“LA EUTANASIA” MUERTE INDUCIDA

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Mario E. Fumero

 

   ¿Tiene derecho el hombre a disponer de la vida cuando considere que está al borde de la muerte, y vive en sufrimiento? ¿Tiene derecho la ciencia o el Estado a eliminar a los que están en etapa terminal, o son un estorbo social? Tristemente Colombia y España están legalizando la eutanasia junto a la promoción del aborto y la agenda gay, por lo que vamos a un mundo sin valores, Estas preguntas nacen en una sociedad donde la falta de principios, por un lado, y los intereses creados por otros, se plantean el dilema de la “eutanasia” y esto lo vamos a analizar.

          Esta realidad se ha puesto de moda debido a la proclamación de que “Dios ha muerto”, hecha en el 1989 por el profesor Theodore Altizer. Después aparece el Dr. Jack Kevorkian llamado el doctor de la muerte, defendiendo la eutanasia y ayudando a las personas a morir, convirtiéndose en el “dios” que determina la muerte de un enfermo. Estos hechos han ido abonando el camino para que la eutanasia se convierta en un estilo de conducta social que se está legalizando en muchos países, como por ejemplo Holanda.

          Antes de analizar el tema debemos, plantearnos el significado del término “eutanasia”. Esta palabra “eu” y “tanasia” se compone de dos vocablos griegos “eu” que significa: “claro o bueno” y “thánatos” que significa “muerte o muerto”. Al unirla, el sentido es inducir la muerte para evitar el sufrimiento, provocándola[1] mediante la administración de ciertos medicamentos. Cuando se habla de eutanasia, se expone un método por medio del cual se le aplica a las personas una solución para eliminar el sufrimiento. La enciclopedia afirma que “hay otros medios lo suficientemente eficaces para aliviar los últimos días a cualquier enfermo incurable[2] sin tener que provocar la muerte para evitar el sufrimiento. Así que ese argumento no es valedero.

          ¿Qué promueve la eutanasia en nuestro tiempo? El otorgarle al enfermo el derecho a la muerte cuando éste lo pida. Esta acción va contra el orden Divino.

Existen dos razones básicas para que la eutanasia funcione a nivel legal.

          La primera está vinculada a la persona misma o sus familiares. El enfermo desea evadir el sufrimiento de una enfermedad letal, dolorosa o que le lleva a una vida vegetativa[3]. Antes de llegar al punto crítico de la agonía o coma, éste solicita a sus seres queridos, o al médico, que le produzcan la muerte a través de un procedimiento clínico, para no sufrir él, ni sus seres queridos.

          En esta situación se alega el derecho de la persona a no sufrir, y la muerte es una forma de escapar a una realidad inminente. En los países donde la eutanasia es legal, como en Holanda, el médico le pone una inyección letal, y así se evita llegar al punto crítico de la etapa terminal.

          El segundo caso de eutanasia es la dispuesta por el sistema social, para eliminar a los que ya no tienen solución a su mal y se convierten en una carga pública, social y eco-nómica para el Estado. Aquí no solamente se plantea la eliminación de los enfermos terminales, sino también eliminar a los ancianos o minusválidos que sean una carga para el erario público.

          Las estadísticas de muchos países industrializados, que practicaron una planificación rigurosa de la familia, revelan que su población está en proceso de disminución y envejecimiento, por lo que hay más ancianos que jóvenes. Esto hace que la fuerza productiva de la nación se reduzca, habiendo una descompensación entre jubilados y trabajadores. La tasa de pensionados sobrepasa la capacidad de ingresos de la seguridad social, ya que existe por cada cinco personas jubiladas, dos personas jóvenes que trabajan. Al ser más los pensionados que la fuerza productiva, por el decrecimiento poblacional, el colapso económico de los sistemas de seguridad social y jubilación conducirán a una bancarrota. Además de lo anterior, los recursos médicos para atender a tantos ancianos llevarán a una crisis financiera caótica. Si esto es así, ¿Cómo resolver el problema? Es ahí cuando entra en escena la idea absurda de producir una eutanasia institucionalizada, para quitar del medio toda carga pública[4]. Eliminando ancianos, enfermos terminales y minusválidos inútiles, se logra reducir la carga financiera del sistema.

Esta idea, escondida, pero latente en los círculos financieros de las altas esfera, se ha revelado en algunas películas de cine, donde en el mundo del futuro todos tienen derecho a vivir mientras sean productivos, determinado por un “dios estado” que establecerá las normas de quien puede vivir, y quien deben morir.

          ¿Podemos aceptar tal acción a la luz de la Palabra de Dios, donde la vida es un don inapreciable? Nadie, absolutamente nadie, tiene el derecho de disponer de la vida sino aquel que la dio. El mandamiento de “NO MATARAS” sigue vigente y no podemos tolerar que un ser humano, usurpando el lugar de Dios y alegando filosofías evasivas de la realidad se tome el derecho de determinar quién debe morir. El único que puede quitar la vida es aquel que la dio, y nosotros no nos pertenecemos a nosotros mismos, pues como dice san Pablo: “Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. Pues si vivimos, para el Señor vivimos: y si morimos, para el Señor morimos. Así que sea que vivamos o que muramos, del Señor somos”. Romanos 14:7-8.


[1] – “Diccionario General Ilustrado de la lengua Española” Edición Bibliográfica S.A.  Barcelona, España, 1984. Página 700.

[2] – “Diccionario Enciclopédico Salvat”. Barcelona, España. 1955 .Vol VI,  página 492.

[3] – No confundamos eutanasia activa, con la pasiva que yo llamo distansia, y que es no detener la muerte artificialmente, dejando que la misma siga su curso normal, no usando recursos humanos para prorrogar la vida.

[4] – En países como Perú se descubrió que para frenar la super-población organismo internacionales, en combinación con el gobier-no, esterilizaron a mujeres indígenas, sin información ni permisos de ellas. Si se ha hecho para frenar la superpoblación, ¿qué no harán para equilibrar su descompensación?

¿POR QUÉ PROHIBIERON LA PELÍCULA DEL ORIGEN DE BUZZ LIGHTYEAR EN 14 PAÍSES?

POR DIEGO LÓPEZ MARINA | ACI Prensa

“Lightyear” es la nueva película para niños de Pixar y spin off de la exitosa saga Toy Story, ha sido prohibida en 14 países de Medio Oriente y Asia debido a una escena que ha generado polémica y múltiples críticas en redes sociales.

En la película animada se muestra un beso lésbico entre dos personajes femeninos, una escena que Disney, la empresa dueña de Pixar, eliminó inicialmente, pero que luego volvió a colocar ante la molestia de su personal creativo.

Los animadores de Pixar publicaron una carta abierta diciendo que Disney había exigido recortes, censurando el “afecto abiertamente gay” y en protesta contra el manejo del CEO de Disney, Bob Chapek, frente a la ley de Florida (Estados Unidos) llamada por sus críticos “No digas gay” (Don´t say gay), que prohíbe el adoctrinamiento de los niños con ideología de género en las escuelas.

La prohibición de Lightyear se produjo en Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Arabia Saudí, Egipto, Kuwait, Omán, Qatar, Malasia, Indonesia, Jordania y Líbano, entre otros. Chris Evans, quien interpreta la voz del personaje principal Buzz “Lightyear” criticó a quienes rechazaron el beso lésbico en su nueva película llamándolos “idiotas”, durante una entrevista con la agencia Reuters.

“A mis hijos les encantan las películas de Toy Story. Pero no veremos Lightyear. No veré una película para niños en mi casa que intente normalizar el comportamiento desordenado. Eso no pasará”, criticó en sus redes sociales la activista provida estadounidense Abby Johnson, quien es madre de 8 hijos.

Giuliana Calambrogio, madre peruana de 8 hijos y magíster en Matrimonio y Familia de la Universidad de Navarra, dijo a ACI Prensa que, “sobre todas las cosas, se debe proteger la inocencia de los niños” y “no ponerlos en situaciones en las que van a tener conflicto entre lo que es lo natural y aquellas situaciones en las que, si bien suceden, no son parte del común”.

“Un niño entre los 4 y 6 años está en la edad del pensamiento imaginario, cree en los unicornios, hadas, Santa Claus, y por eso, algunos aprovechan esta edad para introducir la idea del género, de la homosexualidad, y tratar de normalizarlo, algo que además se convertirá en un patrón que verán durante todo su desarrollo debido al influjo cultural y de las películas”, explicó.

Según Calambrogio, una escena lésbica como la de Lightyear “no es anecdótica, porque los niños van a ver en esta película a sus modelos, a sus superhéroes”.

“Entonces, se ve que el superhéroe avala la relación entre mujeres del mismo sexo, que busca equiparar esta relación afectiva a la relación matrimonial, cosa que no es igual”, dijo.

La líder provida cree que es “importantísimo el mensaje que dan los países que prohibieron la película, porque hacen un sabotaje de taquilla y están preservando la inocencia y desarrollo psicoafectivo de sus niños”.

“Son sociedades en la que si bien hay una fe distinta a la cristiana, son coherentes”, subrayó.

Lightyear se estrena el 16 de junio en varios países de Latinoamérica y al día siguiente en los Estados Unidos.