Nueva pelicula del director de «La Ultima Cima»

Del director de La Última Cima

Un prostituto, una punky y una empresaria masona a la gran pantalla de la mano de Cotelo

El cineasta está retocando los últimos detalles de la película-documental que podría llegar a los cines en seis meses.

Actualizado 13 junio 2011

Gilberto Pérez/ReL

El joven y exitoso director de cine Juan Manuel Cotelo, gestor del fenómeno cinematográfico La Última Cima está ultimando su más reciente creación, una película sobre conversos de nuestros tiempos, con la que, espera, se removerán muchos cimientos.

En entrevista con Cierzo y Abrego, Cotelo explica que la idea de la película surgió de un «encuentro casual» y que también «casualmente» ha dado con doce conversos, de ocho países diferentes, «a los que no he buscado». «Cuando he sido yo quien tomaba la iniciativa para dar con alguien, no lo he conseguido», comenta.

Un delincuente, un homosexual prostituto, una empresaria masona, una punky
En la entrevista, Cotelo ha adelantado algunos de los protagonistas de la película. Entre ellos destaca, por ejemplo, un líder de una pandilla de delincuentes en Colombia y que hoy es sacerdote. El día en que anunció a la pandilla que se había hecho cristiano, le dijeron: “Estás muerto. Te has pasado al enemigo.” 

Otro es un homosexual que ejerció la prostitución en México y Los Ángeles y que actualmente dirige un grupo de oración, con noventa homosexuales y lesbianas. 

La película mostrará también el testimonio de una empresaria que pertenecía a la masonería y predicaba contra la Iglesia Católica. Una mujer que se divorció dos veces y abortó otras tres. 

Finalmente, da a conocer que el film presentará la historia de una chica que vivía en Barcelona en una comuna punky. 

«Para todos supuso un cambio radical y todos reconocen hoy que les mereció la pena cualquier dificultad, porque no se compara con la paz encontrada», apunta Cotelo.

¿Cómo son estos conversos y sus conversiones?
Al referirse a los elementos comunes en el proceso de conversión de las personas con las que ha hablado, Cotelo señala que éste «no se parece en nada a un proceso intelectual, sino más bien a un enamoramiento progresivo».

«No son personas -explica- que ahora crean en Dios, como quien acepta una idea nueva que antes ignoraban. No es eso. Su cambio no les ha llevado a ir a Misa, a rezar por las noches y a aplaudir al Papa. Es más que eso. Son personas que han transformado su vida completamente, tras descubrir que Dios les quiere tal como son… a pesar de ser como son».

«Todos ellos son anti-héroes, pecadores que estaban en las antípodas de un modelo atractivo de vida. Y siguen siendo pecadores. No se han convertido en héroes, sino en personas que confían en la misericordia de Dios. Es llamativo ver que ahora se tutean con Dios, a quien tratan como a un amigo, con quien se enfadan y discuten, a quien cuentan las cosas más cotidianas de su vida. En cuanto al proceso de conversión, no hay dos historias iguales, aunque sí un elemento común: detrás de cada conversión está el modelo atractivo de un cristiano que les dio ejemplo de amor».

La Iglesia: «Lo más retrógrado, decadente y aburrido»
El encuentro de Cotelo con estos conversos le ha servido para entender sus puntos de vista y opiniones antes de sus conversiones. Por ejemplo, menciona que la Iglesia era para ellos «lo más retrógrado, decadente, antipático y aburrido que podía existir» y que «todos ellos pensaban encontrar la felicidad en el sexo, en el dinero, en la libertad de movimientos, en la falta de compromisos, en el éxito profesional».

¡Si ellos han cambiado… cualquiera puede cambiar! 
Juan Manuel Cotelo reconoce que la realización de esta nueva película está suponiendo una experiencia que espera que cambie su propia vida. «¡Es impresionante descubrir que, si ellos han cambiado… cualquiera puede cambiar!».

«Creo que ahí radica la fuerza de estas entrevistas. Ninguno de ellos predica, ninguno vende una teoría bonita. Se limitan a contar lo que les ha pasado… cómo viven ahora… y te das cuenta de que es verdad: son más felices ahora, tienen una paz que antes no tenían».

Un «producto de lujo» que estará listo en seis meses
Cotelo señala que podrá finalizar el film dentro de seis meses. «La fecha de finalización depende del proceso de financiación, puesto que quiero darle un acabado de lujo, y una campaña de lanzamiento de lujo. Porque un contenido de lujo, merece una puesta en escena de lujo. Aspiro a exhibir el documental en salas de cine, televisiones, DVD e internet».

Proyectos católicos de ayuda a prostitutas

Hay 40 proyectos católicos de ayuda a prostitutas

La Iglesia católica y sus asociaciones, contra los anuncios de sexo en la Prensa

Las entidades que trabajan con prostitutas denuncian la hipocresía de los periódicos, y E-Cristians recuerda que el plan del Gobierno contra la explotación sexual quedó en nada.

Actualizado 4 marzo 2011

Juan Cadarso / La Razón

Cáritas y las diócesis de España, junto con las órdenes religiosas católicas, mantienen abiertos cuarenta proyectos para ayudar a mujeres que ejercen la prostitución.

En la casa de Villa Teresita de Sevilla, de la congregación de las Auxiliares del Buen Pastor, la encargada del proyecto, Conchi Jiménez, critica con dureza a los empresarios de la Prensa que permiten la publicación de anuncios de contactos.

«El dinero es el que manda en todo esto, a los empresarios les da igual de donde venga, aunque sea de una forma de explotación a mujeres. Los empresarios no las consideran como personas sino como objetos. Estos medios de comunicación son cómplices totalmente de la explotación de mujeres.Estas personas son gente excluida, que tienen historias muy duras, de la noche a la mañana no se han ido a trabajar a la calle sino que han sufrido mucho. Quitar los anuncios está bien, aunque sólo es una parte de lo que hay que hacer: debemos atajar las causas y movilizarnos contra esta esclavitud», afirma.

En la diócesis de Orense, las Adoratrices del Santísimo Sacramento fundaron en 2008 el proyecto Erguete, que acoge a mujeres que ejercen la prostitución y les da apoyo psicológico y orientación para la inserción laboral. Del negocio de los anuncios de prostitución aseguran que «no es digno, ni lógico, porque te encuentras en unas páginas que han desarticulado una red de trata en Alicante y unas páginas más allá, anuncios de prostitución. Los empresarios de la Prensa, ¡qué van a decir! Ese tipo de anuncios es para ellos un beneficio económico, así que no los quitarán», lamentan.

Lo mismo piensan las trabajadoras del proyecto Damaris, de las Adoratrices de Sevilla, que desde 1999 atiende a prostitutas y reinserta a mujeres que salen de prisión. «Es una vergüenza que nos llamemos un país democrático y vendamos de esa forma a las personas», protestan. «Detrás de las excusas de los periódicos, de que mientras sea legal la prostitución los anuncios son legales, está siempre el dinero», añaden en Damaris.

Proxenetismo
Josep Miró i Ardèvol, presidente de E-Cristians y miembro del Pontificio Consejo de Laicos, recuerda a los empresarios de Prensa con anuncios de sexo que «la prostitución es legal, pero no lo es el proxenetismo ni la inducción a la prostitución.¿Los anuncios de contactos no forman parte de eso?»

Josep Miró considera que «rechazar la página de prostitución es caminar hacia la normalidad mediática, homologarse con Europa, porque España es el único país de Europa donde la Prensa seria lleva estos anuncios; ni «The Times», ni «Le Figaro», ni «Le Monde» los llevan. Sólo la Prensa amarillista y algunos periódicos españoles. Es un hecho singular que se da sólo en España».

Miró señala además que casi toda la prostitución en España está en manos de grandes grupos, porque traficar con chicas es más lucrativo y con menos riesgo penal que hacerlo con armas o droga. Es un sector que genera dinero negro, un foco de corrupción y un cruce de delincuencias». Miró denuncia que «los macroclubs se presentan como alquiler de habitaciones a mujeres, se disfrazan así para evitar el delito de proxenetismo». Algo parecido sucede con los anuncios de prensa. «La página de prostitución es para lucrarse con el drama de la prostitución», aclara.

El plan del Gobierno que quedó en nada
E-Cristians, que mantiene una campaña de concienciación sobre el tema, recuerda que «el Gobierno español elaboró un plan contra el tráfico de personas y la explotación sexual, hace ya dos años, con muchas medidas, y una de ellas era, como explicó la ministra Bibiana Aído por activa y por pasiva, actuar sobre los periódicos para que dejen de publicar anuncios de prostitución. Pues bien, el Gobierno, de esto, se ha olvidado absolutamente. Es un incumplimiento flagrante de su plan».

Los obispos: «los medios se convierten en cómplices del mercado de seres humanos»
La opinión de la Iglesia sobre la prostitución y anuncios de contactos en los medios es muy clara. En noviembre de 2010 el portavoz de la Conferencia Episcopal Española, Juan Antonio Martínez Camino, en declaraciones a LA RAZÓN calificaba la prostitución como actividad “inhumana” y “bochornosa” y pidió que la prostitución “pueda ser eliminada poco a poco por un consenso moral que se refleje en disposiciones legales”.

Camino aseguró que los obispos españoles mantienen la posición que expresaron en 2001 en el documento “El drama humano y moral del tráfico de mujeres”, en el que afirmaban que los medios de comunicación, “mediante los anuncios de ofertas sexuales, se convierten, en función de los ingresos económico, en cómplices de este mercado de seres humanos”.

En estos mismos términos también se refirieron en un documento de noviembre Cáritas, la conferencia de religiosos, Justicia y Paz y los secretarios de las migraciones y pastoral social de la conferencia episcopal española.  La acusación de «cómplices» resuena desde la jerarquía hasta las asociaciones que trabajan a pie de calle.

Prostitución en la UNED

Actualizado 10 diciembre 2010

Nicolás de Cárdenas (REL)


Ojiplático me quedo cuando me ha llegado una información sobre un curso que va a impartir la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) en Lugo.

El título ya dice bastante: «La prostitución en pisos de contactos: una visión socio-antropológica». El título por sí sólo de este curso, impartido por una institución pública (pagada por todos nosotros), no nos permite dirimir su sentido, su profundidad, su alcance.

Por otra parte, cuando uno accede a la información que se facilita, se asegura que está dirigido a quien desee «tener conocimiento de del fenómeno de la prostitución desde una perspectiva social y antropológica, lejos de estereotipos y prejuicios al uso».

Esto tampoco nos lleva a condenar de primeras el curso. Sin embargo, sí hay datos que nos dan más luz.

El encargado de impartir las cinco horas de contenidos relativos a la prostitución en pisos es un sociólogo y abogado lucense que responde al nombre de José López Riopedre. Se trata de un personaje conocido por su defensa de la despenalización de la venta de sexo, un sucio -en todos los sentidos- negocio.

Y tenemos más respuestas que nos ayudan a comprender en profundidad la gravedad de este curso. La información ofrecida por la UNED asegura que uno de los objetivos es desvincular la prostitución de la trata de mujeres. Mujeres, todo sea dicho de paso, que son clasificadas a estos efectos como ganado estabulado: Blancas, negras, asiáticas y del Este.

Digamos algo sobre la prostitución:

  • Es una tragedia social.
  • Mueve 18.000 millones de euros al año en nuestro país.
  • El mayor negocio en negro de España.
  • Una pesadilla en la que se ven envueltas 400.000 personas entre mujeres (360.000), hombres y travestis que venden sus cuerpos en nuestras calles y en más de 3.600 burdeles, pisos, saunas, parques o poligonos industriales.
  • Apesta. No es justificable, en ningún caso.
  • El hombre que usa de ella no es digno de ser llamado tal.
  • En el caso de los hombres casados, supone además una traición a sus mujeres, una infidelidad, una infamia.
  • La mujer es cosificada, pateada, arrastrada.
  • No es un trabajo voluntario. Nunca. Es esclavitud.
  • Pone en peligro la salud física, por mucho plástico que se utilice.
  • No ayuda al equilibrio emocional necesario para vivir plenamente.
  • Frivoliza el sexo, que es de las pocas cosas que de verdad pueden considerarse serias y divertidas a la vez.
  • Se desenvuelve por lo general en lugares llenos de suciedad (también en todos los sentidos). Sórdidos todos ellos.

Si alguien está interesado en llamar, escribir o protestar a los responsables del curso que invita a «no criminalizar» la prostitución, tiene información aquí.

 

Una joven se escapa de una secta satánica

EN LA REGIÓN ALEMANA DE MÜNSTER

Una joven se escapa de una secta satánica y revela lo vivido: sacrificios humanos, prostitución…

Su padre la introdujo en la secta muy joven para que sus dirigentes hicieran con ella lo que quisieran.

Actualizado 8 septiembre 2010

RIES/Deutsche Welle World

Es materia de aburridas películas de Hollywood: sectas donde adoradores de Satanás beben sangre de animales y hacen sacrificios humanos durante ceremonias especiales. Sin embargo, para Laura, que nació en uno de estos mundos en la región de Münster, en Alemania occidental, es algo más real. Ella se las arregló para escapar de la secta, pero fue un proceso largo y doloroso.

Introducida por su padre
«Mi padre era muy respetado en la secta y empezó a entrenarme a edad muy temprana para hacer lo que quería el círculo», explicó. «Eso me permitía que yo lo pudiera aguantar todo, cualquier cosa que se hiciera conmigo, no llorar o gritar ni responder al dolor, y que yo no diría nada a nadie fuera del grupo. Se suponía que debíamos hacer lo que el Poder Superior quisiera».

Prostitución en el nombre de Satanás
Este Poder Superior era Satanás, y Laura se vió obligada a aceptar el dolor, la tortura y la violación en su nombre. Pero también significaba que tenía que llevar una vida paralela al exterior, presentándose como una colegiala normal; pero en secreto, era sirvienta en las misas negras y los rituales satánicos. «Debía ser obediente a los hombres», dijo. «Cuando tuve que prostituirme me dijeron que el Poder Superior quería que el círculo (el grupo satánico) tuviera dinero». El dinero fue directamente a las arcas del grupo, y fue el grupo quien eligió a los clientes.

Una brutalidad
La especialista en religiones de Marburgo, Adelheid Herrmann-Pfandt, dijo que los padres de Laura la expusieron a un culto satánico, lo que es especialmente preocupante ya que celebra una forma especialmente brutal del satanismo y se mantiene fuera de la vigilancia de la sociedad. «Aquellos que llevan a cabo estas prácticas tan extremas no son reconocibles en la sociedad», dijo Herrmann-Pfandt.

«No van por ahí con crucifijos al revés en sus manos. Desean permanecer por debajo del barrido de la detección del radar durante toda su vida, sin que se les detecte.»

Bebés que desaparecen
Brigitte Hahn, la comisionada de la diócesis católica de Münster coincide. Comentó que unas 30 víctimas de estos cultos satánicos han buscado la ayuda de su oficina. Algunas de las mujeres describieron misas negras que también incluían abortos rituales e incluso el asesinato. «Hay ceremonias especiales de fecundidad para las mujeres y otros rituales para la entrega de los bebés y el sacrificio de ellos», dice Hahn. «Los embarazos se mantienen en secreto, los bebés nacen, y desaparecen.»

En 2008, Hahn envió alrededor de una encuesta a 2.000 médicos y terapeutas en el estado de Renania del Norte-Westfalia, del que Münster forma parte. Cerca de 120 respondieron diciendo que había pacientes femeninas que habían sufrido la violencia de los grupos satánicos.

Niños sacrificados
Alfons Strodt, capitular de la diócesis católica de Osnabrück, ha ayudado a antiguos miembros de cultos satánicos durante años. Ha recopilado también los dibujos que han hecho de los rituales: imágenes de niños tumbados en un altar o atados a una cruz. «Al principio, tuve que procesar todo esto solo», dijo, y agregó que «le llevó mucho tiempo hasta que otros en la Iglesia comenzaron a creerle. La gente me decía que dejara de inventar esas historias».

«Estoy agradecido de que nuestro obispo y el vicario general me crean, y se den cuenta que es un tema que ya no puede quedar en la oscuridad», dijo. «Ahora las víctimas pueden obtener la ayuda que necesitan.»

Constante estado de miedo
Sin embargo, debido a que muchas de las víctimas están traumatizadas y han enfermado mentalmente, es difícil determinar si sus relatos reflejan fielmente la realidad. «Ofrecer apoyo a las víctimas es también un reto», dijo Strodt.

«Nos amenazaron con que nuestras iglesias volarían por los aires con bombas, o que las prenderían fuego», dijo. «Yo estaba bajo vigilancia. Esto tiene su precio; es la sensación de que están siempre cerca, y eso da miedo.»

Mantener un registro
«La gente no puede permanecer en silencio sobre el fenómeno del satanismo», dijo la experta Herrmann-Pfandt, que investiga lo que ocurre en estos grupos. «Esto trata sobre experiencias trascendentales, y la sangre a menudo desempeña un papel importante», dijo.

«Algunas personas dicen que se intensifica la experiencia, y les pone en un estado de excitación. Y las sectas juegan a eso.»

Laura dijo que el punto de inflexión llegó cuando se suponía que debía tener un hijo para el círculo de sus padres satánicos. Entonces huyó de la secta, y ahora vive en un refugio de alta seguridad para mujeres traumatizadas.

Aunque ella no ha presentado cargos contra sus padres ha dejado registrado todo lo ocurrido ante un abogado. «En el caso de que muera, aunque pareciera que es un accidente o un suicidio, todos los datos serán enviados a la oficina del fiscal de distrito», dijo. «Es mi forma de seguro de vida, para que no crean que puedan hacerme algo o puedan asesinarme».

Prostitución homosexual salpica al Vaticano

La Santa Sede expulsa a un miembro de Capilla Giulia como sospechoso en la trama

El escándalo sobre prostitución homosexual salpica al Vaticano

Chinedu Thiomas Ehiem facilitaba encuentros homosexuales a Angelo Balducci

El Vaticano ha expulsado a un miembro del coro de la Capilla Giulia, cuyo nombre aparece en la investigación de la trama de corrupción en las obras del G-8 como el hombre que facilitaba encuentros homosexuales a Angelo Balducci, ex presidente del Consejo Superior de Obras Públicas italiano.

Se trata del nigeriano Chinedu Thiomas Ehiem, de 40 años, quien aparece en las conversaciones telefónicas intervenidas por la Fiscalía de Florencia y que fueron publicadas por los medios locales.

Según la Fiscalía florentina, Ehiem y el italiano Lorenzo Renzi eran dos intermediarios que buscaban jóvenes para encuentros homosexuales con Angelo Balducci, el principal implicado en el escándalo del G-8.

De acuerdo con esas filtraciones publicadas por la prensa local, las conversaciones telefónicas desvelaron que Ehiem y Renzi son «dos sujetos que pueden formar parte de una red de explotadores y encubridores de la prostitución masculina que actúa en Roma«.

Chinedu Thiomas Ehiem «no es un religioso, ni un seminarista«, han señalado este miercoles fuentes vaticanas al confirmar la noticia de su expulsión del coro. La decisión la ha tomado, según los medios italianos, el arcipreste de la basílica de San Pedro, cardenal Angelo Comastri, aunque el Vaticano oficialmente no ha hecho declaración alguna.

Angelo Balducci era presidente del Consejo Superior de Obras Públicas. Fue arrestado el pasado 10 de febrero pasado por su supuesta implicación en la trama de corrupción en las obras para construir las instalaciones de la cumbre del G-8 que debía celebrarse en La Maddalena en julio de 2009 y que finalmente tuvo lugar en L’Aquila.

En este mismo escándalo de irregularidades en la concesión de contratas públicas está también presuntamente implicado el jefe de la Protección Civil italiana, Guido Bertolaso, quien supuestamente recibió favores sexuales a cambio de concesiones en la organización de la cumbre.

Según las investigaciones de la Fiscalía de Florencia, Chinedu Thiomas Ehiem era uno de los hombres que proporcionaron a Balducci jóvenes de los que facilitaba detalladamente todos sus datos físicos y prestaciones, entre otras informaciones.

(RD/Agencias)

Ángel del Este

Un taxi se detiene en la oficina de correos de una población decadente cerca de la costa del Mar Negro, en Rumania. Una adolescente pálida y delgada se desliza por la puerta.

Por John Dyson

En el desvencijado Audi plateado de detrás, Iana Matei arranca el motor.

Iana, de 50 años, lleva cuatro horas preocupada porque la chica de 15 años que ella conoce sólo como Mihaela no ha aparecido. Los traficantes que habían forzado a la niña a ser una esclava del sexo durante los dos últimos años la han amenazado con arrastrarla con el coche hasta la muerte si intenta escapar. ¿Habrán descubierto su plan?

Pero ahora, con el corazón latiéndole con fuerza, Iana tiene otra preocupación. ¿Tendrá la niña la oportunidad de escapar? Al principio, corre hacia la oficina de correos, pero pronto se vuelve hacia atrás. Se da la vuelta y se precipita hacia el coche. Con un chirrido de neumáticos, Iana se pone en marcha. Rechinando por las esquinas, sale de la ciudad.

Por el espejo retrovisor, ve el taxi que la persigue. El taxi retrocede pero Iana sigue su camino por si el conductor avisa por radio a otros coches para que la sigan.

Suena el móvil de Mihaela. “Pásame con la puta rubia”, ladra una voz estridente. Iana se pone al teléfono y oye a un hombre: “Tráela de vuelta o serás pasto de tiburones”.

Iana tira el móvil al suelo. A las afueras de la ciudad se para en un café de autopista. “Bueno, los hemos perdido”, dice a la asustada chica. “Ahora estás a salvo: vamos a cuidar de ti”.

Desde su refugio secreto en la desangelada ciudad de Pitesti, conocida por la industria de la automoción, al noroeste de Bucarest, Iana Matei lucha contra los traficantes de esclavas del sexo que se aprovechan de niñas y jóvenes en toda Europa del Este.

Con una franca mirada azul y pelo rubio hasta los hombros con flequillo, Iana es aparentemente adorable. Pero cuando se trata de salvar a niños de la forma más brutal de esclavitud en Europa, se convierte en un león.

Cuando cuatro hombres intentaron irrumpir en el refugio que dirige para víctimas del tráfico sexual a la 1 de la mañana, bloqueó el coche con el suyo, mantuvo cerradas a patadas las puertas del coche mientras los hombres intentaban salir y soltó tal serie de insultos que los hombres se dieron media vuelta.

Nada le indigna más que la actitud de la policía. Dicen que estas niñas son prostitutas y que no hay nada que hacer. “Siempre es más fácil culpar a las víctimas. Estas chicas son víctimas de terribles abusos. No quieren ser prostitutas, pero están atrapadas y no tienen salida. Y sólo son niñas”.

Según UNICEF, unos dos millones de niños en todo el mundo están atrapados en el comercio sexual. La organización francesa de derechos humanos Terre des Hommes estima que en Europa del Este se trafica todos los años con 6.000 niños entre los 12 y los 16 años. La mayoría vienen del sureste.

“Sabemos que cientos de niñas de los países del este europeo se ven obligadas a prostituirse después de haber sido engañadas y atraídas hacia los países occidentales más ricos con promesas de trabajo que resultan ser falsas”, afirma Iana. “Encerradas, agredidas y obligadas a practicar sexo, se convierten en esclavas: no hay otra palabra para definirlo”.

En once años, Iana ha rescatado y recuperado a al menos 420 víctimas. Y más aún, ahora con formación, trabajo y a menudo hijos propios, siguen en contacto con ella.

Las chicas llegan a ella de diferentes maneras. Algunas se las entrega las policía de toda Rumania. Muchas las mandan las agencias que repatrían a las niñas de otros países, como el Ejército de Salvación en Gran Bretaña. “Y a algunas, las tengo que raptar”, admite.

La historia de Mihaela* es típica. A los 13 años, se escapó de su casa en Bucarest después de discutir con sus padres. Una mujer de mediana edad la encontró llorando en la calle y se la llevó a su casa, le ofreció un té, su compasión y un lugar donde quedarse. Pero unos meses después le dijo: “Ahora tienes que pagar”.

La aterrorizada niña fue trasladada hasta Turquía por la hija de la mujer, quien la introdujo en una red de comercio sexual. Meses más tarde fue arrestada y enviada de vuelta a Rumania por la policía. Pero la mujer fue con ella y su hijo se la llevó a España. Allí, un cliente se quedó horrorizado al darse cuenta de que se había acostado con una menor de 15 años, cuando su pasaporte (falso) decía que tenía 21. Le dio un billete de autobús para Rumania y le enviaba dinero a una oficina de correos todos los meses.

Pero su odisea no había acabado. Mientras compraba el pan, fue de nuevo secuestrada. Encerrada día y noche en un almacén donde recibía a los clientes, sólo la dejaban salir para recoger el dinero de la oficina de correos. Cuando finalmente se las arregló para telefonear al amigo en España, éste se las apañó para que su abogado le diera el número de móvil de Mihaela a Iana.

Tras su rescate, Iana ofreció a Mihaela una habitación en el refugio de Reaching Out, una casa de dos plantas con seis dormitorios en la ladera de una colina a las afueras. Durante un año, vivió bajo los cuidados del equipo de trabajadores sociales a tiempo completo de Iana con otras 17 niñas, aprendiendo a limpiar, cocinar y a administrarse su dinero; algunas fueron al colegio y otras encontraron trabajo.

Con un perro y sus seis cachorros corriendo alrededor, Iana abraza a tres de sus niñas. Natasha, violada por su padre durante cinco años, vendida a un traficante de Bucarest, se refugió en una comisaría de policía. Bianca, llevada a Italia, golpeada, violada con una botella de plástico y salvada por un cliente. Ana María, madre soltera, llevada a Dinamarca con la promesa de un buen trabajo, pero forzada al comercio sexual en Copenhague, se refugió en una comisaría de policía.

“Piensas que has oído todo lo que puede hacer esta gente, pero de repente sucede algo nuevo que te vuelve a destrozar”, afirma Iana. Como lo que le pasó a una niña que cruzó la frontera Serbia con una amiga para trabajar en un restaurante. Cuando les dijeron que tenían que ser prostitutas, las niñas se rieron y dijeron que debía haber algún error. El jefe sacó una pistola y disparó a una de las niñas matándola al instante. Con la pistola aún caliente le dijo a la otra: “¿Tienes algo que decir?”

Educada en Transilvania, donde su padre era entrenador de fútbol, Iana se sacó el título de restauradora de arte y viajó por el país trabajando en antiguas iglesias. Se casó, tuvo un hijo y empezó a trabajar en una oficina.

Pero tras unirse a una manifestación contra el traspaso de poder antidemocrático después de que el dictador Nicolae Ceaucescu fuera ejecutado en 1989, huyó a Yugoslavia cuando se enteró de que la policía la estaba buscando. Envuelta en un amargo divorcio, Iana sabía que un solo día en la cárcel afectaría su petición de custodia de Stefan, su hijo de dos años.

Cuando la Agencia de Refugiados de la ONU la contrató como intérprete, se las arregló para meter en el país clandestinamente a su hijo para que se reuniera con ella. Después se fue a la ciudad australiana de Perth.

Como madre, estudiante de psicología y contable en una empresa, pasó una época muy dura. De algún modo, encontró también tiempo para cocinar para los niños de la calle que vagaban por la estación del tren y con algunos amigos fundó una organización llamada Reaching Out.

Después de unas vacaciones con Stefan en Rumania en 1998, Iana no podía dejar de pensar en los niños desesperados que había visto viviendo en el alcantarillado de Bucarest.

De vuelta a Bucarest y Pitesti, Iana trabajó en hogares para niños de la calle y se dio cuenta de que la mayoría habían huido de los orfanatos. Allí los encerraban todo el invierno para que “no se enfriaran”. Carecían de cariño, autoestima y algo que hacer.

Iana organizó un equipo de voluntarios para que visitaran a los niños.

Al ganar reputación por su trabajo, un día de enero de 1999, recibió una llamada de teléfono que le cambió la vida. Era de la comisaría de policía. “Hemos detenido a tres putas apestosas y no las queremos meter en el coche”, dijo un oficial. “¿Puede traernos algo de ropa limpia?” Las “putas” resultaron ser tres niñas aterrorizadas de 14, 15 y 16 años. “¿Cómo os metisteis en esto?”, preguntó Iana. “Fuimos vendidas y compradas”, contestó una.

Incrédula, Iana las escuchó. La más joven contó su historia. Amenazada de violación por su padre, huyó donde una amiga que trabajaba en un bar, quien conocía a una familia que necesitaba una casera. Tras una sola noche en la casa, la llevaron a un restaurante de carretera con un gran aparcamiento para camiones y la vendieron al propietario por unos cien dólares. Fue encerrada tras una puerta que sólo se abría para dejar entrar a los camioneros en busca de sexo. Se escapó y llegó a una comisaría. Le dijeron que volviera antes de meterse en problemas. Fue detenida con sus dos compañeras unos días después cuando la policía hizo una redada en el lugar.

Iana se puso roja de indignación. “¿No se dan cuenta?”, sermoneó a la policía. “No son prostitutas: ¡son sólo niñas viviendo una pesadilla!”.

Iana supo que no había una sola organización para ayudar a estos niños. En pocos días le dio a Reaching Out el estatus de ONG legal. Con una donación de 300 dólares alquiló un apartamento durante tres meses y las tres niñas —que actualmente llevan una vida normal y han tenido sus propios hijos— fueron sus primeras residentes.

La raíz del problema del tráfico sexual, asegura Iana, es la ruptura familiar. Miles de rumanos van a la recogida de la fresa en España, por ejemplo, así que dejan a sus hijos con los abuelos o los amigos. Se presiona a los niños para que dejen la escuela y ganen dinero. Y ahí es donde empiezan los problemas.

En 2001, Iana fue con una cámara oculta a un restaurante de carretera, un área para camiones en Macedonia. Corriendo un gran riesgo, grabó secretamente a las niñas bailando para los clientes. Envió la película editada a los colegios con un folleto en el que ofrecía comprobar los puestos de trabajo ofrecidos en otros países antes de que las niñas abandonaran sus casas. Pero hubo pocos que aceptaron la oferta.

Los gastos anuales de 80.000 euros de Reaching Out los cubre una organización estadounidense cristiana que lucha contra el tráfico humano. Aunque creyente practicante, Iana asegura que no hace esto por Dios. “Lo hago porque soy un ser humano”, dice. “Dios nos pone en la tierra para que cuidemos unos de otros”.

También trabaja con agencias internacionales entre bastidores. Testificó ante el Gobierno de EEUU sobre la situación en Rumania, trabajó con agencias como la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, y fue miembro del grupo de expertos que asesoraba a la OTAN contra el tráfico sexual. Ha recibido reconocimientos de EEUU y Gran Bretaña.

En un bonito lugar en la montaña está construyendo un hotel que espera financie su trabajo. También proporcionará a los agricultores locales un mercado de alimentos para que no tengan que salir al extranjero a trabajar, pero como otros muchos en Rumania, estos proyectos están rodeados de funcionarios corruptos.

Mientras tanto, la procesión de víctimas continúa. En 2006, rescató a una chica de 16 años que estaba embarazada de mellizos. Las dos niñas nacieron dos meses antes y su madre se dio a la fuga. Para tener cualquier posibilidad de sobrevivir necesitaban amor y cuidados, así que Iana las adoptó como sus propias hijas. Tras una feroz batalla, las mellizas están saliendo adelante. “Me derrito con ellas”, sonríe su madre.

Para esta campeona luchadora por las víctimas del comercio sexual, el trabajo nunca acabará. “Mis planes son trabajar hasta que tenga 100 años y luego divertirme”, dice a las niñas. “Me subiré en una Harley Davidson con una minifalda de cuero y aterrorizaré a vuestros maridos, así que estad atentas”.

“Estás lo suficientemente loca para hacerlo”, dicen las niñas riendo.

«El crucifijo es el signo del perdón y el amor»

«He sacado a seis personas de la prostitución»

José Manuel Horcajo, párroco en Puente de Vallecas, ha salvado del abismo a miles de personas

Redacción, 29 de diciembre de 2009 a las 09:20

En Vallecas, distrito más grande de Europa (300.000 almas) triplica los

José Manuel Horcajo

feligreses con su admirable labor. Mientras los curas proletarios han tenido que cerrar sus parroquias por falta de clientela, la iglesia de San Ramón Nonato, en Puente de Vallecas, que rige el sacerdote José Manuel Horcajo, es el último reclamo espiritual para muchas personas abocadas a los agujeros negros de la vida.

Lo entrevista Antonio Astorga en Abc.

-Usted creó el Centro de Orientación Familiar de Delicias. ¿A cuántas almas descarriadas ha ayudado a salir del abismo?

-Entre divorcios, rupturas, malos tratos, separaciones, infidelidades, prostitución dentro del matrimonio, alcoholismo, drogadicción, adolescentes embarazadas abocadas al aborto… unas quinientas. Como sacerdote, entre mil quinientos y dos mil hogares me han abierto su corazón: te llevan a los sótanos de sus vidas, a lo más oscuro y tétrico.

-¿Qué milagro vende usted?

-Nada, ninguno. Ayudamos a la gente a reorientar su vida. Una señora me vino un día y me dijo: «Ayer estuve ejerciendo la prostitución porque no llego para pagar el alquiler». Ella quería recuperar su dignidad. He sacado a seis personas de la prostitución.

-¿Dónde llega la miseria?

-Mire, una mujer me dice un día: «Mi hija la compré por una caja de cervezas». Me explicó que ella trabajaba en un bar, y llegó un viajero ambulante con un bebé. Como su esposa le dejó, él por su trabajo no quería a esa niña y le contó que la iba a dejar tirada por ahí. Entonces le propuso que se quedara con su hija a cambio de una caja de cervezas. «No podía permitir esa maldad», me explicó quien hoy es una madre excepcional.

-¿España es o no es atea?

-Cuando llega la crisis se descubre la paz que da Dios. Los pobres necesitan a Dios.

-O sea, que los ricos lo tienen crudo, ¿no?

-Ya lo dijo Jesús…

-Que les iba a ser muy difícil entrar en el Reino de los cielos…

-Cuando uno está muy cargado de cosas, Dios no cabe.

-Su iglesia de San Ramón Nonato ha triplicado panes y peces…

-Tenemos despacho de atención a pobres y necesitados; repartimos ropa a 465 personas, un comedor de las siervas de Jesús da al día 200 comidas. Llevo en Vallecas ocho meses y las cosas se han triplicado: de niños de catequesis (se ha pasado de 57 a 215), de bautizos (de 15 a 55)…

-¿Cómo logró que cuatro porreros se confesaran en la iglesia?

-Un día en la calle vi a 5 chicos fumando porros. Les dije: «Aquí hay buena calidad, ¿eh?». Y se empezaron a reír. Al principio arremetían contra la Iglesia y los curas, y yo sonreía; luego les pregunté por su familia y me dijeron que se aburrían. Yo les confié que lo que más me gusta es confesar, y me siento bien. ¿Queréis probar?». Uno salta: «Pues no me vendría mal». Se confesó, salió feliz y dijo al resto: «Esto mola un montón». Cuatro se confesaron.

-Y encauzó a una mujer que le lanzaba la plancha a su marido.

-Me dijo que su marido la dejó, y descubrí que ella le pegaba a él, le insultaba y le tiraba la plancha a la cabeza. Él fue al hospital con una raja considerable, pero no se atrevió a denunciarla. La tranquilicé y empezamos una terapia de educación de modales. Reconquistó a su marido y hoy es un matrimonio feliz; ella se dedica a detectar problemas en las mujeres, y me las trae.

-¿El caso más trágico?

-Una mujer maltratada viene a última hora y me dice que no vuelve a casa. Su hijo no había cenado. Entonces la trato de convencer de que denunciara a su marido diciéndole que no se merecía eso. Lo hizo. Ahora están bien.

-Y sus problemas, ¿a quién se los cuenta un cura?

-A otro sacerdote. Mi problema es orientar. Pero no lo hago bien. Y eso me duele, porque Jesús lo haría muy bien.

Explican cómo salieron del «infierno»

HOY ESTÁN INTEGRADAS GRACIAS A LA FUNDACIÓN INTEGRA

Delincuentes, drogadictos y prostitutas explican cómo salieron del «infierno»

En el libro «Esquivando el destino» (LibrosLibres) de María Luz G. Sevilla, una decena de personas con serios problemas de integración relatan las experiencias que les condujeron a la drogadicción, a cometer delitos y a deteriorar sus vidas y las de sus familias.

Actualizado 24 diciembre 2009

Buena parte de los protagonistas del libro tienen antecedentes familiares y sociales problemáticos que les hacían proclives a caer en la precariedad económica o la inestabilidad psicológica. María, la primera persona que narra su experiencia, nunca ha sido drogadicta, pero cuatro de sus hermanos fallecieron por su adicción a la heroína.   Esta madrileña de 46 años tuvo que empezar pronto a ganarse la vida cuando su padre les abandonó a ella y a su familia. «Me hubiera gustado —asegura María— tener a mi padre que me dijera que tenía que ir al colegio porque era mi obligación, o que mi madre estuviera cuando teníamos que comer o que ir al médico… Y ahí no había nadie. Nos tirábamos todo el día en la calle».

Para ganar algo de dinero, María y su hermana mayor se prostituyeron: «Nos fuimos a la calle de la Montera y nos metimos en la prostitución. No conocíamos a nadie que lo hiciera, pero los hombres nos empezaron a decir que si nos íbamos con ellos nos daban dinero. Y ahí que nos metimos». Salió de ese mundo cuando se fue a vivir con quien hoy es su marido, después de casarse con él en un centro penitenciario.

Rocío, por su parte, perdió a su madre a los ocho años y abandonó la escolarización para dedicarse a las tareas domésticas: «Allí fue cuando empecé a desorientarme un poquito», dice esta andaluza de 39 años. Durante la adolescencia comenzó a consumir drogas. «Desde niña he sido puro nervio y la heroína ha sido mi tranquilidad. Me evadía de los problemas que tenía, de las discusiones con mi padre… Nunca me he llevado bien con él, siempre estábamos peleando. Me pegaba». Junto con su primer compañero sentimental y padre de uno de sus hijos, Rocío empezó a delinquir: «No me faltaba de nada porque me llevaba las 24 horas robando».

A causa de las condenas por tráfico de drogas, también terminó contrayendo el matrimonio en un centro penitenciario con su actual marido, que todavía cumple una condena de 20 años de prisión por diversos atracos.   También fueron las drogas las que condujeron a José Luis por el «mal camino». Con sus 22 años, José Luis afirma que «no me encontré a nadie que me llevara por el mal camino. No se puede decir que la culpa fuese de mis amigos. La culpa fue mía. Fue un problema de falta de personalidad y falta de madurez. Una persona puede nacer en una familia con problemas y no drogarse en la vida y uno puede nacer como yo en una familia estupenda y caer en la droga o en otras cosas».

En medio de la crudeza de muchas páginas del libro, se percibe la positiva labor que viene realizando la Fundación Integra: servir de nexo entre el mundo laboral y personas condenadas a la marginalidad y la exclusión. Más de un tercio de las 5.000 personas que ya han acudido a la Fundación ha encontrado trabajo y ha recibido una valoración positiva por parte de la empresa contratante. Integra (www.fundacionintegra.org) se encarga de constatar si la persona está en efecto rehabilitada, dispuesta a trabajar y a empezar de nuevo comprometiéndose con responsabilidad.

Que historias tan sórdidas y complejas como las narradas en «Esquivando el destino» hayan llegado a buen puerto pone de relieve el buen hacer de la Fundación Integra como la posibilidad real de un «final feliz» para cualquier trayectoria humana, por complicada que sea.

Es la fe de Benedicto la que pica piedras en Uganda

miércoles, 04 de noviembre de 2009
PaginasDigital.es


«Es Dios que actúa. Nuestra capacidad, por sí sola, no salva nada». Lo afirma Rose Busingye, fundadora del Meeting Point International de Kampala (Uganda). Este centro acoge a mujeres seropositivas, «mis mujeres», como dice Rose siempre que habla de ellas. Personas que han sabido encontrar en la fe cristiana una esperanza nueva de vida, la única respuesta creíble a la desesperación del abandono. Es en sus mujeres en las que siempre piensa cuando tiene que hablar de la fe, de la Iglesia, de la esperanza que Cristo representa hoy para el mundo, y para África. Rose ha participado, junto a otros invitados, en el Sínodo de Obispos africanos celebrado la semana pasada.

* * *

¿Qué ha significado para usted este Sínodo, a la luz de la experiencia de Iglesia que vive en África?

Entender que es Dios quien actúa. Nuestra capacidad, por sí sola, no salva nada. Percibes claramente una y otra vez nuestra incapacidad, y aun así ves cómo el cristianismo sigue avanzando igualmente. Toda la Iglesia en África está creciendo. Pero no somos nosotros quienes la sacamos adelante, es el Espíritu. Lo he visto claramente en el modo con que el Papa ha estado con nosotros durante el Sínodo.

¿Qué le ha llamado tanto la atención de la presencia del Santo Padre?

Él estaba con nosotros sin una programación de lo que debíamos hacer, sino sencillamente para hacernos compañía. Como un padre, que suscita en ti esa ternura que te hace preguntarte: ¿pero qué tengo que temer?

La primera preocupación, tratándose de una iglesia joven como la africana, podría ser la de «consolidar una iglesia futura». Pero la Iglesia no es ante todo una organización. La invitación del Papa, y su testimonio personal, ha sido su predisposición a aceptar la iniciativa de Dios sobre nosotros. En esta aceptación está el futuro —y el presente— de la iglesia africana.

Al escuchar los programas de desarrollo de los gobiernos y de tantas organizaciones, podría parecer que el primer desafío para África sea conseguir más dinero y más proyectos.

El hombre europeo lo tiene todo, ¿pero por qué entonces nunca está contento? ¿Cómo es que las calles están siempre llenas de caras tristes, de personas que no sonríen? Es porque en Europa se han olvidado de que lo que les hace felices es el proyecto de Dios, no el nuestro. Por el contrario, «mis» mujeres van a la cantera a picar piedras sonriendo y cantando. Aunque no hayan comido nada.

El mayor desafío en Occidente es que la sociedad ha abandonado sus raíces cristianas. Para la mayoría de las personas, el cristianismo no tiene nada que ofrecer a su humanidad. En África, ¿cuál es el desafío cultural más urgente para los católicos?

La fe en Cristo Jesús. Siempre digo que la fe es el fin de la esclavitud. Es abstracto —me dicen muchos—. Pero no es verdad porque un hombre que vive la fe lo ve todo como algo dado, recibido, y así disfruta. Disfruta del trabajo, de los hijos, de la creación. Para un hombre que vive la fe Dios es todo. Y es más libre.

Benedicto XVI, en su homilía de apertura del Sínodo, dijo de África que «su profundo sentido de Dios» es «un tesoro inestimable para el mundo entero» y que «desde este punto de vista, África representa un inmenso ‘pulmón’ espiritual para una humanidad que vive una crisis de fe y de esperanza». ¿Qué le parecen estas palabras?

Por esta razón es más fácil encontrar hoy a Cristo en África que en los países occidentales. Porque un africano tiene tal sentido del misterio que siempre es consciente de que pertenece a Otra cosa. Otra cosa más grande, más grande que su madre y que su padre. Este Misterio es Cristo presente, El que escucha a todos los corazones. Si lo encuentro, renueva mi identidad, el juicio que tengo sobre todas las cosas. Me doy cuenta de esto cuando miro a «mis» mujeres. ¿Ves? —me digo—, ¡siempre siguen adelante! No porque sean más inteligentes, sino porque son sencillas. La fe ha penetrado en su vida. Cuando el huracán sacudió Nueva Orleáns, ellas concebían a las víctimas como parte suya, aunque estuvieran en el otro lado del mundo. Y las ayudaron. Cuando conoces la fe, todo te pertenece. Es una mentalidad nueva, persuasiva. Te das cuenta, sencillamente, de que es más bello vivir como cristiano.

El lema del Sínodo decía «La Iglesia en África, al servicio de la reconciliación, de la justicia y de la paz». ¿La justicia y la paz son cosas por las que merece la pena dar la vida?

Pero la justicia, sin Dios, ¿qué justicia es? Lo dijo el Papa en la homilía del domingo. Si no está Jesús de Nazaret, ¿qué sentido tiene hacer proyectos? «He visto la miseria de mi pueblo… he oído su grito… conozco sus sufrimientos. He bajado para liberarlo». Puedo tratar bien a mi prójimo, pero con el tiempo me canso y entonces, ¿por qué debo seguir haciéndolo? Puedo hacer proyectos de caridad, pero a la larga no se sostienen. Pero si mi corazón vive de la fe, todo se hace más sencillo. Y sólo entonces te trato por lo que tú eres, porque tú también eres de Dios. Eres «divino», ¡también tú me perteneces!

En muchos países los cristianos son perseguidos. En el Sínodo se dejó oír el testimonio de monseñor Hiiboro Kussala, que contó cómo los cristianos son asesinados en Sudán. ¿Cómo viven el peligro del martirio los católicos que usted conoce?

Saben que pueden morir a causa de su fe, pero están tranquilos, porque si uno tiene un ideal para vivir, vale la pena morir por él. El problema, por el contrario, es cuando falta algo por lo que dar la vida. El dinero no nos hace felices porque quien tiene mucho dinero vive tan triste, o más, que los otros. Sólo el encuentro con Dios nos hace ser más hombres, y nos hace descubrir el valor de nosotros mismos. Es por eso que por Dios se puede sacrificar hasta la vida.

Para usted y para las mujeres que viven con usted, ¿qué significa encontrar personas que creen en otra cosa? En África hay mil credos diferentes.

Hay mil credos, pero todos se encuentran bien con nosotros. Es la prueba de que en realidad sólo en Cristo lo posees todo. He visto a muchos extranjeros sorprenderse, y darse cuenta de que es bonito estar con nosotros, sin prejuicios, sin proyectos.

¿Es una propuesta también para quien os odia?

Sí. Imagina a nuestras mujeres, que van a la cantera cantando cantos alpinos. Uno las ve, no entiende lo que dicen, pero se conmueve porque es hermoso cantar así. Un hombre que vive una relación con Dios atrae, atrae siempre. En Roma, durante el Sínodo, nunca estaba cansada cuando estaba el Papa. Ha sido precioso sorprender en él toda la ternura de un padre que mira a sus propios hijos.

Pero la experiencia del dolor y del mal da miedo, puede bloquearlo todo.

La fe lo vence todo. Si la fe no vence es que no es fe, sino un sentimiento. El Misterio de Dios atrae y cambia. Pero hay que dejarse cambiar. En vez de eso, nosotros medimos Su iniciativa, le ponemos condiciones: hacemos nosotros el proyecto del misterio, ¡le decimos dónde debe llegar y dónde no! Menos mal que no depende de nosotros, sino que «sopla donde quiere»: donde hay un corazón sencillo que lo escucha.

A su vuelta a Kampala, sus mujeres le preguntarán por lo que ha pasado, ¿qué les dirá?

Hablaré del Papa. Les diré que estoy tranquila porque en él tengo una guía segura. No tengo ningún miedo porque hay un hombre que vive más que ninguno la fe, y yo lo he visto. Debemos pertenecerle, a él y a su pueblo, a la Iglesia tal como es. Un hombre que vive la pertenencia a Cristo como la vive el Papa atrae, no puedes dejarlo.

Esta fidelidad de la que habla —del Papa a Dios y la suya personal al Papa— ¿no es algo extraña para la cultura africana?

No, porque no es algo exterior, que venga de fuera, de Europa o de la historia, sino de dentro de nosotros: uno lo descubre mirando cómo está hecho el corazón. Y nuestro corazón está hecho para encontrar a Cristo. Un hombre que pertenece, como el Papa, grita a Dios.

El mundo llega aquí y pretende decirnos lo que es bueno y lo que no. Reduce el problema de África al preservativo. No nos trata como hombres. Sin embargo, el Papa, con su mirada y su ternura de padre, es el único que nos quiere realmente bien. Es importante que el cristianismo —dijo el Papa una mañana— no sea una suma de ideas, sino un modo de vivir. El cristianismo es caridad, es amor, dijo. Y si la fe se transforma en caridad, no hay nada que pueda resistir.

Publicado originariamente, en italiano, en ilsussidiario.net

Enlace relacionado:

Intervención de Rose Busingye en el Sínodo sobre África, en Radio Vaticano

Protege a los niños mientras navegan en Internet

Davide, un sistema que protege a los niños mientras navegan en Internet

Tiene filtradas más de 12 millones de páginas y se ha constituido también en una escuela de la red para padres

Es mucho más que un filtro. Se llama Davide.it y protege a los niños (y a los no fichero_17109_20081204tan niños) mientras navegan en Internet. ¿Cómo lo hace? Los bloquea en caso de que ingresen a portales inconvenientes. Pero no es todo. Después de bloquearlos instaura un diálogo con ellos para hacerles reflexionar sobre el daño que se hacen quienes visitan portales que no debían, posibilitando además la interacción: el chico pregunta por qué ha sido bloqueado y Davide le ofrece respuestas y mejores sitios web para visitar.

Actualmente www.davide.it tiene filtradas más de 12 millones de páginas, funciona en toda Europa, en Sudamérica, en Nigeria, Ghana y Congo, y se ha constituido también en una escuela de Internet para los papás.

Y es que no es sólo la pornografía y la pedofilia –como muchos padres de familia piensan–; ahí están también todos esos portales que incitan a la violencia, a la bulimia y a la anorexia; y los que trafican la droga o se valen de la música y las imágenes invitando a probarla.

¿Cómo nació esta iniciativa que tanto bien está haciendo y cuál ha sido su desarrollo? La idea original es de un sacerdote católico italiano, don Illario Rolle, mejor conocido como ‘don internet’: “Hemos visto un volumen inmenso de material nocivo para los chicos. Santo Tomás decía que cuando el niño se sube sobre las espaldas del gigante, ve más lejos que el gigante”. Y como niño sobre las espaldas del gigante, echó a andar Davide.it en el año 2000, convirtiéndose en proveedores de este peculiar servicio y en constructores de nuevos portales.

Hoy por hoy, doce jóvenes colaboran con don Illario en el funcionamiento de David.it, pero en realidad, por su misma estructura, son muchos más los voluntarios que logran que el filtro de Davide crezca gracias a que funciona como una wikipedia, pero en versión filtros.

Davide.it está ayudando a los adolescentes, y también a los adultos, no tan sólo a evitar el mal, sino a buscar el bien: ir a la caza de virtudes y valores, de mensajes que ayuden a crecer humana y espiritualmente, a conocer los beneficios y los perjuicios de los que puede ser consecuencia un correcto o inadecuado uso de la world wide web.