Defendamos a la Eucaristía

¿Qué hay en el Corazón de Jesús? Nostalgia por los que nunca van a verle a los Sagrarios y agradecimiento por los que van a hablar con Él. Deseamos ardientemente ser amados, pero no se nos ocurre buscar ese Amor verdadero en las Iglesias, donde una lamparilla indica que está el Santísimo Sacramento.

En la Eucaristía “sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos”, como diría Antoine de Saint-Exupéry (El Principito, cap. 21). Significa que el verdadero valor de las cosas no siempre es evidente

En la Eucaristía, Jesús nos da un amor desbordante. Jesús es luz del amor, todo lo que dice o hace lo hace por Amor. La Eucaristía es el Corazón de la fe, es el prodigio del Amor. Él nos llama con su Amor, para que luego lo difundamos.

La Virgen nos dice palabras de amor y de esperanza y pide rezar por los no creyentes. ¿Y quiénes son ellos? Los que no tienen a la Iglesia como Madre y a Dios como Padre. Los que dicen que no tienen pecados son no creyentes. No existe ningún hombre que no necesite acudir al Sacramento de la Reconciliación.  La confesión es muy importante. Los no creyentes son hermanos nuestros que tienen necesidad de nosotros. Debemos abrir nuestro corazón a ellos. La Virgen María llora lágrimas de sangre por ellos, porque son sus hijos también.

Tuvimos mártires en nuestra historia, de la que somos herederos. Somos lo que ha fructificado de esa semilla puesta por los mártires; por ello, hemos de entronizar la Eucaristía en nuestro corazón, en nuestra parroquia, en nuestros pueblos.

María desea reclutar almas fieles para esta defensa de la Eucaristía. La abominación de la desolación sería la abolición de la Eucaristía. Tenemos que defender la Eucaristía en nuestra propia vida. Dios nos pide llevar una vida limpia y, si no lo está, confesar nuestros pecados en el Sacramento de la Reconciliación. Vistiendo con indumentaria indecente podemos profanar la Eucaristía. El “ejército de los profanadores” ya está preparado, nos advierte nuestra Madre Santa María.

La Agenda 2030, preparada por la ONU, pretende destruir la civilización cristiana y construir una nueva sin Jesucristo. Como dijo el hombre que sabía más del Nuevo Orden Mundial, el Padre argentino, Juan Claudio Sanahuja, fallecido hace 5 años: “Quieren destruir cinco mil años de civilización”. Por eso hay que tener el corazón trabajando, amando. Hay que ser creativos para ayudar a que la gente encuentre al Señor.

Jesús se ha quedado de manera física entre nosotros. No nos puede dar igual comulgar que no comulgar, adorar que no hacerlo. No dejemos solo a Jesús en las capillas de adoración, para amarlo más y para evitar las profanaciones.

Cuando se cerraron las iglesias, en Polonia los fieles se pusieron a rezar fuera de ellas, entonces las abrieron y las iglesias estaban llenas.

Jesús le dijo a una vidente de Madrid: “Si no se hace la suficiente adoración, quizás no se lleguen a cumplir todas mis promesas”.

Estamos en tiempos difíciles, por eso lo mejor es ir a participar en la Santa Misa a diario, y sino, al menos hacer las comuniones reparadoras de los primeros viernes. Otro modo de reparar es rezando el Rosario en familia, y también, que haya la mayor pulcritud en el altar donde se celebra la Misa y en el alma de los participantes en ella.

Estamos en una hora gloriosa que lleva a la resurrección de la Iglesia, para ello, Dios quiere la eucaristización de la Iglesia. Los sacerdotes deben de tener mucha fe en Jesús sacramentado, y de allí sacarán fuerza y energía para su ministerio. Los fieles hemos de poner de nuestra parte para aumentar las Visitas al Santísimo, aunque sean visitas muy cortas, porque la realidad es que la Eucaristía es el centro del mundo. Podemos decir a Jesús: “Vengo con mucha ilusión a verte” o “Jesús, te acompaño. Señor, te amo”. Porque es cierto que, un acto de Amor a Dios borra mil ingratitudes.

El triunfo del Corazón de la Virgen se dará en lo escondido, es decir, se dará en los corazones; en cambio, el triunfo del Corazón de Jesús, no. La fe y la confianza en Dios es la llave que abre el Corazón de Jesús.

Queremos gente joven en las iglesias, parroquias y catequesis. La renovación de las parroquias se hace a través de la adoración eucarística. Los verdaderos cristianos no son normales, ¡son extraordinarios!

La llave falsa. . .

Nuestra Señora Reina de la Paz a Pedro Regis el 28 de mayo de 2022:

¡Ánimo, queridos hijos! Mi Jesús espera mucho de ustedes. Ustedes están viviendo en un tiempo peor que el tiempo del Diluvio, y Mis pobres hijos están caminando como los ciegos guiando a los ciegos. La clave falsa[1] no abrirá la verdadera puerta. Os pido que seáis hombres y mujeres de oración. No permitáis que las cosas del mundo os alejen de Mi Hijo Jesús. Yo soy vuestra Madre Dolorosa y sufro por lo que os pasa. Cuida tu vida espiritual. Es en esta vida, y no en otra, que debes testificar de tu fe. Conozco a cada uno de ustedes por su nombre y oraré a Mi Jesús por ustedes. Arrepentíos y buscad la Misericordia de Mi Jesús a través del Sacramento de la Confesión. No lo olvidéis: vuestra victoria está en la Eucaristía. ¡Adelante en defensa de la verdad! Este es el mensaje que les doy hoy en el nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reunirlos aquí una vez más. Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Estén en paz.

Notas

↑1En el contexto de estos mensajes, la enigmática referencia a la «llave falsa» es probablemente una referencia a la futura usurpación del Papado (las llaves de Pedro) por un antipapa durante un próximo cisma de la Iglesia Católica. Nota del traductor.

Los miércoles y viernes pueden ser días penitenciales, sobre todo en cuaresma

La Virgen pide ayuno, sacrificio y dar limosna. Esto también nos lo ha dicho la Iglesia. Atender a los que Dios nos pone al lado. El pueblo Estuvo 40 años en el desierto y Jesús ayunó 40 días en el desierto. Hay personas que hacen 40 días de ayuno, y nos puede parecer mucho, a pan y agua. No es imposible, también lo podemos hacer mitigado, haciendo una comida al día, tomar un refrigerio en la mañana y otra en la noche. El ayuno lleva sanación personal y familiar.

Estamos en un momento difícil. Vamos a pedir luz al Espíritu Santo para que nos diga qué es sacrificio para nosotros.

En la Santa Misa, el sacerdote viste de morado en esta época que es color de penitencia. El ser humano necesita hacer sacrificios para ayudar a Jesús a hacer la redención. Cuando se habla de esfuerzo, de ascesis, hay gente que no lo quiere oír por comodidad, cuando Jesús dijo que “hay demonios que sólo se pueden expulsar con la oración y el ayuno”. Hay que quitar las inclinaciones al mal con ayuno y penitencia. Así se abre un cauce a la luz. El Papa ha pedido ayuno para parar la guerra en Ucrania. Un mar de misericordia se abre con la muerte de Jesús en la Cruz.

¿Qué podemos hacer en Cuaresma? Dios quiere que nos convirtamos, que dejemos el pecado, que usemos el sentido común para prepararnos en estos tiempos. La conversión es hacer la voluntad de Dios en todo momento.

La Virgen María nos habla de tener humildad, amor de Dios y espíritu de penitencia. El ayuno y la oración son necesarios para todo cristiano. No podemos vivir como paganos. Los países en vías de desarrollo, con desnutrición, ya ayunan. Podemos compartir de lo que tengo o renunciar a un manjar para cederlo a quien lo necesita. Si tenemos más de lo necesario, lo donamos a quien lo necesita.

La Virgen sabe lo que Dios le permite. No debemos escudriñar el futuro y la providencia. El Señor provee, cuida a los suyos. Nos toca confiar en Dios.

Revisar nuestras actitudes, si hay rencor o falta de amor, tenemos que cambiarlas. Dios es amor, si no amamos a los demás, no estamos en consonancia con Dios, Él nos da su gracia para cambiar. ¿Por qué no fructifica ese amor en mí? Pensarlo. Hay personas que traen heridas de su infancia, tienen un bloqueo afectivo, y no saben qué hacer. Incluso pueden desarrollar una obsesión compulsiva. Hay que saber que sólo Jesús nos puede curar.

El enemigo es el demonio, y él sí que quiere hacernos daño, y nos ronda. No nos corresponde saberlo todo, si alguien nos daña hay que dejarlo a la misericordia de Dios y no juzgar. Dios ama a esa persona como te ama a ti. En toda persona humana hay una semilla de Dios, toda persona es bella. Si no amo a mis enemigos, no me he convertido. Si hago la voluntad de Dios Él me dará la fuerza. Si no te pones en camino y no pones esfuerzo, no vas a tener la fuerza para hacer el bien. El perdón a los enemigos lo tengo que trabajar.

El demonio empezó con fomentar la comodidad y el buen comer, haciendo ver que es bueno. Entra por una vía peligrosa porque nunca se conforma con un poco, quiere más. Luego viene la avaricia, tener y tener (autos, aparatos, etc). Y por último la soberbia. El hombre cree que no necesita de Dios y hace un Dios a su medida. Casos de estos se han dado en toda la historia, pero ahora se ha generalizado, y esto empezó en los hogares. El demonio ha metido en la familia a los tres enemigos del alma: demonio, mundo –lo mundano- y la carne. Si la familia no es fiel a su misión, los hijos se empiezan a corromper.

Si el demonio ve una familia fuerte, huye. ¡Qué miedo le provoca! Hay familias que frenan la concupiscencia y fomentar el amor y la solidaridad entre ellos.

El Señor fue perseguido, maltratado y llegó a la Cruz. Las persecuciones son un don de Dios (Cfr. Mc 10,28). Con ellas nos podemos parecer más al Señor. El mejor sacrificio es buscar la Voluntad de Dios y hacerla.

Ver Instrucciones para el Reino nuevo en https://vdcj.org  Décima instrucción.

La importancia crucial del Sacramento de la Confesión

En el episodio de hoy, la Madre Miriam cierra la semana leyendo una historia de los Cuentos Católicos para Niños y Niñas de Caryll Houselander y hablando sobre la importancia crucial del Sacramento de la Confesión.

VÍDEO:

https://www.lifesitenews.com/episodes/catholics-god-is-waiting-for-you-in-the-confessional/

Un sacerdote ofrece consuelo en la calle a los pecadores napolitanos

Confesionario de Caminar: Un sacerdote ofrece consuelo en la calle a los pecadores napolitanos

El padre Michele Madona, párroco de Santa Maria di Montesanto, no esperó más al final de la pandemia y salió a las calles con su confesionario «itinerante» en Nápoles, Italia.

Además de administrar la Santa Cena, comenzó a ofrecer consuelo a muchas personas que acuden a hablar con él para descargar sus problemas, sin ser necesariamente católico.

En el Evangelio, Jesús pide salir a evangelizar.

Cuando comenzó a sacar el confesionario a las calles, el padre Michele Madonna comenzó a darse cuenta de que en estos tiempos la gente lleva mucho dolor dentro, porque la emergencia sanitaria ha causado divisiones, angustia y soledad; problemas para los cuales Dios es una respuesta.

«Cuando salgo a la calle a confesar», dice, «noto la necesidad de Dios de la gente; Nunca tengo un minuto libre cuando estoy allí: muchos sienten, al verme, la necesidad de acercarse a la Santa Cena. He visto venir gente que se había unido a sectas satánicas, miembros de la Camorra… He visto a personas perdonar de corazón a los asesinos de sus padres…».

Habla de que si bien los napolitanos siempre han sido personas fantásticas y hospitalarias, y que Nápoles ha sido un lugar donde todos los visitantes se sienten felices porque son bienvenidos, ahora lo que se ve en la ciudad es «un gran cierre» debido al miedo.

En cuanto a la presencia del padre Michele Madonna en las calles, el medio de comunicación Il Mattino señala que el tema va más allá de la administración de los sacramentos, porque su presencia allí ofrece tranquilidad a la gente en un momento de gran tensión. «La gente se detiene, lo saluda e incluso habla con él durante varios minutos sobre sus preocupaciones».

Teniendo en cuenta que hoy más que nunca los fieles necesitan sacerdotes, ha salido a la calle con su confesionario «itinerante».

Al respecto, el sacerdote señala que, sentado en la silla que sale a la calle como confesionario, notó que la gente se le acercaba y le hablaba como si siempre lo hubieran conocido. «Me sonrieron como le hubieran sonreído a un amigo, estaban tranquilos a pesar del covid; al menos durante unos minutos, parecía ser un miedo menos inminente de lo habitual».

El padre Michele Madonna señala que los fieles necesitan sacerdotes más que nunca, «deben sentirse tranquilos por nuestra presencia: no podemos abandonarlos cuando deberíamos ser indispensables.

Este sacerdote que ha ganado gran fama con su confesionario «itinerante» afirma que «cuando me di cuenta de que confesar fuera de la iglesia sería más seguro para todos, no dudé en hacerlo».

Dos veces por semana, el P. Michele Madonna, párroco de Nápoles #Italy, sale a la calle a confesarse.

Para la auténtica liberación

Existe la enfermedad, la angustia, la fatiga, la contrariedad, el dolor…, pero el mal, lo que se dice mal, sólo hay uno: el pecado. El pecado es lo que verdaderamente esclaviza al hombre. Quizá por ello, cada vez que un sacerdote, en nombre de Jesucristo, nos absuelve de nuestros pecados, se da una “liberación”, nos devuelve la libertad que Cristo ha ganado para nosotros.

San Juan Pablo II decía que la persona que sabe confesar la verdad de la culpa y pide perdón a Cristo, acrecienta la propia dignidad humana y da muestras de grandeza espiritual (Dublín, 29-IX-1979). Sin estas palabras: “Padre he pecado”, el hombre no puede entrar en el misterio de la muerte y de la resurrección de Jesucristo, para sacar de él los frutos de la redención y de la gracia. Hasta que el alma no llega a ver la propia iniquidad, hasta que el corazón no se manifiesta contrito en la Confesión, hasta entonces el edificio interior es precario.

En el siglo I, muchos pensaban que el Mesías vendría a salvarlos de la tiranía del César, pero la misión de Él era salvarlos de una tiranía mucho más grande, la del pecado.

San Juan Crisóstomo dijo: “Los sacerdotes han recibido un poder que el mismo Dios no ha otorgado a los Ángeles o a los Arcángeles…, son capaces de perdonar los pecados”.

Arrepentirse —afirma el filósofo Alfonso López Quintas ─ es un acto que implica cierta dosis de creatividad. El que se arrepiente de haber adoptado una conducta determinada asume su vida pasada como propia y decide configurar su vida futura conforme a un proyecto existencial distinto. Estos dos actos sólo son posibles si uno es capaz de sobrevolar su vida, valorarla, discernir si sigue una vía recta o falsa, (…) sentirse responsable de las actitudes adoptadas en el pasado y estar dispuesto a cambiarlas por otras más ajustadas a las exigencias de la propia realidad.

En la confesión no se realiza un diálogo humano, sino un diálogo divino: nos introduce dentro del misterio de la misericordia de Dios. Jesús dio a los Apóstoles el poder de perdonar los pecados. “Reciban el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados, a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar ” (Jn 20,22-23). Los únicos que han recibido este poder son los Apóstoles y sus sucesores.

Es interesante notar que Jesús vinculó la confesión con la resurrección (su victoria sobre la muerte y el pecado), con el Espíritu Santo (necesario para actuar con poder) y con los apóstoles (los primeros sacerdotes): el Espíritu Santo actúa a través de los Apóstoles para realizar en las almas la victoria de Cristo sobre el pecado y sobre la muerte.

Un converso, Patrick Madrid, relata su experiencia en pocas palabras: “La conversión es una forma de martirio. Requiere que uno se rinda ¾en cuerpo, mente, intelecto y fe a Cristo. Demanda docilidad y apertura total a ser llevado hacia la verdad aunque para muchos la verdad se halle en la dirección “hacia donde nadie quiere ir” (Jn 21, 18-19).

Cada uno de nosotros está llamado a abrazar el martirio. Los católicos están llamados a rendirse diariamente a su llamada a la santidad en medio del mundo. Los no-católicos son llamados también, pero primero tienen que atender a la invitación de Jesús para entrar en la plenitud de la verdad ¾la Iglesia Católica. Para algunos este acto es fácil y pleno de alegría. Para muchos, es detestable. Pero el martirio es también gozoso, es como la muerte del grano de trigo que debe morir para dar fruto.

El demonio es enemigo del hombre. Satanás es el trono del orgullo, y la única arma para derrotarlo es la humildad. Y la confesión nos ayuda a vivir la humildad porque reconocemos lo que está mal y pedimos perdón. No se trata de qué tan santo es el sacerdote ya que él perdona por el poder de Dios, importa más quién soy yo. Al recibir la absolución quedamos desencadenados, pero el alma está débil, por eso necesitamos la Eucaristía. ¡Si supiéramos lo que es la Presencia real de Jesús en la Eucaristía, quedaríamos en éxtasis nada más pisar la iglesia!

Santo Tomás escribe que sólo hay dos bienes que pueden presentarse como absolutos, y, por lo tanto, guiar el resto de las acciones: la gloria de Dios o la propia estima.

Carlos III fue un monarca muy débil, borbón. En su lecho de muerte no encontraba la paz. Le llevaron a un franciscano que le dijo: “Majestad, Dios escribe nuestros pecados sobre arena, y basta una lágrima para que los borre”. Y eso le ayudó.

Nuevo proyecto de ley en Wisconsin amenaza el sacramento de la confesión

La legislación propuesta refleja el proyecto de ley de Confesión de California, que finalmente se retiró antes de que se pudiera votar

Se han presentado un par de proyectos de ley a la legislatura de Wisconsin en un aparente esfuerzo por ayudar a las víctimas de abuso infantil. La primera, llamada Ley de víctimas infantiles, aboliría el estatuto de limitaciones para enjuiciar el abuso sexual infantil; la segunda, la Ley del Información Obligatoria del Clero, obligaría a los sacerdotes a denunciar tales casos cuando se conozcan en el confesionario.

Perry West, de CNA, informa que ya existe una ley conocida como La Ley de Información Obligatoria del Clero, aprobada en Wisconsin en 2004. Sin embargo, la iteración actual no requiere que los miembros del clero denuncien todo lo que descubren durante la Confesión. En el estado de Wisconsin, los clérigos ya se consideran “informadores obligatorios” en casos de abuso, junto con médicos, maestros y consejeros.

Kim Vercauteren, directora ejecutiva de la Conferencia Católica de Wisconsin, explicó a CNA que “se necesita hacer más” por las víctimas de abuso sexual infantil. Vercauteren, sin embargo, afirmó que la confidencialidad ofrecida por la confesión permite una transparencia entre los fieles y el sacerdote. Sin esa atmósfera, le preocupa que la interferencia del gobierno pueda erosionar la oportunidad de la absolución.

“Si miras la enseñanza católica, [la confesión] es en última instancia entre la persona y Dios, y el sacerdote actúa como intermediario en esa relación. La necesidad de mantener el secreto y ser sincero en esa circunstancia es una especie de premisa de la confesión, de que esta es la oportunidad de descargar por completo tu alma”.

Vercauteren continuó señalando que la anterior Ley de informes obligatorios del clero, de 2004, ya obligaba a los sacerdotes a denunciar el abuso infantil cometido por otros clérigos. Según ella explica a CNA:

“Si tienen un caso razonable basado en la información recibida o las observaciones hechas para presumir que está ocurriendo el abuso infantil o ocurrirá, tienen que informar de ello, así como si tiene que ver con otro miembro del clero”.

El año pasado, se presentó un proyecto de ley similar en la legislatura de California, pero finalmente se retiró antes de que pudiera llegar a una votación. El arzobispo José Gómez de Los Ángeles considera el proyecto de ley

“una amenaza para el sacramento de la confesión que habría negado el derecho a confesiones confidenciales a sacerdotes y decenas de miles de católicos que trabajan con sacerdotes en parroquias y otras agencias y ministerios de la Iglesia”.