Categoría: Tercer Secreto de Fátima
¿Qué haría BXVI durante la consagración?
Ayer, la noticia de que «el Papa Emérito Benedicto XVI SE UNIRÁ AL LLAMADO del Papa Francisco EN ORACIÓN con respecto a la consagración de Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María«.
Por lo tanto, NO ASISTIRÁ directamente a la consagración, y NO ESTARÁ FÍSICAMENTE PRESENTE en la ceremonia en la Basílica de San Pedro. Él «se unirá a la llamada», no a la «intención», es decir, «responderá a la llamada» de Bergoglio, en oración. Pero, ¿CÓMO lo hará?
Por lo tanto, se abren dos posibilidades espejo: ¿puedes creer que el Papa Benedicto se adhiere voluntariamente a la iniciativa de Francisco (tal vez, haciendo válida la consagración?) O, como explican los teólogos, que él, por el contrario, ejerciendo su poder «Kathecontico«, pretende mitigar con una ORACIÓN DE REPARACIÓN, la grave «provocación celestial» implementada por Bergoglio.
Hasta donde sabemos, Benedicto XVI, en el recinto de su capilla, bien podría hacer una oración específica para anular la ofensa contra María Santísima, quien, según la aparición de Fátima, pidió al PAPA LEGÍTIMO que consagrara a Rusia sola.
También en este caso, depende de ti elegir el bando: si creer en la primera o en la segunda posibilidad, pero tienes la enésima prueba de que el Papa Benedicto deja abierta una vez más la doble interpretación, de modo que solo «los que tienen oídos lo entiendan». Sin embargo, incluso esta ambigüedad constante, impensable para un gran teólogo que siempre es muy claro y preciso, habla claramente: si lo que dice una persona puede interpretarse de dos maneras opuestas cada vez, obviamente hay algo mal, ¿verdad? Esta actitud se explica sólo por la realidad canónica objetiva de la sede impedida, sobre la que hemos escrito abundantemente.
5 revelaciones sorprendentes del «tercer secreto» de Fátima

En el 2000, el entonces cardenal Joseph Ratzinger explicó los signos y los símbolos de las apariciones marianas
Durante todo el siglo pasado, individuos de todas partes del mundo han elaborado teorías para descifrar el mensaje oculto en los “tres secretos” de Fátima, pero sor Lucía dijo que la interpretación pertenecía no al vidente, sino a la Iglesia.
Toca a la Iglesia interpretar los diversos signos y símbolos de Nuestra Señora de Fátima para ofrecer a los fieles una guía clara en la comprensión de lo que Dios quiere revelar.
La Iglesia hizo exactamente esto en el 2000, cuando el entonces cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, escribió un largo comentario-interpretación a nivel teológico del famoso “tercer secreto”.
Al cardenal se le encargó que aclarara los signos y símbolos que se encontraban en las visiones de la Virgen, e hizo algunos descubrimientos extraordinarios.
Aquí cinco revelaciones sorprendentes que se desprenden del “tercer secreto” de Nuestra Señora de Fátima tal y como lo interpretó el cardenal Ratzinger (ahora papa emérito Benedicto XVI).
1¡ PENITENCIA, PENITENCIA, PENITENCIA!
“La palabra clave de este “secreto” es el triple grito: “¡Penitencia, Penitencia, Penitencia!”. Nos vuelve a la mente el inicio del Evangelio: paenitemini et credite evangelio (Mc 1, 15). Comprender los signos del tiempo significa: comprender la urgencia de la penitencia – de la conversión – de la fe. Esta es la respuesta correcta al momento histórico, que está caracterizado por grandes peligros, los cuales serán delineados en las imágenes sucesivas”.
El mensaje central de Nuestra Señora de Fátima era “Penitencia”. Ha querido recordar al mundo la necesidad de alejarse del mal y de reparar los daños provocados por nuestros pecados. Esta es la “clave” para comprender el resto del “secreto”. Todo gira en torno a la necesidad de penitencia.
2 NOSOTROS HEMOS FORJADO LA ESPADA DE FUEGO
“El ángel con la espada de fuego a la izquierda de la Madre de Dios recuerda imágenes análogas del Apocalipsis. Este representa la amenaza del juicio, que se cierne sobre el mundo. La perspectiva que el mundo podría ser carbonizado en un mar de llamas, hoy no parece ya que sea una pura fantasía: el hombre mismo ha preparado con sus inventos la espada de fuego. La visión muestra después la fuerza que se contrapone al poder de la destrucción — el esplendor de la Madre de Dios, y, procedente en cierto modo de ello, la llamada a la penitencia”.
Esta parte de la aparición tiende a ser la más angustiosa. Parece que Dios puede destruirnos a todos con una “espada de fuego”.
Pero el cardenal Ratzinger, sin embargo, subraya que la “espada de fuego” sería algo que creamos nosotros (como la bomba atómica) más que un fuego que desciende del cielo. La buena noticia es que la visión afirma que la espada de fuego se extingue al contacto con el esplendor de la Virgen, en conexión con la llamada a la penitencia. La Virgen tiene la última palabra, y su esplendor puede detener cualquier cataclisma.
3 EL FUTURO NO ESTÁ GRABADO EN PIEDRA
“Se subraya la importancia de la libertad del hombre: el futuro no está de hecho determinado de modo inmutable, y la imagen, que los niños vieron, no es un film anticipado del futuro, del que nada podría ser cambiado. Toda la visión sucede en realidad sólo para apelar a la libertad humana, para encaminarla en una dirección positiva… El sentido de la visión … es… el de movilizar las fuerzas del cambio al bien”.
Contrariamente a la convicción popular, las intensas visiones ofrecidas por Nuestra Señora de Fátima no son una previsión de lo que sucederá. Son una previsión de lo que podría suceder si no respondemos al llamamiento a la penitencia y a la conversión del corazón que la Virgen hace. Tenemos aún nuestro libre albedrío, y se nos exhorta a usarlo por el bien de toda la humanidad.
4 LA SANGRE DE LOS MÁRTIRES ES SEMILLA DE LA IGLESIA
“La conclusión del ‘secreto’… es una visión consoladora, que quiere hacer permeable al poder curador de Dios una historia de sangre y lágrimas. Los ángeles recogen bajo los brazos de la cruz la sangre de los mártires y riegan así las almas, que se acercan a Dios… Como por la muerte de Cristo, de su costado abierto, nació la Iglesia, así la muerte de los testigos es fecunda para la vida de la Iglesia. La visión de la tercera parte del ‘secreto’, tan angustiosa al principio, se concluye con una imagen de esperanza: ningún sufrimiento es vano, y precisamente una Iglesia sufriente, una Iglesia de mártires, se convierte en signo indicador para la búsqueda de Dios por parte del hombre”
Es verdad que la visión contiene mucho sufrimiento, pero no es en vano. La Iglesia puede tener que sufrir mucho en los años venideros, y esto puede no ser una sorpresa. La Iglesia ha vivido la persecución desde la crucifixión, y nuestro sufrimiento en la época actual producirá efectos positivos solo en el futuro.
5 TENED VALOR, YO HE VENCIDO AL MUNDO
“‘Mi Corazón Inmaculado triunfará’. ¿Qué significa? El Corazón abierto a Dios, purificado por la contemplación de Dios, es más fuerte que los fusiles y que las armas de todo tipo … El maligno tiene poder en este mundo … tiene poder porque nuestra libertad se deja continuamente separar de Dios. Pero… la libertad para el mal no tiene la última palabra. Desde entonces vale la palabra: ‘En el mundo tendréis tribulaciones, pero ánimo, yo he vencido al mundo’ (Jn 16, 33). El mensaje de Fátima nos invita a confiar en esta promesa”
Para concluir, el “secreto” de Fátima nos da esperanza en este mundo lacerado por el odio, por el egoísmo y por la guerra. Satanás no triunfará, y sus planes malvados serán obstaculizados por el Corazón Inmaculado de María.
Podrá haber sufrimiento en el futuro próximo, pero si nos agarramos a Jesús y a Su Madre saldremos victoriosos.
Cómo la Virgen María puede evitar la Tercera Guerra Mundial
El tercer secreto de Fátima reveló que el resplandor de Nuestra Señora podría detener un potencial conflicto global
Las revelaciones privadas de Nuestra Señora de Fátima a Sor Lucía pueden ser perturbadoras para algunos, ya que muchos creen que partes de sus mensajes ya se han cumplido, mientras que otros piensan que los mensajes parecen predecir otra guerra mundial.
San Juan Pablo II abordó estas preocupaciones cuando publicó la tercera parte del “secreto” de Fátima en el año 2000. En este documento se registra la siguiente descripción de la revelación privada de Sor Lucía.
[Vimos] un Ángel con una espada de fuego en la mano izquierda; centelleando emitía llamas que parecía iban a incendiar el mundo; pero se apagaban al contacto con el esplendor que Nuestra Señora irradiaba con su mano derecha dirigida hacia él; el Ángel señalando la tierra con su mano derecha, dijo con fuerte voz: ¡Penitencia, Penitencia, Penitencia!
Cómo se puede prevenir la Tercera Guerra Mundial

Marko Vombergar – ALETEIA.ORG-(CC BY-NC-SA 2.0)
El cardenal Joseph Ratzinger, futuro papa Benedicto XVI, escribió un comentario sobre la “espada de fuego” y cómo apareció Nuestra Señora de Fátima para predecir una nueva guerra mundial.
Y dijo que esta catástrofe potencial podría ser detenida por Nuestra Señora y su llamado a la penitencia. Examinemos ahora más de cerca las imágenes individuales:
“El ángel con la espada de fuego a la izquierda de la Madre de Dios recuerda imágenes análogas del Libro del Apocalipsis. Este representa la amenaza del juicio, que se cierne sobre el mundo. La perspectiva que el mundo podría ser carbonizado en un mar de llamas, hoy no parece ya que sea una pura fantasía: el hombre mismo ha preparado con sus inventos la espada de fuego. La visión muestra después la fuerza que se contrapone al poder de la destrucción — el esplendor de la Madre de Dios, y, procedente en cierto modo de ello, la llamada a la penitencia”.
Ratzinger continúa explicando cómo esta guerra pendiente no está escrita en piedra, sino que puede prevenirse.
“Se subraya la importancia de la libertad del hombre: el futuro no está de hecho determinado de modo inmutable, y la imagen, que los niños vieron, no es un film anticipado del futuro, del que nada podría ser cambiado. Toda la visión sucede en realidad sólo para apelar a la libertad humana, para encaminarla en una dirección positiva… El sentido de la visión … es… el de movilizar las fuerzas del cambio al bien”.
La clave
La clave, según estas revelaciones privadas de Fátima, es seguir las palabras de Nuestra Señora y luchar por la conversión personal y comunitaria, practicando la penitencia por nuestros pecados y volviendo el corazón a Dios.
Siempre hay esperanza. El cardenal Ratzinger terminó su comentario con las siguientes palabras de Jesús.
Os he dicho esto para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis aflicción, pero tened ánimo, yo he vencido al mundo.
Juan 16,33
El hombre veraz sobre el Secreto de Fátima
por Oro Fino 13 junio 2017
El padre Ingo Dollinger, hijo espiritual del Padre Pío y uno de los protagonistas de mi libro El secreto mejor guardado de Fátima, convertido ya en el fenómeno editorial de espiritualidad del año en España, falleció el domingo pasado en Alemania a los 88 años de edad. Y no rindió su alma ante el Altísimo en un día cualquiera, sino en la festividad de la Santísima Trinidad nada menos, tras recibir la Sagrada Comunión y la Unción de Enfermos.
Dollinger se convirtió, sin quererlo, en noticia de primera página al desvelar que su amigo del alma Benedicto XVI le aseguró que el Tercer Secreto de Fátima no había sido revelado en su totalidad.
Le faltó tiempo a la Oficina de Prensa del Vaticano, dirigida entonces por Federico Lombardi, para desmentir sus palabras. La nota de prensa atribuía a Benedicto XVI, inmerso en su retiro voluntario en el monasterio de clausura Mater Ecclesiae, situado en el interior del Vaticano, unas declaraciones en las que calificaba de “puras invenciones” los rumores sobre la existencia de una parte del Secreto no revelada.
El Papa emérito aseveraba, según el comunicado, que “la publicación del Tercer Secreto de Fátima es completa”. El Vaticano trataba así de salir al paso de un artículo publicado por la doctora alemana en Historia y Literatura francesa, Maike Hickson, en el cual recogía la explosiva conversación telefónica que ella mantuvo con su paisano sacerdote Ingo Dollinger, gran amigo de Benedicto XVI durante muchos años.
El padre Dollinger le confirmó inopinadamente a su interlocutora los siguientes hechos, los cuales plasmaba ella así en su artículo recogido en el portal One Peter Five:
“No mucho tiempo después de la publicación del Tercer Secreto de Fátima –escribía Hickson-, en junio de 2000, por la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal Joseph Ratzinger le aseguró al padre Dollinger durante una conversación personal ¡que todavía hay una parte del Tercer Secreto que no se ha publicado! “Hay más de lo que hemos publicado”, manifestó Ratzinger.
“También le dijo a Dollinger que la parte publicada del Secreto es auténtica y que la parte no publicada del Secreto habla de “un mal Concilio y una mala Misa” que habrían de venir en un futuro próximo.
“El padre Dollinger me dio permiso para publicar estos hechos en esta fiesta del Espíritu Santo y me dio su bendición”.
Advirtamos que la credibilidad del padre Dollinger estaba fuera de toda duda. Ordenado sacerdote en 1954, fue secretario durante muchos años del Obispo de Augsburgo, Josef Stimpfle. Participó también en los debates de la Conferencia Episcopal alemana sobre la masonería, celebrados en la década de los años setenta, tras los cuales se declaró que aquella secta era incompatible con la fe católica.
Más tarde, fue profesor de Teología Moral en el Seminario de la Orden de los Canónigos Regulares de la Santa Cruz, perteneciente al Opus Angelorum. Y lo más importante de todo: Dollinger era hijo espiritual de San Pío de Pietrelcina, a quien tuvo como confesor durante más de diez años.
¿Un hombre así, sumido además en su ancianidad y físicamente tan delicado, iba a ser capaz de hacer esas declaraciones a la doctora Maike Hickson sobre un asunto de tanta trascendencia como el Tercer Secreto de Fátima, comprometiendo además a su amigo del alma Benedicto XVI, si era todo una burda mentira?
Por si fuera poco, recientemente el editor de la página web católica alemana Katholisches.info, Giuseppe Nardi, daba fe de cómo el 17 de enero de 2017 un íntimo amigo del padre Dollinger, de nombre Gottfried Kiniger, le dijo textualmente:
“No recuerdo la fecha exacta, pero aun así era en el año 2000, estoy seguro de eso. Todavía me acuerdo de la conferencia de prensa [sobre la publicación del Tercer Secreto de Fátima] en Roma, que se televisó. En el otoño, visité de nuevo, como siempre, a Dollinger, a quien tengo por amigo desde hace muchos años. En aquella ocasión me habló de su encuentro con el cardenal Ratzinger –entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe- poco después de la rueda de prensa [de junio de 2000]. Incluso después concelebró con él, cosa que por lo general Dollinger no hace, pero Ratzinger le había invitado a hacerlo. Después de la celebración de la Misa, Dollinger habló con el cardenal y sacó el tema de Fátima y del Tercer Secreto. Ratzinger le dijo: “Lo que hemos publicado no es todo el secreto” [Was wir veröffentlicht haben, ist nicht das ganze Geheimmis]. En la sacristía también estaban presentes otros sacerdotes, algunos de ellos de alto rango, a quienes el cardenal tuvo que atender de forma intermitente. Pero pronto volvió a Dollinger y le dijo: “Nos dieron instrucciones para hacerlo” [no publicarlo] [Es ist uns so aufgetragen worden].
Más claro, agua…
Fátima: la Iglesia, el Papa y el Apocalipsis
por Oro Fino 29 marzo 2017
La publicación de mi libro El secreto mejor guardado de Fátima (Grupo Planeta), cuya primera edición se ha agotado en tan sólo 24 horas, está removiendo ya millares de corazones.
Tal y como advierto en el prólogo, el libro no es en modo alguno un ataque a la Iglesia ni al Papa. Nada de eso. Se trata de una investigación ecuánime sobre un asunto que no es dogma de fe. Nada más leerlo, el gran vaticanista Marco Tosatti, experto mundial en Fátima, ha escrito: «Es un estudio admirable e impactante, que ayudará a la fe».
La celebración del primer centenario de las apariciones de Fátima no es comparable en modo alguno con cualquier otra efeméride mundial, como el Descubrimiento de América, la conquista del Polo Norte o el viaje a la Luna.
La diferencia fundamental entre las apariciones de la Virgen de Fátima a los tres pastorcitos Lucia, Francisco y Jacinta con cualquiera de las grandes hazañas de la humanidad estriba en que lo sucedido en aquel humilde y remoto lugar de Portugal, en la Cova da Iria, el 13 de mayo de 1917, constituye un hito único e irrepetible en la Historia del que no sólo depende el pasado del hombre, sino sobre todo el presente y el futuro de la Iglesia y del mundo.
Fátima no es así, aunque algunos se empeñen en hacer verlo, un acontecimiento sobrenatural reducido a clave pretérita. Y no lo es por dos razones esenciales: primero, porque constituye una invitación actual, o más bien un ultimátum, de Nuestra Madre del Cielo a la conversión de todos y cada uno de sus hijos a los que ama como ninguna otra criatura en el mundo y por eso mismo desea que se salven; y en segundo lugar, porque la Señora quiere avisarles del terrible castigo que asolará a la Iglesia y a la humanidad entera si el corazón de los hombres permanece cerrado con graves ofensas y absoluta indiferencia a Jesucristo, el Salvador.
Fátima es sinónimo de oración y penitencia, sin las cuales resulta imposible esa llamada a la conversión, ese regreso a Dios que conlleva abrirle de par en par el corazón sin condiciones; porque el verdadero Amor, con mayúscula, nada exige a cambio.
Pero hablar con ecuanimidad de Fátima significa también, cómo no, aludir al llamado “Tercer Secreto” o a “la tercera parte del Secreto”, como el lector prefiera. Supone quitarse la venda de los ojos y dejar a un lado cualquier prejuicio para poder comprobar que el Tercer Secreto no ha sido revelado todavía en su totalidad, pese a que la Virgen pidió que se diese a conocer hace ya cincuenta y siete años nada menos, en 1960.
Sabemos que el Vaticano publicó el Tercer Secreto en el año 2000 y que la interpretación teológica del mismo, a cargo del entonces cardenal Joseph Ratzinger, asoció su contenido con el atentado frustrado contra Juan Pablo II a manos del turco Ali Agca, el 13 de mayo de 1981.
Es decir, que según el análisis de Ratzinger, el Tercer Secreto de Fátima quedaría relegado así al pasado y, como tal, al más absoluto ostracismo. Pero en las siguientes páginas veremos que, lejos de ser una profecía ya cumplida, lo peor de la misma aún no se ha realizado.
Naturalmente, no se trata de una afirmación capciosa sino de una de las conclusiones a las que he llegado tras una exhaustiva investigación que me ha conducido hasta el mismo Padre Pío, canonizado por Juan Pablo II, precisamente, en 2002.
El lector accederá por fin ahora a la entrevista que mantuve en su día con don Gabriele Amorth, exorcista oficial del Vaticano, sobre la situación interna de la Iglesia, la consagración de Rusia al Corazón Inmaculado de María o el contenido del Tercer Secreto de Fátima.
Sus declaraciones, mantenidas en completo sigilo hasta su reciente fallecimiento por un elemental compromiso de discreción, armarán a buen seguro un gran revuelo mediático. Pero Dios quiera que las palabras de un sacerdote probo como Amorth, respaldadas por las revelaciones que le hizo en su día el Padre Pío, de quien era hijo espiritual, arrojen ahora luz sobre tantos escépticos o seguidores de la versión oficial, quienes, salvo contadas excepciones, ni siquiera se han tomado la molestia de indagar en la postura vaticana que de ningún modo constituye un dogma de fe.
Debe quedar claro así que discrepar de la versión oficial de la Santa Sede, tras escudriñar con rigor y profesionalidad en las apariciones de Fátima, no supone, como tal vez alguien malintencionado pueda pensar o decir, enfrentarse a la Iglesia ni mucho menos criticarla. Quien esto escribe, al margen de sus múltiples defectos, ama a la Iglesia instituida por Jesucristo y se declara obediente a Su Vicario en la tierra. Faltaría más.
Pero eso no significa, insisto, que no se pueda disentir de algunas interpretaciones que, como tales, son eso mismo: interpretaciones opinables.
El lector tiene ahora acceso a un documento excepcional, que podría corresponder a la parte no revelada del Tercer Secreto. Se trata de un texto de veinticuatro líneas, escrito en una sola hoja, que un perito calígrafo de la talla de Begoña Slocker de Arce concluye en su informe elaborado por encargo expreso del autor, que ha sido redactado por la misma mano que las dos primeras partes del Secreto, esto es, por la de Lucia de Fátima.
Sin entrar a valorar su autenticidad, en El secreto mejor guardado de Fátima me he limitado a transcribirlo en portugués y a facilitar a continuación su traducción al castellano, para tratar de interpretar finalmente algunos de sus pasajes más relevantes. Siempre con la cautela debida, tratándose de un tema tan delicado.
Hablar de Fátima es hacerlo también en clave apocalíptica, por supuesto que sí, por más que algunos huyan de este terrible calificativo. Incluido, claro está, el propio Juan XXIII, quien acuñó el término “profetas de calamidades” para referirse de modo implícito a los pastorcitos de Fátima y a los autores que, como el sacerdote mexicano Agustín Fuentes, postulador del proceso de beatificación de Jacinta y Francisco Marto, se situaban en la misma línea incómoda para un pontificado basado en el optimismo y en la renovación de la Iglesia.
Sin ir más lejos, Lucia relacionó de modo expreso el Tercer Secreto de Fátima con el Apocalipsis: “Está todo en los Evangelios y en el Apocalipsis. Leedlos”, indicó.
El hermano Frère Michel, uno de los más grandes expertos en Fátima, manifestaba que la religiosa se refirió en concreto a los capítulos VIII y XIII del Apocalipsis, cuya lectura no resulta muy edificante que digamos, pues versan sobre las plagas que asolarán la tierra y el Anticristo, respectivamente.
Más info en: www.josemariazavala.com
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