IDS digital mundial

Poco después de que el COVID-19 se extendiera por todo el mundo, los líderes mundiales comenzaron a realizar un seguimiento de quién recibió la inoculación del virus de China y a prohibir que los no expulsados de las actividades sociales.

Joe Biden: «Vacúnate».

Tan pronto como los pinchazos de COVID contaminados por el aborto estuvieron disponibles, los gobiernos comenzaron a obligar a sus ciudadanos a vacunarse. Exigir pasaportes de vacunas era el siguiente paso lógico para los gobernantes que se extralimitaban.

La verificación de jab rápidamente se volvió digital y se convirtió en necesaria para muchas actividades sociales normales, un movimiento elogiado por las Big Tech. A los críticos les preocupa que esto pueda conducir a un sistema de crédito social, que es utilizado por el Partido Comunista Chino. El sistema chino recompensa o castiga a los ciudadanos en función de su adhesión a las normas gubernamentales.

En los Estados Unidos, las corporaciones ya están utilizando un sistema de clasificación conocido como puntajes Ambientales, Sociales y de Gobernanza, o ESG. Los puntajes ESG rastrean la huella de carbono, las opiniones políticas y la diversidad del personal de una empresa.

Una ley de la era Obama recompensa a los estadounidenses con exenciones fiscales si compran autos eléctricos o híbridos. Las aerolíneas ya están enumerando las emisiones de carbono de cada vuelo para que los viajeros las vean.

Neil Parmenter, ex CEO de la Asociación Canadiense de Banqueros: «Todos nosotros vivimos en un mundo digital. La identificación digital es una forma para que los canadienses se identifiquen ante el gobierno, las empresas y entre sí, electrónicamente».

En Canadá, el gobierno recientemente congeló las cuentas bancarias de los ciudadanos que protestaban contra los mandatos de salud. El psicólogo canadiense Jordan Peterson se dio cuenta de que cumplir con los mandatos tiránicos no resuelve el problema.

Peterson: «Me vacunaré, me dejas en paz. ¿Y eso funcionó? No».

Muchos se dan cuenta de que los pasaportes COVID pueden ser una base para construir identificaciones digitales globales y derribar las libertades en todo el mundo.

El católico apóstata Anthony Fauci, el magnate tecnológico Bill Gates y el Foro Económico Mundial han estado promocionando las identificaciones digitales como una forma de poner fin a la crisis del virus en China.

IglesiaMilitante

Atención La OMS avanza en el programa global de pasaportes de vacunas

Los gigantes tecnológicos y el gobierno de los Estados Unidos cooperan en las «tarjetas de salud SMART», y su uso se está extendiendo por todo Estados Unidos. Y tal vez el mundo.

Los países de todo el mundo están fregando totalmente sus medidas covid, los mandatos de máscaras y las reglas de distanciamiento social.

Los CDC han cambiado su guía sobre las dosis de vacunas y dijeron que las personas ya no necesitan usar máscaras. Boris ha hecho lo mismo, y (algunos) de los poderes de emergencia del Reino Unido van a expirar pronto.

Parece que el Covid ha terminado, y los buenos ganaron, ¿verdad?

Bueno, no exactamente.

La narrativa de la pandemia puede estar desapareciendo, pero ciertamente no sin dejar rastro. El Covid podría estar muriendo, pero los pasaportes de vacunas siguen muy vivos.

Esta semana, mientras los ojos del mundo están puestos en Ucrania y la próxima ola de propaganda, la Organización Mundial de la Salud está lanzando una iniciativa para crear una «red de confianza» sobre la vacunación y los viajes internacionales.

Según un informe en Politico publicado la semana pasada:

La OMS toma medidas sobre el ‘pasaporte’ internacional de vacunas»

El artículo cita a Brian Anderson, cofundador de la Iniciativa de Credenciales de Vacunación (VCI), que se describe a sí misma como:

una coalición voluntaria de organizaciones públicas y privadas comprometidas a empoderar a las personas con acceso a información clínica verificable, incluida una copia confiable y verificable de sus registros de vacunación en forma digital o en papel utilizando estándares abiertos e interoperables.

Son, para quitarle brillo a la agencia de relaciones públicas de esta frase, un proyecto conjunto corporativo / gubernamental que investiga y promueve documentos de identificación médica digital.

En definitiva, pasaportes vacunales.

El VCI ha existido desde enero de 2021, y su lista de «miembros» es muy reveladora, incluyendo Google, Amazon, docenas de compañías de seguros, hospitales, «empresas de bioseguridad» y aparentemente todas las principales universidades de los Estados Unidos.

Está dirigido por un comité directivo compuesto por representantes de Apple, Microsoft, la Clínica MAYO y MITRE Corporation, una organización de investigación multimillonaria financiada por el gobierno.

Anderson, quien fue empleado de MITRE antes de fundar el VCI, le dice a Politico que el sistema actual de registros internacionales de viajes y vacunas es:

fragmentado, no coordinado y hecho de nación a nación… Puede ser un verdadero desafío».

La discusión de un «Tratado Pandémico» internacional se pone en marcha hoy en Ginebra, y cualquier acuerdo eventual sin duda incluirá disposiciones sobre el tema de la certificación internacional de vacunas.

Si el VCI está involucrado, y con sus patrocinadores, sin duda lo estarán, cualquier sistema internacional probablemente se basará en su sistema de tarjetas de salud SMART.

TARJETAS INTELIGENTES EN LOS EE.UU. – UN PASAPORTE FEDERAL ENCUBIERTO DE VACUNAS

Las tarjetas de salud SMART de VCI son la tecnología dominante en el campo emergente de la biovigilancia y la «certificación de inoculación». Ya son implementados por 25 estados diferentes de los Estados Unidos, más Puerto Rico y DC, y se han convertido en el pasaporte nacional de facto de los Estados Unidos.

Según este artículo de Forbes (una pieza de hojaldre que es poco más que un anuncio):

Si bien el gobierno de los Estados Unidos no ha emitido un pase federal de vacuna digital, sin embargo, ha surgido un estándar nacional.

Usan la palabra «emergido» como si fuera un proceso natural y orgánico. Pero no lo es.

El gobierno de los Estados Unidos, a diferencia de muchos países europeos, no ha emitido su propio pasaporte oficial de vacunas, sabiendo que tal medida molestaría al público estadounidense de tendencia más libertaria, sin mencionar que se enredaría en la cuestión de la ley estatal frente a la federal.

Las tarjetas SMART les permiten eludir este problema. Técnicamente, solo son implementados por cada estado individualmente a través de acuerdos con VCI, que técnicamente es una entidad privada.

Sin embargo, dado que las tarjetas SMART son financiadas indirectamente por el gobierno de los Estados Unidos, su implementación en todos los estados las convierte en un estándar nacional en todo menos en el nombre.

El artículo de Politico repite la afirmación de que Estados Unidos no tiene un sistema nacional, y agrega que Estados Unidos tampoco tiene una base de datos federal de vacunas:

La administración Biden ha dicho que no emitiría credenciales digitales y no ha implementado estándares para las credenciales de vacunas que dijo que emitiría. Lo que complica la situación es que Estados Unidos no tiene una base de datos nacional de inoculación.

El mensaje de propaganda aquí está subrayando lo que el gobierno no tiene y no sabe. La sugerencia es que el sistema SMART está totalmente separado del gobierno, que es una empresa privada que nunca compartiría sus registros médicos con el estado.

Pero solo los ingenuos terminales creerían eso.

Las tarjetas de salud SMART son administradas por VCI, que fue creada por MITRE Corporation, que es financiada por el gobierno de los Estados Unidos.

Si le da a SMART acceso a sus registros médicos, será mejor que crea que el gobierno de los Estados Unidos y sus agencias los tendrán en sus manos. Es posible que no tengan su propia base de datos, pero tendrían acceso a la base de datos de MITRE cuando y si la necesitaban o querían.

Y también lo harían Apple, Amazon, Google y Microsoft.

Así es como funcionan las asociaciones público-privadas. Simbiosis.

Los gigantes corporativos sirven como frentes para los programas gubernamentales y, a cambio, obtienen una gran parte de las ganancias, rescates si son necesarios y «reformas» regulatorias que paralizan a sus competidores más pequeños.

Ya hemos visto estas redes sociales.

Cuasi-monopolios como Facebook y Twitter recolectan datos para el gobierno y censuran a cualquiera que se les diga, luego son recompensados con una «regulación» que apenas los perjudica mientras se dirigen a compañías más pequeñas como Gab, Parler o Telegram.

Las Tarjetas Sanitarias Inteligentes entran claramente en este modelo.

Microsoft, Google toman dinero del gobierno para ayudar a crear la tecnología, luego ejecutan el programa, cosechan y almacenan los datos, y los ponen a disposición del gobierno cuando lo desean.

Esto permite que el gobierno federal afirme «sinceramente» que no está implementando un sistema federal de pasaportes, O mantener una base de datos de vacunación, mientras están subcontratando a gigantes tecnológicos para que lo hagan por ellos.

Este sistema de vigilancia gubernamental por la puerta trasera a través de la apariencia corporativa ya se está extendiendo por todo Estados Unidos, y parece que también jugará algún papel en cualquier futuro «tratado pandémico».

Es posible que hayan dejado de hablar de Covid por ahora, pero obtuvieron una buena parte de lo que querían de él.

Y si no obtienen el resto de lo que quieren de la guerra en Ucrania, simplemente traerán de vuelta el Covid.

https://off-guardian.org/2022/03/01/who-moving-forward-on-global-vaccine-passport-program/

Recordado por las nuevas generaciones como un crimen moral catastrófico.

Bari Weiss. Periodista, escritor y editor.

«Esto será recordado por las nuevas generaciones como un crimen moral catastrófico».

«La máscara y el pasaporte no son científicos».

«Vivimos en una pandemia de burocracia»

VÍDEO:

https://t.me/No_Plandemia/2221

Obispo ruso critica el paso Vax ‘malvado y pecaminoso’

El obispo Profiry, el abad del monasterio de Solovetsky, ha surgido como una voz abierta en la iglesia rusa contra las vacunas y los pasaportes vax, que en Rusia se conocen como «códigos QR».

La semana pasada, el patriarca Kirill, el jefe de la iglesia rusa, hizo una larga declaración pública afirmando la posición de la iglesia de que la vacunación tiene que ser voluntaria, nunca puede ser forzada, y que los códigos QR infringen los derechos civiles, en una gran victoria para el floreciente movimiento antivacunas en Rusia. Aquí hay un excelente resumen de su declaración.

Se requirió que la declaración del Patriarca fuera leída en las iglesias de toda Rusia al final del servicio del domingo por la mañana. El obispo Porfiry lo hizo, y luego procedió a instar a los rusos a resistir el vax y el vax pasa como malvado e inaceptable por motivos morales y legales.

El video está en ruso. La transcripción en inglés sigue a continuación. Bien vale la pena leer las palabras del obispo, ya que es muy influyente y popular entre los cristianos rusos. El video se difundió de inmediato a través de las redes sociales rusas, visto por millones.

Transcripción:

En primer lugar, uno debe darse cuenta individual y personalmente de que los códigos QR son un cambio en todo el sistema legal, que es algo inaceptable para un ciudadano y para un cristiano. El cristiano debe considerar cada uso de este sistema en su vida como un fenómeno pecaminoso y no permitir que sea utilizado.

Como ciudadano, debe rebelarse en todos los sentidos contra el establecimiento y la adopción de este sistema en la vida. Hubo una fase de discusión de todos estos proyectos de ley. Los ciudadanos expresaron su actitud negativa hacia el proyecto de ley, la introducción generalizada de estos códigos QR. Al mismo tiempo, en la vida práctica a veces nos encontramos con el hecho de que ya se han puesto en uso. Su uso es ilegal, no basado en la ley, sino simplemente en la decisión de algunas autoridades de ponerlos realmente en práctica. ¿Qué debemos hacer en este caso?

Obviamente es necesario evitar cada nuevo caso de uso de este sistema, porque si mostramos este código QR, esto significa que con esta acción estamos de acuerdo con un sistema que es inaceptable, y no de acuerdo con el entendimiento cristiano o civil. Por ello es necesario evitar todos aquellos lugares donde se requiera y las condiciones en las que se requiera presentar este código QR. Y si es necesario ingresar a estos lugares, ya sea un centro comercial o cualquier otro lugar donde se reúnan las personas, es necesario hacer valer el derecho a estar en esas áreas o a recibir los servicios correspondientes sin presentar esta insignia malvada.

También tenemos que apoyarnos mutuamente. En Tatarstán de una manera tan ilegal se introdujeron códigos de transporte. Pero las personas que usan las redes sociales establecieron otro sistema alternativo. Cuando los conductores comenzaron a dar un paseo a otros a aquellos que no estaban de acuerdo con este sistema y así mostraron su solidaridad pudieron resistir de esta manera. En general, tenemos que hacer lo mismo, y apoyarnos unos a otros, oponiéndonos así a algo que parece inevitable.

Usted conoce el último decreto del gobernador para visitar las Islas Solovetsky. Una de las condiciones podría ser la presentación de un código QR. También tenemos que contrarrestar esto expresando nuestras opiniones públicamente y a través de los diputados que están de nuestro lado. Es decir, utilizando todos nuestros derechos civiles, derechos electorales, porque la introducción de tales reglas es contraria a nuestra voluntad. Deberíamos tratar por todos los medios legales de cancelar esta norma.

Dios nos conceda en estas difíciles circunstancias ser cristianos y ciudadanos dignos, y como nunca antes podemos aprender que el funcionamiento de la ley en el país no se basa tanto en el trabajo de las agencias de aplicación de la ley. No pueden hacer nada si los ciudadanos defienden conscientemente la ley (la Constitución) que han hecho, que es aceptada en su sociedad estatal y con la que están de acuerdo. La ley se mantiene en tal o cual sociedad siempre y cuando los ciudadanos personalmente cada uno en su lugar la defiendan, por la libertad de la voluntad civil. Debemos defender la ley y, sobre todo, la ley básica de la sociedad que es nuestra Constitución. Podemos apreciar lo hermosa que es nuestra Constitución. Debemos estudiarlo. Debemos convertirnos en ciudadanos conscientes, es decir, defender los derechos y libertades que están consagrados en nuestra Constitución, que es de espíritu cristiano.

Debemos utilizar este legado legal y espiritualmente hermoso que hemos recibido, y hacer todo lo posible para garantizar que aquellos que vivirán después de nosotros, nuestros hijos, no vivan en una sociedad de absoluta barbarie y absoluta anarquía, cuando el hombre, su personalidad y su dignidad se reducirían a la nada, lo que sería si estos derechos y libertades fundamentales fueran anulados de alguna manera, desmantelado y erradicado.

Felices fiestas a todos y la ayuda de Dios en el trabajo y en la vida.

https://russian-faith.com/authors/rf-staff

The Lord’s Prayer prayed at the demonstration in Austria

Demonstration in Vienna against the Covid Pass:

Fernando Paz: «Yo no descartaría una interpretación escatológica de lo que está sucediendo»

«¡Despierta!», un análisis implacable sobre el dominio de las élites globalistas

Según el historiador Fernando Paz, los objetivos del globalismo no son solo el poder y el dinero, sino, sobre todo, ideológicos e incompatibles con la civilización cristiana.

Las élites globalistas están sometiendo a los pueblos gracias a su poder financiero y al control absoluto sobre los grandes medios y canales de información. El objetivo último es ideológico y esencialmente anticristiano. El historiador y analista político Fernando Paz da la voz de alarma en un libro que busca, ante todo, concienciar de esta situación mostrándola al lector con un impresionante acopio de documentación.

Se trata de ¡Despierta! (La Esfera de los Libros), un análisis coherente e ilustrativo sobre lo que ha sucedido en el mundo, y con especial énfasis en España, en el último año y medio.

-De un gobierno mundial se viene hablando desde hace mucho, sobre todo tras la Segunda Guerra Mundial. Lo que vivimos ahora, ¿es un acelerón o un proceso distinto con actores nuevos?

-En parte es un acelerón a un proceso en marcha, aunque ciertamente presenta caracteres muy novedosos. Como proyecto, el globalismo no es algo nuevo, aunque su ejecución sí lo es. No cabe duda de que se trata de la que quizá sea la última consecuencia directa del desenlace de la Segunda Guerra Mundial. En último análisis, el esquema que pretenden imponer los globalistas al conjunto del mundo es semejante al que las potencias anglosajonas han venido practicando históricamente con sus propios pueblos. 

»Aunque las fuerzas que han desencadenado este proceso llevaban tiempo presionando (tanto desde los organismos políticos como desde los comerciales, la industria farmacéutica o la OMS), todo esto se ha precipitado en los últimos tiempos.

-¿Qué ha cambiado para que haya producido esa aceleración?

-Qué es lo que ha cambiado con respecto a la situación anterior no es fácil de contestar, porque estamos inmersos en pleno proceso, y carecemos de perspectiva. Pero no está de más señalar que el periodo que media entre la Segunda Guerra Mundial y el momento actual debe de ser dividido, al menos, en dos grandes partes, separadas por la caída del muro de Berlín

»Desde que se produjo el desmantelamiento del bloque comunista, Occidente se ha precipitado en el abismo. Al principio, inadvertidamente; pero, poco a poco, el proceso se ha acelerado, y la degradación de nuestra parte de mundo –que ya no está precisada de exhibir superioridad moral alguna sobre el enemigo– parece imparable y, desde luego, es algo más que coyuntural.

-¿No hay marcha atrás?

-Lo que ha sucedido en este tiempo es que esa degradación ha alcanzado todos los ámbitos de nuestra sociedad. La población, en gran parte privada de los referentes sociales, culturales y morales de sus antepasados, es presa fácil de los poderosos; una sociedad atomizada, fragmentada, desorientada, carece de posibilidades de resistencia frente al poder.

 »La pérdida de identidad que hemos venido padeciendo prologará la de la libertad. Sus primeros efectos los estamos padeciendo ahora: pronto se harán notar de un modo mucho más aparatoso.

-¿Qué papel corresponde a la pandemia en este proceso?

-La pandemia ha sido, sin duda, crucial. Podría haber acaecido un año antes o dos años más tarde; pero habría sucedido igualmente. Antiguos dirigentes de la OMS han revelado que las farmacéuticas llevaban presionando desde hacía una década para que Tedros Adhanom declarase una pandemia mundial.

»Hasta hace unos meses eso era difícil, porque la OMS estaba constituida y financiada por los estados que componen la Asamblea Mundial de la Salud, y los “filántropos” solo eran auxiliares de las políticas que aquellos determinaban; pero ahora la situación ha dado la vuelta, y son los actores privados quienes dirigen la organización y disponen a los estados al servicio de sus intereses. De modo que les ha sido fácil que la OMS siguiera sus dictados.

¡Despierta!», de Fernando Paz, un libro imprescindible para comprender lo que está pasando en el mundo. Pincha aquí para adquirirlo ahora.

»La pandemia –que no lo es más que desde un punto de vista estrictamente formal– ha sido la excusa para poner en marcha una serie de procesos. Procesos que tienen unos objetivos claros, perseguidos desde hace tiempo por la élite mundial, pero que esta no encontraba el modo de imponer. Algo que reconoció Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados ante toda España en abril de 2020.  

»Sin la pandemia, la brutal restricción de libertades desembocada en el “pasaporte covid” habría sido, con toda probabilidad, imposible. A nadie se le oculta que la pandemia ha proporcionado la cobertura perfecta para inocular un miedo universal a nuestras sociedades; ese miedo es lo que facultado dichas restricciones. Y así, la población ha aceptado una situación que en otro caso hubiese juzgado insoportable por la única razón de que cree estar salvando la vida.

-Científicos y técnicos parecen ahora a la cabeza de esta estrategia de dominación. ¿O también ellos son siervos de algo que les supera?

-Hay de todo; pero, en general, no son más que engranajes de una maquinaria que otros hacen funcionar.

»Pensemos en los médicos; sin duda, muchos creen de buena fe en lo que están haciendo; pero otros, en cambio, tienen perfecta conciencia de que muchas de las cosas que suceden son altamente discutibles. Y aún así, no se les ocurre protestar. ¿Por qué?

»Las razones son variadas. En algunos casos, como en el de esos médicos que se abren paso a codazos por los platós de televisión, por algo tan humano como la vanidad. En otros, por simple miedo: nadie se atreve a contrariar a los colegios oficiales de médicos. Es mucho lo que hay en juego, y estos no se andan con bromas. Solo en 2018, las farmacéuticas entregaron 600 millones de euros a los médicos, y en años anteriores las cantidades fueron bastante semejantes. Aquellos que no sean disuadidos por los beneficios obtenidos de las farmacéuticas, lo serán ante la amenaza que supone la pérdida de la colegiación: el no poder ejercer. Como escribió Benavente, no crees afectos, crea intereses.

-Y sí nadie se rebela…

-Una minoría sí levanta la voz, con cautela, y manifiesta sus dudas. Pero quienes la componen, naturalmente, no suelen aparecer en los medios de comunicación.

»En general, los científicos y técnicos no se cuestionan cuáles son los fines a los que sirven. Por otro lado, la presión social es tan enorme que es muy difícil discernir qué es verdad y qué no lo es. A lo largo de estos meses, los medios de comunicación y las autoridades han dicho una cosa y su contraria, sucesivamente, y todo ello bajo el manto de la “ciencia». Cuando decían “blanco” era la ciencia y cuando decían “negro”, también. En un caso y en el otro esos científicos y técnicos continúan sirviendo al poder, sin inmutarse.

-Ha mencionado antes unos benaventianos intereses creados. ¿De quién? 

-Los intereses que mantienen la farsa son muy poderosos. Consideremos lo siguiente: hoy, en una España cuyo tejido económico va tomando con celeridad el aspecto de un despojo, los fondos buitre se han convertido en actores principales.

»Concretamente el fondo Blackrock es el principal inversor en la Bolsa de Madrid. Está presente en 21 de los 35 del IBEX, en los cinco principales bancos del país (Caixabank, Santander y BBVA entre ellos), en Prisa, Atresmedia y Mediaset (los tres principales grupos mediáticos de España) y…es accionista mayoritario de Pfizer (junto con su accionista Vanguard Group supera el 15%). Además, es uno de los principales accionistas de Astrazeneca y de Moderna. Blackrock está asociado al Partido Demócrata norteamericano y es más poderoso que cualquier potencia mundial con la parcial exclusión de EEUU y China. 

Blackrock, el mayor fondo de inversión del mundo, con presencia decisiva en medios de comunicación y farmacéuticas y contactos muy estrechos con el Partido Demócrata estadounidense.

»¿A alguien le extraña que los medios de comunicación se hayan lanzado a una feroz campaña contra la disidencia, deformando las llamadas a la prudencia y a la sensatez como “negacionismo”? Han convertido la disidencia en algo grotesco, asociándolo a las expresiones más “terraplanistas” –ciertamente una parte de la disidencia sostiene  posturas verdaderamente ridículas e irracionales– para desacreditar toda oposición al poder.

»Los dueños de las farmacéuticas, de los bancos y de los medios son los mismos. Y su poder es, claro, abrumador.

-Para estas élites ¿se trata solo de poder o dinero o hay otros objetivos? ¿Cuáles?

-El dinero no es, desde luego, el objetivo. Los miembros de la élite disponen de él en abundancia; no es eso lo que les mueve.

»El poder es ya otra cosa. Es el verdadero afrodisíaco. La sensación de poder, el sometimiento del prójimo –¡de la humanidad!– es embriagadora. Eso no lo paga todo el dinero del mundo, y probablemente no lo conseguirían a base de dinero.

»Pero no es solo el poder: las élites tienen un objetivo ideológico. No son en absoluto nihilistas, como algunos piensan, sino creyentes hasta el fanatismo. Unos fanáticos considerablemente cínicos, si se quiere, pero fanáticos al cabo.

-¿Con qué metas?

-Sus objetivos pueden situarse en dos planos distintos: uno a corto plazo y otro a más largo plazo.

»Dominados por una visión neomalthusiana, su propósito es el de disminuir la población mundial, un objetivo en parte relacionado con la necesidad de retener el poder. A través de la ingeniería social, las élites están ejecutando una verdadera revolución antropológica, en la que la ideología de género juega un papel esencial. Quieren eliminar la libertad y la identidad de los pueblos, de las personas, como paso previo a través de la supresión de los estados nación.

»Una vez coronado el plan globalista, los seres humanos habrán perdido su libertad (cediéndola voluntariamente por miedo a perder la vida, la salud, la seguridad, o todo junto) y su identidad. Para construir el ser transhumano –el cyborg– hay que deconstruir primero al ser humano: ese es el papel de la ideología de género, de la que forma parte la transexualidad. El ser humano está siendo deconstruido a gran velocidad: una vez negada toda identidad natural, basta la voluntad para “auto-construirle”.  

»No es casualidad que muchos altos directivos de las big tech se cuenten entre los teóricos del transhumanismo. No estamos, pues, ante una broma, o ante un mero disparate sin consecuencias; las está teniendo, y las tendrá aún peores en un futuro muy próximo.

-¿Y cómo encaja la Agenda 2030 en esa estrategia ideológica?

-El objetivo de la Agenda 2030 es el del control de la población para conseguir construir una sociedad al estilo chino: porque el modelo es China. Aunque los medios a emplear sean diferentes, claro.

»El Foro de Davos comienza por decirnos que para la fecha de la Agenda no poseeremos nada, pero que seremos felices. A partir de ahí, todo lo demás está expuesto en un lenguaje atractivo, que refleja unos conceptos difíciles de contradecir: igualdad, fin de la pobreza, un mundo más limpio… Es el programa de la élite en términos políticos, que tampoco es que esconda en exceso sus propósitos. Por ejemplo, anuncia el fin del consumo de carne, de la ganadería, de los viajes en avión, del vehículo privado…

-Una distopía…

La Agenda 2030 es el modo en que nos vamos a convertir en China; no a través de las resoluciones del Partido Comunista, o de cualquier otro partido único, sino seducidos por propuestas amables –buenistas– de un futuro inclusivo, equilibrado, armónico. En China es el Comité Central el que decide por todos; en Occidente, los gobiernos hace tiempo que se han convertido en simples correas de transmisión de las decisiones que los poderosos del mundo adoptan y que hacen cumplir a través de su dominio de las grandes instituciones globalistas y de los medios de comunicación

»Proclama grandes principios, pero más allá de las palabras está claro cómo se van a alcanzar esos objetivos. En España vamos a asistir a la creación de una sociedad subvencionada en la que cada vez haya menos gente trabajando –y en condiciones más precarias– con el fin esencial de controlar a la población: una argentinización del país.

»Las utopías de transformación antropológica han sido, siempre, el prólogo a la esclavización de los seres humanos. La Agenda 2030 es la visión de un mundo feliz que ha de servir de coartada para el sometimiento de la humanidad.

-¿Qué papel tiene asignado la Iglesia en el Nuevo Orden Mundial?

-Subordinado y de colaboración; en la Iglesia hay quien cree que esa colaboración le va a valer el perdón de un mundo que la odia. Incluso si lo consiguiese, solo sería a costa de su desaparición real.

El camino sinodal alemán es un claro ejemplo contemporáneo de la descomposición de la Iglesia por sus propios enemigos internos.

»Desde el punto de vista histórico, la pérdida de influencia de la Iglesia en Occidente que se viene operando en los últimos decenios (e incluso siglos) constituye un fenómeno sobrecogedor. E irá a más.

»Lo cierto es que otras religiones se expanden y crecen por todo el mundo mientras la cristiana se desvanece. Lo lleva haciendo desde hace mucho tiempo (es una de las características de la Edad Contemporánea) pero, de manera muy acusada, desde el Concilio Vaticano II. Esto es innegable, júzguese como se quiera el concilio. No entro ahora en eso; solo anoto y analizo un hecho histórico. 

-¿Qué pretende el Nuevo Orden Mundial con el sometimiento de la Iglesia?

De la Iglesia el mundo espera, en el fondo, que renuncie a Jesucristo. Es decir, que renuncie a ser depositaria de una doctrina y una tradición que aseguran que Cristo es el Camino, la Verdad y la Vida, y que nadie llega al Padre si no es través de Él. Que asuma el cosmopolitismo (impostura secularista del universalismo cristiano) y que pastoree a la grey católica hacia la aceptación de la ideología globalista o, al menos, a la no beligerancia contra esta y sus dogmas; ideología de género, migraciones, abortismo, feminismo, etc… neutralizando a los católicos más opuestos al designio de las élites globalistas.

-¿Qué líneas de resistencia deben trabajar los cristianos para evitar ser absorbidos por el Nuevo Orden Mundial?

-Lo primero es conseguir que la Iglesia al menos sobreviva para mantener viva la llama de la fe transmitida durante siglos. Y que resista la tentación, sin duda fuerte, de asimilarse al mundo

»Una dura batalla que yo no diría que se está ganando, precisamente, en estos tiempos, pues hay quien desde dentro está minando la institución. Y no son pocos ni están mal situados. Hace casi 150 años San John Henry Newman daba gracias de vivir una época en la que los enemigos de la Iglesia –siendo muchos– estaban todos fuera; porque, añadía, llegaría el día que estuvieran, sobre todo, dentro. Ese día ha llegado.

-¿Qué hacer, entonces?

-Mi opinión es que los cristianos deben agruparse en torno a la tradición, en torno a dos milenios de certezas. Esta tribulación por la que ahora atravesamos puede servir para simplificar la fe. Aunque la prueba sea dura, porque las voces que le llegan a un católico de filas son ciertamente confusas.

»Por otro lado, yo no descartaría una interpretación escatológica de lo que está sucediendo. Interpretado en esa clave, el tiempo que vivimos cobra mucho más sentido.

-Cuando se agote el recurso a la pandemia, ¿cuáles serán los siguientes pasos del mundialismo?

-Sin ninguna duda, lo que nos espera es otra ofensiva del globalismo, a partir de ahora en torno al cambio climático. En cierto modo, todo lo que ha sucedido en el último año y medio ha sido un entrenamiento, una especie de “gimnasia revolucionaria” para lo que está por venir.

»Se nos ha dicho repetidas veces que la antigua normalidad ya no va a volver. Que el mundo nunca volverá a ser lo que fue. Lo creo.

»La lucha contra el cambio climático –secundada desde las más altas instancias de la Iglesia– será la gran coartada en los próximos años para destruir la identidad y la libertad en Occidente. El cambio climático se convertirá –ya lo está haciendo– en la justificación para la adopción de las más lesivas medidas contra nuestra civilización.

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Report: Vaccine Passports Now May Be Demanded For OFFICE WORKERS

If “sufficient measures are not taken to limit infection, the Government will consider mandating the NHS COVID Pass.»

The British government has suggested that not only should so called vaccine passports by used by clubs, pubs and restaurants, but also that office workers should be subject to the system in order to return to their jobs.

The London Telegraph reports that the Department for Health and Social Care (DHSC) has indicated that the pass system should be adopted in everyday workplaces.

The DHSC document states that “As many as 10.4 million people have now signed up to the NHS App, with over 6 million new users since the COVID-19 vaccination status service was added on 17 May.”

It continues, “The app’s COVID-19 vaccine status service allows users easily to show their proof of vaccine, which will help people to travel abroad, start returning to workplaces and attend largescale events as we cautiously proceed with the roadmap.”

The Daily Mail reports that the government guidance basically looks exactly the same as it did before the “lifting” of restrictions, with social distancing, masks and plastic dividing screens being recommended.https://www.youtube.com/embed/zs3SBXWmu70

As we have previously noted, the details of the COVID pass system are completely vague, with little explanation on exactly where will be made to use the NHS COVID app system as “a means of entry,” or how it will be managed and enforced.

The only details that were given by ministers are that it will be ‘encouraged’ anywhere where people are “likely to be in close proximity to others outside their household.”

So everywhere then.

The Telegraph report notes that the government guidance says that if “sufficient measures are not taken to limit infection, the Government will consider mandating the NHS COVID Pass in certain venues at a later date.”

The entire debacle has led many to believe that it is being made intentionally vague and confusing in order to stealthily implement the system, which has faced continued backlash.

In an op ed last week, The Telegraph’s Douglas Murray warned that “Britain is sleepwalking into a state of perpetual Covid tyranny.”

Murray urges that “Things that would have seemed impossible just a few years ago have become routine. Stay in your house when the Government tells you to? Check. Allow the police to visit at any time of the day or night to see that you are where you say you are? Check. Carry papers to allow you to be permitted certain activities? Check. In Britain all this and more has flowed by without any significant political opposition.”

Murray further warns that “The creation of “vaccine certification” means that we now face the prospect of having our papers demanded not just if we dare to think about leaving the country for some reason, but if we just want to go to almost any public gathering.”

Murray concludes that “we do not need politicians and private companies policing us ever more. We need to take a different leap. Not into greater safety, but into greater freedom.”