«Experiencias de un exorcista»

En dos parroquias de Madrid

«Experiencias de un exorcista»: conferencias del padre Salvador Hernández

Tendrán lugar martes y miércoles y compartirá la charla con José María Zavala, autor de «Así se vence al demonio»

Actualizado 24 abril 2012

ReL

El padre Salvador Hernández, exorcista de la diócesis de Cartagena, estará en Madrid el martes y miércoles de esta semana para ofrecer dos conferencias bajo el título «Experiencias de un exorcista». Compartirá con él ambas charlas José María Zavala, autor de Así se vence al demonio (LibrosLibres), obra para la cual el padre Hernández ha prestado un concurso fundamental.

Los actos se celebrarán en estos lugares y fechas:

Martes 24 de abril, 21.00 horas
Parroquia del Buen Suceso

Princesa, 43 – Metro Argüelles

Miércoles 25 de abril, 20.00 horas
Parroquia de Nuestra Señora de La Moraleja

Nardo, 44 – Metro La Moraleja

 

«Así se vence al demonio»

Prepublicación de «Así se vence al demonio»

Los exorcismos de Juan Pablo II en 1982 y 2000 fueron contra demonios de extraordinario poder

El nuevo libro de José María Zavala incluye relevantes declaraciones de Gabriel Amorth sobre ambos rituales y las circunstancias en que sucedieron.

Actualizado 21 marzo 2012

José María Zavala / ReL

Este martes sale a la venta Así se vence al demonio (LibrosLibres), de José María Zavala, un impactante testimonio de exorcistas y poseídos sobre la realidad de la posesión diabólica y las armas de la Iglesia para luchar contra ella.

El capítulo 3 («Yo he visto a Satanás») incluye una entrevista con Gabriele Amorth, el más prestigioso exorcista del mundo, que lo fue de la diócesis de Roma. En ella cuenta los dos exorcismos, al menos, que realizó Juan Pablo II siendo Papa, y contra demonios de gran poder que no salieron de sus víctimas tras el primer ritual celebrado por el Pontífice y requirieron muchos esfuerzos posteriores.

ReL ofrece, como anticipo de esta obra, la parte de la entrevista consagrada por Amorth al Papa Wojtyla.

Juan Pablo II fue el primer Papa en casi 400 años que se enfrentó, como usted, cara a cara con el diablo. Sucedió el 4 de abril, domingo de Ramos, de 1982, al inicio de su pontificado…
Lo recuerdo perfectamente. Yo conozco a Francesca, la joven que acudió aquella mañana a la audiencia papal en el Vaticano. Previamente, el obispo de la diócesis a la que pertenecía esa chica le preguntó a Juan Pablo II si estaba dispuesto a exorcizarla, a lo que el Papa asintió sin ningún problema. De modo que el Pontífice procedió poco después al exorcismo en su capilla privada del Vaticano. Francesca no hacía más que escupir y revolcarse por el suelo. Las personas que rodeaban al Papa no daban crédito a lo que veían: “¡Nunca habíamos presenciado una escena como la que se describe en los Evangelios!”, reconocían, admiradas.

Pero el primer impresionado resultó ser el mismo Papa, a juzgar por el testimonio del cardenal francés Jacques Martin, según el cual Wojtyla confesó luego a Ottorino Alberti, obispo de Spoleto: “Nunca me había sucedido algo semejante en mi vida”…
Juan Pablo II decía, en efecto: “Todo lo que sucede en los Evangelios, sucede también hoy”. Pero además de pensarlo y decirlo, Juan Pablo II acababa de experimentarlo por sí mismo. Su exorcismo fue de cierta eficacia aunque, siendo sincero, debo añadir que para liberar a Francesca se requirieron cinco años enteros de bendiciones.

¿Recuerda algún otro exorcismo de Juan Pablo II?
Uno mucho más reciente, acaecido en septiembre de 2000. Una chica de diecinueve años de un pueblo cercano a Monza, al norte de Italia, vino una semana a Roma para que la exorcizase junto con mi compañero y hermano Giancarlo Gramolazzo. La sesión se celebraba a primera hora de la tarde, de lunes a jueves. De modo que el miércoles por la tarde ella estaba comprometida con nosotros, pero no así por la mañana. Pensó en acudir entonces a la audiencia general con el Papa en la Plaza de San Pedro. En cuanto llegó allí, los guardias se percataron de que su actitud no era normal y la colocaron en primera fila, junto a los enfermos. Poco después, mientras el Pontífice impartía su bendición a una multitud de más de 40.000 peregrinos, la atractiva muchacha empezó a gritar como una posesa.

¿Intervino la Policía?
Los agentes intentaron tranquilizarla en vano, pues la chica, dotada de una fuerza sobrehumana, logró rechazar a varios de ellos. Gritaba palabras ininteligibles, profiriendo insultos contra el obispo Gianni Danzi, secretario general de la Gobernación del Vaticano, que trataba también de calmarla bendiciéndola con un crucifijo. Intuyendo que la muchacha estaba poseída, monseñor Danzi informó al secretario de Juan Pablo II, monseñor Stanislaw Dziwisz, quien finalmente se lo contó al Papa.

¿Y qué hizo el Papa?
Ordenó que retirasen a la chica a un lugar apartado, donde él mismo pudiese exorcizarla al término de la audiencia pública. Hicieron entrar así a la joven por el Arco de las Campanas, rodeando la Basílica de San Pedro, para conducirla finalmente hasta un lugar cerrado donde Juan Pablo II la exorcizó en presencia de sus padres, del obispo Danzi y de varios hombres que a duras penas podían sujetarla.

Aquella misma tarde, Giancarlo Gramolazzo y yo volvimos a bendecir a la muchacha acompañados de monseñor Danzi. Ella misma nos contó lo ocurrido por la mañana en el Vaticano. El exorcismo del Papa tuvo algún efecto beneficioso, pero no sirvió para liberarla del diablo. Juan Pablo II trató a la joven, eso sí, con inmenso cariño durante media hora, anunciándole que ofrecería por ella la Misa del día siguiente.

El jueves repetimos el exorcismo, durante dos horas. El demonio aludió entonces al encuentro celebrado la víspera con el Papa. Estaba contentísimo. Menudas carcajadas soltó el miserable. Indujo a la pobre muchacha a decirme: “¡Ni siquiera tu jefe [Juan Pablo II] ha logrado hacer nada conmigo!”.

¿Cuál fue el origen de la posesión?
La chica era un portento de bondad y de pureza.

¿Entonces…?
Ofrecía al Señor todos los sufrimientos atroces por la conversión de los pecadores.

¿Víctima de algún maleficio, acaso?
Yo creo que sí. Con tan sólo doce años quedó ya poseída… hasta que tuvo diecinueve. Pero insisto: cuando no se manifestaba la posesión, era buena y candorosa, ofreciendo su particular calvario por la expiación de las almas.

¿Tiembla Satanás cuando se invoca a Juan Pablo II en los exorcismos?
Una vez le pregunté al demonio: “¿Por qué tienes tanto miedo a Juan Pablo II?”. Me dijo que por dos motivos: primero, porque había desbaratado sus planes con la caída del régimen comunista en Europa; y segundo, porque le había arrebatado las almas de muchos jóvenes durante su pontificado. Acto seguido, al preguntarle por qué temía también a la Virgen María, me contestó: “Porque he sido muy humillado y vencido por una criatura humana”.

Pío XII realizó varios exorcismos a Hitler

Gumpel, relator del proceso de beatificación

Pío XII realizó varios exorcismos «a distancia» a Hitler por considerarlo un «endemoniado»

El Papa Pacelli exorcizó «varias veces» y a distancia a Adolf Hitler, por considerarlo una persona poseída; un endemoniado; un hombre tan diabólico en sus programas de dominio y de exterminio, hasta el punto de estar dominado por las fuerzas del Mal. Así lo declaró Sor Pascalina, secretaria particular del Pontífice.

Actualizado 7 agosto 2011

Orazio Petrosillo y Antonio Gaspari/ReL

Ocurrió durante la guerra, y «varias veces». Se trata de algo inusual, ya que los exorcismos se hacen normalmente sobre personas poseídas por el demonio o víctimas de ataques diabólicos. En el exorcismo el Papa invocaba a Dios para que liberase a aquella persona de la influencia diabólica que sufría el Führer y en base a la cual actuaba. Estos hechos de Pío XII fueron revelados por el historiador y jesuita alemán Peter Gumpel, teólogo relator del proceso de beatificación del Pontífice Pacelli, en el trascurso de una mesa redonda celebrada junto con el senador Giulio Andreotti en torno al tema «Pío XII, constructor de la paz», en Roma. Gumpel nos desvela el testimonio jurado de Sor Pascalina Lehnert, en el curso del proceso del Siervo de Dios Eugenio Pacelli, quién declaró que «el cardenal alemán Michael von Faulhaber y otros obispos estaban persuadidos de que Hitler estaba endemoniado, así que alertaron al Santo Padre, y éste, cuando se empezó la guerra, no sólo hizo oraciones, sino que recurrió al exorcismo sobre Hitler en su Capilla privada, presentes nosotras, las religiosas». 

Pío XII contra Hitler 

En contra de los panfletos que han definido sin ningún fundamento a Pío XII como «el Papa de Hitler», el motivo central de la intervención de los ponentes ha sido la réplica documentada a «cuarenta años de calumnias o de pérdida de la memoria en las relaciones de este Papa. La estrategia para proteger a Pacelli de las calumnias es, según Andreotti, la de no jugar a defenderse sino la de pasar al ataque». 

Gratitud de los judíos

En los esfuerzos de Pío XII por evitar la guerra y limitar sus efectos y sobre todo salvar al mayor número posible de judíos (cerca de 700-800 mil según el historiador judío Lapide), emerge el tema de las relaciones Hitler-Pacelli. El pontífice no se encontró con él nunca ni tuvo relación directa con él, sin embargo Gumpel, ha citado en el juicio, las palabras de Pacelli al final de su mandato en Berlín en diciembre de 1929, años antes de la ascensión al poder del dictador en 1933: «Este hombre está completamente poseído, todo lo que no le sirve lo destruye; todo lo que dice y escribe lleva la marca de su egocentrismo; este hombre es capaz de eliminar todo aquello que le resulta un obstáculo. No llego a comprender cómo en Alemania, incluso entre las personas mejores, no se percatan de lo que escribe y dice». 

Un Hitler furioso 

Los historiadores consideran que Pío XII en el año 1940 compartió el proyecto de algunos generales alemanes de expulsar a Hitler del poder. El relator Gumpel ha recordado las diversas protestas del Papa contra el nazismo, como el radiomensaje de la Navidad del 1942, en contra del programa hitleriano «Nuevo Orden», así como las denuncias de las muertes de miles de personas, tan sólo por razón de nacionalidad o de raza. La fiel secretaria del Papa, Sor Pascalina, supo por medio del cardenal von Faulhaber que el Führer estaba furioso con Pío XII, y había exclamado contra el Pontífice, diciendo: «¿De dónde saca tanta fuerza para resistirme y obstaculizar aquello que yo quiero, ese miserable, que no tiene otra cosa que piel y huesos. No puedo destruir Roma, algo que me hubiera dado mucho placer. ¡A cuántos judíos ha salvado, y no he sido capaz de apoderarme de él!».

El diablo no es un idea

Amando Sanz ha realizado exorcismos durante casi 30 años

Un exorcista: «El diablo no es un idea; es un ángel rebelde, pervertido y mentiroso»

Este exorcista madrileño ha visto cómo la fuerza de la oración y el perdón son más fuertes que el demonio y el odio: «No perdonar a los enemigos, guardar rencor u odio, conlleva perjuicios para la salud física y espiritual», asegura.

Actualizado 4 agosto 2011

Sara Martín, Mónica Vázquez/ReL

Es un sacerdote como todos los demás, salvo por ser uno de los pocos autorizados para realizar exorcismos. Sus prácticas son fieles a lo dicho por Jesucristo a los discípulos: «A los que crean les acompañarán estas señales: expulsarán demonios en mi nombre y hablarán leguas nuevas» (Marcos 16, 17).

-En el libro «Habla un exorcista», de Gabriele Amorth, dice que cada exorcista tiene sus experiencias irrepetibles. ¿Cuál es la suya?
-La liberación más notable que tuve fue en Nueva York. Allí bauticé y administré todos los sacramentos a un señor portorriqueño. Poco después alguien me dijo que este portorriqueño se quería suicidar porque tenía «líos» con el demonio. Me dijo que su hijo mayor enfermó a los dos años y ningún médico podía curarle, entonces acudió a un hechicero. El brujo le dijo que hablara con el demonio y que hiciera lo que le pidiera. Una noche de luna llena fue a un bosque y comenzó a invocar al demonio. Le entregó el alma y su hermano se curó. Pero ahora que se había convertido, el demonio le incitaba al suicidio. Yo hice una liberación, él se puso a temblar. Seguí impertérrito orando y seguía igual. Invoqué a Dios una cuarta vez y en ese momento se calmó, se hincó de rodillas, seguí rezando y el hombre se quedó muy contento.

-¿Cuál es el paso previo a cualquier exorcismo?
-Uno de los pasos importantes que pocos conocen es el valor del perdón, ya que no perdonar a los enemigos, guardar rencor u odio, conlleva perjuicios para la salud física y espiritual. Por no perdonar vienen muchas enfermedades físicas, psíquicas y del espíritu. En una ocasión en Madrid vino a verme una mujer a la que los psiquiatras, después de tratarla, determinaron que estaba endemoniada. Como tenía mucha fuerza, vino acompañada de varias personas, entre ellas su marido. Cuando comencé a rezar, ella se puso furiosa, y no la podíamos sujetar entre todos. Estaba revolcándose en el suelo, y yo seguía haciendo la liberación. Por fin se fue calmando y le pregunté si quería confesarse y se confesó. Después ella habló a todos: «Lo que más me ha ayudado a liberarme ha sido el haber podido perdonar a una persona a la que tenía mucho odio».

-La estrategia del demonio. ¿De qué formas ataca el demonio?
-Hay tres grados: posesión, obsesión y opresión. La posesión es francamente rara y ocurre cuando uno hace un trato con el diablo. La poseción es estar sometido al diablo incluso en la voluntad, es como un juguete en manos del demonio. La obsesión es más fuerte que la tentación, por ejemplo, la obsesión de suicidio. Lo que hace el diablo es alentarla. La opresión la puede tener cualquiera, incluso los santos, como el cura de Ars que tenía muchas opresiones diabólicas. San Antonio Abad en el desierto también las tenía.

-¿Por qué cree que la gente recurre más a los tarotistas y a los hechiceros que a la Iglesia?
-La fe se va extinguiendo en varios sectores. Muchas veces cuando voy en Metro me dan papeles con direcciones de brujos y hechiceros que prometen el oro y el moro. Dicen que pueden hacer resucitar el amor en el matrimonio, quitar maleficios, enfermedades. Éste es el demonio que tiene envidia de Dios y quiere imitar lo que hace Dios. Jesús predicó sanando a los enfermos. Si hoy hay pocos signos o señales es por la falta de fe. Entonces la gente, como no ve la solución en la Iglesia, se va a los grupos y hechiceros. Lo que más hago ahora es quitar maleficios. Conozco un caso en Gran Canaria de un matrimonio que fue a un espiritista porque no recibió ayuda de la Iglesia, ya que hay sacerdotes que no creen en esto.

-¿Hacer exorcismos también es bueno para usted? -Sí, ya que ayudar al prójimo es una de las cosas que más gozo me da, ya sea confesando, haciendo un exorcismo. De todos modos sólo soy un instrumento, todo lo hace Dios. Básicamente lo que motiva es ayudar al prójimo. Soy sólo un instrumento, todo lo hace Dios, pero me da un gozo tremendo.

-¿Qué es la oración en lenguas que muchos exorcistas y usted utilizan?
-La oración en lenguas es un don del Espíritu Santo del cual habla San Pablo en la primera carta a los Corintios. Es un don que venía a los cristianos cuando se bautizaban y recibían el Espíritu Santo por la confirmación, porque la ceremonia era seguida una después de otra. Santa Teresa lo llamaba «la jerigonza». En Pamplona yo estaba un vez orando en lenguas y un chico que tocaba la guitarra en un retiro me dijo: «Padre, cuando estaba usted orando en lenguas, yo escuché en español lo que usted estaba diciendo». En la Iglesia no es tan común el don de lenguas. Esto lo ha traído el Espíritu Santo en la Renovación Carismática desde hace 30 años. Es un don de Dios que se había extinguido en la Iglesia, así como algunos otros por la herejía de los Novacianos. Eran unos exagerados que no pedían para nada permiso, ya que lo que importaba era estar inspirados por Dios. Se cometieron muchos abusos, y entonces la Iglesia comenzó a recortar estos carismas: el carisma de profecía, de lengua, de palabra de conocimiento, por los abusos que se cometieron. Ahora el Espíritu Santo ha vuelto a darlos a la Iglesia, a resucitarlos, a renovarlos.

-El diablo maneja la ouija. ¿La ouija es una práctica demoníaca?
-Totalmente. Una persona que hacía la ouija estaba muy impresionada. Ella no quería ir pero su novio la obligaba. La última vez fue, pero se quedó de pie en una esquina de la habitación. Vio que a uno de los que estaban sentados se le tranformaba la cara en diablo «con cuernos y todo», y que se dirigía a ella y le decía «tu padre tiene un tumor gravísimo en el cerebro». Finalmente se comprobó que era cierto y el padre murió. La chica vino a verme para que orara por ella y la ayudara. Está claro que la ouija la maneja el diablo.

-¿El diablo lo ataca por ir contra él?
-Supongo que al diablo no le gusta lo que yo hago, pero como yo siempre me protejo y le pido ayuda a Dios, no lo noto. Creo que el diablo me atacará de mil maneras, pero si digo misa y recibo al Señor todo los días, escucho su palabra, estoy archidefendido de todos los males.

-¿Es verdad que antes se decía un exorcismo después de cada misa?
-Sí, pero se quitó después del Concilio Vaticano II. Se decían dos oraciones: una a la Virgen y otra a San Miguel Arcángel. Todo surgió a raíz de una visión que tuvo el pontífice León XIII durante una misa. En ese momento se levantó y escribió esta oración que mandó a todos los obispos diocesanos del mundo. León XIII experimentó la visión de los espíritus infernales que se concentraban sobre Roma.

-¿Cómo definiría usted al demonio?
-Muchos no creen en el diablo, le llaman fuerzas negativas. Sin embargo el diablo es un ser personal pervertido y mentiroso, se opuso a Dios. El mal no es una abstracción, sino que designa a una persona. El diablo es aquél que «se atraviesa» en el designio de Dios y su obra de salvación cumplida en Cristo.

Un servicio necesario

«Sólo el 26% de las 69 diócesis españolas tienen exorcistas: me parece insuficiente»

El sacerdote Antonio Doñoro cuestiona en un estudio recién publicado la eficacia del nuevo ritual de exorcismos en los casos más graves.

Actualizado 18 julio 2011

Carmelo López-Arias / ReL

En 1999, cuando se promulgó el nuevo ritual de exorcismos, el exorcista de Roma y el más célebre del mundo, Gabriele Amorth, criticó su ineficacia en comparación con el ritual anterior, cuya última edición es de 1952, pero con oraciones de una antigüedad secular.

Un joven sacerdote de la diócesis de Madrid, Antonio Doñoro, licenciado en Teología Litúrgica por la Facultad de San Dámaso, acaba de publicar su tesina justo sobre esa cuestión: Exorcismos. Fuentes y teología del Ritual de 1952 (Toledo, 2011), con prólogo de José Rico Pavés, director del Instituto Teológico de San Ildefonso, que lo ha publicado. Y donde aborda también, con un estudio pionero, la situación de las diócesis españolas ante los exorcismos en los últimos cincuenta años.

Sobre ambos aspectos ha conversado con ReL.

¿Comparte la opinión de Gabriele Amorth?

Como exorcista experimentado que era y sigue siendo, el padre Amorth da su opinión conforme a su experiencia. Yo creo que en algún punto, sin embargo, sus afirmaciones pueden ser matizadas porque no tienen la precisión que requiere una afirmación teológica.

¿Cuál sería ese matiz?

En mi estudio y al consultar con exorcistas experimentados que llevan años realizando esta tarea (ejercen desde antes de 1999), he comprobado que sustancialmente están de acuerdo con el padre Amorth. El matiz consistiría en precisar la palabra “ineficaz”. A mi modo de ver, y por la misma experiencia de otros exorcistas, el nuevo ritual sí es eficaz, válido y útil en algunos casos.

¿En cuáles?

La experiencia dice que en las posesiones hay que distinguir entre casos más graves y más leves. Para estos últimos el nuevo ritual sí es eficaz.

¿No en los más graves?

En mi libro cito un caso concreto atendido por el exorcista de Cartagena, un caso grave de posesión ante el cual el ritual nuevo no resultó eficaz, y sin embargo el antiguo sí lo fue.

¿Todo depende del ritual?

No, la eficacia del exorcismo también depende principalmente de la colaboración de la persona a quien se le realiza, y de la santidad del sacerdote. No obstante, Dios puede tener en cada caso particular razones conocidas por Él de oponerse a la salida de los demonios, y así el poder de exorcizar no sería eficaz de ningún modo.

¿Cuáles son las principales diferencias entre los rituales de 1999 y 1952?

En el ámbito de las oraciones. La principal diferencia es que el ritual de 1999 introduce oraciones ex novo, totalmente nuevas, mientras que el antiguo se componía de oraciones que tenían muchísimos siglos, y que a lo largo de la historia de la Iglesia habían probado su eficacia.

¿Por qué unas oraciones son más eficaces que otras?

Es que no hay que olvidar que el exorcismo es un sacramental muy especial, porque al realizarlo hay oraciones que se dirigen a los ángeles caídos. Y los demonios son seres personales, por ello no es absurdo pensar que reaccionan de distinta manera según se les hable. En el ritual antiguo encontramos dos aspectos que el nuevo no tiene: el modo contundente de imperar a los demonios y las amenazas del castigo eterno que les espera (el infierno). Y pienso que puede haber otra razón. Decía San Atanasio que las oraciones de los santos refuerzan la lucha contra el demonio. ¿Quizá la mayor eficacia del ritual antiguo se deba a que lo elaboraron santos como San Ambrosio o San Martín de Tours?

Es una idea interesante…

Aunque nos movemos en el campo de la reflexión teológica, no es una enseñanza definitiva del Magisterio.

¿Cuándo nació el ritual fijado en 1952?

La primera edición es del Papa Pablo V, en 1614, tras el Concilio de Trento.

La célebre escena de la levitación en "El exorcista"

Pero ya antes había rituales particulares, como el Liber sacerdotalis del teólogo Alberto Castellani, o el Rituale del cardenal Santori, que recogían oraciones que habían demostrado su eficacia, y que fueron incluidas en el ritual de 1614. En principio éste no era obligatorio, pero acabó siendo el oficial.

Y sigue siendo posible emplearlo…

Cuando se edita el de 1999, una nota de la Sagrada Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos abrió la puerta a continuar empleando el de 1952. El sacerdote tiene que pedirlo al obispo, y éste a la Congregación, que la concede, afirma la nota, “con gusto”… Y pienso que esta concesión no se refiere sólo a las oraciones, sino que puede alcanzar también a la normativa del exorcismo. Por ejemplo, a las prescripciones que había que cumplir si se exorcizaba a una mujer y que ahora han desaparecido.

Usted ha realizado el primer estudio sistemático sobre la presencia de exorcistas en las diócesis españolas en los últimos decenios…

Sí. Ya en su momento el que fuera obispo auxiliar de Madrid, monseñor Eugenio Romero Pose, q.e.p.d., sugirió la necesidad de un estudio sobre la situación en España de esta pastoral en el último medio siglo. Yo he querido poner un primer peldaño y ofrecer esta reflexión que pueda servir a la Iglesia en España, aunque muchos datos deben completarse.

¿Hay una atención suficiente a este problema?

Actualmente sólo el 26% de las 69 diócesis españolas tienen exorcistas. Me parece insuficiente. Lo achaco a que muchos sacerdotes no creen en los exorcismos, o lo ven como un instrumento innecesario, o piensan que la acción extraordinaria del Maligno es escasa. En mi opinión, no es tan escasa. El exorcismo es un oficio de caridad de la Iglesia (como la pastoral de migraciones), y la Iglesia tiene que dar una respuesta a esta necesidad.

Porque sí se dan casos…

Se afirma que con la difusión universal del cristianismo el demonio ha visto su poder disminuido. Sin embargo, hoy se da un proceso inverso: lo que está sucediendo en los países antes cristianos es una proliferación de sectas y de secularismo. ¡Por eso ha creado Benedicto XVI el Consejo Pontificio para la promoción de la Nueva Evangelizacion, justo en países de tradición cristiana! Las potencias del mal van avanzando. Pero obviamente la respuesta no se reduce a los exorcismos, consiste sobre todo en la vida sobrenatural: la oración, los sacramentos…

Éste es sólo un instrumento más…

Sí, pero en España hay pocos exorcistas. Incluso en una diócesis pequeña, de cien mil habitantes, ¿no habrá una sola persona que necesite ese servicio? Creo que este aspecto se ha descuidado. Una de las finalidades de la Nueva Evangelización es promover formas e instrumentos adecuados para realizarla. Y éste lo es. También lo fue para la primera evangelización. Jesucristo envía a los apóstoles a evangelizar junto a la autoridad “para expulsar a los espíritus inmundos”.

¿Ayuda el cine de exorcismos a comprender su naturaleza, o la deforma?

Las películas pueden servir para dejar constancia de esta acción que la Iglesia realiza. El cine tiende a mostrar lo más espectacular, sí… pero lo cierto es que los exorcistas te cuentan levitaciones, y también los Santos Padres las relatan. Pero más que recordar la realidad del demonio para tener miedo, estas películas pueden servir para recordarnos que existe un poder superior al de los demonios: Jesucristo resucitado, ante el cual tiemblan los espíritus malignos, y le obedecen. Frente a Él, no pueden hacer nada.

«El mundo tiene que saber que Satanás existe»

El exorcista Amorth a Lucifer: «Por qué te da tanto miedo Juan Pablo II?». El demonio responde…

«He tenido dos respuestas distintas, ambas interesantes», relata el exorcista de la diócesis de Roma, de 86 años de edad y unos 70.000 exorcismos en su haber.

Actualizado 18 mayo 2011

ACI

El padre Gabriele Amorth, sacerdote exorcista de la diócesis de Roma (Italia) y uno de los más conocidos del mundo, señaló a ACI Prensa que el ahora Beato Papa Juan Pablo II se ha convertido, en los últimos años, en un poderoso intercesor en la lucha contra el demonio.

El Padre Amorth tiene 86 años de edad y unos 70.000 exorcismos en su haber. Lo primero que dijo en la entrevista es que «el mundo tiene que saber que Satanás existe«.

En su pequeña y sencilla oficina en la zona sureste de Roma en donde ha llevado a cabo miles de exorcismos, el sacerdote contó que a veces invoca la ayuda de santos hombres y mujeres, entre los que destaca Juan Pablo II, beatificado por el Papa Benedicto XVI el pasado 1 de mayo en Roma ante un millón y medio de fieles.

Durante los exorcismos, contó el sacerdote a ACI Prensa, «le he preguntado al demonio más de una vez: ‘¿por qué te da tanto miedo Juan Pablo II?’ Y he tenido dos respuestas distintas, ambas interesantes».

La caída del comunismo y la salvación de los jóvenes

«La primera, ‘porque desarmó mis planes’. Y creo que con eso se refiere a la caída del comunismo en Rusia y en Europa del Este. El colapso del comunismo».

«Otra respuesta que el demonio me dio fue ‘porque arrebató a muchos jóvenes de mis manos’. Hay muchos jóvenes que, gracias a Juan Pablo II, se convirtieron. Tal vez algunos ya eran cristianos pero no practicantes, y luego con Juan Pablo II volvieron a la práctica».

Al ser preguntado sobre el intercesor más efectivo de todos, el P. Amorth contestó a ACI Prensa sin dudar: «por supuesto que la Virgen es la más efectiva. ¡Y cuando la invocas como María!».

¿Por qué te asustas más cuando invoco a María?

«Una vez le pregunté a Satanás. ‘¿pero por qué te asustas más cuando invoco a Nuestra Señora que cuando invoco a Jesucristo?’ Me contestó ‘porque me humilla más ser derrotado por una criatura humana que ser derrotado por Él«.

El sacerdote dijo también que es importante la intercesión de los que aún viven a través de la oración. Los cristianos pueden rezar por la liberación de un alma, uno de los tres elementos que ayudan en este proceso a los que se suman la fe y el ayuno.

«El Señor les dio a ellos (los Apóstoles) una respuesta que también es muy importante para nosotros los exorcistas. Dijo que para vencer al demonio se necesita mucha fe, mucha oración y mucho ayuno: Fe, oración y ayuno».

El padre Amorth dijo además que en la lucha contra el demonio es necesaria «especialmente la fe, se necesita mucha fe. Muchas veces también en las curaciones, Jesús no dice en el Evangelio soy yo quien te ha curado. Dice, en vez de eso, estás curado por tu fe. Quiere fe en la gente, una fe fuerte y absoluta. Sin fe no puedes hacer nada».

Los cuatro poderes extraordinarios del demonio

El sacerdote miembro de la Sociedad de San Pablo explicó luego a ACI Prensa que «el diablo y los demonios son muchos y tienen dos poderes: los ordinarios y los extraordinarios».

«El poder ordinario es la capacidad de tentar al hombre para distanciarlo de Dios y llevarlo al infierno. Esta acción se realiza contra todos los hombres y las mujeres de todo lugar y religión».

Sobre los poderes extraordinarios, el padre Amorth indicó que estos se concentran en una persona específica y existen cuatro tipos:

«La posesión demoníaca para la cual se requiere un exorcismo, la vejación demoníaca, como la que sufrió en reiteradas ocasiones el Santo Padre Pío de Pietrelcina que era golpeado físicamente por el demonio; las obsesiones que llevan a la persona a la desesperación; y la infestación, que es cuando el demonio ocupa un espacio, un animal o incluso un objeto».

El sacerdote alertó que estos hechos son poco frecuentes pero están en aumento. También manifestó a ACI Prensa su preocupación por la cada vez mayor cantidad de jóvenes que son afectados por Satanás a través de las sectas, las sesiones de espiritismo y las drogas. Pese a ello no se desalienta.

«Con Jesucristo y María, Dios nos ha prometido que nunca permitirá tentaciones más grandes que nuestras fuerzas», apuntó.

«Breve guía» para la lucha contra el demonio

Finalmente en la entrevista el padre Amorth propuso una breve guía a tomar en cuenta en la lucha contra Satanás:

«Las tentaciones del demonio son vencidas primero que nada evitando las ocasiones, porque el demonio siempre busca nuestros puntos más débiles. Y luego, con la oración. Nosotros los cristianos tenemos una ventaja porque tenemos la Palabra de Dios, tenemos la oración y podemos rezarle al Señor», concluyó.

Armas contra el diablo

El porqué de las posesiones: «El demonio es como un coche de lujo y nosotros somos la gasolina»

Mientras el padre Nanni, italiano, contaba su experiencia, Monseñor Mottet, norteamericano, contaba la suya: un caso grave al mes.

Actualizado 3 abril 2011

C.L./ReL

Este fin de semana se clausuró en Roma un curso sobre exorcismo y satanismo organizado por la Universidad Regina Apostolorum y con el patrocinio de las Congregaciones del Culto Divino y del Clero. Objetivo: incrementar la formación de personas ya formadas y con experiencia, en un «combate espiritual» del que, según Marvin Mottet, exorcista oficial de la diócesis de Davenport (Iowa, Estados Unidos), «hemos perdido la noción».

Monseñor Mottet tiene ochenta años y está retirado de todo menos de su lucha contra el demonio. Afirma que se encuentra con un caso «serio» de posesión al menos una vez al mes, pero que ve a diario numerosos casos de personas afectadas de una u otra forma -la mayoría, mediante casos claros de tentación- por el ataque de Satanás.

Además de profundizar en la naturaleza de la posesión y en las armas contra ella (los sacramentos y la oración, sobre todo el Santo Rosario, se señaló en el curso) con la ayuda de psiquiatras y psicólogos que colaboran con los párrocos en el discernimiento de cada caso, los sesenta participantes estudiaron el crecimiento de las sectas satánicas, su estructura y su forma de actuación.

Carol Glatz, que cubrió el acto para la agencia CNS, cuenta en su despacho que con los casos que se comentaron en los descansos y en los pasillos daba para bastantes películas del género.

Pero son la excepción. Monseñor Mottet, de hecho, recomendó que no se sobrecargase de trabajo a los exorcistas para que tuviesen tiempo para los casos más difíciles. Uno de los objetivos del curso era impartir a los párrocos conocimientos suficientes para tratar aquellos otros en los que el demonio está de una u otra forma presente, sin llegar a la posesión en sentido estricto.

Una de las intervenciones más interesantes fue la del padre Gabriele Nanni, exorcista de la diócesis de Teramo (Italia), experto en la historia del rito. El cual no debe verse, subrayó, como una «fórmula mágica», porque es sólo el instrumento para que actúe quien verdaderamente lo hace: la misericordia de Dios. «El poder reside en el nombre de Jesús, no en tu voz», advirtió.

El padre Nanni aportó una explicación a uno de los grande misterios de la posesión diabólica: ¿por qué el diablo «pierde su tiempo» con nosotros, al fin y al cabo criaturas inferiores a él por naturaleza?

La razón es que «nos necesita. Es como un coche de lujo que se queda sin gasolina, o como un aparato que se queda sin pilas. A través de nuestros pecados nos utiliza como batería para recargarse».

De hecho, sostuvo, si el diablo parece tener hoy más poder que nunca, es porque hay más pecados que nunca. El franciscano John Farao, capellán de prisiones en la diócesis de Monterrey (California, Estados Unidos), muy permeable al auge de las sectas en México, dijo en este sentido que «no hay un espacio neutral entre la luz y las tinieblas: si abandonas la luz, abres la puerta a las tinieblas».

«Incluso los católicos», añadió el padre Farao, «tienen miedo de creer que el demonio pueda intervenir seriamente en sus vidas. Pocos quieren enfrentarse al hecho de que existe una batalla espiritual que librar. La gente no quiere líos».

La mayor parte de quienes le escuchaban saben, por experiencia propia y no precisamente agradable, que «los líos» existen… y a veces son bastante peores que en las películas.

¿El demonio estaba cerca?

Actualizado 21 febrero 2011

¿El demonio estaba cerca? Experiencias

Algunos lectores de ReL. me piden que cuente las historias vividas por mí en relación con el demonio, y que insinuaba en mi post anterior. No quiero ser sensacionalista, pero como hoy se tiende a silenciar la presencia del demonio, incluso se niega la existencia del mismo por parte de algunos teólogos y bastantes clérigos, voy a contar algo. Cuando uno habla de estas cosas lo mínimo que hacen algunos de los que te escuchan es sonreírse, y otros reaccionan con cierta violencia verbal, tratando de sentar cátedra sobre el tema, que consideran propio de teólogos trasnochados  de la edad media. Por eso trato el tema, para que no se duerma en una religiosidad plagada de angelitos simpáticos.

En una parroquia vino una feligresa a pedirme el favor de que fuera a ver a una vecina, en cuya casa ocurrían cosas muy raras. Se movían los muebles, se apagaban las luces, había gritos sorprendentes, y la mujer que allí vivía sola imponía por su aspecto y modales. Todos estaban atemorizados. Yo me armé de valor y me presenté en la casa. La señora no me quería dejar entrar, y lo decía con malos modales. Yo insistí y, por fin, puede entrar en la casa, o algo que parecía una casa debido a su mal aspecto. Después de hablar bastante tiempo con ella, y trasladarle la preocupación del vecindario, terminó por contarme su historia.

Resultó que ella le pidió una vez a la Virgen que solucionara un problema de su hijo. Le prometió que de ser así le llevaría velas y flores. Pero como no fue tal y como ella lo pedía, se enfureció y le ofreció las flores y las velas al diablo. Y desde aquel momento ella empezó a vivir un auténtico drama. Era víctima directa de todo lo que las vecinas percibían desde sus casas. Yo la invité a reflexionar y hacer un acto de arrepentimiento. Recé unas oraciones, eché agua bendita, y ella decidió, por fin,  recibir el sacramento de la penitencia, ya que hacía años que no practicaba nada, todo lo contrario.  Aquella mujer terminó llorando de dolor, y agradeciendo el haber recibido el perdón y la paz del Señor. Ya no se volvió a ver y oír nada raro en aquella casa. Se restableció con normalidad la relación con las vecinas.

En otra parroquia me vino un día un matrimonio a contarme, atemorizados, lo que les había sucedido. Habían alquilado un inmueble que contaba con un bar en la planta baja, un primer piso y un ático. Empezaron a vivir y a trabajar, pero no habían subido todavía al ático. Un día decidieron hacerlo y el gran susto fue que, al abrir la puerta, las pilas de cajas de bebida que allí había se abalanzaron todas contra ellos, sin que nadie físicamente las impulsara.  Allí no había subido nadie porque tenían ello la llave. ¿Quién movía las cajas de modo tan violento? Se bajaron rápidamente, pero días después, acompañados de otras personas volvieron a subir y vieron una mesa, en la que había unas velas y unos signos extraños. Indagaron y pudieron enterarse que allí, con los dueños anteriores, se celebraban misas negras, se publicaba una revista blasfema que distribuían entre los jóvenes, se traficaba con droga, y se organizaban las profanaciones que tuvieron lugar en el cementerio de la localidad.

Aquel día que vino a verme el matrimonio, celebrábamos la fiesta de San Miguel Arcángel, copatrono de la localidad. Ofrecí la Misa por esta intención, hablé sobre el tema en la homilía, y rece una oración de exorcismo por el caso, poniendo como intercesor a San Miguel. Aquellos fenómenos ya no se dieron, y el autor de esos panfletos fuertemente blasfemos vino a verme con la decidida intención, tras una larga conversación con él,  de no volver a publicarla.

En otra parroquia me llamaron a una casa que estaba siendo muy afectada por ciertas fuerzas sobrenaturales, que estaban provocando ya enfermedades psíquicas en sus moradores. Resulta que todas las noches, bien cerradas las puertas, y todos acostados, “alguien” se acercaba a las camas y despertaba a los que estaban durmiendo, sobre todo a una pobre chica de 15 años que terminó enferma de los nervios. Se encendían las luces solas, se movían los muebles, se oían pasos en el pasillo y en las habitaciones, etc. Yo pregunté si en esa casa había muerto alguien. Y efectivamente, había muerto un familiar, cuyo cuadro estaba a la entrada de la casa, y que no había recibido los sacramentos. Recé, rocié con agua bendita la casa y, sobre todo, invité a toda la familia a que viniera a la iglesia para celebrar una Misa por el eterno descanso de aquel familiar muerto. Desde entonces todo vino a la normalidad, y la joven se fue serenando con el paso del tiempo.

El Vicario Episcopal de mi Zona Pastoral llevó a un joven al exorcista de la diócesis porque los médicos ya no podían hacer nada por su locura. El quiso estar presente en la primera sesión del exorcismo, pero cuando vio al joven en levitación a un metro del suelo, fue tal el pánico que le entró que se salió y ya no volvió. Este Vicario manifestó que jamás dudaría de la existencia del diablo. El joven, tras largas sesiones de exorcismo, terminó recuperando la normalidad. El exorcista de la diócesis tiene sesiones semanales con enfermos desahuciados por los médicos del psiquiátrico de Murcia, y la mayoría recuperan la salud una vez libres del espíritu que los tenía sometidos, tras largas oraciones, y a veces fuerte lucha con el demonio, o demonios,  siguiendo el ritual para el caso.

Estos son algunos de los casos vividos por mí. Seguro que hay casos mucho más fuertes. Se dan situaciones inexplicables en la vida de cada día. Odios a muerte, venganzas, profanaciones, violaciones, rupturas matrimoniales, etc.  ¿El demonio está cerca de estos casos? A mí me parece que sí. Por eso es bueno rezar la oración a San Miguel Arcángel.

Juan García Inza

 

El demonio existe pero no tiene «cuernos, ni alas, ni colas»

EL SACERDOTE ESPAÑOL JOSÉ ANTONIO FORTEA

Un exorcista asegura que el demonio existe pero no tiene «cuernos, ni alas, ni colas»

«Es una entidad incorpórea, invisible», y aclaró que en vez de tenerle miedo, «hay que tener miedo a pecar, a ofender a Dios».

Actualizado 21 septiembre 2010

ACI

El sacerdote y exorcista español José Fortea recomendó a los creyentes tener miedo a pecar, recordó que Satanás existe aunque no tenga «cuernos, ni alas ni colas» y recomendó a los fieles buscar a un sacerdote ante la sospecha de una posesión.

En une entrevista concedida al diario El Tiempo durante su visita a Colombia, el sacerdote explicó que «el demonio no tiene cuerpo, no tiene color, ni una forma visual, ni cuernos, ni alas, ni colas. Es una entidad incorpórea, invisible», y aclaró que en vez de tenerle miedo, «hay que tener miedo a pecar, a ofender a Dios».

«Creer en Dios supone creer en lo que Él ha dicho. Y Él ha hablado de la existencia del demonio y ha advertido, al final del Padre Nuestro: ´líbranos del mal´, que se puede traducir como ´líbranos del maligno´», señaló.

Admite que nunca ha visto a un demonio pero está seguro de su existencia y asegura haber sentido la presencia del mal. «Ni me han tocado ni me hacen cosas. En eso he actuado como un científico; así lleve hábito, no estoy desprovisto de la razón. He visto muchos posesos a lo largo de mi vida, hay fenómenos que no son enfermedades mentales y que se han liberado con exorcismos. No se puede sanar a un esquizofrénico con un exorcismo», explicó.

«Un cierto número de veces, estando solo en mi casa o en otros lugares, he sentido una presencia maligna. Y yo no soy nada sugestionable. Y mentiría si no reconociera que sentí esa presencia maligna de un modo intenso y poderoso. Yo tenía un gato y vi cómo se agazapaba detrás de las cortinas, mirando un punto concreto del aire; no es normal que un gato se esconda, tiemble y mire hacia un punto concreto», agregó.

Asimismo, aclaró que «aunque se suele hablar del demonio, en realidad hay muchos demonios, cada uno distinto, pero hay uno que es el jefe de todos los demonios, el más poderoso: Satanás».

El padre Fortea señaló que «todos aquellos que acuden al espiritismo, la brujería y, peor todavía, al satanismo, quedan en peligro de ser poseídos. Esa es la ley general, pero hay casos que no se explica por qué ocurren, así no hayan acudido a esas prácticas».

«Cuando un poseso recibe el exorcismo, pasa un tiempo razonable en ser liberado. Se requiere un número de sesiones. El demonio se resiste, porque sabe que está condenado a salir», agregó y recordó que siempre ha habido pocos casos de posesión y pocos exorcistas.

El sacerdote explica que no se siente «especialmente acosado, pero la razón me dice que el demonio, dado que existe, tiene unas cuentas pendientes conmigo».

Se advierte del crecimiento del satanismo

El experto de RIES advierte del crecimiento del satanismo

Manuel Guerra Gómez: «Las sectas luciferinas se basan en algunos Ritos de la masonería»

El experto de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), P. Manuel Guerra Gómez, afirmó que por la cantidad de mentiras y de odio que existe actualmente, «nuestra época, no menos que otras y tal vez más que otras, merece apodarse demoníaca», y advirtió que el debilitamiento del cristianismo en occidente hace que las personas ingresen a las sectas, incluso las satánicas. Guerra Gómez explica la relación entre el luciferismo y la masonería, de la que algunos de sus ritos comunes a todas la logias usan desde sus primeros grados la figura de Hiram Abif, que representa la tradición luciferina.

Actualizado 13 agosto 2008

(ACI) El experto de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), P. Manuel Guerra Gómez, afirmó que por la cantidad de mentiras y de odio que existe actualmente, «nuestra época, no menos que otras y tal vez más que otras, merece apodarse demoníaca«, y advirtió que el debilitamiento del cristianismo en occidente hace que las personas ingresen a las sectas, incluso las satánicas. «¡Cuánto se miente! ¡Cuánto odio rencor, envidia!«, expresó el P. Guerra Gómez en una entrevista en la que explicó la naturaleza del culto a Satanás, y en la que afirmó que «los hombres y mujeres estamos contaminados de lo demoníaco en la medida en que estemos impregnados de mentira y de odio«.

El experto aclaró que el satanismo no es un bloque monolítico. «Por eso es preferible usar ‘demonismo’ como la designación genérica de lo vinculado con el Demonio, los demonios y lo demoníaco. Es como un tronco con tres ramas: el satanismo, el luciferismo y la brujería«, explicó. Doctor en Teología patrística y en Filología clásica, el sacerdote indicó que entre los rasgos comunes de las sectas demoníacas está su «huida de Dios y de la cruz«. Recordó que «el demonio siente pánico ante la cruz«, porque ella, desde la muerte redentora de Cristo, «se ha convertido en signo del Amor que es Dios».

«El hecho de que los satánicos y luciferinos no soporten la cruz erguida, triunfante, suena a eco del odio del Demonio a la Cruz. En sus ceremonias ponen el crucifijo invertido, cabeza abajo«, señaló. Otros rasgos son «el irracionalismo religioso o la necesidad de sentir algo en sus manifestaciones más degradadas«, como la «búsqueda desenfrenada del placer sexual«; así como el compromiso que asumen sus miembros de venerar al Demonio y de participar «de su malignidad«. Asimismo, explicó, entre las características que las diferencian, está el hecho de que las sectas satánicas «suelen ser dualistas«, creen que Satanás «es el Principio del Bien, de la libertad, del placer«, y que Dios es el «Principio del Mal, de la esclavitud, de la ascesis«. Su rito principal, indicó, es la «misa negra«. Por su parte, «las sectas brujeriles agrupan a mujeres que, individualmente o en vida de comunidad« tienen «relaciones peculiares con el Demonio«.

Masonería y luciferismo

Durante la entrevista, el experto también explicó las características que diferencian a las sectas luciferinas de las demás. Estas, afirmó, «en su casi totalidad (Orden Illuminati, la OTO, la Golden Dawn/Alba Dorada, BOTA, etc.) se basan en alguno de los Ritos de la masonería«. «En la práctica y casi siempre también en teoría y en el plano de las creencias consideran a Lucifer como Dios único«, advirtió. La masonería «guarda relación no con el satanismo, sino con el luciferismo«. «Ya en el grado 3º, que es común a casi todos los Ritos masónicos, la figura de Hiram Abif representa la tradición luciferina, la del Ángel de la Luz o Lucifer.

En la iniciación del grado 29 del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, probablemente el más practicado por las distintas Obediencias o Potencias masónicas en España, ‘el Baphomet (figuración supuestamente templaria de Lucifer), dios andrógino, es paseado en forma circular’ por la logia«, explicó. El presbítero señaló que un texto que relata el itinerario masónico es «Sectas y Órdenes. Masones, Illuminati, Rosacruces, Skull and Bones«, escrito por el judío Gabriel López de Rojas, masón grado 33 y fundador de la Orden Illuminati, quien abandonó la masonería y su Orden en noviembre del año 2006, y afirmó que «las órdenes sectarias y la masonería« son «idolatría que aparta de Dios«. «Por primera vez alguien que ha estado dentro nos cuenta toda la verdad«, indicó el miembro de la RIES. El experto advirtió que «no solo las sectas luciferinas, también las de la Wicca o brujería moderna han sido fundadas por masones«.

El P. Guerra Gómez advirtió que «al debilitarse la fe cristiana, mayoritaria en el mundo occidental, han proliferado como por necesidad un sinnúmero de sectas, también las demoníacas». Sin embargo, afirmó que es también «la fascinación de lo oculto y de lo novedoso, el afán de evasión de lo ordinario y rutinario, el incremento de los desequilibrios psíquicos, la soledad, alguna prueba dura«, lo que impulsa a muchas personas a ingresar a estas sectas. Finalmente, el miembro del RIES recomendó a los padres a estar atentos a las actividades de sus hijos. Relató el caso de una chica española de doce años que a través de Internet contactó con una secta satánica. Indicó que a raíz de ello, la menor comenzó a bajar en sus estudios y a distanciarse de sus amigos y seres queridos. Sin embargo, «la solicitud de unos padres responsables llegó a tiempo«. «El sentido religioso es connatural al ser humano«, «quien no adora a Dios, se tallará un ídolo a su medida«, advirtió.