Acogieron a seis sobrinos tras el accidente mortal de sus padres

«Se sale si la familia está unida»

Los Nebot Bayano y los Prats Nebot, convertidos en una única familia. La imagen corresponde al día en el que recibieron el Premio Hirukide.

El 15 de mayo de 2018, en una carretera de Soria, un accidente fatal al chocar contra un camión costaba la vida de Xavi Prats (director de comunicación de Fomento de Centros de Enseñanza, institución vinculada al Opus Dei que gestiona más de treinta colegios), de su esposa Teresa Nebot y de la madre de ella, María del Carmen del Valle. Xavi y Teresa, ambos de 42 años, tenían seis hijos de entre 8 y 18 años, que perdían así a sus padres y a su única abuela.

Los seis hijos del matrimonio Prats Nebot fueron acogidos por Miguel Nebot, hermano de Teresa, y su mujer Elisa Bayano, a su vez padres de dos niños y esperando un tercero. Este gesto de unidad y amor familiar fue recompensado en noviembre con el Premio Hirukide que entrega la Federación de Familias Numerosas de Euskadi, que valoró «su actuación ejemplar y su generosidad ante la adversidad».

Ésta es la entrevista que el mismo portal de Hirukide les planteó para que contasen cómo fue la experiencia de la tragedia y la adaptación posterior de ambas familias reconvertidas en una:

-El 15 de mayo de 2018 recibisteis una noticia que cambió vuestras vidas para siempre… ¿cómo sucedió?

Miguel: Estábamos en la consulta del médico, porque Elisa estaba casi para dar a luz a nuestro tercer hijo y ahí nos dijeron que en principio tendríamos que ir ya para el hospital… Mientras estábamos en la consulta recibí varias llamadas de un hermano y a la cuarta ya le cogí y me dijo que mejor saliera de la consulta para seguir con la llamada. Ya en la calle me dio la noticia y mi primera reacción fue no creérmelo. Luego me dijeron que les ocurrió lo mismo a todos los hermanos. Pensar que podía ser una equivocación o un error… Y una vez medio asumido, entré de nuevo en la consulta donde estaba Elisa.

Elisa: Él entró blanco y no reaccionaba; estaba en shock mirando al infinito. Pidió que nos dejaran a solas y cuando me dio la noticia, lo único que yo decía era no puede ser, no puede ser. No lo podíamos aceptar; era demasiado fuerte. Nadie está preparado para una noticia así… Yo en ese momento solo pensaba en los niños.

-¿Y se te paralizaron las contracciones en seco?

-Sí, al comentar a la ginecóloga lo sucedido, me dijo que o daba a luz esa noche o se paralizaba el parto y así fue; se retrasó diez días.

-¿Y cómo se gestiona una situación así?

Elisa: Estábamos en shock. No sabíamos ni qué decirnos, llorábamos… Fue un momento caótico; el peor de mi vida. Decidimos que Miguel se cogiera un taxi y fuera para Soria, donde había sido el accidente, porque no le veía capacitado para conducir.

Miguel: En esos momentos no llegas a saber realmente la profundidad que tiene el asunto. Sientes mucho malestar físico, no puedes casi comer o dormir… y al final empiezas a estar un poco mejor y a ser un poco más ejecutivo y resolutivo. La suerte que tenemos es que tanto los Prats, la familia de mi cuñada, como la nuestra somos numerosas y desde el inicio se hicieron dos equipos; uno más administrativo y otro más de familia, orientado a los niños. Porque la parte más dura de todo fue comunicar a los niños el fallecimiento de sus padres. Aunque también tuvo su parte emotiva, al ver cómo el mayor abrazó y consoló a todos los hermanos…

»Además, recibimos mucho apoyo de todo el entorno de mi hermana y mi cuñado de allí de Madrid, de amigos y de padres del colegio. En el día a día de una familia hay cantidad de cosas que hay que resolver y en muchas de ellas tuvimos mucho apoyo.

-¿Creéis que el hecho de ser tantos hermanos y una gran familia numerosa os ha ayudado a todos a sobrellevarlo mejor?

Miguel: Sin duda alguna. Alguna vez lo hemos comentado viendo el caos y lo que supone. Si esto no le ocurre a una familia numerosa, yo creo que caes por el camino. Todos tenemos nuestras obligaciones, trabajos, quehaceres… y atender las necesidades estos niños, sus actividades, el tema de la tutela, los campamentos… si lo tuviera que hacer una persona sola, sería casi imposible.

»Y luego está la parte psicológico-emocional. Porque ha pasado año y medio y algunos tardíos estamos pasando las secuelas del accidente con algo de retraso y es muy importante el poder hablarlo con otras personas de la familia que te conocen, que te quieren y que están dispuestos a apoyarte de forma incondicional.

-Porque Xabi y Teresa no eran para vosotros dos hermanos más…

Elisa: Sí, yo me metí en la familia de Miguel con 19 años y Teresa era para mí como una hermana. Hablábamos bastante por teléfono, venían aquí todos los veranos a visitarnos y montábamos el campamento en casa con sacos de dormir, porque no cabían.

-¿Y en qué momento decidisteis dar el paso de acoger a todos los sobrinos vosotros?

Elisa:  Años antes, en una de estas visitas, justo hablamos del tema de la tutela. Xabi y Teresa nos preguntaron directamente si seríamos tutores legales de sus seis hijos, en el caso de que les pasara algo a ellos, pero que tendría que ser a todos, porque lo último que querrían es que les separasen. La pregunta nos extrañó y les dijimos que nunca les separaríamos… Cuando nos enteramos del accidente me vino esa conversación a la cabeza y solo pensaba en los niños, cómo estarían pasándolo y que estuvieran todos juntos. Además, luego supimos que también lo habían hablado con sus hijos Javier y Miguel, por lo que, siendo una decisión difícil, la teníamos muy clara. Era raro, pero todos lo teníamos muy asumido.

Miguel: Fue una decisión muy valorada y consensuada con ambas familias. Después del velatorio nos juntamos todos mis hermanos, con los de Xabi y los tres hijos mayores y ahí al preguntarles un poco por qué querían hacer o cómo actuar, Javier, el mayor de ellos comentó que sus padres les habían dicho que si algo les ocurría, que es pusieran en manos de Elisa y de Miguel. Teniendo en cuenta esto y sopesando todas las posibilidades que había con otros hermanos de las dos familias, al final decidimos que la mejor opción era que vinieran con nosotros a Bilbao.

-Y vuestra vida, una vez vinieron, daría un gran vuelco…

Elisa: La adaptación al principio fue un gran caos, porque vinieron a nuestra casa que era pequeña y había montañas de mochilas y las niñas estuvieron semanas sin poder deshacer la maleta. Luego, cuando conseguimos una casa para todos, el cambio psicológico fue bastante importante. Porque ya no estaban ellos en nuestra casa, sino que era una etapa nueva de todos. Con el cambio de casa y el paso de los meses ellos empezaron a sentirse en un nuevo hogar, una nueva familia, ya todos más integrados unos con otros, las costumbres…

»Para nuestros hijos también fue un shock al principio, al pasar de ser los dos principitos y esperar recibir una hermana, a de repente ver cómo les habían metido seis más… Ni el mayor era ya el mayor, ni el pequeño el pequeño.

-¿Qué fue más complicada, la adaptación material o la psicológica?

Elisa: Lo material fue un poco caos inicialmente. Lo que son las compras, las coladas, la casa, etc. Pero lo que priorizábamos nosotros era la adaptación psicológica. Que entre ellos hiciesen una piña, que se viesen como hermanos, que no hubiese comparaciones, gestionar las incomprensiones y la rabia… Pero con el tiempo han ido encontrando todos su espacio en la familia y se han adaptado a las costumbres y normas de la casa. Ahora mismo son unos campeones, han evolucionado un montón este año y son una piña. Da gusto ver que todo el esfuerzo y todo el temor inicial que teníamos ha obtenido sus frutos y que entre ellos el mayor regalo que tienen es más hermanos.

-Y vosotros, habréis tenido que recibir un cursillo exprés en gestión de adolescentes…

Miguel: Bueno, más que un curso exprés, estamos haciendo el extendido. Nosotros desde el año pasado estamos yendo de manera regular a hablar con educadores y con psicólogos para entender cuáles son las necesidades de cada uno e incluso para entendernos a nosotros mismos. El proceso de encaje de ambas familias es largo y se empiezan a ver los frutos ahora, pero en esto se tarda tiempo. Nosotros seguimos yendo casi todas las semanas a sesiones para aprender y saber cómo gestionar todas estas situaciones, las emociones o las necesidades. Y ellos también han necesitado apoyo para saber cómo tratarnos, porque teniendo valores parecidos, las cosas que nosotros podemos valorar, cómo actuamos, lo que premiamos o no, etc., es diferente de la de Teresa y Xabi.

-¿Y podéis decir a día de hoy que podéis llevar una vida un poco normal?

ElisaCada vez estamos más cerca, aunque aún nos falta, porque sobre todo los mayores han tenido que adaptarse. Y luego nosotros, que hemos necesitado mucho aprendizaje de golpe, conocer bien a cada uno, saber guiarles, entenderles… Y es que todos en nuestra casa hemos tenido que readaptarnos. Cuando hemos empezado a vivir juntos, ni Miguel y yo estamos siendo los mismos, ni nuestros hijos, ni nuestros sobrinos y todos estamos aprendiendo a convivir juntos y a adaptarnos. Hemos mejorado mucho, pero aún nos queda camino por delante y retos por conseguir. La que mejor lleva todo es la enana, que cuando nació ya estaba todo montado y el caos que a nosotros nos desconcierta es para ella normal y está a gusto. Además, es el nexo de unión entre todos, porque todos la han conocido como hermana.

-Y para vosotros, como pareja, también habrá sido un reto complicado.

Elisa: Nosotros al principio no tuvimos casi ni tiempo de duelo. Fue todo tan seguido, tan de golpe, que no llegas a asimilar a los que habías perdido. Solo actúas, vas priorizando… y con el tiempo el cerebro por fin se da cuenta de que no están.

Miguel: El primer año fuimos subsistiendo y actuando sobre la marcha y sin poder salir de la rueda para ver cómo estaban las cosas. El año pasado antes del verano tuvimos un momento difícil y sacamos un poco las banderas y pedimos apoyo a ambas familias y tuvimos el verano un poco más tranquilo para coger fuerzas y poner las bases para cuidarnos. Este es uno de los motivos por los que este año hemos estado mejor.

-¿Qué lecciones sacáis de todo esto?

Miguel: Mi padre siempre decía “hay que estar con el candil preparado”, que en cualquier momento te puedes ir y hay que estar preparado. Es algo que te tomas un poco a la ligera y a raíz de esto a mí me ha llegado, porque efectivamente estas cosas ocurren. Por otra parte, el accidente me quitó la posibilidad de despedirme de ellos, como sí me pude despedir de mi padre, que falleció dos años antes. Lección de vida: a la gente que tengas cerca, nunca dejes de decirle lo importante que es para ti y cuánto la quieres, porque nunca sabes cuándo es la última vez que se lo puedes decir.

-¿Qué diríais a las familias que se enfrentan o se enfrentarán a adversidades como ésta o de otra índole en la vida?

Elisa: Que se puede ver todo muy negro al principio y te planteas si estás haciendo lo correcto o no. Pero que de todo se sale, sobre todo si la familia está unida, si hay buena intención, si hay cariño y entrega, al final todo es recompensado. Aunque parezca que no hay luz al final del túnel, de ahí se sale.

Miguel: Yo diría que se permitan flojear, porque cuando ocurre algo así parece que hay que se superhéroes y ese querer cargar con todo puede hacer que la cabeza llegue a quebrarte. Es importante dejarse ayudar. Al principio no quieres pedirla y quieres cargar con todo, pero es necesario y muy bonito ver cómo la gente quiere y busca ayudar.

Pincha aquí para escuchar una entrevista en la cadena COPE a la familia Nebot Bayano.

Kobe Bryant y su hija Gianna fueron a misa de 7 de la mañana

y comulgaron justo antes de morir

Kobe y su hija Gianna iban a un partido que la pequeña iba a disputar. Como era domingo, antes habían ido juntos a misa

Todavía el mundo está conmocionado por el fallecimiento el pasado domingo en un accidente de helicóptero del legendario jugador de baloncesto Kobe Bryant, su hija Gianna de 13 años y otras cinco personas.

Bryant, jugador durante toda su carrera de Los Ángeles Lakers, fue criado como católico por su familia, fe que se alimentó durante su infancia en Italia, donde su padre jugó también al baloncesto. Y precisamente fue a esta fe a la que se agarró Kobe en el peor momento de su vida: cuando fue acusado de una violación, y aunque era inocente, sí reconoció haber sido infiel a su esposa.

Fue un sacerdote el que ayudó a Kobe Bryant a salvar su matrimonio, que finalmente salió fortalecido y con cuya esposa, Vanessa, tuvo otros dos hijos a lo que se sumaba los dos que ya tenía la pareja. Desde entonces, la fe católica fue un elemento central en esta familia.

Domingo de partido… y de acudir pronto a misa

Se van conociendo más detalles sobre este triste suceso como que Kobe Bryant y su hija se dirigían a un partido de Gianna. Y como era domingo, para no faltar al precepto dominical, ambos habían acudido a misa de siete de la mañana en la iglesia de Nuestra Señora Reina de Los Ángeles del condado de Orange. Los testigos confirman además que ambos comulgaron.

Kobe Bryant y su familia eran feligreses de la parroquia de Nuestra Señora Reina de los Ángeles en el condado de Orange

Una vez acabada la celebración religiosa salieron de la iglesia y poco después se subirían en el helicóptero que se acabaría estrellando. Ambos murieron poco después de haber escuchado misa y comulgado.

Salió por detrás para no molestar a otros feligreses

La portavoz de la parroquia Nuestra Señora Reina de Los Ángeles, Julie Hermes, ha confirmado que “la leyenda del baloncesto salió (de la misa) por la parte posterior… y se fue pronto para evitar molestar a otros feligreses».

“Asistió a la misa de 7 de la mañana antes de ir al aeropuerto John Wayne del Condado de Orange. Me imagino que fue directo al aeropuerto, porque la misa fue de 7 a 8 de la mañana. Fue muy discreto. Él entraba y se quedaba atrás, y su familia también, y luego solía irse un poco antes del final de la celebración”, recalcaba esta portavoz parroquial.

«Muy querido en la iglesia y muy devoto»

Y por último, Hermes recalcó que Kobe “era muy querido en la iglesia y muy devoto, muy dedicado a su fe”. De hecho, ella misma acudió en la parroquia a la primera misa que hubo ese mismo domingo después de que se conociera el accidente. Muchos de los asistentes conocían a la familia y estaban profundamente conmocionados.

Kobe Bryant, junto a su hermana, el día de su Primera Comunión en Italia

“Fui a la misa de 12, que fue ofrecida por él. Desde entonces, cada misa se ha ofrecido a Kobe y a las familias de todas las víctimas. Todos estaban atónitos, en silencio, en shock (…) Nuestros feligreses lo conocían no sólo de la iglesia sino de la comunidad, porque Kobe era una parte importante de esta comunidad. Así es como le conocía yo también. Vivo muy cerca de él en Newport Coast. Era una persona normal, no sabrías que era una celebridad, salía solo sin guardaespaldas”.

«Frecuentemente asistía a misa»

Por su parte, monseñor Timothy Freyer, obispo de Orange, diócesis a la que pertenecía la familia Bryant publicó un emotivo mensaje en las redes sociales desde Roma, donde se encontraba de visita al Papa, indicó que “Kobe fue un icono que nos inspiró a través de sus palabras y acciones para alcanzar nuestras metas, trabajar duro y alcanzar nuestros sueños”.

Kobe Bryant estaba casado, logró salvar el matrimonio casi destruido, y tenía cuatro hijos. La más pequeña tiene sólo siete meses (no aparece en la imagen)

Sobre su feligrés afirmaba: “Era un católico comprometido que amaba a su familia y amaba su fe. Residente del condado de Orange y feligrés de nuestra diócesis, Kobe frecuentemente asistía a misa, y se sentaba en la parte trasera de la iglesia para que no distraer a la gente de de la presencia de Cristo”.

También iba a la iglesia entre semana

A raiz de la muerte de la estrella de la NBA, la cantante Cristina Ballestero relató en Instagram un encuentro con Kobe un día entre semana en misa, en la catedral de la Sagrada Familia de Orange. Se sentó detrás de ellas y al ir a comulgar lo hizo inmediatamente después: «Fue una experiencia genial comulgar antes que él y verle en misa entre semana».

Vanessa y Kobe consagraban mucho tiempo a su fundación, dedicada «a mejorar la vida de jóvenes y familias necesitadas», en particular de personas sin techo.

Muere Kobe Bryant

Un hombre de fe que puso su matrimonio en manos de un sacerdote y logró salvarlo

Kobe Bryant falleció en accidente de helicóptero este domingo. Ha sido una de las estrellas más rutilantes de la NBA. En la imagen, el día de su último partido en competición, el 14 de abril de 2016: anotó 60 puntos frente a Utah Jazz.

Este domingo por la mañana (hora local) ha fallecido en accidente el legendario jugador de la NBA Kobe Bryant al estrellarse su helicóptero personal, en el que se desplazaba a un entrenamiento, en una colina de Calabasas (California). Con él viajaba su hija Gianna, de 13 años, quien también ha muerto, junto a otros cinco ocupantes del aparato.

Bryant tenía 41 años y se había retirado de la competición en 2016, tras completar una de las carreras más importantes en la historia del baloncesto de élite norteamericano. Fue cinco veces campeón de la NBA con su equipo de siempre, Los Angeles Lakers, una vez jugador más valioso de la liga y dos veces jugador más valioso de la final, jugó 18 partidos All-Star y fue además bicampeón olímpico con Estados Unidos en Londres y Pekín. Hasta este mismo jueves, cuando fue superado por LeBron James, era el tercer máximo anotador en la historia de la NBA, solo por detrás del mítico Kareem Abdul-Jabbar y de Karl Malone, y por encima de leyendas como Michael Jordan y Wilt Chamberlain.

El llanto de LeBron James al conocer la noticia de la muerte de Kobe Bryant. Habían hablado el día antes, cuando Kobe le felicitó por superarle como tercer máximo anotador en la historia de la NBA.

Kobe Bryant era católico y su fe le ayudó en el momento más oscuro de su vida, como contó en su día Church Pop.

Una estrella desde el principio

Nacido en 1978 en Filadelfia, Kobe creció en una familia católica. Cuando tenía seis años, su familia se trasladó a Italia, a una pequeña ciudad a una hora del centro de Roma. Por este motivo, Kobe hablaba fluidamente el italiano.

Fue seleccionado para la NBA nada más abandonar la universidad [en 1996], siendo la primera vez que un escolta era elegido en el draft tan joven, y se convirtió rápidamente en una estrella. Pronto la gente empezó a especular si no sería «el próximo Michael Jordan».

Las cifras de Kobe son de impresión: toda su carrera en los Lakers, cinco anillos de la NBA, 18 partidos All-Star, 15 veces en el mejor equipo de liga, dos veces (2006 y 2007) máximo anotador y cuarto de todos los tiempos por anotación.

En 2001, cuando tenía 23 años, se casó con Vanessa Laine, de 19, también católica. La boda tuvo lugar en la iglesia católica de San Eduardo, en Dana Point (California). Dos años después, en 2003, nació su primer hijo.

El gran error de su vida

El año 2003 sucedió también algo que cambió su vida para siempre, y por lo que tendría que apoyarse en su fe: fue acusado de violar a una joven en la habitación del hotel durante una estancia en Colorado para operarse de la rodilla.

Avergonzado, Kobe admitió enseguida que había tenido sexo con la mujer y que había cometido adulterio contra su esposa. Pero sostuvo firmemente que no había violado a la mujer.

Además del grave daño que hizo a su familia, aquello tuvo importantes consecuencias para su carrera: sus principales patrocinadores le abandonaron, las ventas de la camiseta con su dorsal se desplomaron y obviamente su reputación general quedó severamente dañada.

En 2017, los Lakers retiraron los dos números utilizados por Bryant durante sus veinte años en el equipo. A la ceremonia asistió junto con su familia.

Un año después, un juez desestimó los cargos por violación [al abandonar la acusación los abogados de la mujer, no llegó a haber juicio, n.n.]. La mujer emprendió también una causa civil contra Kobe, que se sustanció extrajudicialmente.

En julio de 2003, Kobe compareció ante los medios junto con Vanessa para pedir disculpas a su esposa por haberle sido infiel y para negar la acusación de violación.

En medio de todo esto, Kobe hizo una declaración pública en la que pedía disculpas a la mujer, a la familia de la mujer, a su propia familia y a la gente de la ciudad de Colorado donde había tenido lugar el incidente.

La importancia de su fe
En una entrevista en GQ a principios de 2015, explicó cómo le sostuvo su fe católica para ayudarle a atravesar todo aquel desafío.

«La pérdida de los respaldos económicos fue realmente lo que menos me importó. ¿Que si tenía miedo de ir a la cárcel? Sí. Tenía 25 años, tío. Estaba aterrorizado. Lo único que realmente me ayudó durante aquel proceso (soy católico, me eduqué como católico, mis hijos son católicos) fue hablar con un sacerdote. En cierto modo fue divertido. Me mira y me dice: ´¿Lo hiciste?´. Le digo: ´Por supuesto que no´. Entonces me pregunta: ´¿Tienes un buen abogado?´. Y yo le digo algo como: ´Oh, sí, es fenomenal´. Así que se limitó a decir: ´Déjalo pasar. Sigue adelante. Dios no te va a dar nada que no puedas soportar, y ahora todo está en sus manos. Es algo que no puedes controlar. Así que déjalo pasar´. Y ése fue el punto de inflexión».
 
Kobe y su esposa siguieron juntos unos años después de las acusaciones, e incluso tuvieron un segundo hijo, pero en 2011 su mujer pidió el divorcio. Por fortuna, en 2013 anunciaron que se habían reconciliado y suspendido el divorcio. En 2016 tuvieron un tercer hijo y en 2019 el cuarto.

Según informa Catholic News Agency, Vanessa y Kobe asistían habitualmente a una iglesia en Orange County (California). Y a raíz de su muerte, la cantante Cristina Ballestero ha relatado en Instagram un encuentro con Kobe un día entre semana en misa, en la catedral de la Sagrada Familia de Orange. Se sentó detrás de ellas y al ir a comulgar lo hizo inmediatamente después: «Fue una experiencia genial comulgar antes que él y verle en misa entre semana«.

Vanessa y Kobe consagraban mucho tiempo a su fundación, dedicada «a mejorar la vida de jóvenes y familias necesitadas», en particular de personas sin techo.

El arzobispo de Los Ángeles y presidente de la conferencia episcopal estadounidense, José Gómez, expresó a través de un tuit su «tristeza» por la muerte de Kobe: «Rezo por él y por su familia. Descanse en paz, y que la Santísima Virgen María lleve consuelo a sus seres queridos».