De Prada elogia la vida consagrada

De Prada responde a las críticas de los religiosos

De Prada elogia la vida consagrada pero vuelve a poner el dedo en la llaga de sus desviaciones

Subraya la tendencia descendente de dulcificación de la disciplina, la relajación en la observancia de los votos y la progresiva mundanización.

Actualizado 30 enero 2012

ReL

El lunes pasado Juan Manuel de Prada vinculaba en un artículo el caso del sacerdote suspendido «a divinis» por su participación en el programa telebasura «Gran Hermano 12 +1» a la crisis que atraviesa la vida religiosa afirmando que se trataba de «un producto natural (exagerado y desquiciante, si se quiere; pero natural) de la descomposición de la vida consagrada».

Con motivo de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada este 2 de febrero, el escritor afirma esta vez en un artículo de opinión en ABC que esta celebración debe servir a los católicos para «renovar la gratitud a tantas admirables personas que, en su deseo de imitar más perfectamente a Cristo… santifican sus vidas, a la vez que enriquecen con una pluralidad de carismas la vida de la Iglesia». 

«Quienes, como yo, hemos tenido la ocasión de conocer de cerca la labor de los consagrados tenemos, desde luego, muchas razones para la gratitud; tantas que necesitaríamos varias vidas para expresarlas», continúa De Prada.

Esta gratitud, sin embargo, matiza el pensador, «no nos exime de señalar lo que consideramos fallas en la vida consagrada; la principal de las cuales es lasecularización o asimilación al mundo«.

Respuesta a un religioso marianista

Las críticas expresadas por De Prada la semana pasada no sentaron bien en algunos ambientes religiosos. Es el caso del marianista José María Salaverri quien, según el nuevo artículo aparecido este lunes 30 le reprocha sus referencias a los «estragos que esta secularización ha causado en la vida consagrada». 

De Prada señala al respecto que «algo, en efecto, ha debido de ocurrir en el seno de la vida consagrada para que, por ejemplo, los padres marianistas que, allá por 1959 alcanzaban la cifra de 3.110, fuesen en 2010 apenas 1.320, con una media de edad mucho más elevada; un descenso del 57,5 por ciento en apenas medio siglo creo que es unaexpresión innegable de crisis, que por supuesto tiene razones muy diversas y complejas (empezando por las demográficas) que afectan también —aunque no en igual medida— a otras realidades de la Iglesia. Sabemos bien que cantidad no es sinónimo de calidad, pero tampoco podemos olvidar que la experiencia de un ideal —sobre todo de un ideal comunitario— sólo puede adquirir perfección si son muchos los individuos que se comprometen con él».

De Prada subraya que todas las reformas que durante siglos se produjeron en el seno de la vida consagrada «siguieron una tendencia común de lo menos difícil a lo más difícil«. Sin embargo, apunta, «esta tendencia se quebraría en el último medio siglo, en la que las reformas han tenido una tendencia descendente de dulcificación de la disciplina, relajación en la observancia de los votos y progresiva mundanización, palpable en aspectos aparentemente accidentales, como el abandono del hábito, signo de la libertad de la Iglesia, ajena a modas y costumbres, en medio del mundo; pero los cambios accidentales acaban inevitablemente transformando la esencia«.

Lea el artículo completo de Juan Manuel de Prada aquí.

En busca de la perfección

Sor Audrey Hepburn, y luego un coloquio sobre los consejos evangélicos y la imitación de Cristo

«Lágrimas en la lluvia», el programa de Juan Manuel de Prada en Intereconomía TV, aborda este domingo la vida consagrada.

Actualizado 28 enero 2012

ReL

La imitación de Cristo mediante la práctica de los consejos evangélicos (pobreza, castidad y obediencia), buscando la propia perfecciónmediante la santificación, es la esencia de la vida consagrada en la Iglesia.

A sus diversas formas y carismas, a su razón de ser hoy como ayer y a los problemas que la afligen -desde la mundanización al hundimiento de las vocaciones- se dedica este domingo 29 de enero, a las cuatro de la tarde, el programa de cine y coloquio de Juan Manuel de Prada en Intereconomía TV,Lágrimas en la lluvia.

La soirée arranca con una auténtica obra maestra de Fred Zinnemann (1907-1997), Historia de una monja [The nun´s story], rodada en 1959 por un director que abordó en más de una ocasión -con desigual fortuna desde un punto de vista doctrinal, pero siempre con una inconfundible personalidad- las espinas de la entrega a Dios y las exigencias de la conciencia. Suya fue también Un hombre para la eternidad, que relató en 1966 el drama de Santo Tomás Moro.

Historia de una monja está protagonizada por Audrey Hepburn (1929-1993), en el inolvidable papel de la Hermana Lucas. Inolvidable como lo fueron casi todos los que representó como indudable estrella de los años cincuenta y sesenta: desde Vacaciones en Roma (1953) con Gregory Peck, por la que recibió un Oscar a Sabrina (1954) con Humphrey Bogart, desde Charada (1963) con Cary Grant al musical My Fair Lady(1964) con Rex Harrison, y por supuesto Desayuno con diamantes (1961).

Tras la película, el coloquio que presentan Prada María Cárcaba contará con cuatro intervinientes que encarnan modalidades distintas de la vida consagrada.

Santiago Cantera Montenegro, benedictino, prior de la Abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos y director de su escolanía. Doctor en Historia por la Universidad Complutense de Madrid, ha sido profesor en la Universidad San Pablo-CEU. Es autor de quince libros, entre ellos La crisis de Occidente, San Benito o el Medievo en su plenitud, Historia breve de la caridad Así iban a la muerte. Testimonios jóvenes de la guerra de España, este último de reciente aparición.

Carmen Álvarez Alonso, doctora en Teología Dogmática por la Universidad Pontificia Salesiana de Roma y profesora en la Facultad de Teología San Dámaso, de Madrid, en el Instituto Lumen Gentium de Granada y en el Pontificio Instituto Juan Pablo II para estudios sobre el Matrimonio y la Familia. Es autora de El Espíritu Santo y la virginidad oLañas (libros de meditaciones escritos en colaboración con Juan Pedro Ortuño). Es laica consagrada, dentro de la Asociación Pública de Fieles Mater Dei.

Paloma Carrillo, enfermera, de las Esclavas Carmelitas de la Sagrada Familia, instituto religioso al que pertenece desde su fundación. Desde hace dos años es la formadora de postulantas y en la actualidad cursa un máster en Acompañamiento y Discernimiento Espiritual en la Escuela de Formadores de Salamanca, dependiente de la Compañía de Jesús. 

José María Rodríguez Olaizola, jesuita, es licenciado en Sociología por la Universidad de Salamanca y en Teología por las Universidades Comillas de Madrid y Berkeley (California), donde se especializó en Sociología de la Religión. Actualmente trabaja en pastoral con universitarios en Valladolid y en la editorial Sal Terrae. Ha escrito, entre otros libros, En tierra de nadie, La alegría, también de noche o Un mapa de Dios: en busca de las estructuras de salvación.