desistir al encontrarse la dilatación en un lugar de difícil acceso.

A partir de este momento, la situación empeoró sobremanera. Tras pasar unos días en observación, las limitaciones del sistema sanitario costarricense impidieron llevar a cabo una operación. 

«Se cerraban así mis posibilidad de sobrevivir a tan fatal diagnóstico», recuerda estamadre de cuatro hijos, abuela de cuatro nietos y esposa de un ex oficial de la Policía nacional. 

Tal era la gravedad de su situación que regresó a casa con un aviso claro a su familia: sólo le quedaba un mes de vida. Sin embargo, a pesar de la desesperación que en un primer momento les generó pensar en el desenlace de la historia, «nos llenamos de mucha fe, perono puedo negar el miedo tan grande que sentía al ver lo que me estaba sucediendo».

Juan Pablo II, beato
No se cumplía ni un mes de aquella mañana en la que su vida se truncó, cuando tuvo lugar otro giro inesperado. El 1 de mayo de 2011, en la plaza de San Pedro, más de un millón de personas participan en la beatificación de Juan Pablo II. 

Benedicto XVI proclamaba beato al Papa polaco destacando en primera persona cómo vivió la santidad de su predecesor en la sede de Pedro: «Durante 23 años pude estar cerca de él y venerar cada vez más su persona. Su profundidad espiritual y la riqueza de sus intuiciones sostenían mi servicio. El ejemplo de su oración siempre me ha impresionado y edificado: él se sumergía en el encuentro con Dios, aun en medio de las múltiples ocupaciones de su ministerio». Cuando amanecía en Costa Rica, Juan Pablo II ya había sido beatificado.

Jesús Sacramentado, en procesión
Como todos los domingos, la familia de Floribeth acudió a misa a la parroquia. Con pocas fuerzas, pero de nuevo animada por su esposo, acudieron al centro del barrio porque se estaba celebrando una procesión. 

«En ese momento estaba pasando una carroza con la imagen de Jesús Sacramentado ysentí un frío en el cuerpo. Me bajé del coche y fui hasta allí»

Entonces, el sacerdote que acompañaba a la procesión declamaba una oración: «¡Oh, Señor! Hay una sanación». 

La mujer se detuvo y se puso a rezar: «Le pedimos a nuestro Papa Juan Pablo que nos ayudara a pedirle a Dios que me ayudara». 

Y en ese preciso instante, algo empezó a cambiar. «Salí de ese parque con la fe de que yo fui la sanada», apunta esta madre de familia que desde entonces centra las miradas de sus vecinos y amigos. A partir de ahora, de todo el orbe católico.

Reliquias del Papa en un santuario
Unos días después de aquel hecho, Floribeth, consciente de que al Santuario de la Virgen de Ujarrás –cercano a su domicilio– había recibido unas reliquias del Papa polaco, decidió acudir a rezar. «De nuevo, un milagro», apostilla. 

Se trataba de un relicario que contiene muestras de sangre de Juan Pablo II, extraídas un día antes de morir

Sin embargo, a pesar del esfuerzo realizado, cuando llegó ya había terminado la exposición. Aun así, el padre Dónald Solano hizo una excepción. 

«Me la enseñó y la toqué. Seis meses después me hicieron otro examen en el cerebro y me indicaron que el aneurisma había desaparecido para la honra y la gloria de mi Dios», subraya esta mujer, que haría posible que Juan Pablo II sea proclamado santo, quizá, el próximo 20 de octubre, cuando se cumplen 35 años del inicio de su Pontificado.

El neurocirujano, sin explicación
Según publicó el jueves 20 de junio el diario «La Nación» de Costa Rica, el neurocirujano Alejandro Vargas Román, que atendió a Floribeth Mora durante su enfermedad, confirmó estos días que no encontró explicación científica a la desaparición repentina del aneurisma que padecía cuando analizaron exámenes posteriores a aquel 1 de mayo de 2011.

Además, Vargas reveló que funcionarios de la Santa Sede le consultaron sobre los detalles del caso durante la fase diocesana del proceso de canonización, la primera antes de que los informes sean remitidos a Roma y examinados por las diferentes comisiones de la Congregación para la Causa de los Santos.

«Médicamente, en teoría, nunca les va a desaparecer un aneurisma a las personas porque es una dilatación. Científicamente yo no le tengo ninguna explicación del por qué desapareció», comenta el doctor, que vivió en primera persona lo ocurrido en el hospital Calderón Guardia.