
Por Ma. Ester Galindo H
A través de los siglos, desde que nuestro Amado Señor Jesucristo ascendió al cielo, los cristianos vivimos con la esperanza de su regreso y hoy, está más cerca que nunca.
Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis
Mateo 24:44
Aparte de la pandemia, los recientes temblores, matanzas, pobreza extrema, etc., hoy somos testigos de la noticia que corre por todo el mundo “Rusia ha declarado la guerra a Ucrania” y por los avances en la tecnología, hemos podido seguir esta batalla como nunca antes.
Entre tantas y tantas noticias, escuchaba con atención las frases que una reportera comentó :
- “Es un día terrible para Ucrania y oscuro para Europa”
- “No lo esperábamos”
- “Sabíamos pero no lo creíamos”
- “Nos tomó por sorpresa”
Y eso me llevó a meditar en cómo estamos los hijos de Dios esperando su regreso:
¿Realmente lo estamos esperando, estamos anhelando su regreso? O estamos sumergidos en los afanes de ésta tierra. ¿Sabemos que vendrá pero realmente lo creemos? La Palabra de Dios es segura, escrito está que Él vendrá cuando nadie lo espera y con certeza, literalmente, gloriosamente, majestuosamente, realmente, visiblemente, corporalmente ¡¡vendrá!!

Y PUEDE LLEGAR EN CUALQUIER MOMENTO.
Roguemos porque no nos tome por sorpresa sino que como sus embajadores en esta tierra nos preguntemos ¿ cómo le estamos representando hoy?, ¿ cómo estamos preparando ese encuentro con el Rey, esa “Bienvenida Real?
Ésta es realmente la “alerta máxima”, ¡¡CRISTO ESTÁ DESCENDIENDO!! Lo veremos en todas su gloria, nos vamos a encontrar con Él. Esto es una palabra de aliento. No te desanimes, no pierdas la fe.
Y si Cristo viniera ésta noche, sería para nosotros el día más grandioso de nuestra existencia pero ciertamente terrible y oscuro para muchos. No dejemos de cumplir la gran comisión de hacer discípulos de Cristo.
Como escribe recientemente un hermano ucraniano: (me permito citarlo textualmente)
<<Por favor, oren por los cristianos ucranianos, para que sirvamos y vivamos como una comunidad de la esperanza en el pleno sentido de este término, para que durante estos tiempos terribles invitemos a más y más personas a una relación con Dios y con otros hermanos cristianos, a un vínculo de amor, esperanza, ánimo, apoyo, y para que nuestra mente y carácter sigan siendo transformados para reflejar los de Jesucristo>>
¡Qué gran ejemplo! Ruego que estemos unidos en oración y pidamos porque la fe de nuestros hermanos que están en guerra, en hambre y persecución, no falte y tampoco la nuestra. Que permanezcamos en amor, firmes hasta el final y llevando el mensaje de nuestro Salvador.
En el nombre de Jesucristo. Amén.
Debe estar conectado para enviar un comentario.