Cómo la ley trans que promueve el Gobierno en España ata de manos a los padres

Si se aprueba, los adolescentes podrán realizar el cambio de sexo sin que sus padres lo sepan. Si estos se oponen, hay pena de multa de hasta 150.000 euros. Todo cabe, excepto la visión de los médicos de salud mental.

Según el Instituto de Bioética (UCV) español, en 2022 entre el 80 y el 95% de los menores que se declaran trans y esperan a ser adultos para empezar la transición, no llegan a realizarla nunca. En unas declaraciones recientes, el doctor Celso Arango, jefe de psiquiatría juvenil del hospital madrileño Gregorio Marañon, afirma que la cifra de adolescentes que se proclaman trans sin serlo se ha duplicado por la ideologización de los jóvenes en los últimos años.

El 27 de junio de 2022, el Consejo de Ministros español aprobó el «Anteproyecto de ley para la Igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos LGTBI». Eso quiere decir que en este momento se ha convertido en proyecto de ley y pasa al Congreso de los Diputados para su discusión con urgencia.

«Todo depende»

Esta ley regula la «autodeterminación de género», es decir, si se aprueba, la identidad sexual dependerá de la percepción de cada uno.

La ley deja de lado la supervisión de los adolescentes mediante profesionales de la salud mental ante un caso de afirmación trans. En pocas palabras, ya no serán necesarios informes o pruebas con tutela médica o judicial.

Además, se podrá cambiar de sexo sin límite de cambios y sin necesidad de pasar por un tratamiento hormonal o quirúrgico. Una persona, sin alterar en absoluto su cuerpo, será tratada por el sexo que declare ser, con todas las consecuencias.

Esto obligaría, por ejemplo, a las escuelas a tratar a los alumnos según su género sentido y a incorporar la perspectiva trans en los contenidos académicos. También se tratará como falta grave el uso, en centros educativos, de material que se considere discriminatorio.

Sanciones

Como si fuera poco, en caso de intervención de un profesional de la salud mental que ponga en duda la necesidad de transición, se verá culpado de «terapia de conversión» y se enfrentará a sanciones entre 10.000 y 150.000 euros.

Este proyecto de ley pone al descubierto una tendencia hacía una política de cuotas en todos los ámbitos de la sociedad: contratación de personal, colegios… Es más, se contemplan inspecciones con su consecuente sanción en caso de sospecha de discriminación en la contratación de personal trans.

El movimiento trans está respaldado por todo un trabajo de influencia a través de redes sociales, revistas, cine, series, internet… A esto se suma la industria millonaria de las farmacéuticas y clínicas de cambio de sexo.

Claramente, se ha invertido mucho esfuerzo y dinero en romper el vínculo entre la biología y la identidad sexual. El movimiento trans está respaldado por todo un trabajo de influencia a través de redes sociales, revistas, cine, series, internet… A esto se suma la industria millonaria de las farmaceúticas y clínicas de cambio de sexo: se trata de un gran negocio.

Está demostrado que, cuanto más joven se transiciona, más posibilidades hay de arrepentirse.

Hay ya varios casos de detransicionadores en todo el mundo. El mundo occidental se está viendo afectado por un relevante número de adolescentes (sobre todo niñas) que afirman tener disforia de género pues es la respuesta que se da hoy a cualquier malestar.

En muchos casos, como dice Abigail Shrier en su libro Un daño irreversibleestamos pues ante casos de disforia de género acelerada (fomentados por el entorno social, redes sociales…). De esta manera, en la adolescencia ser trans es algo en lo que uno puede querer convertirse aunque no sufra disforia de género.

En la adolescencia ser trans es algo en lo que uno puede querer convertirse aunque no sufra disforia de género.

¿Qué podemos hacer como padres?

Esta ley menoscaba la patria potestad de los padres, les considera como obstáculos intolerantes ante una decisión de sus hijos.

Esta ley no deja a los padres actuar de padres y se justifica afirmando que lo que necesitan los niños y jóvenes es mayor libertad sexual o una programación de educación sexual gubernamental. Cualquier cosa antes que la familia de sangre para dejar paso a las «familias queer«.

Por suerte, entre la sociedad van surgiendo algunas voces que denuncian las terribles consecuencias de esta propuesta de ley. Por ejemplo, la Asociación Amanda.

Se trata de una agrupación apolítica y aconfesional de madres de adolescentes y niñas afectadas por disforia acelerada.

El sábado pasado, en Madrid, la Asociación Amanda presentó públicamente un manifiesto en protesta ante el acuerdo de la Mesa del Congreso relativo a la tramitación de la conocida como ley trans por trámite de urgencia y con competencia legislativa plena. Todo el que lo desee, puede unirse a su manifiesto a través de la página web de la asociación (www.amandafamilias.org).

Cuando ya no puedes más con tu hijo adolescente…¡la solución!

El amor es el poder más grande

Consejos útiles para un padre amoroso que trata con un niño no tan adorable

Cuando me convertí en madre por primera vez hace 23 años, nunca pensé que sería posible que no me gustara mi propio hijo. Sin embargo, en el transcurso de las últimas décadas ha habido momentos en los que no me ha gustado uno de mis hijos, especialmente cuando se acercaban sigilosamente a la adolescencia.

Si bien los he amado intensamente, ¡y todavía los amo!, me sorprendieron estos sentimientos de disgusto. Quiero decir, no es algo que quieras admitir ante ti mismo, y mucho menos ante amigos y familiares. Y ciertamente no estaba escrito en ningún manual que estos horribles sentimientos negativos asomarían la cabeza y me llenarían de culpa, confusión e ira.

Recientemente, después de un tiempo muy difícil con uno de mis hijos, en realidad me quebré y hablé con otras dos mamás de jóvenes. Ambas habían pasado por momentos muy difíciles, ambas se sentían completamente desgastadas y cuestionaban su maternidad.

Me hizo pensar: si nosotras tenemos estos sentimientos, otras mamás también deben tenerlos. Y en realidad me hizo enojar más. Somos tres madres amorosas que siempre hemos hecho todo lo posible por nuestros hijos. Todas trabajamos duro y tratamos de inculcar en nuestra descendencia los valores que son importantes para nosotras. Sin embargo, nuestros esfuerzos, según nuestros hijos, aparentemente no son lo suficientemente buenos.

Una llamada de atención

Escucharnos a todas expresar nuestras experiencias fue un gran grito de guerra: «¡Somos buenas mamás!». Pero, ¿cómo avanzamos con sentimientos negativos hacia nuestros hijos?

Luego pensé en mi propia mamá, que tenía 9 hijos . ¿Alguna vez le disgustó alguno de nosotros? Ella es tan sabia y tan comprensiva. Seguramente tiene el secreto para tratar con adolescentes insatisfechos.

Pensé en una expresión que usa a menudo: «Todo sale en el lavado». Realmente no entendía a qué se refería cuando era más joven, especialmente porque uno de sus muchos talentos es quitar las manchas difíciles de la ropa que la gente normal dejaría por imposible.

Ahora, en retrospectiva, entiendo lo que quiere decir. Nuestros hijos nacen y se colocan en un ciclo largo y caliente. Durante los diversos ciclos, dan vueltas, hacen mucho ruido, luego se calman y luego vuelven a ponerse en marcha. El ciclo de lavado terminará algún día. Habrá calma; solo tenemos que aguantar y ser pacientes.

Es dificil. Tenemos que apegarnos a nuestras armas. Al admitir que no nos gustan nuestros hijos, podemos tomar medidas para ayudarnos a volver a quererlos. No es fácil, pero aquí están las tácticas que he estado usando y que parecen ayudar:

1 ACEPTA TUS SENTIMIENTOS.

Es horrible mirar al niño que amas y admitir que no te gusta. Pero recuerda: no es un estado mental permanente. Si no te gusta una comida que has preparado, haces ajustes hasta que funcione. Trata de pensar en tus hijos como si fueran una comida que no está bien sazonada.

2 NO DISCUTAS LAS COSAS CUANDO TODAVÍA ESTÁS ACALORADO.

Una de las peores cosas que puedes hacer es abordar temas difíciles cuando tu hijo te está gritando. Diría cosas hirientes. Normalmente, las personas dicen cosas en el calor del momento de las que luego se arrepienten. Es un mecanismo defensivo natural atacar cuando estás enojado. Piensa en tu hijo como un animal enojado y herido, y háblale cuando esté tranquilo.

3 NO ENUMERES TODOS SUS FALLOS.

Esto es complicado. El mal comportamiento es inaceptable. Los niños necesitan que se señalice este comportamiento, pero solo de una manera que pueda ayudarlos a seguir adelante. Esto significa salir con soluciones prácticas a sus problemas. Si tu hijo necesita ayuda con la gestión del tiempo, por ejemplo, sugiere un horario realista que pueda ayudarlo.

4 TOMARSE UN TIEMPO.

Una táctica que realmente me ayuda cuando estoy lidiando con un adolescente insoportable es tomarme un descanso de él. Recientemente tuve una situación en la que me sentí tan devastada que no podía hablar con mi hijo. Necesitaba saber las consecuencias de sus palabras, y cuánto me había lastimado. Mi silencio fue probablemente el mensaje más fuerte que pude haber enviado.

5 DI NO A LA CULPA.

Es muy fácil caer en la trampa de preguntarse qué deberías haber hecho y qué podrías haber hecho mejor. Detente. Como padres amorosos, hacemos lo que creemos que es mejor en el momento. No tratamos deliberadamente de sabotear la vida de nuestros hijos. Hay factores externos que juegan un papel muy importante, y es importante recordar que si bien sentimos que nuestros hijos son un reflejo de nosotros, también son en gran medida su propia persona. Y, lo que es más importante, en la edad adulta temprana están lidiando con una gran cantidad de sentimientos y frustraciones que no siempre pueden verbalizar o comprender.

6 ¡CULPA DEL COVID!

He pasado los últimos años culpando a la pandemia por casi todo, especialmente por el impacto que ha tenido en nuestras vidas. En realidad, la pandemia ha afectado a nuestros hijos de maneras que aún no podemos entender. En un momento de sus vidas en el que deben sentirse libres de preocupaciones, han tenido que lidiar con restricciones que no son consistentes y, a menudo, no tienen sentido. El impacto a largo plazo del SARS-COV2 no se sabrá por mucho tiempo, así que ten esto en cuenta cuando vea que sus hijos tienen dificultades.

7 ORAR.

¡Y reza mucho! No puedo decir cuántas veces le he suplicado a la Virgen que me muestre el camino, que me enseñe a tener paciencia y me dé la fe para no desistir de mi hijo. Funciona. Siempre es cuando estoy en mi punto más bajo, al final de un momento difícil, cuando ella viene a mí por la noche y alivia mi angustia, y me recuerda que todo saldrá a la luz.