Papa Benedicto XVI rechazó acusación de encubrir Casos de Abusos

Víctimas alemanas de abusos y otros, critican respuesta del Papa Emérito Benedicto XVI en la que rechaza la acusación de encubrir Casos de Abusos en Alemania

Benedicto XVI afirmó no haber Mentido. Él no encubrió Abusos. BONN, Alemania, 10/02/2022 – La última declaración del Papa emérito Benedicto XVI sobre el informe de abuso de Múnich ha provocado una variedad amplia de reacciones. En Alemania, la respuesta ha sido mayormente crítica y la mayoría de los sobrevivientes de abuso expresaron su decepción. En la misma, el Papa Benedicto XVI ha rechazado la acusación de encubrir Casos de Abusos y que utilizaron un pequeño error que luego fue corregido para llamarlo «mentiroso». Benedicto XVI afirmó no haber engañado ni mentido en su testimonio inicial sobre el informe de abuso. Papa Benedicto XVI rechaza acusaciones de encubrimiento de abusos. En una respuesta personal al informe de enero de un bufete de abogados sobre décadas de abuso en la Arquidiócesis de Múnich y Freising, el Papa Benedicto XVI reconoció que los líderes de la iglesia compartían la responsabilidad por el abuso sexual. En la carta de dos páginas y media, Benedicto XVI expresó «mi profunda vergüenza, mi gran dolor y mi sincera petición de perdón» a todas las víctimas de abuso sexual. Al mismo tiempo, el Papa Benedicto XVI  rechazó la acusación de que había encubierto activamente casos de abuso cuando fue arzobispo Joseph Ratzinger de Múnich de 1977 a 1982. También dijo que no había engañado ni mentido en su testimonio inicial sobre el informe de abuso. Su declaración inicial errónea, luego corregida, de que no había participado en una reunión importante el 15 de enero de 1980, había sido un «descuido» que «espero que pueda ser excusado», dijo el Papa Benedicto XVI  en la carta. «Para mí resultó profundamente doloroso que este descuido se usara para poner en duda mi veracidad e incluso para etiquetarme como mentiroso», afirmó. Reacciones a la Carta del Papa Benedicto XVI. El presidente de la conferencia episcopal, el obispo de Limburgo Georg Bätzing, acogió con satisfacción la declaración en un tuit, pero no abordó su contenido. Dijo que el Papa Benedicto había prometido responder al informe y ahora había cumplido esa promesa. «Estoy agradecido por eso, y él merece respeto por ello». El obispo Franz-Josef Overbeck de Essen expresó su escepticismo, informó KNA. Dijo que temía que las palabras eran «de poca ayuda para las víctimas en su proceso de aceptar» el abuso. Agregó que le preocupaba ver que las víctimas de violencia sexual habían reaccionado «con decepción y en algunos casos con indignación». Su punto de vista debería «tener mucho peso» en la reevaluación del abuso, dijo. Víctimas y otros critican la respuesta de Benedicto XVI. La agencia de noticias católica alemana KNA informó que Richard Kick, portavoz de la junta asesora de víctimas de Múnich, dijo que la carta era «verdaderamente indescriptible» y carente de empatía. Dijo que el Papa Benedicto XVI solo conocía su propio punto de vista y se había refugiado en la creencia en el veredicto de Dios como el «juez final». La teóloga Doris Reisinger, sobreviviente de abusos, dijo que la carta era una «franca burla de las víctimas». Sobre todo, criticó los términos que el papa Benedicto eligió para Jesús como «amigo», «hermano» y «abogado». Para los oídos de las víctimas, dijo, eso sonaba como si Jesús «no estuviera de su lado, sino del lado de aquellos que los han atormentado, ignorado y lastimado durante todas estas décadas». La asociación de víctimas Eckiger Tisch dijo que veía la carta como una prueba más de la «relativización permanente de la iglesia en temas de abuso». En lugar de asumir la responsabilidad ellos mismos, los líderes de la iglesia le pusieron a las víctimas la responsabilidad. El Padre jesuita Hans Zollner, miembro de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores desde su creación, dijo que la declaración del Papa Benedicto XVI era personal pero demasiado general. En vez de hacer referencias teológicas muy especiales, debería haber hablado más específicamente sobre su tiempo como Arzobispo de Múnich y Freising, dijo el padre Zollner a KNA. También dijo que el Papa Benedicto XVI escribió la carta en el orden incorrecto. Si el Papa Benedicto hubiera comenzado buscando el perdón de las víctimas y luego hubiera pasado a agradecer a sus amigos, su carta sin duda habría sido mejor recibida, dijo. El presidente del Comité Central de Católicos Alemanes calificó la disculpa como insuficiente. Irme Stetter-Karp dijo que los comentarios del papa retirado seguían siendo «relativamente generales» y que le «falta empatía hacia las víctimas». Las reacciones a la carta en los medios alemanes también fueron predominantemente críticas. Varios dijeron que el Papa Benedicto XVI se escondía detrás de la iglesia y sus asesores legales. También fue acusado de presentarse como una víctima de los medios de comunicación antes de dirigirse a las víctimas de abuso. Su pedido de disculpas fue «a medias» porque todavía fue poco preciso sobre su responsabilidad personal, dijeron los críticos. Señalaron que había elegido formulaciones pasivas, por ejemplo cuando escribió que «nosotros mismos hemos sido arrastrados a esta grave falta» o que ofensas y errores «han ocurrido». En Roma, el arzobispo alemán Georg Gänswein, secretario privado del Papa Benedicto XVI, defendió al ex Papa: «Quienes lo conocen saben que la acusación de mentir es absurda. Hay que distinguir entre un error y una mentira», dijo el arzobispo Gänswein. También destacó las declaraciones y acciones pasadas del papa retirado sobre el tema de la pedofilia. El papa Benedicto ha sido el primer papa en luchar por la transparencia en este campo, dijo el arzobispo.

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Ataques despiadados contra el Papa Francisco

Leonardo Boff. atrio.org

Desde el principio de su pontificado hace nueve años, el Papa Francisco viene recibiendo furiosos ataques de cristianos tradicionalistas y supremacistas blancos casi todos del Norte del mundo, de Estados Unidos y de Europa. Hasta hicieron un complot, involucrando millones de dólares, para deponerlo, como si la Iglesia fuese una empresa y el Papa su CEO. Todo en vano. Él sigue su camino en el espíritu de las bienaventuranzas evangélicas de los perseguidos.

 Las razones de esta persecución son varias: razones geopolíticas, disputa de poder, otra visión de Iglesia y el cuidado de la Casa Común.

 Levanto mi voz en defensa del Papa Francisco desde la periferia del mundo, del Gran Sur. Comparemos los números: en Europa vive solo el 21,5% de los católicos, el 82% vive fuera de ella, el 48% en América. Somos, por lo tanto, amplia mayoría. Hasta mediados del siglo pasado la Iglesia Católica era del primer mundo. Ahora es una Iglesia del tercero y cuarto mundo, que, un día, tuvo origen en el primer mundo. Aquí surge una cuestión geopolítica. Los conservadores europeos, con excepción de notables organizaciones católicas de cooperación solidaria, alimentan un soberano desdén por el Sur, especialmente por América Latina.

 La Iglesia-gran-institución fue aliada de la colonización, cómplice del genocidio indígena y participante en la esclavitud. Aquí fue implantada una Iglesia colonial, espejo de la Iglesia europea. Pero a lo largo de más de 500 años, no obstante la persistencia de la Iglesia espejo, ha habido una eclesiogénesis, la génesis de otro modo de ser iglesia, una iglesia, ya no espejo sino fuente: se encarnó en la cultura local indígena-negra-mestiza y de inmigrantes de pueblos venidos de 60 países diferentes. De esta amalgama, se gestó su estilo de adorar a Dios y de celebrar, de organizar su pastoral social al lado de los oprimidos que luchan por su liberación. Proyectó una teología adecuada a su práctica liberadora y popular. Tiene sus profetas, confesores, teólogos y teólogas, santos y santas, y muchos mártires, entre ellos el arzobispo de San Salvador, Oscar Arnulfo Romero. Este tipo de Iglesia está compuesta fundamentalmente de comunidades eclesiales de base, donde se vive la dimensión de comunión de iguales, todos hermanos y hermanas, con sus coordinadores laicos, hombres y mujeres, con sacerdotes insertados en medio del pueblo y obispos, nunca de espaldas al pueblo como autoridades eclesiásticas, sino como pastores a su lado, con “olor a ovejas”, con la misión de ser los “defensores et advocati pauperum” como se decía en la Iglesia primitiva. Papas y autoridades doctrinarias del Vaticano intentaron cercenar y hasta condenar tal modo de ser-Iglesia, no pocas veces con el argumento de que no son Iglesia por el hecho de no ver en ellas el carácter jerárquico y el estilo romano. Esa amenaza perduró durante muchos años hasta que, por fin, irrumpió la figura del Papa Francisco. Él vino del caldo de esta nueva cultura eclesial, bien expresada por la opción preferencial, no excluyente, por los pobres y por las distintas vertientes de la teología de la liberación que la acompaña. Él dio legitimidad a este modo de vivir la fe cristiana, especialmente en situaciones de gran opresión.

 Pero lo que más está escandalizando a los cristianos tradicionalistas es su estilo de ejercer el ministerio de unidad de la Iglesia. Ya no se presenta como el pontífice clásico, vestido con los símbolos paganos, tomados de los emperadores romanos, especialmente la famosa “mozzeta”, aquella capita banca llena de símbolos del poder absoluto del emperador y del papa. Francisco se libró rápidamente de ella y vistió una “mozzeta” blanca sencilla, como la del gran profeta de Brasil, dom Helder Câmara, y su cruz de hierro sin ninguna joya. Se negó a vivir en un palacio pontificio, lo cual habría hecho a san Francisco levantarse de la tumba para llevarlo adonde él escogió: en una simple casa de huéspedes, Santa Marta. Allí entra en la fila para servirse y come junto con todos. Con humor podemos decir que así es más difícil envenenarlo. No calza Prada, sino sus zapatones viejos y gastados. En el anuario pontificio en el que se usa una página entera con los títulos honoríficos de los Papas, él simplemente renunció a todos y escribió solamente Franciscus, pontifex. En uno de sus primeros pronunciamientos dijo claramente que no iba a presidir la Iglesia con el derecho canónico sino con el amor y la ternura. Un sinnúmero de veces ha repetido que quería una Iglesia pobre y de pobres.

 Todo el gran problema de la Iglesia-gran-institución reside, desde los emperadores Constantino y Teodosio, en la asunción del poder político, transformado en poder sagrado (sacra potestas). Ese proceso llegó a su culminación con el Papa Gregorio VII (1075) con su bula Dictatus Papae, que bien traducida es la “Dictadura del Papa”. Como dice el gran eclesiólogo Jean-Yves Congar, con este Papa se consolidó el cambio más decisivo de la Iglesia que tantos problemas creó y del cual ya nunca se ha liberado: el ejercicio centralizado, autoritario y hasta despótico del poder. En las 27 proposiciones de la bula, el Papa es considerado el señor absoluto de la Iglesia, el señor único y supremo del mundo, volviéndose la autoridad suprema en el campo espiritual y temporal. Esto nunca ha sido desdicho.

 Basta leer el Canon 331 en el cual se dice que “el Pastor de la Iglesia universal tiene el poder ordinario, supremo, pleno, inmediato y universal”. Cosa inaudita: si tachamos el término Pastor de la Iglesia universal y ponemos Dios, funciona perfectamente. ¿Quién de los humanos sino Dios, puede atribuirse tal concentración de poder? No deja de ser significativo que en la historia de los Papas haya habido un crescendo en el faraonismo del poder: de sucesor de Pedro, los Papas pasaron a considerarse representantes de Cristo. Y como si no bastase, representantes de Dios, siendo incluso llamados deus minor in terra. Aquí se realiza la hybris griega y aquello que Thomas Hobbes constata en su Leviatán: «Señalo, como tendencia general de todos los hombres, un perpetuo e inquieto deseo de poder y más poder, que sólo cesa con la muerte. La razón de esto radica en el hecho de que no se puede garantizar el poder si no es buscando todavía más poder». Esta ha sido, pues, la trayectoria de la Iglesia Católica en relación con el poder, que persiste hasta el día de hoy, fuente de polémicas con las demás Iglesias cristianas y de extrema dificultad para asumir los valores humanísticos de la modernidad. Dista años luz de la visión de Jesús que quería un poder-servicio (hierodulia) y no un poder-jerárquico (hierarquia).

 De todo eso se aleja el Papa Francisco, lo que causa indignación a los conservadores y reaccionarios, claramente expresado en el libro de 45 autores de octubre de 2021: De la paz de Benedicto a la guerra de Francisco (From Benedict’s Peace to Francis’s War) organizado por Peter A. Kwasniewski. Nosotros le daríamos la vuelta así: De la paz de los pedófilos de Benedicto (encubiertos por él) a la guerra a los pedófilos de Francisco (condenados por él). Es sabido que un tribunal de Múnich encontró indicios para incriminar al Papa Benedicto XVI por su lenidad con curas pedófilos.

 Existe un problema de geopolítica eclesiástica: los tradicionalistas rechazan a un Papa que viene “del fin del mundo”, que trae al centro de poder del Vaticano otro estilo, más próximo a la gruta de Belén que a los palacios de los emperadores. Si Jesús se apareciese al Papa en su paseo por los jardines del Vaticano, seguramente le diría: “Pedro, sobre estas piedras palaciegas jamás construiría mi Iglesia”. Esta contradicción es vivida por el Papa Francisco, pues renunció al estilo palaciego e imperial.

 Hay, en efecto, un choque de geopolítica religiosa, entre el Centro, que perdió la hegemonía en número y en irradiación pero que conserva los hábitos de ejercicio autoritario del poder, y la Periferia, numéricamente mayoritaria de católicos, con iglesias nuevas, con nuevos estilos de vivencia de la fe y en permanente diálogo con el mundo, especialmente con los condenados de la Tierra, que tiene siempre una palabra que decir sobre las llagas que sangran en el cuerpo del Crucificado, presente en los empobrecidos y oprimidos.

 Tal vez lo que más molesta a los cristianos anclados en el pasado es la visión de Iglesia vivida por el Papa. No una Iglesia-castillo, cerrada en sí misma, en sus valores y doctrinas, sino una Iglesia “hospital de campaña” siempre “en salida rumbo a las periferias existenciales”. Ella acoge a todos sin preguntar su credo o su situación moral. Basta que sean seres humanos en busca de sentido de la vida y sufridores de las adversidades de este mundo globalizado, injusto, cruel y sin piedad. Condena de forma directa el sistema que da centralidad al dinero a costa de vidas humanas y a costa de la naturaleza. Ha realizado varios encuentros mundiales con movimientos populares. En el último, el cuarto, dijo explícitamente: «Este sistema (capitalista), con su lógica implacable, escapa al dominio humano; es preciso trabajar por más justicia y cancelar este sistema de muerte». En la Fratelli tutti lo condena de forma contundente.

 Se orienta por aquello que es una de las grandes aportaciones de la teología latinoamericana: la centralidad del Jesús histórico, pobre, lleno de ternura con los que sufren, siempre al lado de los pobres y marginalizados. El Papa respeta los dogmas y las doctrinas, pero no es por ellas por donde llega al corazón de la gente. Para él, Jesús vino a enseñar a vivir: la confianza total en Dios-Abbá, a vivir el amor incondicional, la solidaridad, la compasión con los caídos en los caminos, el cuidado con lo Creado, bienes que constituyen el contenido del mensaje central de Jesús: el Reino de Dios. Predica incansablemente la misericordia ilimitada por la cual Dios salva a sus hijos e hijas, pues Él no puede perder a ninguno de ellos, frutos de su amor, “pues es el apasionado amante de la vida” (Sab 11,26). Por eso afirma que «por más que alguien esté herido por el mal, nunca está condenado sobre esta tierra a quedar para siempre separado de Dios». En otras palabras: la condenación es solo para este tiempo.

 Convoca a todos los pastores a ejercer la pastoral de la ternura y del amor incondicional, formulada resumidamente por un líder popular de una comunidad de base: “el alma no tiene frontera, ninguna vida es extranjera”. Como pocos en el mundo, se ha comprometido con los emigrantes venidos de África y de Oriente Medio y ahora de Ucrania. Lamenta que los modernos hayamos perdido la capacidad de llorar, de sentir el dolor del otro y, como buen samaritano, de socorrerlo en su abandono.

 Su obra más importante muestra la preocupación por el futuro de la vida de la Madre Tierra. La Laudato Sì expresa su verdadero sentido en el subtítulo: “sobre el cuidado de la Casa Común”. Elabora no una ecología verde, sino una ecología integral que abarca el ambiente, la sociedad, la política, la cultura, lo cotidiano y el mundo del espíritu. Asume las contribuciones más seguras de las ciencias de la Tierra y de la vida, especialmente de la física cuántica y de la nueva cosmología el hecho de que «todo está relacionado con todo y nos une con afecto al hermano Sol, a la hermana Luna, al hermano río y a la Madre Tierra» como dice poéticamente en la Laudato Sì. La categoría cuidado y corresponsabilidad colectiva adquieren completa centralidad hasta el punto de decir en la Fratelli tutti que «estamos en el mismo barco: o todos nos salvamos o nadie se salva».

 Nosotros latinoamericanos le estamos profundamente agradecidos por haber convocado el Sínodo Querida Amazonia para defender ese inmenso bioma de interés para toda la Tierra y cómo la Iglesia se encarna en aquella vasta región que cubre nueve países.

 Grandes nombres de la ecología mundial afirmaron: con esta contribución el Papa Francisco se pone a la cabeza de la discusión ecológica contemporánea.

 Casi desesperado, pero aun así lleno de esperanza, propone un camino de salvación: la fraternidad universal y el amor social como los ejes estructuradores de una biosociedad en función de la cual están la política, la economía y todos los esfuerzos humanos. No tenemos mucho tiempo ni sabiduría suficientemente acumulada, pero este es el sueño y la alternativa real para evitar un camino sin retorno.

 El Papa caminando solo por la plaza de San Pedro bajo una lluvia fina, en tiempos de la pandemia, quedará como una imagen indeleble y un símbolo de su misión de Pastor que se preocupa y reza por el destino de la humanidad.

Tal vez una de las frases finales de la Laudato Sì revela todo su optimismo y esperanza contra toda esperanza: «Caminemos cantando. Que nuestras luchas y nuestra preocupación por este planeta no nos quiten la alegría de la esperanza».

Tienen que ser enemigos de su propia humanidad quienes condenan inmisericordemente las actitudes tan humanitarias del Papa Francisco, en nombre de un cristianismo estéril, convertido en un fósil del pasado, en un recipiente de aguas muertas. Los ataques feroces que le hacen pueden ser todo menos cristianos y evangélicos. El Papa Francisco lo soporta imbuido de la humildad de San Francisco de Asís y de los valores del Jesús histórico. Por eso él bien merece el título de “justo entre las naciones”.

*Leonardo Boff es un teólogo brasilero y ha escrito Francisco de Asís y Francisco de Roma, Rio de Janeiro 2015.

Traducción de Mª José Gavito Milano

Francisco, el “justo entre las naciones”

¿Qué haría BXVI durante la consagración?

Ayer, la noticia de que «el Papa Emérito Benedicto XVI SE UNIRÁ AL LLAMADO del Papa Francisco EN ORACIÓN con respecto a la consagración de Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María«.

Por lo tanto, NO ASISTIRÁ directamente a la consagración, y NO ESTARÁ FÍSICAMENTE PRESENTE en la ceremonia en la Basílica de San Pedro. Él «se unirá a la llamada», no a la «intención», es decir, «responderá a la llamada» de Bergoglio, en oración. Pero, ¿CÓMO lo hará?

Por lo tanto, se abren dos posibilidades espejo: ¿puedes creer que el Papa Benedicto se adhiere voluntariamente a la iniciativa de Francisco (tal vez, haciendo válida la consagración?) O, como explican los teólogos, que él, por el contrario, ejerciendo su poder «Kathecontico«, pretende mitigar con una ORACIÓN DE REPARACIÓN, la grave «provocación celestial» implementada por Bergoglio.

Hasta donde sabemos, Benedicto XVI, en el recinto de su capilla, bien podría hacer una oración específica para anular la ofensa contra María Santísima, quien, según la aparición de Fátima, pidió al PAPA LEGÍTIMO que consagrara a Rusia sola.

También en este caso, depende de ti elegir el bando: si creer en la primera o en la segunda posibilidad, pero tienes la enésima prueba de que el Papa Benedicto deja abierta una vez más la doble interpretación, de modo que solo «los que tienen oídos lo entiendan». Sin embargo, incluso esta ambigüedad constante, impensable para un gran teólogo que siempre es muy claro y preciso, habla claramente: si lo que dice una persona puede interpretarse de dos maneras opuestas cada vez, obviamente hay algo mal, ¿verdad? Esta actitud se explica sólo por la realidad canónica objetiva de la sede impedida, sobre la que hemos escrito abundantemente.

https://www.liberoquotidiano.it/articolo_blog/blog/andrea-cionci/30910596/codice-ratzinger-preghiera-di-riparazione-per-la-russia-e-gli-elogi-apparenti-di-benedetto-xvi-a-bergoglio-presunto-papa.html

DIOS NO SERÁ BURLADO… SOBRE LA CONSAGRACIÓN DE RUSIA AL INMACULADO CORAZÓN

por Fr. Alexis Bugnolo

Muchos me han pedido que comente sobre el acto que Bergoglio perpetrará el 25 de marzo, ya que la Oficina de Prensa del Vaticano había anunciado que consagrará «Rusia y Ucrania» al Inmaculado Corazón de María, mientras pide el fin del derramamiento de sangre sin sentido de esta guerra.

Posteriormente, el secretario de Estado del Vaticano hizo saber que invitaba a todos los obispos a participar, «si pueden» en este acto.

Ahora, se anuncia, que no sólo Rusia y Ucrania, sino toda la Humanidad será consagrada.

Bueno, estoy a favor de promover la consagración al Inmaculado Corazón de María, ya que ese es el voto fundamental de mi vida religiosa y me he esforzado durante 40 años para vivir esto, desde mi juventud.

Pero un acto de consagración no es un juego y como acto religioso de piedad tiene ciertos requisitos.

Primero, nadie puede consagrar lo que no está bajo su poder de dominio. Usted puede consagrarse a sí mismo, pero no a otra persona, a menos que esa otra persona sea su hijo o alguien bajo su custodia legal.

En segundo lugar, tienes que usar las palabras correctas. Si omites la palabra consagrar, no es una consagración. A Juan Pablo II le gustaba usar la palabra «confiar», que no es lo mismo. Confiar algo, es pedirle a otro que lo cuide. Pero consagrar algo es dedicarlo únicamente al servicio del otro al que está consagrado.

Obviamente, en el sentido más estricto, sólo podemos consagrar legítimamente algo al Único y Verdadero Dios Viviente. Pero puesto que todos los santos en el Cielo viven solo para Él y están unidos a Él en la Visión Beatífica, las personas y las cosas también pueden ser consagradas a ellos, ya que virtualmente hablando, tal consagración es una consagración a Dios también.

Así se puede consagrar a nuestra Señora, que es la Madre de Dios, es decir, la Madre del Hijo de Dios, Jesucristo. Y esto se ha hecho durante siglos. También puedes consagrarte a San Miguel Arcángel, ya que es el comandante en jefe de los ejércitos de Dios.

Pero no puedes consagrar nada a nadie si, como dije, no tienes autoridad sobre ello.

Por lo tanto, un sacerdote no puede consagrar su casa, si usted, el propietario, no está de acuerdo con ella explícitamente. Y ningún sacerdote puede consagrar una parroquia, sin ser el Párroco de la Parroquia y tener la aprobación del Obispo. Del mismo modo, ningún obispo puede consagrar una diócesis que no sea aquella en la que tiene jurisdicción. Y el emérito no puede consagrar la diócesis, a menos que sea delegado por el actual obispo ordinario que gobierna.

Y ni siquiera el Papa puede consagrar a ninguna nación, sin el consentimiento de esa nación, a través de su monarca o gobierno, o por alguna concesión especial o delegación de Dios.

Ahora en Fátima, Nuestra Señora dijo que había sido enviada por la Santísima Trinidad para dar a conocer, que Dios ha querido la consagración de Rusia a Su Inmaculado Corazón, y exigió que esto fuera hecho por el Romano Pontífice en comunión con todos los Obispos como cumplimiento de esta petición.

Por lo tanto, hay una delegación especial y un acto especial solicitado a los así delegados.

El acto debe ser la consagración de Rusia. No se puede incluir ninguna otra intención, porque eso no está autorizado por la delegación.

El acto debe ser realizado por el Santo Padre, el Sucesor de San Pedro. Y no el presunto, sino el real.

El acto debe contener las palabras explícitas: «Consagro Rusia al Inmaculado Corazón de María» y dejar en claro que esto se hace para cumplir con la petición de Dios Todopoderoso verificada a través del milagro del sol en Fátima, o al menos referirse contextualmente a eso.

El acto debe hacerse en concierto con todos los Obispos que tienen la misma intención y hacen el mismo acto. Es de suponer que todos deberían hacerlo en el mismo momento, porque es un acto de piedad, no una conmemoración de Mardi Gras.

Así que si un antipapa lo hace en comunión con todos los obispos, algunos de los cuales saben que es un antipapa y otros que saben que es un hereje y otros que están muy confundidos, tal acto no puede tener ningún efecto, porque Dios no será burlado por conceder gracia por un acto que Él no ha pedido o de una manera que viola Su voluntad.

Tampoco puede hacerlo un antipapa, ya que no tiene jurisdicción sobre nada, a los ojos de Dios. Tampoco será un acto válido, si a los ojos de los hombres se considera válido, porque los hombres deben obedecer a Dios, no a los hombres de Dios.

Pero, ¿qué pasa si el Papa Benedicto XVI consagra Rusia al mismo tiempo en su capilla privada?

Eso no es lo que se pide. Los obispos del mundo, al consagrar algo en comunión, deben como hombres saber quién es el Papa y unirse conscientemente a su acto. De lo contrario, no tienen la intención formal de participar en el acto del Papa Benedicto XVI, sino más bien en el acto de Bergoglio.

Aquellos que quisieran que la situación fuera de otra manera simplemente están tratando de forzar sus deseos y juicios personales sobre la Santísima Trinidad y hacer de Dios un instrumento de satisfacción de sus propias voluntades. Y eso es un augusto sacrilegio. Vas al infierno por tal presunción.

Y vas al infierno por decir que es un pecado, para llamar a esa presunción.

ACTUALIZACIÓN: Aquí está la oración oficial de «encomienda y consagración», que como puede ver, no cumple ninguna de las condiciones:

Benedicto XVI debutará como Papa de la nueva Iglesia

Carbonia octubre 10, 2020

Elevad vuestros corazones al Altísimo.

He aquí, todo está cumplido, el tiempo está a punto de detenerse, llamaré a mis hijos por mi nombre y los resucitaré a Mí y en Mí encontrarán su dimensión legítima, serán felices para siempre.

El aire que respiras está envenenado, el agua está contaminada, los hijos malditos de Satanás lanzan sus gérmenes infecciosos al aire, escupen su veneno sobre esta Humanidad que aún no ha abierto los ojos a la situación en la Tierra.

Las ovejas sin pastor se abandonan al primero que viene, al que ahora las encadenará.

Las luces de este mundo están a punto de ser apagadas por la verdadera Luz, por Aquel que creó todo por amor, amor, amor infinito.

La justicia divina está a las puertas de este mundo, esta Humanidad será verdaderamente puesta en una condición de castigo si no se arrepiente antes del día que el Señor ha marcado.

Comportaos con dignidad, no os dejéis someter por el diablo, guardad en vosotros mi santo Evangelio y rezad el santo Rosario.

María está contigo en la Tierra, pronto se manifestará como una mujer vestida con el sol, extenderá su manto y consagrará la humanidad a sí misma, será un momento muy especial porque al hombre todavía se le dará la posibilidad de elegir.

María, Madre de Jesús y vuestra Madre, tratará de acogeros a todos en su interior, os pondrá sobre su pecho y os bendecirá en el santo nombre de su Hijo Jesús.

La catástrofe se acerca, … El Cielo está esperando algunas posiciones, entonces el Infierno estallará en la Tierra.

Benedicto XVI debutará como Papa de la nueva Iglesia, y se manifestará con su poder en el santo nombre del Señor, y tendrá a su lado al que tomará las riendas de la Iglesia, como lo hizo al principio, cuando Jesús le dio las llaves de la Iglesia.

Con Benedicto XVI, saldrás a declarar la Era de la Paz. Con María Santísima, saldréis a evangelizar al resto del pueblo, a los que se han vuelto contra Dios.

Preparad vuestra nueva túnica, con María seréis grandes, a su lado debutaréis como hijos del Amor y seréis victoriosos en la misión en Cristo Amor, contra Lucifer.

Levantad vuestras cabezas y esperad el clamor de Dios Padre que os anunciará el Aviso, …. ¡Su justicia!

Mis amados hijos, ustedes que me buscan y me siguen con verdadero amor, en verdad les digo: están a punto de ser transformados a imagen y semejanza de su Dios amoroso.

Más tarde, la tormenta estallará repentinamente y solo los hijos de Dios tendrán la oportunidad de vencerla, mientras que aquellos que han rechazado a su Creador para seguir al Engañador sucumbirán.

Has llegado al final de la carrera, tu Madre Celeste viene ahora para tomarte de la mano y guiarte con Ella a la verdadera misión, la que triunfará en Mí.

Aléjate de las falsas luces, Dios viene ahora para poner fin al engaño y hará que todo florezca de nuevo en Él.

Gracia y misericordia para ti, Dios te bendice, te ama y te espera como valientes soldados al lado de María en la batalla final contra Satanás.

Mediten, todos ustedes, mediten… esta palabra mía es para todos, vuélvanse rápidamente a la Verdad y permanezcan en la Verdad.

Dios es amor. Amén

Colle del Buon Pastore

Benedicto se une

El Papa Emérito Benedicto XVI se unirá a Francisco y a los obispos del mundo en la oración por la consagración de Rusia y Ucrania el 25 de marzo.

Sin embargo, lo hará en privado y no estará presente en la ceremonia de consagración en la Basílica de San Pedro.

CNA Deutsch, la agencia de noticias hermana en alemán de CNA, confirmó esos detalles el domingo con el secretario personal del Papa retirado, el arzobispo Georg Gänswein.

«Por supuesto, el Papa Emérito Benedicto XVI se unirá al llamado de Francisco en oración con respecto a la consagración de Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María», escribió Gänswein en un correo electrónico a la agencia de noticias.

Francisco acordó llevar a cabo la consagración de los dos países en respuesta a una solicitud urgente de los obispos de rito latino de Ucrania. Desde entonces, el Vaticano ha confirmado un informe de la CNA del 17 de marzo de que el Papa ha pedido a todos los obispos del mundo que se unan a él en la consagración.

Al intervenir BXVI, el Cielo derramará sus gracias de una manera que no conocemos, pero ciertamente no en la medida prevista.

Y tenga en cuenta que esta consagración ha sido solicitada por temor a que la guerra prolifere, no con un propósito espiritual con respecto a la conversión / salvación de las almas, el propósito principal de las apariciones de Fátima.

es.news/María F